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1 Prodavinci ¿Es verdad todo lo que se dice de China? Nueve mitos de ‘lo chino’ desmontados por Ben Chu Prodavinci · Monday, October 7th, 2013 Según un artículo de Ben Chu, el editor de economía de The Independent y autor del libro Chinese Whispers: Why Everything You’ve Heard About China is Wrong, existen varios mitos sobre China que han creado una visión global del gigante asiático que puede diferir en algunos aspectos con la realidad. A partir de explicar el contexto real, Chu confronta nueve de los “mitos” que Occidente ha cuajado dentro de su percepción de China, la nueva potencia. Mito 1: La civilización China es la más antigua del mundo. Es común leer que “China es un país con cinco mil años de historia”. Esto data desde que Bertrand Russell escribió que “Desde los tiempos de Confucio, los egipcios, los babilonios, los persas y los romanos se han extinguido, pero China persiste”. Esto expone la atractiva idea de que un pueblo que viene de un imperio antiguo camina entre nosotros. Sin embargo, la pretensión de que China tiene 5.000 años de historia se apoya en la existencia de la figura semi-divina del Emperador Amarillo, quien enseñó a su pueblo Prodavinci -1/4- 14.09.2015 2 cómo cosechar, domesticar animales y confeccionar ropa. En otras palabras, un personaje legendario. El lugar común de los cinco mil comenzó recientemente, a finales de la década de los noventa. Hasta entonces, a China sólo se le atribuían entre tres mil y cuatro mil años. Cuando el presidente Jiang Zemin visitó Egipto y vio que existía otro estado que podría sobrepasarlo en antigüedad, los líderes chinos se agregaron mil años más de historia. Mito 2: China tiene la más indomable ética laboral. Este mito comenzó en la década de los años treinta, cuando Carl Crow, periodista y empresario norteamericano, describió a China como “la tierra de la industria infatigable”. Hoy, según Ben Chu, cuando los periódicos muestran a obreros tomando una siesta en medio de un breve descanso a lo largo de sus turnos de 18 horas, el mito deviene verosímil. Sin embargo, según un estudio de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo Social, en México hay turnos más largos de trabajo remunerado. Otras fuentes dicen que en China los turnos son más cortos que en Bangladesh, Tailandia e Indonesia. Mito 3: China tiene una economía imparable. Si bien es cierto que desde 1979 China ha duplicado el tamaño de su economía cada 8 años, sobrepasando a Japón como la segunda economía del mundo en 2009 y estableciendo la meta de sobrepasar a Estados Unidos en el 2017, hoy en día, para continuar creciendo, enfrenta la necesidad de hacer grandes cambios. En el trabajo de Ben Chu se estima que los chinos deberán hacer reformas a su sistema de salud pública y pensiones, al igual que una reforma a la ley de tierras que pueda proteger las ganancias de los campesinos, llegando hasta la liberalización del sector financiero, salarios más altos y el fin de la política de un sólo hijo. Estos cambios parecen ser imposibles de inmediato, debido a que van en contra de los intereses de sectores muy poderosos de la política china. Mito 4: Los estudiantes chinos son los más inteligentes del mundo. Según Michael Gove, Secretario Británico de Educación, “las escuelas del Lejano Oriente están produciendo un estudiantado que trabaja a un nivel superior en todos los sentidos”. Y las estadísticas parecen avalarlo: en 2009, la OECD publicó un estudio en el que se realizaron pruebas estandarizadas internacionales de matemática, lectura y ciencia donde el grupo de niños de Shanghai quedó de primero, superando a los estadounidenses, alemanes y británicos. Sin embargo, explica Ben Chu que los resultados parecen estar alterados, pues el gobierno chino no permitió que se publicaran los resultados de las pruebas que se hicieron en otras ocho provincias de China. Una encuesta realizada por Hurun Report (revista mensual conocida por su lista de personas más ricas de China) en 2012 reveló que nueve de cada diez chinos adinerados prefieren enviar a sus hijos a estudiar al exterior. Mito 5: Los chinos hablan la misma lengua. Éste es uno de los mitos más viejos, tan viejo como el problema de la variedad lingüística. En el siglo III a.C., el emperador Qin pretendió unificar el lenguaje escrito. Luego, en el siglo XVII d.C., con la llegada de los mercaderes portugueses sólo los funcionarios del Estado tenían permitido comunicarse con los lusos. Los funcionarios del gobierno imperial hablaba la lengua de la capital: el pequinés, que se extendió hasta ser conocida hoy en día como una lengua común. Hasta hace poco, Tom Doctoroff, un importante ejecutivo de publicidad radicado en Shanghai declaró: “Los chinos son esencialmente lo mismo, no importa Prodavinci -2/4- 14.09.2015 3 que vivan en China, Taiwan o Hong Kong”. Incluso Sun Yat-Sen, el padre del movimiento republicano chino, ha dicho que los chinos tienen “una lengua común, una religión común y costumbres comunes”. Sin embargo, las estadísticas dicen que todavía ese ideal está muy alejado de la realidad. El ministerio de educación de China reportó, en 2007, que apenas el 66% de la población urbana se puede comunicar en mandarín estándar, mientras que en las zonas rurales la cifra desciende a 45%. Mito 6: China está comprando el mundo. De acuerdo con la economista zambiana Dambisa Moyo, China está ganando la carrera mundial de recursos. Otros dicen que China está teniendo un comportamiento neoliberal en África. Como consecuencia del crecimiento económico, China se ha vuelto el principal importador de cobre, arroz y, muy pronto, de petróleo. Con un tesoro de 3,5 trillones de dólares, China compra aliados energéticos de la misma forma en la que compra compañías en Occidente. Por otro lado, estas transacciones suelen traducirse como acuerdos simples de construcción de carreteras en los países del tercer mundo a cambio de acuerdos a largo plazo sobre sus recursos. Y las inmensas reservas en dólares de los chinos son vistas más como un signo de debilidad que como una fortaleza geopolítica, pues estas inversiones gradualmente reducirán su valor conforme la moneda china se fortalezca ante el dólar. Mito 7: Los chinos son una raza biológica. El sinólogo Lucian Pye dijo que “es evidente que los chinos comparten la misma sangre, las mismas características físicas y la misma ascendencia”. Esto parece obvio, pues mucho chinos comparten ciertas características fenotípicas. Sin embargo hay 56 “naciones” minoritarias en las fronteras de China. Entre ellas figuran los mongoles al norte y los manchúes en la frontera con Corea. Por consiguiente, decir “chino” para definir a un grupo étnico es tan impreciso como decir “hispano” o “anglosajón”. Mito 8: China es una peligrosa potencia nacionalista. El politólogo Robert Kagan sostiene que China está “llena de orgullo nacionalista, ambiciones, resentimientos y obsesionada por cuestiones territoriales”. Comúnmente se asume que, en su ascenso, China se comportará como lo hizo Occidente en el siglo XIX. Pero aunque China ha dado sutiles demostraciones de que es consciente de su potencial, el nacionalismo es la otra cara de su proceso de crecimiento y apertura y, a la vez, una fuente de preocupación para el Partido Comunista. Un bloguero nacionalista llamado Li Chengpen escribió sobre la desilusión que le causó cuando se supo que las escuelas destruidas por el terremoto de Sichuan en 2008, donde murieron cientos de niños, fueron hechas de mala calidad debido a la corrupción de los funcionarios locales. En sus escritos, el bloguero invoca un nuevo tipo de patriotismo: “El patriotismo se trata de permitirle a la gente moverse libremente por su país y permitir a los niños estudiar en la ciudad en la que quieran estudiar. El patriotismo se trata de decir la verdad. El patriotismo es dignidad para el pueblo chino”. Mito 9: Todos los chinos son confucionistas. De acuerdo con Andrew Marr, periodista de la BBC, “es imposible entender a China sin entender a Confucio”. Sin embargo, esto coexiste con una larga tradición intelectual que repudia el confucionismo desde el movimiento del 4 de Mayo. En 2004, el popular escritor Jiang Rang publicó Wolf Totem, una novela autobiográfica en la que critica la cultura confucionista de los chinos frente a los valores de libertad, respeto y competencia que Prodavinci -3/4- 14.09.2015 4 aprendió en las estepas de Mongolia en las que creció. * China siempre ha estimulado la imaginación de Occidente, incluso en quienes pudieron traspasar sus numerosas y desiguales murallas, como los misioneros del siglo XVI que volvieron maravillados del minucioso proceso de selección de los funcionarios del Imperio, ignorantes de la corrupción y el nepotismo involucrados. En el siglo XVIII, Montesquieu describió a China como un país en el que reinaba un “espíritu de servidumbre”. Dos siglos después de Montesquieu, los chinos han pasado por numerosas revoluciones, que incluso algunos historiadores consideran más complejas que las que se llevaron a cabo en Europa, creando serias dudas sobre la idea de su sumisión. A lo largo de la historia de China hubo varias aperturas y acercamientos a Occidente. Kublai Khan, el primer emperador de la dinastía Shang y quien recibió a Marco Polo en su corte, era hijo de una mujer católica. En 1792, Lord Macartney trató infructuosamente de asombrar al emperador Qianlong con los avances tecnológicos del otro lado del mundo, pero consiguió la apertura de cinco puertos comerciales con Occidente. Más recientemente, a pesar de la apertura económica a manos del camarada Deng Xiaoping, todavía hay mitos que nos alejan de una clara imagen de su cultura. This entry was posted on Monday, October 7th, 2013 at 12:00 pm and is filed under Actualidad You can follow any responses to this entry through the Comments (RSS) feed. You can leave a response, or trackback from your own site. Prodavinci -4/4- 14.09.2015