Download Descarga - Parroquia Santa María del Silencio
Document related concepts
Transcript
LECTURAS DE LA VIGILIA PASCUAL 1ª. Lectura del libro de la Creación del Mundo Al principio Dios hizo el Cielo y la Tierra. Y dijo Dios: hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales de la casa y los reptiles de la tierra. Y Dios creó al Hombre a su imagen y semejanza, y creó al hombre y a la mujer. Dios bendijo al hombre y a la mujer y les dijo: Creced y multiplicaos, llenad la tierra y gobernadla; gobernad los peces del mar, las aves del cielo y todas las cosas que tienen vida en la tierra. Y Dios les dijo: Mirad, os doy todas las hierbas y todos los árboles frutales para que podáis comer. Y así fue. Pasó una tarde; pasó una mañana: el día sexto. Y Dios vio todas las cosas que había hecho y que todas eran buenas. 2ª. Lectura del libro del Éxodo En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: ¿Por qué me llamas?. Di a los judíos que empiecen a andar. Y tu extiende tu brazo sobre el mar y sepáralo en dos partes para que los judíos puedan andar por en medio. Yo voy a hacer más duro el corazón de los egipcios para que persigan a los judíos. Y los egipcios sabrán que Yo soy el Señor. El ángel del señor, que estaba delante de los judíos, se puso detrás de ellos. Y también la nube que les guiaba, Y Moisés extendió su brazo sobre el mar. Durante toda la noche hubo un viento muy fuerte. Y el viento secó el mar y en medio del mar se abrió un camino. Y los judíos pudieron andar en medio del mar. Los egipcios también entraron en el mar. Pero Dios ayudaba a los judíos y los egipcios tenían muchos problemas. Y los egipcios dijeron: Dios ayuda a los judíos en contra nuestra. El Señor habló otra vez a Moisés y le dijo: Otra vez extiende tu brazo sobre el mar para que las aguas se junten. Y Moisés extendió su brazo sobre el mar y las aguas del mar se juntaron otra vez como siempre. Y al juntarse el agua del mar los egipcios desaparecieron, con sus carros y caballos. Y ninguno se salvó. Aquel día el Señor salvó a los judíos. Los judíos vieron a los egipcios muertos y comprendieron que Dios les había salvado. Y los judíos creyeron en Dios y también en Moisés. Luego, Moisés y los judíos dieron gracias al Señor. 3ª. Lectura del profeta Ezequiel El Señor me dijo: Cuando el pueblo judío vivía en su tierra, en la tierra que Yo le di, se olvidaron de mi. Y me enfadé con ellos y los dispersé por toda la Tierra para que vivieran separados. Los castigué por las cosas que habían hecho. Y ellos continuaron burlándose de Mí. Pero me dio pena de ellos y ahora vas a decir a los judíos: Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, lo hago por mi santo Nombre. Voy a dar prueba de que mi nombre es santo y todos sabrán que Yo soy el Señor. Otra vez os llamaré y reuniré y os llevaré a vuestra tierra. Os daré un agua que borrará vuestros pecados. Y os daré un espíritu nuevo y un corazón nuevo. Os daré mi Espíritu y viviréis de acuerdo con mi Ley y obedeceréis mis mandatos. Y otra vez viviréis en la tierra de vuestros padres. Y vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. 4ª. Lectura de la carta del apóstol S. Pablo a los Romanos Hermanos: Con el Bautismo estamos unidos a Cristo en su muerte. Gracias al Bautismo estamos sepultados con Cristo para que, lo mismo que Él resucitó por la gloria del Padre, también nosotros tengamos una vida nueva. Porque, si nuestra vida está unida a Cristo en una muerte como la suya, también estaremos a Él con una resurrección como la suya. Es muy importante que comprendamos una cosa: nuestro pecado ha sido borrado por Cristo y, gracias a Él, estamos libres del pecado. Por eso, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él porque sabemos que Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la muerte no le vence. Porque su muerte fue igual que morir al pecado una vez para siempre y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros: vivid muertos para el pecado y vivos para Dios, con Cristo Jesús, Señor nuestro. 5ª. Lectura del santo Evangelio según S. Mateo El primer día de la semana, todavía de noche, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto la tierra tembló muy fuerte, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, quitó la piedra y se sentó encima. Su cara era muy brillante era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: -Vosotras no tengáis miedo, ya sé que buscáis a Jesús. No está aquí: HA RESUCITADO, como había dicho. Venid a ver el sitio donde estaba su cuerpo muerto e id aprisa a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis.» Las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; asustadas y llenas de alegría corrieron a decírselo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: -Alegraos. pies. Ellas se acercaron, se arrodillaron delante de Él y abrazaron los Jesús les dijo: -No tengáis miedo: id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.