Download La Virgen María en la espiritualidad de Luisa Piccarreta
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
“Dulce Jesús mío, quiero mostrarte mi amor, mi gratitud y todo lo que debe hacer la criatura por haber creado a nuestra Reina Madre Inmaculada, la más bella, la más santa, un portento de Gracia, rica de todos los dones, haciendola también nuestra Madre, y ésto lo hago en nombre de todas las criaturas pasadas, presentes y futuras. Quiero hacer mío cada pensamiento, palabra, acto, latido, paso de las criaturas, y en cada uno de ellos decirte: te adoro, te bendigo, te doy las gracias, te amo por todo lo que has hecho a la Mamá Celestial tuya y mía.” La Virgen María en la espiritualidad de Luisa Piccarreta Fonts: Formal436 BT e Korinna BT (18.12.1920) Jesús, viendo a su Madre y junto a Ella al discípulo que El amaba, dijo a la Madre: “Mujer, ¡he ahí a tu hijo!”. Luego dijo al discípulo: “¡He ahí a tu Madre!”. Y desde entonces el discípulo la acogió en su casa ¡La Madre de Jesús es mi Madre! (Jn 19, 26-27) “¡Ahí tienes a tu hijo!" “¡Ahí tienes a tu Madre!" “Mediante la Divina Voluntad María acogió en sí a todas las criaturas, concibiendolas en su Materno Corazón y bilocando tantas veces a su Hijo Jesús para darlo a cada criatura concebida en su Corazón virginal. Por eso su Maternidad se extiende a todos. Todos pueden gloriarse diciendo: la Madre de Jesucristo es mi Madre, y esta Madre tan dulce, amable, amorosa, da su Hijo amado a cada uno como prenda de su amor maternal" (15.08.1928) “La Virgen, desde que nació, metió como entre dos alas, en su pequeño Corazón materno, a todas las generaciones, como hijos regenerados en su Corazón virginal, para calentarlos, defenderlos, hacerles crecer y alimentarlos con la sangre de su Corazón materno. Por esa razón esta tierna Madre Celestial los ama tanto, porque todos han vuelto a nacer en Ella y siente en su Corazón la vida de sus hijos". (08.09.1929) “Hija queridísima, gracias por tu compañía, pero si quieres que me sea dulce y querida y que sea de consuelo a mi Corazón traspasado, quiero hallar en tí la Voluntad Divina operante, dominante y que no ceda a tu voluntad ni un respiro de vida. Gracias, Señor, porque antes de morir Entonces sí que te confundiré con mi Hijo Jesús, porque a tu en Madre, para que enhaga estandonos en tídiste su Voluntad, Ella sentiré a Jesús tu corazón, nosotros hizo por y, oh, qué por felíz seré hallandoloenque tí el primer frutoTí, de sus penas tienes a tu Madre; acogela” y de“Ahí su muerte. ¡Encontrar en mi hija amado formar en nosotros tua mi Vida . Jesús! Mis penas se volverán alegrías y mis dolores conquistas.” (La Reina del Cielo, Día 28) ¡Mamá y Reina, ah, haz que yo viva y muera en el «FIAT» de laSiento Divinaque Voluntad! Irrevocablemente renuncio a mí misma, amo sólo a Jesús, tanto que sin Tí sé estar, me a Tí, en Tí. Sumergeme en tus mares peroconsagro no sin El; y ame Tí arrojo no te desagrada, verdad, porque sabes de amor, de dolor y de virtudes poramar nosotros merecido. y quieres que, entre todos,que debo más ahas Jesús. Renuevame, concíbeme y alimentame. Haz de mí a tu Jesús.(19.10.1911) “Hija mía, ánimo, todo servirá para el triunfo de mi Voluntad. (…) Debes saber que amo siempre a mis hijos, a mis amadas criaturas, que dí la vida para no verles castigados, tanto que en los tiempos funestos que vendrán los he puesto a todos en manos de mi Madre Celestial, se los he encomendado, Oh dulce mío,bajo Jesús, con tu para que me amor los tenga su bendíceme manto seguro; le Madre; daré todos bendice pensamientos, mi corazón, obras, mis los quemis Ella quiera. La misma muertemis nomanos, tendrá mis poder sobre pasos, y con tu esten Madrecustodiados bendice a todas lasMadre”. criaturas. aquellos que por mi (Las Horas de la Pasión,(06.06.1935) 1ª Hora) Madre Celestial, Soberana Reina del «Fiat» Divino, tómame de la mano y envuelveme en la luz del Querer Divino. Tú serás mi guía, mi tierna Madre, y me enseñarás a vivir y a mantenerme en el orden y en el recinto de la Divina Voluntad. Soberana Celestial, a tu Corazón entrego todo mi ser. Tú me instruirás en la Voluntad Divina y yo estaré atento escuchandote. Extenderás tu manto sobre mí, para que la serpiente infernal no se atreva a penetrar en este sagrado paraíso para engañarme y hacerme caer en el laberinto del humano querer. (de la Consagración a la Divina Voluntad) Oh María, Madre de Jesús y Madre mía, yo Te entrego y Te consagro mi vida como hizo tu Hijo, Jesús. Me abandono a tu derecho de Madre y a tu poder de Reina, a la Sabiduría y al Amor del que Dios Te ha colmado, renunciando totalmente al pecado y a aquel que lo inspira, y Te entrego mi voluntad, para que Tú la conserves en tu Corazón materno y la ofrezcas al Señor junto con el sacrificio que Tú hiciste de Tí misma. En cambio enseñame a hacer como Tú la Voluntad de Dios y a vivir en Ella, para que pueda decirte como Jesús: “soy todo tuyo para siempre, oh Mamá, y Tú eres toda mía”. Amén