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EVANGELIO SEGUN EL ESPIRITISMO
CAPITULO VIII
“Bienaventurados los que tienen
el corazon limpio”
“Dejad a los niños ir a mi”
La pureza de corazón es inseparable de la sencillez y de la
humildad, y excluye todo pensamiento de egoísmo y
orgullo; por esto Jesús toma la infancia como emblema
de esa pureza, como la tomó también por el de la
humildad.
Esta comparación podría no ser justa si se considera que
el espíritu del niño puede ser muy viejo, y que trae,
naciendo otra vez a la vida corporal, las imperfecciones
de que no se ha despojado en las existencias precedentes;
sólo un espíritu llegado a la perfección podría dársenos
como tipo de la verdadera pureza.
El niño necesita cuidados delicados que sólo la ternura
de una madre puede prodigarle, y esa ternura aumenta
con la debilidad y la ingenuidad del niño. Para una
madre, su hijo es siempre un ángel,
Todas sus facultades se hallan en estado latente. Este
estado transitorio es necesario para dar al espíritu un
nuevo punto de partida. la intuición que conserva de la
experiencia adquirida.
Pudiendo decirse que durante los primeros años, el
espíritu es verdaderamente niño. Es mas flexible, mas
accesible.
El espíritu reviste, pues, por una temporada el ropaje de
inocencia, emblema de la pureza y de la sencillez.
Pecado de pensamiento. Adulterio
“ Oísteis que fué dicho a los antiguos: No
adulterarás. - Pues yo os digo que todo aquél que
pusiere los ojos en una mujer para codiciarla, ya
cometió adulterio en su corazón con ella. “
(San Mateo, cap. V, v. 27 y 28).
Adulterio:
Jesús la empleó muy a menudo por extensión para
designar el mal, el pecado y cualquier mal pensamiento,
La verdadera pureza no está sólo en los actos, también está
en el pensamiento, porque el que tiene el corazón puro,
tampoco piensa en el mal; esto es lo que quiso decir Jesús.
Condena el pecado hasta de pensamiento porque es una
señal de impureza.
Debemos hacer una distinción importante.
En virtud de su libre albedrío, todo mal pensamiento, es,
pues, resultado de la imperfección del alma.
pero según el deseo que ha concebido de puríficarse,
ese mal pensamiento viene a ser aún para ella una
ocasión de adelantamiento, porque lo rechaza con
energía; ese indicio de una mancha que se esfuerza en
borrar, si se presenta la ocasión de satisfacer un mal
deseo, no cederá, y después que haya resistido, se
sentirá más fuerte y alegre por su victoria.
En resumen: en la persona que ni siquiera concibe el
pensamiento del mal, el progreso se ha cumplido; en la que
tiene este pensamiento, pero que lo rechaza, el progreso
está en camino de cumplirse; en aquella, en fin, que tiene
ese pensamiento y se complace en el mal, está en todo su
vigor; en la una está hecho el trabajo, en la otra está por
hacer; Dios, que es justo, toma en cuenta todos esos
matices en la responsabilidad de los actos y de los
pensamientos del hombre.
Verdadera pureza. Manos no lavadas
Quien maldijere al padre y a la madre, muera de
muerte.
No ensucia al hombre lo que entre en la boca; mas lo
que sale de la boca, eso ensucia al hombre. Mas lo
que sale de la boca, del corazón sale, y esto ensucia al
hombre. Porque del corazón salen los pensamientos
malos, homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos,
falsos testimonios, blasfemias.
Vosotros los fariseos, limpiáis lo de fuera del vaso y del
plato: mas vuestro interior está lleno de rapiña y de
maldad.
Los judíos habían descuidado los verdaderos
mandamientos de Dios. Era mucho más cómodo
observar los actos exteriores que el reformarse
moralmente.
El objeto de la religión es conducir al hombre a Dios; así,
pues, el hombre no llega a Dios hasta que es perfecto;
toda religión que no hace al hombre mejor, no consigue
su objeto, y aquélla en la cual cree apoyarse para hacer el
mal, es o falsa, o falseada en su principio. Tal es el
resultado de todas aquellas cuya forma altera el fondo.
No basta, pues, tener las apariencias de la pureza; ante
todo es preciso tener la pureza del corazón.
Escándalos: Si tu mano es objeto de
escándalo, córtala
“ Mirad que no tengáis en poco a uno de estos
pequeñitos: porque os digo que sus ángeles en el
cielo siempre ven la cara de mi Padre, que está em
los cielos.” (San Mateo, cap XVIII, v. de 6 a 10).
Escándalo se dice de toda acción que choca con la
moral o decoro de una manera ostensible.
Jesús: "Sepulcros blanqueados por fuera, mas
llenos de podredumbre por dentro, vasos limpios
por fuera y sucios por dentro".
"Es menester que vengan escándalos en el mundo", dijo
Jesús, porque siendo los hombres imperfectos en la tierra
se inclinan a hacer mal, y porque malos árboles, dan
malos frutos. Es necesario, pues, entender por estas
palabras, que el mal es una consecuencia de la
imperfección de los hombres, y que no tengan una
obligación de hacerlo.
Estando los hombres en expiación en la tierra, se castigan
ellos mismos por el contacto de sus vicios,
El mal es necesario y durará siempre, porque si
desapareciese, Dios quedaría privado de un poderoso
medio para castigar a los culpables; luego es inútil
tratar de mejorar a los hombres.
Supongamos a la humanidad transformada en
hombres de bien; nadie procurará hacer daño a su
projimo, y todos serán felices porque serán buenos.
Tal es el estado de los mundos adelantados, de los que
el mal está excluído.
"Mas ay de aquel por quien viene el escándalo"; es decir,
que el mal, siendo siempre el mal, el que ha servido, sin
saberlo, de instrumento para la justicia divina”
Muchas cosas no pueden comprenderse sin la clave que
da el Espiritismo.
INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
Dejad a los niños venir a mí
Cristo dijo: "Dejad a los niños venir a mí" Estas
palabras profundas, en su sencillez, no se concretan al
simple llamamiento de los niños, si que también al de
las almas que gravitan en los mundos o estados
inferiores en donde la desgracia ignora la esperanza.
Jesús llamaba a El la infancia intelectual de la criatura
formada; a los débiles, a los esclavos, a los viciosos;
nada podía enseñar a la infancia física, prisionera de la
materia, sometida al yugo del instinto y que no
pertenecía al orden superior de la razón y de la voluntad
que se ejercen alrededor de ella y por ella.
Pero, queridos mios, estamos ya en los tiempos en que
los errores explicados serán verdades.
(Juan Evangelista. París, 1863).
"Dejad venir a mí a los niños", porque yo poseo la leche
que fortifíca a los débiles.
Dejad venir a mí a los ignorantes, para que yo les ilustre.”
Diréis en todos los instantes de vuestra vida: Padre mío,
que se haga vuestra voluntad y no la mía.
Si tenéis amor, tendréis todo lo que podáis desear en
vuestra tierra.
Si tenéis amor, habréis colocado vuestros tesoros, en
donde la polilla y el orín no pueden alcanzarlos.
(Un
Espíritu protector. Bordeaux, 1861)
Bienaventurados los que tienen los ojos
cerrados
Yo no sé hacer milagros sin la voluntad de Dios.
En vuestras aflicciones, levantad siempre los ojos al
Cielo y decid desde el fondo de vuestro corazón:
"¡Padre mío. curadme, pero haced que mi alma se cure
antes que las enfermedades del cuerpo.
Pues que estoy aquí, en una reunión en la que ante todo
se trata de estudios, os diré que los que están privados
de la vista, deberían considerarse como los
bienaventurados de la expiación.
Acordáos que Cristo dijo que era menester arrancar
vuestro ojo si era malo, y que valía más que lo echarais al
fuego que ser la causa de vuestra condenación. ¡Ah!
¡Cuántos hay en vuestra tierra que un día maldecirán en las
tinieblas el haber visto la luz! ¡Oh! sí, qué felices son
aquellos que en su expiación son castigados por la vista; su
ojo no será objeto de escándalo y de pecado: pueden
entregarse completamente a la vida de las almas y pueden
ver más que vosotros que véis claro... Cuando Dios me
permite ir a abrir los párpados a alguno de esos pobres
enfermos y volverles la luz, me digo: alma querida, ¿por
qué no conoces todas las delicias del espíritu que vive en la
contemplación y en el amor? Tú no solicitarías ver
imágenes menos duras y menos apacibles que las que te es
dado entrever en tu ceguedad.
Oh!, sí, bienaventurado el ciego que quiere vivir con Dios;
más feliz que vosotros que estáis aquí, siente la felicidad, la
toca, vé las almas y puede lanzarse con ellas a las esferas de
los espíritus, que aún los predestinados de la tierra no ven;
el ojo abierto siempre está dispuesto a hacer faltar al alma;
el ojo cerrado, por el contrario, siempre está dispuesto a
hacerla elevar a Dios. Creedme, mis buenos y queridos
amigos, la ceguera de los ojos muchas veces es la verdadera
luz del corazón.
Ten confianza en la bondad de Dios que ha hecho la
felicidad y ha permitido la tristeza!
(Vianney, cura de Ars. París, 1863).
Observación. Cuando una aflicción no es
consecuencia de los actos de la vida presente, es
preciso buscar su causa en una vida anterior. Lo que
se llaman caprichos de la suerte, no son otra cosa que
efectos de la justicia de Dios. Dios no castiga
arbitrariamente: quiere que entre la falta y la pena haya
siempre correlación. Si en su bondad ha echado un
velo a nuestros actos pasados, nos pone sin embargo
en su camino, diciendo: "El que ha herido por la
espada, perecerá por la espada"; palabras que
pueden traducirse de este modo: "Siempre somos
castigados por donde hemos pecado".