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DIA SEGUNDO: LA FIRME ESPERANZA DE SAN ELÍAS Si fue grande la Fe del Santo Profeta Elías, nada inferior es su firme esperanza en Dios. Retirado estaba nuestro Santo Profeta en el desierto, haciendo una vida solitaria, penitente y austera; su sustento corporal lo enviaba el Señor a través de ángeles en forma de cuervo que le llevaban pan y carne. Cuando Dios le mandó reprender al rey Ajab y a todo su reino por las idolatrías que cometían. Puesto en presencia del rey y de todo su pueblo les dijo: Vive el Señor Dios de Israel, a cuyo servicio estoy , que no verás lluvia ni rocío sobre tus campos hasta cuando yo quiera, y así sucedió, que durante tres años y medio hubo una gran sequía, hasta que haciendo oración, mandó a los cielos que dieron a la tierra sus lluvias, mostrando así la potestad que el Señor le había concedido en premio de su firme esperanza. ORACIÓN Dios Misericordioso, te pedimos por los méritos y la firme esperanza de tu amado siervo San Elías, nos concedas esta virtud. REPLICA DE ICONO GRIEGO DEL SIGLO XVIII MUSEO DE ATENAS Responsable: Dr. Alfonso Elías Garza Rodríguez / e-mail: agarzar@intercable.net Para iniciar el día segundo de la novena hoy a las 9 pm, nos ponemos en presencia del Señor y hacemos la señal de la cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Señor, Dios Nuestro, me reconozco pecador, por eso pido la intercesión de María Santísima de Guadalupe, de San Elías y de todos los santos para alcanzar el perdón de mi Padre Dios y de ti, Jesús, mi Salvador. Con la ayuda del Espíritu Santo voy a tratar de vivir en adelante como hijo tuyo. AMÉN ORACIÓN SAN ELÍAS Glorioso Profeta de Dios, gran celador de su honra y fundador de la Orden de María en el Monte Carmelo, desde cuya cumbre la viste con espíritu profético, en aquella pequeña nube que subía del mar y elevándose, descendió en copiosa lluvia sobre los campos de Israel; símbolo de las gracias que María había de derramar por el mundo con su Santo Escapulario. Te pido, Santo Profeta, que yo consagre toda mi vida a honrar, a la que es nuestra Madre y nuestro consuelo; que alimentado con la Santísima Eucaristía, pueda caminar por el desierto de esta vida sin desfallecer, como tú recibiste el alimento prodigioso que Ángeles en figura de cuervo te traían para llegar al Monte Horeb, huyendo de la impía Jezabel. Enséñame a huir de los engaños de este mundo y de las astucias del demonio, para que imitando tu celo por la gloria de Dios, algún día pueda estar cantando las alabanzas a Dios y a su Santísima Madre a quien deseo ver y amar eternamente. Así sea. Padre Nuestro y Ave María San Elías ruega por nosotros todos los días