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Módulo 6 Valorar el aporte de la Iglesia a la sociedad costarricense a través de la iluminación de la DSI y los testimonios de vida cristiana de muchos de sus miembros, para que los bautizados asuman su compromiso social en la realidad nacional. Asumiendo nuestro compromiso social 1. Introducción. 2. La obra social de Monseñor Bernardo Augusto Thiel. 3. Los primeros cuarenta años del siglo XX. 4. De la Reforma Social Cristiana a nuestros días. La DSI en la realidad histórica costarricense: “No podía ni puede la Iglesia colocarse al margen de la llamada cuestión social, en toda su complejidad, tanto porque entran a la parte cuestiones fundamentales de justicia, de caridad y de cristiana equidad, como porque, mensajera como es de paz entre los hombres, atañe a su oficio prevenir y curar, señalando las soluciones cristianas”. (Monseñor Sanabria). 1. Introducción: ¿Se puede aplicar la DSI a la realidad? Hay algunas enseñanzas sociales, que son muy hermosas, pero que no se pueden aplicar a la realidad, estas no sirven de mucho. Este no es el caso de la Iglesia Costarricense; que puede exhibir al mundo páginas extraordinarias sobre el tema de la cuestión social y la aplicación de la DSI en su sociedad. SOLIDARIDAD En efecto, la historia de Costa Rica está llena de la obra social de la Iglesia, con la aplicación concreta y efectiva de su Doctrina Social. Los excelentes resultados obtenidos han marcado el destino de nuestro país, ya sea que se mire esta historia desde la perspectiva de sus actores o bien desde los distintos temas que han sido objeto de su preocupación. El episcopado las religiosas los religiosos el clero el laicado ofrecen un testimonio único. Los temas que han sido objeto de su especial atención dentro de la cuestión social son : Educación pensamiento social medios de comunicación partidos políticos reformas legislación laboral instituciones movimientos obreros obras de beneficencia La Iglesia costarricense se ha ocupado de estos y otros asuntos en el terreno de lo social. 2. La obra social de Monseñor Bernardo Augusto Thiel Mons. Bernardo Thiel. Nació en Alemania, en 1850. Ordenado sacerdote en la Congregación de la Misión en 1874. Obispo de Costa Rica de 1880 a 1901. Expulsado del país de 1884 a 1886. Muere en San José, el 9 de setiembre de 1901 Monseñor Thiel fue el segundo obispo de nuestro país y gobernó la Iglesia costarricense a finales del siglo XIX (1880-1901), en medio de muchas adversidades sociales, políticas, económicas y culturales. Fue la época de las “reformas liberales” o “leyes antirreligiosas”, con las cuales se atacó de muchas maneras a la Iglesia: se expulsó del país a los padres jesuitas al Obispo Diocesano se secularizaron los cementerios, que eran propiedad legítima de la Iglesia. se prohibieron todas las comunidades religiosas de varones y de mujeres en el país. se desconocieron los “votos religiosos”, como si el Gobierno tuviera potestad sobre ellos. se prohibió la enseñanza religiosa y toda injerencia de la Iglesia en el campo educativo. se declaró caduco, unilateralmente, el Concordato firmado entre el Gobierno y la Santa Sede se prohibieron casi todas las procesiones de imágenes fuera de los templos. se estableció el matrimonio civil y el divorcio. se cerró la pontificia Universidad de Santo Tomás, única institución de educación superior, por sus vínculos con la Iglesia costarricense. En medio de tantas adversidades, el Obispo Thiel supo llevar adelante su misión de pastor, ocupado en tareas tan importantes como : la formación del clero, el bien religioso y moral de los pueblos, la instrucción religiosa de la juventud, la catequización de los indios la promoción de las obras sociales mediante la aplicación de la DSI. La Costa Rica de su tiempo estaba constituida, en su gran mayoría, por obreros y campesinos que tuvieron que afrontar una profunda crisis económica y fiscal que azotó al país sin misericordia. La Carta Pastoral En 1891 se publica la encíclica “Rerum Novarum” Dos años después y aplicando las enseñanzas de esta encíclica a la gravísima situación de los trabajadores del país, Monseñor Thiel se pronunció con su trigésima “Carta Pastoral sobre el justo salario de los jornaleros y artesanos, y otros puntos de actualidad que se relacionan con la situación de los destituidos de bienes de fortuna”. En esta carta Pastoral Mons. Thiel puntualiza la importancia capital de : la fijación del justo salario. del establecimiento del precio de los artículos de primera necesidad por parte de la autoridad pública. defiende el derecho de asociación de los trabajadores para la defensa común de sus legítimos intereses. La reacción no se hizo esperar y Mons. Thiel tuvo que defenderse de la oposición oficial y agresiva del liberalismo a las exigencias de justicia social cristiana. Oposición que vino, inclusive, de parte del propio Gobierno de la República. Pero quedó una gran lección: por una parte, como dice el historiador Carlos Luis Fallas Monge “en medio de la acongojante situación socioeconómica originada por la crisis, sólo se escuchó, como único rayo de esperanza, la voz de la Iglesia Católica costarricense” y, por otra, como dijera en su momento Monseñor Sanabria, nuestra Iglesia “dio la primera voz de alerta cuando la crisis comenzaba a hacer su aparición, publicando entonces su famosa trigésima Pastoral, inspirada en los principios de la Rerum Novarum”. 3. Los primeros cuarenta años del siglo XX Iniciado el siglo XX con la polémica situación que dejó el enfrentamiento entre la Iglesia y el liberalismo antirreligioso de fines del siglo anterior, el periodismo católico fue un medio privilegiado en manos de la Iglesia que sirvió para generar pensamiento social y promover la DSI. El I Congreso Eucarístico Nacional, también facilitó espacios de formación y difusión del pensamiento social católico. La revista El Mensajero del Clero como El Eco Católico fueron medios empleados para la exposición y promoción de las enseñanzas sociales de la Iglesia. En el campo político, dos partidos de inspiración cristiana hicieron historia : “La Unión Demócrata” y el “Partido Reformista”. “La Unión Demócrata” apareció para la campaña electoral de 1905, liderado por el Benemérito Dr. Rafael Calderón Muñoz, junto con otros notables seglares de la época. Fue un partido ideológico de orientación católica, cuyo objetivo era promover el progreso moral y material del país, y combatir “las leyes que saliendo de su esfera propia, traten de esclavizar la conciencia del ciudadano y de poner trabas al libre ejercicio de su actividad. El partido procurará la armonía entre la Iglesia y el Estado”. El Padre Jorge Volio Jiménez El “Partido Reformista” nació en 1923, tuvo a su propulsor e ideólogo en la persona de Jorge Volio Jiménez. Con un ideario que respondía a una orientación social cristiana, este partido gravitó en torno a la exigencia del Estado de cumplir como gerente del bien común, mediante una moderada intervención. Padre Jorge Volio 1882- 1955 “Es en este período que surge también un líder comprometido a fondo con la enseñanza social de la Iglesia. Rechazado por unos, enaltecido por otros, el sacerdote y político, Jorge Volio Jiménez, es una figura clave en la historia de la justicia social costarricense. Todo el ideario de su polémico Padre Jorge Volio Partido Reformista, que sacudió a la Costa Rica de los años 20, está indudablemente anclado en las enseñanzas sociales de la Iglesia”. Carta Pastoral Nueva Evangelización y Promoción Humana (1993). Las obras de la Iglesia Por otra parte, la atención de la Iglesia en materia social durante los primeros cuarenta años del siglo, se realizó por medio de las obras asistenciales y de beneficencia. En las parroquias hubo grupos apostólicos dedicados a atender a los pobres y los enfermos, como las Sociedades de San Vicente de Paúl; el movimiento obrero católico, que tuvo en la Iglesia un gran aliado : organizaciones obreras e Instituciones sociales para las clases trabajadoras. Los nombres de : la Sociedad de Artesanos del Círculo de Artesanos Católicos de la Liga de Acción Católica Femenina de la Sociedad de Defensa Católica de la Liga de Acción Social Católica del Montepío de la Agricultura las Escuelas de San Vicente la Sociedad de Cafetaleros de San Isidro de Heredia la Caja de Ahorros de San Antonio son algunos ejemplos de la acción social de la Iglesia en los primeros decenios del siglo XX. Desde el siglo XIX, las Hermanas de San Vicente de Paúl seguían atendiendo el Hospital San Juan de Dios y el Hospicio de Huérfanos, en San José. En 1921, el mismo Gobierno de la República trajo, con ocasión del centenario de la Independencia, a las Hermanas del Buen Pastor para que se hicieran cargo de la cárcel de mujeres y de otras instituciones de bien social. En 1935 llegaron las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, por petición oficial, para asumir el Sanatorio Carlos Durán que atendía enfermos de tuberculosis. Dos años después esta misma comunidad religiosa tomó bajo su cuidado el Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa, donde todavía prestan sus servicios. En 1938 también asumieron el Sanatorio de Las Mercedes, para enfermos de lepra. 4. La Reforma Social Cristiana de 1940 – 1943 Llegados los años cuarenta, la cuestión social presentaba alcances muy por encima de donde habían llegado, a la fecha, los esfuerzos de la Iglesia en esta materia, como bien lo señaló Monseñor Sanabria —Arzobispo de San José desde 1940— hablando de ella y del papel que en su recta solución jugaba la DSI: “la doctrina social del cristianismo, cuyo conocimiento no escapa a la comprensión media de todas las clases sociales, nos impone a nosotros, ministros de la Iglesia, el deber de estimular la voluntad colectiva e individual a acomodarse a ella, persuadiendo a los sinceramente creyentes, de que es ineludible exigencia de su fe, y a los otros de que por equidad humana deben hacer honor a aquellas reglas, y a todos de que la cuestión social es de tal naturaleza y urgencia que si no la resolvemos en el orden, en la justicia y en la caridad, se comprometerá en el desorden y en la injusticia y en la violencia”. Monseñor Sanabria Sanabria y Calderón Guardia Nació en Cartago, en 1899. Ordenado sacerdote en 1921. Ordenado Obispo de Alajuela en 1938. Arzobispo de San José, de 1940 a 1952. Muere en San José el 8 de junio de 1952. Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez. 1899- 1952 En medio de un complejo contexto nacional y en el difícil marco de la Segunda Guerra Mundial, los esfuerzos de la Iglesia por resolver cristianamente y de raíz la cuestión social, no tuvieron barreras. En aquel momento el social cristianismo comenzaba a tomar fuerza. Aunque esta corriente de pensamiento y de acción política ya tenía sus antecedentes, es en los años cuarenta que cobra una fuerza singular, hasta penetrar en las mismas estructuras del Estado. El social cristianismo hizo posible, en la teoría y en la práctica, la realización de la gran Reforma Social Cristiana de 1940-1943 Reforma Social Cristiana realizada : en el Gobierno del Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia en el Arzobispado de Monseñor Víctor Sanabria Martínez, Ambos protagonistas y líderes suyos indiscutibles La Reforma Social Cristiana de 1940 – 1943 TEMAS LOGROS Cuestión La derogación de las leyes liberales antiReligiosa religiosas de fines del siglo anterior, el 30 de julio de 1942. a) La creación de la Universidad de Costa Rica, el 26 de agosto de 1940, se produjo Cuestión después de cincuenta años de la injustificaEducativa da inexistencia de una institución de educación superior en el país y como reapertura de la antigua y benemérita Universidad de Santo Tomás. TEMAS LOGROS b) La inclusión de la enseñanza religiosa como materia de aprobación obligatoria, el 26 de setiembre de 1940. c) El establecimiento de la enseñanza religiosa en las escuelas primarias como materia de aprobación obligatoria, el 10 de nov. 1940. Cuestión d) El reconocimiento de los estudios efectuaEducativa dos en instituciones privadas de enseñanza, por entonces todas católicas, el 21 ago 1941. e) El otorgamiento del título de “Profesores de Estado” y de “Maestros especiales con certificado de idoneidad” a los sacerdotes que enseñaran religión en los colegios y escuelas del Estado, el 21 oct 1941. TEMAS LOGROS a) Creación del Seguro Social, el 1 nov 1941 b) La creación del capítulo de las Garantías Sociales, que se incorporó a la Constitución Política como Título V, el 2 jul 1943, incluyendo la fijación por parte de la Autoridad PúbliCuestión ca del salario mínimo, la jornada máxima, la Laboral protección y tutela de la familia que es base y fundamento de la sociedad, la función social de la propiedad y el destino universal de los bienes, etc. c) La promulgación del Código de Trabajo, el 15 set 1943, en el aniversario de la independencia patria como expresión de la nueva independencia nacional en la justicia social. Amalgama de costarricenses por la reforma Social En todo este proceso de reforma del Estado, la Iglesia jugó un papel decisivo tanto en lo histórico como en lo doctrinal, haciendo tangible realidad la DSI expuesta en las Encíclicas Rerum Novarum y Quadragesimo Anno, así como en el Código Social de Malinas, surgido este último del círculo de estudios sobre la sociedad, la política y la economía que promovió el Cardenal Desiderio Mercier en Bélgica en los años veinte. En este proceso participó todo el pueblo costarricense, todos los grupos y todos los actores sociales de la época: liderados por un Gobierno que claramente señaló el norte de esta Reforma Social en la DSI, inspirados y guiados por esta Iglesia particular, encabezada por Monseñor Sanabria y del todo comprometida con la promoción y aplicación de los principios cristianos de justicia social, se realizó esta Reforma Social pacíficamente y sin que costara una sola gota de sangre costarricense. Para esta Reforma Social, hubo una inmensa participación: grupos sociales adinerados cafetaleros banqueros trabajadores gremios de obreros grupos de campesinos la gente de pueblos y ciudades los distintos grupos políticos y hasta los comunistas colaboraron activamente para su realización. No estuvieron de acuerdo con la Reforma Social e hicieron una oposición más en el papel que en la realidad y por eso no llegó a ser significativa : unos pocos liberales de rancio abolengo y viejo cuño algunos disconformes políticos un naciente y pequeño grupo de jóvenes intelectuales, que querían primero una reforma económica antes que una reforma social: el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales. Aquella inmensa participación se manifestó de múltiples maneras: unos, (personas de los grupos sociales adinerados : cafetaleros, banqueros) dando su voto positivo a esta Reforma Social desde sus curules en el Congreso Constitucional y asumiendo en la práctica lo que significaban estas leyes sociales otros, apoyándola en las calles con coloridos y pacíficos desfiles y otras muestras de solidaridad. el Partido Comunista abandonó sus tesis marxistas y sus propios ideales comunistas para apoyar abiertamente y sin reticencias los principios cristianos de justicia social expuestos en la DSI y que eran la base constitutiva de esta Reforma. Es de notar que en un Congreso Constitucional en el que las clases económica y socialmente más acomodadas tenían un evidente dominio parlamentario (la totalidad menos uno de los diputados, que era comunista), las leyes sociales se tramitaron sin un solo voto en contra y con una inmensa mayoría a su favor. ¿Por qué, si esta Reforma Social afectaba directamente los intereses de las clases más poderosas, éstas le dieron su apoyo? Porque fue una Reforma Social inspirada y realizada a la luz de las enseñanzas de la DSI y todos, como lo dijeron algunos de aquellos mismos diputados, eran hijos de la Iglesia y acogieron sin reticencias sus enseñanzas sociales. El Papa Pío XII aprobó y bendijo aquella memorable Reforma Social. 5. De la Reforma Social Cristiana a nuestros días La década de los años cuarenta vio ensombrecerse la paz por motivo de la Segunda Guerra Mundial por el conflicto armado nacional que sobrevino en 1948. Monseñor Sanabria, como patriota, obispo y sacerdote no rehuyó nunca el compromiso con la paz, fueran cuales fueran sus consecuencias. Su mediación y sus esfuerzos para evitar la guerra civil para que cesara, después, así como por reunificar la familia costarricense no siempre fueron bien entendidos, acarreándole serias dificultades con el Gobierno de turno, problemas que lo acompañaron hasta su temprana muerte en 1952. Pero se ganó el merecido título de “apóstol de la paz y de la fraternidad de los costarricenses”, así como el de Benemérito de la Patria. La Acción Católica y la Confederación Rerum Novarum La solicitud de la Iglesia también se extendió al mundo del trabajo. Desde los tiempos de Monseñor Rafael Otón Castro Jiménez , la Acción Católica había sido una herramienta preciosa para llevar adelante su obra social entre las clases trabajadoras. El la fundó en 1935 y ya para los años cuarenta había logrado un importante desarrollo. En este contexto nace en 1942, la “Juventud Obrera Católica” (JOC), que favoreció el surgimiento de “La Liga Obrera Católica” y la “Juventud Obrera Católica Femenina”. La obra de la JOC y sus distintas ramas llenó con abundancia los años cuarenta y cincuenta, involucrando miles de trabajadores y realizando una obra social de gran envergadura. También data de aquella época la incursión de la Iglesia en materia sindical. Convencido Monseñor Sanabria que la Iglesia tenía que entrar de lleno en este ámbito, promovió la aparición de un movimiento sindical católico, cuyo anuncio se hizo en 1943. Dos años después, el 1º de mayo de 1945, Monseñor Sanabria inauguró formalmente la “Confederación Costarricense de Trabajo Rerum Novarum”, a cargo del padre Benjamín Núñez, cuyos alcances llegaron a las décadas siguientes. Monseñor Sanabria consideró la educación como el elemento medular de la transformación de los pueblos y de los trabajadores, por ello dedicó al Padre Armando Alfaro para levantar la educación técnica en el país. P. Benjamin Nuñez P. Armando Alfaro El aporte del Arzobispo Carlos H. Rodríguez En 1963 se fundó “Cáritas de Costa Rica”. Comenzó con un programa de distribución de alimentos. Para fines de la década atendía a más de sesenta mil personas en todo el país. Su labor pasó de ser asistencial, a ser una obra de servicio comunal y formativa. En 1963 se fundó “Hermandades del Trabajo”, organización apostólica y social, para la promoción integral de los trabajadores. En ese mismo año de 1963, Monseñor Carlos Humberto Rodríguez, Arzobispo de San José, instituye la Escuela Social Juan XXIII, siguiendo las recomendaciones de la Encíclica Mater et Magistra, con el fin de enseñar, defender y difundir la DSI, y animar la acción social en la Arquidiócesis. A partir de 1971, su radio de acción se extendió al mundo del trabajo en todo el territorio nacional. Retomando lo planteado por don Alberto Martén en torno al solidarismo, se fortaleció este modelo de organización de los trabajadores, con el pensamiento de la Doctrina Social de la Iglesia para promover : la justicia la paz social Alberto Martén la armonía obrero patronal el desarrollo integral de los trabajadores Convirtiéndose en una alternativa deseable, pacífica y justa para resolver la cuestión laboral. A partir del 2007, Monseñor Hugo Barrantes le encomendó a la Escuela Social Juan XXIII difundir más la DSI en todos los ámbitos de la sociedad y particularmente en los espacios parroquiales, con los agentes de pastoral. Se creó un departamento de investigación para analizar permanentemente la situación sociorreligiosa de la Arquidiócesis. Los episcopados de Monseñor Arrieta y Monseñor Barrantes A partir de los años setenta, la obra social de la Iglesia comienza a articularse mejor, creando en la pastoral nuevos espacios. CECOR crea la Comisión Nacional de Pastoral Social, que tiene el fin de promover y coordinar con las homónimas diocesanas la obra social de la Iglesia. Mons. Román Arrieta En la Arquidiócesis de San José, se creó también un centro especializado en materia social: Monseñor Román Arrieta, Arzobispo de San José, fundó el “Centro Coordinador de Evangelización y Realidad Social” (CECODERS) a principios de los años ochenta, institución que impulsó algunas obras sociales de interés y realizó importantes estudios sociorreligiosos para la Iglesia. Mons. Román Arrieta Monseñor Hugo Barrantes Ureña le dio una nueva visión a la Vicaría Episcopal de Pastoral Social (VEPS) : dotándola de suficientes recursos económicos dedicando sacerdotes y profesionales a tiempo completo para impulsar la acción social de acuerdo con los retos del momento y en la línea de la promoción humana Inició el Diálogo Social Comunitario para posesionar a las comunidades, haciéndolas que se escuche su voz se crearon alianzas estratégicas con organismos gubernamentales, dando frutos como los mercados solidarios Le correspondió iluminar, desde la ética y la DSI, el debate nacional con ocasión del Tratado de Libre Comercio entre EUA, Centroamérica y República Dominicana. Muy iluminadora fue su Homilía del 2 de agosto de 2005 en la cual denunció la existencia de las “tres Costa Ricas”. Mons. Hugo Barrantes Fue en sus Visitas Pastorales, donde tocó y experimentó, con ojos y corazón de pastor, la inmensa brecha y desigualdad social que se viene forjando desde el debilitamiento del Estado Social. Hoy continúan las obras sociales de beneficencia que la Iglesia promueve y que para el año 2000 pasaban la centena. Es digno de mención el trabajo de las comunidades religiosas en la atención de huérfanos, niños minusválidos, jóvenes en riesgo y enfermos terminales, entre otros. La Autoridad Eclesiástica ha impulsado obras de beneficencia, creando el Hogar de la Esperanza (1996) para pacientes con sida y la Casa Hogar San José (2002) para adictos, entre otras. La voz de los Obispos, en el terreno de la cuestión social, no ha sido solapada ni cobarde. Por el contrario, como se muestra en el cuadro resumen que sigue, en los últimos veinte años del siglo XX y primeros del siglo XXI, múltiples escritos de gran calibre ha emitido la CECOR sobre aspectos de la cuestión social urgentes en el momento de promulgación del documento. Por cuestión de espacio no se enuncian todos. Fecha 17 dic. 1979 15 may 1981 2 ago 1981 1º dic. 1981 7 set 1985 Asunto Pastoral titulada “Evangelización y Realidad Social de Costa Rica”, sobre la situación del país. Carta Pastoral sobre los recursos naturales Pastoral “Iglesia y Momento Actual Costarricense”, sobre la crisis que se vivía por ese entonces. Carta Pastoral “Unidos en la Esperanza”, sobre la crítica situación que pasaba el país. Pastoral promulgada con motivo del proceso electoral de febrero siguiente. 24 nov 1985 13 mar 1988 1º may 1988 Carta Pastoral sobre la familia cristiana como santuario de vida y de amor. Pastoral “Una Llamada de los Obispos de Costa Rica a la Conciencia del País”, sobre la cuestión social. Documento “Respuesta de la CECOR a la Consulta del Señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social sobre el Proyecto del Nuevo Código de Trabajo”. 8 mar 1992 Exhortación Pastoral en defensa de la vida humana. 2 ago 1994 Carta Pastoral “Madre Tierra”, sobre la situación de los campesinos y los indígenas del país. 1º dic 1997 Comunicado Pastoral sobre la situación vigente en la Costa Rica del momento. 14 jul 1997 Comunicado Pastoral del Obispo y Presbíteros de la Diócesis de Limón sobre la minería a cielo abierto. 18 dic 1998 Carta Pastoral del Arzobispo R. Arrieta sobre los Derechos Humanos con ocasión del 50º aniversario de la Declaración de la ONU. 30 may 2004 “Justicia, equidad y solidaridad. Una reflexión sobre el T.L.C. a la luz de principios cristianos”. 2 ago 2005 Homilía del Arzobispo H. Barrantes en la Basílica de los Ángeles, denunciando la brecha y desigualdad social en el país. 15 oct 2008 Comunicado sobre la fecundación in vitro. 1º oct 2009 Exhortación Pastoral “Caminos hacia una auténtica democracia”, campaña electoral 2009-2010. 12 ene 2010 Pronunciamiento sobre la minería metálica a cielo abierto y el proyecto Las Crucitas 21 nov 2011 Mensaje de la CECOR ante el proyecto de Ley de sociedades de convivencia, el cual promueve reconocer estatus jurídico y social a las uniones entre personas del mismo sexo. 19 mar 2012 Carta Pastoral de la CECOR, “Hacia una Costa Rica más solidaria”. Lecturas complementarias: Leer la última Carta Pastoral que haya publicado la CECOR o el Obispo Diocesano. Bibliografía recomendada: Blanco, R. (1983). La Iglesia, el Estado y las Reformas Liberales. (1884). San José: E.C.R. CECOR. (2007). La palabra social de los obispos costarricenses (1893-2006). Comp. M. Picado, R. Vargas, O. Lobo y J. Hernández. San José: Ed. CECOR. Bibliografía recomendada: Malavassi, G. (1977). Los principios cristianos de justicia social y la realidad histórica de Costa Rica. San José: Trejos. Picado, M. (2010). La Iglesia Católica de Costa Rica en la historia nacional: desafíos y respuesta. San José: Ed. EUNED. Soto, G. (1985). La Iglesia Costarricense y la Cuestión Social. San José: EUNED. Volio, M. (1973). Jorge Volio y el Partido Reformista. San José: E.C.R.