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LA SEMILLA QUE CAYO JUNTO AL CAMINO Una de las razones por las que la iglesia existe es para proclamar la Palabra de Dios, en otras palabras, somos sembradores que sembramos la semilla, o sea, la Palabra de Dios. De acuerdo a lo que dice el apóstol Pedro (1 Pedro 1:23) existen dos clases de semilla: La semilla corruptible y la incorruptible. La semilla corruptible. Que es la simiente de Satanás que fue sembrada en el corazón del hombre la cual produce toda obra maligna (Juan 8:44) y de la carne (Gálatas 5:19-21). Esta mala semilla es la que hace que la persona no entienda la Palabra de Dios y que también dude y no crea en ella. Esta semilla germina y da fruto por si sola (Mateo 13:25). Es por esta razón que cuando alguien oye la Palabra, Satanás, inmediatamente quiere quitar la semilla que fue sembrada en su corazón, no le da tiempo para que la semilla germine y de fruto. Ya que la semilla incorruptible es la que nos hace renacer, es la que nos limpia y nos purifica. Para que el enemigo no arrebate la semilla tan fácilmente debemos sembrar la semilla en lo más profundo del corazón de las personas y no dejarla junto al camino. Lo alentador, lo positivo de este pasaje es que solo una parte cayó junto al camino, no todo se desperdició. Hubo una parte que cayó en buena tierra y dio fruto. El diablo vino a robar, matar y destruir; Cristo vino para que tengamos vida y vida en abundancia. Amén, Dios les bendiga