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Hacia el XII del Tiempo Ordinario
HACIA EL DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
Para Orar Cada Día
el Evangelio del Domingo Próximo
Del Lunes 17 al Domingo 23 de junio de 2013
Hacia el Domingo XII del Tiempo Ordinario
Orar en el Corazón del Mundo: Por los pueblos y ambientes más
secularizados, para que llegue a ellos el inflijo de la evangelización.
 Una manera de orar en la ciudad (4/5
Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo
espiritualidad.sanpablo@gmail.com
Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche
editado por Christ Source de Vie, Toulouse
Orar en la Casa
1
Evangelio de Jesucristo según san Lucas
Capítulo 9, versículos 18 al 24
“Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos
estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que
soy yo?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan
el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos
profetas que ha resucitado». «Pero ustedes, les preguntó,
¿quién dicen que soy yo?». Pedro, tomando la palabra,
respondió: «Tú eres el Mesías de Dios». Y él les ordenó
terminantemente que no lo dijeran a nadie.
2
«El hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser
rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los
escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día».
Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que
renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me
siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que
pierda su vida por mí, la salvará”.
3
LUN 17
MAR 18
A solas con Jesús
Jesús pregunta
El Evangelio de esta semana comienza “a solas” para
Jesús y sus discípulos. Justo antes de este pasaje, Jesús
ha realizado el milagro de los panes y ha saciado a la
multitud; desea ahora encontrarse bajo la mirada del
Padre y recibirse de él para continuar su misión. La
oración es su verdadero lugar de regreso a la fuente. Yo
también puedo quedarme a solas con Jesús, elegir un
lugar silencioso y escucharlo con atención. Vuelvo a leer
las dos preguntas que hizo a sus discípulos, dejando que
resuenen en mí sin responder a ellas por el momento.
La primera pregunta de Jesús es sorprendente: “¿Quién
dice la gente que soy yo?”. Sin duda quiere oír lo que la
gente dice de él y lo que entienden los discípulos de su
misión. Pero también podemos pensar que el hombreJesús se pregunta sobre sí mismo y tiene necesidad de
recibir apoyo en su misión de parte de quienes lo rodean
y le tienen confianza. Jesús plantea esta misma pregunta
al discípulo que soy. ¿Qué voy a responder? Entro en mí
mismo para oír el ruido del mundo respecto a Jesús.
Luego, le respondo con la espontaneidad de los
discípulos.
4
5
MIÉ 19
JUE 20
Jesús me pregunta
El Mesías de Dios
Y ahora la pregunta esencial, la que Jesús me dirige
personalmente: “¿Y tú, quién dices que soy yo? Para ti
¿quién soy?”. No puedo esquivar esta pregunta. Jesús
espera mi respuesta. Entonces, en el secreto de mi
corazón, busco las palabras que corresponden mejor a lo
que creo. Respondo con la verdad, sin ocultarme nada.
Quizá son palabras que expresan confianza y amor, o bien
vacilación, duda e incluso revuelta. Para que mis palabras
se ajusten verdaderamente a mi fe, pido al Espíritu Santo
que abra e ilumine mi inteligencia y mi corazón.
“Tú eres el Mesías de Dios”: esta respuesta de Pedro va
a permitir que los discípulos entren un poco más en el
misterio de Jesús. ¡Pero qué respuesta tan equivocada!
Para ellos, el Mesías es quien va a expulsar al invasor
romano y restaurar la grandeza de Israel. Entonces,
Jesús deja ver un poco… No, el Hijo del hombre va a
sufrir, a ser rechazado, a morir y resucitar al tercer día.
Nada que ver con el Mesías que ellos esperan. ¿Qué
sentimientos me embargan ante esta evocación de la
Pasión-Resurrección? ¿Tengo el deseo de seguirlo en
este camino inesperado?
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7
VIE 21
SÁB 22
Cargar con su cruz
Jesús no oculta las exigencias para seguirlo: se trata de
cargar con su cruz cada día. Pero no hay que equivocarse:
cargar con su cruz no necesariamente significa imaginar los
peores sufrimientos o tormentos en el futuro. La cruz es el
lugar supremo del amor. Cargar con su cruz es asumir la
vida en el día a día, con determinación, amando hasta el
final. Mira el día que viene (eventos, encuentros) y pido a
Jesús que esté a mi lado para enseñarme a amar como él
mismo ama.
Perder su vida
Jesús va todavía más lejos: para seguirlo, habla de perder
la vida. ¿Qué quiere decir? Aquí también todo se trata de
amor y de confianza. Quien ama en verdad está dispuesto
a todo para seguir al ser amado y vivir de él. Si quiero
seguir a Jesús, hay renuncias que tengo que vivir para
abrirme a otro que no sea yo. Miro mi vida, con sus
sombras y sus luces, y la entrego al Padre. Le ofrezco todo
lo que está en mí, en unión con Jesús, para que su vida y
su amor crezcan en mí.
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8
DOM 23
Salvar su vida: vivir plenamente
Orar en el Corazón del Mundo
Cargar con su cruz, renunciar a sí mismo, perder su vida… todo esto
no tiene ningún interés a menos que sea para tener una vida
estrecha. Pero es todo lo contrario: la vida crece al darse, la vida se
vuelve fecunda al ofrecerse para que otros vivan, la vida procura
mucha alegría al perder la que tratamos de darnos a nosotros
mismos. ¿Acaso esto no es salvar la vida? En este domingo, día de
vida y de resurrección por excelencia, estoy invitado a participar en
la eucaristía, con otros cristianos. Entraré en el movimiento de
ofrenda de Jesús a su Padre. Dejaré que resuenen en mí las palabras
de la oración eucarística número 3: “Que el Espíritu Santo haga de
nosotros una eterna ofrenda a tu gloria”. ¡Sí, el Espíritu quiere hacer
de nosotros seres que viven!
10
Oremos para que ahí donde la influencia de
la secularización es más fuerte, las
comunidades cristianas sepan promover
eficazmente una nueva evangelización.
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Una manera de orar
en la ciudad (4/5)
ORAR EN LA CASA
Fuentes, caídas de agua, cascadas, ríos, canales o
riachuelos, pero también lluvia y tempestad… el agua llega
y corre de mil maneras. Cuando escuchemos cómo corre o
cae el agua, cuando saboreemos su frescura cuando hace
calor o cómo nos quita la sed en medio de una caminata,
intercedamos ante el Padre para que los ciudadanos
descubran un día la fuente de la verdadera vida.
¿Por qué no jugar esta semana al juego del
descubrimiento? “¿Ustedes quién dicen que soy yo?”.
En familia, con amigos o solo, tomo tiempo para
responder cada día a un tema diferente: “En los
momentos de alegría y felicidad, ¿quién soy yo”, “en los
momentos de duda, ¿quién soy yo”, “en los momentos
de sorpresa, ¿quién soy yo?”, “en los momentos de
sufrimiento, ¿quién soy yo?”…
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ORAR EN LA CASA
… y así sucesivamente, haciendo memoria de nuestra
vida. Lo escribo en un cuaderno o en un papel que
podemos colocar en el rincón de oración de la casa, para
ofrecer al Señor el domingo este ramo de frutos que son
nuestras vidas, y darle gracias.
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“El que quiera venir detrás
de mí, que renuncie a sí
mismo”
San Lucas 9, 23
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Con gran frecuencia, Jesús ora a solas. Regularmente,
se retira para volver a centrarse en su Padre y orarle en
el secreto. ¡Y qué secreto va a compartir con sus
discípulos, presentes a su lado! Tiene confianza en ellos
confirmándoles que él es el Mesías, al igual que confía
en nosotros cada día diciéndonos incansablemente
tanto en nuestros momentos de alegría como en la
tristeza o la dificultad: “Sí, yo soy el Mesías”. Y no es
ambiguo cuando continúa: “El que quiera venir detrás
de mí, que renuncie a sí mismo”. En primera instancia,
palabras no muy fáciles de oír.
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¿Pero esto no es acaso porque conoce demasiado
bien nuestras vicisitudes, nuestros apegos y nuestras
barreras? Es claro y transparente: para seguir a Jesús,
es difícil no tener que renunciar a uno mismo. Con
seguridad ya lo hemos experimentado. Es entonces
una experiencia maravillosa y fabulosa que nos
transporta y nos saca de nosotros mismos para recibir
el Amor, un Amor que dilata y abre todavía un poco
más nuestro corazón. No dudemos. Caminemos con
amor en seguimiento de Jesús esta semana.
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