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La hepatitis A es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la hepatitis A (VHA) caracterizada por una inflamación aguda del hígado en la mayoría de los casos. La hepatitis A no puede ser crónica y no causa daño permanente sobre el hígado. Seguida de una infección, el sistema inmune produce anticuerpos en contra del virus de la hepatitis A y le confiere inmunidad al sujeto contra futuras infecciones. La transmisión ocurre por agua contaminada o alimentos contaminados y en algunos países puede ser importada cuando se viaja a zonas de alto riesgo. La vacuna contra la hepatitis A es actualmente la mejor protección contra la enfermedad. Cualquier persona que no haya sido vacunada o no se haya infectado antes puede contraer la hepatitis A. En las zonas donde el virus está extendido (alta endemicidad), la mayoría de las infecciones se producen durante la primera infancia. Entre los factores de riesgo cabe citar los siguientes: •saneamiento deficiente •falta de agua salubre •drogas inyectables •convivencia con una persona infectada •relaciones sexuales con una persona con infección aguda por VHA •viajes a zonas de alta endemicidad sin inmunización previa. El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14– 28 días. Los síntomas de la hepatitis A tienen carácter moderado o grave y comprenden fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular). Los infectados no siempre presentan todos esos síntomas. Los adultos desarrollan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños, y la gravedad de la enfermedad, así como la mortalidad, aumentan con la edad. Los menores de seis años infectados no suelen tener síntomas apreciables, y solo el 10% muestran ictericia. Entre los niños más mayores y los adultos la infección suele causar síntomas más graves, con ictericia en más del 70% de los casos. •La hepatitis A se contagia por vía oro fecal (ingesta de partículas fecales contaminadas). Se propaga debido al contacto con zonas poco higiénicas o ingestión de alimentos contaminados, por ejemplo: •Ingerir alimentos preparados por alguien con hepatitis A, por una persona que no se haya lavado las manos después de defecar. Beber agua contaminada con hepatitis A (en zonas con condiciones sanitarias pobres, beber aguas tratadas). •Por ingerir excrementos u orina infectada (incluso sólo partículas). La hepatitis A no se contagia por vía salival. Sexualmente puede transmitirse cuando se trate de una relación sexual tipo anal o sexo oral-anal. •Otras infecciones más o menos comunes del hígado son las hepatitis B y C, siendo la hepatitis A la menos grave y la más leve de ellas. Las otras infecciones de hepatitis pueden volverse enfermedades crónicas, no así la hepatitis A. Cualquier persona puede contraer la hepatitis A. Sin embargo, algunas personas tienen un mayor riesgo que otras:3 •Las personas que viven con alguien infectado de hepatitis A. •Los niños que asisten a guarderías y las personas que trabajan en una guardería de niños.4 •Las personas que viajan a otros países donde la hepatitis A es endémica y no poseen los anticuerpos necesarios. •Las personas que practican el anilingus en sus relaciones sexuales. •El uso de drogas por vía endovenosa. La persona infectada con hepatitis A puede sentirse como si tuviera gripe o bien puede no tener ningún síntoma.6 Los síntomas de la infección por virus de la hepatitis A suelen ser de aparición brusca y consisten en dolor en hipocondrio derecho, ictericia (piel y ojos amarillos) y orinas oscuras. Otros síntomas comunes incluyen:4 •Náusea •Vómito •Fiebre •Pérdida del apetito y anorexia •Fatiga •Prurito (irritación y picazón de la zona afectada) generalizado. •deposiciones de color claro y albinas, este padecimiento recibe el nombre de acolia. •Dolor abdominal, especialmente en la región del epigastrio7 •Estos pródromos pueden ser leves y en los lactantes y niños preescolares pueden pasar inadvertidos. La vacunación contra la hepatitis A debe formar parte de un plan integral de prevención y control de las hepatitis virales. La planificación de programas de inmunización en gran escala debe comprender evaluaciones económicas detenidas y prever métodos alternativos o adicionales de prevención, como por ejemplo mejoras del saneamiento y educación sanitaria para fomentar la higiene. La decisión de incluir o no la vacuna en la inmunización sistemática de los niños depende del contexto local, incluidos el porcentaje de personas vulnerables en la población y el nivel de exposición al virus. Varios países, entre ellos la Argentina, China, Israel y los Estados Unidos de América, han introducido la vacuna en la inmunización sistemática infantil. Aunque muchos países aplican la pauta de dos dosis de vacuna inactivada, otros países pueden plantearse utilizar una sola dosis de vacuna inactivada en sus calendarios de vacunación. Algunos países recomiendan también que se vacune a las personas con más riesgo de hepatitis A. La OMS despliega actividades en las siguientes esferas para prevenir y controlar las hepatitis víricas: •Concientización, promoción de alianzas y movilización de recursos; •Políticas con fundamento científico y datos prácticos para la actuación; •Prevención de la transmisión; •Detección, asistencia y tratamiento. •La OMS también organiza el Día Mundial contra la Hepatitis el 28 de julio de todos los años, con el fin de acrecentar el conocimiento de las hepatitis víricas. •Los viajeros a países en los que el virus es endémico •Los hombres que tienen relaciones homosexuales •Las personas con hepatopatía crónica (debido a su mayor riesgo de complicaciones graves en caso de infección por el virus de la hepatitis A). En cuanto a la inmunización como respuesta a los brotes, las recomendaciones para la vacunación contra la hepatitis A deben tener en cuenta las circunstancias de cada caso concreto, en particular la viabilidad de emprender rápidamente una campaña de vacunación generalizada. La vacunación de control de brotes comunitarios es más eficaz en las comunidades pequeñas, cuando la campaña se inicia tempranamente y cuando se alcanza una alta cobertura en varios grupos de edad. Las actividades de vacunación deben complementarse con educación sanitaria tendente a mejorar el saneamiento, las prácticas de higiene y la inocuidad de los alimentos Se debe sospechar la hepatitis A cuando existen antecedentes de ictericia en los contactos familiares, amigos, compañeros de pacientes febriles o con otros síntomas de una probable hepatitis. Igualmente en viajeros a zonas endémicas con clínica de hepatitis. Los criterios serológicos incluyen la detección en sangre de anticuerpos anti-VHA: la infección aguda suele tener un incremento de inmunoglobulina M anti-VHA. La inmunoglobulina G aparece después de 3 a 12 meses de la infección inicial. El virus se excreta en las heces desde 2 semanas antes hasta 1 semana después del comienzo de la enfermedad, por lo que se puede realizar un cultivo viral, de estar disponible. Pueden estar elevadas las enzimas ALT, AST, bilirrubina, fosfatasa alcalina, 5nucleotidasa y gamma glutamil transpeptidasa. El diagnóstico diferencial suele hacerse de acuerdo a la edad del sujeto. Ictericia fisiológica del recién nacido, anemia hemolítica, sepsis y atresia biliar en el neonato. En el lactante se debe descartar quistes del colédoco y carotenemia. En la infancia: síndrome urémico hemolítico, Síndrome de Reye, Paludismo, Leptospirosis, Brucelosis, cálculos biliares e infecciones graves. El lupus eritematoso sistémico, hepatotoxinas y fármacos como el acetaminofen y el ácido valproico suelen dar síntomas similares a la hepatitis A. No existe un tratamiento específico para la hepatitis A, pero se recomienda al paciente estar en reposo durante la fase aguda de la enfermedad, cuando los síntomas son más graves. Además, las personas con hepatitis aguda deben evitar el consumo de alcohol y cualquier sustancia que sea tóxica para el hígado, incluyendo el paracetamol. También se debe tomar en cuenta el equilibrio hidroelectrolítico y nutricional. Se debe en lo posible evitar la dieta con grasas complejas, considérese la exposición a la luz solar por lo menos 5 minutos por día por razones preventivas. El no seguir el tratamiento puede traer complicaciones a los demás órganos del cuerpo. A menudo, el médico administra medicamentos para aliviar los síntomas como el dolor, la fiebre y el malestar general. La ingestión de dulces, caramelo macizo principalmente, zumos y helados parece ser empleada para el alivio de las náuseas asociadas a la hepatitis.8 La recuperación depende de la edad, estado general de salud e historia médica del individuo, qué tan avanzada está la enfermedad y su tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias. La mayoría de las personas se recuperan de la infección de la hepatitis A sin intervención médica. La vacuna contra la hepatitis A confiere protección que previene la infección por el virus de la hepatitis A.6 Una vacuna es una dosis de gérmenes con su patogenicidad atenuada que usted puede recibir cuando está sano que impide que usted se enferme. Las vacunas le enseñan a su organismo a atacar ciertos virus, como el virus de la hepatitis A. La vacuna de la hepatitis A se aplica en inyecciones. Los niños pueden recibir la vacuna después de haber cumplido los dos años de edad. Los niños de entre 2 y 18 años de edad deben recibir tres inyecciones en el plazo de un año. Los adultos deben recibir dos o tres inyecciones en el plazo de 6 a 12 meses. Es necesario que se apliquen todas las inyecciones para quedar protegido. Si se está viajando a otros países, debe recibir todas las inyecciones antes de viajar. Si no recibió alguna inyección, llame inmediatamente a su médico o consultorio para que le den un nuevo turno. Usted puede protegerse a sí mismo y proteger a los demás de la hepatitis A de las siguientes maneras: Siempre lavarse muy bien las manos después de ir al baño y antes de preparar los alimentos o comer. Use guantes si tiene que tocar el excremento de otras personas. Lávese las manos después de hacerlo. Cuando visite otro país, beba agua embotellada. (Y no use cubitos de hielo ni lave la fruta y la verdura con agua de la llave de paso.) Un lavado minucioso de las manos antes y después de cada cambio de pañal, antes de servir los alimentos y después de usar el sanitario puede ayudar a prevenir tales brotes en guarderías. •La hepatitis A es una virosis hepática que puede causar morbilidad moderada a grave. •Cada año se registran aproximadamente 1,4 millones de casos de hepatitis A en todo el mundo. •El virus de la hepatitis A se transmite por la ingestión de alimentos o bebidas contaminados o por contacto directo con una persona infectada por el virus. •La hepatitis A se asocia a falta de agua salubre y a un saneamiento deficiente. •Las epidemias se pueden propagar de manera explosiva y causar pérdidas económicas considerables. •Las mejoras del saneamiento y la vacuna contra la hepatitis A son las medidas más eficaces para combatir la enfermedad. Dr. Wilfrido Punguil Medina