Download Sinopsis carta del director general nov. 2015
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Esta presentación es para una reflexión personal. Si se va utilizar para una exposición se sugiere eliminar texto de las diapositivas. Material no institucional. La carta del 4 de noviembre de 2015, del P. Eduardo Robles-Gil, L.C., dirigida a los miembros del Regnum Christi es la fuente del contenido de esta presentación. El texto íntegro de la carta se encuentra en el block de notas. Las imágenes son de la red. Actualización: Graciela G. de Madero Fecha: noviembre 2015 www.missionkits.org recursos@regnumchristi.org Tel. 01-800-288-2334 Esta presentación NO pretende ser un tratado completo sobre el tema, sino un esquema, modificable, de apoyo para facilitar su exposición en una actividad de formación. Solemnidad de Cristo Rey 2015 Carta del P. Eduardo Robles-Gil, LC Queremos que Cristo reine En nuestros corazones, en el de nuestras familias, en nuestros equipos y secciones, en nuestros apostolados … Que a través de nuestra oración y de nuestro apostolado, Él se haga presente y reine en las vidas de las personas y en la sociedad. Nuestra petición debe ser más insistente, más convencida. Nuestra oración ¡Que venga tu Reino a mi corazón! Es necesario pasarla de los labios a la vida, que sea un deseo profundo y muy real. ¿Qué significa que venga Jesucristo como rey a nuestra vida? Significa que tome posesión de nosotros, como un rey toma posesión de su reino. Puede ser que tome nuestro corazón después de una o varias batallas contra nosotros mismos, puede ser que sea un rendirnos pacíficamente. Pero toma posesión. «Me sedujiste y me dejé seducir...» (Jr 20,7). 1. «Aquél que nos amó, nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre… La experiencia del amor de Dios es raíz de nuestra vocación al RC. El amor misericordioso no es una realidad abstracta. La misericordia tiene un rostro: Jesucristo, nuestro Rey y Señor. Ha bajado a nuestra pequeñez, no ha escatimado nada para hacernos entender cuánto nos ama. … nos ha convertido en un reino» Nos levanta, asume nuestra pobreza y nos hace partícipes de su misión. Nos ha convertido en un reino. Por puro amor Nos invita a emprender acciones y a crear instituciones para que su reino se instaure en los corazones de los hombres, de las familias y de la sociedad. Que seamos signo de la presencia de su reino en el mundo, confiados más en su gracia y en su elección que en nuestras propias fuerzas. 2. Mi reino no es de este mundo Un reino distinto. No es temporal ni caduco. Es un reino eterno y universal. Reino de la verdad y la vida. Reino de la santidad y la gracia. Reino de la justicia, el amor y la paz. No se trata sólo de «darle tiempo» al Señor, a través de la oración o del apostolado, sino de «darle el corazón» = coherencia de vida. Vivir con coherencia y contra corriente no es fácil… Hay que pedir esa gracia. Cristo Rey está presente y activo, actúa con su gracia y a través de los corazones y acciones de sus apóstoles. Viene al mundo e instaura su reino en los corazones de las personas y a través de las personas en otras personas. Se necesita fe, esperanza y amor. Fe para ver a Dios presente, que actúa y que nos llama; nos hace ver nuestra vida también como una misión y nos ayuda a amar como Él. Con esperanza y confianza, los deseos se hacen proyectos y las dificultades se convierten en oportunidades de amar. 3. Tú lo has dicho, soy Rey El mundo necesita testigos. Que esta fiesta sea oportunidad para hacer que el RC sea un movimiento más abierto y acogedor, donde se entre en contacto con el amor de Dios. Que por nuestra experiencia de la misericordia divina, otros puedan experimentarlo a través de nuestro servicio desinteresado. ¡Qué hermoso sería que en cada localidad, por nuestros apostolados pudiéramos practicar más conscientemente las obras de misericordia corporales y espirituales! La familia sufre una fuerte crisis El evangelio de la familia que la Iglesia proclama es contrario a la mentalidad del mundo. Busquemos… Dar testimonio del aprecio a la familia. Fomentar iniciativas para acompañar a los novios, a los recién casados, a las familias en dificultad, con respeto y compasión. Oremos por la familia y por la caridad y unión entre los miembros de nuestra familia espiritual. No tengamos miedo de anunciar con convicción y misericordia la verdad de Dios sobre el amor matrimonial y la familia y demos testimonio con la vida ante el mundo de que Jesucristo es rey. Jesucristo no parece rey según los criterios del mundo. Su corona es de espinas. Parece más bien débil y fracasado. Así nos enseña que lo más importante para proclamar su grandeza y su domino, no está en grandes éxitos según el mundo, sino en hacer siempre la voluntad del Padre por amor. Es un reino de amor y de gracia. La gracia la indulgencia plenaria Pido a la Santísima Virgen, Reina de los apóstoles, que nos alcance la gracia de ser más conscientes de que Jesucristo nos ha amado para que seamos germen de su reino en este mundo y demos testimonio de la Verdad, que es Él mismo. Que ella nos ayude a mostrar el amor misericordioso de Dios a nuestros hermanos, especialmente a las familias.