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UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA VICERRECTORÍA ACADÉMICA LA RELACIÓN TECNOLOGÍA-COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN: UN ENFOQUE MEDIACIONAL PARA LA TRANSFORMACIÓN CURRICULAR. Documento síntesis escrito por el Grupo de Investigación EAV Este documento presenta la reflexión en torno a la relación tecnologíacomunicación-educación, marco conceptual para comprender los procesos de mediación e interacción en el ámbito educativo y, particularmente, el proceso de mediación tecnológica. LA RELACIÓN TECNOLOGÍA-COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN El punto de partida para ubicar la Comunicación en esta relación es comprender que su objeto es la vinculación humana. Cuando se habla de vínculo se hace referencia a un tipo especial de intercambio en dos sentidos: el de la participación y el de la comprensión, que lo distinguen de otras formas de intercambio (físico, informacional), tradicionalmente centradas en modelos lineales de comunicación (reducido al binario emisor/receptor) que dan prioridad a la transmisión de contenidos, donde se hace énfasis en la correcta decodificación de información y no, necesariamente, en la comprensión de la misma. La noción de vínculo está anclada a un sentido originario de la existencia humana: el hombre no es y después se relaciona, el hombre es porque se relaciona consigo mismo y con los otros. Desde esta perspectiva la comunicación se entiende como el espacio de construcción de prácticas sociales y por tanto de la cultura. Una de estas prácticas sociales que se construyen en la comunicación es la educación. Se puede inferir, entonces, que el proceso educativo es un particular proceso de comunicación donde intervienen sujetos capaces de lenguaje, de entendimiento y de acción, que construyen el conocimiento en los procesos de interacción del sujeto consigo mismo, con los otros, con la sociedad y con el entorno. En este sentido, ya no se puede pensar en el conocimiento como objeto acabado y que se transmite, sino que es una construcción mediada por procesos de interacción, es decir, de comunicación. El primer reto que se plantea, entonces, es superar la visión instrumental de la Comunicación en la Educación, y para ello, se precisa de un ejercicio histórico crítico que permita develar, en primer término, que la Educación es una de las tantas prácticas sociales que se construyen en la Comunicación; y en segundo término, que estas prácticas sociales están mediadas, desde el punto cero de la humanidad, por las herramientas técnicas, sean éstas materiales (los útiles) o inmateriales (el lenguaje) y por los demás recursos culturales construidos en los procesos sociales (las normas, los rituales, las instituciones, etc.). UN ENFOQUE MEDIACIONAL Lo que muestra el despliegue histórico de la relación TecnologíaComunicación-Educación es que la sociedad es inseparable de sus propios medios: los objetos técnicos. Desde los útiles de piedra de los primeros homínidos hasta las modernas tecnologías del hombre contemporáneo, los objetos técnicos han implicado el incremento de la mediatización de la experiencia. Un incremento tanto cuantitativo (por la diversificación de medios y tecnologías) como cualitativo (por la transformación en los lenguajes, en las lógicas de producción y en las formas de socialización). De allí, el paso de un mundo cerrado y de gran estabilidad en las sociedades premodernas a un mundo abierto, dinámico e inestable en las sociedades contemporáneas. Por tanto, la mediatización de la sociedad no es otra cosa que la mediatización de la experiencia. La evolución de esta mediatización, que aquí llamamos mediación tecnológica, nos plantea la necesidad de reconocer: uno, que el orden social se comprende, se comunica, se reproduce y se transforma en el proceso colectivo de producción de significados; dos, que este proceso colectivo es el que se ha rediseñado a partir de la existencia de las tecnologías y medios de producción y transmisión de información; y tres, que esa transformación no es uniforme y contempla cambios estructurales, que exigen soluciones contextuales en todos los ámbitos sociales. De acuerdo con lo anterior, los asuntos tecnológicos exigen un pensamiento acorde con los requerimientos culturales que genera el contexto; un pensamiento que trascienda la mirada instrumental de la tecnología y que reconozca que la tecnología no sólo hace cosas para nosotros, sino que hace cosas con nosotros, es decir, está directamente implicada en la subjetividad humana, en la forma cómo nos vemos y nos asumimos frente al mundo. MEDIACIÓN TECNOLÓGICA De acuerdo con lo anterior un enfoque mediacional supone trascender la mirada instrumental centrada en la funcionalidad del objeto técnico. Y para ello, es necesario comprender que las tecnologías no son exclusivamente objetos físicos sino también sociales, esto es, objetos que se transforman en la interacción social, que adquieren sentido en el proceso de interpretación que le permiten al sujeto, no sólo saber de su existencia sino dotarlos de significatividad en contextos particulares de acción, orientados por unos propósitos determinados, como los que se dan regularmente en el ámbito educativo. Comprender que las tecnologías tienen sentido, en términos de relaciones, no de materialidad; lo cual las inscribe definitivamente en el ámbito de la mediación y la interacción. Es entonces la actividad mediadora la que posibilita la acción recíproca de los objetos técnicos que conforman el mundo social en el cual se enmarcan estas prácticas. Por tanto, las tecnologías adquieren sentido, para usar una expresión vygotskiana, sólo si se les visualiza simultáneamente con su objetivo de uso en el marco de una interacción social. La inferencia, por más obvia que parezca es necesario explicitarla: para pensar, para comunicarnos, para educarnos, en suma, para ser humanos, necesitamos herramientas. Se desechan, por tanto, en esta concepción, las visiones que comprenden la tecnología como prótesis, como suma de pericias y de instrumentos que se renuevan permanentemente, pero sin mayor significado para la constitución de un ser humano integral; en tanto se considera que la tecnología interpela todas y cada una de las áreas de la vida humana: sus sistemas de valores, sistemas de conocimiento, sus sistemas productivos. Por tanto, el pensamiento comunicativo de la tecnología en la educación debe situarse, más que en la relación sujeto-máquina (visión instrumental), en la relación sujeto-sujeto mediada tecnológicamente (visión pragmática). La visión pragmática lo que intenta, precisamente, es identificar las pautas de interacción en esta experiencia mediada, particularmente en el ámbito educativo. Y cómo ha evolucionado esta experiencia mediada con la constante emergencia de tecnologías en el mundo contemporáneo. Particularmente, las Tecnologías de Información y Comunicación exigen una nueva mirada sobre los saberes. La convergencia tecnológica constituye un signo de este tiempo que señala la necesidad de sinergias y emergencias en los modos de relacionarse, de acercarse al saber, de construir conocimiento y de aprender; lo cual quiere decir que tiene un carácter social y cognitivo. El término convergencia permite describir los cambios tecnológicos en diferentes aspectos: soportes, lenguajes, mensajes, códigos, formas, contenidos, modos de uso, tipos de servicios y aplicaciones. Lo cual plantea la necesidad de una convergencia de los saberes, o más precisamente, la necesidad de un trabajo interdisciplinario para enfrentar proyectos de incorporación, integración y apropiación tecnológica en la educación. En ese sentido, procurar una mayor integración de las TIC en los contextos educativos y pedagógicos es un imperativo de la Universidad, con miras al mejoramiento de la calidad de la educación y a los procesos de inclusión digital como factor de inclusión social (UNESCO, 2004 y 2006). Se trata, entonces, de desarrollar competencias tecnológicas y comunicativas, y de construir capacidades en TIC para el uso creativo en las prácticas de enseñanza y los procesos de aprendizaje: potenciación de la autonomía en el aprendizaje, promoción del trabajo colaborativo, generación de comunidades de aprendizaje y de redes de investigación. Para plantear la mediación tecnológica en la transformación curricular se propone partir de las siguientes categorías interdependientes: Incorporación de TIC se entiende como una estrategia básica de inversión, dotación, equipamiento y ampliación de infraestructura tecnológica para fines administrativos y académicos. Integración de TIC permite no subordinar lo pedagógico a lo tecnológico, en tanto no se someten los referentes y valores de la educación a las lógicas y valores que impone el orden tecnológico. Deben ser los proyectos pedagógicos debidamente razonados y justificados los que reclamen los medios a utilizar y no al revés. Apropiación de TIC alude directamente a la relación del sujeto con la tecnología y al necesario reconocimiento de las gramáticas y el universo expresivo de las TIC que garanticen una verdadera competencia sígnica en relación con el nuevo universo tecnológico. Por tanto, no hablamos de alfabetización informática (de la función de la máquina) sino de formación para el desarrollo de competencias en la cual el sujeto dota de sentido la tecnología (el por qué y el para qué). En el siguiente mapa se despliegan las categorías mencionadas como una forma de concretar la mediación tecnológica en la transformación curricular de la UPB.