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Lan hau Creative Commons-en Attribution 3.0 Unported lizentziapean dago Los derechos sociales en tiempos de crisis Aldatu zen azken eguna: 2012-09-20 I.2. El problema principal no es la deuda soberana En otro esclarecedor artículo titulado ¿Nos engañan como a chinos? publicado en octubre de 2010, el periodista y analista Xavier Vidal-Folch desmentía con datos que el problema de los bancos europeos fuesen los riesgos asociados a la deuda soberana de los Estados. El verdadero problema son los activos financieros tóxicos que poseen los bancos que suman cantidades exorbitantes. ¿Son sobre todo los remanentes de las hipotecas-basura titulizadas, otras deudas incobrables enmascaradas en CDO, y en España el exceso de crédito inmobiliario imprudente los culpables de la debilidad bancaria europea?. Añadía el citado periodista: ¿Por eso es todavía más escandaloso que la UE, intoxicada por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), con sede en Londres, apruebe recortar el valor de los bonos públicos en manos bancarias hasta su precio de mercado y, en cambio, no imponga revisar los activos privados tóxicos y diezmar su precio hasta el real?. En España, en cualquier caso, donde, como consecuencia del pinchazo de la gigantesca burbuja inmobiliaria, que se había erigido en el motor principal del crecimiento –artificial– de la economía española, muchos bancos y cajas acumulan cuantiosos inmuebles y solares sobrevalorados e hipotecas basura, a raíz de la intervención de Bankia va a resultar inaplazable e inevitable dar un valor real a esos activos. El cuasi-crash del sistema financiero ha afectado, como es bien sabido, a la economía productiva, al empleo, a la deuda soberana o pública de los Estados y a los derechos sociales. Ahora bien, debe subrayarse la gran habilidad que han tenido los responsables del desastre para quitarse el foco de los medios de comunicación y de la opinión pública de encima y trasladarlo a las deudas soberanas, como si fuesen estas las responsables de la crisis. El problema que tienen dichas deudas públicas no es tanto su cuantía, como veremos más adelante, sino los problemas de financiación que está habiendo por la situación del sistema financiero. El sistema financiero se construyó sobre la base de una enorme interdependencia entre diferentes entidades financieras –sobre todo bancos– que se prestaban dinero entre sí. Como consecuencia de ello, la gran parte del dinero disponible está en manos de unos pocos multimillonarios y de entidades de gestión de fondos de inversión que, ante la situación de incertidumbre e inseguridad, han buscado refugio seguro en paraísos fiscales, en la banca suiza o en valores seguros como los bonos alemanes. Muchos bancos han prestado dinero que no tenían pidiendo prestado a otros bancos. Se calcula que los bancos alemanes tienen 146.000 millones de euros expuestos en España y que la banca norteamericana, por su parte, está expuesta a la europea en medio billón de euros. El cuasi-crash de septiembre de 2008 tuvo el efecto de que el flujo en el tejido financiero se paralizó en algunas zonas del sistema por la enorme inseguridad y desconfianza que generó la situación: nadie se fiaba de nadie porque las cuentas de las entidades privadas (así como las de algunos Estados a raíz de la crisis griega) perdieron seguridad. Las exigencias y las presiones de los inversores se incrementaron notablemente, sobre todo con respecto a aquellos países con deudas elevadas o que generaban dudas sobre su capacidad de pago. España ha sido y sigue siendo uno de los países más afectados. Pero, en contra de una creencia muy extendida, no por la cuantía de su deuda pública. Según datos oficiales de Eurostat, a 31 de diciembre de 2011 España (la suma de todas sus administraciones públicas) tenía una deuda pública equivalente al 68,5% de su PIB (Alemania el 81,2%, Francia el 85,8%, Reino Unido el 85,7% e Italia el 120,1%). Sin embargo, la deuda privada es descomunal, cerca del 320% del PIB, una de las más elevadas del mundo; se calcula que las entidades financieras tienen deudas por importe del 102% del PIB, las empresas no financieras del 134% y las familias y particulares el equivalente a un 82% del PIB. Según el catedrático Santiago Niño-Becerra, el crecimiento económico español en las últimas décadas ha estado basado en el endeudamiento privado: ¿La deuda privada española fue escalando posiciones hasta cuadruplicarse en doce años. Ese y no otro fue el milagro español: el endeudamiento?. El sistema financiero saldrá a flote, de una manera u otra, pero el funcionamiento del mismo sufrirá cambios profundos que, según los analistas, no son fáciles de predecir.