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EJERCICIOS ESPIRITUALES 2015 MEDITACIÓN INTRODUCTORIA 1. Tres actitudes han de presidir estos Ejercicios: Tiempo privilegiado para redescubrir el amor primero: (Ap 2, 1-5) Tiempo privilegiado para dejarnos llevar por Dios al desierto para recuperar nuestro tiempo perdido y para encender el rescoldo de nuestra fe (Os 2, 16) Tiempo para tomar conciencia de un aspecto central de la vida del cristiano y de la Iglesia y de un consagrado: Dios es quién lleva adelante a la Iglesia, al MAC y nuestra vida. 2. “ VEN Y SÍGUEME”: VER CON LOS OJOS DE DIOS Y SENTIR, AMAR Y CAMINAR CON EL CORAZÓN DE CRISTO”. 3. Disposiciones y actitudes básicas al comenzar los Ejercicios Silencio. Ser peregrinos en la vida. “Andar en verdad”. Paciencia y constancia. Dejarse amar para darse. Deseo del conocimiento interno del Señor Apertura al amor de Dios. Imitemos, pues, a Jesús por amor, contemplemos a Jesús por amor, actuemos en todo por amor a Jesús (Carlos de Foucauld) ¡Enamórate! Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es, lo que te saca de la cama cada mañana. Qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, Lo que rompe tu corazón, Y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera. (P. Arrupe, S.J.) MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN. ESPÍRITU DE ANAWIN DE YAHWÉH. Textos: Mt 11, 29; Lc 18,35-43; Flp 2, 1-11. Solamente en la humildad podemos crecer en la vida espiritual. La base del cristiano es la humildad para que el “tejado” sea a caridad. Necesitamos basar la vida cristiana en la humildad. Jesús siempre se pone en camino, va al encuentro de las personas. No es insensible a la realidad de los demás Hay dos tipos de ciegos: Los que se lamentan y quedan en casa y los que piden ayudas. “Jesús, Hijo de David ten compasión de mí”. El Señor va a pasar por nuestra vida en estos Ejercicios; gritadle al Señor. Humildad es reconocer mis limitaciones y no escandalizarse de mis caídas. La humildad ilumina los obstáculos para la salvación del hombre. Tener temor amoroso de poder apartarme del amor de Dios, de Cristo. Cuando uno ha gustado el amor de Dios no puede vivir otra cosa pues nada le llena. ¿Soy coherente y transparente o llevo doble vida? Cuidado con la falsa humildad que es una gran soberbia: buscar exhibirme ante los demás. Orgullo es aparentar algo externamente que no se vive internamente. Solo Dios es humilde. Aceptar la realidad de mi vida y priorizar mi conversión personal para que se haga vida en nuestra comunidad. Los que iban delante regañaban al ciego para que se callara. Hay personas que, más que ayudar, ponen trabas. Pero el ciego gritaba más fuerte. En las cosas buenas y justas hay que seguir adelante con valentía. Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Hoy también se detiene delante de cada uno de nosotros y nos pregunta: ¿Qué quieres que haga por ti? “Señor que vea otra vez”, que te experimente a ti, que descubra en tu amor la verdad de mi vida. Dios nos mira como algo único e irrepetible, me ama y ha dado la vida por mí. Querernos también a nosotros mismos para poder amar a los demás. Y al ver glorificó a Dios. La gloria de Dios es la gloria del hombre. Cuando uno es feliz alaba a Dios. Mi Señor Jesús, ¡qué pronto será pobre el que, amándote con todo el corazón, no pueda soportar ser más rico que su Amado… Cuando amamos al prójimo, el primer fruto de este amor es empobrecerse para aliviarlo…Pobreza y amor al prójimo, vemos lo unidas que están entre sí estas dos virtudes (Carlos de Foucauld) MI REDENTOR Y SALVADOR Texto: Lc 15, 11-32 El Señor viene a mi vida a salvarme de mis pecados. Agradecerle su infinita misericordia y haber muerto por mi salvación. Tenemos la facilidad de ver los pecados de los demás y no tanto los nuestros. Parábola del Padre misericordioso. El hijo quiere al Padre en función de sus bienes; no significa nada para el hijo. El pecado lleva al egoísmo y al estado de postración: Cuando perdemos la unión con Dios, perdemos la identidad. El amor lleva a dejar que las personas se vayan, pero la gente vuelve si hay alguien que le espera. El padre se vuelca en el hijo; hace lo que sea necesario con tal de que recupere la conciencia de su dignidad de hijo. Querer a las personas de verdad. Son antes los gestos de amor que las palabras. El hermano mayor, a fin de cuentas, también valora al padre por los bienes que tiene. Siente al hermano como una amenaza que se va a quedar con lo que cree le corresponde a él. El mayor regalo es vivir en el Señor. Cuanto más soy hijo de Dios, soy más hermano de mis hermanos. Vivir en alabanza y servicio. Dos actitudes: o Ver cómo está una persona en pecado. Es como vivir en esclavitud. o Pedir dolor de mis pecados. Cuanto más ame más me dolerá pecar. Contemplar: La desobediencia de los ángeles. El Señor a nosotros nos da miles de posibilidades de conversión y de cambio. Vencer las tentaciones unidos a Jesús y con su ayuda. Obediencia seglar. El pecado del hombre. El pecado no es querido por Dios para el hombre. Fruto del pecado es la muerte. Es creer que puedo ser feliz lejos de Dios. La respuesta de Dios al pecado es Jesucristo. Sin Jesucristo, yo estaría condenado. Reparar el daño causado por mis pecados. Arrepentimiento y agradecimiento al Señor por haber pagado por mí. Sentirme perdonado. Coloquio de amor con el Señor: Le he costado a Dios su propio Hijo. Valgo la sangre de Cristo. Ha pagado por mí y le estoy inmensamente agradecido. Sentir la mirada de Cristo y, desde esa mirada y tocado por el Señor, cambiar mi corazón. Considerar lo que he hecho por Cristo, lo que hago actualmente y lo que voy a hacer por Él a partir de ahora. LA MISERICORDIA Y LA CONFIANZA Textos: 2ª Samuel, cap. 11 y 12; Lc 23, 39 -43; Flp 4 13; Salmo 50. Contemplar mi historia personal en relación con el Señor: historia de amor, de caídas y levantadas. ¿Qué momentos más significativos de salvación hay en mi vida? El Señor no ha dejado de buscarme y yo me he dejado encontrar. Dos niveles: contrición (dolor de ofender al Señor) y atrición (temor de la condenación). El primer castigo del pecado es el pecado mismo, estar lejos del Señor. Frutos de la contemplación: o Vale la pena el amor de Cristo. o Agradecimiento a Jesucristo. o Confianza de que el Señor me de fortaleza para afrontar y superar las dificultades de la vida. Superar el peligro de la desesperanza, de la mediocridad y búsqueda de desahogos y compensaciones. El Señor nos invita a renovar nuestro compromiso y entrega a él. Ofrecer nuestras manos vacías al Señor para que nos las llene. Apoyarnos en el Señor, crecer en esperanza y confiar: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”. El Rey David peca gravemente: adulterio y asesina indirectamente. “He pecado contra el Señor”. No se esconde, no relativiza ni le quita importancia a su pecado. “El Señor te ha perdonado”. “Jesús acuérdate de mí cuando estés en tu Reino” “Hoy estarás conmigo en el Paraiso. Es necesario reconocer nuestras culpas. Judas se desespera. Pedro se deja mirar y descubre que hay perdón, salvación. Como a nosotros nos cuesta perdonar y olvidar, nos es difícil entender la manera de actuar de Dios. Nos cansaremos antes de pecar que Dios de perdonarnos. Pedir dos gracias al Señor: 1. Que de mis pecados saque el provecho que Jesucristo desea. 2. Que ame a Jesucristo más que si no hubiera caído. Experimentemos el perdón y creamos en su infinita misericordia. Puedo y debo aspirar a una gran santidad. “Misericordia, Dios mío, por tu bondad… Por tu inmensa compasión borra mis pecados y lava todas mis culpas” (Sal 50) Jesús, gracias por haberme dado, al sufrir tanto por mí, tan gran prueba de tu amor que, de ahora en adelante, estoy obligado a tener en tu amor una confianza inquebrantable, una esperanza eterna (Carlos de Foucauld) ORAR SIEMPRE, SIN DESANIMARSE JAMÁS Textos: Mt 6,5-13; 26, 36-46; Mc 1, 35-37; Lc 18, 1-8. Distintas situaciones: Si un vaso está roto, aunque sea solo por un agujero, no se llena Cuando un vaso lo medio lleno de tierra y de agua. El vaso y el agua están, pero como no paro no puedo llenar el vaso. Definiciones de la oración. Para los que se inician: “La oración es un acto de fe en un Dios personal que está presente”. En la palabra y la Eucaristía. Orar con la Palabra: a) Ser consciente que Dios existe y estoy ante Él. b) Establecer una relación personal con Él. c) Adhesión a Cristo. Para los que ya tienen hábito: “La oración es un trato íntimo y sincero con Aquel que sabemos que nos ama, de corazón a corazón”. Sta. Teresa de Jesús: “Trato de amistad, estando a solas con quien sabemos que nos ama” Hay cosas que trae desolación: la mediocridad y los momentos de prueba. Para los ya avanzados: “Orar es ponerse a remojo en Dios”. Dejar que el Señor nos mire, encuentro personal con él. La oración ayuda a esponjar el corazón. En la oración hay distintas etapas y grados. Sin vida de oración no hay evangelización ni fe. Cuando se abandona la oración todo el edificio se viene abajo; es como un hermoso castillo de naipes. En la oración lo importante es que haya encuentro con el Señor. Contemplación y acción están íntimamente unidas. Oración desde lo que somos para llegar a ser lo que verdaderamente hemos de ser. Métodos de oración: Lectio Divina. Oración del corazón Oración vocal. Liturgia de las Horas Oraciones tradicionales. Frases orantes. Oración en silencio. Oración desde la incompetencia. Oración en agonía. Contemplación de Cristo en la cruz. Que Jesús te guíe, te ilumine, que viva cada vez más en ti, que cada vez más no vivas tú, sino que sea Él quien viva en ti… (Carlos de Foucauld) TÚ ERES MI HIJO AMADO:FE CRISTOCÉNTRICA Presentación en el templo (Lc 2,21-38) María y José cumplen la Ley, pero van más allá de la Ley. Simeón reconoce al Señor desde ese sentido interno. Sólo se descubre al Señor en la verdad del amor, con los ojos del corazón. Cristo es luz para alumbrar a las naciones. Pedirle al Señor sr fieles hasta el final de nuestras vidas para descubrir al Señor. Jesús se queda en el Templo de Jerusalén (Lc 2,39-52) Tormento de María y José buscando tres días a Jesús.. Es un preanuncio de la muerte y resurrección de Jesús. María no entiende a Jesús, pero lo ama y guarda las cosas en su corazón. Necesidad de aprender a través de los acontecimientos de nuestra vida auqnue no lo entendamos. Inicio de la vida pública 30 años de vida oculta, 3 años de vida pública, 3 días de muerte y resurrección. Lo que hace bien no son mis actividades, sino la intensidad de nuestro amor. Testimonio de S. José que hizo cosas grandes sin llamar la atención. Vivir lo ordinario de forma extraordinaria, poniendo mucho amor. Momento duro en el que Jesús le dice a maría que se tiene que marchar. María va a vivir unida a su Hijo en su corazón. El vínculo espiritual será más fuerte que el de la carne. Bautismo de Jesús (Mt 3, 13 -17) Jesús se pone en la cola de los pecadores y recibe el bautismo de Juan. Bautismo por inmersión: el hombre viejo se transforma en hombre nuevo. Se abren los Cielos: “Este es mi Hijo, el amado, al que miro con cariño”. Grandeza de nuestro bautismo: ser hijos de Dios, amados por él. El padre nos dice: “Tú eres mi hijo amado” Tentaciones en el desierto Mt 4,1-11 Para seguir a Jesucristo hay que tener en cuenta 3 cosas: dejar que el Señor vaya delante de mí, estar unido a Él y saber que nos va a romper los esquemas. Los momentos de prueba ayudan a fortalecer las convicciones. 1ª tentación: La riqueza. Visión materialista de la vida. Lo primero no es hacer, sino el ser en el hacer, la verdad del amor. 2ª tentación: El éxito. El momento de mayor fracaso humano de Cristo fue el momento de mayor fecundidad: la Cruz. 3º tentación: El poder. El fin no justifica los medios. Pedirle al Señor no querer controlar, dominar a los demás. Aprender los engaños del diablo. Lo ángeles participan en nuestra vida, nos ayudan en nuestro caminar, a perseverar y ser fieles al Señor. LOS LLAMÓ PARA ESTAR CON ÉL Y ENVIARLOS A EVANGELIZAR (Mc 3,13- 19) A) ¿Qué significa y en qué consiste estar con él? 1. Cristo, centro de toda nuestra vida en él. Los primeros discípulos: Jn 1,35-34 2. "Comprender a Jesús" y "aprender a pensar" cómo Jesús Tercer anuncio de la Pasión. Mc 8, 31-38 ,"no entendían nada de esto ". 3. Adherirse a Cristo, y adherirse a Cristo compromete toda la existencia del discípulo e implica una exclusividad hacia Dios en virtud de la misión que es el servicio a los hombres. Condiciones del discipulado (Lc 14, 25-26) 4. Adoptar como él la radicalidad de su entrega y de su solidaridad con los hombres: Servicio sin reservas ni condiciones a la Iglesia y a los hombres. Evangelización explícita. Himno cristológico (Flp 2, 1-11) B) ¿Qué significa enviarlos a predicar? ¿Qué rasgos ha de tener el evangelizador de hoy? 1. Vivir para transparentar a Cristo. Jn 1, 35-42: "Este es el Cordero de Dios". 2. Entrañas de misericordia y compasión. Mt 9, 36-38: "... sintió compasión de ellos". 3. Generosidad y gratuidad. Lc 18,35-43 ; 19, 1-10. Bartimeo y Zaqueo. 4. Centralidad de los pobres y pasión por los hombres. Curaciones. Lc 5, 12-16; Lc 5, 17-25. 5. Hombres de oración. Mc 1, 35; 6, 46-47; Lc 6,12. 6. Desde la fraternidad. Lc 10, 1 ss; Los envió de dos en dos. 7. Sentido de pertenencia a la Iglesia, al MAC, a la Comunidad…“Yo soy de Cristo" 1 Cor 10, 17. “Las personas alejadas de Jesús deben conocer el Evangelio sin libros y sin palabras, viendo mi vida…Al verme, deben ver lo que es Jesús” (Carlos de Foucauld) PASIÓN DEL SEÑOR Textos: Jn 13, 1-20; Lc 22, 1-71; 23, 1-25 o Eucaristía y lavatorio de los pies ¿Agradezco y valoro el don de la Eucaristía? ¿Dedico tiempo para acompañar a Cristo en el Sagrario? ¿Estoy dispuesto a “lavar los pies” a mis hermanos? o Oración en Getsemaní ¿Soy un cristiano orante? ¿Conforto a Cristo en su pasión? ¿Vivo “dormido” sin hacer nada o soy un verdadero apóstol y evangelizador? o Prendimiento y juicio del Señor ¿Cuido a las personas que me han sido confiadas? ¿Mi “beso” a Jesús es en algunas ocasiones como el de Judas, signo de traición? ¿Estoy dispuesto a decir y vivir la verdad aunque me ocasione persecución? ¿Condeno a mis hermanos con el pensamiento, palabras u obras? o Flagelación y presentación al pueblo ¿Por qué o por quién cambio a Jesús, permitiendo que lo crucifiquen? ¿Me “lavo las manos” ante los problemas y sufrimientos de los demás? ¿Venzo al mal con el bien? “No nos es posible amarlo sin imitarlo, amarlo sin querer ser lo que Él fue, hacer lo que Él hizo o sufrir y morir torturado; no nos es posible amarlo y querer ser coronados de rosas cuando él lo fue de espinas” (Carlos de Foucauld) LA CRUXIFICIÓN DEL SEÑOR Textos: Jn 19, 1-42;Mt, 27, 1-66; Mc 15, 1-47; Lc 23, 26-56; Gal 2,19-21 ¿Cuáles son actualmente las cruces de mi vida? ¿Sigo a Cristo a través de mis cruces? ¿Me abrazo a la cruz y la transformo en signo de donación y de amor al estilo de Jesús? ¿Me abrazo a la cruz de cada día poniendo mucho amor en todo lo que hago? Nadie puede percibir el significado del Evangelio si no ha posado su cabeza en el pecho de Jesús y no ha recibido a María como Madre. Para vivir y morir amando hay que cultivar afectivamente el amor de Jesús. Lo más urgente es estar donde la gente sufre. ¿Estoy cerca del dolor? ¿He acogido a María en mi vida? ¿En qué se nota ese amor? ¿Es mi espiritualidad cristocéntrica, eucarística y mariana? Jesús tiene sed de mi amor, ¿calmo su sed? ¿Es Cristo el tesoro de mi vida? ¿Acojo el don del Espíritu Santo que Cristo me entregó al morir? ¿Tengo mi vida centrada en Cristo? ¿Soy consciente de que lo importante no es tanto lo que hago, sino el amor que pongo en lo que hago? ¿Ofrezco todo al Señor con amor? ¿Vivo desapegado de la vanidad y la búsqueda del reconocimiento del mundo? ¿Sé descubrir en lo pequeño, en lo que no cuenta, la presencia y acción grande de Dios? ¿Hago todo por el Señor, aceptando con paz que muchas cosas no salgan bien, siendo conscientes que en el fracaso está la victoria de la Cruz de Cristo? “Renunciar a todo en espíritu, estar desprendido de todo con el corazón, ser pobre de espíritu y estar vacío de todo apego es absolutamente indispensable para ser discípulo de Jesús” (Carlos de Foucauld) TEMPESTADES DE LA VIDA Textos: Mc 4,35-41; Mt 8,23-27; Lc 8,22-25; Job 30,20; Los amigos del Señor sufren la tempestad fuera y en su interior y él duerme; parecería que no le importaba lo que les está ocurriendo. ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿No tenéis fe? ¿En qué o en quién confían?. La experiencia de Sta. Teresa: "Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta". S. Ignacio: “No hacer mudanza en tiempo de desolación”. Jesús, señor del Universo, autor de cuanto existe, manda a sus criaturas y éstas le obedecen. Drama del aparente silencio de Dios. ¡Dios mío. Dios mío! ¿por qué me has abandonado? (Mc 15,34). Muchos abandonan la barca ante la dificultad. “¡Animo!, soy yo; no temáis”. Desde muy antiguo la Iglesia es representada por una barca siempre en peligro y siempre a flote. Fue el Señor quien les metió en la noche del peligro para que experimentaran en vivo su nada. Y de esa experiencia deben orientarse confiando al todo de Jesús que da seguridad: extendió su mano y les salvó. Señor, si eres tú, mándame ir a ti... Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?. Cualquier cristiano capaz de reflexionar se podrá reconocer en la situación de Pedro a punto de hundirse. La victoria sobre las fuerzas del mal que poseerán los apóstoles, corresponde a una fe y a una adhesión confiadas a la persona de Cristo La victoria sobre las fuerzas del mal que poseerán los apóstoles, corresponde a una fe y a una adhesión confiadas a la persona de Cristo. Por eso la fe es siempre nuestra búsqueda, nuestro caminar constante hacia Dios que sale siempre al camino del hombre y le dice: ¡Ven! La victoria sobre las fuerzas del mal no procede de un poder mágico, sino de la fe, una fe y a una adhesión confiadas a la persona de Cristo. La fe nos invita a emprender todos los días un nuevo camino hacia el encuentro con Cristo. . Orar para poder acertar y cumplir en la misión. No tenemos en nuestras manos el futuro, necesitamos luz y ayuda. Dios nos ama porque es bueno, no porque nosotros somos buenos. ¿No aman las madres a sus hijos descarriados” (Carlos de Foucauld) CRISTO HA RESUCITADO Textos: Heb 2,10; 5,7-9; Col 3,1-4; Lc 24, 13-35; Jn 21, 1-19 Celebrar la resurrección es celebrar la victoria de nuestro Dios. En la resurrección la divinidad invade toda la humanidad y es a lo que nosotros aspiramos. Tres cosas pueden obstaculizar nuestra glorificación: La falta de asentamiento en el presente, la pereza y la falta de humildad. Apariciones ¿Se aparecería a su Madre? S. Ignacio piensa que sí. Ella sentiría una presencia real pero no visible con los ojos humanos. Buscar a Cristo Resucitado y dejémonos amar por Él. Cuando uno gusta de su amor, todo lo demás es nada. (Flp 3,7-8). Estar en Dios. A los discípulos de Emaús. Son dos hombres decepcionados, sin esperanza, que se marchan de la comunidad. Jesús actúa siempre. Se pone a caminar con ellos, pero ellos no lo reconocen. Les pregunta, deja que saquen todo lo que llevan dentro, les corrige, les explica las Escrituras, el sentido de su vida y de su muerte. Ellos le piden que se quede y, al partir el pan lo reconocen, se les abrieron los ojos y Jesús desaparece. Ellos vuelven a la comunidad con el corazón encendido y cuentan lo que han vivido. Sanemos nuestras amarguras y decepciones con la presencia del Señor entre nosotros. En el Lago de Tiberiades. “Al atardecer de la vida se nos examinará del amor” (S. Juan de la Cruz). Todo hay que hacerlo en función del amor. Gozo con el gozo de Cristo. Los apóstoles están muy hundidos pero permanecen unidos, a pesar de todo. Unidad, sí; uniformidad, no. Pedro “tira” de los demás y los demás lo siguen. Salen a pescar pero no pescan nada. Vuelven cansados y fracasados. El Señor sale a su encuentro pero ellos no lo reconocen. A pesar de no descubrir a Jesús, confían, se abandonan, echan las redes y se produce la pesca milagrosa. El Señor actúa a su tiempo y a su modo. Sembrar siempre. Juan, el contemplativo, percibe la presencia del Señor. Pedro se lanza. Jesús les prepara de comer. Con la Eucaristía nos fortalecemos en el amor. Dicen que las nociones conocidas eran 153. La red no se rompió: todos cabemos. Jesús les prepara de comer. Después de la comida, Jesús examina del amor a Pedro, herido por las negaciones. El Señor sigue creyendo en él y en nosotros. Hoy nos hace a nosotros las mismas preguntas. Jesús nos confía lo que más quiere. El Señor nos va a seguir amando siempre, donde estemos. La vida es un camino que nos va a llevar al amor del Señor. “Te llevarán a donde no quieras…” El Señor nos dará las fuerzas para seguirle por algunos de las dos formas de seguimiento: en la vida normal y por el martirio. El martirio por motivos de fe es admirable pues es la respuesta de infinito amor a la extrema violencia.