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GUÍA Nº2 – TEMA III HISTORIA UNIVERSAL LA EDAD MEDIA CONTENIDOS GUÍA: - - El cristianismo en la conformación religiosa y cultural de Europa ; la visión cristiana del mundo como elemento unificador de la Europa medieval ; la importancia política del Papado y la diferenciación del poder temporal y el poder espiritual ; el conflicto entre la Cristiandad y el Islam, incluyendo sus proyecciones hacia el presente. EL CRISTIANISMO COMO ELEMENTO UNIFICADOR DEL MUNDO MEDIEVAL En la época medieval, la vida cotidiana, la imagen de mundo y la institucionalidad estaban empapadas de la fe cristiana, y más allá de cualquier división política, la idea de formar parte de la cristiandad se convirtió en un elemento de unión en Europa. Durante la Edad Media, la iglesia católica logró difundir las creencias y prácticas aceptadas como cristianas y consolidarse como institución, definiendo la estructura administrativa, el dogma y los ritos que mantuvo, con algunas variaciones, hasta avanzado el siglo XX. LA IGLESIA MEDIEVAL A fines del siglo V, la iglesia ya se había consolidado como la única fuerza capaz de dar coherencia al mundo europeo. La iglesia se organizó internamente tal como si fuese un reino de la época, bajo una sola autoridad, el Papa, y bajo un sistema normativo, el derecho canónico. Su territorio se estructuró jerárquicamente y en cada unidad, diócesis, parroquia, entre otras, la autoridad papal estaba representada por un miembro del clero secular. Paralelamente, se buscó una renovación cristiana, que intentó acercar la vida a las enseñanzas de Jesús y a un mundo más espiritual y al modo de vivir de los primeros cristianos. En este movimiento, desempeñaron un papel central las órdenes monásticas, integradas por monjes que vivían en abadías o monasterios. El monacato se había iniciado en Occidente en el siglo V, con San Benito de Nursia, fundador de la orden benedictina y de su estricta regla de oración y trabajo (ora et labora). Los monjes, que al seguir la regla constituían el clero regular, cumplían este mandato en labores agrícolas y productivas, además de un trabajo cultural, como copistas de las obras del saber y en el estudio realizado en las escuelas monacales. LA IGLESIA Y EL PODER TEMPORAL En el medioevo, la iglesia desempeñaba un activo rol político y en muchos momentos de la historia del período, su autoridad se impuso sobre la de los gobernantes. La iglesia era la única institución que se encontraba presente en todas las regiones de Europa y los emperadores, reyes y señores eran gobernantes cristianos. Aún así, la relación entre la iglesia y las autoridades políticas no fue sencilla y atravesó por diferentes momentos de tensión. Durante la Alta Edad Media, la iglesia actuó de común acuerdo con el poder temporal, auxiliándose mutuamente, al fin de mantener sus respectivos espacios de influencia. No obstante, hacia el siglo XI, la relación de cooperación entre ambos poderes entro en conflicto. El año 1075, el papa Gregorio VII estableció que ningún laico podía investir a los miembros de la iglesia, aún cuando los emperadores del Sacro imperio tenían la atribución de investir a los obispos de sus respectivos territorios. El emperador Enrique IV se negó a renunciar a su prerrogativa, situación que provocó la llamada “querella de las investiduras”. La negativa de Enrique IV derivó en su excomunión, lo que lo ponía en una situación muy compleja, en cuanto dejaba de ser parte de la cristiandad y, por lo tanto, no podía gobernar un imperio cristiano. El emperador tuvo que humillarse ante el Papa para obtener su perdón, pese a lo cual, el conflicto entre la Iglesia e Imperio sólo concluyó en 1122, con la firma del Concordato de Works, a través del cual el emperador renunció a la designación de obispos, salvo en casos excepcionales, como cuando la votación era muy estrecha. A partir de entonces, se afirmó el principio de supremacía de la Iglesia sobre el poder temporal, por lo que el papado intervino con frecuencia en los asuntos de los Estados cristianos. LA EXPANSIÓN DE LA CRISTIANDAD: LAS CRUZADAS Tal como el Islam experimentó un proceso de expansión, la cristiandad también buscó extenderse fuera de los marcos del espacio europeo. Chocó en ese proceso con el mundo musulmán, que había conquistado Jerusalén, escenario de la pasión y muerte de Jesús y lugar de peregrinación de la cristiandad. La recuperación de la llamada Tierra Santa de manos de los “infieles” motivó la organización de una serie de expediciones de carácter militar, las cruzadas. Junto con la fe, las presiones económicas y la necesidad de tierras, animaron a nobles y personas comunes a embarcarse en estas empresas de conquista militar para la expansión del cristianismo. Las cruzadas, ocho en total, se desarrollaron entre los siglos XI y XIII; la primera fue la única que logró su objetivo de recuperar Tierra Santa (1099), que fue dividida en reinos acrecentando el poder de los grandes señores que comandaron la empresa. La presencia de los musulmanes, que pronto recuperaron Jerusalén (1187), hizo necesaria la formación de órdenes militares que se encargaban de la defensa armada de la cristiandad en Tierra Santa. Entre ellas, destaca la de los Templarios, monjes soldados que, como orden, acumularon enormes riquezas y gran influencia política, convirtiéndose en verdaderos señores, tanto en Tierra Santa como en Europa. Si bien las cruzadas no lograron recuperar Tierra Santa para la cristiandad, provocaron transformaciones importantes. Económicamente, el apoyo que dieron a los cruzados las principales ciudades italianas, como Génova, Venecia o Florencia, les permitió asumir un rol de intermediarias del activo comercio con Oriente. Para los grandes señores, las cruzadas causaron más problemas que beneficios: muchos quedaron endeudados y perdieron parte importante de sus hombres, lo que debilitó su poder y fortaleció la autoridad de los reyes. La sociedad medieval amplió su horizonte geográfico y cultural, entrando en contacto con nuevos productos que despertaron el afán de lujo. Al mismo tiempo, el enfrentamiento con el mundo musulmán favoreció la cohesión de Occidente, pues la presencia de un “enemigo” común reafirmó la identidad de Europa como cultura cristiana. ARTE MEDIEVAL El Románico: Es el primer estilo artístico propiamente europeo. Es un arte vinculado a los monasterios y constituye una expresión del florecimiento cultural de Europa hacia el año 1000. En una época en que la mayoría de las personas no sabían leer ni escribir, el románico cumplió con una función esencialmente pedagógica, que transformó la iglesia completa en un libro abierto: los pórticos de las iglesias, sus columnas, sus techos y muros se llenaban de esculturas de relieve y frescos. Los motivos del arte románico eran eminentemente religiosos: pintaban la vida de Jesús y escenas bíblicas, pero también vinculados a vicios y virtudes, a monstruos y animales fantásticos o a la vida cotidiana. El románico dio vida a un arte místico y con una gran carga emotiva; las iglesias tenían una arquitectura sólida, compacta y con poca iluminación interior. El Gótico: Es un arte eminentemente urbano, reflejo del poder que estaban adquiriendo las monarquías y del desarrollo económico y cultural de las ciudades. Se desarrolla desde fines del siglo XII y su máxima expresión arquitectónica la constituyeron las catedrales, aún cuando una serie de edificios civiles, como palacios o universidades, se edificaron siguiendo este estilo. Gracias a las técnicas de construcción, los muros ya no necesitaban ser gruesos, por lo que se abrieron a amplios ventanales adornados por vitrales de colores. El gótico significó el triunfo de la luz que entraba a raudales por los ventanales y por las amplias bóvedas, que elevaban la construcción y creaban un amplio espacio interior. La pintura y la escultura se hicieron más realistas, pues mostraban movimiento y sentimientos humanos, sin abandonar las temáticas religiosas. ACTIVIDAD: 1- FORMAR EQUIPOS DE TRABAJO Y ELABORAR MAPA CONCEPTUAL A PARTIR DEL TEMA ASIGNADO. 2- DEBEN PREPARAR SU EXPOSICIÓN Y DAR A CONOCER TRABAJO FINAL A SUS COMPAÑEROS