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POETA
¿Palabras? Palabras
mi nombre sólo son
las voces que callan,
los labios cerrados,
el silencio que habla,
lo que no se dice
y en la lengua se traba;
mi nombre es la ausencia
de todas las llamadas.
AGUA INSANA
Esta agua insana
que me envenena la sangre.
Esta poción de cada mañana,
del mediodía, noche y tarde,
que he de beber por mi hospedaje
en este mundo; esa manzana
de un pecado de la carne,
toda esa vida vana
conviviendo con nadie,
esa comida de aire
sin un respiro del alma
que se consume, se marchita
cuando cree que algo sabe.
Ese otoño de piel amarilla
donde todo muere antes,
ese despertar al alba
de una vista sencilla
que miró el volar de las aves
sin sentido y sin alas,
sin rumbo y sin padres,
sin tierra lejanas
donde posarse.
Ese frío hielo
que congela las calles,
que interrumpe el paseo
de la mente inquietante;
ese horrible cielo,
todo nublado,
gris oscuro en el deseo,
en el querer torturado
del pecho amante.
Ese cristal transparente
que distorsiona la imagen
de un ser que siente,
como un vidrio verde
que engaña el viraje
del ser pensante
y su vida paciente,
su ir incesante
como simple inocente.
VOCES INQUIETAS
¡Callad! Voces inquietas
de impertinentes sonidos,
de alegrías inmensas
en cuerpos de niños;
paz a mis oídos,
a mi mente; han sido
malos años infantiles
educado entre vicios,
si bien entre libros
y palabras accesibles,
si mal por los giros
del fuego y el hogar vividos
en el corazón imposibles.
DESPERTAR
Todo es despertar y apartar los sueños
ante el sol de la ventana;
yo, con los ojos bien abiertos
vigilé en la noche la luna clara,
y no soñé, y no dormí, pero quieto
sobre el lecho del cuerpo y alma
permanecí despierto
por una vida que soñaba.
Despertar y abandonar la cama
cómoda del descanso incierto,
donde la calma encuentra pausa
y el sentir queda en suspenso;
donde el corazón se arrebata
y encoge; donde te haces pequeño.
Despertar y ser solitario espejo
sin pasión por reflejar una cara
soñolienta, vacía de besos;
sin poner esfuerzo
en beber el agua que para mi sed puso el cielo,
sin apagar el incendio
que en esta fragua
arde en un dolor inmenso.
SOMBRA AL RASO
Hoy, empañados los cristales,
llueve fuera y dentro
con sonido sordo;
apagado y siniestro
cuento las horas reales.
A puerta cerrada y solo
se marchita mi flor
como en un estéril campo;
ni pienso, ni siento, mi voz
callada, mi sombra al raso
sin agua ni sol.
JUVENTUTE ET TEMPUS
Todavía es mi tiempo,
tiempo joven
que no ha muerto;
aún existe el momento,
y el instante,
la hora noble;
aún respiro el aire
que resbala a mis pulmones.
Y la música suena: Timbales
con el ritmo de mis sensaciones.
DE LOS BESOS...
De los besos, chiquilla, estoy hecho,
cándido, húmedo,
sensible en el centro de mi pecho;
pero no pediré
que vengas a seguirme haciendo
aunque me vea frío y seco.
El que soy se irá desvaneciendo
temprano, de verde a negro,
de lleno a vacío, muriendo.
El que fui, para el recuerdo
y la memoria, para el pasado eterno.
El que seré, ¿Quién sabe
si lloverá suficiente para serlo?
DIVERTIMENTO: CORAZÓN
Siempre en movimiento.
Pon, pon, -¿Por qué lates?
Si no hay amor
por ninguna parte.
Pon, pon –llamas tarde,
Tu latido ya nada dice
ni a nadie puede interesarle.
Pon, pon –cuando acabe
veras el malgasto que hiciste
de tu mendiga sangre.
Pon –sigue- pon, pon
aunque quieras,
del pecho no sales
corazón.
DIVERTIMENTO: LIMÓN
Limón, limón,
agrio fruto, fruto de poeta,
terrenal y apagado sol.
Abandona tu casa, el árbol asceta
que quiere y no puede
llegar al cielo más que yo.
Limón,
si te azucaro el vientre
¿Me sabrás mejor?
Hay quien salado te prefiere,
poniéndote alegrías y humor.
Yo, cruel, te abro en canal
para robarte sin mal
todo tu amarillo color.
DIVERTIMENTO: CENICERO
(10, marzo, 2002)
Cenicero, a tus cenizas,
aunque venga el viento,
de un soplo, y se lleve las briznas,
los ecos de humo
y el tabaco quemado
de la pipa o el papel blanco del cigarro.
Tú, a tu trabajo,
a recoger las colillas
que vamos dejando,
que cuando seas urna
tomarás justicia del ser humano.
DIVERTIMENTO: SERVILLETA
Limpia que te limpia
la ilustre servilleta,
la boca, los labios,
las caretas
de la moda y los disfrazados.
De blanca a negra,
pura a sucia, siempre limpiando,
supliendo la nueva
a la que se ha utilizado.
Servilleta, ama de cara suelta,
atenta siempre desde tu caja secreta,
esperando.
A QUIEN SE AMA
Como un sueño de mi fantasía,
virgen pura, amaneces,
como un viento de alegría,
una brisa marina
que a mi alma llega y la revuelve;
como la flor bella que germina,
rosa de amor, me hieres,
como la pequeña niña
sonriendo a la vida
con un vestido inocente;
como el ave peregrina,
cielo mío, que siempre vuelve,
vuelas ligera, perfecta, blanquecina
al sol que ilumina
el mundo en que te mueves;
como el agua bendita,
hermosa, bendices mis sienes,
como un beso en la mejilla,
dulce, suave; como una melodía
tranquila tú eres;
como el trineo de la infancia perdida,
chiquita, resbalando por la nieve,
como la alfombra amarilla
que el otoño nos brinda
y todo lo envuelve;
como una imagen sencilla,
ojitos, que en la memoria se mantiene,
como el aroma fresco de campiña
suelto por el aire en armonía
y coloreándolo todo de verde;
como una ilusión bonita,
cariño, que de pronto aparece,
como un manojo de semillas
que por la tierra esparcidas,
vivas, solas, crecen;
como una reina divina,
preciosa, que nunca muere,
como una Gracia venida
desde el lienzo en tinta
que no te merece;
como una cima,
cumbre de amor, del corazón latente,
como el despertar del día
en la primavera alegre,
abriendo las cuencas mías
con una caricia en la frente.
A LAS MANOS
Las manos, estas que se agitan
al latido de la vena poética,
estas que tiemblan si las chillan,
las manos que no saben estarse quietas
vagan ahora por la tierra, vacías.
Mis manos son, escasas de galantería,
aquellas que, solas, se agarran entre ellas,
unas manos antes manchadas en tinta
al pasarlas sobre el poema,
manos ya en el tiempo limpias,
manos ya sin vida
resquebrajadas por sus grietas.
Manos de barro, manos de arcilla,
talladas de vieja piedra,
son manos que perdieron la caricia
de la piel ajena,
que ya no resbalan por las mejillas
ni por el cuerpo de las niñas
provocando al alma risueña.
QUERER DECIR
Algo siempre te quiero decir
al pasar por mis ojos,
¿Qué será este deseo tan hondo
que nunca llega a salir?
¿Cuáles serán las palabras que para ti
conservo en un lenguaje sordo
que ni tan siquiera yo oigo
a pesar de saber que están ahí?
¿Dónde están? En mi trasfondo,
-pero nunca las vitras mi piel, tras mi rostro,
en mi voz muda y sellada de marfil.
EL PUNTO QUE SOY
El punto que soy en el universo
va dejando de ser punto, vacío,
está dejando un hueco de silencio.
Voy desapareciendo del mundo
difuminándome en recuerdos,
vuelto y sin esperanza. Todo
lo que es nuestro,
de los hombres, ya son quimeras
fascinantes de los sueños.
Mi figura, se quiebra
doliéndose de su ser extenso,
y todo lo que es mío
-¿Hay algo más que mi cuerpo?se enterrará bajo arenas
del olvido y aguas de infinito tiempo.