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Convivencias 1ª y 2ª Etapa Confirmación Trabajo personal “Loado seas mi Señor” Jarahonda, 1 de Mayo de 2004 Francisco de Asís Supongo que a todos os sonará el nombre de Francisco de Asís. Y no es para menos, ya que fue y es un ejemplo a seguir para todos los que nos llamamos cristianos. Nació en el año 1181-82 en una pequeña ciudad italiana llamada Asís, en el seno de una familia adinerada. Lo tenía todo, familia, amigos, dinero, juventud, y muchas ganas de vivir y pasarlo bien. Y eso hacía, disfrutar de todo lo que la vida le había regalado. Pero su corazón era demasiado grande y ni siquiera todas esas fiestas, derroches de dinero, amistades...eran capaces de llenarlo. A pesar de todo el seguía buscando la alegría, y esa búsqueda le llevó por otros derroteros totalmente diferentes a lo que él había soñado. El quería triunfar en la guerra de Asís contra Perusa y volver a casa convertido en caballero, aclamado por todos. Pero cayó prisionero, y sus planes se vieron truncados... y poco a poco fueron los planes de Dios los que tomaron protagonismo en su vida. No fue un cambio de la noche a la mañana, ni mucho menos algo fácil para Francisco. Fue un proceso que llevó su tiempo, fue el fruto de una incesable búsqueda y una gran lucha interior lo que le hizo cambiar. Es difícil encontrar la palabra...yo diría que se enamoró de Dios, se llenó de una fe ardiente, y decidió vivir consecuentemente con ello. Así que se despojó de todo delante de su padre, del obispo y de los ciudadanos de Asís, dejó la casa de sus padres, y empujado por la fuerza de Dios, empezó a reconstruir la pequeña iglesia de San Damián, que amenazaba ruina. Poco a poco se fueron uniendo a él algunos jóvenes de Asís y de otros lugares, que querían vivir en pobreza a la luz del Evangelio. También Clara y otras muchachas lo dejaron todo y adoptaron esta forma de vida. Este es el origen de los franciscanos y las Clarisas. La vida de Francisco es, en resumen, una gran ALABANZA a Dios y a todo lo que Él ha creado. Francisco se conmueve ante cualquier criatura, ya que en todas ellas ve el claro reflejo del Creador. San Buenaventura dice que “Francisco degustaba la bondad originaria de Dios en cada una de las criaturas, y su afectuosa bondad lo lanzaba a estrechar en dulce abrazo a todos los seres. Es que la ternura de su corazón lo había hecho sentirse hermano de todas las criaturas”. El Cántico del Hermano Sol o Cántico de las Criaturas Francisco dictó este Cántico al final de su vida, en 1225 (moriría en 1226), cuando se encontraba enfermo y sin visión, de ahí que lo mandase escribir. Es considerado la joya más antigua y preciosa de la naciente poesía italiana, al estar escrito en el entonces incipiente romance ítalo-umbro que hablaba el pueblo, al que iba destinado con la mayor sencillez. La vida de Francisco fue corta aunque intensa; este Cántico sólo lo pudo escribir alguien que ya al final recopilaba en unas cuantas estrofas toda una experiencia personal. Refleja todo el talante y la vida de Francisco. La composición del cántico se encuentra entre dos acontecimientos perfectamente datados: la estigmatización en el monte Alverna y la muerte, ocurrida al atardecer del 3 de octubre de 1226.
