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DOCUMENTO | 26° Aniversario de APYME LAS PYMES NECESITAN PROFUNDIZAR EL MODELO PRODUCTIVO CON EQUIDAD SOCIAL La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) viene sustentando en forma consecuente desde su fundación los valores de defensa de las Pymes y la producción nacional. A lo largo de la década del ‘90 la organización sostuvo la necesidad de revertir las condiciones resultantes de la aplicación del paradigma de la globalización neoliberal, que a través de la desregulación, las privatizaciones, la destrucción del empleo y del entramado industrial llevó a la desaparición de miles de Pymes y finalmente a una de las peores crisis de nuestra historia. Desde esta perspectiva el principal hecho político desde 2003 ha sido la recuperación de un papel activo del Estado en el manejo de la economía, con fuerte énfasis en el fomento de la industrialización, la protección del trabajo y el empleo, el impulso de la demanda en el mercado interno, la estrategia de integración regional y las exportaciones con valor agregado. Muchos de los cambios fundamentales realizados en el país en la última década van en esta dirección, como la política de desendeudamiento respecto de los centros y organismos internacionales, el NO al ALCA, el restablecimiento de derechos laborales, el restablecimiento del sistema jubilatorio estatal y el fin de las AFJP, el inicio del reconocimiento de la deuda interna por medio de la Asignación Universal por Hijo, la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la reforma de la Carta Orgánica del BCRA y la recuperación de Aerolíneas e YPF por parte del Estado, entre otros. Embates de la ortodoxia En el periodo más reciente, que debe ubicarse en el marco de una formidable crisis internacional, APYME ha apoyado medidas de resguardo de la economía local, como las destinadas a proteger la industria y el trabajo, las restricciones a la remisión de utilidades por parte de empresas extranjeras y el manejo soberano de las divisas. Si, como les place a los economistas mediáticos, buscáramos fundamentar sólo con números las decisiones políticas, bastaría consignar que el Gobierno toma estas medidas cuando las cifras del Estado muestran vitalidad: reservas por 39 mil millones de dólares, superávit comercial previsto para 2013 en 12.500 millones de dólares, niveles sostenidos e históricos de consumo y empleo, y crecimiento estimado del PBI del 5 por ciento. La única alarma en el horizonte es la cuenta energética, que por lo observado en el primer trimestre proyecta un déficit anual cercano a los 10 mil millones de dólares. Para amortiguar ese costo, precisamente, se busca captar divisas (el Gobierno aspira a reunir entre 3 mil y 5 mil millones a través del BAADE). Creemos que este proceso debe afianzarse, ya que no se sostiene sólo sobre estadísticas positivas sino además sobre la construcción colectiva de un proyecto de país para las mayorías. Su contracara, en puntos sustanciales, ha sido y es la constante reacción de los sectores del poder económico concentrado ante cada avance en la protección de los intereses mayoritarios, e incluso ante la mera aplicación de principios de equidad social y desarrollo productivo estratégico. Estos sectores, aliados con el capital financiero, han demostrado en cada etapa que su prioridad es la maximización de ganancias y las rentas extraordinarias que, significativamente, no reinvierten en el país. En la última década, lejos de haberse visto Av. Rivadavia 2358, piso 3 - (C1034ACP) – CABA – Argentina Tel.: (5411) 4952-1700 – e-mail: apyme@apyme.com.ar | www.apyme.org.ar afectadas, acrecentaron su desempeño y aun en el marco de la crisis global han continuado obteniendo resultados positivos. Sin embargo, en lugar de contribuir a la consolidación de un proceso de desarrollo nacional, redoblan una y otra vez la apuesta por la apropiación del excedente y la fuga de capitales, rechazando los controles estatales y las regulaciones toda vez que no favorecen sus propios beneficios. Los debates actuales, recrudecidos por la agenda electoral, han puesto en primer plano este comportamiento, que se busca legitimar ante la opinión pública con la connivencia de los grandes medios de comunicación. Ante la reforma judicial impulsada en el Congreso, los intentos por parte de la llamada “oposición” de condicionar el normal funcionamiento de las instituciones estuvieron ligados con reconocidos representantes del poder económico local y transnacional nucleados AEA (Asociación de Empresarios de la Argentina), presidida por el CEO del grupo Clarín. Estos sectores, que no dudan en identificar las libertades públicas y las garantías constitucionales con la libertad de mercado y los privilegios corporativos, volvieron a clamar, en nombre de la “república”, por condiciones políticas, jurídicas y sociales que favorezcan lo que llaman “ambiente de inversiones” y “clima de negocios”. Sabemos que cuando las grandes empresas y sus gurúes económicos se refieren al clima, están buscando naturalizar en el seno de la opinión pública las variables de un saber técnico que sólo sirve para montar operaciones especulativas y de presión sobre la política vigente. No por casualidad junto con la temperatura se informan cada día, como si de algo vital se tratase, los índices del mercado ilegal del dólar, como en otra época se nos informaba la “nota” que ponían al país las cuestionadas calificadoras de riesgo. Estos factores (tan poco objetivos como quienes los manejan y difunden) cobran desde el punto de vista del poder establecido preeminencia por sobre las regulaciones de la política nacional, y por la misma fuerza de quienes los imponen se constituyen en hechos de peso para el desarrollo de las expectativas sobre el devenir económico, político y social. Oligopolios y aumento de precios En el mismo sentido las visiones ortodoxas suscitan y avivan, más que analizan, la problemática de los incrementos de precios. Las “causas” que los economistas de la visión dominante atribuyen a la inflación se basan fundamentalmente sobre la emisión monetaria, el aumento de salarios y el gasto público. Sin embargo, son refutados por los hechos cuando se observan las siderales cifras de circulante que la Unión Europea y Estados Unidos han volcado al mercado para el salvataje de las entidades financieras sin que ello se manifestara en mayores precios. Lo que se oculta desde esta perspectiva es la decisiva acción de los grandes formadores de precios, generalmente integrantes de mercados oligopólicos, cuya acción, según se ha demostrado y documentado en trabajos recientes, se constituye en causa y efecto de la suba de los precios mayoristas manufactureros en la última década. El sector de las pequeñas y medianas empresas es de los más perjudicados en este proceso, por cuanto no tienen capacidad de formación de precios, incrementándose su vulnerabilidad ante los aumentos sostenidos en el costo de sus insumos, a los que hay que agregar tasas locales como las de ABL en la CABA y en algunas provincias a través de aumentos de impuestos indirectos. El origen de la inflación no radica en perimidos argumentos de la ortodoxia sino que es consecuencia directa de la puja distributiva impulsada por la persistencia de una Av. Rivadavia 2358, piso 3 - (C1034ACP) – CABA – Argentina Tel.: (5411) 4952-1700 – e-mail: apyme@apyme.com.ar | www.apyme.org.ar estructura altamente concentrada de producción y comercialización en nuestro país, a la que se busca poner algunos límites pero está lejos aún de revertirse. ¿Cuáles son las soluciones que promueven estos sectores y sus voceros, en su particular idioma económico, para los males que en gran medida ellos mismos propugnan? “Eliminación de distorsiones” (devaluación brusca de un 40 %, con brutal transferencia de ingresos con perjuicio de Pymes y trabajadores), regreso a los “mercados de capitales” (nuevo endeudamiento con el sistema financiero internacional), “enfriamiento de la economía” (recesión y achicamiento del mercado interno), “libre disponibilidad de divisas” (fuga de capitales y especulación financiera), ordenamiento de las cuentas públicas (fin de la inversión social y productiva por parte del gobierno), “terminar con el intervencionismo estatal” (dejar en manos de un puñado de oligopolios las decisiones económicas que afectan a todos los argentinos), entre otras medidas. En suma, apagar el fuego con nafta. Un proyecto para las Pymes y las mayorías Las Pymes y el conjunto de los argentinos conocemos en carne propia el resultado desastroso de estas políticas que hoy vuelven a pregonar sin vergüenza quienes ya las aplicaron en nuestro pasado reciente, y que sólo pueden sostenerse bajo coacción económica y represión para el conjunto de la ciudadanía. Significativamente, en el relato corporativo se excluye todo vínculo de la situación económica local y regional con la crisis internacional y sus efectos dramáticos en muchos países de Europa, que prueba una vez más el fracaso de las recetas monetaristas, la inagotable rapacidad del sistema financiero especulativo multinacional y la conducta predatoria de un conjunto de grandes corporaciones con fuerte incidencia local. Basta ver lo que ocurre en España, donde con un 27 % de desocupación la ciudadanía marcha por las calles desafiando la represión con carteles de rechazo a las políticas de ajuste y claras invocaciones a la soberanía económica. Mientras que en esos lugares los manifestantes señalan hacia la Argentina para mostrar que hay un camino alternativo al del ajuste, en nuestro país políticos afines al ejercicio del terror económico han deseado que la situación “no mejore hasta octubre”, expresando así abiertamente el pensamiento antipopular y antidemocrático que en verdad sustentan. Sabemos por experiencia que una crisis económica e institucional sólo traerá perjuicios para las mayorías, como ha sucedido históricamente, y beneficios para los sectores minoritarios que las promueven. Estamos convencidos de que, por el contrario, el camino condicionamientos externos y retomar un crecimiento que favorezca constituyen el 95% de las empresas existentes), a los trabajadores y ciudadanía pasa por afianzar la democracia y los logros recientes con regional. para revertir los a las Pymes (que al conjunto de la sentido nacional y Para ello es indispensable no volver atrás, y antes bien, avanzar en el desmantelamiento de las estructuras que favorecen la inequidad y la distribución regresiva del ingreso. Nuestra entidad recuerda que en La Argentina es una tarea pendiente derogar la legislación financiera pergeñada por quienes destruyeron la industria nacional y las Pymes, y remplazarla por otra que determine el carácter de servicio público del crédito, de modo que pueda acompañar adecuadamente las políticas productivas y sociales. Av. Rivadavia 2358, piso 3 - (C1034ACP) – CABA – Argentina Tel.: (5411) 4952-1700 – e-mail: apyme@apyme.com.ar | www.apyme.org.ar Deben valorarse los esfuerzos de organismos de gobierno para apoyar a las Pymes, que acompañaron el periodo de recuperación económica en virtud de su papel fundamental en la creación de empleo y dinamización de la economía. Estas empresas, que no miran el clima a la hora de invertir en el país, están en peligro de ser afectadas por restricciones de competitividad que obedecen a la falta de regulaciones específicas. Visión estratégica Habida cuenta del diálogo que hoy existe con el sector de las Pymes, es preciso que la acción del Estado se oriente de acuerdo con una eficaz diferenciación de estas empresas, de modo de segmentar adecuadamente las políticas y preservar su capacidad de acción en las cadenas productivas, donde el peso de las corporaciones y monopolios es decisivo. Debe aplicarse la legislación en defensa de la competencia y penalización de los comportamientos abusivos en mercados con estructura oligopólica que determinan alzas desmedidas de costos que las Pymes y los actores más desprotegidos no pueden afrontar. Asimismo debe avanzarse en la regulación de las grandes superficies y cadenas comerciales, cuya concentración no ha dejado de crecer bajo diversas estrategias de implantación y constituye una amenaza al desarrollo de las Pymes, los agentes productivos locales y el sostenimiento del empleo en cada lugar. También es necesario abrir el debate sobre una reforma progresiva del sistema tributario, de modo que una política de inversiones en el sistema productivo local se articule con criterios de justicia distributiva. No debemos olvidar que el objetivo de la industrialización requiere trabajar sobre las cadenas de valor en cada región. En tal sentido deben impulsarse las actividades más complejas en lo tecnológico y que potencien la demanda interna, a fin de comenzar a revertir una matriz productiva aún dependiente de exportaciones de commodities bajo el esquema de las “ventajas comparativas” que ubican a nuestro país en una posición subsidiaria en el sistema mundial. En este marco debemos ubicar el manejo soberano de todos los recursos estratégicos de la Nación, para lo que hace falta un debate sobre las normativas de inversiones, en particular las extranjeras, con cláusulas de protección del entramado productivo local y la preservación del medio ambiente. No ignoramos que estas mejoras, como muchas de las que se ha buscado concretar en estos años, contarán con la segura oposición de los grupos de privilegio, pero estamos seguros de que es indispensable instalar los debates correspondientes, ya que entendemos está en juego no sólo el futuro de las micro, pequeñas y medianas empresas sino además la posibilidad de construir un modelo de país para todos los argentinos. Este objetivo, contrapuesto con el del país para pocos que promueven las visiones restauradoras, necesita de un Estado activo, plena vigencia de las instituciones democráticas en todos los ámbitos y concurrencia de los sectores productivos, trabajadores, profesionales e instituciones educativas y de investigación. En este 26º aniversario desde su fundación APYME convoca a afianzar las transformaciones en curso y avanzar en las tareas pendientes en pos de una Argentina desarrollada e inclusiva, con independencia económica, soberanía e integración con Latinoamérica. Buenos Aires, 15 de mayo de 2013 COMISIÓN DIRECTIVA NACIONAL Av. Rivadavia 2358, piso 3 - (C1034ACP) – CABA – Argentina Tel.: (5411) 4952-1700 – e-mail: apyme@apyme.com.ar | www.apyme.org.ar