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Unidad 8: Crecimiento y Políticas Macroeconómicas 8.1. Algunos tópicos sobre crecimiento y desarrollo. Las Teorías del Crecimiento Pensamiento de la CEPAL: centro-periferia Raúl Prebisch, secretario general de la CEPAL (Comisión económica para América Latina), analiza y explica que en el mundo hay dos polos: Norte y Sur, que comprende países desarrollados y subdesarrollados, llamando a los primeros países centrales y a los subdesarrollados: periféricos. Los países centrales, tienen una estructura productiva, por un lado, diversificada, con un gran número de actividades económicas, y por otro, homogénea, porque la productividad del trabajo alcanza niveles semejantes en los distintos sectores. En cambio los países de la periferia tienen una estructura productiva menos amplia; por lo general, se especializan en la producción primaria-exportadora y la mayoría de la mano de obra está ocupada en actividades de baja productividad. La diferencia se mantiene aún en el proceso de industrialización y la razón de ello es la forma de incorporación del progreso tecnológico. La periferia comienza con la producción de manufacturas simples para luego elaborar bienes de mayor complejidad. Este marco en el que se genera la industrialización, especialmente la sustitución de importaciones, implica un cambio en la estructura productiva, pero esta permanece especializada. Dicha especialización conlleva a desequilibrios externos, debido a que la industrialización sustitutiva de importaciones aumenta la demanda de importaciones y las exportaciones primarias no se incrementan al mismo ritmo. Esta industrialización también expande el empleo. Esta industrialización también expande el empleo, pero el mismo no es suficiente para satisfacer la mayor oferta de trabajo que se da en las grandes ciudades, por el desplazamiento de mano de obra de sectores de baja productividad. A este proceso se lo denomina “desarrollo hacia adentro”. En síntesis, en este enfoque se hace referencia a la bipolaridad o “divergencia”. No obstante, dicha divergencia no se plantea como una cuestión inevitable. Se sostiene que para solucionarla se necesitan políticas de largo plazo para producir la convergencia de los dos polos del sistema. Teorías Neoclásicas del crecimiento Los modelos neoclásicos (Solow 1956), intentan mostrar que sin progreso tecnológico la tasa de crecimiento a largo plazo tiende a cero. Suponen una función de la producción con dos factores (trabajo y capital), que tiene rendimientos decrecientes de cada factor y rendimientos constantes a escala. El supuesto de los rendimientos decrecientes del capital supone que a medida que este aumente, los rendimientos serán menores, y por ello la inversión se verá desalentada. En el largo plazo, solo alcanzará para cubrir la depreciación y la mano de obra. Se llega así a un estado estacionario donde el producto crece a igual tasa que la población. Por lo tanto, para obtener un crecimiento mayor, se necesita un cambio tecnológico exógeno. Los nuevos modelos de crecimiento endógeno sostienen que no existe dicha exogenidad y cuestionan el carácter decreciente de los factores. Estos modelos se basan en el supuesto de que existe competencia imperfecta que retribuye la innovación de los empresarios privados, y las externalidades que se provocan por dicha innovación hacen que la tasa de crecimiento sea diferente a la de la población activa. Dentro de los modelos podemos destacar el de Romer (1990), que se refiere al crecimiento económico generado por la profundización de la división del trabajo que se obtiene por la incorporación de la tecnología. El progreso tecnológico permite aumentar la división social del trabajo y de esta forma cada productor podrá tener mas instrumentos que le otorguen una mayor productividad del capital físico, del capital humano y del trabajo no cualificado. Otros modelos, como el de Aghion y Howitt (1992), postulan que el crecimiento proviene directamente del progreso tecnológico, generado por las firmas creadoras de innovaciones También cabe considerar el modelo de Grossman y Helpman (1991), en el cual el progreso tecnológico se da por el aumento de los bienes producidos. El conocimiento aumenta con el paso del tiempo, y puede ser utilizado por otros agentes económicos sin costo alguno. Este proceso desempeña un papel fundamental en el crecimiento sostenido a largo plazo. El modelo trata de encontrar el punto en el que se igualen el costo de oportunidad entre la asignación de recursos para la investigación y el desarrollo (I+D) y la producción. En estos modelos no se puede predecir que se dé la convergencia como en los modelos neoclásicos, dado que, al levantar el supuesto de igualdad de oportunidades tecnológicas entre países, el resultado depende del efecto derrame de la tecnología en el sistema económico. El conocimiento general beneficia a todos los países, tanto a aquel en que se verificó la innovación como a los otros por el efecto derrame. El conocimiento específico puede ser difundido a través de la imitación. El norte produce las innovaciones y el sur las copia o imita. Ese proceso de imitación tiene un costo para los países del sur que está dado por el aprendizaje requerido para usar dichas tecnologías. Los derrames que se provocan por estas inversiones permiten al sur acumular conocimientos. Se hace hincapié en la diferencia de factores productivos, especialmente del trabajo cualificado y no cualificado entre el norte y el sur. Los países con una cantidad mayor de trabajo no cualificado se especializarán en actividades que utilizan más el mismo. Si le sumamos el derrame tardío de la tecnología, estos países se trasforman en menos competitivos en relación con los otros. Los modelos de crecimiento endógeno admiten que no habrá convergencia entre las tasas de crecimiento de los países norte-sur, yo que los primeros poseen una ventaja que tiende a perpetuarse. El pensamiento de la escuela evolucionista Esta escuela, resalta el papel del progreso tecnológico pero, a diferencia de la anterior, da importancia al ambiente institucional en el que se genera y difunde la tecnología. Se pueden distinguir dos modelos: Agregados. De simulación. Los primeros suponen que la tasa de crecimiento de largo plazo será aquella que es compatible con el equilibrio de la balanza de pagos. Algunas se refieren al progreso tecnológico en los países del sur como una función no lineal de la brecha tecnológica. Significa que la brecha tecnológica beneficia a los países del sur por medio de la imitación de las innovaciones producidas, pero si dicha brecha es muy grande, las posibilidades de imitación se vuelven muy difíciles. La imitación dependerá de la capacidad de aprendizaje interna y de la base institucional de las economías. La convergencia se obtendría solo por un proceso de innovación acelerado en el sur. Los modelos de simulación explican la diversidad de los agentes macroeconómicos y la diversidad sectorial de la tecnología. Las empresas deciden cuál será el nivel de inversión en innovación o imitación y cuánto será el precio de sus productos. El progreso técnico genera aumentos en la productividad. La dinámica de este proceso puede generar un círculo virtuoso de crecimiento, donde las firmas en expansión tienen grandes posibilidades de innovar o imitar, dado que la inversión en innovación es un porcentaje de las ventas del período anterior. En relación con el sector externo, el modelo plantea la posibilidad de ajuste de la tasa de cambio cuando la balanza comercial acumula grandes déficit. También considera aumentos salariales cuando el empleo aumenta, o sea que aquellos países que crezcan más rápido tendrán salarios mayores. La nueva CEPAL Los grandes cambios que se provocaron en el ámbito internacional (revolución tecnológica, globalización) generaron la necesidad de buscar otras interpretaciones del desarrollo latinoamericano para encontrar soluciones a la problemática de esos países. Las posturas neocepalinas le dan especial importancia a la competitividad para el crecimiento. “Se entiende por competitividad auténtica de una economía la capacidad de incrementar o al menos sostener su participación en los mercados internacionales, con un alza simultánea del nivel de vida de la población. Esa capacidad depende de la incorporación de progreso tecnológico, la que se traduce en la introducción de nuevos procesos y en la producción de nuevos bienes y servicios. Por lo tanto, para lograr la intersección en los mercados internacionales debe existir una continua renovación de la eficiencia en los recursos. Se sostiene que se debe mejorar la estructura de las exportaciones, dado que estas constituyen la clave del crecimiento y la productividad. América Latina produce bienes industriales muy estandarizados, que se comercializan en mercados muy competitivos. Por consiguiente, no pueden incidir en los precios de los mismos. La nueva CEPAL considera que el proceso de apertura externa en los últimos años, que se vio como un factor positivo desde el punto de vista de la competitividad, puede tener asociado una especialización menos dinámica. Para obtener una inserción virtuosa se precisa implementar políticas activas que permitan corregir las imperfecciones de la tecnología y el capital humano. El desarrollo económico El debate sobre el desarrollo económico no solo involucra aspectos cuantitativos (crecimiento), sino también aspectos cualitativos (cambios estructurales). Para algunos autores, un país subdesarrollado es aquel cuya renta por habitante o producto per cápita es bajo respecto de otros países denominados industrializados, como Estados Unidos, Canadá, Alemania, etc. Para otros autores, el subdesarrollo es un fenómeno que se traduce en desigualdades, pobreza, estancamiento, y dependencia financiera, económica, cultural, tecnológica y política. Una alta tasa de crecimiento del producto no tiene por qué representar un aumento equivalente del bienestar de la mayoría. Los países subdesarrollados muestran características estructurales comunes: La baja renta per cápita como consecuencia de su baja productividad, la cual a su vez es resultado de formas tradicionales de producción. Los regímenes de tenencia de la tierra presentan una gran concentración en unas pocas manos. La débil capacidad adquisitiva de la población, que frena la creación de un mercado para la instalación de industrias. Una parte de la población es subocupada o desocupada. No existen mercados financieros ni crediticios. El comercio exterior está concentrado en pocos bienes (por ej: cobre en Chile). Tienen déficit persistentes en su comercio exterior y en su balance comercial que, sumados a otros intereses de sus deudas externas y otros servicios, generan desequilibrios en el sector externo. La problemática de los países subdesarrollados es que en cualquier intento por salir de esa situación quedan atrapados en lo que Nurkse llama “el círculo vicioso del subdesarrollo”. El bajo nivel de ingreso per cápita hace que sus habitantes tiendan a gastarlo en bienes necesarios e indispensables. Por ello no generan suficiente ahorro para obtener la inversión en bienes de capital, que les permitirá incrementar la capacidad productiva, la renta y la productividad. Las políticas para salir del círculo vicioso de la pobreza plantean aspectos de distribución intertemporal (intergeneracional). Hoy, la población de los países debería aceptar una disminución de su consumo actual si desea mayor prosperidad mañana. Surgen varios conceptos: Ahorro y sacrificio actual pero con malgasto social del excedente, baja calidad de la inversión y reducida tasa de crecimiento futuro. Ahorro y sacrificio actual y buenas inversiones, prosperidad con equilibrio interno y externo en el largo plazo. Endeudamiento o inversión extranjera directa sin sacrificio o ahorro actual, pero asignada a sectores de alta productividad y capacidad exportadora, o educación y mejoramiento del capital humano que permita el repago futuro en términos de divisas. Malgasto de la ayuda externa o créditos en actividades suntuarias (lujosas) y no prioritarias que no producen cambios en la estructura económica y social, con consecuencias en al perpetuación y agravamiento del subdesarrollo. Teorías del crecimiento y el desarrollo económico En general, las teorías del crecimiento explican sus factores determinantes y sus características, utilizando modelos de alto nivel de abstracción sin referirse a ninguna economía concreta ni en particular. Las teorías del desarrollo intentan cuestionar y explicar las causas del atraso económico de los países y sus distintas tasas de crecimiento. Realizan un análisis comparativo con datos e indicadores estadísticos y hacen recomendaciones de políticas económico-sociales específicas y sus instituciones necesarias que contribuyan al desarrollo. Aunque reciben los fundamentos teóricos de las teorías de crecimiento, se nutren de otras ciencias sociales e incorporan conceptos políticos y sociológicos. Existen algunas teorías que intentan explicar que la dinámica de la voluntad de la población tiene más influencia que la generosidad de los recursos (por ejemplo, la reconstrucción europea de la posguerra y su comparación con Argentina). Las políticas de desarrollo equilibrado se caracterizan por la expansión de todos los sectores a la vez. Es decir big pushes: impulsos de la inversión en casi todos los sectores de crecimiento y no ligados a los ciclos de la economía mundial. Los autores institucionalistas comparten la idea de que el subdesarrollo es una etapa hacia el desarrollo y analizan cuáles son las causas del retraso relativo entre los países. Arthur Lewis alude a la “economía dual”. Estas dualidades de los países pobres estaban dadas por las asimetrías entre los sectores tradicionales y los capitalistas modernos (sector agrícola y sector industrial). En los sectores modernos mas sofisticados, las formas de producción, distribución y toma de decisiones se hacen por maximización de beneficios y baja permanente de costos competitivos, mientras que en los sectores tradicionales se siguen sistemas más convencionales, con productividades bajas del trabajo y excedentes de mano de obra. Otros recomiendan la planificación centralizada de inversiones con otros incentivos arancelarios, impositivos y crediticios para mejorar los beneficios del sector privado. Es decir, para aprovechar los excedentes de mano de obra se requiere un plan masivo de inversiones (big push) que permita generar externalidades o economías externas, y favorecer la inversión de un mercado por traspaso de trabajadores de actividades con bajísima productividad a otras de mayor productividad, siguiendo una política llamada de “desarrollo equilibrado”. A. Hirshman critica las políticas para un desarrollo equilibrado porque estima que este solo seria posible en el largo plazo, ya que los países pobres tienen pocos recursos para un big push. Recomienda inversiones en pocos proyectos modernos, corrigiendo los desequilibrios estructurales de la economía y generando eslabonamientos. A diferencia del crecimiento equilibrado, que requiere una coordinación muy centralizada, esta estrategia implica forzar desequilibrios entre la oferta y la demanda de sectores que den incentivos a producir promoviendo el espíritu empresarial cuando las capacidades de demanda de algunos sectores produzcan cuellos de botella en la oferta. Es decir, estas estrategias fuerzan decisiones empresarias que de otro modo no se harían a través de un crecimiento económico con desequilibrios que crean nuevos incentivos. Schumpeter y el empresario innovador Joseph Schumpeter consideró al empresario innovador como a un actor dinámico del sistema capitalista. El crecimiento no es gradual y lineal, sino que es dinámico, y los cambios se dan en forma brusca e irregular. El ciclo económico en la fase de auge esta caracterizado por la ampliación de las oportunidades para la inversión generada por una revolución tecnológica e innovaciones. Las innovaciones repercuten en nuevo productos y mercados, métodos de producción, comercialización y gestión. Surgen, también, nuevos proyectos con el empleo de los recursos financieros y de crédito bancario. En estos ciclos de auge, empresarios innovadores y bancos irrumpen y son protagonistas principales. Para el economista, en general siempre hay invenciones posibles; lo que falta y es un recurso escaso es la capacidad empresarial para aplicar los cambios tecnológicos a la economía. Los pocos empresarios que toman el riesgo inicial lideran los sectores y durante un tiempo obtienen beneficios extraordinarios hasta que comienzan a aparecer otras empresas forzadas a la imitación y a seguir con la innovación para no ser desplazadas del mercado. Se observa que en los aportes de Schumpeter aparecen ya aspectos metodológicos del estructuralismo, o sea, del estudio de las estructuras como un todo. Se investigan “sistemas” y se observan sus relaciones recíprocas entre las partes; no solo se realizan los elementos singulares en forma aislada. El desarrollo económico presenta cambios discontinuos y espontáneos en los estáticos cauces del flujo circular de la renta, alterándose las tendencias de equilibrio. No es como pensaban los neoclásicos, donde todo el producto social de una nación o ingreso era imputado a factores como el trabajo, la tierra y el capital, el crecimiento era equilibrado y los factores productivos siempre se ocupaban a pleno. El pensamiento estructuralista Dentro de las corrientes del pensamiento estructuralista cabe destacar el estructuralismo latinoamericano. Sus autores más reconocidos son Raúl Prebisch y Aldo Ferrer en la Argentina. Estos autores reconocen los problemas y obstáculos estructurales del desarrollo, y la influencia de las estructuras políticas, sociales e internacionales en sus relaciones centro-periferia que condicionan el mercado y la producción real. Los patrones del comercio internacional están establecidos no por las ventajas comparativas (David Ricardo) sino por razones de intereses económicos y políticos. Las estructuras sociales desiguales en el interior de los países también tienden a perpetuarse si se las deja al libre albedrío de los mercados. Se requieren, entonces, acciones del Estado y políticas activas. Sin duda que existen posiciones encontradas entre el pensamiento neoclásico y el estructuralista latinoamericano. Los enfoques neoclásicos asumen que las economías de los países pobres tienen flexibilidad, comportamiento racional de sus agentes, las curvas de oferta son elásticas, los factores tienen movilidad y hay poca influencia de las instituciones o de la estructura social y de poder. En síntesis, los mercados son competitivos. Los estructuralistas no confían en las fuerzas del mercado como único mediador social y proponen una mayor intervención del Estado para la promoción del desarrollo económico y social. Hacen referencia a la inflexibilidad de la economía con oferta inelástica de bienes y factores productivos para adaptarse a la demanda, obstáculos institucionales y cuellos de botellas en la economía real con asimetrías en los intercambios del comercio exterior. El desarrollo humano Clasificación de países El principal criterio para la clasificación de los países es el IDH (Índice de Desarrollo Humano), es un indicador elaborado por las Naciones Unidas que se sigue a nivel mundial y la fórmula se la aplica dentro de cada país entre diferentes provincias y regiones. Contempla tres elementos centrales: Longenidad (edad a la que muere la gente) y esperanza de vida (es la expectativa de vida que tienen las personas). Nivel educacional Nivel de vida medido por el PBI per cápita Los agrupa en tres categorías: Alto desarrollo humano: con valores de IDH de 0,800 o superiores. Desarrollo humano mediano: con valores de IDH de 0,500 a 0,799. Desarrollo humano bajo: con valores inferiores a 0,500. El IDH ampliado considera tres indicadores más La tasa de mortalidad infantil Calidad de vida Tasa de empleo y de desempleo Existen también otros indicadores detallados para evaluar el grado de subdesarrollo de una sociedad: Índice de desarrollo relativo al género (mide la desigualdad entre el hombre y la mujer). Índice de potenciación del género (mide la desigualdad entre hombres y mujeres en la esfera política y la participación en la toma de decisiones colectivas). Infraestructura sanitaria (acceso a servicios de salud, saneamiento, agua potable, etc.) Gasto público en salud, educación y seguridad social. Capacidad de ahorro por habitante. Estructura productiva no acorde a los avances tecnológicos. Indicadores de empleo (PEA, desempleo estructural, etc.) Distribución del ingreso (pobreza de ingreso, pobreza de capacidad, etc.) Indicadores relativos a la población (crecimiento, mortalidad, natalidad, fecundidad, desnutrición, etc.) Círculo vicioso de la pobreza Bajas tasas de ahorro e inversión Lenta acumulación del capital Bajo ingreso per cápita Baja productividad El esquema anterior muestra la existencia de un obstáculo adicional que impide el desarrollo económico rápido y sostenido. La gente pobre (así como los países) tiene niveles bajos de ingreso y esto implica una muy baja capacidad de ahorro (o inexistente). Un bajo nivel de ahorro impide la acumulación de capital, lo que se traduce en la imposibilidad de adquirir nuevas máquinas y mejor tecnología, y por ende, de aumentar la productividad. Una baja productividad conduce a un abjo nivel de renta. 8.2. La política macroeconómica. La política económica argentina de los últimos años. Hacia fines del año 2001, y como resultado de un proceso que se venía gestando durante la década pasada, Argentina se vio enfrentada al impacto de una crisis que afectó drásticamente el bienestar de la sociedad en su conjunto, particularmente a aquellos sectores con menor capacidad de defensa. La abrupta caída en los niveles de producción y consumo así como también el fuerte deterioro en las variables sociales, sirvieron de catalizador para que la sociedad realizara un fuerte replanteo de su pasado. Hoy, en el marco del “Plan de Normalización, Recuperación y Crecimiento”, Argentina se encuentra transitando un sendero de expansión con claras perspectivas de sostenibilidad, que incluye entre sus objetivos la generación genuina de empleo y la reducción de la pobreza, en un marco de recuperación de la movilidad social ascendente. Condiciones iniciales en abril de 2002 El derrumbe de la convertibilidad derivó en una de las crisis más profundas de la historia. El modelo iniciado en abril de 2002, tuvo como principal desafío revertir la grave situación económica y social, debiendo enfrentar: Una pérdida del 20% del PBI y del 30% de la demanda interna, consecuencia de una caída de la Inversión del 54% y del consumo privado del 22%. Una retracción del 27% en la producción de bienes y del 14% en los servicios. Una inflación minorista que en cuatro meses de 2002 ya acumulaba 21%. Un déficit fiscal equivalente al 3,1% del PBI Una salida de capitales superior a los US$ 20.300 Un stock de reservas internacionales de US$ 12.170 millones, esto es US$ 14.600 millones menos que el nivel registrado en enero de 2001. (55%) Un nivel de desocupación record del 23,3% Un nivel de pobreza e indigencia que alcanzaba al 53,9% y al 25% de la población. Otros aspectos que agravaban la situación: El congelamiento de los depósitos bancarios (“corralito” y “corralón”) La virtual desaparición de la unidad monetaria y 14 emisiones de monedas diferentes circulando en 11 provincias. Una situación social de alta conflictividad. La ausencia de financiamiento internacional. Evolución de la economía, situación actual y transformación de la estructura productiva El modelo económico iniciado en abril de 2002, ha permitido revertir paulatinamente los desequilibrios macroeconómicos y sociales acumulados durante la convertibilidad y agudizados con su derrumbe. A poco más de cuatro años de una sostenida expansión, la economía ya ha recuperado la totalidad de la caída. Ello se ha logrado gracias a una política económica consistente que ha posibilitado una recuperación de los equilibrios macroeconómicos básicos. Esto se tradujo en una recuperación de la inversión, superávit comercial récord (merced a exportaciones), una moderada inflación, y una mejora de los indicadores sociales. Uno de los aspectos distintivos del modelo es el profundo cambio que se produjo en los precios relativos, favorece a los sectores transables, la producción, el trabajo nacional y la inversión. Efectos de la política económica implementada: La situación actual se caracteriza por un nivel de actividad económica récord y máximos históricos de producción industrial: La producción ya se encuentra en niveles máximos históricos, acumulando un 29% de crecimiento. El sector industrial también se encuentra en niveles máximos de producción, acumulando en más de tres años una expansión del 50% respecto del 2002. La recuperación se caracterizó por una notable performance de la inversión que aportó más al crecimiento de la economía que en anteriores recuperaciones: Hacia fines de 2004, la inversión alcanzó el 21,1% del PBI, el nivel más alto en más de diez años. Además, desde fines de 2003 la inversión neta es positiva, dando comienzo a un proceso sostenido de aumento del stock de capital de la economía. El dinamismo del proceso inversor se tradujo en una contribución al crecimiento del producto superior al 50%. La contribución de la inversión es la máxima registrada en el país en las últimas tres décadas. El superávit comercial marcó un record, por primera vez asociado a un importante impulso exportador y se verificó junto a un fuerte crecimiento del nivel de actividad: La actual estructura de precios relativos ha permitido alcanzar superávits comerciales promedio superiores a los US$ 14 mil millones. Por primera vez, estos superávits comerciales se dan en el marco de una fuerte expansión de la economía. Las anteriores experiencias de crecimiento del PBI superior al 7% estuvieron asociadas a muy bajos saldos comerciales superavitarios o a resultados negativos, debido a la conjunción de una baja performance de las exportaciones y un fuerte avance de las compras externas. El cambio de precios relativos fue posible gracias a un muy bajo PASS-THROUGH*, a diferencia de otras experiencias en Argentina y también respecto de la comparación internacional: *Pass-through: cociente entre las variaciones acumuladas de precios y tipo de cambio nominal. El manejo prudente de los instrumentos de política económica, una macroeconomía más abierta desde el punto de vista comercial, y el sostenido proceso de inversiones, han permitido compatibilizar el creciemiento económico con una moderada inflación y estabilidad nominal del tipo de cambio. Anteriores experiencias de devaluación en el país habían implicado una fuerte aceleración del ritmo de crecimiento de los precios, generando un círculo vicioso en el que devaluación e inflación se retroalimentaban mutuamente. El nuevo contexto permitió una sustancial mejora en los niveles de empleo y un cambio definido en la tendencia del desempleo que permitió reducir los niveles de pobreza, indigencia y desigualdad: En materia de empleo, su fuerte tasa de crecimiento ya ha situado a este indicador en los niveles máximos históricos. Es el resultado del sostenido crecimiento económico y fundamentalmente del actual patrón de desarrollo inclusivo que está generando más empleos por unidad de crecimiento del PBI, a partir del incentivo generado por el cambio en el precio relativo de los factores, que favorece a las actividades más intensivas en el uso del factor trabajo. Entre fines de 2004 e inicios de 2002, la tasa de desocupación se redujo en alrededor de 12 puntos porcentuales, lo que implica una reducción del 47% ha beneficiado a más de 2,5 millones de personas. La fuerte recuperación del mercado laboral está dando lugar a una caída de los niveles de pobreza e indigencia. La cantidad de personas pobres se redujo en más de 5,4 millones, mientras que la cantidad de indigentes cayó en 4 millones. Desde 2003 se está asistiendo a una sensible reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso. La mejora económica y social se relaciona con la configuración de una nueva estructura productiva El cuadro de incentivos vigente derivado del cambio en los precios relativos está configurando una economía cualitativamente distinta a la que prevaleció en el pasado. Esta transformación de la estructura productiva, que ha cambiado en forma sustancial el esquema ocupacional y la distribución del ingreso del país, constituye una condición esencial para un crecimiento equilibrado e inclusivo El cuadro de incentivos vigente alienta el desarrollo de los productores de bienes, en particular transables. Transables vs. No transables Promedio 1996-98 Promedio 2003-04 Bienes vs. Servicios 20,4% 79,6% 33,9% Transables No Transables Bienes 32,2% 67,8% 52% 66,1% Servicios 48% Los productores de bienes incrementaron sensiblemente su aporte a la expansión de la producción, observándose un desarrollo mas equilibrado en los distintos sectores. La mayor parte de los sectores productores de bienes aumentaron su contribución al crecimiento. Se destaca un fuerte aporte de la industria y la construcción al crecimiento. Estos dos sectores por si solos explicaron cerca del 50% de la expansión económica en 2003-04. Contribución sectorial al crecimiento del PBI Sectores Bienes Industria Construcción Agricultura Electricidad, gas y agua Pesca y minería Servicios Comercio Transporte Intermediación financiera Resto servicios 2003-04 52% 29,70% 17,10% 2,30% 2,70% 0,20% 48% 21,10% 12,90% -7,20% 21% Los sectores transables son los que están ganando mayor participación en el producto. Perspectivas de sostenibilidad El análisis de la sostenibilidad requiere un enfoque integral que contemple la situación del sector externo, del sector público y los aspectos sociales y políticos. Lograr un crecimiento sostenible implica generar condiciones macroeconómicas consistentes con un sendero de expansión de largo plazo que garantice una mayor generación de empleo, una reducción de la pobreza y una mayor equidad social. La política económica debe procurar evitar la acumulación de desequilibrios en cada uno de estos planos, que deriven en patrones de crecimiento erráticos y de alta volatilidad, y que terminen comprometiendo el bienestar futuro de la sociedad. Hoy el crecimiento del país se desarrolla sobre bases genuinas, sustentado en políticas económicas sólidas y consistentes que favorecen la producción, la inversión y el empleo. Excedente fiscal, superávit externo, reducción de la carga de la deuda, tipo de cambio competitivo y previsible, y mejora de las variables sociales, dan cuenta de las fuertes perspectivas de sostenibilidad que actualmente presenta la economía argentina. Experiencias en materia de estabilización Transcurridos ya más de tres años desde la implementación del plan económico actual, y a diferencia de lo ocurrido con programas anteriores, las variables macroeconómicas se encuentran uniformemente alineadas en un sendero compatible con la sostenibilidad del crecimiento. Diversos planes que en el pasado lograron efectos positivos transitorios, habían acumulado ya antes de su tercer año de vigencia importantes desajustes estructurales que presagiaban una futura crisis. La tablita cambiaria (1979-81) Principales medidas iniciales Política cambiaria: Cronograma de devaluaciones nominales periódica. Política monetaria: Restrictiva. Aumento de las tasas de interés. Política comercial: Reducción de los aranceles de importación. Marco de implementación La fuerte liquidez internacional alentó la toma de préstamos en el exterior para financiar los desequilibrios fiscales existentes. Sin embargo, ya a inicios de los 80’ el aumento de las tasas de interés en los países desarrollados provocó un redireccionamiento de los flujos de capitales que, junto con el deterioro de los términos de intercambio, provocaron un aumento de la carga de la deuda de los países en desarrollo. En Argentina esta situación derivó en una importante fuga de divisas, que impidió mantener el cronograma de devaluaciones preestablecido, y en mayores dificultades para financiar los desequilibrios vía endeudamiento. Resultados Al tercer año de implementado, el plan de estabilización ya observaba no sólo la profundización de los desequilibrios preexistentes (inflación asociada a elevados déficits fiscales, más un fuerte atraso cambiario), sino también la generación de nuevos desajustes macroeconómicos y sociales (déficit en Cuenta Corriente, sustancial incremento de la deuda pública y desempleo creciente). Esto derivó en una nueva etapa recesiva durante 1981-1982. El plan de Convertibilidad (1991-2001) Principales medidas iniciales Política cambiaria: Libre convertibilidad de la moneda a un tipo de cambio fijo. Política monetaria: Pasiva. Se limitó a la utilización de este instrumento, obligando a mantener un nivel de reservas igual a la base monetaria. Política fiscal: Fuertemente pro-cíclica Política externa: Apertura comercial y liberalización de los flujos de capitales. Programa de privatizaciones y de desregulación económica. Marco de implementación Fue adoptado para poner fin al proceso hiperinflacionario y estabilizar la economía por medio de una drástica modificación de los rasgos inherentes a su funcionamiento. Para su implementación fue decisivo el favorable marco internacional que aseguró en sus primeros años una afluencia de capitales que permitió el sostenimiento del plan. La creciente dependencia internacional se originó, por un lado, en la necesidad de financiar desequilibrios de las cuentas externas, generados por el atraso cambiario y la fuerte apertura comercial. Por el otro, en el manejo poco prudente de las cuentas públicas, y la imposibilidad del Estado de financiarse vía emisión, que obligó a recurrir al endeudamiento externo. Resultados A pesar de haber puesto fin a la hiperinflación y estabilizar la economía, la convertibilidad ya había generado en sus primeros años importantes desequilibrios. Entre abril de 1991 y abril de 1993 los precios acumularon un alza superior al 40%. Esto determinó una fuerte apreciación real, la consiguiente pérdida de competitividad de la producción nacional (déficit en cuenta corriente), y fuerte aumento del desempleo. Estos desajustes no solo persistieron, sino que se agudizaron hasta el derrumbe del plan. Plan de normalización, recuperación y crecimiento (abril 2002-presente) Principales medidas iniciales Política cambiaria: mantener un tipo de cambio estable y competitivo, en el marco de una flotación administrada. Política monetaria y fiscal: prudente manejo de las cuentas públicas y de la política monetaria, en línea con el crecimiento. Política externa: Redefinición de las estrategias de inserción comercial y de apertura a los capitales internacionales, privilegiando los flujos productivos y de largo plazo. Marco de implementación Al momento de adoptarse el plan actual, la Argentina enfrentaba una profunda crisis económica y social: cuatro años de recesión, inmovilización de los depósitos, proliferación de cuasi monedas, fuga de capitales y bajo nivel de reservas, fuerte déficit fiscal y elevados niveles de pobreza e indigencia, entre otros. La cesación de pagos de la deuda pública declarada a fines de 2001, significaba el virtual racionamiento del país en los mercados internacionales. El desafío en lo inmediato era superar la crisis sobre la base de recursos propios, dentro de una estrategia de crecimiento a largo plazo que garantice la estabilidad económica y el bienestar social. Resultados La consistencia del plan actual ha permitido alcanzar no sólo los objetivos de corto plazo (normalización y recuperación), sino también el equilibrio y alineamiento de las variables macroeconómicas compatible con la sostenibilidad del crecimiento. A tres años de su implementación, el país ha logrado sentar bases sólidas para el crecimiento de largo plazo e iniciar la recomposición del tejido productivo y social. Se ha conseguido, además, en el marco de un importante proceso de desendeudamiento, contrario a la tendencia de las últimas décadas. 8.3 Indicadores macroeconómicos de la Argentina, como resultado de las políticas económicas aplicadas. Síntesis ejecutiva La situación fiscal del 2006 luce holgada (confortable), con un resultado primario que alcanzaría los 21 miles de millones de pesos y un resultado total, luego del pago de intereses de 13 miles de millones. En este contexto, el Tesoro enfrenta diferentes alternativas para utiliza aquel superávit: Por un lado, seguir acumulando activos en pesos o en dólares. Por otro, cancelar la deuda en ambas monedas. Seguramente, la solución pasará por una combinación de estas alternativas. El costo cuasifiscal de la política de neutralización (esterilización) de la expansión monetaria, comienza a ser relevante por una combinación de factores: La gradual desaceleración de la capacidad del BCRA para colocar deuda gratuita de manera voluntaria (se reduce el crecimiento del efectivo en poder del público). El crecimiento del stock de Lebac (Letras del BCRA, títulos de corto plazo, 14 días) y Nobac (Notas del BCRA, mediano plazo, 3 años). El aumento del costo de estos instrumentos ante la tendencia ascendente de la tasa Badlar (son calculadas por el BCRA en base a una muestra de tasas de interés que entidades de Capital Federal y Gran Buenos Aires pagan a los ahorristas por depósitos a plazo fijo de 30 a 35 días y de más de un millón de pesos o dólares). De acuerdo con el INDEC, en el cuarto trimestre de 2005 la tasa de empleo llegó al 41, 3%, incrementándose en 0,9 puntos porcentuales y la de desocupación bajó a 10,1%, reduciéndose en 2,0 puntos y debe destacarse un descenso de la subocupación horaria de 2,4 puntos. El saldo de la Balanza comercial del año 2005 fue positivo en 11322 millones de dólares, levemente inferior a la de 2004. el superávit comercial logrado compensó el déficit con Brasil. Dicho déficit fue generándose a partir del punto de inflexión de 2003, por el crecimiento de las importaciones de ese origen, que superó el incremento de las ventas de nuestro país con ese destino, las cuales enfrentaron un proceso de sustitución de importaciones en ese mercado. La tasa de inflación minorista (0,4%) estuvo por debajo de las expectativas de los analistas. Esto ha permitido que la tasa interanual pasara de 12,1% en enero a 11,5% en febrero. Contexto general La política de ingresos reflejó un comportamiento diferencial entre el salario del sector privado registrado y no registrado. El primero experimentó una suba real del 8,6%, el segundo tuvo una caída real del 24,7%. El incremento del salario medio promedio superior a la tasa de inflación es uno de los factores que explica la disminución de los índices de pobreza, junto con el crecimiento del empleo. No deberían estimularse aumentos de componentes de la demanda agregada con el gasto público a un ritmo de 25% anual, si el objetivo del programa monetario en curso es que la inflación de ubique en el rango de 8% y 11%. 1) Cuatro hechos ocurridos en febrero influyen en el escenario económico del 2006: El primer hecho es la perspectiva de que la tendencia alcista de la tasa de interés internacional se prolongue más allá del nivel que los agentes económicos estaban descontando (4,75%), para trepar hasta 5,50%-5,75%. El segundo es el precio del petróleo, con consecuencias negativas en términos de aumento de la inflación internacional, desaceleración de la tasa de crecimiento de la economía mundial y probable reducción del volumen del comercio mundial. Esto, en el caso de la Argentina, exigiría la adopción de definiciones respecto del nivel de retenciones, tarifas, etc. El tercer hecho ha sido el debate acerca de corrección del mínimo imponible, luego de los conflictos en Santa Cruz. El cuarto hecho fue el brote de aftosa. Las restricciones de acceso a mercados implicarían una reducción de las exportaciones de 200.000 toneladas, o sea unos 120 millones de dólares. En relación al mercado interno, aumentaría el abastecimiento de la demanda local en 6%-8%, ceteris paribus la oferta. Pero, debería esperarse un aumento de ésta, si los productores deciden ajustar sus stocks deseados a un contexto con menos exportaciones. Salarios El salario privado aumentó entre de 2001 y diciembre de 2005. Para este sector, el salario real aumentó 8,6%. La tasa de mejora del salario real de 2005 es la más alta del trienio (12,1%). En el caso del salario medio del sector no registrado, mantuvo un ritmo de crecimiento del 11,5% promedio anual. En términos reales, el nivel del 2005 es 24,7% menor al de diciembre de 2001. El salario medio del sector público a diciembre de 2005 exhibe una caída de 28,2% respecto de diciembre de 2001. sin embargo, como promedio del período 2003-2005, se mantuvo. El incremento del salario medio promedio, superior a la tasa de inflación, es uno de los factores (el otro es el crecimiento del empleo) que explica la disminución de los índices de pobreza. El hecho de que haya tan marcada disparidad entre la dinámica de los salarios de los distintos sectores, explica que la distribución del ingreso se vuelva menos progresiva se computa las personas que reciben ingresos. 2) La administración de la demanda agregada debe guardar coherencia con el objetivo de moderar la inflación. El poder político no debería estimular aumentos a un ritmo del 25% anual de los componentes de la demanda agregada, como el gasto público, si el objetivo del programa en curso es que la inflación se ubique en el rango del 8% al 11%. Asimismo es necesario que controle el ritmo de expansión monetaria, ya que tampoco parece razonable que los pasivos monetarios del BCRA crezcan también a tasas superiores al 15%. Análogamente, no resultan consistentes aumentos salariales nominales como los verificados en el 2005. El punto es que los mecanismos que tiene el gobierno para encauzar los conflictos salariales son reducidos: abrir más la economía, corregir la subvaluación del peso avanzando hacia una flotación más libre o diseñar una política monetaria más dura. Sector Público Nacional 1.Resultado primario 2.Intereses 3.Resultado total(1-2) 4.Financiamiento a Provincias y otros 5.Subtotal (3-4) 6.Amortización de deuda en pesos 7.Amortización de deuda en pesos 21,1 8,0 13,0 3,5 9,5 7,7 11,8 El cuadro ilustra el exceso de recursos del sector público nacional, que podría hasta absorber el efecto de un aumento en el mínimo no imponible, el sobrecosto fiscal del traspaso del Plan Jefes y Jefas al Plan Familias y al Seguro de desempleo, etc. El punto es el destino a dar a los 9,5 miles de millones. No resulta aconsejable volcarlos al gasto, considerando la presión sobre el gasto agregado (y sobre los precios) que ello originaría. Las opciones más factibles son la acumulación de activos financieros y la amortización de deuda. Un escenario extremo sería que el Tesoro utilizara del 9,5 miles de millones de pesos para cancelar la deuda con el BCRA que incurriera para pagar al FMI. Esto permitiría al BCRA adquirir dólares sin expansión monetaria por aproximadamente un tercio de lasa reservas utilizadas para pagar al FMI, mejorando la calidad del balance, en cuyo activo “sale” un bono contra el gobierno e ingresan dólares. En este caso, sería necesario refinanciar el 100% de las amortizaciones en pesos y en dólares. (líneas 6 y 7). Otro escenario extremo sería cancelar toda la deuda que vence en dólares (línea 7), lo que tendría la ventaja de permitir comprar dólares con pesos “genuinos”, en este caso, no se mejora el balance del BCRA y se debe refinanciar al totalidad de los vencimientos en pesos. El tercer escenario extremo radica en pagar el 100% de las amortizaciones en pesos; lo que implica renovar casi totalmente los vencimientos en moneda extranjera. En cualquiera de estas variantes, el programa fiscal es cómodo; sin embargo tienen implicaciones diferentes en el plano monetario y afectan de manera diferente al mercado cambiario y al mercado de bonos. Seguramente, primará finalmente una estrategia inscripta en un triángulo con estas tres alternativas extremas. Nivel de actividad El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que anticipa la evolución del PBI a precios constantes de 1993, registró en diciembre una tasa de variación interanual de 8,1%, con lo cual el año cerró con una estimación del crecimiento del producto de 9,1%. Sin embargo, la tasa de diciembre fue inferior a la anual y a la de los meses anteriores. La producción industrial aumentó 4,7% en enero en comparación con igual mes del año anterior, debajo del promedio de crecimiento anual 2005/2004 de 7,7%. Se atribuyen estos valores a que la producción de automotores cayó 42,9% respecto del año anterior por la concentración de paradas por vacaciones en enero, a diferencia de años anteriores. Estimador Mensual de Actividad Económica Estimador Mensual Industrial Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Primer Semestre Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Segundo semestre 05/04% 8,5 8,1 7,4 11,5 11,4 8,3 9,2 7,8 10,6 9,1 9,5 9,1 8,1 9,1 (EMI) La mejor performance en materia de tasas interanuales correspondió a Productos de tabaco (12,7%), Productos minerales no metálicos (11,7%) y Productos de caucho y plástico (10,9%). En el otro extremo, Vehículos cayó 42,9%, respecto de enero del año anterior. Precios, salarios y ocupación De la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) surge que la tasa de empleo del cuarto trimestre, incluyendo como ocupados a los beneficiarios de planes sociales, se incrementó 0,2 puntos porcentuales respecto del trimestre anterior y 0,9 puntos en comparación con igual período de 2004. En 2005 continuó en descenso de la elasticidad Empleo/Producto, que indica cuanto aumenta el empleo ante cada variación de un punto del PBI, moviéndose la elasticidad en 0,41 en el promedio anual, debajo del nivel histórico de largo plazo de 0,6. En el cuarto trimestre de 2005 y en comparación con el tercero, descendió la tasa de actividad y subió levemente la de empleo, incidiendo positivamente en el descenso de 1,0 puntos porcentuales en la tasa de desocupación, incluyendo como ocupados a los beneficiarios de planes sociales con contraprestación laboral. Existe actualmente un denominado Plan Familias para la Inclusión Social en la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, destinado a madres con tres o más hijos y sin la obligación de una contraprestación laboral, que estaría absorbiendo a las beneficiarias del Plan Jefes y Jefas de Hogar. La tasa de empleo vino aumentando paulatinamente, salvo el primer trimestre de 2005, retomando luego el ritmo de crecimiento pero a un nivel más bajo; en el último trimestre subió 0,2%, como se vio en el cuadro. La serie del empleo sin planes siguió un recorrido similar a la anterior. La tasa de actividad ha venido oscilando en el rango de 45,2%-46,2%, con un efecto serrucho en los dos últimos años. La tasa de desocupación viene mostrando un proceso de descenso desde el pico del 2003. La elasticidad Empleo/Producto ha ido descendiendo desde los elevados valores para 2004 (0,87), con altas tasas de crecimiento interanuales en la cantidad de ocupados (excluyendo planes social), típicas de la salida de una recesión. En 2005 persistió el descenso de la elasticidad, se movió en el entorno de 0,41 en el promedio anual, debajo del nivel histórico de largo plazo de 0,60. Entre las causas de la disminución podrían enumerarse: El alto porcentaje de utilización de la capacidad instalada. El proceso de incrementos salariales La mayor conflictividad laboral. La tasa de variación mensual del índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a febrero fue 0,4%, inferior a la de enero (1,3%) y a las expectativas de los analistas. La tasa interanual descendió así a 11,5%, menor también a la de diciembre (12,1%). En febrero la mayor variación mensual se produjo en “alimentos y bebidas” y en “atención médica y gastos para la salud”, ambos con 1,0%. En alimentos y bebidas, superando el 1,0% de variación, se destacaron las subas en verduras (4,7%), condimentos y otros (1,7%), infusiones (1,5), alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar (1,2%), y azúcar y miel, dulces y cacao (1,1%). En atención médica y gastos para la salud el impulso provino de servicios para la salud (1,7%). Estacionales: bienes y servicios con comportamiento estacional: frutas, verduras, ropa exterior, transporte por turismo y alojamiento y excursiones. Regulados: bienes y servicios cuyos precios están sujetos a regulación o tienen alto componente impositivo: combustibles para la vivienda, electricidad, agua y servicios sanitarios, funcionamiento y mantenimiento de vehículos, correo, teléfono y cigarrillos y accesorios. Resto IPC: restantes bienes y servicios: resto de grupos del IPC. Los rubros estacionales contribuyeron a la baja en febrero, luego de la suba de enero, -1,1% en febrero pero 5,1% en el acumulado de los dos primeros meses. Resto IPC, representativo de la inflación, tuvo una variación mensual de 0,7%; de ahí el acumulado de 1,4% en lo que va del año. Índice de Precios al Consumidor (IPC-GBA) Nivel General Estacionales Regulados Resto IPC Índice de Precios Mayor (IPIM) Var.% Feb. 06/ Ene. 2006 0,4 -1,1 0,0 0,7 Var.% Feb. 06/ Dic. 2005 1,7 5,1 0,6 1,4 Internos al por El IPIM alcanzó en febrero una variación de 1,4%; la tasa interanual fue 13.5%, continuando la escalada alcista. La incidencia más significativa provino de Primarios, destacándose Petróleo crudo y gas (4,7%), seguido de Agropecuarios. Los Productos manufacturados crecieron 0,6%, hubo máximos en Máquinas y aparatos eléctricos (3,4%) y en Vehículos automotores, carrocerías y repuestos (2,3%). Productos importados tuvo un crecimiento similar al Nivel General. Finanzas públicas En una economía 20% y 38% “más grande” en términos del PBI real y nominal, respectivamente, el superávit de enero ha caído en términos nominales y mucho más en términos reales, a la vez el gasto primario ha aumentado por encima del crecimiento del Producto. Más allá de que el superávit fiscal siga siendo holgado, se afirma que la política fiscal es expansiva y fuertemente. Esto provoca problema en términos del impacto sobre la demanda agregada. La recaudación tributaria alcanzó en febrero a 10.481 millones pesos, representa un aumento de 27% respecto de igual período del año anterior. En el primer bimestre el aumento fue de 26,9% en términos nominales. El sector público nacional obtuvo un superávit total de 1,3 miles de millones de pesos, y un resultado primario (antes del pago de intereses) de 1,6 miles de millones. El gasto público nacional se ha duplicado en solamente tres años en términos nominales. Y, en términos reales, la presión del gasto público es similar a la del año 2000 (13,38). El resultado cuasifiscal del BCRA, comienza a ser erosionado por el recupero de sus activos más rendidores (redescuentos), el aumento en su activo del crédito con el sector público, y el aumento en su pasivo de Lebac y Nobac. El balance del BCRA queda expuesto al riesgo de una desaceleración del crecimiento de la demanda de dinero y de una suba de la tasa de interés que impulse el rendimiento de las Lebac en el mediano plazo. Debe tenerse en cuenta que, en un contexto de suave apreciación del peso y dado que son limitadas las posibilidades de inversión de las reservas en colocaciones seguras, la acumulación de reservas con contrapartida de expansión monetaria es una fuente de déficit cuasifiscal. Moneda y mercado financiero La política de mantenimiento del tipo de cambio se focalizó en comprar dólares emitiendo pesos, por el lado del activo del BCRA aumentan las reservas y por el lado del pasivo se incrementa el circulante y los depósitos de los bancos. Como estos pasivos no implican costos para el BCRA, el resultado cuasifiscal será positivo. El escenarios se modifica cuando se frena el crecimiento de la circulación; la expansión monetaria generada por la compra de dólares debe ser neutralizada por otras vías. Una fue la devolución de los redescuentos que el BCRA otorgó a los bancos en 2002, reduciéndose un activo de mayor rendimiento y aumentando otro, las reservas, de menor rendimiento. La otra vía de esterilización ha sido la colocación de Lebac, un nuevo pasivo más costoso que el nuevo activo para el Banco Central. En ambos casos hay un costo cuasifiscal. En febrero la Base Monetaria disminuyó 1,1%. Los Pasivos Monetarios, a su vez, cayeron 1,3% y están 0,4% por encima del nivel de diciembre. La disminución de los pasivos está asociada con una disminución (1,5 millones de pesos) de los adelantos transitorios del BCRA al gobierno y con una reducción en los redescuentos de 1,0 miles de millones. Se ha normalizado la tenencia de efectivo en manos de particulares. A su vez, los depósitos crecieron 1,1% en febrero, luego de haberlo hecho 1,2% en enero. La tasa interanual de variación es de 17,6%, lo que representa el 1,4 anual. Los depósitos vista cayeron en febrero 4%; las colocaciones en caja de ahorro aumentaron 3,4% y los depósitos a plazo fijo aumentaron 1,7%. El agregado monetario M2, guía del programa monetario, disminuyó 1% en febrero. Como es sabido, el resultado del Banco Central, o sea la diferencia entre el rendimiento de sus activos y el costo de sus pasivos, según sea positivo o negativo implicará superávit o déficit cuasifiscal. Los activos del BCRA son de tres tipos: Las reservas internacionales por las que el BCRA gana nominalmente por la depreciación del peso (la misma cantidad de reservas vale más pesos) y por el interés que obtenga de colocarlas en el exterior. Los préstamos a los bancos que se ajustan por CER (redescuentos) o por tasa de interés. Los préstamos al gobierno (Adelantos), aunque este sea un costo para el Tesoro. También pueden tipificarse en tres los pasivos del BCRA: El circulante (en poder del público y en bancos). Los depósitos de los bancos en el BCRA (encajes) La deuda remunerada, como las Lebac y los Pases Pasivos. Mientras que los dos primeros no generan costo alguno para el BCRA (son deuda gratuita), el tercero implica un costo dado por el rendimiento que pagan las Lebac y los Pases Pasivos. La política de mantenimiento del tipo de cambio se focalizó en comprar dólares emitiendo pesos. Así aumentan las reservas en el activo y el circulante y/o los depósitos en el pasivo. Como estos pasivos no implican costos para el BCRA, aunque las reservas rindan un bajo interés, el resultado cuasifiscal será positivo. El escenario se modifica cuando se frena el crecimiento de la circulación, ya sea porque la gente está satisfecha con el stock de pesos que tiene en su poder, que hoy alcanza un nivel récord, 8% del PBI. Entonces, la expansión monetaria generada por la compra de dólares debe ser neutralizada por otras vías. Una fue la devolución de los redescuentos que el BCRA otorgó a los bancos. Obsérvese que de esta manera se reduce un activo (los redescuentos) y aumenta un activo (reservas) de menor rendimiento, salvo que el peso se deprecie en esa magnitud, lo que implica un costo cuasifiscal. La otra vía de esterilización ha sido la colocación de las Lebac. En este caso, el nuevo pasivo es más costoso que el nuevo activo para el BCRA y allí también aparece el costo cuasifiscal. Existen riesgos de adicionales, que pueden estar presentes de manera coincidente: Una caída “stock” en los deseos de la gente de mantener efectivo que obligara a utilizar Lebac no solamente para esterilizar el flujo de emisión sino también el stock de pesos ya emitido. Un aumento de la tasa de interés que eleve el coto de esterilización y el déficit cuasifiscal. Sector Externo El saldo de la Balanza Comercial Argentina con Brasil en 2005 fue de –3.676 millones de dólares, duplicando el del año anterior, revirtiéndose los importantes saldos positivos que se verificaron hasta 2002. Uno de los factores es el proceso de reactivación, que implico un aumento de las importaciones argentinas, aun cuando debe considerarse también un desvió de comercio de dichas compras hacia Brasil, en detrimento de Nafta y Unión Europea. Como se redujo también la participación de nuestras exportaciones a Brasil sobre el total, eso puede deberse a un proceso de sustitución de importaciones de ese país. Otra de las causas del déficit con Brasil puede ser que e los últimos años las exportaciones totales de este país aumentaron mas que el comercio mundial, lo cual se sustenta en un proceso de inversiones en distintos sectores y en una estructura de exportaciones con mayor intensidad tecnológica que la Argentina. En el año 2005 el saldo de la Balanza Comercial había llegado a 11.322 millones, 783 millones menos que en igual período de 2004, dado que el incremento de las exportaciones (15,8%) había sido menor que el de las importaciones (27,8%); debe recordarse que en 2003 y 2002 el saldo comercial había sido 15.732 y 16.720 millones respectivamente. En particular, dicho saldo de la Balanza Comercial desagregado tiene la característica de que el superávit con las principales zonas económicas y países más que compenso el déficit con Brasil de 3.676 millones. Debe tenerse presente que el saldo comercial con Brasil había sido fuertemente positivo en 2002 (2.400 millones) y había alcanzado valores de 1.200/1.300 millones en 2001. Como consecuencia de las crisis sufridas en los dos países (Brasil en 1999 y Argentina en el 2002) el intercambio comercial entre ambos se vio seriamente afectado. A partir de 2003 se destaca el extraordinario crecimiento de las exportaciones de Brasil a la Argentina, más allá de la recuperación de la crisis de 2002. Pero en 2005 las importaciones brasileñas desde la Argentina han vuelto apenas al nivel de 2001, con una baja de 22,2% en comparación con 1998. ello genero el saldo comercial de 3.676 millones favorables a Brasil. Las exportaciones totales de Brasil iniciaron un período de fuerte expansión, acentuado a partir de 2003, con una tasa de variación de 21,1% seguido de 32% en 2004 y 22,6% en 2005. Esto le permitió llegar en 2005 a 118.308 millones, lo que implica un crecimiento de 131% respecto de 1998 (46% corresponden solamente a ventas a nuestro país). Dicho incremento de Brasil se dio tanto en Industrializados (119%) como en Básicos (168%). Las exportaciones totales de la Argentina comenzaron a incrementarse a partir de 2003, con una tasa de crecimiento del 16% promedio 2003-2005. El impulso provino en este tramo de los Manufacturados, que avanzaron a un promedio de 18% anual; se incluyeron Manufacturas de origen agropecuario (MOA), Manufacturas de origen industrial (MOI) y Combustibles y energía, excluido el petróleo crudo que fue sumado a Producto Primarios. En comparación con 1998, Manufacturados creció 61,1% y Primarios 29,3%. Las ventas externas de Brasil aumentaron su participación en las exportaciones mundiales, llegando a 1,08% en 2004. Dado que en 2005 la variación anual fue 22,6% y se estima un crecimiento de las exportaciones mundiales de 13,6% (FMI), se prevé que su participación continúe aumentando. La participación de la Argentina e las exportaciones mundiales ha ido declinando, con 0,39% en 2004 frente a 0,49% en 1998. Las importaciones argentinas con origen en Brasil han ido aumentando su peso en las importaciones totales de nuestro país, alcanzando en 2005 una participación de 35,6% (22,5% en 1998). En cambio, las exportaciones argentinas con destino a Brasil han disminuido su participación en sus ventas externas totales a la mitad, comparando con 1998 (15,8% frente a 30,1%). Por otra parte, las importaciones brasileñas desde la Argentina frente el total de Brasil se han ido reduciendo, constituyendo actualmente el 8,5% (13,9% en 1998). Se destaca la participación de las MOI con el 58,3% del total exportado a Brasil, que a su vez crecieron 26,6% respecto de 2004. Dentro de ellas encontramos (en orden de importancia): Material de Transporte Terrestre (con un crecimiento de 53,8%) Producto Químicos y conexos Materia Plásticas y sus manufacturas Máquinas, aparato y material eléctrico. En el cambio de signo del saldo de la Balanza Comercial con Brasil producido en los dos últimos años, han operado distintos factores. Debe hacerse notar que este proceso se dio en un contexto de apreciación real de la moneda brasileña frente al peso. En este sentido, el índice de tipo de cambio real bilateral real/peso, difundido por el Banco Central do Brasil (Base Junio 1994 = 100), descendió de un valor 66 en diciembre de 2002 a 45,6 en igual mes de 2005 (-30,9%); una caída del índice significa una valorización del tipo de cambio real, cuantificando al tendencia a la apreciación del real frente al peso. Por lo tanto, puede llegar a afirmarse que una de las causas del déficit de la Balanza Comercial de la Argentina con Brasil se deriva, en última instancia, de los cambios estructurales que se han ido produciendo en ese país.