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SIMPOSIO Nº19 PRODUCCIÓN DE RIQUEZA Y RELACIONES ECONÓMICAS ALTERNATIVAS EN AMÉRICA LATINA LAS EMPRESAS RECUPERADAS POR LOS TRABAJADORES ELEMENTOS PARA COMPRENDER LA EXPERIENCIA URUGUAYA Mariana Mendy Unidad de Relaciones y Cooperación con el Sector Productivo Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio Universidad de la República mmendy@oce.edu.uy Resumen Esta comunicación tiene como objetivo presentar y discutir algunas características del proceso de recuperación de empresas por parte de los trabajadores en Uruguay: Las dificultades. Éstas son de dos órdenes relacionados entre si: las que provienen del entorno (inserción en el mercado, presencia o ausencia de políticas o instrumentos de política dirigidos al sector, sistema jurídico, etc.); y los que provienen de la organización del grupo que se propone recuperar la empresa. La forma de articular el trabajo. En algunos casos se intenta el desarrollo de nuevas formas de trabajar (lo que incluye la distribución de los excedentes, los procesos de toma de decisiones, etc.); en otros parecen seguirse modelos más tradicionales. Los actores y la orientación de su acción. Los trabajadores de las empresas recuperadas no se organizan como movimiento independiente, sino que se articulan a partir de la organización sindical. No obstante, esta relación, no es totalmente armónica y presenta tensiones y contradicciones. Los objetivos. Desde preservar los puestos de trabajo hasta demostrar la capacidad de gestionar autónomamente unidades productivas, la tensión entre objetivos individuales y colectivos, atraviesa las experiencias con distintos resultados. 1. Presentación y perspectiva de abordaje Las reflexiones que presentamos en esta ponencia son resultado del trabajo con varias de las experiencias de recuperación de empresas1, desde la Unidad de Relaciones y Cooperación con el Sector Productivo, perteneciente al Servicio Central de Extensión Universitaria. Este trabajo se ha realizado en el marco del acuerdo de cooperación que 1 Hemos trabajado con Urutransfor, Funsa, Cofatex, Brignoni, Dakar, Semarmi, Coopdy, Colase, Uruven, Imzama. La Unidad de Relaciones con el Sector Productivo participa en forma permanente en la Mesa de Empresas Recuperadas, espacio institucional dentro del Departamento de Desarrollo Productivo de la central de trabajadores PIT – CNT. En calidad de integrantes de la mesa hemos participado del Primer Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas en Caracas (octubre de 2005), y desde el Ministerio de Trabajo hemos coordinado la participación de la delegación uruguaya en el seminario sobre Autogestión y Recuperación de Empresas en San Pablo en diciembre de 2005. La Unidad de Relaciones con el Sector Productivo formó parte del equipo que elaboró el proyecto de ley para estas empresas y ha organizado y participado activamente en los cuatro encuentros nacionales que se han llevado a cabo. 1 mantiene nuestra unidad académica con la Central de Trabajadores (PIT – CNT). El núcleo de nuestra acción ha sido la cooperación en el diseño de la organización productiva y la organización del trabajo de las empresas recuperadas por sus trabajadores (en adelante ERT). El trabajo sistemático de la Unidad con las ERT comienza en 2003, con un antecedente de trabajo puntual, en el año 2000, durante el proceso de recuperación de la actual fábrica Urutransfor (de Oliveira y Mendy, 2003). Adoptamos una perspectiva de investigación acción, en la cual el sujeto, el objeto y la acción se mezclan en el mismo proceso. Se trata de conocer para hacer, para actuar, y esencialmente para cambiar la realidad en un sentido colectivamente acordado (Fals Borda, 1991) A partir de nuestra perspectiva de trabajo, intentamos trascender la mera observación y descripción del fenómeno. Lo observamos y lo estudiamos para incidir positivamente en el proceso de construcción de estas realidades. En ese sentido, hemos realizado el trabajo en forma conjunta con los actores, no para tomarlos como meros “objetos” de estudio sino para trabajar en conjunto con el objetivo de mejorar la realidad en las que estas experiencias tienen lugar. Se trata de identificar problemas y trabajar para encontrar soluciones, evaluando y re – evaluando los métodos y los resultados. Nuestra hipótesis de partida es que la organización productiva predominante en Uruguay origina una forma de relacionarse en y con el trabajo que está lejos de ser verdaderamente productiva (Massera, 2004; Iturra, 2004). Por tanto, sostenemos que la búsqueda en conjunto de condiciones que permitan construir organizaciones productivas nuevas nos permitirá cambiar esta relación. Investigamos y trabajamos con los actores para modificar las condiciones de existencia de estas unidades productivas, por lo tanto necesitamos generar un conocimiento síntesis entre los actores intervinientes, fomentando la crítica, la reflexión y la participación colectiva. De ahí que, el trabajo que permita el fortalecimiento de las organizaciones de los trabajadores, es un fin en nuestro hacer cotidiano. Este aspecto cobra especial interés en estas experiencias, pues estamos en presencia de núcleos de trabajadores con la oportunidad de incidir directamente sobre los procesos de gestión de la producción. 2. Una breve descripción de las ERT La recuperación de empresas por parte de los trabajadores es un hecho social consolidado en Uruguay. Tomamos “casi” como nuestra la definición que del fenómeno hace Ruggieri et.al., (2005) para el caso argentino: “Consideramos … a la Empresa Recuperada por sus trabajadores (ERT) como un proceso social y económico que presupone la existencia de una empresa anterior que funcionaba bajo el modelo de una empresa capitalista tradicional (inclusive bajo formas cooperativas), cuyo 2 proceso de quiebra, vaciamiento o inviabilidad llevó a los trabajadores a una lucha por su puesta en funcionamiento bajo formas autogestivas” ( 23) Solamente le agregamos, por considerarlo más adecuado a nuestra realidad que además de las “formas autogestivas” se incluyen las formas de co – gestión. La recuperación de unidades productivas, tiene origen en el cierre de empresas caracterizadas, en líneas generales, por manejos irresponsables, en algunos casos dolosos, por parte del sector empresarial más atrasado. También se relacionan, aunque en menor medida con los procesos de crisis económicas y financieras por los que han atravesado nuestros países. (Massera, op. Cit, Mendy, 2004, Iturra, 2004) El proceso de recuperación es lento y doloroso. Y esta expresión no es exagerada ni poco rigurosa. El punto de partida es una realidad de deterioro, que los trabajadores deben “remontar”. En cuanto a sus características más generales puede señalarse que son realidades productivas estructuradas con base al uso intensivo de la mano de obra, en su mayoría, y que, al comienzo de su gestión – y con una continuidad importante – producen a façón con grandes dificultades para emprender producciones propias. Tenemos relevadas 24 empresas recuperadas o en proceso de recuperación En el camino han quedado algunos intentos fallidos que por diversas razones no se consolidaron2. De las empresas recuperadas los emprendimientos más “viejos” datan de 1992 (El Timón). Desde 1998 a 2007 se produce año a año uno o más procesos de recuperación de empresas cerradas o en crisis. Existen cinco emprendimientos en el interior del país y se ubican en Salto (COFUESA), Lavalleja (COLASE), Canelones (Cooperativa de Trabajadores Molino Santa Rosa y Enticor), y San José (Cooperativa Industrial Maragata). Estamos hablando de un total aproximado de 1023 trabajadores, de los cuales 156 pertenecen a unidades productivas en proceso de reapertura3, 146 tienen sus actividades detenidas, 713 están trabajando (datos a octubre de 2007). El número medio de trabajadores por empresa es de 42, 6, no muy alejado del mismo valor para la realidad argentina: 56,54. 2 Dentro de estas experiencias se encuentran, entre otras Cooperativa La Aurora (textil), Phuasa (textil), La Mundial (textil), Sergio Zeballos (barraca), Dakar (vestimenta), Brignoni (baldosas monolíticas y pisos de parquet), Cristalerías del Uruguay (envases de vidrio), Pescamar (procesamiento de pescado), Manzanares (comercio). Excepto La Aurora y Barraca Zeballos, las demás no llegaron a ser recuperadas. 3 Dentro de este número están comprendidos los 49 trabajadores de Ebigold S.A., empresa nueva, originada a instancias de ex – trabajadores de Cristalerías del Uruguay. El proyecto consiste en la instalación completa de una fábrica de vidrio y cuenta con financiamiento del gobierno de Venezuela. La planta está en proceso de construcción. 4 En este cálculo (los números han sido tomados de Ruggieri, 2005) hecho en base a 161 empresas y 9100 trabajadores, está incluido un ingenio en el que trabajan 2500 personas. 3 La mayoría de los emprendimientos participan en un espacio que llamamos “Mesa de empresas recuperadas”, que funciona dentro de la Secretaría de Desarrollo Productivo de la Central de Trabajadores5. Se presenta a continuación un cuadro descriptivo de las ERT. 5 Al momento de la preparación de esta ponencia está en proceso la conformación, a instancias de un grupo de ERT, una sociedad civil, aspecto que puede plantear puntos de tensión entre los trabajadores de las ERT y las instituciones que han trabajado con ellos, especialmente las organizaciones sindicales y cooperativas. Sin embargo, el proceso es muy incipiente como para aventurar opiniones y análisis. 4 6 Emprendimiento Rubro de producción N de trabajadores Forma Jurídica Situacion actual S.R.L. Año comienzo del proceso 1992 EL TIMON (EX – MORE LIMITADA) UNIDAD COOPERATIVA LAVADERO (EX – LAVADERO CASMU) REALARTE URUVEN (EX –MIDOBER’S) COLASE (Ex – La Serrana S.A.) COOPERATIVA DE TRABAJADORES MOLINO SANTA ROSA COUTRAM (EX – SPILLER) COOPERATIVA NIBOPLAST (EX – NIBOPLAST) Reparaciones y construcciones navales 5 Lavado de ropa hospitalaria 54 Cooperativa 1995 En funcionamiento Piezas de cerámica Curtiembre 8 70 Cooperativa Cooperativa 1996 1997 Sin dato6 En funcionamiento Productos chacinados 21 Cooperativa 1997 En funcionamiento Molino harinero 62 Cooperativa 1998 En funcionamiento Grifos 7 Cooperativa 1999 En funcionamiento Productos de plástico 40 Cooperativa 1999 En funcionamiento En funcionamiento A pesar de reiterados intentos en los últimos dos años nos ha sido imposible localizar a este emprendimiento 5 7 URUTRANSFOR (EX – MAK S.A.) Transformadores de distribución y potencia 40 1999 En funcionamiento 45 S.A. Grupo de trabajadores (no conformados jurídicamente), accionistas minoritarios. Cooperativa COOPERATIVA INDUSTRIAL MARAGATA (EX - POLÍMEROS S.A.) COOPDY (EX – DYMAC) COFUESA (EX – URRETA) CODES UCOOL FUNSA URUGUAY (EX –FUNSA) Tejidos en fibra de poliéster 2000 En proceso de recuperación Confección de vestimenta 100 Cooperativa 2001 Refrescos 18 Cooperativa 2001 Actividades detenidas En funcionamiento Servicios de limpieza Servicios de limpieza Neumáticos de caucho y guantes de latex 23 s/d 250 2001 2001 2002 En funcionamiento Sin dato7 En funcionamiento Vestimenta en tejido de punto Imprenta 13 Cooperativa Cooperativa S.A. (Cooperativa de trabajadores accionista minoritaria) Cooperativa COFATEX (EX – SELTAR S.A.) INGRACO (EX – INCARPA) ENTICOR S.A. (EX – ALUR S.A.) 2002 En funcionamiento 20 Cooperativa 2002 En funcionamiento Cables de aluminio para instalaciones eléctricas 46 S.A. Grupo de trabajadores accionistas minoritarios 2002 Actividades detenidas (segunda ocupación luego de la recuperación) Idem que Realarte. 6 COOPERATIVA CREAZIONI (EX – VIMORE) ENVIDRIO EBIGOLD S.A. (Trabajadores de ex – Cristalerías del Uruguay)8 Marroquinería 12 Cooperativa 2002 En funcionamiento Envases de vidrio 49 2004 En proceso de construcción de la planta COPROGRAF (EX – IMPRESOS VANNI) URDACOOP (EX – SEMARMI) TRABAJADORES DE IMZAMA S.A. TRABAJADORES DE BAO S.A. Imprenta 75 S.A. Sociedad Civil formada por trabajadores es la dueña del paquete accionario. Acciones indivisibles. Cooperativa 2005 En proceso de recuperación Confección de vestimenta 20 Cooperativa 2006 Estructuras metálicas 15 2007 Jabones 27 Sin definir. Proceso incipiente Sin definir. Proceso incipiente En proceso de recuperación En proceso de recuperación En proceso de recuperación 2007 FUENTE: UNIDAD DE RELACIONES YCOOPERACIÓN CON EL SECTOR PRODUCTIVO, EN BASE A RELEVAMIENTO PERMANENTE DE ERT. Este no es un proceso típico de recuperación de empresa. La vieja “Cistalerías del Uruguay” cerró en 1999 sin que los trabajadores pudieran concretar el proyecto de reapertura. Recién en 2005, con un proyecto de empresa nueva, y financiamiento del gobierno venezolano mediante, se concreta el proyecto, integrado por ex – trabajadores de Cristalerías del Uruguay de construir una fábrica de vidrio en el Parque Tecnológico Industrial de la Intendencia Municipal de Montevideo. Está incluido en nuestra porque surge a partir del cierre de una empresa anterior, y ha sido un proyecto impulsado por trabajadores. 8 7 3. El contexto Como hemos señalado en reflexiones anteriores (Mendy, 2004), en su origen, las ERT son hechos de carácter reactivo. La lógica de los hechos lleva a la recuperación de la unidad productiva. Podemos afirmar que estas experiencias son todas hijas de la necesidad, reacciones ante el inminente cierre y la falta de posibilidades, sobre todo en el contexto más crítico entre 1999 y 2003. Sin embargo, el comienzo y permanencia de nuevas experiencias, en el actual contexto de cambio de gobierno y reactivación económica nos permiten aventurar la afirmación de que el fenómeno de recuperación de empresas es en parte, independiente de la gran crisis que estalló en 2002. Es claro que esto no constituye un movimiento organizativo en el que un plan de acción o estrategia previamente trazada antecede a las acciones de toma y autogestión de la unidad productiva. En un primer momento parece ser la necesidad imperiosa de mantener el empleo. Sin embargo, esta caracterización primaria, no invalida en absoluto la convicción de que bajo condiciones adecuadas, este hecho social puede constituir un excelente terreno para estimular nuevas formas de concebir, interpretar y proyectarse sobre la realidad con relación al mundo del trabajo. El entorno en el que se desarrollan las empresas recuperadas no es el mejor, aunque identificamos tres períodos distintos, en lo relativo a las condiciones en que el fenómeno tiene lugar: 1. Períodos de crisis. Son los casos clásicos de la mayoría de las empresas actualmente existentes, que salvo una excepción en 1992, comienzan sus procesos en 1996 – 97, cuando comienzan a registrarse tasas de desempleo crecientes y se profundiza el proceso de desindustrialización y desregulación laboral de hecho iniciados a comienzos de los años 90 (Ver en el Anexo una tabla con las cifras del desempleo en el período considerado) 2. Períodos post – crisis (que pueden o no ser de recuperación económica), en los cuales permanecen problemas de desempleo estructural, en el que, además de continuar el proceso de las ERT, se conforman grupos de trabajadores con el objetivo de emprender producciones y eventualmente aprovechar instalaciones industriales ociosas y/o abandonadas de las cuales se sabe o presume su existencia. Serían unidades de gestión del trabajo que pretenden conformar empresas “desde cero” aprovechando algunas condiciones previas (en ese sentido tenemos registradas tres experiencias con diverso grado de resultado: grupo de trabajadores de San Ramón, Cooperativa de la Carne, Cooperativa 25 de octubre del sindicato de la Construcción). 3. Período de recuperación y cambio de gobierno (a partir de 2005). Como puede observarse en el cuadro presentado en páginas anteriores, el fenómeno persiste, quizá alimentado por la esperanza en el éxito de experiencias de este tipo en el marco de un gobierno menos “hostil” que los anteriores. Sin embargo, el denominador común sigue siendo la existencia de organizaciones “improductivas” basadas en relaciones de clientela, en un importante sector empresarial, fenómeno al que se hacía referencia al comienzo de esta comunicación. 8 En cualquier caso, tenemos un grupo de empresas recuperadas por sus trabajadores que con mayor o menor grado de éxito se han mantenido y están funcionando en la actualidad. Volviendo a nuestro planteo inicial, constituyen un hecho social consolidado y es necesario generar condiciones que permitan apoyar y consolidar estos procesos. 4. Las dificultades provenientes del entorno Desde nuestras primeras reflexiones sobre el tema (Mendy, 2004) insistimos en dos “cualidades” diferentes de dificultades a las que se enfrentan estas unidades productivas: las provenientes del entorno y las provenientes de su propia organización. Obviamente, esta distinción es analítica pues ambos tipos de dificultades se refuerzan entre sí, creando una realidad adversa, cuando no hostil al desarrollo de estas experiencias. En lo relativo a las dificultades relacionadas con el entorno podemos señalar: Inexistencia de políticas o instrumentos de política pública dirigidos al sector. Existen avances en cuanto al diálogo pero en los hechos concretos hay algunas acciones puntuales9, que están lejos de constituirse en una política articulada. Carencias en la elaboración de de proyectos de viabilidad. Es difícil conseguir profesionales para realizar los proyectos y financiación para los mismos. En muchos casos se han realizado proyectos en forma solidaria. En otros casos los enfoques hegemónicos en la formación de profesionales en algunas disciplinas dificultan la comprensión por parte de los técnicos de las características diferentes de estos emprendimientos y de la necesidad de la participación de los trabajadores en su realización. Los proyectos productivos y de inversión también tienen clase social, no son neutros, aspecto muchas veces difícil de entender para los profesionales y técnicos que trabajamos en estos procesos. Inadecuación del sistema financiero para dar respuestas adecuadas a las necesidades de las empresas recuperadas. Pablo Heller (2004) señala muy precisamente para el caso argentino las dificultades financieras de estos emprendimientos, explicación que se aplica en su totalidad a la realidad uruguaya. Sostiene que el financiamiento de las ERT proviene de los recursos propios, del crédito y del respaldo del Estado ya sea a partir de partidas presupuestarias o de líneas especiales de financiamiento Al constituirse la “Mesa de empresas recuperadas” en el marco de la Central Sindical, las ERT intentaron conformarse en actor, generando algunos espacios de diálogo con actores políticos (Poder Ejecutivo, Parlamento, Intendencias Municipales).El Ministerio de Trabajo acaba de terminar un proyecto de ley, paralelo al que fuera presentado por los trabajadores, con el objetivo de proporcionar un marco jurídico claro para estas experiencias. La Junta Nacional de Empleo ha apoyado algunos emprendimientos de este tipo ante demandas puntuales. El préstamo del gobierno venezolano al estado uruguayo para el apoyo a tres emprendimientos en cierta forma “obligó” a seguir estos procesos un poco más de cerca. La Intendencia Municipal de Montevideo ha apoyado a varias de estas experiencias alojando a varias de ellas en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro, proporcionando apoyo puntual a otras y más recientemente generando un espacio céntrico para la exposición y ventas de sus productos (a través del Departamento de Desarrollo Económico e Integración Regional). La Intendencia Municipal de Canelones, por su parte, ha puesto en marcha el “Programa de reactivación económica y creación de empleo a través del fomento del cooperativismo y la recuperación de empresas en el departamento de Canelones” (financiado por la Unión Europea). 9 9 previstas por la banca estatal. Las empresas recuperadas no acceden a ninguno de los tres tipos de financiamiento, lo que constituye un cuello de botella importante para su desarrollo. Inadecuación del sistema de formación profesional para proyectar cursos “a medida” para este tipo de experiencias. Inadecuación del actual marco jurídico (aspecto al que nos referiremos más detenidamente en el capítulo siguiente). 5. La importancia de un marco jurídico o la necesidad de reglas claras El marco jurídico actual es diverso y disperso. Recién a fines del pasado año y a iniciativa de un grupo de trabajadores de las empresas recuperadas, con el apoyo de sus asesores profesionales, especialmente abogados, se elaboró un proyecto de ley con exposición de motivos para ser presentado en el Parlamento. En este proyecto de ley están contenidos una serie de elementos que hacen al diseño de una política de estado dirigida hacia estos procesos. Por otra parte es muy importante la relación de estos procesos con la legislación actualmente a consideración del parlamento sobre materia concursal, que, en general, y de acuerdo con los asesores jurídicos de diversas ERT, puede afectar a las empresas recuperadas existentes y a las que se constituyan a futuro. Los elementos de juicio de esta parte de la ponencia, están basados en a elaboración realizada por el Dr. Julio Pérez (2007), asesor de varias empresas recuperadas. Los errores de comprensión de dichos apuntes corresponden enteramente a la autora. El actual marco jurídico resulta de poco amparo para las empresas recuperadas por sus trabajadores: La Ley 14.188, del 5/04/74, en su Artículo 11, establece la preferencia de los créditos laborales en caso de quiebra o liquidación judicial, aspecto señalado en el Convenio Nº 95 de la OIT, y ratificado por nuestro país (ley 12030, del 27 de noviembre de 1953). No obstante lo que establecen las leyes y convenios ratificados por nuestro país, y de acuerdo a lo señalado por el Dr. Perez Baladón “esta preferencia es relativa, pues nuestra jurisprudencia, en forma prácticamente unánime, sostiene que la hipoteca y la prenda son preferentes al crédito laboral” En cuanto a la posibilidad de que los trabajadores puedan hacerse cargo de la unidad productiva, es escasísimo lo que se establece en nuestra legislación: La ley N° 17794 (Definición y regulación de cooperativas de producción o trabajo asociado) del 22 de julio de 2004 (notemos cuantos procesos de recuperación de empresas comenzaron antes de ese año), establece el derecho de los trabajadores al uso precario de las instalaciones, con justificación de la viabilidad a través de un proyecto técnico (negrillas de la autora): 10 “Artículo 6º. (Liquidación o cesación de pagos).- En los casos de de empresas privadas a cuyo respecto se haya iniciado un proceso de liquidación, el Juez competente podrá designar depositaria de los bienes de la empresa, confiriendo facultades de uso precario de los mismos a la cooperativa de trabajo que se constituya con la totalidad o parte del personal. A tal efecto, el Juez deberá contar con la conformidad expresa de los órganos de la liquidación y auxiliares de la Justicia que corresponda, según la etapa y características del procedimiento liquidatorio iniciado. Para la designación a que refiere el inciso anterior la cooperativa deberá justificar su viabilidad -discriminando la que resulte de la actividad de administración que desarrollarámediante la presentación de un proyecto técnicamente fundado. Las disposiciones precedentes respetarán los principios y legislación concursal vigente. En tales casos y a solicitud de parte, el organismo de previsión social podrá disponer el pago al contado y por adelantado de los importes del subsidio por desempleo que les correspondiere a los trabajadores socios, siempre que los mismos sean destinados en su totalidad, como aportación de partes sociales a la cooperativa a efectos de su capitalización” Sin embargo, la propuesta actual de “Ley de Quiebras y reorganización empresarial”, realizada por el Poder Ejecutivo en 2006, y actualmente a consideración del cuerpo legislativo, genera dificultades mayores para estos emprendimientos: a)Si bien existen menciones directas para los casos de posible recuperación de empresas por sus trabajadores, no agregan nada trascendente a lo que se consagra en el régimen actual. b)Claramente perjudica a los créditos laborales poniendo un tope para su preferencia de 200.000 Unidades Indexadas ( unos $ 340.000 a agosto 2007). Se establece además -en forma contradictoria con la legislación actual- que deben ser créditos devengados en los 12 meses anteriores a la declaración del concurso. De prosperar esta solución, se verificará un importante retroceso con respecto al régimen legal vigente. Se avasalla el derecho de los trabajadores, en directo beneficio de otros acreedores. c)Reitera la solución de contemplar exclusivamente una salida cooperativa para las empresas recuperadas. d)Consagra a texto expreso a la prenda y la hipoteca con privilegio especial frente al crédito laboral. e)Reitera la solución de la posibilidad de pago contado del Seguro de Paro a los integrantes e la Cooperativa como aporte económico a la misma, sin establecer ninguna alternativa que indique como podrían mantenerse los trabajadores en proceso de recuperación de su empresa, que no cuentan con las prestaciones por desocupación para su manutención. f) No consagra ninguna posibilidad de preferencia para la empresa en manos trabajadores en licitaciones o compras públicas. de sus g)En caso de venta del establecimiento o remate encarece los gastos con la incorporación de IVA e IMESI. La introducción de la modalidad de venta de la unidad productiva a través de licitación, cercena elementales garantías, porque limita la posibilidad de ejercer controles y el acceso por parte de los trabajadores . En cuanto a le remuneración de los síndicos, se establece que una posterior reglamentación fijará el arancel aplicable. No se establece cuales serán las pautas a tener en cuenta, por lo que se corre el riesgo que los montos que puedan resultar, encarezcan -como hasta ahora- en grado sumo el proceso. Los fondos para pagar a estos auxiliares de la justicia salen de la masa de la empresa quebrada o liquidada y son preferentes frente a cualquier tipo de créditos, incluso los créditos laborales. h)No contempla la posibilidad de financiación alguna, para que puedan surgir las empresas recuperadas al amparo de las escasas soluciones que se establecen. 11 i)Por tanto, el marco que surge de este proyecto de ley denominado de concursos y reorganización empresarial hay que mejorarlo, incorporando un capítulo específico para empresas recuperadas. (Perez, 2007). Este razonamiento, fue la base sobre la cual construir un proyecto de ley que contemplara esta realidad que ya no es tan nueva, y que además de mitigar los posibles efectos negativos de la ley de concursos y reorganización empresarial, proporcionara un marco específico que contuviera una definición precisa del fenómeno y estableciera derechos y obligaciones a cumplir por estos emprendimientos. Este proyecto fue elaborado en una comisión conformada a instancias de la Mesa de Empresas Recuperadas, dentro del Departamento de Desarrollo Productivo del PIT – CNT y estuvo conformada por tres abogados de empresas recuperadas, la autora de este artículo, y los trabajadores que tuvieran interés en participar de dicha comisión. Se elaboró un borrador de propuesta que fue discutida por todos los trabajadores participantes del Cuarto Encuentro Nacional de Empresas Recuperadas, realizado en noviembre de 2006. Luego de discutido, y realizados los aportes de los trabajadores, dirigentes sindicales, y profesionales allegados a la temática, se le dio su redacción final, y el proyecto (que se presenta en los anexos de este trabajo) fue presentado al Poder Legislativo. Destacamos como puntos sobresalientes del mencionado proyecto: Contiene una definición de empresa recuperada, estableciendo la excepcionalidad de la figura. Deja en libertad a los emprendimientos para adoptar la forma jurídica que consideren más adecuada. Se establecen requisitos que necesariamente deberán cumplirse para evitar situaciones de emprendimientos espúreos, que bajo el rótulo de “empresas recuperadas”, disfracen otro tipo de realidades. El proceso judicial está “formulado con precisión, y puede colocarse como un capítulo en línea dentro del proyecto de reforma concursal.” Se establece la necesidad de políticas públicas que contemplen estos casos,… por ejemplo un tratamiento diferencial en licitaciones y compras publicas, asesoramiento y capacitación a los trabajadores, posibilidad de acceso a un régimen de financiación de la inversión a través de organismos públicos. Fiscalización y control sobre las empresas recuperadas (Contraloría Social). Establece un régimen tributario preferencial (exoneración de aporte patronal de seguridad social y tributos nacionales y departamentales) 12 Establece claramente las obligaciones y derechos de estas unidades productiva, tratando de preservar su calidad de emprendimiento de trabajadores, intentando evitar posibles situaciones de explotación e injusticia. Establece la posibilidad de gestión cierta de los trabajadores en la empresa, amparando situaciones de co – gestión, pero asegurando que por lo menos un cincuenta por ciento de la propiedad de la unidad productiva debe ser de los trabajadores Señala la importancia de la organización sindical en el apoyo y legitimación de estos procesos 6. Las dificultades del “adentro” Los problemas principales a la interna de los emprendimientos se relacionan con la totalidad de la gestión de la unidad productiva: Falta de capital de giro Parque de maquinarias muchas veces obsoleto, deteriorado o incompleto Dificultades para acceder a apoyo profesional y técnico por desconocimiento de las instituciones y falta de redes. “Atadura” al trabajo a façon, trabas para encarar producciones propias Dificultades para trascender la visión de que gestionar una unidad productiva es mucho más que producir objetos. Problemas de relacionamiento Reproducción de organizaciones que no se adecuan a la nueva realidad Al igual que en el anterior capítulo, nos detendremos especialmente en esta última dificultad. Las dificultades más profundas, y muchas veces más difíciles de identificar, son las organizacionales, las del “adentro”, y creemos que tienen su origen en un problema poco discutido entre los distintos actores involucrados con estas experiencias: apropiarse de una unidad productiva para gestionarla no es solo apropiarse de los medios de producción. Significa además apropiarse del trabajo como conocimiento productivo y creativo. El trabajo, a nuestro juicio, no puede se realizado en las mismas condiciones anteriores, pues eso compromete la viabilidad del proyecto. Es imprescindible cambiar el trabajo, lo que incluye, entre otras cosas, conocer el funcionamiento integral de la rama de actividad y de la cadena productiva en la que está inserta la unidad productiva recuperada. La lógica taylorista, funcional a las empresas que fueron colapsando, no puede ser reproducida en estas experiencias. Eso se ha visto demostrado en la práctica. Aquellas 13 experiencias en las cuales se reproduce la existencia de un “patrón” (real o simbólico10), son las que mayores dificultades presentan. Por otra parte la realización de trabajos a façon, donde la generación de valor sigue dentro de la unidad productiva y la apropiación del excedente permanece fuera, obliga a producir en formas atrasadas, basadas en la intensificación del trabajo, lo que genera disconformidades, conflictos y muy bajos salarios, mientras se mantiene la apropiación de plusvalía por parte de aquellos empresarios que controlan la rama de actividad. Este fenómeno no es exclusivamente uruguayo, y ha sido constatado en Brasil y en Argentina, así como en otras realidades (Poleto et.al., 2007; Heller, 2004; Bensusan, s/r). Por otra parte, las formas de trabajo predominantes en las empresas cerradas, generaron actitudes pasivas frente a los procesos productivos. Es así, que hemos constatado en muchas organizaciones actitudes un tanto pasivas, de expectativa de que alguien “de afuera” venga a resolver los problemas, falta de capacidad para identificar problemas y para buscar caminos que permitan su resolución. Esta problemática constituye todo un desafío para los profesionales que trabajamos con estos grupos (más adelante se desarrolla este aspecto). La organización11 no es un dato dado y puede ser construida, y modificada. Si bien las condiciones previas son difíciles para que con base a la organización predominante se realice otro tipo de aprendizaje, es necesario construir otras condiciones para darse cuenta de que “la inteligencia colectiva es más que la suma de las inteligencias individuales”12. La lógica organizacional puede ser descripta como: de la organización taylorista a la organización improvisada. Hemos constatado en varios casos que se da de hecho otra organización, simplemente porque no se tienen condiciones suficientes para reproducir la organización anterior. La cadena de producción se rompe “de hecho” porque no se tienen los suficientes trabajadores para ocupar todos los puestos. Esto genera inseguridad, porque cambio la única forma de trabajar que conocían, pero no se la sustituyó por otra organización formal, fue un rompimiento de hecho: la rotación en las tareas se da porque no hay más gente, y a veces se tienen los conocimientos para rotar de un puesto al otro, pero a veces no. La resolución de los problemas del trabajo pasa a estar basada en el voluntarismo: quien tiene voluntad de cambiar de puesto o de quedarse más horas lo hace, quien no, no y esto es un foco potencial de conflictividad. Inclusive el sistema de trabajo imperante, de organización improvisada, sin control de plazos, especificaciones, etc., es significado desde su lado más negativo: si fuéramos más, o si hubiera alguien que supiera mandar de verdad, o si se aplicase el reglamento Al respecto es ilustrativa la realidad que constatamos en varias empresas, en las que “líderes” naturales de los diferentes grupos de trabajadores, o los integrantes de las comisiones directivas electos por los cooperativistas se les atribuyen las funciones que antes tenían los cuadros directivos de las firmas. 11 Hablamos de organización productiva en el sentido que le da Philippe Zarifian: “ representación esquemática que reúne las dimensiones sociales y cognitivas de un universo de producción confrontado a los problemas de eficacia productiva, donde los actores se ven obligados a elaborar y a integrar esquemas tipo de posición, de resolución de problemas que acaban por constituir el referencial de las acciones” 12 Esto era señalado por uno de los trabajadores del Molino Santa Rosa en una reunión de trabajo. 10 14 en toda su rigurosidad, la cadena se mantendría y cada uno trabajaría en su puesto más tranquila. Se añora la organización anterior. Consideramos que es necesario construir para las empresas recuperadas otros modelos organizacionales que permitan: trascender la actual lógica de taller façonero obtener ingresos suficientes que permitan incrementar los salarios de los contratados y mejorar los ingresos del conjunto de los trabajadores. trabajar en forma tal que el trabajo no sea un sacrificio extremo – como lo es ahora en muchos casos – sino un espacio donde los trabajadores actúan creativamente en y sobre la producción incrementar la participación de todos los trabajadores en todo lo concerniente a la unidad productiva desarticular grupos de poder al interior de la organización que asumen el rol del ex – patrón, y desde ese lugar interactúan con el resto de los trabajadores. El cambio organizacional no puede ser impuesto desde fuera, ni siquiera sugerido. No se cambia porque los profesionales lo dictaminen, se cambia porque se ha llega a un punto en el que la única alternativa es probar un cambio y ver que sucede. Estas modificaciones son de largo aliento y es necesario desarrollar elementos de aprendizaje, discusión, reflexión colectiva que permitan a las y los trabajadores adquirir conocimientos sobre la organización en la que actúan al mismo tiempo que la modifican. Se requiere no solamente la voluntad de cambiar, sino la participación del colectivo en las acciones de cambio. Es necesario apoyo profesional para realizarlas, pero no es suficiente: solo cambia la organización si sus integrantes son colocados en situación de cambiar e intervenir sobre ella. En el diagnóstico que realizábamos en una ERT señalábamos: “Existen tres competencias básicas para el desarrollo de organizaciones innovadoras: la responsabilidad, la autonomía y la capacidad de comunicación. Comencemos por la última. La capacidad de comunicación está seriamente deteriorada, es necesario generar otra comunicación entre los integrantes de esta organización. El desconocimiento, el rumor, las interrogantes, las incertidumbres, la “charla” valorada en forma negativa son algunos de los obstáculos a vencer. La responsabilidad y la autonomía emergen de cada uno de los individuos, pero solamente si se dan las condiciones para que ello suceda. En esta organización, existe la responsabilidad sin autonomía, la responsabilidad es vivida con una fuerte carga de angustia, dado que no se manejan ninguno de los parámetros productivos y el mandato interiorizado es “la producción tiene que salir”, y se sienten responsables por que la producción no salga como se supone que debe salir, por el no pago a los contratados, por el no estar a la altura de lo que pensaron sería una emprendimiento fácil, por no llevar un mínimo sustento a su casa. Ni siquiera en los niveles de mayor poder de decisión, se tiene autonomía para planificar una producción y una estrategia – empresa. Se es parte de las decisiones del façonero. En las actuales condiciones no puede emerger ni otro tipo de responsabilidad ni ningún tipo de autonomía. La apatía y el no comprometerse es la otra cara de la moneda, una organización que persiste como la mera sumatoria de individuos que cumplen órdenes de producción no puede dar lugar a otra cosa que de un lado actitudes voluntaristas y de otro actitudes prescindentes. En ninguno de los casos la organización convoca a los individuos a actuar en y sobre ella.” (Mendy, 2004, pp.57) 15 Elenice Monteiro Leite (1996) destaca algunas dimensiones necesarias para el desarrollo del aprendizaje organizacional: la innovación y la calificación como procesos continuos el aprendizaje colectivo, compartido por todos los miembros y no restringido a una minoría pensante la transparencia en los objetivos de la organización y la congruencia entre estos y los objetivos de desarrollo individual la comunicación como vehículo de la relación entre los grupos La cultura empresarial existente es la que se formó en la cultura anterior. Es difícil desprenderse de esas pautas, máxime cuando no se conoce otra realidad. El conocimiento de otras experiencias y la interiorización de conocimientos es clave para intentar construir otra realidad y en paralelo modificar y construir otra organización. 7. Los actores y la orientación de su acción En los aspectos que hemos ido incorporando a esta reflexión pueden vislumbrarse algunas de las orientaciones predominantes de la acción de los actores que intervienen en estos procesos. El hecho de que el fenómeno sea por el momento un hecho social conformado por una sumatoria de experiencias, más que el resultado de un movimiento articulado a partir de estrategias de actores, no significa que éstos no tengan una lógica en su actuación, ni tengan una orientación en su acción. Los trabajadores. El actor más comprometido es el colectivo de trabajadores de la empresa que cierra y que se plantea reabrirla con el objetivo de “mantener los puestos de trabajo”. Toda su acción está orientada a la consecución de este objetivo, aspecto que consideramos que puede afectar la viabilidad de la nueva empresa en el mediano y largo plazo. Hasta el momento las ERT han sido articuladas desde “fuera”, más que por su propia iniciativa. La mesa de empresas recuperadas, como espacio de articulación e intercambio, se conformó a partir de la organización del grupo que viajó a Venezuela a participar del Primer Encuentro Latinoamericano de ETR Se han agrupado desde afuera y, empleando una terminología weberiana, han actuado más con “arreglo a fines” que “con arreglo a valores”. Son pocos los emprendimientos que participan de espacios de coordinación con una cabeza “estratégica”. La incipiente articulación de algunas de las ERT en una sociedad civil a iniciativa de algunas de ellas es un fenómeno incipiente, pero su “independencia” del movimiento sindical (en el seno del cual tenían un espacio de articulación) los alejan de una visión de conjunto o de posturas de clase comunes con el resto de los trabajadores. De acuerdo 16 a la referencia proporcionada por algunos trabajadores la idea es gestionar préstamos en conjunto, lo cual nos está pautando la permanencia de una orientación instrumental, de solución de la contingencia. El movimiento sindical ha realizado acciones de apoyo a estos emprendimientos, particularmente a través de la Comisión de Industrias y Agroindustrias del PIT – CNT, actualmente Secretaría de Desarrollo Productivo. También para este actor está planteado un desafío, dado que configura un desplazamiento del eje de actuación "típico" o tradicional de los sindicatos: en este caso, no es la distribución el centro de la acción sino la producción, la generación de condiciones para constituirse como productores. En lo que tiene que ver con la realización del trabajo el eje se desplaza de la ejecución de una actividad o dos o tres a la necesidad imperiosa de conocer e involucrarse con la totalidad del proceso productivo, aspecto para los cuales tampoco está desarrollado un "saber hacer". También es necesario crear e integrar conocimientos dentro del movimiento sindical. Pero, al igual que sucede con los otros actores, orientando la acción a partir de una pregunta: ¿Que producción y qué trabajo quieren los trabajadores y su central? Y esta pregunta está relacionada además con el “antes” de que las empresas cierren: como construir las posibilidades, si se logra una visión crítica de la empresa antes del cierre. Eso sería fundamental y la semilla de procesos de recuperación radical y cualitativamente diferentes. Como señalaba un dirigente sindical en uno de los encuentros nacionales: “Si permitimos que se vacíe la empresa primero, el rol de los trabajadores no es el que deberían cumplir.” Los sindicatos, por su parte tienen dificultades de relacionamiento con estos emprendimientos. Esta realidad no es totalmente comprendida por integrantes del mismo sindicato e inclusive por integrantes de similares corrientes de opinión. No obstante es el primer referente, el grupo de pertenencia al que los trabajadores acuden y a partir del cual estructuran las redes de contacto para comenzar los procesos de reapertura. Inclusive en aquellas empresas que al inicio del proceso no estaban sindicalizadas. Pueden existir, y de hecho existen puntos de tensión, sobre todo luego de cumplido el objetivo de la reapertura. El pago acorde a laudos en un contexto en el cual la negociación colectiva en los consejos de salarios deviene un instrumento clave para la organización de la clase y para la profundización de procesos democráticos en las relaciones de trabajo, es uno de ellos. Sin embargo muchas manifiestan su sentido de pertenencia: “tenemos poca cultura sindical pero está claro que lo más cerca para defender nuestros derechos es el PIT – CNT y no la Cámara de Molineros13” La discusión en el movimiento sindical respecto a estas experiencias puede resumirse en la opinión de un dirigente sindical: “somos trabajadores recuperando empresas que los patrones habían dejado de lado. No somos islas de socialismo, pero tampoco queremos multiplicar las experiencias capitalistas”. El movimiento cooperativo es otro actor que naturalmente forma parte del proceso, dado que la mayoría de estas experiencias asumen la forma cooperativa como organización social y política que gestiona el emprendimiento. Con la salvedad, nuevamente de que cuando se asume la forma cooperativa como organización social de 13 Trabajador de la Cooperativa Molino Santa Rosa. 17 la unidad productiva no es una acción deliberada ni planificada con anterioridad. Podemos afirmar que en un sector de las ERT constituyen un sector especial del cooperativismo. Las diferentes organizaciones cooperativas han brindado diferente tipo de apoyo a estas experiencias. En cuanto al Estado, podemos afirmar que no existen políticas de gobierno, y mucho menos de Estado, dirigidas a la recuperación de unidades productivas. Existen esfuerzos puntuales de instituciones estatales que aisladamente proporcionan o niegan apoyos de diferente tipo dependiendo de la capacidad de presión y de negociación de los diferentes grupos de trabajadores (Ver nota a pie Nº 9). El estudio de las problemáticas comunes podría ser motivo de propuesta de políticas dirigidas específicamente a este sector. Pero nuevamente creemos que se impone la pregunta: ¿Qué organizaciones productivas necesita el Uruguay?, en ese marco, ¿Qué ETR? ¿Que ERT están, en general, dispuestos a estimular el Estado y la sociedad uruguaya? Y a partir de ahí, ¿Cómo debería ser una política de Estado que impulse a estas empresas? ¿Qué contenido deberían tener? Las dificultades trascienden la voluntad política., la estructura del estado no está adecuada para responder a nuevas realidades (ya nos referimos a parte de este fenómeno en el capítulo correspondiente a las dificultades del entorno). Los profesionales universitarios. Distintos grupos de universitarios hemos realizado diferentes acciones con los emprendimientos. Nos referiremos especialmente a los profesionales que nos hemos acercado a estas experiencias institucionalmente, desde la Universidad de la República. El trabajo con estas experiencias se ha caracterizado por la debilidad institucional del mismo. El desafío para el actor universitario, es construir cual es el sentido que debe darle a su accionar. Desde este punto de vista es central el aspecto ético. ¿Qué empresas queremos? Nos parece necesario trabajar con un horizonte de “deber ser” que paute nuestra postura teórica y metodológica en el trabajo con esta realidad, formando parte de un grupo que construye realidad y sentido de la misma. El desafío consiste, precisamente en definir cual va a ser la orientación de nuestra acción y definir en conjunto con los grupos de trabajadores, en que va a consistir nuestro apoyo y nuestro trabajo, partiendo de que los problemas y las soluciones no son los que los profesionales y técnicos "creemos" o "sabemos", ni lo que los grupos de trabajadores identifican como el "problema principal". El conocimiento a construir no es un desafío solamente para los trabajadores. La “transferencia” es también, desde los trabajadores hacia los universitarios. Los profesionales que actuamos en estos procesos adolecemos de huecos teóricos, entramos a una realidad en la cual la relevancia de la dimensión práctica cuestiona nuestra formación excesivamente teórica o académica. Estamos en un contexto de descubrimiento y debemos también hacer compromisos y hacer de esta realidad un sujeto – objeto de estudio en función de una dimensión ética. Debemos trascender la descripción y contribuir a la construcción de soluciones, al fortalecimiento de los mecanismos de interacción. Por otra parte nos preguntamos ¿Existen casos en que la “autoridad” se les transfiere a los profesionales y técnicos? Parecería ser así, por lo 18 menos así es estimulado desde algunos lugares del gobierno y por otra parte en la filosofía de trabajo que se hace explícita en el diseño de proyectos de inversión. Por otra parte consideramos que los profesionales y técnicos son un buen sustento y punto de apoyo, en realidad necesitaríamos más profesionales vinculados a estas realidades, pero una cosa es ser punto de referencia y otra es constituirse en una autoridad que maneje el proyecto de los trabajadores a su gusto y antojo. Desde la Universidad, trabajar con esta realidad, significa comprometerse con un fenómeno social de resistencia de una clase frente a las condiciones adversas para su existencia, tomar partido, desarrollar conocimiento conjunto con sectores que son los que menos posibilidades tienen de interactuar con la institución. 8. Reflexiones finales "Eppur si muove" ¿Para que trabajar con una realidad tan compleja? Estamos situados en un fenómeno que si bien, desde el punto de vista cuantitativo puede ser menor para algunos analistas, puede constituir una experiencia incipiente de desarrollo de nuevas formas de trabajar, de nuevas formas de producir, de nuevas formas de ejercer poder por parte de grupos de trabajadores. Pero estas formas no surgen por generación espontánea sino que deben ser estimuladas y propiciadas. Algunos señalan que la recuperación de unidades productivas es parte de un proceso de construcción de una nueva hegemonía. No es nuestra posición, la sociedad uruguaya no va a cambiarse a partir de 23 empresas recuperadas. Sin embargo constituyen experiencias que, con los estímulos adecuados, pueden demostrar que los trabajadores pueden desarrollar exitosamente procesos de gestión de la producción con una lógica diferente a la lógica empresarial dominante. Pero para eso hay que construir condiciones adecuadas. Hay un componente de “peligro” en estas experiencias, componente del que muchas veces no son conscientes los propios trabajadores, pero que desde otros sectores (el Estado, por ejemplo), están claros. Por algo, hasta el momento se han estimulado algunos proyectos en los cuales se les pone como condición “contratar gestiones profesionalizadas”14 porque “no es uso en el mundo que los trabajadores se hagan cargo de la gestión”. Estas concepciones muestran cuales son las preferencias del proyecto hegemónico, más allá de los cambios y las señales de buena voluntad del gobierno. Es más que una anécdota que cuando grupos de trabajadores de empresas en proceso de recuperación se entrevistan con jerarcas del Poder Ejecutivo, una de las preguntas infaltables es “¿y quien los va a gerenciar?, ¿cómo van a resolver la gerencia?”. Lo curioso es que esa misma pregunta no se les formula a los empresarios que cerraron las empresas que, por otra parte en la mayoría de los casos contaban con varios gerentes. 14 En dos proyectos de viabilidad, impulsados por el gobierno uruguayo, se señala que la gestión de la empresa debe ser “profesionalizada”, pues en ningún lugar del mundo los dueños del capital son los que gestionan la producción. Y entre otras cosas se incorporan a los presupuestos gerentes contratados con sueldos abismalmente diferentes al de los operarios y entre el presupuesto se incluye la afiliación a la Cámara de Industrias. 19 Aquí no se trata de decir cual es el camino que se deber recorrer, sino de advertir que puede haber empresas recuperadas, absolutamente funcionales a la lógica económica dominante en nuestra sociedad y que la forma en la que se gestiona una unidad productiva por parte de sus trabajadores es también una opción. Las ERT del Uruguay, así como están, con todas sus dificultades y problemas, constituyen hasta el momento, algo así como un ente “testigo” que cuestiona la forma de propiedad y la apropiación de los excedentes. Son proyectos hijos de la organización industrial improductiva que ha predominado en nuestro país. En este sentido, no conocen otra organización, y para su desgracia, tienden a repetirla cuando no se los estimula a que ellos mismos generen las condiciones de trabajar bajo otros criterios. Hemos presenciado por lo menos dos casos en que empresas recuperadas contratan trabajadores y entra en conflicto con el sindicato de la rama correspondiente porque no les paga los salarios acordados (cuando les paga). Para que estas experiencias trasciendan lo anecdótico y lo que llamamos la etapa “épica” deben procesar una ruptura respecto del modelo anterior15. Para propiciar rupturas hay que romper prácticas y reflexiones sobre esas prácticas. El rol es contribuir a que las ERT no sean vistas como empresas minusválidas que necesitan un manto de protección condescendiente que haga “la vista gorda” frente a sus grandes problemas. Se trata de trabajar juntos para procesar rupturas y para acompañar procesos de acumulación para la realización de rupturas sociales más grandes. No se trata de justificar realidades de intensificación del trabajo, de abismales diferencias entre sueldos gerenciales respecto al resto de los trabajadores, de pago a trabajadores contratados por debajo del laudo de las ramas, de sobreexplotación. Se trata de construir unidades productivas nuevas, cualitativamente superiores a las existentes. . Desde el punto de vista estructural el entorno productivo sigue siendo hostil aunque han aparecido algunos elementos nuevos respecto a los que existían en el origen de estas experiencias: la arquitectura del Estado es la misma, gran parte de la industria permanece desmantelada, sin embargo existe un movimiento sindical en crecimiento e indicios de recuperación económica e inversión productiva creciente. El planteo de Uruguay Productivo, debería implicar la existencia de “unidades de producción produciendo” (valga la redundancia), y no especulando. El país productivo es, también, otro proyecto ético. Existen problemas susceptibles de ser resueltos con recursos, pero otros dependen de la generación de condiciones de desarrollo diferentes. Diversas opciones se abren para las empresas recuperadas por sus trabajadores: Que les vaya bien económicamente, pero permanezcan como realidades aisladas, como economías testimoniales, en la medida en que se alineen dentro de lo “esperable” por el proyecto hegemónico, constituyéndose en unidades productivas funcionales a la estrategias de rama de disminución de costos, y que generen grupos encerrados entre cuatro paredes desvinculados del escenario más general de la lucha También, a nuestro juicio, el país entero debe procesar una ruptura respecto al “modelo de desarrollo” predominante. 15 20 de clases, cooptándolos para el proyecto dominante. Esto es coherente con el planteo de “obreros que se vuelven empresarios” realizados desde algunos sectores. Que permanezcan siendo producciones artesanales, a la baja, economías de sobrevivencia, demostrando la hipótesis de que los trabajadores “no pueden” solos y necesitan gerentes, inversores o “tutores”. Que se desarrolle un proceso a través del cual se comprenda que los medios de producción en manos de los trabajadores deben ser para algo más que para “sobrevivir”, sino también para generar las condiciones que les permitan vivir de otra forma y hacerse cargo de otras formas de hacer economía, política y sociedad. Si son una alternativa económica es porque son una alternativa social alternativas a las formas (esas sí) de sobrevivencia actuales. Es necesario trascender lo anecdótico: pasar de las “odiseas” particulares a visualizar el fenómeno como un proceso general, integrarse en una visión de conjunto, de clase. Cuando no se puede salir del encierro de la problemática específica y por lo tanto no se pueden ver las necesidades del conjunto, se produce un círculo vicioso que, al profundizar el aislamiento profundiza las “pequeñas – grandes” crisis empresariales. Las empresas recuperadas pasarán de ser un hecho social “simpático” a ser un hecho social que se sitúa críticamente respecto a la organización productiva cuando: adquieran legitimidad social en función de su excelencia productiva y social, cuando sean capaces de cuestionar, a partir de los hechos, las estructuras empresariales dominantes. 21 BIBLIOGRAFÍA BENSUSÀN, Graciela, “La subcontratación laboral y sus consecuencias. ¿Problemas de diseño institucional o de implementación”. http://prdleg.diputados.gob.mx/publicaciones/libros/LFT2007%20web/LFT2007%20po r%20capitulos/129_160-LFT2007%20-Can%20rel%20lab-.pdf BIALAKOWSKY, Alberto, GRIMA, José; ZELASCHI, Constanza; COSTA, María; CAMPOS, Horacio (2005). “Identidad y conflicto entre trabajadores en empresas autogestionadas. La recuperación del método”. 7mo Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. 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CINTERFOR. 24 ANEXO Evolución del desempleo en Uruguay 1986- 2005 AÑO Tasa de Desempleo Personas desocupadas 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 10,1 9,1 8,6 8,0 8,5 8,9 9,0 8,3 9,2 10,3 11,9 11,4 10,1 11,3 13,6 15,3 17,0 16,9 13,1 12,2 112,9 107,4 101,9 95,2 102,1 109,9 113,2 105,4 121,1 137,5 159,1 151,5 123,8 137,7 167,7 193,2 211,3 208,5 161,8 154,9 FUENTE: OBSERVATORIO DEL MERCADO DE TRABAJO, DINAE, MTSS, EN BASE A DATOS INE 25