Document related concepts
Transcript
Ventana al NEGRO La mirada del pez cebra El investigador investigado E l abuelo no veía bien. Desde que volvió del hospital, me había dedicado a observarle desde el otro lado de la gigantesca pecera que papá había ordenado colocar en el salón. Su ojo derecho parecía cansado, y había adquirido un color y un brillo extraños, diferentes a los del ojo izquierdo. Mamá me explicó el motivo. Al parecer, se trataba de una enfermedad de la vista llamada glaucoma. Aunque le habían operado, a partir de ahora el abuelito sólo podría ver con claridad a través de su ojo sano. Los médicos no podían hacer nada más. Yo por entonces tenía nueve años, y la noticia me inundó de pena. Aun así, aguanté las lágrimas mientras decenas de pares de ojos negros me miraban fijamente desde el otro lado del cristal. Buceando en el currículum del Doctor José Daniel Aroca Aguilar descubrimos que se licenció en Bioquímica por la Universidad de Murcia en el año 2000. Tras graduarse, se incorporó al grupo de Biomembranas del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular A de la Universidad de Murcia, antes de pasar al grupo de Genética Molecular Humana de la Facultad de Medicina de Albacete. En 2009 obtuvo el título de doctor, y su tesis fue galardonada con el Premio extraordinario de doctorado. Por si fuera poco, nuestro protagonista de hoy en Ventana al Negro ha completado su formación con estancias en universidades de Estados Unidos y Japón. También participado en una decena de proyectos de investigación centrados en el estudio de las bases genéticas del glaucoma, y es autor de 15 artículos publicados en revistas relevantes del campo. De igual modo, destaca su participación en 12 congresos de carácter internacional, y 33 de ámbito nacional. En la actualidad, es Profesor Contratado Doctor en el Grupo de Genética Molecular Humana de la UCLM, miembro del Instituto de Investigación en Discapacidades Neurológicas (IDINE) y de la red RETICS de Patología Ocular del Instituto de Salud Carlos III, donde participa en el estudio de las bases genéticas del glaucoma y la puesta a punto de un modelo de pez cebra para su estudio. - ¿Y ellos? - pregunté a mamá - ¿No podrían ayudarnos? Mi madre se quedó pensativa durante unos instantes, con la mirada puesta en el interior de la pecera de papá. - Tal vez sí, hija - respondió. "Los peces poseen la capacidad de regenerar tejidos cuya pérdida en humanos es irreversible" directo ya que se realiza en un huevo transparente fuera del cuerpo de la madre, una ventaja indudable para estudios de desarrollo. Desde que el abuelito regresó de su operación en el hospital, veía con dificultad a través de su ojo izquierdo. Mamá me explicó que era a causa de algo llamado glaucoma. ¿Qué significa exactamente? ¿Por qué los médicos decían que jamás volvería a ver a través de ese ojo? En realidad el glaucoma no es una única enfermedad, sino que se denomina así a un grupo de alteraciones que tienen en común una pérdida de visión asociada a la muerte de las llamadas células ganglionares de la retina, que son las encargadas de transmitir la información visual desde el ojo al cerebro. La muerte de estas células es irreparable, por lo que la pérdida de visión es desgraciadamente irreversible. Es una enfermedad bastante común y de la que aún no se conocen totalmente las causas genéticas ni ambientales. Sí sabemos que en la mayor parte de los glaucomas hay una descompensación entre la producción y eliminación del humor acuoso, el líquido que baña por dentro el ojo, el cual se acumula incrementando la presión, como en un globo demasiado hinchado y termina dañando a estas células. La identificación de los genes y mecanismos que regulan esta presión está permitiendo mejorar nuestra comprensión de la enfermedad. "El pez cebra tiene mucho que enseñarnos acerca de la regeneración de órganos" Investigando con ojos de pez Estudian las bases genéticas del glaucoma con el objetivo de identificar aquellos genes responsables de la aparición de la enfermedad Hoy en Ventana al negro conocemos el proyecto de investigación en el que participa el Dr. José Daniel Aroca Aguilar, profesor de genética de la Facultad de Medicina de Albacete e investigador del Instituto de Investigación en Discapacidades Neurológicas (IDINE). La investigación del grupo de Genética Molecular Humana está dirigida por el Dr. Julio Escribano y se centra en el estudio de las bases genéticas del glaucoma. Uno de sus principales objetivos es la identificación de nuevos genes relacionados con la aparición de la patología en pacientes españoles, mediante la utilización de las modernas técnicas de secuenciación masiva. Para comprender la función de los genes identificados y analizar el papel que éstos desempeñan en la aparición del glaucoma, este equipo ha puesto en marcha un modelo animal en pez cebra para el estudio de las variantes identificadas en los pacientes. hablamos con_ JOSÉ DANIEL AROCA AGUILAR Profesor de genética de la Facultad de Medicina de Albacete "La utilización de modelos animales es fundamental en la comprensión de las enfermedades humanas" ¿A qué se refería mi madre? ¿De verdad podían los peces de papá ayudar a curar la enfermedad del abuelito? No directamente, claro, pero sí que pueden ayudarnos a comprender la enfermedad y a diseñar tratamientos más apropiados. La utilización de modelos animales es fundamental en la comprensión de las enfermedades humanas, más aún en el caso de las que tienen una base genética, como el glaucoma. Al reproducir en los animales las alteraciones genéticas que encontramos en los pacientes, se puede estudiar el desarrollo de la enfermedad en el laboratorio, comprenderla y desarrollar nuevos tratamientos. Ventana al Negro es un espacio concebido para difundir el conocimiento y la cultura científica en la sociedad. En su elaboración colaboran investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha e investigadores INCRECYT del Parque Científico y Tecnológico de Albacete. En la pecera de papá había decenas de peces de colores y formas diferentes. ¿Todos podían ayudar al abuelito? ¿Cuáles sí y cuáles no? Cualquiera de ellos podría ser útil, aunque en la práctica unos lo son más que otros. La razón principal es que la ciencia se hace entre mucha gente en todo el mundo y utilizar el mismo modelo permite compartir y comparar los descubrimientos de cada laboratorio. Inicialmente se utilizó mucho un pez japonés conocido como “Medaka”, pero en las últimas décadas, el pez cebra se ha ido estableciendo como el pez modelo de elección para la investigación de enfermedades humanas. Ventana al NEGRO Idea y dirección_ Manuel Carmona Delgado Redacción_ María García Vidal Ilustración_ Mª Dolores Alfaro Cuevas Dinamización _ Luis Gayoso y Francesc Verdaguer ¿Por qué se llama así el pez cebra? ¿No podría llamarse también pez elefante? ¿O pez jirafa? Se le llama pez cebra por el diseño de rayas oscuras sobre fondo claro que luce en sus costados, aunque en realidad su nombre científico es Danio rerio. El que sea tan conocido por su nombre común se debe a que ya era bastante famoso como pez de acuario antes de ser utilizado en investigación. En todas las tiendas de peces hay una pecera con “cebritas” moviéndose sin parar. Un día escuché cómo papá contaba al abuelito que el pez cebra tenía mucho que ver con nosotros. Sin embargo, por más que yo mirara a aquellos diminutos pececitos, no encontraba ninguna semejanza con la especie humana. ¿Qué cree que quiso decir? ¿En qué nos parecemos al pez cebra? ¿No me asemejo más a un mono que a un pez? El pez cebra es un vertebrado como nosotros, por lo que la mayor parte del diseño corporal y del funcionamiento de sus sistemas son muy parecidos a los nuestros. La utilización de modelos de mamíferos, o incluso de monos, hacen que las similitudes aumenten pero también las complicaciones éticas, por el mismo motivo. Los científicos realizamos un esfuerzo constante por minimizar el sufrimiento animal al estudiar las enfermedades humanas. Parte de este esfuerzo consiste en no utilizar mamíferos a menos que el fin esté justificado y sea la única manera de conseguir la información que se persigue. El pez cebra posee un equilibrio entre cercanía y distancia evolutiva que lo hace muy interesante para el estudio de patologías que afectan a órganos que tengan un funcionamiento común en distintas especies animales, como el ojo, y las implicaciones morales y éticas son mucho menores. Por otra parte, algunas de las diferencias existentes entre el pez y nosotros también pueden resultar útiles para el desarrollo de las investigaciones. Por ejemplo, el desarrollo embrionario del pez puede verse en El abuelo siempre fue un gran lector. Las novelas se acumulaban en la mesita de su dormitorio, y a veces incluso pasaba noches en vela sólo por la necesidad de terminar aquel libro que tanto le gustaba. ¿Cree que su pasión por los libros tuvo algo que ver en su enfermedad? Si no es así, ¿por qué el abuelito tenía glaucoma? “Forzar la vista” no parece ser un factor de riesgo en glaucoma. No está totalmente aclarado, pero se cree que algunos factores como la hipertensión arterial, la diabetes, el tratamiento con corticoides y el consumo de tabaco, pueden favorecen la aparición de glaucoma. Sí está más claro que la elevación de la tensión ocular y la historia familiar son los factores de riesgo más importantes. En una familia que presente varios casos de glaucoma, la probabilidad de desarrollar la enfermedad se incrementa entre 7 y 20 veces, por lo que la identificación de las bases genéticas de la patología es crucial para un diagnóstico temprano que permita prevenir la pérdida de visión. En una conversación entre mamá y papá les oí hablar de "variante genética". ¿Cree que hablaban sobre una película de ciencia ficción, o se referían a la causa de la enfermedad del abuelito? En los primeros años de este siglo, tras un esfuerzo internacional de proporciones épicas, se publicó la secuencia completa del genoma humano, el plano de construcción que todos llevamos dentro, que ha llegado a ser denominado como el libro de la vida. Éste está formado por más de 3.200 millones de letras y, aunque bastante parecidas entre persona y persona, cada uno de nosotros tiene millones de letras que cambian respecto al texto común. Estos cambios se denominan “variantes genéticas”. La mayoría de ellos son inofensivos, de hecho son la esencia de nuestra individualidad y explican por qué todos somos distintos y porqué nuestros hijos se nos parecen, ya que estos cambios son hereditarios, pero unos cuantos predisponen al desarrollo de patologías o incluso son la causa directa de ciertas enfermedades. El estudio de las variantes de un enfermo y la identificación de las que están asociadas con la aparición de su enfermedad, permiten comprender las características de la patología propias de cada paciente, diseñar tratamientos personalizados para la causa concreta de cada individuo e incluso predecir si se sufrirá la enfermedad en el futuro. ¿En qué parte del pez cebra residen sus poderes para curar la vista? ¿En la cola? ¿En las aletas? ¿Tal vez en sus branquias o escamas? En sus propios ojos. El pez cebra nos permite imitar los cambios genéticos que encontramos en los enfermos y estudiar específicamente el defecto ocular que producen a nivel de los tejidos. Además, el estudio de los procesos de formación de los ojos de los peces nos permite profundizar en el conocimiento de cómo se forman y cómo funcionan los nuestros. De vez en cuando, algunos de los peces cebra más barrigudos de la pecera expulsaban una especie de huevos transparentes, de los que salían diminutos pececitos. Mamá decía que aquellos, sin duda, serían de gran ayuda para la cura del abuelito. ¿A qué se refería exactamente? El desarrollo embrionario del pez cebra es uno de sus principales atractivos para su utilización como modelo animal. El embrión se desarrolla dentro de un huevo transparente que permite observar en vivo y célula a célula la construcción y ensamblaje de los tejidos y órganos del animal. Además, la reproducción en laboratorio del pez cebra es muy sencilla, se pueden cruzar varias veces por semana y sus puestas están formadas por más de 100 huevos por pareja. Papá me contó una noche que los peces cebra ciegos eran capaces de volver a ver. ¿Es cierto? ¿Por qué ellos sí y nosotros no? Es cierto, los peces poseen la capacidad de regenerar tejidos cuya pérdida en humanos es irreversible, como la retina, pero también aletas, piel e incluso el corazón. En mamíferos esa capacidad de regeneración se ha perdido casi completamente. Aunque está presente en las etapas de desarrollo embrionario la mayoría de nuestros órganos pierden esta capacidad poco después de nacer. Sin duda debe haber razones evolutivas para haber “desconectado” este sistema, aunque no son totalmente conocidas aún. Una teoría bastante aceptada propone que mantener activada la regeneración celular en el adulto podría predisponer a la aparición de tumores, mucho más comunes en nuestra especie por la larga duración de nuestras vidas en comparación con el pez. ¿Podrá imitar el abuelo al pez cebra algún día y conseguir así que su ojo izquierdo vuelva a funcionar como antes? El estudio de la regeneración en el pez cebra y otros animales como el ajolote, un animal parecido a un lagarto de agua, está proporcionando una comprensión cada vez más profunda de los mecanismos implicados en los procesos regenerativos. La medicina regenerativa es una disciplina joven, pero con una gran potencialidad y que permite una aproximación novedosa a la enfermedad. En España hay grupos de investigación que son líderes a nivel internacional en la aplicación de terapias celulares con células madre para tratar patologías hasta ahora incurables, aunque su aplicación clínica no es inmediata. La regeneración de órganos completos es aún más lejana, pero indudablemente el pez cebra tiene mucho que enseñarnos a este respecto.