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15 de mayo de 2015 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Nº 63 El grave impacto del cambio climático requiere una respuesta colectiva Los fondos forestales nacionales: una ayuda frente al cambio climático El cambio climático y la Iglesia Católica, por Jeffrey D. Sachs La cumbre del clima en París, por Teresa Ribera & Antxon Olabe Egaña Un plan Marshall para el mundo, por Erik S. Reinert & Jomo Kwame Sundaram El cambio climático ya tiene efectos en gente que todavía no ha nacido El hambre y el cambio climático El cambio climático está acabando con aves únicas en el mundo 1. EL GRAVE IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO REQUIERE UNA RESPUESTA COLECTIVA Graziano da Silva pide que los pobres “no paguen la factura” del cambio climático al reunirse con parlamentarios italianos en preparación de la Cumbre del Clima en París El cambio climático tiene graves implicaciones para la agricultura y la seguridad alimentaria 23 de abril de 2015, Roma - Se necesita un gran esfuerzo colectivo para hacer frente al cambio climático, que ya está teniendo consecuencias “trágicas” y directas en la vida de la gente, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, ante un grupo de parlamentarios italianos. Los factores relacionados con el clima están contribuyendo a aumentar la inseguridad alimentaria de muchas de las personas más vulnerables del mundo, empeorando una situación que ya era de por sí bastante grave, aseguró. “Cuando la agricultura no tiene la oportunidad de prosperar, y cuando la comida escasea, las consecuencias pueden ser dramáticas”, advirtió Graziano da Silva. “El hambre –dijo- puede obligar a la gente a abandonar sus familias y sus hogares en busca de mejores oportunidades que no siempre se encuentran. La pérdida de vidas en el Mediterráneo es un recordatorio trágico”. Del mismo modo, las recientes tormentas tropicales en Filipinas y Vanuatu demuestran la rapidez con que los cultivos alimentarios pueden ser destruidas por fenómenos meteorológicos extremos, mientras que las sequías recurrentes tienen un efecto igualmente letal, señaló el Director General de la FAO. 1 2 4 6 8 10 12 18 Pagina 2 de 19 Al intervenir en el Parlamento italiano en presencia del ministro de Medio Ambiente, Gian Luca Galletti, Graziano da Silva señaló que la FAO está especialmente preocupada por el cambio climático debido a sus vínculos evidentes con la seguridad alimentaria y la agricultura. “El cambio climático afecta a la producción agrícola y podría cambiar la geografía de la producción alimentaria”, dijo. Añadió que el sector agrícola genera por si mismo emisiones de gases de efecto invernadero, pero también tiene el potencial de almacenar más carbono en los suelos y los bosques si se adoptan políticas de producción y de gestión sostenibles. El mundo necesita un cambio de paradigma hacia sistemas alimentarios más sostenibles, inclusivos y resilientes, lo que implicará conseguir que las técnicas producción sean menos dependientes del uso intensivo de insumos y recursos naturales. El camino hacia París “En 2015 tenemos que transformar el compromiso político en acciones y resultados”, indicó Graziano da Silva en referencia a la agenda diplomática de este año, que incluye un nuevo conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible y la 21ª Conferencia de las Partes (COP) de diciembre en París, que convoca la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (30 de noviembre al 15 de diciembre de 2015). “Eso incluye garantizar los fondos necesarios para cubrir el costo de la transición hacia sistemas alimentarios que apoyen la mitigación y la adaptación, que sean más sostenibles y resilientes al cambio climático”, dijo. La adaptación y mitigación de las tendencias del cambio climático es un interés colectivo, pero “no podemos pasar la factura a los agricultores familiares, los pastores y productores agropastoralistas de los países en desarrollo”, subrayó. Y mientras que aumentar los ingresos rurales en los países en desarrollo es una prioridad, las naciones más ricas también deben hacer frente al desperdicio de alimentos, recordando que consumidores ricos desperdician alrededor de 222 millones de toneladas de alimentos cada año, casi tanto como la totalidad de la producción neta de alimentos de África subsahariana. Graziano da Silva elogió a Italia por acoger este año la Expo –evento centrado en los alimentos que se celebra en Milán-, y que se espera promueva la importancia de la seguridad alimentaria, el cambio climático y la gobernanza sostenible. “La FAO está dispuesta a desarrollar una asociación estratégica con el gobierno italiano”, en preparación para la reunión de la COP en París, concluyó Graziano da Silva. Fuente: Nota informativa publicado en el portal de noticias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 23 de abril de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.fao.org/ 2. LOS FONDOS FORESTALES NACIONALES: UNA AYUDA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO El Fondo Forestal Nacional de Vietnam ha logrado que las compañías hidroeléctricas paguen por los servicios ambientales que prestan los bosques aguas arriba 8 de mayo de 2015, Nueva York – Los fondos forestales nacionales -mecanismos de financiación pública destinados a apoyar la gestión sostenible de los bosques- tienen un gran potencial para catalizar mayores inversiones en el sector forestal, incluidas las destinadas a hacer frente al cambio climático. Sin embargo, su papel sigue estando poco reconocido, según un nuevo documento sobre políticas de la FAO. Pagina 3 de 19 Con la aparición de nuevos mecanismos de financiación nacionales e internacionales -como los relacionados con la mitigación y la adaptación al cambio climático-, ha aumentado la envergadura de la financiación potencial. Sin embargo, también lo ha hecho la complejidad de acceder a tales recursos, de acuerdo con el documento, presentado esta semana en el 11º período de sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, donde el financiamiento para la gestión sostenible de los bosques es una de las principales cuestiones a debate. Los fondos forestales nacionales (NFF, por sus siglas en inglés) bien diseñados y gestionados pueden actuar como mecanismos de coordinación para canalizar flujos de inversión de múltiples fuentes hacia la implementación de planes como el pago por servicios ambientales o programas nacionales para la reducción de emisiones de carbono debidas a la deforestación y la degradación forestal (REDD+), según indica el documento. "Con el creciente reconocimiento del importante papel que desempeñan los bosques frente a desafíos globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza, el apoyo a la gestión sostenible de los bosques sigue siendo una cuestión clave", señaló Eva Muller, Directora de la División de Economía, Políticas y Productos Forestales de la FAO. “A través de esta publicación –añadió- y el apoyo relacionado para la creación de capacidad, la FAO espera contribuir al desarrollo de fondos forestales nacionales que sean capaces de traducir inversiones forestales en acciones nacionales eficaces, promocionando la sostenibilidad". Lograr que los fondos funcionen A pesar de la presencia de estos fondos en más de 50 países, existe una escasa información sobre la forma en que funcionan y una serie de países tienen aún que transformarlos en instrumentos de financiación eficaces. "Uno de los requisitos clave para tal transformación consiste en tener una base normativa y legal sólida para su creación y funcionamiento, que garantice la transparencia y la rendición de cuentas. Esto permitirá a los gobiernos movilizar fondos de inversores nacionales e internacionales y de los donantes", subrayó el autor de la publicación, Rao Matta. La movilización de recursos financieros es especialmente compleja cuando se trata de aprovechar la financiación internacional, en particular las fuentes relacionadas con el cambio climático. Hacerlo requiere estructuras nacionales capaces de absorber, reorientar y utilizar grandes cantidades de dinero de manera eficiente, añadió Matta. Contar con los marcos normativos e institucionales necesarios facilita un mejor acceso a la financiación internacional. Este es el caso del Fondo Forestal Nacional de Costa Rica, que ha sido capaz de acceder a la financiación del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF) del Banco Mundial, para implementar un programa de reducción de emisiones. Enfoque intersectorial La colaboración intersectorial es fundamental para la implementación de esquemas como los pagos por servicios ambientales y REDD+ y los fondos forestales nacionales deben garantizar la participación de las partes interesadas de otros sectores, en particular el sector financiero, el del turismo, el energético y de las infraestructuras, señala también la publicación de la FAO. Pagina 4 de 19 Por ejemplo, el Fondo Forestal Nacional de Viet Nam está colaborando estrechamente con el Ministerio de Industria y Comercio para garantizar que las pequeñas y medianas centrales hidroeléctricas paguen por los servicios ambientales que prestan los bosques aguas arriba. Si se diseñan con esmero, los fondos forestales nacionales pueden evitar la fragmentación de esfuerzos y la superposición de mandatos y actividades de las diferentes instituciones, coordinar estos esfuerzos y mejorar los recursos financieros, poniéndolos bajo el mismo paraguas organizacional. Basada en experiencias prácticas, la publicación "Hacia fondos forestales nacionales eficaces" (“Towards effective national forest funds”) describe la estructura general de estos fondos y las posibles medidas para mejorar su rendimiento. Fuente: Nota informativa publicado en el portal de noticias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 8 de mayo de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.fao.org/ 3. EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA IGLESIA CATÓLICA, POR JEFFREY D. SACHS El papa Francisco está pidiendo al mundo que adopte medidas contra el cambio climático y muchos conservadores de los Estados Unidos están furiosos al respecto. El Papa debe atenerse a la moralidad –dicen– y no aventurarse a hablar de asuntos científicos, pero, cuando este año se desarrolle el debate sobre el clima, la mayoría de la Humanidad considerará convincente el mensaje de Francisco: necesitamos tanto la ciencia como la moralidad para reducir el riesgo para nuestro planeta. Lo primero que es digno de mención es que una mayoría abrumadora de los americanos está de acuerdo con el llamamiento de Francisco en pro de la adopción de medidas sobre el clima. Lamentablemente, sus opiniones no están representadas en el Congreso de los EE.UU., que defiende a las grandes empresas del carbón y del petróleo, no al pueblo americano. La industria de los combustibles fósiles gasta mucho en cabildeo y en las campañas de congresistas como, por ejemplo, los senadores Mitch McConnell y James Inhofe. La crisis climática del mundo se ha agravado con la crisis democrática de los Estados Unidos. En una encuesta de opinión a los americanos hecha en enero de 2015, una mayoría abrumadora de los encuestados que respondieron (el 78 por ciento) dijo que, “si no se hace nada para reducir el calentamiento planetario”, las consecuencias futuras para los EE.UU. serían “algo graves” o “muy graves”. La misma proporción, aproximadamente (el 74 por ciento), dijo que, si no se hace nada para reducir el calentamiento planetario, las futuras generaciones sufrirán sus consecuencias “en grado moderado”, “mucho” o “muchísimo”. Tal vez sea más revelador que el 66 por ciento dijera que “más probablemente” apoyaría a un candidato que diga que el cambio climático es una realidad y que pida una transición a la energía renovable, mientras que era “menos probable” que el 12 por ciento apoyara a semejante candidato. En marzo de 2015, en otra encuesta se examinaron las actitudes de los cristianos de los EE.UU., que constituyen el 71 por ciento de los americanos. Se clasificaron las respuestas en tres grupos: católicos, protestantes no evangélicos y evangélicos. Las actitudes de dichos grupos reflejan las de los americanos más en general: el 69 por ciento de los católicos y el 62 por ciento de los protestantes propiamente dichos respondió que el cambio climático es una realidad y una mayoría menor de los evangélicos (51 por ciento) convino al respecto. Las mayorías de cada uno de dichos grupos convinieron en que el calentamiento planetario Pagina 5 de 19 perjudicará el medio ambiente natural y a las generaciones futuras y en que la reducción del calentamiento planetario ayudaría al medio ambiente y a las generaciones futuras. Entonces, ¿qué minoría de americanos se opone a las medidas climáticas? Hay tres grupos principales. El primero es el de los conservadores partidarios del libre comercio, que parecen temer la intervención estatal más que el cambio climático. Algunos han seguido su ideología hasta el punto de negar principios científicos bien establecidos: como la intervención estatal es mala, se dicen a sí mismos que dichos principios no pueden ser ciertos. El segundo grupo comprende a los fundamentalistas religiosos. Niegan el cambio climático, porque rechazan enteramente la ciencia que estudia la Tierra, por creer que el mundo es fruto de la Creación, al contrario de lo que demuestran abrumadoramente la física, la química y la geología. Pero el tercer grupo es el más poderoso políticamente: los intereses de las empresas del carbón y del petróleo, que contribuyeron con centenares de millones de dólares a la campaña de 2014. David y Charles Koch, los mayores financiadores de campañas de los Estados Unidos, son simples empresarios petroleros empeñados en multiplicar su colosal riqueza, pese a los costos que represente para el resto de la Humanidad. Tal vez sean también auténticos negadores del cambio climático. Además, como dijo con una famosa broma Upton Sinclair: “Es difícil lograr que un hombre entienda algo, cuando su salario depende de que no lo entienda”. Los críticos derechistas de Francisco tal vez pertenezcan a los tres grupos, pero están financiados –al menos en parte– por el tercero. Cuando la Academia Pontificia de Ciencias y Ciencias Sociales y algunos de los más importantes científicos que estudian la Tierra y de los científicos sociales se reunieron en el Vaticano el pasado mes de abril, el libertario Instituto Heartland, apoyado durante años por los hermanos Koch, organizó una protesta infructuosa en la plaza de San Pedro del Vaticano. Los científicos participantes en la reunión celebrada en el Vaticano procuraron al máximo subrayar que la ciencia y la política del clima reflejan principios fundamentales de la física, la química, la geología, la astronomía, la ingeniería, la economía y la sociología, algunas de cuyas partes fundamentales se conocen perfectamente desde hace más de cien años. Sin embargo, los críticos derechistas del Papa están tan equivocados teológicamente como científicamente. La afirmación de que el Papa debe atenerse a la moralidad revela una incomprensión básica del catolicismo romano. La Iglesia es partidaria del maridaje entre la fe y la razón. Al menos desde la publicación de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino (1265-74), la ley natural y la regla de oro están consideradas pilares fundamentales de las enseñanzas de la Iglesia. La mayoría de las personas saben que la Iglesia se opuso a la defensa por parte de Galileo del heliocentrismo copernicano, por lo que el Papa Juan Pablo II se disculpó en 1992, pero muchos ignoran el apoyo de la Iglesia a la ciencia moderna, incluidas muchas contribuciones importantes a la biología, la química y la física por parte de clérigos católicos de importancia mundial. De hecho, la fundación de la Academia Pontificia de Ciencias se remonta a más de 400 años atrás, a la Academia de los Linces (Accademia dei Lincei), que admitió como miembro a Galileo en 1611. Naturalmente, el propósito de Francisco es el de maridar la ciencia moderna, tanto natural como social, con la fe y la moralidad. Se debe utilizar nuestro conocimiento científico, conseguido con gran esfuerzo, para fomentar el bienestar humano, proteger a los vulnerables y los pobres, preservar los frágiles ecosistemas de la Tierra y cumplir con las generaciones Pagina 6 de 19 futuras. La ciencia puede revelar los peligros medioambientales causados por la Humanidad, la ingeniería puede crear instrumentos para proteger el planeta y la fe y el razonamiento moral pueden brindar la sabiduría práctica (como habrían dicho Aristóteles y Tomás de Aquino) para adoptar opciones virtuosas en pro del bien común. En la reunión celebrada el pasado mes de abril en el Vaticano participaron no sólo climatólogos de importancia mundial y premios Nobel, sino también representantes superiores de los credos protestantes, hindúes, judíos, budistas y musulmanes. Como Francisco, los dirigentes religiosos de todas las religiones más importantes del mundo están instándonos a que recurramos a la sabiduría de la fe y de la ciencia del clima para cumplir con nuestros deberes morales para con la Humanidad y el futuro de la Tierra. Debemos prestar atención a ese llamamiento. Fuente: Jeffrey D. Sachs, es profesor de Desarrollo Sostenible, Profesor de Política Sanitaria y Gestión, y Director del Earth Institute de la Universidad de Columbia, también es Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Este artículo fue publicado en el portal de Project Syndicate el 3 de mayo de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.project-syndicate.org/ 4. LA CUMBRE DEL CLIMA EN PARÍS, POR TERESA RIBERA & ANTXON OLABE EGAÑA La alteración del clima de la Tierra ha sido causada por la masiva emisión de gases de efecto invernadero desde la revolución industrial. Entre 1750 y 2010, las emisiones totales han alcanzado los 2.585.000 millones de toneladas de CO2 equivalente. Como consecuencia del efecto invernadero generado por esos gases, la atmósfera se ha calentado 0,85ºC desde 1880. El incremento de la temperatura no ha sido homogéneo en el tiempo sino que se ha acelerado en décadas recientes. La temperatura es ya, o está cerca de serlo, la más elevada en el actual período interglacial que se inició hace 12.000 años. La comunidad científica comenzó a alertar sobre los riesgos del cambio climático hace más de 30 años. Algunas de las personas decisivas en la temprana comprensión del problema fueron los científicos norteamericanos Stephen Schneider y Jim Hansen, quienes basaron sus análisis en el excelente trabajo de campo llevado a cabo por Charles David Keeling en la Isla de Mauna Loa. El climatólogo sueco Bert Bolin desempeñó, asimismo, un papel fundamental convenciendo a las Naciones Unidas de la necesidad de crear el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), cuyos cinco informes desde 1990 han sentado las bases científicas de la comprensión del problema. Este Documento de Trabajo (DT) busca aportar reflexión y debate sobre algunos de los aspectos más relevantes de la política climática internacional en el contexto de la preparación de la importante cumbre de París en diciembre de 2015. De manera implícita se considera que el elemento decisivo en la reconducción de la alteración del clima es la voluntad política de las naciones, en especial la de los Estados decisivos de la comunidad internacional. El Documento comienza por contextualizar las importantes decisiones presentadas recientemente por las tres mayores economías –la UE, EEUU y China– a la luz de los datos más recientes sobre las emisiones históricas, las de los últimos años (desde 1990) y las emisiones per cápita. Un mensaje importante de esta primera parte es que si tras esas decisiones otros grandes emisores adoptan una posición proactiva y presentan compromisos relevantes, la cumbre de París puede suponer un positivo punto de inflexión. En ese caso, los Pagina 7 de 19 dos escenarios climáticos más disruptivos de los presentados por el IPCC en 2014 quedarían descartados. El Documento defiende que una de las razones que han movido a la diplomacia norteamericana a fraguar el histórico acuerdo con Pekín ha sido la creciente consideración del cambio climático como un problema que afecta a su seguridad nacional. En ese sentido se presenta un detallado recorrido acerca de la evolución de esa reflexión, desde las posiciones pioneras europeas (informe Solana, tras los antecedentes del Pentágono y los intentos británicos de llevar el asunto al Consejo de Seguridad), hasta el desarrollo más sistemático en años recientes en EEUU. El Documento defiende que sólo la consideración de la crisis del clima como un problema de seguridad nacional e internacional por parte de los Estados decisivos será capaz de movilizar la energía política que se necesita para situar la trayectoria de las emisiones a lo largo de varias décadas en una dirección compatible con la preservación del umbral mencionado de los 2ºC. A continuación se analiza la importancia de la adaptación y del fortalecimiento de la resiliencia, en especial en los países más vulnerables. En ese sentido, se subraya cómo la adaptación no puede considerarse exclusivamente una necesidad doméstica y residual. Requiere un mejor entendimiento de sus efectos transnacionales y un planteamiento estratégico que permita medir y analizar convenientemente las vulnerabilidades y las prioridades de acción. En estrecha relación con la problemática de la adaptación está el debate sobre la financiación climática. El acceso a financiación suficiente y previsible por parte de los países en desarrollo y el apoyo de las economías desarrolladas sigue siendo uno de los elementos más delicados de la política climática internacional, al continuar existiendo interrogantes acerca del cumplimiento de las promesas realizadas al respecto en cumbres anteriores. El DT explora, asimismo, los cambios que precisa el sistema financiero internacional para convertirse en una fuerza motriz en la transición hacia una economía global de bajas emisiones. En esa dirección se defiende la plena integración de la dimensión climática en el corazón mismo de las decisiones de inversión pública y privada, nacionales e internacionales. A la hora de reflexionar sobre las respuestas, la salida a la crisis del clima requiere una transformación del sistema energético internacional hacia una economía de bajas emisiones, una transición hacia un modelo bajo en carbono en el horizonte 2050. En esa dirección, el Documento presenta algunas de las líneas básicas que en nuestra opinión habrían de orientar esa transición: la formulación de una visión estratégica a largo plazo, una hoja de ruta en el horizonte 2050; la extraordinaria importancia de la eficiencia energética y la apuesta por las energías renovables; la progresiva eliminación de los 540.000 millones de dólares de subsidios a las energías fósiles; y una nueva aproximación a la valoración de los crecientes riesgos asociados a aquellas reservas de recursos fósiles que pueden quedar sin explotar en el subsuelo si las naciones se comprometen con una trayectoria de bajas emisiones para 2050. A modo de recapitulación, el trabajo concluye con las que, en nuestra opinión, son las claves para el éxito de la próxima cumbre de París. En dicha cumbre se espera alcanzar, al amparo de la vigente Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un acuerdo que integre, por primera vez, los compromisos de mitigación de emisiones de todos los países- desarrollados, emergentes y en desarrollo-, para el período posterior a 2020. Una de las claves sin duda será asentar las bases de confianza y colaboración entre las naciones para activar un proceso dinámico de revisión y mejora de los acuerdos de mitigación a lo Pagina 8 de 19 largo de los próximos años con el objetivo de reconducir la trayectoria de las emisiones globales. En ese sentido, el Documento propone que la próxima cumbre de alto nivel político tenga lugar en 2020 en Pekín, al ser China el mayor emisor y, en consecuencia, el país que tiene la llave principal de la reconducción de dichas emisiones globales. Fuente: Teresa Ribera, es directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), SciencesPo. en París – Francia; Antxon Olabe Egaña, es economista ambiental y experto en cambio climático. Este artículo fue publicado el 16 de abril de 2015 en el sitio web del Real Instituto El Cano de España y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.realinstitutoelcano.org/ 5. UN PLAN MARSHALL PARA EL MUNDO, POR ERIK S. REINERT & JOMO KWAME SUNDARAM El esfuerzo internacional para impulsar la cooperación global para el desarrollo no se detiene, pero los últimos años encontró grandes obstáculos. Felizmente, los líderes mundiales tienen una oportunidad de superarlos, ahora que se avecinan importantes reuniones internacionales programadas en la segunda mitad de 2015. No sería la primera vez que se logre algo parecido. A inicios de este siglo, las negociaciones internacionales sobre desarrollo económico también habían llegado a un atasco. La reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Seattle había concluido sin decisiones, y tras las dos décadas del Consenso de Washington, los países en desarrollo estaban disconformes con las instituciones financieras internacionales lideradas por Estados Unidos. Las negociaciones para la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo en Monterrey, México, parecían no tener rumbo. Pero el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos fue blanco de graves ataques terroristas, y de algún modo ese acontecimiento trágico obró como un catalizador. Los líderes mundiales acordaron iniciar la Ronda de Desarrollo de Doha, para asegurar que las negociaciones sobre comercio sirvieran a las aspiraciones de desarrollo de los países rezagados. Y la conferencia de 2002 en Monterrey se saldó con enormes avances en temas de inversión nacional e internacional, deuda externa, cooperación internacional, comercio y gobernanza sistémica. Es obvio que no se necesitan tragedias para destrabar el progreso. Este año deben ser estímulo suficiente las próximas grandes reuniones globales (la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo en julio, la reunión de las Naciones Unidas para la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre y la Conferencia de París sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas en diciembre). Y los esfuerzos que se hicieron en su preparación indican que hay voluntad de avanzar. Sin embargo, es fundamental definir el programa correcto. El mundo necesita una estrategia bien diseñada y de amplio alcance para estimular la industrialización, según el modelo del Programa de Recuperación Europea (la iniciativa estadounidense que permitió la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial). El Plan Marshall (como se lo suele denominar) implicó una inyección masiva de ayuda estadounidense para apoyar las iniciativas nacionales de desarrollo en Europa, y todavía muchos europeos consideran que fue el momento más alto de los Estados Unidos. El Plan Marshall tuvo repercusiones mucho más allá de las fronteras europeas, y en la década siguiente se convirtió en lo que probablemente haya sido el proyecto de ayuda al desarrollo económico más exitoso de la historia de la humanidad, que continuó con la implementación de políticas similares en el noreste de Asia, tras la creación de la República Popular China y la Guerra de Corea. Pagina 9 de 19 Es cierto que la ampliación del Plan Marshall tuvo motivos políticos. Con ella, Estados Unidos esperaba contener la expansión del comunismo al inicio de la Guerra Fría, mediante la creación de un “cordón sanitario” de países prósperos entre Europa occidental y el noreste de Asia. Los países en desarrollo que no sirvieran a esos fines políticos quedaban fuera del plan. Pero en esencia, el Plan Marshall fue una estrategia de carácter económico, y como tal, fue razonable. Lo más importante es que fue un giro de 180° respecto del Plan Morgenthau que lo precedió, un intento de desindustrialización con pobres resultados. Su objetivo (articulado por el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Henry Morgenthau, Jr., en su libro de 1945 Alemania es nuestro problema) era convertir al antiguo enemigo en un país “mayormente agrícola y pastoril”, a fin de prevenir que se involucrara en otra guerra. Pero a fines de 1946, las penurias económicas y el desempleo en Alemania motivaron al ex presidente de los Estados Unidos Herbert Hoover a visitar el país en una misión de estudio. En su tercer informe, con fecha del 18 de marzo de 1947, Hoover declara que la idea de reducir a Alemania a un estado pastoril era una “ilusión”, que no podía lograrse sin exterminar o relocalizar fuera del país a veinticinco millones de personas. La única alternativa era la reindustrialización. Menos de tres meses después, el secretario de Estado George Marshall pronunció un discurso histórico en la Universidad de Harvard en el que anunció la cancelación de la política anterior y declaró el objetivo de reindustrializar Alemania y el resto de Europa, incluso mediante la aplicación de fuertes medidas de intervención estatal, por ejemplo altos aranceles, cuotas y prohibiciones de importación. El libre comercio debería esperar hasta después de la reconstrucción, cuando los países europeos pudieran competir en los mercados internacionales. En su breve discurso, Marshall señaló otros tres puntos importantes. En primer lugar, tras observar que la interrupción del comercio entre áreas urbanas y rurales de Alemania tenía un papel en la desaceleración de su economía, recuperó una idea que los economistas europeos conocían hace siglos: que todos los países prósperos tienen ciudades con un sector fabril. “El remedio”, explica Marshall, “reside en (…) restaurar la confianza del pueblo europeo”, para que “el fabricante y el agricultor (…) puedan y quieran intercambiar sus productos por divisas cuya estabilidad no esté en duda”. En segundo lugar, Marshall sostuvo que las instituciones participativas surgen del progreso económico, y no al revés (lo opuesto a la idea comúnmente aceptada en la actualidad). En sus palabras, el “propósito [de las medidas] debería ser recrear una economía funcional en el mundo, para permitir la aparición de condiciones políticas y sociales que den cabida a la existencia de instituciones libres”. En tercer lugar, Marshall recalcó que la ayuda debía ser integral y estratégica, a fin de promover un progreso y un desarrollo reales. “Esa asistencia”, declaró, “no debe darse a cuentagotas conforme se sucedan las crisis. Toda asistencia que este gobierno ofrezca en el futuro debe ser un remedio y no un simple paliativo”. Las ideas de Marshall tienen mucho que enseñar hoy a los líderes mundiales sobre cómo acelerar el desarrollo, comenzando por la necesidad de revertir los efectos del Consenso de Washington sobre las economías en desarrollo y transición, que son similares a los del Plan Morgenthau. Hubo algunos países (entre ellos, grandes economías como China y la India con una tradición de proteger sus industrias locales) que pudieron sacar provecho de la globalización económica; pero otros experimentaron una caída del crecimiento económico y Pagina 10 de 19 del ingreso real per cápita, a la par de la disminución de su capacidad industrial y agrícola, sobre todo en las últimas dos décadas del siglo pasado. Es hora de aumentar la capacidad productiva y el poder adquisitivo de las economías pobres, como ocurrió en Europa en la década que siguió al discurso de Marshall. Lo que él comprendió entonces, hoy es tan válido como siempre: el desarrollo económico compartido es la única forma de crear una paz duradera. Fuente: Erik S. Reinert, es el autor del libro “Cómo los países ricos se hicieron ricos ... y por qué los países pobres siguen siendo pobres” & Jomo Kwame Sundaram es Coordinador de Desarrollo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este artículo fue publicado en el portal de Project Syndicate el 20 de abril de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://www.project-syndicate.org/ 6. EL CAMBIO CLIMÁTICO YA TIENE EFECTOS EN GENTE QUE TODAVÍA NO HA NACIDO Los expertos en la materia ya han advertido sobre las consecuencias que tendrá para América Latina y el Caribe un aumento de la temperatura promedio del planeta en 4ºC: habrá un 20% más sequías, un 80% más ciclones tropicales, y los glaciares andinos casi desaparecerían, según el estudio “Bajemos la temperatura”, del Banco Mundial. Sin embargo, aún no se sabe mucho sobre los efectos que ya podrían estarse sintiendo en la salud de las nuevas generaciones. Un reciente estudio sobre el impacto de eventos climáticos extremos en Colombia reveló que la salud de las mujeres embarazadas y, en consecuencia, la de los recién nacidos, se ven afectadas por estos fenómenos. Una ola de calor que dure un mes, por ejemplo, puede aumentar la posibilidad de nacimientos prematuros, con las consecuencias que eso puede tener en el futuro desarrollo de los bebés. Los efectos que encontró el estudio no son muy fuertes: se reduce en 0,5 puntos porcentuales la probabilidad de nacer a término y en 0,4 puntos porcentuales los nacimientos de bebés sanos. Pero lo preocupante, dice el estudio, es que el cambio climático hará que haya más y más frecuentes olas de calor, tanto en Colombia como en el resto del mundo. Con lo cual, es probable que los efectos negativos también aumenten. Sobre estos temas, hablamos con Carlos Rodríguez-Castelán, coautor del reporte y economista del Banco Mundial. ¿Cómo puede afectar el cambio climático la salud de los bebés aún no nacidos? Los eventos climáticos extremos pueden afectar la salud al nacimiento de diferentes maneras, particularmente en áreas rurales. En primer lugar, los choques climáticos extremos tienen un impacto sobre el ingreso real de los hogares, por la fluctuación de los precios o la incertidumbre de si las cosechas serán buenas o malas. Es posible que esto esté pasando en las poblaciones rurales en La Guajira y otros estados del noreste de Colombia, por el reciente fenómeno de El Niño, que ha golpeado a la región con sequías severas y olas de calor. Algunos estudios muestran que en la India, por ejemplo, si no se toman medidas para adaptarse al calentamiento global, un aumento anual de temperatura de un grado centígrado, ocasionará una disminución promedio del consumo de los hogares de cerca de 11%. El clima extremo puede también afectar la salud de los niños porque aumentan los niveles de estrés de las embarazadas de una manera impredecible e inusual. Por ejemplo, el fenómeno Pagina 11 de 19 de la Niña en 2011, con sus lluvias torrenciales e inundaciones, destruyó muchas viviendas hogares y hasta provocó el desplazamiento temporal de algunas familias. Hay evidencia que este evento climático podría haber causado estrés en ciertos segmentos de la población, en particular las mujeres embarazadas. Un estudio hecho en Kenia muestra que la disminución de apenas 1 milímetro anual en las lluvias provoca un incremento de 0,9% del nivel de cortisol (la hormona del estrés, que se manifiesta por tensión sicológica o física). Un nivel elevado de esta hormona de manera crónica contribuye al desarrollo de ciertas enfermedades. Finalmente, los eventos climáticos pueden tener consecuencias en la salud de las madres embarazadas y sus hijos al crear un entorno cambiante, donde las enfermedades se pueden propagar más rápidamente. Por ejemplo, con las inundaciones se pueden propagar más fácilmente enfermedades que se transmiten por el agua (como el cólera). ¿Qué eventos climáticos afectan más la salud de mujeres embarazadas y sus hijos? La evidencia varía según los países. En el caso de áreas rurales en Colombia, encontramos que las olas de calor, que han sido bastante ignoradas por la literatura previa, afectan negativamente la salud del recién nacido. Esto sugiere que las mujeres embarazadas no pueden proteger totalmente de una ola de calor a sus hijos que aún no han nacido. Las olas de calor pueden afectar la probabilidad de nacer a término y de ser un recién nacido saludable. Esto se mide con una puntuación de Apgar, un examen que evalúa la condición física de un recién nacido, y que incluye la frecuencia cardiaca, los reflejos, el tono muscular y la frecuencia respiratoria. Por ejemplo, estar expuesto a temperaturas más altas del promedio durante por lo menos un mes del embarazo lleva a la reducción de 0,5 puntos porcentuales en la probabilidad de nacer a término. Un estudio hecho en Estados Unidos muestra que si una mujer embarazada está expuesta a temperaturas extremamente altas durante el segundo o tercer trimestre del embarazo, habrá una reducción de 7 a 11 gramos del peso del recién nacido. Otro estudio en el nordeste de Brasil reveló que una reducción del 31% en la cantidad de lluvia reduce en 1,9 gramos el peso al nacer y en 0,6 puntos porcentuales la probabilidad de embarazos a término. Sin embargo, un estudio en las áreas rurales en México no encontró efectos de un exceso de lluvias en la altura y el peso de los niños. ¿Cómo afecta esto la salud a largo plazo? La evidencia sugiere que una mala salud al nacer es un importante factor de mala salud en el futuro, menor rendimiento en la escuela e incluso menores ingresos laborales. Unos estudios asocian un menor peso al nacer con una mayor probabilidad de muerte infantil, otros muestran evidencia de posibles enfermedades de pulmón, del corazón, de diabetes tipo II, habilidades cognitivas menores y dificultades de aprendizaje. Otros estudios usan datos de gemelos, y descubrieron que hay efectos positivos de un mayor peso al nacimiento sobre el rendimiento escolar y el éxito en el mercado laboral. ¿Qué se puede hacer para proteger la salud de las madres y los niños de las amenazas climáticas? Esperamos que los resultados de nuestro estudio sean útiles para motivar que se adopten políticas para que haya respuestas rápidas durante los eventos climáticos extremos. Pagina 12 de 19 Para proteger la salud de las madres y los recién nacidos se deberían evaluar algunas políticas, cómo las de seguridad alimentaria para apoyar la nutrición de las familias, particularmente aquellas con mujeres embarazadas y niños pequeños. También los programas de transferencias condicionadas de efectivo (como Prospera en México o Bolsa Familia en Brasil) pueden ayudar a proteger el ingreso de los hogares contra los factores negativos. Otra opción sería incrementar las inversiones en salud pública para monitorear regularmente la salud de la madre y el feto durante el embarazo. Fuente: Centro de Noticias del Banco Mundial, publicado el 21 de abril de 2015 y disponible en el sitio web: http://elpais.com http://www.bancomundial.org/ 7. EL HAMBRE Y EL CAMBIO CLIMÁTICO Ya son más de 1.000 millones las personas aquejadas por el hambre en el mundo, y el cambio climático amenaza con disparar el número de personas en riesgo de padecer hambre y desnutrición. Las previsiones indican que presenciaremos sequías y tormentas más frecuentes y de mayor magnitud que ocasionarán una devastación aún mayor. La elevación del nivel del mar arruinará tierras aptas para la agricultura. Los cambios en los regímenes de las precipitaciones harán menguar las cosechas. Y la escasez cada vez mayor de recursos agravará las tensiones sociales y podrá desencadenar conflictos. Millones de personas más se enfrentarán con el riesgo de padecer hambre y desnutrición. Y la mayoría de ellas serán habitantes de los países más pobres donde el hambre, la desnutrición y la inseguridad alimentaria ya constituyen un problema generalizado. Es probable que la región más afectada sea el África subsahariana. Para el año 2020, el rendimiento de los cultivos de secano de algunos países podría descender en hasta el 50%. Además, la reducción de la disponibilidad y la calidad del agua y el incremento de su demanda también plantearán inmensas dificultades. Los efectos que tendrán estos cambios en el problema del hambre y la desnutrición se harán sentir en todo el mundo, pero el impacto será tremendo en las comunidades vulnerables de los países menos desarrollados, aquellos que tienen menos recursos y capacidades para adaptarse y resolver las dificultades. Cómo hacer frente al impacto del cambio climático El PMA aborda el desafío que plantea el cambio climático desde el punto de vista de su impacto en el hambre y la nutrición. En el marco de su colaboración con los gobiernos y los asociados, aprovecha su amplia experiencia y sus innovadores programas y mecanismos de reducción del riesgo para ayudar a las poblaciones pobres y vulnerables a mitigar los efectos del cambio climático vinculados con el hambre y a adaptarse a ellos. Además de prestar ayuda de emergencia a corto plazo a quienes las catástrofes naturales dejan en situación de hambre e indigencia, desde hace cuatro decenios el PMA diseña diversas actividades y proyectos para intervenir ante situaciones de emergencia cíclicas de origen climático. También ha elaborado sofisticados mecanismos y servicios orientados a fortalecer la capacidad de los gobiernos y los asociados para prever catástrofes naturales y tomar medidas adecuadas que ayuden a mitigar su impacto. Pagina 13 de 19 Desde la previsión de las crisis hasta la intervención rápida en caso de una catástrofe, pasando por el fortalecimiento de la capacidad de resistencia de las poblaciones a las amenazas futuras, o la consolidación de los sistemas de protección social y redes de seguridad, el PMA ofrece una esperanza a millones de personas cuyas vidas y medios de subsistencia se ven afectados y amenazados por la degradación ambiental, la pobreza y los efectos acumulativos del cambio climático en la seguridad alimentaria y el hambre. Historial de lucha contra las situaciones de hambre relacionada con el clima y los fenómenos meteorológicos Como principal organismo de ayuda humanitaria que lucha contra el hambre en todo el mundo, el PMA lleva a cabo operaciones a lo largo de todo el planeta, allí donde las poblaciones se ven particularmente amenazadas por el hambre derivada de los fenómenos meteorológicos y el cambio climático. Gracias a su personal experimentado, repartido en 76 oficinas en los países y 270 sub oficinas, y a su extraordinaria y arraigada presencia aun en los lugares más remotos, el PMA y sus asociados aplican soluciones sobre el terreno orientadas a resolver una gran variedad de dificultades en materia de alimentación y nutrición relacionadas con el clima. Además, sigue empeñándose en mejorar su capacidad operacional, tanto a nivel regional como mundial. Por ejemplo, en América Central, donde el número de emergencias vinculadas con fenómenos meteorológicos ha aumentado significativamente en los últimos años, el PMA estableció reservas de artículos de socorro para intervenir de manera oportuna y eficaz ante las catástrofes que han afectado a Cuba, El Salvador, Haití, Honduras y Nicaragua. Además, presta apoyo a países donde normalmente no opera, como Belice y México. A nivel mundial, está fortaleciendo su capacidad —y la de la comunidad de asistencia humanitaria en general— para intervenir con eficacia ante las catástrofes cada vez más frecuentes y graves vinculadas con las condiciones meteorológicas y climáticas. El PMA tiene a su cargo cinco depósitos de suministros de asistencia humanitaria de las Naciones Unidas en Dubái, Ghana, Italia, Malasia y Panamá por cuenta de 31 organizaciones, para garantizar que los artículos de socorro indispensables puedan enviarse a cualquier zona del mundo afectada por una catástrofe en un plazo de entre 24 y 48 horas. Diversidad de programas y experiencia operacional En estas cuatro décadas, el PMA ha acumulado una experiencia extraordinaria en las tareas de salvar vidas y recuperar medios de subsistencia, facilitar el acceso de las poblaciones vulnerables a los alimentos y mejorar la capacidad de adaptación y supervivencia a nivel de los países y las comunidades. Además de la asistencia alimentaria en situaciones de emergencia, los programas de protección social (como los de alimentación escolar y nutrición materno-infantil) han favorecido el establecimiento y fortalecimiento de medios de subsistencia y sistemas de protección social, contribuyendo así a mejorar la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables. En el marco de los programas de empleo selectivo que prestan asistencia a las comunidades afectadas por la inseguridad alimentaria, el PMA lleva a cabo actividades relacionadas con la conservación ambiental, la forestación y reforestación, la gestión de tierras y recursos hídricos, y la producción agrícola y de alimentos en África, Asia y América Latina. Estas actividades han ayudado a las comunidades a desarrollar y aprovechar sus recursos naturales y sus sistemas de seguridad alimentaria de forma sostenible. Pagina 14 de 19 La rehabilitación de la infraestructura básica dañada por fenómenos meteorológicos extremos y la construcción de sistemas de drenaje y riego, carreteras y vías de acceso a los mercados también han formado parte de las intervenciones realizadas por el PMA en muchas zonas remotas expuestas al riesgo de catástrofes. Estos programas, que se formulan conjuntamente con los gobiernos asociados de todas partes del mundo, han representado y representan una esperanza concreta y generan beneficios que pueden cuantificarse. Por ejemplo, en Kenia se han rehabilitado miles de hectáreas de tierras, en Afganistán se han reparado cientos de pozos y depósitos de agua, y en Malí se plantó un cinturón verde para evitar que varias aldeas fueran invadidas por el desierto del Sahara. Mecanismos y servicios sofisticados de reducción del riesgo El PMA ha desarrollado sofisticados mecanismos de alerta temprana y análisis de la vulnerabilidad que emplea y comparte con los interesados para prever los riesgos que pueden correr los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria, y realizar una cartografía de los mismos. Esto a menudo posibilita la adopción de medidas encaminadas a mitigar el impacto en las poblaciones afectadas. El PMA ha ayudado a los gobiernos a prevenir el aumento de las necesidades derivadas del hambre mediante el apoyo a las iniciativas en materia de preparación para los casos de catástrofes, reducción del riesgo y adaptación. Asimismo, sus mecanismos y servicios fomentan el desarrollo de las capacidades para la preparación e intervención en casos de catástrofes a nivel local, nacional y regional. Análisis y cartografía de la vulnerabilidad (VAM) — el PMA obtiene información esencial sobre las poblaciones pobres que padecen hambre determinando así sus necesidades potenciales. También ofrece datos de referencia sumamente valiosos que contribuyen a fortalecer las capacidades de los gobiernos en relación con la cartografía, la reducción del riesgo y la forma de seleccionar a los beneficiarios en función de la vulnerabilidad. Establecimiento de índices de hambre y vulnerabilidad al cambio climático — El PMA realiza un análisis detallado de los impactos del cambio climático en el hambre, a nivel mundial, basado en indicadores socioeconómicos y medioambientales. Esta información resulta valiosa para fundamentar políticas y para establecer un orden de prioridad de las intervenciones, favoreciendo tanto el proceso de adaptación al cambio climático como el fomento de la seguridad alimentaria. Preparación para situaciones de emergencia — el PMA ofrece conocimientos especializados para la alerta temprana en relación con riesgos inminentes dado que permiten prever catástrofes naturales y establecer medidas de protección. Reducción del riesgo de catástrofes — las estrategias y enfoques del PMA pueden contribuir a fortalecer la capacidad de los gobiernos en un área crítica de competencias especializadas. La función concreta del PMA en esta esfera está en consonancia con el Marco de Acción de Hyogo y la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres. Sistema de información geográfica (SIG) — en particular, la teledetección y las imágenes satelitales, han mejorado la capacidad del PMA para intervenir de modo eficaz y eficiente ante los fenómenos meteorológicos extremos. Actividades a nivel regional — el PMA trabaja en estrecha colaboración con las instituciones regionales para fomentar el establecimiento de amplios marcos normativos y de coordinación en la lucha conjunta contra los efectos del cambio climático en hambre y la Pagina 15 de 19 desnutrición. Por ejemplo, en África colabora con la Comisión de la Unión Africana, la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD) y otras instituciones regionales, como el Comité Interestatal Permanente de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS), a fin de fortalecer los sistemas y las capacidades en materia de análisis de los riesgos a los que están expuestos los medios de subsistencia, la cartografía de la vulnerabilidad y el seguimiento de la seguridad alimentaria. Ejemplos en los países Los programas y las competencias especializadas del PMA favorecen las iniciativas de adaptación de los países. En Kenia, los programas de empleo selectivo del PMA ejecutados en las regiones áridas y propensas a las sequías han contribuido a la rehabilitación de 28.000 hectáreas de tierras. En Malawi, el PMA está impulsando el desarrollo basado en los activos y el fomento de las capacidades en materia de preparación para la pronta intervención y de reducción del riesgo de catástrofes a nivel de las comunidades. Uno de los principales objetivos del PMA y sus asociados es establecer un sistema coordinado de gestión de catástrofes y fomentar las capacidades conexas en todos los niveles. Este propósito se encuentra en consonancia con el programa nacional de acción para fines de adaptación, que establece la realización de proyectos de adaptación prioritarios con objeto de reducir la frecuencia y los efectos de las inundaciones, las sequías y los corrimientos de tierra. En Malí, el PMA presta apoyo a la Estrategia de desarrollo rural del Gobierno para luchar contra los devastadores efectos de la desertificación y el cambio climático en la seguridad alimentaria. Como integrante del equipo de las Naciones Unidas en Mozambique, el PMA lleva a cabo un programa conjunto de integración de la protección del medio ambiente y de adaptación al cambio climático, que contribuye directamente a la ejecución del programa nacional de acción para fines de adaptación. En Bangladesh, el PMA desempeña un papel principal en el fortalecimiento de los sistemas nacionales de alerta temprana del Gobierno y en el fomento de la gestión de catástrofes, lo que incluye las capacidades de preparación e intervención. Desde 2000, gracias a las estrategias y actividades de reducción del riesgo y adaptación al cambio climático, 30.000 hogares se han elevado por encima de los niveles de inundación y 1,6 millones de mujeres han recibido capacitación sobre preparación para la pronta intervención y capacidad de adaptación. Lo que opina la ciencia Los conocimientos científicos sobre el impacto previsto del cambio climático han evolucionado significativamente en los últimos 15 años. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias (IIPA) señalan los diferentes impactos en el clima y en la seguridad alimentaria que se registrarán en las distintas regiones. Pequeños Estados insulares Impacto general del cambio climático La elevación del nivel del mar —que se prevé será de 5 milímetros por año en los próximos 100 años— agravará la erosión de los suelos, la pérdida de tierras, la pobreza y el desplazamiento de las poblaciones, aumentará el riesgo de marejadas, reducirá la Pagina 16 de 19 resistencia de los ecosistemas costeros y llevará a la salinización de los recursos de agua dulce. Los arrecifes de coral se verán afectados por la decoloración y la reducción de las tasas de calcificación debido al aumento de los niveles de dióxido de carbono. Los manglares, las praderas marinas y otros ecosistemas costeros, así como la biodiversidad vinculada a ellos, sufrirán las consecuencias del aumento de las temperaturas y del nivel del mar. Impactos concretos en la seguridad alimentaria Los sistemas de producción agrícola de los pequeños Estados insulares ya se encuentran bajo gran presión, con lo cual son especialmente sensibles al cambio climático desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. En caso de prolongación de la estación seca o de incremento significativo de las precipitaciones, se prevé una reducción del 30%-50% de la producción de maíz, del 10%35% de la producción de caña de azúcar, y del 35%-75% de la de malanga. En los pequeños Estados insulares que disponen de pocas tierras, la producción de alimentos de subsistencia es vital para la seguridad alimentaria, por lo cual el impacto del cambio climático es la principal causa de la pérdida de medios de subsistencia y del aumento de la vulnerabilidad en la región. América Latina Impacto general del cambio climático El retroceso y la desaparición de los glaciares afectarán a la escorrentía y las reservas de agua en las zonas donde el derretimiento de las nieves constituye un importante recurso hídrico. En las zonas que ya son áridas, el cambio climático ocasionará el aumento de la salinidad de las tierras aptas para la agricultura y la desertificación. A causa del aumento de la temperatura y la frecuencia de las sequías, se deteriorará la calidad del agua y la región amazónica oriental se transformará gradualmente en una sabana. Al acentuarse la intensidad de los ciclones tropicales, aumentarán los riesgos que amenazan la vida de las personas, las propiedades y los ecosistemas. Impactos concretos en la seguridad alimentaria Se prevé que el cambio climático reduzca en un 4,6% el rendimiento de los cultivos más importantes de América Latina y el Caribe, con lo cual la disponibilidad de alimentos disminuirá en unas 300 calorías por persona por día. Para el año 2050, un total de 6,4 millones de niños padecerán malnutrición a causa del cambio climático, lo que significa que se verán afectados por el hambre 1,4 millones de niños más. África Impacto general del cambio climático El aumento de las sequías, las inundaciones y otros fenómenos extremos acrecentará la presión sobre los recursos hídricos, la seguridad alimentaria, la salud humana y la infraestructura. Pagina 17 de 19 Se prevé que en 2020 entre 75 y 250 millones de personas se enfrentarán con mayores dificultades en cuanto a la disponibilidad de agua, y que los cambios en los regímenes de las precipitaciones y el aprovechamiento intensivo de las tierras acelerarán aun más la desertificación. La elevación del nivel del mar afectará a las poblaciones costeras, provocando inundaciones y la erosión de las costas, especialmente en el África sudoriental. Dado que los principales ríos son sensibles a las variaciones climáticas y que la reducción de la escorrentía y la disponibilidad de agua afectan a la agricultura y los sistemas hidroeléctricos, es posible que se generen más tensiones transfronterizas. Impactos concretos en la seguridad alimentaria La vulnerabilidad al cambio climático se verá acentuada por la dependencia respecto de la agricultura de secano, los elevados niveles de pobreza, los bajos niveles de capital humano y físico y una infraestructura en su mayor parte deficiente y poco desarrollada. En el África subsahariana, para el año 2050, los rendimientos de la producción de arroz, de trigo y de maíz habrán disminuido en el 14%, el 22% y el 5%, respectivamente, agravando las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de la ya numerosa población pobre, cuya supervivencia depende de la agricultura. La disponibilidad de alimentos se reducirá en un 21%, lo que implica 500 calorías menos por persona para el año 2050. El número de niños afectados por la malnutrición aumentará en más de 10 millones, disparando el total a 52 millones en 2050 en la sola África subsahariana. Asia Impacto general del cambio climático En Asia, los fenómenos extremos —como inundaciones, sequías, incendios forestales y ciclones tropicales— son cada vez más frecuentes. En los países de las regiones áridas, tropicales y templadas, la reducción de la humedad de los suelos podría acentuar la degradación de las tierras y la desertificación, afectando así a la seguridad alimentaria. Es probable que la producción agrícola aumente en las regiones septentrionales, pero el deterioro de las condiciones en Asia meridional hace prever un importante incremento del número de personas afectadas por el hambre. La elevación del nivel del mar y la intensidad de los ciclones tropicales ocasionarán el desplazamiento de millones de personas en las zonas costeras bajas de las regiones templadas y tropicales del continente. Impactos concretos en la seguridad alimentaria En comparación con los niveles registrados en 2000, para 2050 la región de Asia sufrirá una reducción de hasta el 50% y el 17% en los rendimientos de los cultivos de trigo y arroz, respectivamente. La caída de los rendimientos agrícolas representará una amenaza para la seguridad alimentaria de más de 1.600 millones de personas. El cambio climático socavará considerablemente los avances logrados en la reducción de la proporción de niños malnutridos. Además, según se estima, será responsable por sí solo de un aumento de unos 11 millones del número de niños malnutridos. Pagina 18 de 19 En Asia se encuentra el 89% de las víctimas de catástrofes naturales a nivel mundial. La subsistencia de aproximadamente el 60% de la población económicamente activa y de las personas a su cargo (2.200 millones de personas) depende de la producción agrícola. Fuente: Documento elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y disponible en el sitio Web: http://documents.wfp.org/ 8. EL CAMBIO CLIMÁTICO ESTÁ ACABANDO CON AVES ÚNICAS EN EL MUNDO La tórtola de Socorro (Zenaida graysoni) es una ave endémica de México. Hasta hace unas décadas no era extraño verla en los cielos de la isla del mismo nombre, en el estado de Colima. Hoy es tan endémico que ya no se encuentra en libertad y para ver a los pocos centenares que quedan hay que ir a algún zoo. Aunque es un caso extremo, un estudio muestra que el país americano está perdiendo gran parte de su biodiversidad aviar. La causa vuelve a ser el calentamiento provocado por el cambio climático. México alberga más de un centenar de aves endémicas. Son poblaciones que tienen áreas de distribución pequeñas y preferencias ecológicas muy específicas, por lo que son particularmente vulnerables a los cambios del ambiente. También en México está en marcha desde hace años aVerAves, una potente iniciativa de ciencia ciudadana para avistar y recabar datos sobre la distribución de las aves en tierras mexicanas. Combinando ambos hechos, la avifauna mexicana puede ser el mejor sensor para medir el impacto del cambio climático a escala regional o local. Un grupo de investigadores mexicanos y estadounidenses ha comparado la distribución de las aves endémicas que había hasta mediados del siglo pasado con los últimos datos obtenidos por aVerAves. De la primera época obtuvieron 331.000 registros con la especie y lugar de avistamiento. De la segunda, desde 2000, la plataforma de ciencia ciudadana contaba con casi 900.000 anotaciones. Así pudieron crear tres mapas de la avifauna mexicana: el del pasado, el del presente y un tercero destacando los cambios que ha habido en este tiempo. "Los resultados de nuestros análisis muestran que en el balance ha habido más pérdidas que ganancias en términos de los sitios ocupados por las especies analizadas", dice el biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Martínez Meyer. "Esto no quiere decir que hay extinción de especies, quiere decir que hay una tendencia a que, en las especies estudiadas, las distribuciones se han reducido más de lo que han aumentado. Desde luego, si esta tendencia se mantiene o aumenta en el mediano y largo plazo, podríamos esperar que algunas de estas especies se vean en serias dificultades", añade. Aunque en este primer estudio no han calculado aún un porcentaje de pérdida o ganancia, el estudio, publicado en Science Advances, muestra que se han perdido poblaciones en más sitios de las que se han ganado en otros lugares. Los investigadores dividieron el mapa de México en cuadrículas y volcaron sobre él los registros de avistamiento de los dos periodos estudiados. En la comparación entre el pasado y el presente, vieron que se produjeron unas pocas ganancias de especies en solo dos zonas del país: en el norte y centro del enorme desierto de Chihuaha y en la región noroccidental de Baja California. Las mayores pérdidas se han producido en los estados de Sonora, Sinaloa, en la zona sur del desierto de Chihuaha y el sureste de Chiapas. Aprovechando la alta resolución espacial del mapa, los biólogos buscaron también el porqué de esta pérdida de biodiversidad. Manejaron tres variable principales, una directamente Pagina 19 de 19 humana, como es la alteración del paisaje por medio del aumento de población, la extensión de infraestructuras, cambios en el uso de la tierra.. en las últimas décadas. Las otras dos variables son climáticas: el régimen de precipitaciones y la temperatura. Vieron que la variable que mejore se ajusta a los cambios en la distribución de las aves era la temperatura. "No sorprende que sea el factor climático que más influencia tiene en los cambios de distribución que observamos, pues es este factor el que determina en muchos casos los límites en donde pueden vivir las especies, no solo las aves", explican los autores del estudio. Para estos biólogos mexicanos, "si la temperatura continua en aumento, las especies tendrán menores posibilidades para responder y estarán en mayor riesgo". Fuente: Nota informativa del periódico español El País, publicado el 15 de mayo de 2015 y disponible en el sitio web: http://elpais.com Tel: 591 2 2799673 Fax:591 2117326 Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201 La Paz – Bolivia Página Web: www.institutoprisma.org Correo electrónico: prisma@institutoprisma.org Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz