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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad Ética comunista Jorge Daniel Alcántara León Bienvenidos todos los juicios fundados en una crítica científica. En cuanto a los prejuicios de la llamada opinión pública, a la que nunca he hecho concesiones, será mi divisa, como siempre, la del gran florentino: Segui il tuo corso, e lascia dir le genti [¡Sigue tu camino y deja que la gente murmure!] Carlos Marx La ética se refiere a los principios, valores, costumbres y actitudes que guían nuestra conducta social, para convivir con libertad, igualdad y justicia, en busca del bienestar individual y colectivo. Existen, sin embargo, diferentes concepciones éticas de acuerdo al contexto socioeconómico prevaleciente y a la clase social a la que se pertenece; por ejemplo, desde la Grecia antigua hasta las sociedades capitalismo neoliberal existe una corriente filosófica utilitarista en donde el objetivo de la ética, de la conducta moral, pretende la felicidad individual mediante la satisfacción de necesidades e intereses individuales, prevaleciendo el amor a si mismo, en tanto que, durante el periodo de la reforma luterana se impulsa una ética que privilegia la austeridad, la resignación y la pobreza, el amor al prójimo, al tiempo que condena la usura. El contacto intercultural, el enfrentamiento cultural entre clases sociales siempre ha existido, en la medida que la clase dominante busca dominar cultural, artística, ética y filosóficamente a las clases populares subalternas, con el fin de perpetuar su hegemonía y asimilarlas a la estructura socioeconómica, mientras que, al mismo tiempo, los sectores dominados ensayan formas de resistencia al control políticoideológico, a la vez que luchan por liberarse de la explotación económica. No obstante, esta dialéctica dominación-resistencia presenta características particulares según las realidades sociales y el desarrollo del sistema económico en su conjunto.. El marxismo, el materialismo histórico, pretende construir una moral a favor de la justicia social, de la liberación de la clase trabajadora, para avanzar hacia una sociedad comunista. Asumiendo que, como se afirma en el Manifiesto Comunista (1848), “la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases, (que) hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna”, derivamos que en cada época histórica surge 1 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad una moral y una ética de la clase dominante, de la clase propietaria de los medios de producción y del poder político-militar, al tiempo que se configura una ética de la clase trabajadora, de los desposeídos, la cual a lo largo de la historia pretende su liberación. Ella pone por delante la justicia, la igualdad, la solidaridad, configurando una moral común al interés de la humanidad. Es la experiencia de los oprimidos la que los lleva a iniciar la construcción de una nueva sociedad que elimine la explotación del hombre por el hombre y la sumisión política. Por eso, en opinión de los fundadores del materialismo dialéctico es imprescindible generar un movimiento social, el comunismo, que pugne, que luche, por eliminar el sistema de explotación basado en la propiedad privada de los medios de producción y en el capital. “Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que ha de ajustarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual…”.[Marx y Engels, La ideología alemana, 1845-46.], en evidente referencia al sistema de producción capitalista y a la mercantilización de todo tipo de relaciones entre humanos. De ahí que es ética y políticamente correcto generar una praxis social que permita la caída del sistema económico-político que hace de la libertad y de la democracia palabras sin sentido, o prácticas manipuladoras para perpetuar la enajenación ideológica. Carlos Marx expresa en las Tesis sobre Feuerbach (1845) que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Esto significa que el marxismo no es sólo una visión del mundo, una concepción teórica, sino también es una guía para la acción social revolucionaria, transformadora de la realidad económica-política. Por consiguiente la ética comunista está determinada por su orientación revolucionaria-libertaria frente a la contradicción capital-trabajo, frente a la relación propiedad privada-propiedad social, empresa capitalista-organización autogestionaria. La ética comunista establece entonces un conjunto de valores deseables para la consecución de una sociedad en donde impere paz, justicia, solidaridad y libertad. Alejandra Kollontai (1872-1952), revolucionaria y comunista rusa, vincula el problema de la ética comunista y de la nueva moral con el papel de la mujer en la lucha revolucionaria. Plantea que no basta con que la mujer se convierta en activista política, ni con pugnar por la eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción, ni mucho menos con que la mujer se incorpore al proceso de producción y distribución de bienes y servicios, o con la igualdad de derechos políticoselectorales. En su opinión es necesario iniciar una profunda revolución cultural que 2 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad apunte a una transformación radical de la vida cotidiana y de las costumbres intra y extra familiares. La nueva concepción del mundo en el proceso de construcción del socialismo implica una nueva forma de relaciones entre los sexos. Se debe pugnar por una nueva moral sexual, una moral basada en el reconocimiento de la personalidad, la individualidad y los derechos del otro; pugnar por generar una actitud para escuchar, entender, atender y comprender los sentimientos, estados de ánimo y actitudes de los seres queridos. La revolución socialista conlleva enfrentar la enajenación social, el fetichismo de la mercancía y el sometimiento y opresión de la mujer. Se trata de crear nuevos valores, innovadores principios éticos, renovados hábitos de vida, igualitarios tratos entre los ciudadanos, relaciones respetuosas, cortesía entre los sexos, fomentar la solidaridad, la amistad y la camaradería. La ética comunista apuesta por imaginar un mundo en donde hombres y mujeres en circunstancias socioeconómicas semejantes puedan decidir libremente sobre sus propias vidas. Una comunidad en la que las relaciones sociales estén basadas en la cooperación, en la amistad, en la confianza mutua. La solidaridad de clase y los procesos sociales por reivindicaciones económicas permiten experiencias de trabajo colectivo y convivencia social para constituir organizaciones autogestionarias. Para el Che Guevara (1928-1967) la construcción de la sociedad socialista sólo será posible en la medida en que los revolucionarios delineen una nueva moral que guíe la conducta del hombre nuevo. Es decir, el camino para acceder a la sociedad socialista y al comunismo pasa necesariamente por la lucha ideológica, transita por el desarrollo de la conciencia, de una nueva moral caracterizada por la solidaridad y la cooperación. En su opinión ”El marxista debe ser el mejor, el más cabal, el más completo de los seres humanos pero, siempre, por sobre todas las cosas, un ser humano; un militante de un partido que vive y vibra en contacto con las masas;… un trabajador incansable que entrega todo a su pueblo; un trabajador sufrido que entrega sus horas de descanso, su tranquilidad personal, su familia o su vida a la Revolución, pero nunca es ajeno al calor del contacto humano”. “El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”. Para cuestionar la fe y las creencias del capitalismo hay que combatir sus estrategias psicológicas que se fundamentan en el interés privado, en el egoísmo y en una supuesta racionalidad. La comprensión, la tolerancia, la inclusión, la camaradería, la solidaridad, son factores que permiten a los trabajadores asumir su condición de clase y luchar por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Construir y 3 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Programa de Estudios Universitarios Seminario Pensamiento Marxista y Sociedad aplicar una estrategia de amabilidad y respeto entre los ciudadanos todos es una estrategia clave para transformar al mundo capitalista impregnado de cinismo y egoísmo. En este sentido es que el Comandante Fidel Castro, líder e ideólogo de la Revolución Cubana señala que “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.” [Discurso de Fidel Castro, el primero de mayo del 2000, en la Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Día Internacional de los Trabajadores]. Todas las acciones que permitan reforzar los lazos fraternos entre los trabajadores, consolidar sus organizaciones autónomas, construir poder popular y debilitar al sistema de explotación capitalista, se traducen en experiencia social que hará posible una revolución cultural en donde se construya simultáneamente la nueva moral comunista. Después de todo, la expresión real y concreta de una sociedad es resultado de la actividad creativa de los humanos en su interacción continua y, por consiguiente, es transformable de acuerdo con las particularidades de ese mismo accionar, condicionado a su vez por la concepción ética que norma su conducta. Lo fundamental entonces es que la ética comunista oriente la praxis social para que el devenir humano vislumbre una sociedad en donde la enajenación, el fetichismo y la explotación del hombre no tengan lugar. “Pensar Bien, Para Vivir Mejor” Puebla de Zaragoza, México 4