Download Carbono Elemento químico de símbolo C, número atómico seis
Document related concepts
Transcript
Carbono Elemento químico de símbolo C, número atómico seis, masa atómica de 12.011 uma y configuración electrónica en estado fundamental 1s2 2s2 2p2 (Fitzer et al., 1995). Es el sexto elemento más abundante en la naturaleza y existe mayoritariamente en forma de isótopo 12C (98.89 %); además se encuentra en pequeñas concentraciones como 13C (1.01 – 1.14 %) y como 14C presente en la atmósfera (1.2 x 10-10 %) que además de ser radiactivo, tiene una vida media de 5.7 x 103 años (Cotton y Wilkinson, 2005). En estado elemental, el átomo de carbono presenta dos electrones sin enlazar. En esta configuración sólo tiene la posibilidad de formar dos enlaces y debido a que la formación de enlaces nuevos libera energía el átomo de carbono tiende a formar estados excitados transfiriendo un electrón del orbital 2s hacia el orbital 2p desocupado. Consecuentemente cuatro electrones se encuentran sin enlazar y por lo tanto disponibles para la formación de enlaces. En otras palabras, un átomo de carbono aislado, tiene cuatro orbitales de valencia: tres orbitales p dispuestos perpendicularmente entre sí y un orbital esférico s; tal como se ejemplifica en la Figura 1. Figura 1 – Orbitales atómicos del carbono. Meislich et al., 2001. Entonces, la configuración electrónica del carbono en estado elemental puede representarse de la siguiente manera: 1s2 2s2 2px1 2py1 2pz Como resultado de una excitación energética externa, uno de los electrones del orbital 2s salta al orbital 2pz obteniéndose un estado excitado del átomo de carbono que puede escribirse de la siguiente forma: 1s2 2s1 2px1 2py1 2pz1 Para equilibrar la carga energética del estado excitado, el átomo de carbono tiene la capacidad de modificar sus orbitales atómicos formando orbitales híbridos (o modificados) que resultan de la combinación entre el electrón del nuevo orbital 2s del estado excitado y los diferentes electrones que se encuentran en los orbitales 2p. Por lo tanto, las diferentes modificaciones que adoptan los orbitales del átomo de carbono, dan lugar a los diferentes estados de hibridación que se representan en la Figura 2 y se describen a continuación (Wade, 2004): • Por combinación del orbital 2s del estado excitado con uno de los tres orbitales 2p, se forman dos nuevos orbitales híbridos equivalentes llamados orbitales sp que presentan una disposición espacial lineal con un ángulo de 180º, de modo que los electrones se disponen lo mas separados que sea posible. Los dos orbitales 2p restantes, no presentan ninguna perturbación. • Si el orbital 2s del estado excitado se combina con dos orbitales 2p, se forman tres nuevos orbitales híbridos idénticos que reciben el nombre de orbitales sp2; éstos adoptan una disposición geométrica triangular con un ángulo entre ellos de 120º. El electrón que permanece en el orbital 2p restante, se coloca perpendicularmente al plano formado por los orbitales sp2. • Cuando el orbital 2s del estado excitado se combina con los tres orbitales 2p, forma cuatro orbitales atómicos híbridos que se orientan en el espacio en una geometría tetraédrica y un ángulo de 109.5 º. Cada uno de los cuatro nuevos orbitales, recibe el nombre de orbital sp3. Figura 2 – Orbitales híbridos del carbono. Wade, 2004. Es bien conocido que el átomo de carbono en sus diferentes estados de hibridación tiende a formar enlaces covalentes junto a otros átomos de carbono u otros elementos. En el carbono los enlaces son de carácter covalente y pueden ser del tipo σ (sencillo) o π (múltiple). Un enlace del tipo σ es la interacción frontal formada por la unión de dos orbitales atómicos, mientras que un enlace del tipo π resulta de la interacción lateral entre dos orbitales p. Un átomo de carbono con hibridación sp3 tiene la capacidad de formar cuatro enlaces del tipo σ con una longitud de enlace C–C de 153 pm. Los átomos de carbono con hibridación del tipo sp2 tienden a formar enlaces dobles que resultan de la combinación de un enlace σ y un enlace π que es el resultado de la interacción entre los electrones del orbital 2p sin enlazar que tiene el carbono en esta configuración. La fuerza que mantiene unidos a los electrones que forman el enlace π es más débil en comparación a la que presenta el enlace σ, no obstante la combinación de la interacción (π + σ) incrementa la fuerza del enlace por lo que su longitud se reduce a 134 pm. Finalmente, los átomos de carbono con hibridación del tipo sp forman enlaces triples como resultado de la superposición de dos enlaces π (provenientes de los dos orbitales 2p sin hibridar) sobre un enlace σ. La nueva configuración de enlace (2π +σ) es todavía más fuerte por lo que la distancia de enlace es aún menor y disminuye hasta 120 pm (Wade, 2004). Formas alotrópicas del carbono La capacidad que tiene el carbono para formar estados de hibridación a partir de la combinación de sus orbitales atómicos permite la existencia de formas alotrópicas. En la literatura se recogen diversos alótropos para el carbono elemental de los cuales el diamante cúbico y el grafito, hexagonal y romboédrico, son los más conocidos. Sin embargo, otras configuraciones atómicas para el carbono han sido descubiertas y por lo tanto propuestas como alótropos del mismo, tal es el caso de los minerales Lonsdaleita (diamante hexagonal) y Chaoita (carbono blanco). En las últimas décadas se ha encontrado evidencia de ciertas formas de carbono lineal tipo acetileno, también conocidas como carbino (Heimman et al., 1997). a) Carbino La naturaleza de una cadena lineal formada por átomos de carbono con hibridación del tipo sp ha sido motivo de controversia desde su descubrimiento realizado por un grupo de científicos Rusos en la década de 1960, quienes le denominaron carbino (Heimman et al., 1997). Una de las primeras razones de dicha polémica recae en el nombre, pues carbino de acuerdo con la IUPAC es el nombre asignado a un radical organometálico (IUPAC, 1995). La estructura de este tipo de cadenas ha sido descrita por muchos autores, siendo la más aceptada aquella que sugiere que estas estructuras lineales se encuentran formadas aparentemente por átomos de carbono, de modo que los enlaces π se hallan dispuestos en dos posibles configuraciones (Luo y Windl, 2009): • Poliino. Repetición alternada de enlaces sencillos y triples (α–carbino) con Z = r 144, a 0 = 0.894 nm, c0 = 1.536 nm, αp = 60º. r • Policumuleno. Repetición simple de dobles enlaces (β–carbino) con Z = 72, a 0 = 0.824 nm, c0 = 0.768 nm, αc = 30º. A partir de la disposición de los átomos de carbono en los carbinos, considerados como cadenas cristalográficas de C–C, se propone el modelo que se muestra en la Figura 3 donde la longitud del eje c0 es función del número de átomos de carbono de la cadena. Sin embargo, para lograr describir al carbino como una estructura cristalina periódica, fue necesario introducir el plegamiento de la cadena en una celda unidad, justificando de esta manera los diferentes valores para c0. Figura 3 – Representación del modelo de carbino plegado. Luo y Windl, 2009. b) Grafito En el grafito, los átomos de carbono presentan una hibridación sp2 formando tres enlaces covalentes (sp2 – sp2) con tres vecinos, dando lugar a un sistema de anillos de seis miembros condensados que forman láminas planas paralelas. En función de su empaquetamiento, desde el punto de vista cristalográfico, el grafito puede clasificarse en dos tipos estructurales (Figura 4): • El apilamiento de las láminas en la secuencia ABAB… da lugar al grafito r r hexagonal ó α–grafito. Grupo espacial P63/mmc, Z = 4, a = 0.2462 nm y c = 0.6708 nm. Esta forma de grafito es termodinámicamente estable por debajo de 2600 K y 6 GPa. • El arreglo de las láminas en la forma ABCABC… conduce al grafito romboédrico r ó β–grafito. Grupo espacial R-3m, Z = 2, a = 0.2635 nm, α = 39.49 º. Esta forma alotrópica del grafito es termodinámicamente inestable. B B A A C B B A A Hexagonal Romboédrico Figura 4 – Representación estructural de las formas alotrópicas del grafito. Geenwood y Earnshaw, 1984. En ambos casos, la red está formada por capas muy estables que se encuentra unidas muy débilmente, lo que origina una gran anisotropía en las propiedades. Por ejemplo, en el caso de la conductividad eléctrica, debido a la existencia de una banda de energía parcialmente ocupada por los electrones deslocalizados de los orbitales pz de cada carbono, los electrones pueden desplazarse dentro de cada lámina pero no de una lámina a otra, lo que le confiere una alta conductividad (Harris, 1999). Este mismo efecto sucede con la capacidad calorífica y la dureza. La distancia entre las laminas de carbono que forman al grafito es elevada (0.3354 nm), valor que corresponde al doble del radio de van der Waals del átomo de carbono, por lo que adquiere también propiedades como material lubricante y aceptor de especies entre sus capas, de modo que tiende a formar compuestos de intercalación modificando de esta manera sus propiedades (Raymer-Canham y Overton 2003). c) Diamante La disposición tetraédrica de los átomos de carbono con hibridación sp3 genera la estructura tridimensional que da lugar al diamante. En éste, cada átomo de carbono está rodeado por cuatro átomos vecinos a la misma distancia (0.1544 nm). De acuerdo al empaquetamiento de los átomos de carbono, pueden distinguirse dos tipos estructurales (Figura 5): • Diamante cúbico: en éste, las capas de los átomos de carbono adoptan una r disposición ABCABC… Grupo espacial Fd 3 m, Z = 8, a = 0.3567 nm. • Diamante hexagonal (mineral Lonsdaleita). El arreglo de las láminas en la forma ABAB… pertenece al sistema cristalográfico hexagonal. Grupo espacial P63mmc, r r Z = 4, a = 0.252 nm, c = 0.412 nm. Cúbico Hexagonal Figura 5 – Representación estructural de las formas alotrópicas del diamante. Geenwood y Earnshaw, 1984. Si bien la dureza del diamante cúbico es su rasgo más característico, teóricamente el diamante hexagonal lo es mucho más (Pan et al., 2009). Por otra parte, la presencia de impurezas (principalmente nitrógeno o boro) dentro de las estructuras induce cambios en las propiedades eléctricas y térmicas que resultan de gran importancia para sus aplicaciones industriales. Por ejemplo, la presencia de nitrógeno en el diamante produce modificaciones en las propiedades ópticas, exhibiendo absorción en el infrarrojo así como propiedades semiconductoras (Dresselhaus et al., 1996). Referencias Cotton F.A., Wilkinson G. (2005). Química inorgánica avanzada. Traducción de la obra publicada en inglés “Advance inorganic chemistry”. Cap. 1, Limusa, México D.F. 4ª Ed. Dresselhaus M.S., Dresselhaus G., Eklund P.C. (1996). Science of fullerenes and carbon nanotubes. Chap. 2., Elsevier Ltd., Oxford, U.K. Greenwood N.N., Earnshaw A. (1984) Chemistry of the Elements, Pergamon Press., Oxford UK, 1st ed. Harris P.J.F. (1999). Carbon nanotubes and related structures. Cambridge University Press., Cambridge UK. Heimann R.B., Evsyukov S.E., Koga Y. (1997). Carbon allotropes: a suggested classification scheme based on valence orbital hybridization. Carbon 35(10–11), 1654 – 1658. IUPAC Recommendations. (1995). Compendium of Chemical Terminology, Compiled by A. D. McNaught and A. Wilkinson. Blackwell Scientific Publications, Oxford (1997). XML on-line corrected version: http://goldbook.iupac.org (2006) created by M. Nic, J. Jirat, B. Kosata; updates compiled by A. Jenkins. Luo W. Windl W. (2009) First principles stury of the structure and stability of carbines. Carbon 47, 367 – 383. Meislich H., Nechamkin H., Sharefkin J., Hademenos G. (2001) Teoría y problemas de química orgánica. Traducción de la obra publicada en inglés “Schaum’s outline of theory and problems of organic chemistry”. Cap. 2, Mc Graw Hill Interamericana S.A., Bogotá Colombia. 3ª Ed. Pan Z., Sun H., Zhang y., Chen C. (2009). Harder than diamond: superior indentation strength of wurtzite BN and Lonsdaleite. Phys. Rev. Lett. 102(5), 55503 – 55506. Raymer-Canahm G., Overton T. (2003). Descriptive inorganic chemistry. Chap. 14, freeman and Co., New York USA, 4ª Ed. Wade L.G. (2004). Organic Chemistry. Chap. 1, Pearson Education Inc., U.K., 5th Ed.