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Gregorio Varela Mosquera Los alimentos industrializados en la nutrición del hombre Introducción Existe la creencia general de que los alimentos industrializados nutren menos que los llamados frescos. Si bien es cierto que sería difícil definir el concepto de alimento fresco, como más adelante tendremos ocasión de considerar, la realidad es que la industria de los alimentos ha supuesto enormes ventajas en la mejora de la nutrición de las poblaciones. Sin embargo, es evidente que ha existido una desconexión entre tecnólogos y nutriólogos, lo que no ha resultado beneficioso para el progreso de ambas ramas de la ciencia. Esto ha hecho que en los últimos años se estén tratando de corregir las consecuencias de esta situación, y en este sentido han sido varias las publicaciones que recientemente han aparecido con este objeto (2, 9). También a nivel internacional se ha tomado conciencia de este problema. Hemos de señalar el ambicioso intento de la Comunidad Económica Europea, que en el llamado Proyecto COST91 (3) pretende estudiar, precisamente, lo que la tecnología de los alimentos ha supuesto en la nutrición de los pueblos, aparte de otros objetivos también Cuenta y Razón, n.° 7 Verano 1982 interesantes, como son la homologación de técnicas y métodos y, especialmente, llegar a ideas concretas sobre los parámetros que definen el valor nutritivo (VN) de un preparado alimenticio. Tenemos el honor de ser coordinador de nutrición en dicho Proyecto, que reúne a diecinueve países. Desde el primer momento se tuvieron en cuenta los problemas de la pequeña y mediana empresa, tan particular a veces en sus productos, pues parecía improcedente llegar a seleccionar como criterios de calidad nutricional parámetros que exigieran técnicas o utillajes que sólo, y en algunos casos, podrían estar al alcance de la gran empresa. Una de las conclusiones a las que se llegó de inmediato fue la de que había existido un mayo': cuidado en los aspectos técnicos, sanitarios, toxicológicos y de aceptabilidad de los alimentos procesados que en el estudio del VN de los mismos. Este hecho, tan poco satisfactorio, quedaba refrendado por encuestas a los consumidores, en las que éstos manifestaban que entre los criterios para la adquisición de los productos alimenticios el VN no jugaba un papel preponderante. Por otro lado, los nutriólogos estaban de acuerdo en que no se habían preocupado de la influencia de los procesos industriales, y especialmente de los culinarios, sobre el VN de; los alimentos y platos preparados. Incluso se llegó a señalar como prioritario el conocimiento de estas posibles icciones, pues como se recoge en una de las conclusiones de la reunión celebrada en Dublín en noviembre de 1977 (5) por el citado Proyecto COST-91, es necesario llegar a conocer los nutrientes que llegan a la boca, de lo cial estamos todavía muy lejos. En la importancia de esto creemos que no es necesario insistir, ya que, como es sabido, de enfrentar las ingestas reales de nutrientes con los requerimientos en los mismos surge el diagnóstico del estado nutritivo, que es la base de cualquier programación dietética. Una de las mayores dificultades en el trabajo común entre tecnólogos y nutriólogos es que los primeros trabajan y piensan en alimentos, mienxas que los nutriólogos lo enfocan como necesidades en nutrientes (calorías, proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas). Es cierto que, desde un punto de vista fisiológico, el hombre para mantener su salud necesita ingerir unas cantidades determinadas de energía y nutrientes. Pero aquí surgen consideraciones que no por muy conocidas debemos dejar de señalar Por un lado, los nutrientes no están disponibles como tales en el mercado, sino que se encuentran almacenados en los alimentos, y por otro, comei no es sólo cubrir unas necesidades en energía y nutrientes, sino que además es un placer y el resultado de unas condiciones ecológicas y de un proceso histórico-cultural-religioso. Todo ello hace que, a efectos prácticos, la dietética trate del aporte de nutrientes combinando los alimentos de manera que satisfagan los condicionantes qui; acabamos de citar: salud, placer y hábitos alimentarios. Valor nutritivo potencial y real de los alimentos Una de las primeras cuestiones que se plantean al tratar el tema que nos ocupa es la relación entre las llamadas fuentes de alimentos y alimentos procesados. Tradicionalmente, por fuentes de alimentos se entienden los alimentos «frescos» tal como son recogidos del campo o de las aguas y por procesados aquellos que han sido sometidos a tratamientos de conservación y distribución. Esta división es artificial y no sostenible, ya que los llamados alimentos frescos son, en gran parte, el resultado de una tecnología y es abundante la información bibliográfica sobre la influencia que los tratamientos agrícolas ejercen sobre el contenido cuali-cuantitativo en nutrientes al que, de una manera general, llamamos valor nutritivo potencia (VNP). En el caso de los alimentos vegetales influyen en este VNP no sólo las condiciones climáticas, sino, entre otras, las edafológicas y el momento de la recolección. En cuanto a los de origen animal, creemos que no hace falta resaltar la importancia de las prácticas zootécnicas en la calidad y VN e incluso, en el caso de los animales acuáticos, siempre se ha intuido la importancia de la época de captura en la composición cuali-cuantitativa del contenido graso, y ahora, con base científica, debería tenerse también en cuenta la repercusión del mismo en el aspecto nutricional y fisiopatológico, según su contenido en ácidos grasos de diferente grado de saturación. Vemos con estos ejemplos la dificultad de señalar cifras para el VN de los llamados alimentos frescos que, como hemos dicho, corresponderían al concepto actual del VNP. Sin embargo, a efectos prácticos se suele admitir que este valor es el que figura en las tablas de composición de los alimentos (1). Pero las circunstancias a las que nos acabamos de referir harían muy dudoso el valor práctico del contenido medio en nutrientes de un alimento dado. De cualquier manera, en la nutrición actual, llena de incertidumbres y limitaciones, es éste un concepto aceptado. Consideraciones parecidas podrían hacerse sobre la dificultad de definir lo que es un alimento procesado. Nos parece más útil, en lugar de entrar en una larga discusión conceptual sobre el problema, aceptar que los alimentos son sometidos a procesos desde que son producidos hasta que son metabolizados, valor nutritivo real (VNR). Industrialización Como recuerdo de las misiones más importantes de la tecnología de los alimentos, especialmente desde el punto de vista nutritivo, repasaremos rápidamente algunos de los pasos más importantes que transcurren entre la producción y consumo. Seguiremos en este breve recorrido la línea desarrollada por nosotros en la conferencia de clausura del III Simposio Internacional, celebrado en Nancy bajo el título «Alimentation et travail» en septiembre de 1977 (8). Como es sabido, el alimento es un almacén dinámico de nutrientes, ya que en el mismo están teniendo lugar contintos cambios que hacen que la distancia entre el VNP y VNR sea a veces considerable. Tradicionalmente estos cambios se suelen enmarcar en dos etapas: desde que el alimento es producido hasta que es ingerido y desde este último momento hasta que es metabolizado por el organismo. La tecnología de los alimentos (en nuestro país la bromatología) se ocupa del estudio de la primera etapa, míen- tras que la segunda es objeto fundamental de la nutrición. La 2ona fronteriza, la que corresponde a los factores que condicionan la ingesta, es tradicional campo común de ambas disciplinas, y esto puede explicar el extraordinario desarrollo que en los últimos tiempos ha adquirido este conocimiento en un doble sentido: por un lado, es ya muy extensa la información que tenemos sobre los factores fisiológicos que a nivel encefálico controlan el hambre y el apetito. Pero además, independiente de estos factores fisiológicos, se está profundizando en el conocimiento de la palatabilidad de los alimentos, es decir, las razones por las que, independientemente del hambre o apetito, aceptamos mejor unos alimentos que otros. En este sentido se ha desarrollado una importante línea de investigación que pretende conocer cuantitativa y objetivamente la aceptación de un alimento o plato preparado. Pero además, la tecnología trata de mejorar esta aceptación, y aun cuando no podemos en esta breve presentación del problema profundizar en el tema, las líneas básicas de actuación conciernen a acciones sobre los productos y/o sobre el hombre. De esta manera se consigue que éste ingiera en sus dietas alimentos o mezclas de ellos que normalmente rechazaría. Esto tiene especial significación en el caso de los llamados nuevos alimentos, formados fundamentalmente por organismos monocelulares («single-cell foods»), cuyo problema es su baja palatabilidad. Como ya hemos dicho, los procesos que corresponden a los cambios dinámicos que ocurren en los alimentos desde que son producidos hasta que son ingeridos es el campo de trabajo de la tecnología alimentaria, que suele marcarse como objeto producir alimentos aceptables y sanitariamente seguros, prescindiendo casi siempre de los posibles cambios en el VN de los mismos y olvidando así su misión más importante: facilitar a las poblaciones los nutrientes almacenados en los alimentos en cantidad y calidad suficiente para que una dietética adecuada permita satisfacer las necesidades de los mismos. Este suministro de nutrientes puede proceder de las fuentes convencionales o de Jos llamados nuevos alimentos a los que nos acabamos de referir. Es muy importante el esfuerzo realizado y los logros conseguidos en estos alimentos del futuro, pero no debemos olvidarnos de las enormes posibilidades que todavía ofrecen los alimentos tradicionales, convencionales. Es mucho lo que se puede conseguir de algunos actualmente subutilizados, como es el caso, por citar algún ejemplo, de pescados de poco prestigio pero excelente calidad nutritiva, o de algunos subproductos utilizados en nutrición animal que, mediante procesos técnicos muy sencillos, podrían ser consumidos directamente por el hombre, con el consiguiente ahorro en VN que supone evitar el paso por el animal. Principales tipos de procesos Los alimentos, antes de ser consumidos, han de sufrir una serie de transformaciones por razones de todos conocidas, y que trataremos de resumir en los siguientes apartados: — Conservación: No vamos ahora a ocuparnos de las ventajas y razones de la conservación de los alimentos, pero indicaremos de una manera general que mediante dichos procesos se consigue aumentar la vida útil, debido a que se destruyen microorganismos y toxinas. Al mismo tiempo, en el caso de los alimentos de producción estacional, la conservación es el único medio de que podamos disponer de ellos en todo momento. — Tratamiento: Actualmente se pre tende distinguir los procesos de conservación de los de tratamien to, aun cuando es muy difícil, ya que es evidente que los procesos de conservación implican un tra tamiento. Sirva como ejemplo el caso de algunos pescados enlata dos, en que a una mayor vida comercial se une un distinto sa bor que aumenta su aceptación. — Procesos culinarios: La culinaria es, probablemente, la parcela de la tecnología alimentaria cuyo es tudio tiene mayor actualidad, dado que una de las caracterís ticas biológicas del hombre es el consumo de los alimentos coci nados. Según Davidson (4), todos los hombres civilizados cocinan sus alimentos o, más exactamente, «hacen que sus mujeres se los cocinen». La cocina es una de las más importantes y agradables artes. Cualquier programación dietética que un nutriólogo o dietista aconseje no es útil si no está respaldada por una buena cocina. La mayoría de los alimentos de origen animal podrían probablemente ser digeridos crudos por el hombre, pero serían impalatables, por ello son raramente así consumidos. El cocinado de las carnes ayuda a la masticación y permite a los jugos digestivos un más rápido acceso a los componentes del alimento. Las fibras de colágeno de los tejidos conectivos son convertidas por el calor en "gelatina y esto ablanda la carne. Las frutas y otros vegetales pueden comerse crudos en cantidades limitadas, pero muchos necesitan ser tratados para poder ser digeridos por el hombre, como es el caso de las leguminosas, cereales, etc. La mayoría de las células vegetales están recubiertas por una pared de celulosa que no suele ser rota durante la masticación, con lo que se impide el acceso al interior de los jugos gástricos. El calor hincha el almidón, que así rompe las paredes, facilitando el proceso digestivo. Muchos cambios de la estructura química de moléculas proteicas, grasas e hidratos de carbono se efectúan por el calor. Por ejemplo, cuando la proteína está en presencia de grupos reductores se produce una reacción que da lugar a una disminución de la Hsina. Sin embargo, esta reacción es responsable del aroma, sabor y, en parte, de la textura característica de las carnes asadas, que las hacen muy aceptables. En cuanto a las grasas, sabemos hoy, y nuestro laboratorio ha contribuido en gran parte a este conocimiento, que se necesitan temperaturas y condiciones mucho más energéticas de las que se dan en los procesos habituales de fritura para que se produzcan sustancias tóxicas (7). No olvidemos, además, que los alimentos no suelen consumirse aisladamente, sino combinados formando platos de composición muy heterogénea. Las interacciones debidas al proceso entre los nutrientes que forman los alimentos que componen un plato culinario son un factor de complejidad más en este problema y aumentan la dificultad para conocer la calidad y cantidad de sus nutrientes. Todo lo que acabamos de decir para la culinaria doméstica se incrementa en el caso de la culinaria industrial, tan en boga hoy día. Alimentación colectiva Es un hecho conocido que una de las consecuencias del desarrollo de los pueblos es la práctica de la llamada alimentación colectiva. En los países industrializados una de cada tres comidas se hace fuera del hogar. Esto supone una complejísima problemática en la que están implicados factores nutricionales, sanitarios, económicos, sociológicos, fisiológicos, etc. Dentro de esta alimentación colectiva, que representa una auténtica revolución en los hábitos del hombre moderno, se incluye no sólo la problemática de la alimentación de las personas que hacen sus tres comidas en régimen de internado (hospitales, cuarteles, colegios, etc.), en los que se ha de proveer al total de las necesidades de los individuos, sino también a aquellas que realizan regularmente algunas de sus comidas fuera de sus hogares. Uno de los problemas de esta alimentación colectiva que por razones económicas sólo es rentable a partir de un elevado número de comidas es que éstas no pueden ser preparadas en el momento de ser ingeridas, sino con anterioridad, siendo conservadas y posteriormente recalentadas en el momento de ser consumidas. Un caso especial, y muy importante, de esta última situación son los llamados platos preparados o precocinados. La meta de todo este proceso y cuya tecnología más actual es el sistema llamado de cocinado-congelado-recalentado (cooking-freezing-reheating) es el de tratar de conseguir una aceptación lo más próxima posible a la del alimento recién preparado. Dado el hecho de que la alimentación colectiva supone también una revolución en el campo de la nutrición, los nutriólogos están estudiando en los distintos laboratorios estos procesos, en cuya importancia no creemos necesario insistir más. Recordemos sólo que es precisamente el proceso de recalentamiento, incluso en las condiciones más idóneas (microondas), el que más puede dañar a los componentes termolábiles de la dieta. Esto es de especial significación en la dietética hospitalaria, ya que en estas instituciones el proceso de recalentamiento no puede hacerse a pie de cama, y sabemos hoy que durante el transporte de los platos preparados recalentados ocurren elevadas pérdidas de nutrientes termolábiles, como la vitamina C. Entramos así en el apartado ya citado de la tecnología de los alimentos: la distribución. Esta ha permitido que los alimentos, conservando gran parte de sus características nutritivas, alcancen zonas en las que muchas veces no son producidos: el ejemplo más espectacular lo ha dado la red del frío. En estudios realizados por nosotros (6) en algunas comarcas andaluzas hace algún tiempo encontramos marcadas deficiencias en la ingesta proteica. El consumo de pescado congelado suprimió espectacularmente dichas deficiencias. La nutrición actual se encuentra ante el reto de mejorar la alimentación de las poblaciones. Aun en el caso de los países desarrollados, en los que el problema suele ser la sobrealimentación, la tecnología alimentaria, como hemos dicho, tiene un muy claro papel a cumplir. Sin embargo, será necesario el estudio de los cambios que ocurren en los alimentos aislados y los platos no sólo hasta que son ingeridos, sino también a nivel digestivo y metabólico. En los países subdesarrollados, en los que el problema fundamental es la falta de nutrientes, la tecnología alimentaria estaría en disposición de producirlos y corregir esta situación, siempre que seamos capaces de conseguir la justa distribución de los mismos. BIBLIOGRAFÍA ney, Dublín; Applied Science Publishers, Londres, 1977. 6. VÁRELA, G.: «Nutritive state of the population on Spain», en World Review of Nutrition and Dietetics, XIII, 1971, páginas 86-104. 7. VÁRELA, G.: «Les graisses chauffées: Contribution a l'étude du processus de la friture des aliments», en Nutrition et Dieta, vol. 25, 1977, págs. 112-121. 8. VÁRELA, G.: «Tecnologie des denrées alimentaires et alimentation de demain», en Ann. Nutr. Mim., 32, 1978, páginas 725-736. 9. VÁRELA , G., y MORERAS - VARELA , O.: La industria alimentaria en la mejora de la nutrición de los españoles. Dirección General de Industrias Alimentarias, Ministerio de Industria, Madrid, 1980. 1. 2. 3. 4. 5. ANDÚJAR ARIAS , M. M.; MOREIRAS - VA RELA , O., y GIL EXTREMERA , F. Tablas de composición de alimentos. Instituto de Nutrición (C.S.I.C.), Madrid, 1980. BENDER, A. E.: Food Processing and Nútrition. Ed. Academic Press, Londres, 1978. COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA. COST91: Les effects du tratement thermique et de la distribution sur la qualité et la valeur nutritive des aliments. Bruselas, 1982. DAVIDSON , S.: Human Nutrition and Dietetics. Ed. Churchill Livingstone, Edim burgo y Londres, 1979. FOOD QUALITY AND NuTRiTiON: Proceedings of Cosí Seminar. Ed. W. K. Dow- G. V. M.' * Catedrático de Nutrición y Dietética de la Universidad Complutense de Madrid. 138