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05/09/13 Angola, emergente y desconocida nº175 Septiembre 2013 Archivo NIPO: 726-13-001-1 Angola, emergente y desconocida Quizá por una cierta ignorancia, Angola se ha quedado lamentable e injustamente anclada para los españoles en la guerra civil que asoló el país durante 27 años, hasta 2002. Sin embargo, dicha percepción no tiene ningún sentido en el momento actual en función de su estabilidad a todos los niveles y de su extraordinaria evolución desde entonces. Muchas empresas (también algunas españolas) han estado haciendo negocios con éxito incluso antes de que concluyera. Hay que tener en cuenta que han pasado ya más de 10 años desde 2002, fecha en que se firmaron los acuerdos de paz. En aquella época, España tenía una relación muy estrecha con Angola, que quizá ha ido enfriándose algo desde entonces sin existir razón real ni una verdadera explicación para ello. Según me han ido poniendo de manifiesto los propios angoleños, España pudo considerar erróneamente que, al concluir la guerra civil, el país no precisaba tanto de nosotros, a pesar de que nuestra cooperación ha sido una de las más activas y de que hemos sido el primer donante a las Naciones Unidas en proyectos de desarrollo destinados a Angola. En cualquier caso, y sea como fuere, se están poniendo de nuevo las bases para revertir dicha situación, y no solo para recuperar el tiempo perdido sino para profundizar e intensificar nuestras relaciones. Sin embargo, para ello resulta imprescindible que los empresarios españoles sean conscientes del gran potencial de Angola como país y de la necesidad de buscar nuevos espacios desde otro enfoque que, evidentemente, trasciende la cooperación al desarrollo por cuanto se está consolidando como una economía de renta media con capacidad económica y comercial y recursos financieros. Desde el punto de vista geopolítico, Angola ha desarrollado últimamente sus relaciones bilaterales a todos los niveles con países como Portugal, China y Brasil. Y, un poco inexplicablemente como decía, España y Angola no han sabido encontrar el hueco que, entiendo, les corresponde en sus relaciones bilaterales. La economía angoleña Angola cuenta con una extensión de 1,2 millones de km2 (es decir, 2,4 veces la extensión de España) y una población de unos 20,2 millones de habitantes (menos de la mitad que la de nuestro país). Actualmente, está produciendo algo más de 1,7 millones de barriles de petróleo al día y se espera que dicha cifra se incremente hasta los 2,2 millones hacia 2017, como resultado de futuras explotaciones. Se ha puesto en marcha una planta de gas licuado y Angola se convertirá, dentro de poco, en el foco de atención por parte de compañías petroleras y otros grandes operadores, ya que se espera lanzar un nuevo paquete de exploración de petróleo en aguas profundas e, incluso, de exploración en tierra. Por si fuera poco, un nuevo código minero permitirá la atracción de nuevas inversiones y la explotación de minerales como uranio, oro, cobre, etc. Asimismo, el Gobierno está poniendo en marcha un Plan Nacional Geológico, en el que participan empresas españolas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que Angola disfruta de superávit tanto presupuestario (5,8% del PIB en 2012) como por cuenta corriente (9% del PIB en 2012); además, su inflación ha conseguido reducirse hasta un solo dígito y la previsión es que se mantenga en torno al 9%, con tendencia a la baja en la medida en que se vayan realizando reformas estructurales. La deuda externa se sitúa en el 18% del PIB y las reservas de divisas alcanzaron en 2012 un año y medio de importaciones, con tendencia a subir aún más, hasta los 46.000 millones de dólares este mismo año. De conformidad con las indicaciones del FMI, se ha creado un fondo soberano para paliar posibles shocks petrolíferos que puedan generar importantes bajadas en el precio del crudo. El objetivo es evitar que el país sufra problemas presupuestarios, por cuanto gran parte de los ingresos provienen del petróleo. Existe una nueva legislación por la que se obliga a las compañías petrolíferas a utilizar los bancos locales, lo cual va a incrementar de forma importante la liquidez en el sistema financiero. Por último, hay que recordar que el PIB per cápita debe superar ya los 6.000 dólares en estos momentos, razón por la cual se empieza a considerar a Angola como un país de renta media. Aun siendo una economía dependiente del crudo, el Gobierno está apostando por la diversificación. Otras áreas con mucho futuro son la agricultura e, incluso, el sector agroindustrial, a través de polos de desarrollo provinciales donde algunas empresas españolas se encuentran ya introducidas con éxito. Por otra parte, las autoridades angoleñas están dando una gran prioridad a la descentralización a todos los niveles, en virtud de la alta concentración y saturación que padece la capital, Luanda. La explotación de minerales y el desarrollo de futuras industrias en provincias, junto con la agricultura y la agroindustria, serán también de gran utilidad para intentar paliar las diferencias de renta y riqueza entre regiones. Aunque el turismo podría ser una fuente importante de riqueza en el futuro, requiere todavía cierto tiempo para madurar. A tal efecto, debe pasar por una etapa previa de www.el-exportador.es/icex/cda/controller/PageExportador/0,8723,6735394_6735493_215690862_4696912_4696112,00.html?searchText=&printPageId=6742… 1/4 05/09/13 Angola, emergente y desconocida realización de inversiones en infraestructuras y reconducir algunos aspectos culturales heredados de la guerra. Desafíos A pesar de la saneada situación económica, Angola se enfrenta a importantes desafíos. La distribución de la renta y de la riqueza es el más importante, de acuerdo con las instituciones financieras multilaterales, que revelan los débiles indicadores sociales y el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Ello contrasta con el hecho de que esté entrando dentro del club de países con un nivel de renta media. Ante la disminución de recursos con origen en la cooperación extranjera, dados los actuales niveles de renta, las autoridades angoleñas son cada día más conscientes de que deben invertir más en gasto social si desean mantener el poder político. Mantener un cierto equilibrio entre un gasto social suficiente y la ortodoxia económica representa, ahora mismo, un gran desafío. Hace un par de años, la consultora internacional Mercer identificó Luanda como la ciudad más cara del mundo. Ciertamente, este récord contrasta con la reducida capacidad adquisitiva de la mayor parte de la población angoleña. Dicho dato pone de manifiesto la fragilidad y el mal funcionamiento del mercado, una escasa competencia, altos costes logísticos y de transporte, y también, en buena medida, algunos procesos especulativos e inflacionistas típicos de las economías dependientes del petróleo. A pesar de ello, se viene observando cómo en el sector de la distribución se van abriendo nuevas y grandes superficies, y las empresas empiezan a especializarse, creando un tejido empresarial aún incipiente pero pujante. Todo ello está propiciando una mayor competencia y una mejora en la eficacia de costes logísticos y de distribución, que se concretan en menores tiempos de espera en aduanas, por ejemplo, y en una mayor y más eficiente oferta de productos en general. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para mejorar el clima de negocios. Falta cualificación y financiación. Por otro lado, el desarrollo del sector privado pasa por desligar, diferenciar y especializar el mundo empresarial respecto del sector público y no en apoyarse en este último para crear barreras de entrada. La inversión privada en Angola Debido, probablemente, a abusos especulativos típicos de economías sustentadas en el petróleo, las autoridades económicas de Angola promulgaron una legislación sobre inversión privada algo restrictiva, al atender más a criterios de acumulación de reservas que de facilitación de inversiones. Esto significa que, para establecer una compañía de capital extranjero, sea preciso desembolsar un capital mínimo de un millón de dólares por socio, e independientemente del porcentaje de participación en el capital de la compañía, para poder repatriar beneficios y acceder a beneficios fiscales (ver El Exportador, nº 159). En la práctica, muchas compañías extranjeras inician su actividad antes de establecerse permanentemente, llegando a acuerdos corporativos con socios locales, internalizando los beneficios mediante la facturación a los mismos por servicios ofertados y contratados para el mercado local, y solo con el tiempo, y una vez que el negocio se ha consolidado, deciden su establecimiento permanente. Dicho desembolso no tiene por qué realizarse directamente en metálico sino que puede materializarse en equipamiento, por ejemplo, siendo objeto de una negociación caso por caso con la Agencia de Inversión Privada (ANIP, en sus siglas en portugués), puesto que la ley no establece ni enumera realmente criterios claros y precisos. Una vez que una compañía extranjera decide establecerse, en muchas ocasiones opta por llevar a cabo dicha negociación de la mano de algún bufete de abogados bien relacionado. Sea como fuere, es importante tener en cuenta que la presencia in situ resulta condición necesaria al igual que la paciencia en la negociación y contar con un cierto capital inicial dada la carestía de la vida en Angola. De modo que los negocios a distancia o con escasa presencia in situ están abocados al fracaso. Por consiguiente, antes de venir conviene tener claras tanto la estrategia temporal como financiera y obrar en consecuencia. En contraposición a dichos requerimientos legales, que podrían representar para muchos empresarios una cierta barrera de entrada, debemos conceder valor a un mercado donde queda mucho por hacer, con márgenes suficientes y con una gran proyección. Sin embargo, y contrariamente a algunas personas que ven el comercio intrarregional en África con mayor optimismo, en mi opinión, a la vista de las cifras existentes, no parece adecuado plantearse en África, y de manera generalizada, el establecimiento en un país como plataforma para acceder a otros. Existe alguna excepción, como es el caso de Sudáfrica con Namibia, pero, a grandes rasgos, la deficiencia en los medios de transporte y de comunicación y las barreras culturales existentes al tratarse de culturas más verbales que escritas me hacen ser bastante cauto al respecto. Angola y la UE En general, las relaciones comerciales de la UE con los países de África se enmarcan dentro de lo que la nomenclatura comunitaria designa como países ACP, es decir, aquellos dentro del bloque de África-Caribe-Pacífico. El reparto regional de dicha política comunitaria obedece, hasta cierto punto, a determinados ejes de influencia que provienen del pasado colonial de algunos Estados miembros, más poderosos que otros. En su conjunto, se basa en una apertura gradual y asimétrica, al conceder la UE plena libertad de acceso a través de la negociación de Acuerdos de Asociación Económica (EPA, en sus siglas en inglés) que incluyen múltiples facetas del desarrollo económico y comercial con estos países, y no solo el acceso al mercado mediante la eliminación de aranceles. En concreto, Angola pertenece a la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC, en sus siglas en inglés), si bien nunca llegó a concluir un EPA con la UE. Desde el punto de vista angoleño, ¿por qué razón debería hacerlo si a través de la Iniciativa Everything But Arms (EBA) tiene acceso total al mercado comunitario como País Menos Adelantado (PMA)? Sobre todo considerando que, hoy, la mayor parte de las exportaciones de Angola se concentra en el petróleo. Por esta razón, Angola no pretende negociar nada más allá de los beneficios que le reporta formar parte de dicha iniciativa EBA en combinación con la política de sustitución de importaciones que otros muchos países, hoy desarrollados, pusieron/pusimos en práctica allá por los años cincuenta. Solamente el abandono del estatus de País Menos Adelantado o un cambio sustancial de mentalidad, no previsible a corto plazo, podría hacerle modificar su posición en este sentido. Este planteamiento se verá acompañado probablemente de un incremento arancelario en el futuro, dentro, lógicamente, de los límites de la OMC, para favorecer la competencia de productos nacionales. Sin embargo, no estoy muy convencido de que, a la larga, dicha estrategia de incremento arancelario y de sustitución de importaciones en combinación con la Iniciativa EBA sea beneficiosa para una mayor diversificación y, lo que es más importante, para un mejor funcionamiento del mercado angoleño que genere un mayor nivel de eficiencia, equidad y competencia, sobre www.el-exportador.es/icex/cda/controller/PageExportador/0,8723,6735394_6735493_215690862_4696912_4696112,00.html?searchText=&printPageId=6742… 2/4 05/09/13 Angola, emergente y desconocida todo teniendo en cuenta que la oferta y la distribución son muy estrechas y generan disfunciones, elevando artificialmente el nivel de precios. En este sentido, una política social decidida debería posibilitar el acceso de la población a productos más baratos y de más calidad. Las relaciones entre España y Angola España ha registrado un importante desequilibrio comercial a favor de Angola, con una tasa de cobertura que alcanzó tan solo el 30% el año pasado, con tendencia incluso a disminuir como consecuencia del incremento en las compras de crudo. Por consiguiente, nuestras importaciones se concentran en un 98% en petróleo, mientras nuestras exportaciones se encuentran más diversificadas: petróleo refinado (13%), material eléctrico (12%), aparatos mecánicos (10,5%), materias plásticas (10%), muebles (4,7%), etc. Tomando cifras globales de comercio de España, Angola se encuentra en el puesto 64 como cliente y en el puesto 43 como proveedor. En cuanto a las inversiones se refiere, el stock de inversiones españolas ha alcanzado los 92 millones de euros, fundamentalmente en el sector de hidrocarburos. No obstante, quizás lo más importante que ha aportado España a Angola, desde un punto de vista económico y comercial, es la movilización de recursos para el desarrollo de proyectos en múltiples sectores: infraestructuras, energía, sanidad, transporte, etc., apoyando la financiación comercial con seguros de crédito a la exportación, en un momento en el que prácticamente nadie quería dar créditos al país africano porque era una economía prácticamente en reconstrucción, tras una guerra civil de 27 años. Con posterioridad, China, Brasil y, recientemente, otros países han iniciado esquemas de financiación, pero no por ello se debe dejar de recordar lo que creo fue una gran iniciativa. Iniciativa que luego ha sido desaprovechada si nos atenemos a las cifras actuales de comercio bilateral, que no se corresponden ni son coherentes con las necesidades del país, con el exceso de capacidad de las empresas españolas y con la oferta actual ociosa en España. En conclusión, ambos países tienen mucho camino por recorrer y compartir. Y, desde luego, Angola es hoy por día el sitio donde las empresas españolas deberían estar. Aquí y ahora. Páginas 1 2 Enlaces de interés Agencia Nacional para la Inversión Privada (ANIP) Cám ara de Com ercio e Industria de Angola Centro de Apoyo Em presarial Dirección de Aduanas Direcciones de interés EN ANGOLA Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Luanda Rua Jaime Cortesão, 16 Luanda Tel. 00 244 222 354 071 / 350 121 / 351 938 Fax 00 244 222 350 142 luanda@comercio.mineco.es EN ESPAÑA ICEX España Exportación e Inversiones Pº de la Castellana, 14-16 28046 Madrid Tel. 902 349 000 icex@icex.es Representación Comercial de la República de Angola en España C/ Orense, 11 28020 Madrid Tel. 917 364 285 Fax 917 344 315 comercial@repcoangola.es www.el-exportador.es/icex/cda/controller/PageExportador/0,8723,6735394_6735493_215690862_4696912_4696112,00.html?searchText=&printPageId=6742… 3/4 05/09/13 Angola, emergente y desconocida AVISO LEGAL | POLÍTICA DE PRIVACIDAD www.el-exportador.es/icex/cda/controller/PageExportador/0,8723,6735394_6735493_215690862_4696912_4696112,00.html?searchText=&printPageId=6742… 4/4