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Reseñas Tramas del mercado: imaginación económica, cultura pública y literatura en el Chile de fines del siglo veinte Por Carlos Oliva Vega Pontificia Universidad Católica de Chile croliva@uc.cl Leer la primera obra del profesor Luis Cárcamo-Huechante es un desafío. No solo por la complejidad del tema enunciado ya en el título, sino también, porque hacerlo implica saber cómo el sistema de libre mercado ha moldeado nuestra actual forma de vida. La afirmación de Marx de que la realidad social determina la conciencia de los hombres (Contribución a la crítica de la economía política) sigue vigente. De ahí que pensar en imágenes y en signos, más que en palabras, sea la consecuencia natural del impulso neoliberal del Chile de los 70. Cárcamo-Huechante así lo advierte: “el libre mercado se constituye en un discurso cultural que, a partir de un conjunto de intervenciones retóricas e imaginarias, se despliega hegemónicamente en la sociedad”. (17) El objetivo de Tramas del mercado es analizar cómo la instauración de ese sistema libremercadista sobrepasó la esfera económica, al punto de constituirse en un discurso cultural, en una retórica que caló, incluso, en la ficción literaria postdictadura. Tramas del mercado: imaginación económica, cultura pública y literatura en el Chile de fines del siglo veinte Luis E. Cárcamo-Huechante Santiago de Chile: Cuarto Propio, 2007 271 p. Cárcamo-Huechante afirma que el discurso del economista Milton Friedman en el edificio Diego Portales en 1975, “trazaría un movimiento de vastos efectos en la cultura pública del país”. Un movimiento que acabó no solo con el marco del Estado benefactor, sino también, con la dinámica de la educación superior al prohibir muchas “disciplinas no productivas” del 201 ■ Taller de Letras N° 43: 199-234, 2008 área de las humanidades (el saber se convertía así en un producto más del mercado). El lenguaje técnico de los economistas, específicamente de los Chicago Boys en el gobierno de Pinochet, alcanzaría a todas las instituciones del cuerpo social. Con ayuda de los mass media, esta retórica se legitimó en el lenguaje común del ciudadano que hizo de este “pensar calculativo” la base de su expresión simbólica. De esta manera, el discurso de libre mercado se fue haciendo discurso público que, encarnado en la “revolución silenciosa” de Joaquín Lavín, apostó por reconvertir al país en una nación-mercado. Como prueba de esta apropiación cultural, Cárcamo-Huechante analiza el derrotero de la ficción literaria postdictadura y su retórica “endeudada” con el libre mercado. Se vale de la figura de Alberto Fuguet, especialmente de Por favor, rebobinar, una novela que “comporta la gramática misma de la ‘economía abierta’”. Un tinte hegeliano nada trivial trasunta la postura de Cárcamo- ■ 202 Huechante. Si para el filósofo alemán la única forma de apropiarse de la cultura es a través del arte o la religión, la ficción de Fuguet para el profesor chileno logra este acometido al hacer suyos los signos de la apertura económica. A casi veinte años de la vuelta de la democracia, el imaginario económico que Friedman instituyó a mediados de los 70 en nuestro país se ha visto potenciado, paradójicamente, con los gobiernos de centroizquierda. Y seguirá en expansión. “Aun cuando el conglomerado de lo que había constituido mayoritariamente la oposición democrática invocaría un discurso de redención político-social, todo ello no obstante se hallaría atravesado por el imaginario económico de la negociación, el cálculo y el balance”. (113) Es cierto. La escritura de Tramas del mercado deja entrever no solo el soberbio análisis de un intelectual, sino también la voz de un testigo privilegiado de los efectos del libre mercado que nunca encajó “de modo mecánico en el ‘modelo chileno’”.