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páginas PDF | ediciones anteriores | archivo histórico | suscripciones | anúnciate | ejemplar de hoy Actualización: 11:22 hrs. Miguel Angel Montoya/ Ahora Uruguay, ¿y México? Opinión Invitada. Una vez que Argentina se colapsó en el último mes del año pasado, Uruguay poco a poco empezó a sentir los efectos del mismo Miguel Angel Montoya Las noticias que vienen del sur del continente no dejan de ser negativas. Después de tratar de aguantar por ocho meses, la economía uruguaya se encuentra en una situación difícil y muy parecida a lo que sus políticos tanto trataron de evitar, una quiebra del sistema financiero, una bancarrota en general de país; similar a su vecino Argentina, (aunque con algunos matices que de momento la hacen menos grave). Si bien el crédito adelantado del Gobierno estadounidense por mil 500 millones de dólares hace algunos días ayuda a tranquilizar la situación, los eventos no dejan de ser preocupantes en aquel país rioplatense. Las experiencia uruguaya muestra algunas lecciones para México, además de que confirma en la práctica la teoría económica de las "expectativas racionales". Esta indica -a grandes rasgos- que la gente aprende de experiencias y que si la sociedad en su conjunto cree que algo puede pasar (por ejemplo, una devaluación, cierre de bancos o una mayor inflación) y actúa en consecuencia (compra dólares, va por todo su dinero a los bancos, sube sus precios), acaba ocurriendo lo que la sociedad pensaba que iba a suceder, a pesar del esfuerzo del Gobierno u otros agentes por frenarlo. Uruguay, a diferencia de su vecino al sur, se encontraba a finales del año pasado en una situación, si bien de lento crecimiento (menos del 1 por ciento anual), estable financieramente. La inflación controlada, el tipo de cambio sin sobresaltos, las finanzas públicas en orden (es decir, el Gobierno no gastaba más de lo que recaudaba) y por ende la deuda pública y la confianza en el país en el exterior, medido como el famoso riesgo país, se encontraba en lugares muy confortables (no olvidemos que para finales del año pasado sólo tres países del continente tenían el grado de inversión: Chile, México y Uruguay), lo que le reportaban al país unas cifras macroeconómicas correctas. ¿Qué fue lo que sucedió? Una vez que Argentina se colapsó en el último mes del año pasado, Uruguay poco a poco empezó a sentir los efectos del mismo. Antes de la crisis, el sistema bancario uruguayo había recibido fuertes remesas de dinero de familias y personas argentinas que, dado el temor de que las cosas fueran mal en su país (como efectivamente sucedió), empezaron a retirarlos de su país y se los llevaban a la "Suiza de Sudamérica", o sea al sistema financiero charrúa. Cuando se hizo evidente la profundidad de la crisis argentina, y que los bancos de aquella nación no devolverían el dinero a sus legítimos dueños (los ahorradores) en un corto plazo, los poseedores de depósitos en Uruguay, tanto locales como extranjeros, se empezaron a poner nerviosos e iniciaron a correr hacia los bancos y cajeros automáticos para tratar de retirar su dinero (como sucedió en nuestro país con las cajas de ahorro popular, los depositantes se pusieron nerviosos, surgió el pánico y corrieron a retirar hasta que quebraron dichas seudo instituciones), ante el temor de que las autoridades de Montevideo emularan a sus pares de Buenos Aires y