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Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-1549/08) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... ARTÍCULO 1.- Rotulado nutricional de grasas insaturadas. Todo alimento envasado que contenga grasas insaturadas deberá colocar en forma clara, visible y legible en su rotulado nutricional el contenido en gramos de las grasas insaturadas especificando la cantidad en gramos correspondiente a los ácidos monoinsaturados y a los ácidos poliinsaturados. En este último caso deberá aclarar la cantidad en gramos correspondiente a los ácidos grasos omega tres (3) y a los omegas seis (6). ARTÍCULO 2.- El Ministerio de Salud de la Nación, o el organismo que en futuro lo reemplace, es la autoridad de aplicación de la presente Ley. ARTÍCULO 3.- Las industrias dedicadas a la fabricación de los alimentos mencionados en la presente Ley tienen un plazo de cinco (5) meses desde la entrada en vigencia de la misma, para dar cumplimiento con lo normado. ARTÍCULO 4.- Transcurrido el plazo de cinco (5) meses previsto en la presente Ley, la Autoridad de Aplicación sancionará con multa a los fabricantes del alimento que no declare en el rótulo nutricional del producto lo establecido en la presente Ley y al vendedor de alimentos que no tengan en el rótulo nutricional lo dispuesto en la misma; procediendo al retiro y decomiso de dichos alimentos. ARTÍCULO 5.- Una vez decomisado el alimento se procederá a su inmediata destrucción. ARTÍCULO 6.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. Liliana T. Negre de Alonso.FUNDAMENTOS Señor Presidente Las grasas o lípidos son los elementos de nuestra alimentación que más importancia tienen en la prevención de las enfermedades 1 cardiovasculares. Sin embargo, no todas las grasas son iguales ni se comportan de la misma manera en nuestro organismo. Las grasas están compuestas por ácidos grasos, moléculas constituidas por una unión de átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno. Pero, no todas las uniones son iguales y, justamente por ello se dividen en: saturadas e insaturadas (éstas últimas a su vez se subdividen en monoinsaturadas y poliinsaturadas). Las grasas saturadas provienen del reino animal -excepto el aceite de coco y el de cacao- y son sólidas a temperatura ambiente. Su consumo está relacionado con un aumento del colesterol sanguíneo y con la aparición de enfermedades cardiovasculares. Las grasas insaturadas se subdividen en ácidos monoinsaturados y los poliinsaturados. Estos provienen en general del reino vegetal (a excepción del pescado que es muy rico en ácidos poliinsaturados), son líquidos a la temperatura ambiente y su consumo está asociada con mayores niveles de colesterol bueno. Los ácidos poliinsaturados poseen dos o más pares de átomos de carbono “insaturados” y cuenta con el beneficio de disminuir el colesterol total y la concentración de LDL (colesterol malo). Sin embargo, este tipo de grasas tienen el inconveniente de que se oxidan con facilidad, interviniendo en procesos de formación de radicales libres que son nocivos para la salud humana. Aunque el organismo puede inactivar tales procesos por medio de sustancias antioxidantes, no es prudente abusar de las grasas poliinsaturadas. (www.zonadiet.com/alimentacion/l-aceite.htm). Los ácidos grasos pueden ser comparados con cadenas de longitud variable, cuya rigidez fluctúa según diferentes parámetros. En cuanto a los ácidos poliinsaturados, sus cadenas contienen pliegues que crean puntos de rigidez, por esta razón, las moléculas no pueden comprimirse de manera tan estrecha, de suerte que son más fluidas. La fluidez es una de las propiedades responsables del carácter líquido de los aceites vegetales. En cuanto a los ácidos monoinsaturados, se clasifican entre los dos tipos de ácidos grasos (monoinsaturados y poliinsaturados) pues sus cadenas no contienen más que un solo punto de rigidez. Esa es la razón por la cual el aceite de oliva, es líquido a temperatura ambiente, pero se solidifica en el refrigerador. El término omega, cada vez más en boga en estos últimos años, proviene del modo en que los científicos identifican el lugar donde se sitúa el primer punto de rigidez en la cadena del ácido graso. Estos lugares están enumerados a partir del extremo de la cadena. De esta manera un ácido poliinsaturado omega 3 u omega 6 es una grasa cuyo primer punto de rigidez se encuentra en la posición 3 o 6. Por 2 esa misma razón, los ácidos grasos monoinsaturados suelen denominarse omega 9, ya que el único punto de rigidez en su cadena llega en la posición 9 (Dr. Richard Béliveau y Dr. Denis Gingras (2007), Los Alimentos contra el Cáncer – La Prevención del Cáncer a través de la Alimentación, Ed. El Ateneo, p. 147). Para que el consumidor pueda realmente comprender de qué forma la calidad y cantidad de las grasas presentes en los alimentos afecta a su salud, tiene que tener acceso a la información. La información a la que los consumidores tienen acceso a través de los rótulos (etiquetas), es fundamental en el momento de compra. Pues le permite conocer las características particulares de los alimentos, su forma de preparación, manipulación y conservación, sus propiedades nutricionales y su contenido. El tipo de información no esta librado al azar, ya que está legislado cómo la misma debe ser brindada por el productor al consumidor. Tanto en la Constitución Nacional, como en diferentes leyes y en el Código Alimentario Argentino, encontramos cómo se deben aplicar las normas correspondientes a este tema. A través del tiempo se han jerarquizado la protección de los derechos de los consumidores para que puedan acceder a una información que sea adecuada y veraz. De esta manera, los rótulos, envases y envoltura de los productos alimenticios deben expresar con precisión y claridad sus condiciones higiénico-sanitarias, bromatológicas y de identificación comercial. La relación entre el etiquetado (rotulado) de los alimentos y su vinculación con aspectos de la salud humana es cada vez más importante a nivel mundial. Y mientras más educado e informada está una persona, más exigible es el consumidor a la hora de solicitar información. Asimismo, esta tendencia va cobrando día a día mayor importancia debido al desarrollo de nuevas gamas de alimentos funcionales y la biotecnología. En nuestro país, actualmente, en el rótulo nutricional de los alimentos se exige declarar la cantidad de grasas totales, grasas saturadas y las grasas “trans”. Ahora, cuando se incluya una declaración de propiedades nutricionales (información nutricional complementaria) con respecto al tipo y/o la cantidad de grasas y/o ácidos grasos y/o colesterol, se debe indicar las cantidades de grasas saturadas, trans, monoinsaturadas, poliinsaturadas y colesterol. Sin embargo, en el caso de las grasas poliinsaturadas no es obligatorio declarar la cantidad de ácidos omega 3 y omega 6. 3 En el transcurso de las últimas décadas, las materias grasas han adquirido mala fama. Si bien esta opinión negativa es bien merecida con respecto a cierto tipo de grasas, como las de origen animal o incluso en el caso de las grasas “trans”, también es verdad que existen materias grasas de muy buena calidad, que incluso tienen un rol importante en el buen funcionamiento de nuestro organismo. En tal sentido, no sólo debemos pensar en la cantidad de materia grasas presentes en el régimen alimentario, sino también en su calidad. En occidente la mayor carencia nutricional es la que concierne a los ácidos grasos esenciales, los omega 3. Suele decirse que los ácidos grasos poliinsaturados (omega 3 y omega 6) son esenciales, porque el cuerpo humano no es capaz de producirlos por sí mismo, en consecuencia deben incorporarse a través de la alimentación. En relación a los ácidos grasos omega 6, no existiría problema alguno ya que se encuentra presente en carnes, huevos, hortalizas y aceites vegetales y por ende permiten aportar suficiente ácido linoleico (LA). Sin embargo, lograr un buen aporte en ácido omega 3 parece ser más complicado en la sociedad moderna. Mientras la relación de ácidos grasos omega 6 / omega 3, lograda por los primeros hombres, era más o menos equivalente, es decir probablemente 1/1, esa relación se estima en la actualidad 20/1. Este desequilibrio puede tener repercusiones negativas y favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, ya que los omega 6 son utilizados por el cuerpo humano para fabricar moléculas que participan en la inflamación, mientras que los omega 3 son esenciales para la producción de moléculas antiinflamatorias (Dr. Richard Béliveau y Dr. Denis Gingras (2007), Los Alimentos contra el Cáncer – La Prevención del Cáncer a través de la Alimentación, Ed. El Ateneo, p. 145 - 147). Estudios realizados por el Dr. Béliveau y Dr, Denis Gingras (publicados en el año 2007) informan la existencia de una relación en el tipo de régimen alimentario moderno con la aparición de determinados tipos de cáncer. Sus estudios sugieren que determinados tipos de alimentos tendrían un efecto positivo en la prevención de determinados cánceres como así también en la disminución del crecimiento de células cancerígenas. En tal sentido, la disminución del consumo de grasas saturadas y un mayor consumo de grasas insaturadas ayudarían en la lucha contra el cáncer. En el caso de éstas últimas hay estudios que advierten que dentro de los ácidos poliinsaturados los ácidos omegas 6 tendrían un efecto pro cancerígenos y pro inflamatorios debido al desequilibrio entre los omega 6 y 3. Es que los omega 3 tendrían un efecto anti cancerígeno y antiinflamatorio (Dr. Richard Béliveau y Dr. 4 Denis Gingras (2007), Los Alimentos contra el Cáncer – La Prevención del Cáncer a través de la Alimentación, Ed. El Ateneo p. 146). En tal sentido, resulta muy importante que dentro del rotulado nutricional de los alimentos se informe la cantidad de grasas insaturadas especificando la cantidad de grasas monoinsaturadas (de corresponder) y la de poliinsaturadas, y en este caso especificar la cantidad correspondiente a ácidos omega 3 y ácidos omega 6, para que el consumidor logre los equilibrios necesarios en su dieta que le conduzcan a una mejor calidad de vida. Como Legisladores de la República Argentina, debemos, velar por la salud de sus habitantes. Una buena alimentación tiene un impacto positivo en la salud pública. Pero para que esto sea posible es necesario informar al consumidor, permitiendo el acceso a la información de los últimos avances en materia de alimentos. De esta forma, luchamos por la defensa de la vida. Este es el espíritu de presente proyecto de ley. Es por todos estos motivos que solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de ley.Liliana T. Negre de Alonso.- 5