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¢400 Etapa IV - Año CXXXII Tomo 135 - (4403) Costa Rica Domingo 6 de diciembre 2015 - Segundo de Adviento Foto L. Ávila Bienaventurados los misericordiosos El drama de los migrantes cubanos ha despertado el corazón de un pueblo que los ha hecho sus hermanos. Doña Gloria García, de 75 años y vecina de La Cruz de Guanacaste, abrió las puertas de su casa y de su corazón a la familia López de Castro, que la convirtió en su madre y abuela. Ella encarna el espíritu que debemos vivir en el Año de la Misericordia que iniciará el próximo 8 de diciembre. Esta edición especial incluye: •Oración para el Año de la Misericordia •¿Qué es un Año Santo y cómo debemos vivirlo? •Jesús: rostro de la misericordia del Padre •Grandes momentos del Año Jubilar •Vía de la misericordia 2 Domingo 6 de diciembre 2015 Fundado en 1883 Sede Conferencia Episcopal de Costa Rica Calle 22- Avs. 3 y 5, San José Teléfonos Central telefónica: 2222-8391 Fax: 2256-0407 Página web Oremos por el Jubileo de la Misericordia 8 de diciembre 2015 - 20 de noviembre, 2016 www.ecocatolico.org Correo electrónico info@ecocatolico.org Apartado postal 1064 -1000 San José Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Eco Católico Eco Católico 3 Domingo 6 de diciembre 2015 ¿Qué es un Año Santo y cómo debemos vivirlo? Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Créditos Presidente Junta Directiva Mons. José Rafael Quirós Q. Director Lic. Martín Rodríguez G. mrodriguez@ecocatolico.org Asesor doctrinal Pbro. Víctor Hugo Munguía C. Edición Luis Carlos Cartín S. Diseño y composición Lic. Carlos Andrés Víquez V. cviquez@ecocatolico.org Mercadeo y ventas Lic. José Sancho M. jsancho@ecocatolico.org Circulación Ing. Daniel Rivera M. drivera@ecocatolico.org Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Es una invitación abierta a todos los cristianos y también a los que se encuentran distantes en la fe y desean volver de nuevo a la vida cristiana. Laura Ávila y agencias lavila@ecocatolico.org El Jubileo de la Misericordia comenzará este 8 de diciembre y terminará el 20 de noviembre del año 2016. El solemne inicio tendrá lugar durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción. El último Jubileo de la Iglesia fue proclamado por el Papa San Juan Pablo II para conmemorar los 2000 años del nacimiento de Cristo. El Jubileo católico puede ser ordinario o extraordinario: El Año Santo ordinario, o Año Jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el extraordinario, o Jubileo, es el proclamado como celebración de un hecho destacado. Es una invitación abierta a todos los cristianos y también a los que se encuentran distantes en la fe y desean volver de nuevo a la vida cristiana. Durante el Año Jubilar la Iglesia concede la indulgencia plenaria, que es una gracia que ayuda al cristiano a hacer camino con la voluntad de convertirnos y reconciliarnos con Dios. Esta gracia también puede ser aplicada a los difuntos como signo de amor hacia ellos. Origen en el judaísmo Los años jubilares se originan en el judaísmo y consistían en una conmemoración de un año sabático que tenía un significado particular que se realizaba cada 50 años. Durante el año se ponían a los esclavos en libertad, se restituían las propiedades a quienes las habían perdido, se perdonaban las deudas, las tierras debían permanecer sin cultivar y se descansaba. En la Biblia encontramos algunos pasajes en los que se menciona la celebración judía. La palabra “jubileo” se inspira en el término hebreo de yobel, que alude al cuerno del cordero que servía como instrumento. Jubileo también tiene una raíz latina, “iubilum” que representa un grito de alegría. En la tradición católica, el Jubileo consiste en que durante un año se conceden indulgencias a los fieles que cumplen con ciertas disposiciones eclesiales establecidas por el Vaticano. El Jubileo puede ser ordinario o extraordinario, como en este caso. La Iglesia Católica tomó como influencia el jubileo hebreo y le dio un sentido más espiritual. En ese año se da un perdón general, indulgencias El Año Jubilar es ante todo el Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad. y se invita a profundizar en la relación con Dios y con el prójimo. El primer año jubilar fue convocado en 1300 por el Papa Bonifacio VIII. Se estableció que los siguientes jubileos se conmemoraran cada 25 años, con el objetivo de que cada generación experimente al menos uno en su vida. El rito inicial del Jubileo comienza con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. La apertura de la puerta significa que se abre un camino extraordinario hacia la salvación. El Papa debe tocar la puerta con un martillo tres veces mientras dice: Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domi- no- “Abridme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor”. Cuando se abren, se entona el Te Deum y el Santo Padre atravesará esta puerta junto a sus acompañantes. Un año para volver a Dios Es el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Es el año de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacramental. En consecuencia, el año de la solidaridad, de la esperanza, de la justicia, del empeño por servir a Dios en el gozo y la paz con los hermanos. El Año Jubilar es ante todo el Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad. Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La ley de Moisés había determinado para el pueblo Hebreo un año particular: “Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí. En este Año Jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad” (Lev 25, 10-13). La trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuerno de carnero padre, que se llama “yobel” en hebreo, de ahí la palabra “Jubileo”. La celebración de este año llevaba consigo, entre otras cosas, la restitución de las tierras a sus antiguos propietarios, la remisión de las deudas, la liberación de los esclavos, y el reposo de la tierra. En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquel que lleva a su cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a “predicar el año de gracia del Señor” (cfr. Is 61, 1-2). El Jubileo es un tiempo de gracia destinado a promover la santidad de vida. Ha sido instituido para consolidar la fe, favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad, en definitiva para recordar y remover a los creyentes a una profesión de fe más sincera y más coherente en Cristo Salvador. 4 Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Logo es pequeño compendio teológico El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Martín Rodríguez González “Para vivir la misericordia siguiendo el ejemplo de Jesucristo, sin juzgar ni condenar, sino perdonando y amando sin medida”. mrodriguez@ecocatolico.org El Arzobispo Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, presentó el logo del Jubileo de la Misericordia, cuyo lema está tomado del Evangelio según San Lucas: “Misericordiosos como el Padre”. El logo es obra del sacerdote jesuita P. Marko I. Rupnik y se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia, “para vivir la misericordia siguiendo el ejemplo de Jesucristo, sin juzgar ni condenar, sino perdonando y amando sin medida”. Mons. Fisichella explicó que este logo “muestra al Hijo que carga sobre sus hombros Mons. Rino Fisichella Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, ya que indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención”. El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, un detalle particular es como el Buen Pastor carga sobre sí la humanidad con extrema misericordia, pero sus ojos se confunden con los del hombre”, dijo la autoridad vaticana. Mirada de amor El Arzobispo Fisichella destacó que en esta imagen Cristo mira con los ojos de Adán, y éste lo hace con los ojos de Cristo. “Así, cada hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, la propia humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el amor del Padre”, remarcó. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona. El logo fue registrado ante los organismos internacionales competentes para evitar cualquier uso inapropiado y salvaguardar su propiedad, de modo que cualquier uso distinto al puramente religioso será denunciado. El Jubileo de la Misericordia fue anunciado por el Papa Francisco mediante la Bula “Misericordiae vultus”. Comenzará este 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Eco Católico 5 Domingo 6 de diciembre 2015 Grandes momentos del Año Jubilar Ana Cecilia Espinoza C. Apertura de las Puertas Santas en las catedrales de nuestro país: aespinoza@ecocatolico.org El Jubileo Extraordinario de la Misericordia, a pedido del Papa, debe vivirse intensamente en cada Iglesia, no solo en Roma, de forma que cualquier cristiano pueda encontrar la misericordia de Dios Padre a través de la actividad solícita de la Iglesia. Dicha oportunidad pastoral se materializa en la posibilidad de abrir la Puerta de la Misericordia en todas las diócesis del mundo. A continuación, algunos de los grandes momentos del Año Jubilar en Roma y en nuestro país. Diciembre 2015 Martes 8 de diciembre de 2015:Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Santa Misa de apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Domingo 13 de diciembre de 2015: III domingo de Ad- Arquidiócesis de San José: Domingo 13 de diciembre, saliendo del Templo de La Soledad a las 3:00 p.m. Diócesis de Alajuela: Domingo 13 de diciembre, 11:00 a.m. viento. Apertura de la Puerta Santa de las Basílicas de San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Enero 2016 Viernes 1 de enero de 2016: Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios. Jornada mundial por la paz. Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor. Martes 19 - jueves 21 de enero, 2016: Jubileo de cuantos organizan las peregrinaciones y sirven en los santuarios. Lunes 25 de enero de 2016: Fiesta de la Conversión de San Pablo: Celebración ecuménica en la Basílica de San Pablo Extramuros. Febrero 2016 Martes 2 de febrero de 2016: Fiesta de la Presentación del Señor y Jornada de la Vida Consagrada. Jubileo de la Vida Consagrada y Clausura del Año de la Vida Consagrada Miércoles 10 de febrero de 2016: Miércoles de Ceniza: Envío de los Misioneros de la Misericordia en la Basílica de San Pedro. Lunes 22 de febrero de 2016: Cátedra de San Pedro: Jubileo de la Curia Romana. Marzo 2016 Viernes 4 y sábado 5 de marzo de 2016: “24 horas para el Señor” con la celebración penitencial en San Pedro la tarde del viernes 4 de marzo. Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Domingo 24 de abril de 2016: V Domingo de Pascua: Jubileo de los adolescentes (13 – 16 años) Mayo 2016 Jueves 5 de mayo de 2016: Solemnidad de la Ascensión del Señor: Vigilia para todos los que tienen necesidad de consolación. Viernes 27 de mayo de 2016, Jubileo de los diáconos Junio 2016 Viernes 3 de junio de 2016: Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: Jubileo de los sacerdotes. 160 años de la introducción de la fiesta, hecha por Pío IX en 1856. Domingo 12 de junio de 2016: Jubileo de los enfermos y de las personas con diversidad funcional. Julio 2016 Domingo 20 de marzo de 2016: Domingo de Ramos: En Roma, Jornada diocesana de los jóvenes Martes 26 de julio de 2016: Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia. Abril 2016 Setiembre 2016 Domingo 3 de abril de 2016: Domingo de la Divina Misericordia: Jubileo para los devotos de la espiritualidad de la Divina Misericordia. Domingo 4 de septiembre de 2016: Memoria de la Beata Teresa de Calcuta – 5 de setiembre. Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia. Diócesis de Cartago: Domingo 13 de diciembre, Saliendo de la Iglesia de los Capuchinos a las 6 p.m. Diócesis de Ciudad Quesada: Domingo 13 de diciembre, 10:00 a.m. Diócesis de Puntarenas: Domingo 13 de diciembre, 4:00 p.m. Diócesis de Limón: Fecha aún sin definir. Diócesis de San Isidro de El General: Domingo 13 de diciembre, 9:30 a.m. Diócesis de Tilarán-Liberia: Domingo 13 de diciembre 9:00 a.m. Domingo 25 de septiembre de 2016: Jubileo de los catequistas. Octubre 2016 Sábado 8 y domingo 9 de octubre de 2016: Jubileo mariano. Noviembre 2016 Domingo 6 de noviembre de 2016: Jubileo de los reclusos. Domingo 13 de noviembre de 2016: Clausura de la Puerta Santa en las Basílicas de Roma y en las Diócesis. Domingo 20 de noviembre de 2016: Jesucristo, Rey del Universo: Clausura de la Puerta Santa y conclusión del Jubileo de la Misericordia. 6 Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Eco Católico 7 Domingo 6 de diciembre 2015 acento especial con el fin de que sea vivida con intensidad. Jesús: rostro de la misericordia del Padre Redescubrir las obras de misericordia y practicarlas, acudir al sacramento de la reconciliación y buscar una sincera conversión, son las claves que pide el Papa en este Año Santo. “Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la misericordia del Padre”. Gerardo Mora Pana gmora@ecocatolico.org “Somos, por parte de Dios, objeto de un amor insuperable. Lo sabemos: Él tiene siempre los ojos abiertos sobre nosotros, incluso cuando nos parece que es de noche. Él es Papá; más aún, es Madre. No quiere hacernos mal. Sólo quiere hacernos bien a todos. Y los hijos, si están enfermos, tienen más motivos para que la madre les ame”. Papa Francisco Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible”, destaca el Papa. Estas son unas palabras del Papa Juan Pablo I que la Iglesia recuerda con cariño y que puede introducir el sentir del Papa Francisco al convocar el Año de la Misericordia que inicia este 8 de diciembre, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. “La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona”, dice la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario, presentada el pasado 11 de abril durante el II Domingo de Pascua, conocido también como Domingo de la Divina Misericordia. El rostro de la misericordia Misericordiae Vultus o El Rostro de la Misericordia es el título de la Bula (documento pontificio) que Francisco realizó para este año. “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús “El que practica misericordia que lo haga con alegría”, son las palabras del Apóstol Pablo a los Romanos, y es el llamado que hace Francisco. de Nazaret”, son las primeras letras que enfatizan el sentido de la celebración a la que convocó Su Santidad. Ya el Papa Benedicto XVI había dicho en su Primera Encíclica, Dios es amor, que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida”. Esa persona es Jesús y es con quien quiere Francisco encontrarnos a todos, pues precisamente la Bula va dirigida no solo a los católicos o a todos los cristianos, sino “a cuantos lean esta carta” y el Papa les desea “gracia, misericordia y paz”. Conversión En 25 puntos Francisco desarrolla el fondo celebrativo del Año de la Misericordia, la cual cataloga como “fuente de alegría, de serenidad y de paz”. Afirma que es la misericordia la que “revela el misterio de la Santísima Trinidad” y es “el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro”. Además, sentencia que es “la vía que une Dios y el hombre” y “es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida”. Precisamente, aquí se exige la conversión como muestra del verdadero ser cristiano, pues “estamos llamado a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre (…) y para que se haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes”. El Papa escogió la fecha del 8 de diciembre para inaugurar el año por su significado reciente en la historia de la Iglesia. “Abriré la Puerta Santa en el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico De hecho resuenan las palabras del Papa Juan XXIII en el discurso de apertura del Concilio: “En nuestro tiempo, la esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”. Signo de poder “‘Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia’. Las palabras de Santo Tomás de Aquino muestran cuánto la misericordia divina no sea en absoluto un signo de debilidad, sino más bien “Los confesores están llamados a ser siempre, en todas partes, en cada situación y a pesar de todo, el signo del primado de la misericordia”, dice la Bula Misericordiae Vultus. la cualidad de la omnipotencia de Dios”, dice la Bula en el numeral 6. Con esto el Papa une también las palabras “paciente y misericordioso” que describen en el Antiguo Testamento la naturaleza de Dios. “Su ser misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción”, describe. En esto consiste la acción de Jesús en el mundo: revelar el amor de Dios. “Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión” (numeral 8). El perdón Francisco destaca entre muchas de las enseñanzas de Jesús, que “la misericordia no es solo el obrar del Padre, “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón!”. Bula Misericordiae Vultus sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir” (numeral 9). Francisco dice: “¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón”. Para el Papa que bien podría describirse como el “Papa de la misericordia” es precisamente “la misericordia la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”. Su Santidad hace un fuerte llamado: “La Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia. Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvida- do de indicar y de andar por la vía de la misericordia” (numeral 10). Pide en la Bula: “En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio” (numeral 15). “24 horas para el Señor” En la propuesta de esta ruta de llevar misericordia a todo rincón y a toda persona, la próxima Cuaresma tiene un “La iniciativa ‘24 horas para el Señor’, a celebrarse durante el viernes y sábado que anteceden el IV domingo de Cuaresma, se incremente en las Diócesis. Muchas personas están volviendo a acercarse al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior”, dice la Bula (17). El Papa ha sido enfático que “ser confesores no se improvisa”, y ha destacado en su pontificado y lo ha dejado claro ahora que ser confesores para los sacerdotes es participar de la misión de Jesús. Los confesores deben ser misericordiosos como Jesús. De tal modo, tampoco sorprende el anuncio de Francisco durante este año: “Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo”. Obras de misericordia En momentos en que se nos pide “cambio de vida” las obras de misericordia corporales y espirituales cobran vigencia. “Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”, dice Francisco. Son 14 obras de misericordia; 7 corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos y, 7 espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos. En otras palabras, Misericordiae Vultus exige pasar de las palabras a los hechos. “No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero. Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza…” (numeral 15). Para el Papa, está claro el examen al que seremos expuestos, y por ello recuerda las palabras de San Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”. 8 Iglesia hoy Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Eco Católico Iglesia hoy Domingo 6 de diciembre 2015 9 La misericordia se hace vida en La Cruz El drama de los migrantes cubanos ha despertado el corazón de un pueblo que los ha hecho sus hermanos. Los López de Castro la adoptaron como su abuela. Abrazan y lloran en su hombro los pesares de su éxodo. Atrás lo dejaron todo, vendieron sus casas, sus bienes, sus trabajos y la nación que los vio nacer. Solo quieren llegar a Estados Unidos por tierra para encontrarse con sus familiares, y cuando lo hagan tienen dos propósitos: ayudar a sus familiares en Cuba y retribuir la acogida que han tenido en La Cruz. Martín Rodríguez González Laura Andrea Ávila Chacón Doña Gloria tiene 75 años y seis hijos. Aunque siempre vivió en Cuajiniquil, desde hace cinco años está en La Cruz de Guanacaste, en una casita detrás de la de su hija Neisy, catequista de la parroquia, cerca de la sede de la UNED. Ahí se enteró hace casi un mes de la situación de los cientos de cubanos que de un día para otro transformaron su pueblo. Llegaron en grupos, devueltos de Peñas Blancas, el puesto fronterizo donde el gobierno de Nicaragua instaló un batallón del ejército para repeler cualquier intento de los isleños de seguir su camino hacia Estados Unidos. Pero doña Gloria no pide nada a cambio, ya se siente retribuida. De la noche a la mañana Dios le dio diez hijos más, a quienes ama sin ningún interés más que hacer el bien a quien está en necesidad. Y es feliz con esto. Entre los que llegaban al salón de la parroquia y al centro pastoral estaba una familia de diez miembros, con varios niños entre ellos, los López de Castro. La Iglesia Católica, en las personas del Padre Pedro Claver y los laicos Sonia Gamboa, su esposo el Dr. José Dany Jara y su hija Jenny María, Edwin Sánchez y su esposa Marcela Barquero y las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Adelina Fernández, Marta Cecilia Hernández y Clelia Yanira Hernández corrieron para atender las primeras necesidades de alimento, abrigo y vestido de estos hermanos, que aumentaban en número cada día. Misericordia vivida En el hogar de doña Gloria García se hacen vida las obras de misericordia. Foto L. Ávila sometidos. Los asaltaron, los estafaron, los obligaron a tirar al mar sus pertenencias, pasaron noches en el monte, cruzaron por la montaña bordeando abismos, burlaron controles militares… y todo para quedarse varados en nuestro país. Para doña Gloria aquello fue la imagen viva de la Sagrada Familia buscando posada en Belén. Sin pensarlo mucho sacó las cosas de su casa, se pasó a vivir a un cuarto donde su hija y le abrió las puertas a la familia cubana, que todavía no sale del asombro por aquel gesto. Doña Gloria, de pocas palabras, mujer fuerte, bajita de estatura pero gigante de amor solo dice que lo hace con gusto, que se quedarán ahí el tiempo que sea necesario y que ya son parte de su vida y de su familia. Sin buscarlo ni pretenderlo, se ha convertido en los brazos de la misericordia de Dios, como también lo han hecho todas estas semanas, desde el 15 de noviembre en La Cruz, el Padre Pedro, Sonia, José Danny, Jenny, Edwin, Marcela y las hermanas franciscanas. Ellas y ellos mueven cada día el albergue que sirvió de modelo a la Comisión Nacional de Emergencias para abrir los otros centros de acogida para los hermanos cubanos. Ya hay varios también administrados por la Iglesia en Upala, San Ramón y otros lugares. Eran, y siguen siendo, un pueblo en éxodo, en busca de un futuro mejor, de oportunidades de desarrollo, de libertad, de reunificación familiar, de sueños y esperanzas. Buscan su tierra prometida. Neisy contó en su casa la situación de la familia cubana. Su viaje desde la isla pasando por Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica, los mil y un peligros a los que fueron Doña Gloria no sabe mucho del Año de la Misericordia que se avecina en la Iglesia, solo dice que el Papa quiere que los cristianos seamos mejores, pero ella, desde esa fe sencilla, comprende lo más hondo del mensaje del Evangelio. Los López de Castro agradecen la acogida y los gestos de amor en su situación. Foto L. Ávila Los organizaron en grupos, identificaron líderes, dividieron funciones e hicieron que todo caminara, claro, con el apoyo de los miles de costa- Edwin, Sonia, las hermanas franciscanas y Marcela son parte del equipo de laicos que vela por los hermanos cubano en el albergue de la parroquia de La Cruz. Foto L. Ávila rricenses que siguen colaborando para que todos los días haya comida, vestido y todo lo necesario para los casi tres mil isleños que están en el país. Hasta el propio Presidente Luis Guillermo Solís, alabó el trabajo de la Iglesia ante esta crisis, misión que algunos medios de comunicación se empeñan en ocultar. Se trata de Misericordia en su expresión más auténtica. Se trata de amar al hermano aún sin conocerlo y sin esperar nada a cambio, se trata de entregarlo todo sabiendo que Dios provee, se trata de compadecerse, de ponerse en la situación del que sufre y ser uno con él. En La Cruz pueden faltar muchas cosas, pero amor sobra y se reparte a manos llenas. Se nota cuando Sonia reparte medicinas a los que se sienten mal, cuando Edwin hace amistad con alguno que quiere derrumbarse emocionalmente, cuando Marcela, desde el fogón del albergue, coordina que nada falte para el desayuno, el almuerzo y la cena de cada día. Como doña Gloria, otras personas y hogares han hospedado familias de cubanos en La Cruz. Esto, como explica el Padre Pedro, ha sido una bendición para la comunidad, porque ha despertado un sentido de solidaridad tal que no se comprende otra manera mejor de iniciar el Año de la Misericordia. Cubanos reconocen esfuerzo Henry Roque es médico y está en el grupo de cubanos del Colegio Experimental. Agradece el apoyo de los costarricenses en su situación y resume diciendo que todo son bendiciones para este país. A su lado Leonardo Casas sueña con reencontrarse con su familia. Ora cada día por una pronta solución y para que Dios ponga en el corazón de La atención de parte de la Iglesia trasciende lo material. Foto L. Ávila los gobernantes un poco de humanidad. Juliet Pendones salió hace dos meses de su país. Para estas fechas ya debería estar en Estados Unidos. Sufre porque perdió su pasaporte en Colombia, aunque ésta angustia ni se compara con la de no ver a su hija, embarazada y madre de otra nieta. Aquí, la voluntaria Sharon Flory hace de todo. Ella es la presidenta del Club de Leones y del Consejo Económico de la Parroquia. “Son nuestros hermanos, hay que ayudarles”, afirma con prisa con un martillo y una llave de cañería entre sus manos. Agradece las donaciones recibidas de todo el país, ello también es muestra de misericordia. En los albergues de la parroquia el sentimiento es de que la Iglesia no los abandona. Jorge Luis Pérez, el cocinero, asegura que confía en Dios que todo saldrá bien. “Nunca hemos visto muestras de amor tan grandes como las que hemos tenido aquí. Esto no no podemos olvidar”, asegura, mientras atiza el fuego donde cocina una sopa de verduras para 200 personas. Jorge era cocinero en las playas de Camaguey, y ahora su experiencia la pone al servicio de sus hermanos. Organiza la cocina, divide funciones y establece los menú de acuerdo con lo que hay. De vuelta a la casa de doña Gloria, los López de Castro se cuestionan si ellos mismos harían esto con personas que llegaran de improviso a su pueblo. “Seguramente no lo hacemos”, concluyen. Doña Gloria sigue tendiendo ropa, sus ojos se humedecen. Es el amor de Dios que la mueve, el mismo que nos debe hacer cambiar a todos en este Año Santo que estamos por comenzar. 10 Iglesia hoy Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Vía de la Misericordia ¡Gracias Costa Rica! Casi tres mil cubanos han sentido la acogida del pueblo costarricense, que agradecen en medio de su difícil situación. En concreto tienen una palabra de reconocimiento para la Iglesia Católica, que ha salido en atención a sus muchas necesidades materiales, humanas y espirituales. En los albergues, como lo reflejan estas imágenes, la convivencia se mantiene en paz y a la espera de claridad sobre su situación migratoria. Fotos L. Avila. L Presentación a Comisión Nacional de Pastoral Vocacional desea ofrecer a toda la Iglesia costarricense, durante este Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, un instrumento que nos ayude a meditar y asumir, con humildad y respeto, los rasgos concretos de vivir, en medio de nuestras limitaciones y fragilidades, las consecuencias de la misericordia divina. Aprender a ser misericordiosos como Cristo nos lo enseñó: en los gestos, acciones, palabras y signos que realizamos como Iglesia y como creyentes, pues “la misericordia es la viga que sostiene la vida de la Iglesia” (Misericordiae Vultus 10). La cultura vocacional ocupa para su desarrollo el ambiente propio de una práctica asidua de la misericordia en la Iglesia. Pues toda vocación surge, como un don, del amor misericordioso del Padre manifestado en Jesucristo que nos amó hasta el extremo. “El ser humano no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente” (RH 10). Que la “Via Misericordiae” nos ayude a reconocer con humildad que debemos seguir construyendo con nuestra disponibilidad y libertad, pero sobre todo con la ayuda de la gracia divina, caminos que den esperanza, alivio, sosiego, consuelo, alegría y gozo al ser humano y al creyente y a la Iglesia de hoy. “La misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona (…) cualquiera que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza” (Misericordiae Vultus 3). Mons. José Manuel Garita Herrera Obispo de Ciudad Quesada Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Vocacional Vía de la Misericordia Vía de la Misericordia Introducción Es una expresión que escuchamos y rezamos en la Palabra de Dios y que nos muestra el camino que el mismo Jesús nos propone, un camino de encuentro y diálogo con el mundo y el ser humano de hoy que espera respuesta a las grandes interrogantes que le propone la historia. No es una capacidad que Jesús nos regala para conservarla solo para nosotros, sino que es reflejo del misterio mismo del Padre, que se revela en su Hijo amado, para que, conforme al corazón de Cristo, vivamos en concreto y con realismo la misericordia con los hermanos y hermanas. “Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt. 9,13) No se comprende una verdadera espiritualidad cristiana que no refleje la misericordia, pues de lo contrario, nos estaríamos quedando con meras acciones externas que nos impiden aspirar a los bienes mayores y, con ello, nos oscurecen el camino de la Verdad, la Belleza, la Bondad y la Unidad a la cual nos llama el mismo Dios a través de la naturaleza de la cual participamos. Recordemos lo que nos dice el II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones: “Toda espiritualidad cristiana es vocacional porque la auténtica espiritualidad es la que nos pone en contacto con Dios para la relación con los demás, pero teniendo en cuenta que en la Sagrada Escritura no existen hombres y mujeres que hacen experiencia de Dios, sino al revés: es Dios quien hace la experiencia del hombre” (#73). Dice también con toda claridad el Papa Francisco: “la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón” (Misericordiae Vultus 9). Que al emprender la “Via Misericordiae” recordemos en cada paso que llevemos adelante, que debemos dejarnos “abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros” (Misericordiae Vultus 14). No es un mero y simple acto externo (un sacrificio), es vivir de corazón y con todas nuestras fuerzas la participación en el mismo misterio de Dios. Iniciemos este camino como verdaderos discípulos misioneros de Cristo. Mons. José Manuel Garita Herrera Obispo de Ciudad Quesada Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Vocacional 1. Dar de comer al hambriento 2. Dar de beber al sediento Vengan benditos de mi Padre porque tuve hambre y me dieron de comer. Mateo 25, 34-35. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. «Tengo sed» (Jn 19, 28) ésta expresión de Jesús en los últimos momentos de la Cruz han de ser para nosotros creyentes el grito de la humanidad sedienta del amor vivo y misericordioso del Padre eterno; el cual se nos ha manifestado en la entrega de su único Hijo. De éste amor nacen en la Iglesia los numerosos llamados que de él mismo brotan para calmar su sed; por ello no puede reducirse a un simple hecho de dar un vaso con agua a aquel que lo necesite, sino de ahondar en las profundidades del alma y socorrer las almas sedientas con el manantial de su Corazón de donde brotan la vida y la gracia; de donde se renace de nuevo y se le encuentra el sentido último a la misión, que nos mueve a adorar y acercarnos a tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo que son instigados por el peso del camino, por la falta de condiciones humanas y necesarias para la vida, por el desasosiego inescrupuloso que arremete contra la dignidad de niños y ancianos. Hoy el «Tengo sed» es el grito más sublime de un Dios que desea amar a sus hijos y es también el grito de la Iglesia que tiene sed de hombres y mujeres capaces de tomar su cántaro de agua de vida, y acercándose al hombre sufriente y así le muestren el Agua Viva del amor de Dios. Ya nos recordaba el Vaticano II cuando dice en la Constitución Pastoral: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de El día comenzaba a declinar, y acercándose los doce, Le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a las aldeas y campos de los alrededores, y hallen alojamiento y consigan alimentos; porque aquí estamos en un lugar desierto...” “Denles ustedes de comer,” les dijo Jesús. Lc 9, 12-13ª Jesús, servidor de todos los hombres, está siempre atento a las necesidades de todos, busca llenar cada vacío del corazón humano, desde lo más básico hasta lo más complejo. En este caso se muestra conmovido por el hambre de quienes fielmente le han seguido a través del camino, sus discípulos son interpelados por Él e invitados a dar de comer a todos aquellos. Pero también a todo aquel que tiene hambre, ya sea porque el hambriento carece de los medios para obtener ese alimento o porque nosotros poseemos el nuestro y podemos desprendernos de él o proporcionarle el mismo al que de momento no puede acceder a Él. Comprendiendo en sentido amplio, esta obra de misericordia, el Maestro nos llama a sentirnos responsables de los más necesitados, de los que no tienen que comer, pero también de compartir el alimento que da la vida eterna. La vocación exige entonces, en un primer momento compadecernos del que necesita, y hasta sentir hambre con Él si fuera necesario para luego poder calmar esa hambre. nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los que sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón» (Gaudium et Spes, 1). Oración: “Tomad, Señor, y recibid toda mi liber- tad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, Vos me lo disteis, a Vos Señor lo torno, disponed de ello a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y vuestra gracia que ésta me basta. Amén.” (S. Ignacio de Loyola) V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: hacer una oración frente al Sagra- rio por tantos jóvenes que viven alejados para que el Señor les ayude a responder a su vocación cristiana. Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor. Vengan benditos de mi Padre porque tuve sed y me dieron de beber. Mateo 25, 34-35. V/ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo R/ Amén. Oración Inicial Bendito seas Señor, Padre que estás en el cielo, porque en tu infinita misericordia te has inclinado sobre la miseria del hombre y nos has dado a Jesús, tu Hijo, nacido de mujer, nuestro salvador y amigo, hermano y redentor. Gracias, Padre bueno, por el don del Año Jubilar; haz que sea un tiempo favorable, el año del gran retorno a la casa paterna, donde Tú, lleno de amor, esperas a tus hijos descarriados para darles el abrazo del perdón y sentarlos a tu mesa, vestidos con el traje de fiesta. Padre clemente, que en el Año Santo se fortalezca nuestro amor a ti y al prójimo: que los discípulos de Cristo promuevan la justicia y la paz; se anuncie a los pobres la Buena Nueva y que la Madre Iglesia haga sentir su amor de predilección a los pequeños y marginados. Padre Justo, que el gran Jubileo sea una ocasión propicia para que todos los católicos descubran el gozo de vivir en la escucha de tu palabra, abandonándose a tu voluntad; que experimenten el valor de la comunión fraterna partiendo juntos el pan y alabándote con himnos y cánticos espirituales. Padre, rico en misericordia, que el santo Jubileo sea un tiempo de apertura, de diálogo y de encuentro con todos los que creen en Cristo y con los miembros de otras religiones: en tu inmenso amor, muestra generosamente tu misericordia con todos. Padre omnipotente, haz que todos tus hijos sientan que en su caminar hacia ti, meta última del hombre, los acompaña bondadosa la Virgen María, icono del amor puro, elegida por ti para ser Madre de Cristo y de la Iglesia. A ti, Padre de la vida, principio sin principio, suma bondad y eterna luz, con el Hijo y el Espíritu, honor y gloria, alabanza y gratitud por los siglos sin fin. Amén. Oración compuesta por San Juan Pablo II 2. Rezamos el Credo. 3. Canto: Nos hayamos aquí en este mundo (Los peregrinos) 4. Iniciamos con las meditaciones como se muestra a continuación. Oración: Señor que tu llamada nos capacite para calmar tantas hambres, asumiendo, sin delegar a otros esta responsabilidad, y sin relativizar, la urgente necesidad del alimento material para muchos de nuestros hermanos, manifestando así el rostro de una Iglesia que comparte y sostiene la vida de todos sus hijos. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: preparar algunos víveres para compartirlos con alguien cercano o llevarlos a la Parroquia. Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor. Vía de la Misericordia Vía de la Misericordia 3. Dar posada al necesitado Vengan benditos de mi Padre porque fui forastero y me recibieron en su casa. Mateo 25,35. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. 4. Vestir al desnudo Vengan benditos de mi Padre porque estuve desnudo y me vistieron. Mateo 25,36. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, lo despojaron de sus vestiduras. Juan 19,23 El libro del Génesis presenta como consecuencia inmediata de la caída de nuestros primeros padres el darse cuenta de que estaban desnudos (Cfr. Gn 3,7). Esta narración no describe el paso de la posible ingenuidad a una mirada llena de malicia, sino presenta una realidad más profunda y dolorosa: el pecado destruye la dignidad radical del ser humano y éste en vano pretende recuperarla con iniciativas propias al vestirse con hojas de higuera. En la actualidad el discípulo de Cristo no puede quedar satisfecho, creyendo que cumple la obra de misericordia de vestir al desnudo (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 2447), si tan solo toma literalmente el Evangelio (Cfr. Mt 25, 36). Sin pretender olvidar la atención urgente y prioritaria a los hermanos que sufren hambre y frío (Cfr. St 2, 14-17), en este año de la Misericordia los esfuerzos de los creyentes deben sobrepasar con creces una visión asistencialista. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. (Lc 2,1-7) Todo bautizado está llamado a seguir los pasos del Señor, la vocación cristiana por excelencia es imitar el ejemplo del Maestro, a entregarlo todo por amor y servir al hermano en sus necesidades. A través de esta obra de misericordia Dios nos invita a abrir nuestro hogar para recibir, para ayudar a los hermanos que necesitan ser acogidos. Jesús nos dice: “Vengan benditos de mi Padre… porque fui forastero y me recibiste en su casa (Mt 25,35). Se nos propone abrir nuestro hogar para compartir con el que no tiene. Es un llamado, en medio de una sociedad individualista e indiferente, a ser solidarios, a brindar apoyo y refugio a quien lo necesite. Es abrirnos a compartir el calor de hogar, el cariño de los hermanos. No es solo brindar un espacio físico donde albergar a quien no tiene un techo o un lugar para quedarse, es ir más allá, es preocuparse por el que llega a pedirte un lugar, es estar atento a sus necesidades, es ser hospitalario y generoso, es brindar atención, cariño y cuidado. Es manifestar con nuestro testimonio la vocación a la que Dios nos ha llamado. En consecuencia, la vocación es revelación del amor de Dios, de donde se deduce que no hay vocación sin Dios y sin amor Vestir al desnudo implica hacer los esfuerzos posibles para que recuperemos nuestra condición de hijos del Padre que invita al que tiene dos túnicas a repartirlas con el que no tiene (Cfr. Lc 3, 11). Esto solo es posible revistiéndonos de Cristo (Cfr. Gal 3, 27), o sea aceptando el don de Aquél que, desnudo en la cruz (Cfr. Jn 19, 23), se entregó por nosotros. Cuando el profeta Elías está por concluir su vida llama a Eliseo para ser su sucesor, lo hace con el gesto profético de echarle su manto encima (Cfr. I Re 19, 19), entregarle su vestimenta es confiarle su vocación. Hoy también los discípulos de Cristo, al compartir nuestro vestido con el desnudo, le participamos de nuestra vocación a la santidad (Cfr. Lumen Gentium 39) con una vida cada vez más humana y plena. Toda vocación implica diálogo con Dios que ama llamando, por tanto vestir al desnudo no es sustituir al prójimo como protagonista de su camino salvífico, sino propiciar las condiciones para que cada quien responda más plenamente al Señor. En este año de la misericordia esforcémonos para que muchos puedan asumir la actitud de Pedro ante el Resucitado: Cuando Simón Pedro oyó “es el Señor”, se puso el vestido –pues estaba desnudo– y se lanzó al mar (Jn 21, 7), y se topen así cara a cara con el amor del Padre manifestado en el Hijo. El Papa Francisco nos recuerda que sólo gracias a ese encuentro –o reencuentro– con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad (Evangelii Gaudium 8). y que solo a partir de ese Dios que ama y llama se puede dar lo que solo Él da: el amor (II Congreso Latinoamericano de Vocaciones #54). Oración: Señor que podamos vivir tu amor, que nos acoge y nos recibe a pesar de nuestras fragilidades, y que miremos el Rostro de Dios en aquel que llega a tocar a mi puerta y poder manifestarle de lo que he sido testigo, de tu gran misericordia. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: ser hospitalario y acogedor con un miembro de mi familia, o brindar una ayuda económica para éste fin a través de la pastoral social de mi parroquia. Canto: Con nosotros está y no le conocemos, con 5. Visitar a los enfermos Vengan benditos de mi Padre porque estuve enfermo y me visitaron. Mateo 25,36. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: «Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva». Y se fue con él. Marcos 5,22. El amor que nos tiene nuestro Padre es tal, que nos envió a su Hijo como propiciación de nuestros pecados (1 Jn 4,10). Habíamos perdido la posesión del bien y era necesario que se nos devolviera: ocupábamos ver de nuevo la Luz (San Gregorio de Nisa). Fue así como nuestra naturaleza humana fue sanada por medio del Sacrificio Redentor de Jesucristo y nos devolvió la vida. Al optar por la vida, la Iglesia cumple con el mandato divino de dar vida, especialmente a los más necesitados y marginados. Cristo envió a sus apóstoles a predicar el Reino de Dios y a curar a nosotros está, su nombre es el Señor. La Escritura inicia con la imagen de la mujer desnuda, alegoría de la humanidad hundida en el pecado, y concluye con la gran señal de la mujer vestida de sol (Cfr. Ap 12, 1), símbolo de la humanidad redimida, de la cuál María es la primera. Oración: Madre Santa intercede por nosotros para que en este año, por la acción del Espíritu, seamos revestidos del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad (Ef 4, 24). Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: dar de mis mejores vestidos a al- gún familiar de escasos recursos, y ofrecer una Hora Santa por tantos que viven desnudos por los vicios que les han robado su dignidad de hijos de Dios. Canto: Amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz. 6. Socorrer a los encarcelados TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad reunida oraba insistentemente a Dios por él. Hechos 12,5. En nuestro país existen alrededor de catorce mil personas privadas de libertad en los catorce centros penitenciarios que se encuentran en nuestro país, junto con ellos catorce mil familias también sufren el proceso doloroso de la condena y las consecuencias negativas que no se hacen esperar. ¿Dónde estamos los cristianos ante el dolor de estos hermanos? El Jesús al que seguimos es aquél que nos llama a concretar nuestra experiencia de fe en la práctica de la misericordia, de forma particular con quienes son socialmente invisibles, como lo son hoy las personas privadas de libertad y sus familias. Ayer como hoy el Señor sigue llamando a hombres y mujeres a la tarea nada fácil de acompañar a estas personas que aunque privadas de su libertad no dejan de ser hijos de Dios y la conversión sigue siendo una invitación para ellos. Este llamado lo han escuchado laicos comprometidos de todo el país que dedican horas de su tiempo al servicio de los enfermos, verdaderas catedrales del encuentro con el Señor Jesús (DA 417). En el enfermo reconocemos el rostro de Jesús; un rostro para reconocer, contemplar y servir. Al visitar a los enfermos en los hospitales, hogares de ancianos, casas de retiro, familiares, amigos, y en la compañía silenciosa del enfermo junto con un trato digno y cariñoso, se manifiesta la maternidad de la Iglesia que se aproxima al doliente con amor y ternura. Recordemos que el enfermo está sediento de la Palabra, necesitado de elaborar un camino de perdón de sí mismo y hacia los demás y que, en su sufrimiento, vive una experiencia especial de la cruz y de la resurrección del Señor (DA 420). Para ser capaces de vivir la experiencia redentora desde el evento doliente es necesario, en primer lugar de saciarlos de la Palabra de Dios, y recuperar el valor del silencio, un silencio de amor fecundo (San Juan de la Cruz), para llegar a contemplar y asumir la misericordia de Dios como propio estilo de vida. V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: visitar algún hermano enfermo acompañado de un ministro extraordinario de la comunión. Canto: Amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que al otro pueda hacer feliz. Oración: Señor, danos fuerza para anunciar con valentía tu Palabra, en la tarea de la nueva evangelización, para llevar esperanza a todos aquellos cansados y agobiados por la enfermedad. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso la pastoral penitenciaria, y con dedicación exclusiva algunas congregaciones u órdenes religiosas tienen como parte de su misión principal la atención a los presos y sus familias. Oración: Señor que en tu Iglesia sigan surgiendo sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos comprometidos, que aceptando el llamado que les haces se conviertan en una maravillosa expresión de la vocación cristiana que no es otra más que aquella que nos vuelve misericordiosos como el “buen samaritano”, y que nos hace entender que para ser “discípulos misioneros” tenemos que aprender a escuchar tu voz misericordiosa que nos invita a seguirle por este camino. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: visitar a alguna familia de un her- mano que esté preso y brindar mi apoyo a alguna de sus necesidades. Canto: Cristo te necesita para amar. Vengan benditos de mi Padre porque estuve en la cárcel y vinieron a verme. Mateo 25,36. Vía de la Misericordia Vía de la Misericordia Y envolviéndolo en una sábana lo pusieron en el sepulcro. Lucas 23,50. 7. Enterrar a los muertos TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Un hombre llamado José, hombre bueno y justo, pidió a Pilato el cuerpo de Jesús, y después de descolgarlo, le envolvió en una sábana y le puso en un sepulcro. Las mujeres que habían venido con él desde Galilea, fueron detrás y vieron el sepulcro y cómo era colocado su cuerpo. Lucas 23, 50-56. Es bien conocida de todos, la gran misericordia que tuvo el Buen Samaritano, a quien Jesús nos propone como modelo a imitar: su acción en beneficio de un desconocido, a quien le da su propio lugar y trata como a sí mismo y por quien se endeuda hasta el día siguiente. Su caridad ve siempre más allá de lo permitido, de lo imaginable. Amar sin medida, decía San Agustín, es la medida del amor. Y en la vivencia de la caridad somos invitados a expresar este gran respeto por el otro, por el prójimo, aún después de su muerte, siendo partícipes también en su funeral. Actitud de respeto y homenaje por el difunto, actitud de compasión y cercanía con sus familiares. Gesto de fe ante la muerte, expresión de esperanza ante la resurrección. Gesto de alegría en un momento de dolor, compañía ante la ausencia del ser querido. La actitud de José de Arimatea hacia Jesús ya muerto nos queda como ejemplo: dedicar de nuestro tiempo, de nuestro esfuerzo, de nuestros bienes ante los restos mortales de alguno, es signo de ese 8. Enseñar al que no sabe Enseña al niño el camino del bien y cuando sea anciano no se apartará de él. Proverbios 22,6 TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas. Esdras 7, 10 Es obra de misericordia sacar de la ignorancia al que no sabe, al que desconoce lo bueno, a esto se refiere esta responsabilidad, a enseñar lo bueno, a señalarlo como el camino a seguir y el ideal a alcanzar, de lo contrario, si enseño algo que sirve para la desedificación de mi hermano, dejo de hacer misericordia. Así como Esdras, Dios sigue llamando a hombres y mujeres de todos los pueblos a enseñar a los hermanos que desconocen especialmente a Cristo, pero a la vez buscando promover a todo el hombre, es decir, enseñarle a buscar su plenitud total y real, lo cual solo se alcanza en Dios, pero pasa necesariamente por todo lo que el hombre es y hace. Como a Esdras a los que son llamados por Dios a seguirle de una manera particular, se le invita a: 1. Estudiar la ley del Señor, porque no se puede enseñar aquello que no se sabe. 2. Poner en práctica, es decir creer y vivir aquello que quiero enseñar. 3. Enseñar a todos eso que he aprendido y que vivo, sabiendo que el testimonio arrastra. Esta obra nos impulsa entonces a saborear la verdad, tratar de comprenderla, vivirla y necesariamente a predicarla con y sin palabras. Oración: Buen Dios misericordioso, tu Hijo nos ha enseñado el camino de la salvación, que seamos nuevos transmisores de la fe que conduce a la sal- amor que ha de unirnos a todos, y por el cual somos reconocidos como discípulos; ha de ser signo de amistad sincera de quien se da aún más allá de lo que sus límites le imponen; signo de fe por el que reconocemos nuestros cuerpos como templos en los cuales vive Dios (Gál 2,20) y que un día resucitarán. Oración: Señor Jesús, tú nos llamas a ser testigos en la práctica del amor, lo seremos también practicando con nuestros hermanos los mismos gestos que tú encarnaste… incluso después de su muerte. Que hagamos el propósito, como José de Arimatea y las mujeres, y socorramos a aquellos que pasan por la pérdida de algún ser querido. 9. Dar buen consejo al que lo necesita Escucha el consejo y acepta la corrección y llegarás a ser finalmente sabio. Proverbios 19,20. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Al decir que una persona tiene carisma, inevitablemente pensamos en alguien con una personalidad atrayente y significativa, capaz de fascinar. San Pablo utilizaba este término para describir los dones gratuitos que Dios da, para poder solucionar necesidades concretas, especialmente dirigidas a crear y fomentar la comunión. (1 Cor 12, 1-11) Uno de ellos es el de consejo. Este don se ejerce con sabiduría, prudencia, autoridad, humidad y caridad. No podemos medir las consecuencias al dar un buen consejo, pero si tenemos la confianza de que al darlo de manera oportuna y con recta intención, podemos salvar no sólo esa alma, sino que los frutos de conversión serán abundantes. Con caridad para no aplastar con nuestras palabras a un alma debilitada; con autoridad para reconocer en la persona sus fortalezas para promocionarla y no para degradarla, y, de esta manera, acercarla a Dios y pueda producir frutos en sí mismo y para los demás, V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: dar de nosotros mismos y de nuestras cosas, la próxima vez que nos demos cuenta de la muerte de algún miembro de la comunidad. Cuántas veces decimos palabras vacías y no podemos pronunciar sabias palabras de consejo… Debemos aconsejarnos por el propio Espíritu Santo y alimentarnos de los Sacramentos, de la Palabra y desde nuestra propia experiencia redentora, Canto: Cristo te necesita para amar vación como encuentro definitivo contigo; que en nuestros hogares nos esforcemos por hacer crecer en sabiduría y gracia a ejemplo de la familia de Nazaret. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: comprometerme en la medida de mis posibilidades como Catequista de mi comunidad parroquial, o colaborar con los catequistas. Canto: Que suerte es tener un corazón sin puertas. Ahora quiero aconsejar a los ancianos, ya que yo soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que también voy a tener parte en la gloria que ha de manifestarse. Cuiden de las ovejas de Dios que han sido puestas a su cargo; háganlo de buena voluntad, como Dios quiere, y no forzadamente ni por ambición de dinero, sino de buena gana. No actúen como si pudieran disponer de los que están a su cargo, sino más bien traten de ser un modelo para su rebaño. 1 Pedro 5. 10. Corregir al que está en error “Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Mateo 18,15. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Así que, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños. Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele entre tú y él solos; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, toma aun contigo a uno o a dos, para que por boca de dos o de tres testigos conste toda palabra. Y si no los escucha a ellos, dilo a la Iglesia; y si no escucha a la Iglesia, tenle por pagano y publicano. Mateo 18,15ss. Seguimos esta Via Misericordiae meditando esta obra de misericordia espiritual, tan cercana a nosotros, cuando con mucha facilidad nos pue- de dar risa o enojo en el momento en que algún hermano se equivoca. No olvidemos que nosotros mismos no somos perfectos y que inevitablemente también nos podremos equivocar. Crecemos viviendo la misericordia como experiencia de vida, así como no nos gusta que se rían o se enojen de nuestras equivocaciones, pues seamos misericordiosos con los demás. La persona llamada por Dios a la santidad crece cuando está abierta a la corrección y siente en carne propia el abrazo de nuestro Señor por medio de la corrección fraterna que inspira esta obra de misericordia. ¿Qué necesita? Primero, que llamemos al hermano que se ha equivocado en privado y por pura caridad le amonestemos para que cambie. ¿Qué disposición de nuestra parte? Desear con todo el corazón que nuestras palabras y gestos inspirados por la oración hagan crecer al hermano desde lo humano y lo espiritual. ¿Cómo hacerlo? Con una dosis de educación, respecto y humildad, al estilo del Maestro, Manso y Humilde de Corazón. ¿Con qué finalidad? Iluminar el camino del hermano, para que siga respondiendo con alegría al Señor, que le está llamando a vivir como testigo suyo desde la caridad y la esperanza vivida por la fe. y así poder llevar el Reino de Dios a todo aquel que lo necesite mediante una palabra de verdad y de amor. Con humildad debemos pedir un buen consejo a Dios, con oración sincera de súplica y ser dóciles a la acción del Espíritu divino: No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo humano que valgan delante del Señor (Prov 21,30), porque suyo es el consejo, suya la prudencia (Job 12,13). Oración: Señor, envía tu luz y tu verdad, que ellas nos guíen y nos conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada santa. Que mis palabras sean prudentes y muestren el camino de la salvación. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: brindar mi ayuda profesional o de fe a los sacerdotes para que en la dirección de su rebaño puedan tener herramientas que les faciliten la guía y orientación de mis hermanos. Buscar al sacerdote de mi comunidad para hacer experiencia de la dirección espiritual. Canto: Un mandamiento nuevo nos da el Señor. Oración: Señor que seamos dóciles a tu Espíritu, de manera que pongamos en práctica esta obra de misericordia que nos invita siempre a crecer en la virtud y así edificar la comunidad de los creyentes. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: acercarme a algún familiar o ami- go y hacerle una corrección fraterna de alguna actitud que no sea acorde con la fe que profesamos, e invitarlo a hacer experiencia en algún apostolado del que seamos partícipes. Canto: Un mandamiento nuevo nos da el Señor. Vía de la Misericordia Vía de la Misericordia 11. Perdonar las injurias “Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Mateo 18,15. TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Entonces Pedro, acercándose a él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18, 21-22 En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr. Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón (Misericordiae Vultus 9). Con estas palabras el Papa Francisco nos recuerda que el núcleo de la Buena Nueva es, precisamente, la misericordia. En este núcleo fundamental lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado (Evangelii Gaudium 36). El presente año es un tiempo propicio para volver al núcleo del primer amor (Cfr. Ap 2,4) encontrándose con el corazón misericordioso del Padre y para recordar la vocación del discípulo a ser instrumento de compasión (Cfr. Jn 20, 23). El camino para vivir la vocación de perdonar injurias empieza con la toma de consciencia del amor de Dios que nos “primerea” (Cfr. Evangelii Gaudium 24) en el perdón. Los padres conciliares afirman: Pero como todos tropezamos en muchas cosas – Cfr. St 3,2– tenemos continua necesidad de la misericordia de Dios y hemos de orar todos los días “perdónanos nuestras deudas” –Mt 6,12– (Lumen Gentium 40). Cuando experimentamos el perdón de Dios nos sentimos impulsados a perdonar de la misma manera, pues a quien mucho se le perdona mucho ama (Cfr. Lc 7,47). Sólo cuando nos abrimos a la alegría de la reconciliación con el prójimo experimentamos la plenitud de la reconciliación con el Padre, de lo contrario nos colocamos en la peligrosa situación del servidor malvado que no se compadece de su compañero (Cfr. Mt 18, 23-35). Esta vocación al perdón se ve colmada cuando la vida del discípulo se convierte en testimonio para otros. San Pablo afirma somos pues embajadores de Cristo, es como si Dios exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo les suplicamos: ¡reconcíliense con Dios! (II Co 5, 20). En una sociedad como la nuestra donde predominan la violencia, el ajuste de cuentas y la venganza, este año de la misericordia es el momento favorable para que la vida de los creyentes se convierta en testimonio y en camino de reconciliación para muchos. Oración: Señor perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a todos los que nos han ofendido, que seamos testigos de tu amor misericordioso y mostremos tu rostro de Padre que abraza al que se arrepiente y vuelve la mirada a ti. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso 12. Consolar al triste TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Juan 11, 17ss. El Señor mismo nos recuerda que aquellos que lloran no pueden sentirse desahuciados. Por tanto el discípulo del Señor se debe sentir llamado para ser cercano y consolar al triste; porque hoy como ayer son muchos los que experimentan desolación, muchas personas han sido atrapadas por la depresión y no saben cómo salir de ese dolor del alma que carcome sus sueños y nubla su alegría; la tristeza es como un virus que destruye poco a poco a muchos de nuestros hermanos, de ahí que no podemos ser indiferentes ante aquellos que esperan por el consuelo de Dios, lo que se necesita en esos momentos no es más que la cercanía, el abrazo fraterno y la palabra de apoyo, no se trata de consolar diciendo no llores, se trata de consolar incluso diciendo no estás solo, Dios entiende tu dolor y yo oraré por ti. Porque cuando consolamos al triste, nos parecemos a Dios, que se dedica a enjugar las lágrimas de todos los rostros, es devolver con la alegría del Evangelio y el abrazo misericordioso del Padre, la esperanza que reconforta y anima para Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Mateo 5, 4. V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: reconciliarme con aquellas perso- nas a las que les he guardado rencor, sea en mi familia, trabajo o lugar de estudios. Orando frente al Santísimo pediré al Señor ésta gracia. Canto: Si yo no tengo amor. ser capaz de levantarse y anunciar que los que lloran son consolados. Hoy consolamos y mañana seremos consolados; porque nadie está exento de pasar por la tristeza, todos tenemos la posibilidad de acercarnos y consolar porque ni es un don reservado, ni una tarea de pocos, solo basta con salir de nuestra comodidad para ser capaz de curar las heridas “con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza” Oración: Señor misericordioso hemos ido hacien- do este camino para ir asemejándonos al corazón de tu Hijo, danos las fuerzas para saber tener una palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, que nos mostremos disponibles ante tanto que sufren en el cuerpo y el espíritu y les llevemos tu Palabra que sigue calmando las tempestades. Amén. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: en mi familia, en mi círculo de amigos, en el ambiente laboral o de estudios voy a acercarme a una persona y le voy a dar una palabra de esperanza y le ofreceré mi oración de ese día por ella y se lo haré saber a ese hermano. Canto: Tan cerca de mí. Vía de la Misericordia Vía de la Misericordia 13. Sufrir con paciencia los defectos de los demás TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?” Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo. Lucas 9, 51-56. En Cristo encontramos el modelo perfecto a seguir en nuestra vida cristiana, y por ello la forma en que Jesús nos enseña a amar “hasta el extremo”, se convierte en la medida de nuestra capacidad de amar a los hermanos. Cristo mismo es la misericordia manifiesta del Padre, por lo que en Él nos damos cuenta de que el amar y el sufrir no son elementos que caminan separados en la vida eclesial, el que mucho ama debe también asumir el sufrimiento que de ello se desprende. “La Iglesia existe en las personas”, nos decía el Papa Benedicto XVI en su momento, y sabemos por el Magisterio que la Iglesia es una realidad compleja (LG 8). Por lo que nosotros, como personas, también somos realidades complejas: nada es más difícil que trabajar con las personas. La complejidad de los misterios humanos, hace que nuestras vidas se vean inmersas en medio de dificultades continuas con los demás, aunque muchas veces queramos hacer el bien. Toda persona posee virtudes y también defectos, así es nuestra vida y así somos todos. La gracia y cercanía de la misericordia de Dios, vivida primariamente en nosotros mismos, nos ayuda a vivir esa misma actitud para con los hermanos, ser reflejo de la actitud misericordiosa de Jesús “hasta el extremo”. Nos dice con gran realismo el II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones. “… la más sublime expresión de la vocación es amar hasta el martirio, experiencia ‘redentora’ y ‘misionera’ de identificación con el Maestro” (#58). Por lo que, así como tengo que soportar con paciencia los defectos y las dificultades de los demás, los otros también hacen sus esfuerzos, y a veces más grandes que los nuestros, por soportarnos a nosotros con nuestros defectos y errores. La paciencia y la misericordia son, en nosotros, regalos que Jesús nos da, para llevar adelante una convivencia humana y cristiana, caracterizada por el amor a todos, en especial al más necesitado, para crear una verdadera fraternidad y aprender a ser cercanos a las personas, comprendiéndolos desde nuestra propia realidad de pecadores que se acogen al amor misericordioso de Jesús. La Iglesia toda ella es ‘vocacionada’ y en la multitud y diversidad de vocaciones que en Ella existen, es necesario comprender que trabajamos con personas, todos necesitados del amor y la misericordia de Dios, que Jesús es nuestro modelo y Maestro, que estamos llamados a vivir como una sola familia de hermanos y a vivir la solidaridad y complementariedad, siendo discípulos misioneros del ‘único necesario’ en nuestra vida. Toda vocación está llamada a vivir y a moverse dentro del ámbito de lo que el Papa Francisco nos indica: “Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales” (Bula Misericordiae Vultus 8b). Oración: Padre bondadoso ayúdanos a amar sin medida, ayúdanos a amar hasta que duela y que nuestras fuerzas se renueven en cada Eucaristía, para que Jesús mismo anime nuestra propia vocación y llevemos a la vida esta obra de misericordia. Amén. 14. Rogar a Dios por vivos y difuntos TODOS:V/ Bienaventurados los misericordiosos, R/ Porque ellos alcanzarán misericordia. En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: No se turbe su corazón. Crean en Dios: crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no, se los habría dicho; porque voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré y los tomaré conmigo, para que donde esté yo estén también ustedes. Y adonde yo voy saben el camino. Le dice Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? Le dice Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Juan 14,1-6. Junto a las obras de misericordia “corporales” que ya hemos meditado en este Via Misericoridae, es necesario también que ocupemos unos instantes en reflexionar sobre las obras de misericordia “espirituales” como lo señala el Papa en su invitación a este año jubilar. (Misericordiae Vultus 15). La oración, en la vida de la Iglesia, “es una predicación que nos hacemos a nosotros mismos” decía San Vicente de Paúl, por eso no se trata de una acto pasivo que nos aleja de la realidad, sino de un auténtico compromiso que nace del encuentro con el Dios misericordioso y que nos invita a salir de nosotros mismos para que llevemos a la plegaria las necesidades de nuestros hermanos. Aquí cobra sentido la enorme riqueza que significa la vida contemplativa en la Iglesia; la voca- V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Padre perdónalos porque no saben lo que hacen. Lucas 23,34. Compromiso: ser tolerante con aquella persona que en mi familia, trabajo o estudio me es difícil tratar, sea por su carácter, su forma de hablar o por alguna actitud que me disguste y por esa persona ofrecer una oración, un ayuno, o la comunión eucarística dominical. Canto: Si escuchas la voz del viento. Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres. 1 Timoteo 2,1. ción de miles de hombres y mujeres que han sentido el llamado de Dios y dedicaron su vida a la misión de orar. Monjes y monjas que en el silencio de un monasterio encuentran la fuerza de un Dios misericordioso que los impulsa a creer en el ministerio de la oración como la fuerza que da vida a la Iglesia que peregrina entre gozos y tristezas. Pero junto con ellos todo cristiano, los que han sido llamados a ser ministros de la misericordia en el orden sacerdotal, los que han sido llamados a vivir radicalmente la misericordia de Dios en la Vida Consagrada, los que han sido insertados en el cuerpo de Cristo misericordioso por el bautismo; necesitan vivir intensamente la oración pero no como una experiencia intimista que se reduce a “Dios y yo”, sino como una auténtica vivencia de la misericordia, o sea, asumir la misión de orar por la humanidad, de forma particular por quienes sufren hambre, pobreza, enfermedad, privación de libertad, soledad, persecución… en fin, por todos aquellos que requieren la misericordia de Dios en sus vidas. Pero además por quienes ya han partido de la vida terrena y no han encontrado la gracia de Dios en su plenitud y se encuentran en un estado de purificación para poder contemplar la luz sin ocaso del rostro del Señor. Oración: Señor, dale descanso eterno a todos nuestros hermanos difuntos y que brille para ellos la luz perpetua, y a nosotros peregrinos en esta tierra haznos desear llegar a compartir la luz de la eternidad, que seamos buenos portadores de esperanza, heraldos de tu Palabra y portadores de tú vida. V/ Que seamos misericordiosos. R/ Como tú, Padre eres misericordioso V/ María es Madre de gracia y Madre de misericordia R/ En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora. Compromiso: Ofrecer una Eucaristía por el eterno descanso de los difuntos y rogar al buen Dios por aquellos seres queridos que viven para que su esperanza, fe y caridad no decaiga ante las dificultades diarias. Canto: Anunciaremos tu reino, Señor. Vía de la Misericordia Conclusión “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” (Misericordiae Vultus 1). Hemos meditado, a lo largo de este camino, el abanico tan amplio que implica seguir a Cristo y vivir la misericordia que en Él se ha manifestado. Un camino que debe convertirse en un reto constante para todos los que deseamos pasar por el mundo haciendo el bien, pues “ser cristiano no es una carga, es un don” (Doc. Aparecida 28), del cual solo podemos recibir la felicidad y la realización plena. Ser misericordiosos es pertenecerle a Cristo, es tender a una semejanza más perfectible con Jesús, que nos muestra al Padre. San Juan Pablo II hablaba de Cristo con las siguientes palabras: “… él mismo la encarna y personifica. Él mismo es, en cierto sentido, la misericordia. A quien la ve y la encuentra en él, Dios se hace concretamente ‘visible’ como Padre ‘rico en misericordia’.” (Dives in misericordia 2b). O como nos dirá el Papa Francisco: “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela misericordia de Dios” (Misericordiae Vultus 1). Eco Católico Este Año de la Misericordia nos llama como Iglesia a no perder la razón de ser de nuestra existencia, sino a tener la mirada fija en Aquél que es fuente del Amor verdadero. Un corazón humilde, humano, sincero, fiel que desea el bien y ama la justicia, se convierte en el lugar de encuentro con el corazón de Dios que le habla y lo convoca, junto a los hermanos y hermanas, a vivir en su cotidianidad el camino de salvación que Jesús nos ofrece: su Reino. Seguirá diciendo el Papa Francisco: “Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida…” (Misericordiae Vultus 2). La misericordia hace cercano el misterio de Dios al ser humano que está sediento de Él. No son acciones extraordinarias las que debemos hacer, tal y como lo hemos reflexionado, es hacer de lo ordinario reflejo, o mejor, espejo de la acción de Dios en favor de su pueblo, especialmente de los más necesitados. Por eso, toda vocación es un regalo de Dios a su pueblo, para que se siga mostrando en la historia humana, que “Dios nos pensó, nos ideó en sí mismo. Nos contempló en esa idea o proyecto suyo y se enamoró locamente de nosotros” (Santa Catalina de Siena. En: Salvador y Conde, José. Epistolario de Santa Catalina de Siena. Espíritu y doctrina. T. I, p.3). No hay vocación verdadera, que no llene de felicidad el corazón y la vida del creyente y de la Iglesia. Sigamos pidiendo a Cristo que nos siga mostrando el Rostro misericordioso del Padre. Mons. José Manuel Garita Herrera Obispo de Ciudad Quesada Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Vocacional Señor Dios nuestro… haznos misericordiosos. Señor de bondad infinita… haznos misericordiosos. Señor vida de los difuntos… haznos misericordiosos. Señor fuente de toda santidad… haznos misericordiosos. Padre Misericordioso… haznos misericordiosos. Señor alivio de los moribundos… haznos misericordiosos. Señor dador de todas las gracias… haznos misericordiosos. Señor origen de la sabiduría… haznos misericordiosos. Señor Creador y Salvador… haznos misericordiosos. Señor manantial de agua viva… haznos misericordiosos. Señor fuente de nuestra alegría… haznos misericordiosos. Padre Amoroso… haznos misericordiosos. Padre gloria de los Santos… haznos misericordiosos. Señor descanso de los atribulados… haznos misericordiosos. Señor alimento de vida… haznos misericordiosos. Hijo de Dios Vivo… Sálvanos para que lleguemos a glorificarte por toda la eternidad. Amén Que el Señor nos bendiga y nos guarde de todo mal. Amén. 11 Cardenal Leopoldo Brenes, Nicaragua “El primer migrante es Jesús” A su paso por Costa Rica en la reunión del Secretariado Episcopal de América Central, el Arzobispo de Managua, habló de la situación migratoria de los cubanos y hace un llamado al razonamiento y el diálogo entre países. Gerardo Mora Pana gmora@ecocatolico.org “Estoy convencido que nuestros conflictos solamente los vamos a solucionar cuando optemos por el diálogo y el Papa está diciendo eso, la guerra no deja nada, nunca a través de la guerra hemos logrado la paz”. Monseñor, ¿cómo impacta a Nicaragua y Costa Rica el tema de los migrantes cubanos? No lo veo solamente sobre nosotros, no es problema de Costa Rica y de Nicaragua. Es una cuestión de esos hombres y mujeres que van como peregrinos en búsqueda de un bien mayor, pues sienten que en sus países no se estaban realizando a nivel personal y familiar y piensan que en Estados Unidos lo van a encontrar. Pero inician un éxodo con una cantidad de riesgos. Hay todo un conflicto al aventurarse sin saber cómo están las fronteras. Es lastimoso el hecho de que un refugiado que ha dejado su país por motivos muy especiales tenga que sufrir. Por eso no pienso solo en Costa Rica y Nicaragua, pienso en la situación de las fronteras de otros países. Es una situación delicada donde muchos mueren en su camino, es difícil sobre todo para los niños. ¿De quién es el problema? Se lo pegunto en forma general… cuando el mundo cada día se deshumaniza más… Concluimos diciendo: Entrevista Domingo 6 de diciembre 2015 La situación migratoria no es de ahorita, el primer migrante es Jesús que anduvo de “cabo a rabo”, no encontraba una casa y es lo que sucede con muchos migrantes. Creo que todos los centroamericanos de una u otra forma tenemos hermanos que han sufrido la muerte, muchos han quedado sin sus piernas, cuántas muchachas han sido violadas, asesinadas… la migración es todo un riesgo. Lo triste es que el mayor porcentaje sale a otros países a trabajar, algunos irán de una forma negativa, pero pienso que la gran mayoría va para aportar a la economía porque van a trabajar. Luego se da otro problema, a veces son mal pagados pues se aprovechan de su condición de que no están legales y los explotan. Todo esto, debe llamar a la reflexión. Véalo en Europa con la tas mentiras se dicen! Los que fueron regresaron llenos de regalos, llenos de cariño, y también ocurre con los nicaragüenses que viven aquí. Ellos reciben apoyo, y si están aquí es porque lo sienten. El Cardenal se encontró con el Presidente Luis Guillermo Solís el martes 24 de noviembre. Coincidieron que el problema migratorio de los cubanos no compete solamente a sus naciones. cantidad de migrantes, en otros países de América Latina… En el caso de la Iglesia, el Papa ha mandado a abrir los templos para atender migrantes-refugiados… ¿Hay un límite a esta oleada de migrantes en diferentes latitudes? En Costa Rica muchísima gente ha sido generosa con los cubanos. Y así en muchos países hay gente generosa, no todo es negativo. Tenemos que trabajar mucho para que ojalá nuestros países puedan evitar todo esto… porque la familia se divide, muchas veces el esposo se va y funda otra familia, y eso destruye a la familia. Hago un llamado a todos nuestros gobiernos para que comiencen a realizarse proyectos de nación para crear fuentes de trabajo, mucha gente deja el país porque no encuentra trabajo y va buscando subsistencia, la gente no se va así porque así, se va por necesidad. Cuando uno escucha “voy a los Estados Unidos” y vemos la cantidad de dinero que esas personas mandan a sus países, es gente que se queda trabajando para mandarle a sus hijos que dejaron aquí con la abuelita o una tía… si en nuestros países hubiesen los empleos necesarios nadie se iría, porque muchas veces se van a vivir humillaciones. ¿Qué podría decir de esta situación específica con los cubanos que ha vuelto a levantar tensiones entre Costa Rica y Nicaragua? Siento que esto no es entre la gente del pueblo, esto se da en los líderes, en las cabezas. Puedo decir mi experiencia, siendo obispo de Matagalpa, íbamos a recibir 60 misioneros de Costa Rica, pero viajaron 40, los otros 20 tenían miedo porque les dijeron que en Nicaragua abusarían de ellos. ¡Cuán- ¿Se le ha pedido mediación para alivianar la tensión? ¿Ha conversado con los gobernantes? No se me ha pedido mediación, pero platicando tanto en Nicaragua como en Costa Rica, cuando he tenido la oportunidad, les pido que se sienten a dialogar. En Costa Rica lo hice cuando me encontraba con personeros de doña Laura Chinchilla, igual ahora con el Presidente de turno. Pienso que las confrontaciones nunca dejan nada. Y esto se ve en las familias, mientras no se sienten a platicar los problemas van a estar y en un momento dado alguien tiene que doblar la mano y esto no significa que se le da toda la razón a la otra parte. Pienso que nadie tiene la razón plena, todos podemos aportar con humildad, y si aceptamos las posturas del otro, podemos ir por buen camino. Estoy convencido que nuestros conflictos solamente los vamos a solucionar cuando optemos por el diálogo y el Papa está diciendo eso, la guerra no deja nada, nunca a través de la guerra hemos logrado la paz. La guerra nunca deja nada, la violencia engendra violencia. 12 Opinión Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Eco Católico Opinión Domingo 6 de diciembre 2015 A manera de Editorial Nos ven En diálogo Monseñor José Rafael Quirós Arzobispo de San José Mensaje al Pueblo de Dios en Centroamérica Ministros de misericordia Mensaje de los Obispos del SEDAC durante su Asamblea Anual 2015 Los Obispos de Centroamérica nos hemos reunido en Heredia, Costa Rica, del 23 al 27 de noviembre en el marco de la Asamblea Anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC). Nos han acompañado el Emmo. Señor Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston; Mons Octavio Ruiz A., Secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización; Mons. Juan Espinoza, Secretario General del CELAM, y, como invitado, Mons. Christopher Glancy, Obispo Auxiliar de Belice. Al dirigirnos a ustedes, “les deseamos la gracia y la paz de parte de nuestro Señor Jesucristo…” y les compartimos el gozo de nuestro encuentro eclesial, al mismo tiempo que las preocupaciones y proyectos pastorales que hemos puesto en común. Fue un momento de gran alegría celebrar, en unión con los representantes de la religión judía, los 50 años del decreto conciliar Nostra Aetate. 1. El Año Jubilar de la Misericordia ha constituido el marco central de nuestra asamblea. En las vísperas del año santo de la Misericordia, a inaugurarse el 8 de diciembre próximo, cuando se cumplan 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, el acontecimiento eclesial más importante del Siglo 20. Hemos sido informados ampliamente sobre esta providencial iniciativa del Papa y hemos intercambiado ideas sobre cómo vivir el Jubileo. Este año santo es una puerta de la misericordia a través de la cual cualquiera podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza. Su lema, “Misericordiosos como el Padre”, es al mismo tiempo exigente y apasionante. Estamos invitados a organizar peregrinaciones para expresar la voluntad de encontrarnos con Jesucristo, la Puerta que nos lleva al Padre. Nos comprometemos a ser nosotros los primeros peregrinos que atravesarán la Puerta Santa que es el mismo Jesucristo. En las catedrales de las diócesis y otros lugares tendremos la oportunidad de ser renovados profundamente por la misericordia del Padre que nunca se cansa de perdonar. El próximo 8 de diciembre, nuestro Señor bendice a la Arquidiócesis de San José con la ordenación presbiteral de los jóvenes Ronald Fallas, Santiago Ferrer y Luigi Vettone y, con ellos serán, en total diez, los sacerdotes que he ordenado como pastor de este rebaño. 2. El Papa ha escrito bellísimas reflexiones en la bula convocatoria “El rostro de la Misericordia”, que les invitamos a reflexionar atentamente. Será necesario, también, que los sacerdotes se preparen con sumo cuidado a ser instrumentos de la misericordia divina sobre todo en el sacramento de la reconciliación o confesión y acojamos la iniciativa del Papa Francisco de enviar misioneros de la misericordia. Seamos misericordiosos como el Padre, que tiene una opción preferencial por los pecadores, y que el año santo de la Misericordia nos lleve a tomar en serio las obras de misericordia espirituales y corporales, ya que sólo de esta manera la Iglesia de Jesús tendrá credibilidad. 3. Hemos compartido también las alegrías y preocupaciones de la realidad de nuestros pueblos en Centroamérica marcada por un esperanzador nuevo momento político y social en Guatemala y en general por un aumento de la conciencia social y política en todos los países, a la par de los problemas de la violencia, la corrupción y la inequidad social y económica, que no son nuevos. Nos hemos alegrado de ver los compromisos en los diversos países a favor de la salud, los derechos humanos y la educación llevados a cabo por obras de la Iglesia. Nos ha preocupado la situación de los migrantes cubanos en espera de poder continuar su camino hacia estados unidos y ahora estacionados en Costa Rica. Hemos escuchado también datos de la realidad de la Iglesia en Belice. 4. En solidaridad con nuestros hermanos Obispos de Costa Rica, enviamos una carta a la reunión de Cancilleres de la región, invitando a solucionar la problemática de los migrantes cubanos a través del diálogo y la sensibilidad ante la difícil situación de los mismos. Sabemos que la migración es una realidad dolorosa en nuestra región, con efectos negativos de cara a la dignidad y respeto a las personas, las que, en su camino, se ven expuestas a las redes criminales que abusan y se aprovechan de ellas. Reconocemos el esfuerzo de la Iglesia costarricense al prestar sus locales como albergues y atender a los migrantes. Oramos para que la situación se solucione por la vía diplomática del diálogo y la paz, conscientes de que el problema no es solamente costarricense sino regional y, por lo tanto, pide una solución regional. Hemos escuchado la palabra del Papa en Kenia: “violencia, conflictos y terrorismo nacen de la pobreza y la frustración” (25/ XI/2015). 5. Hemos reflexionado sobre temas de nuestra Iglesia, como es el de la prevención y atención a los casos de “abusos sexuales de menores” por parte de clérigos, que requieren nuestro compromiso y que se ve reflejado en los Protocolos que ya existen en las distintas Conferencias Episcopales en orden a atender la situación. Debemos ser ser una Iglesia evangelizadora y sanadora, que acoja y opte por los pobres, los pequeños y los más débiles, animados por el magisterio y el ejemplo del Papa Francisco. 6. Hemos hecho memoria del Sínodo sobre “la vocación y la misión de la familia en el la Iglesia y en el mundo”, convocado por el Papa Francisco y celebrado en el mes de octubre pasado. Este Sínodo ha sido un momento importante para la Iglesia Universal. Ha ofrecido a los Obispos del mundo la oportunidad de reunirse con el Papa, para rezar, reflexionar y discernir sobre las situaciones difíciles, los anhelos y las esperanzas de las familias a la luz del Plan de Dios, ya que, en palabras del Papa, “La familia es el sueño de Dios para su creación”. El sínodo nos ha invitado a los pastores a una escucha permanente de la familia en las situaciones concretas y en los contextos culturales, en la formación, acompañamiento y discernimiento en la pastoral familiar. 7. En el contexto del Año Jubilar, nos sentimos animados por la presentación del tema sobre la nueva evangelización, a la que nos invita el Pontificio Consejo en sintonía con la voluntad del Papa de ser una iglesia en salida, como lo ha recogido el CELAM en su nuevo plan global. 8. Al final del año de la vida consagrada, reconocemos la misión de la vida consagrada y animamos su trabajo generoso y comprometido con los más pequeños en nuestras Iglesias particulares. 9. Consideramos muy importante la atención a los jóvenes que se preparan para la celebración del encuentro mundial de la Juventud en el 2016. Ponemos en manos de nuestra Señora de los Ángeles y del Beato Mártir Arnulfo Romero el compromiso evangelizador de la iglesia que peregrina en Centroamérica. Mons. José Domingo Ulloa Presidente del SEDAC Mons. Pablo Varela Server Secretario General del SEDAC Invito a todo el Pueblo de Dios a que, con sus padres, familiares y amigos, además de las comunidades a las que en su formación han servido, nos sumemos para agradecer al Señor este don y elevemos nuestras oraciones por los nuevos sacerdotes a fin de que sean dignos ministros de aquel que, por pura misericordia, los llama a seguirle y a permanecer firmes en él para que su vida y ministerio sean fructíferos. (cf. Jn 15,5) Esta ordenación sacerdotal coincide, felizmente con el inicio del Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco y que, como ya sabemos, inicia en la solemnidad de la Inmaculada Concepción con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro y concluye el 20 de noviembre del 2016, con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. eclesiales nos hablan de un tiempo de gracia y constituyen el marco extraordinario para reflexionar en torno a la esencia de la vida sacerdotal. Se preguntaba el Santo Padre: ¿Qué significa ser sacerdote?” e inmediatamente respondía: “… el sacerdote, siguiendo la imagen del Buen Pastor, es un hombre de misericordia, de compasión, cercano a su gente y servidor de todos…los sacerdotes se conmueven delante de las ovejas, como Jesús, cuando veía a la gente cansada y agotada como ovejas sin pastor.” INCOTEP y la hora del laico Pbro. Mauricio Víquez L. canino@racsa.co.cr Evidentemente, los sacerdotes por la imposición de las manos y la oración consecratoria, configuramos nuestra vida con Cristo Sacerdote y Cabeza. Somos sellados con una nueva identidad y como sacerdotes del Señor actuamos en su nombre, somos administradores de sus sacramentos para bien del Pueblo de Dios, presidimos la Eucaristía y nos hacemos “ofrenda permanente” con el Señor, para ser con Él víctima viva, para alabanza de Su gloria y salvación de los hombres. Pero, sobre todo, si el Señor nos ha llamado para que seamos sus ministros es para servir a los hermanos con particular ternura pastoral. De allí que, insista el Papa Francisco: “corresponde a nosotros, como ministros de la Iglesia, mantener vivo este mensaje sobre todo en la predicación y en los gestos, en los signos, en las decisiones pastorales… La Iglesia de hoy puede compararse con un hospital de campaña, necesitamos curar las heridas. Hay muchas personas heridas, por problemas materiales, por escándalos, incluso en la Iglesia. Gente herida por las ilusiones del mundo. Nosotros, sacerdotes, tenemos que estar ahí, al lado de estas personas. Misericordia significa, ante todo curar las heridas. Este llamado a ser instrumentos de la misericordia de 13 Dios es, además, el firme recordatorio de que no somos simples “funcionarios”. A propósito, el pasado mes de setiembre en el encuentro con los sacerdotes, religiosas y religiosos de Nueva York, el Papa Francisco también advertía: “Podemos caer en la trampa de medir el valor de nuestros esfuerzos apostólicos con los criterios de la eficiencia, de la funcionalidad y del éxito externo, que rige el mundo de los negocios. Ciertamente, estas cosas son importantes. Se nos ha confiado una gran responsabilidad y justamente por ello el Pueblo de Dios espera de nosotros una correspondencia. Pero el verdadero valor de nuestro apostolado se mide por el que tiene a los ojos de Dios”. Con Francisco podemos afirmar, “Somos sacerdotes para estar en medio de la gente”… el bien que los sacerdotes pueden hacer, nace de la cercanía a la gente y de un tierno amor por las personas”, del ser “padres y hermanos”. Que el Señor haga de todos los sacerdotes, y muy especialmente de Ronald, Santiago y Luigi, hombres de misericordia y confío plenamente que “el que comenzó en nosotros esta obra buena la consume hasta el día de Cristo Jesús.” (cf. Filp 1,6). Desde hace años se viene diciendo que es “la hora del laico”. Un día lo hizo ver Pablo VI y recientemente Francisco ha sido enfático al decir que los laicos no son católicos de segunda y que están llamados a asumir el triple oficio eclesial. Hoy, uno de los mayores retos que hay es la formación teológica del laicado. Esto es, llevarlos hacia la madurez en su fe, que dejen toda forma de ingenuidad y que, de una vez por todas, sepan dar razones de su esperanza. En esta línea y desde hace más de 23 años el INCOTEP ha tratado de ser un instrumento para el laico, esté donde esté, tenga la edad que sea, se forme en el conocimiento básico de su fe. Así se ofrece a distancia, mediante una dinámica web (incotep.org) y una excelente aula virtual, un técnico en teología básica que permite al alumno abrirse a nuevas y subyugantes temas que, en la oferta de INCOTEP, llamamos “especialidades”. Es obvio que los precios son módicos. El interés está en que nadie se quede sin formación por plata, aunque, como se ha de suponer, se evita regalar todo. Hay una cuota de los diferentes cursos que, si es del caso, pueden pagarse por tractos. Nuestro convenio con el Instituto Internacional de Teología a Distancia hace posible ofrecer a cada alumno texto de primera y con nuestros tutores, ofrecemos solventar las consultas que puedan surgir de manera rápida y ágil. Nos alegra tener alumnos de toda la geografía del país y grupos internacionales que nos hacen ver que, efectivamente, la labor de INCOTEP, luego de mucho tiempo ha ido siendo reconocida dentro y fuera de las fronteras patrias. No en vano contamos con más de 360 estudiantes y un gran número que llevan cursos libres y otros que, con gran impacto, llamamos “de extensión” y que los ofrecemos en coordinación con el ICER (Alianza, Sapienciales y Profetas). El próximo año queremos agregar otro curso de extensión sobre el tema de la misericordia de Dios y mejorar nuestro curso libre de Bioética. Poco a poco, INCOTEP trata de ponerse a la altura de la tarea que los señores obispos le han encomendado. De esta manera y con los recursos justos se va abriendo brecha en la educación teológica a distancia y en medio de la vida diaria de tantas personas en todo el país. Porque nos ven, cada día es más y más importante que realidades como INCOTEP sean más aprovechados por todos nuestros laicos a lo largo y ancho del país. Habiendo estos instrumentos no es posible resignarse a tener personas que, en parroquias, grupos y movimientos, insistan en desconocer, con frecuencia, hasta lo más esencial de la fe. Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Cardenal José Luis Lacunza, en Alajuela Jesús nos llama a evitar la violencia Ana Cecilia Espinoza C. espinoza@ecocatolico.org En un ambiente de oración y comunión se celebró la Santa Eucaristía de clausura de la reunión anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), en la Catedral Nuestra Señora del Pilar, en la Diócesis de Alajuela, el pasado 26 de julio. Estuvieron presentes cerca de 40 Obispos de América Central, así como sacerdotes y cientos de fieles. El Obispo de Alajuela Monseñor Ángel San Casimiro, expresó su agradecimiento a sus homólogos: “Ha sido un encuentro muy enriquecedor, en el cual, con la guía de Dios hemos abordado temas muy importantes sobre los acontecimientos que vive la región y el mundo entero. Asimismo, agradezco en nombre de toda la Iglesia, a todas las personas que han contribuido en ayudas con los hermanos cubanos que se encuentran en la zona norte del país”. La homilía la realizó el Cardenal José Luis Lacunza, Obispo de David, Panamá quien hizo un llamado a que los pueblos se mantengan unidos, y a vivir en tolerancia y paz. Hizo referencia a la vida de Jesús quien con su modelo y testimonio siempre invitó a vivir intensamente el Reino de Dios. “Jesús era feliz cuando podía hacer felices a otros, devolviéndole a la gente la salud que se les había arrebatado injustamente. No buscaba su propio interés, sino creando nuevas convicciones de felicidad para todos. Es decir, no sabía ser feliz sin incluir a los otros, creía en un Dios feliz, creador, que mira a todas sus creaturas con amor entrañable”. Obispos centroamericanos cercanos al Papa Gerardo Mora Pana gmora@ecocatolico.org Como parte del cierre de la Asamblea anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) se elaboró un mensaje de cercanía al Papa Francisco. Monseñor Vittorino Girardi, Obispo de Tilarán-Liberia y Monseñor Víctor Hugo Palma de Escuintla, Guatemala fueron los encargados de la redacción. “Nos estamos preparando para dar comienzo, con gratitud y emoción, a las celebraciones del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Durante este tiempo de gracia, nos proponemos con todos nuestros fieles a ‘recolocar la viga maestra’ de la Iglesia misma, que consiste en la experiencia y en la manifestación del Rostro de Dios Padre Misericordioso del mundo”, reza la carta. Para el obispo de Tilarán-Liberia es importante este signo de comunión con el llamado del Papa al Año de la Misericordia. De igual modo, se informa al Papa que se recibió en el encuentro a Monseñor Octavio Ruiz, en nombre del Consejo Pontificio para la nueva Evangelización, así como al Cardenal Sean O’Malley, quien preside la Pontifica Comisión para la tutela de menores. En la carta se expresa la intensa reflexión y oración común, en medio de la cual fueron “iluminados” por el Cardenal, acerca del “delicado y doloroso tema” de los “abusos sexuales de menores por parte de clérigos” Se expresa en la misiva que los obispos centroamericanos no darán “un paso atrás en el tratamiento de este problema y de las sanciones que debe imponerse”. De igual modo se le expresó al Papa en la carta, el tema migratorio, y la cercanía de la Iglesia, especialmente en los últimos días con los cubanos detenidos en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. El Cardenal Lacunza (centro) presidió la Santa Misa. Foto: A. Espinoza “No violencia” salva a la humanidad El Cardenal expresó que pareciera que a veces los cristianos no saben captar el gozo con el que Mahatma Gandhi supo leer el Evangelio: “Este hombre interpretó con una profunda convicción lo que decía Jesús: ‘solo la no violencia puede salvar a la humanidad’, porque la vida entera de Jesús y sus predicaciones fueron una llamada constante a resolver los problemas de la humanidad por caminos no violentos”. Recalcó que Jesús nos llama a hacer un esfuerzo constante para resolver la violencia sin egoísmo ni intereses de ningún tipo: “la violencia tiende siempre a destruir, pretende solucionar los problemas de la convivencia arrasando al que considera enemigo, pero de esa manera no hace más que poner en marcha una reacción en cadena que no tiene fin”. Eco Católico Sagradas Escrituras Domingo 6 de diciembre 2015 ¡Preparen el camino al Señor! Pbro. Mario Montes M. Animación bíblica CENACAT En este segundo domingo de Adviento, la Palabra de Dios y la celebración litúrgica, invitan a reflexionar sobre el anuncio de Juan el Bautista, enmarcado dentro de la esperanza del Antiguo y del Nuevo Testamento (primera y segunda lectura). El profeta Baruc presenta la esperanza del pueblo de retornar a su tierra. La Carta a los Filipenses la escribió San Pablo para animarlos a mantenerse fieles a Jesús y menciona la esperanza de aquella comunidad: la llegada del Señor. El Evangelio de San Lucas, presenta la predicación de Juan como preparación y anuncio de la llegada de Jesús. Jesús viene únicamente si lo dejamos que llegue, si con nuestra vida diaria nos comprometemos a seguirlo y nos proponemos “enderezar lo torcido y lo escabroso de nuestra vida”. Dios mostrará su esplendor (Bar 5,1-9) GRANDIOSO BINGO PARROQUIAL NAVIDEÑO FECHA: 13 DE DICIEMBRE LUGAR: SALÓN GRANDE Parroquia San José, esposo de la Virgen, San José de la Montaña HORA : 1:00p.m. ₵1,500 EL CARTÓN Premios en efectivo: ₵50,000 - ₵50,000 y ₵100,000 ORGANIZA: CONSEJO ECONOMICO Y COMITÉ DE APOYO Excelentes premios: canastas de víveres, dinero en efectivo, comidas y mucho más. Este bingo tiene como propósito recaudar fondos para pagar planilla de empleados en fin de año, diezmos a la Curia Metropolitana y terminar con la hermosa obra de la cocina nueva. LES ESPERAMOS!!!!! ENCUENTRO DE VIDA Y PAZ CON LOS HERMANOS JUAN JOSE Y HUMBERTO VARGAS FALLAS TODOS LOS PRIMEROS DOMINGOS DE MES AUDITORIO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE LAS 8 AM HASTA LAS 12MD SANTA EUCARISTIA Y CONFESIONES. VEN ALABAR, ADORAR Y ORAR POR SANACIÓN INTERIOR, EN COMPAÑÍA DE MARÍA SANTÍSIMA, GOCEMOS DEL GRAN AMOR QUE NOS TIENE NUESTRO DIVINO SALVADOR JESUS. CUOTA VOLUNTARIA OJO NO OBLIGATORIA 1500 COLONES. NO TE LO PIERDAS El libro de Baruc fue escrito por un autor desconocido, que atribuyó su obra al secretario del profeta Jeremías (Jer 36,4), con el fin de darle autoridad, según la costumbre de la época. Baruc, el “profeta de las lamentaciones litúrgicas”, además de ser secretario de Jeremías, fue testigo de su misión, gozaba de reconocimiento de los judíos de su tiempo, tanto los que vivían en Palestina como los que vivían fuera de ella, en el destierro. Fue escrito en el Siglo II a C. El texto forma parte del pasaje final del llamado “discurso profético” (Bar 4,5-5,9), muy parecido a los textos de Isaías 40-55, por su mensaje de consuelo al pueblo judío desterrado en Babilonia. El autor anuncia que Jerusalén, la ciudad destruida, se levantará alegre y gozosa y extenderá por todas partes “la paz y la gloria de Dios”. El Señor guía a los israelitas desterrados “con su gloria, su justicia y su misericordia” (Bar 5,9), como si fuera un nuevo éxodo. Este bellísimo mensaje de salvación, prepara la recepción del Evangelio de hoy, en el que Juan el Bautista presenta las palabras de Isaías 40,3-5 (idénticas al pasaje de Bar 5,7). La salvación de Dios se ha de extender por todas partes: todos la han de conocer. En consonancia con esta lectura del regreso de los exiliados a Jerusalén, el salmo responsorial de este domingo (Sal 127), es una oración de los desterrados, que refleja la situación de la comunidad judía que regresa a su patria (año 538 a. C). Se hace eco del mensaje del profeta Baruc: “al ir, van llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo las gavillas”. Es un salmo de peregrinación, en el que se recuerda que la esperanza anunciada por los profetas, llegó a su cumplimiento, cuando el Señor repatrió a los cautivos de Sión, siendo aquel acontecimiento un día de alegría y júbilo para Israel. Cómo prepararse a la venida del Señor (Filip 1,4-6.8-11) La ciudad de Filipos estaba situada en el norte de Grecia. Recibió su nombre en honor del padre de Alejandro Magno, el rey Filipo II de Macedonia. Cuando Pablo pasó por ella, en el año 49 d. C, la mayoría de sus habitantes eran de origen latino y el número de judíos era escaso, pues no existía ni siquiera una sinagoga, o casa de oración para ellos (ver Hech 16,13). Aunque su estadía fue breve, nació entre Pablo y la comunidad unas relaciones muy cariñosas, que fueron profundas y duraderas. De hecho, cuando Pablo sufrió necesidad en la cárcel de Éfeso, en el año 56 d. C, fueron los filipenses los que le enviaron la necesaria ayuda material. Y desde la prisión, les contestó con esta carta, agradeciéndoles su generosidad. El lugar especial que ocupa esta comunidad en el corazón de San Pablo, es evidente en el exordio de la carta, con la acción de gracias y la oración (Filip 1,3-11). El texto de la liturgia omite los versículos 3 y 7, en los que se explica esta preferencia de Pablo (“los llevo en el corazón”). Los verbos “agradecer” (dar gracias) y “orar” (Filip 1,3.9), estructuran el texto de hoy. En primer lugar, el motivo de la acción de gracias, es la participación de los Filipenses en la causa del Evangelio. En segundo lugar, la intención de la oración es triple: para que los filipenses crezcan en el amor y lo conviertan en criterio de discernimiento, para que lleguen íntegros hasta el momento de la Venida del Señor y para que sus acciones reflejen la justicia recibida de Jesucristo. La fórmula de alabanza final (“para gloria y alabanza de Dios”), recoge y orienta la tensión espiritual de todo el pasaje de hoy y forma una inclusión, con la acción de gracias a Dios del inicio. Y está también marcado por la Venida del Señor Jesús (1,6.10). Todos verán la salvación de Dios (Lc 3,1-6) San Lucas nos habla hoy de Juan el Bautista, figura importante del tiempo de Adviento. Antes que nada, el evangelista nos sitúa en un lugar preciso (Judea, en la región del río Jordán) y en un momento concreto de la historia (al mencionar al emperador romano y a los gobernadores de Palestina, ubicándonos con toda probabilidad hacia el año 27 a. C). En esta época y en este lugar, Juan el Bautista, hijo de Zacarías, empieza a proclamar un bautismo para el perdón de los pecados. Juan piensa que el juicio de Dios no tardará en llegar (como en el texto de la segunda lectura), y que, por lo tanto, quienes no asuman el bautismo como una manifestación externa de su conversión, serán “destruidos” por Dios. Para San Lucas, esta predicación prepara el camino del Señor, disponiendo así al pueblo de Israel para escuchar el anuncio de Jesús, cumpliéndose las palabras de Isaías (40,3-5), y del profeta Baruc (5,7). Jesús viene en este Adviento: en la Palabra, en los sacramentos (Eucaristía) y en los acontecimientos de cada día; vendrá al final de los tiempos. Viene únicamente si lo dejamos que llegue, si con nuestra vida diaria nos comprometemos a seguirlo y nos proponemos “enderezar lo torcido y lo escabroso de nuestra vida”. Preparémonos a recibirlo en este bello tiempo de Adviento, no tanto pensando en las cosas materiales o festivas (regalos, compras, gastos, aguinaldo, lotería y comida, fiestas y “tomatingas”), sino más bien en una seria transformación de nuestras vidas, por la gracia y presencia del Señor que viene a salvarnos. Tus dudas Domingo 6 de diciembre 2015 Eco Católico Eco Católico ¿Por qué se llama Jubileo al Año Santo? “En estas últimas semanas oigo hablar en el templo y en reuniones de formación, acerca del próximo Jubileo y de que ha de ser “de la misericordia”. Sin embargo, nadie me ha explicado por qué se llama “Jubileo” y por qué es de la misericordia… Monseñor, ¿puede satisfacer mi curiosidad? Todos los lectores del Eco, le agradecemos sinceramente su servicio, semana tras semana”. Ana María Azofeifa - Cartago Su “curiosidad”, estimada Ana María, es muy normal y lícita… Su pregunta me hizo recordar que cuando San Juan Pablo II convocó el Jubileo para el año 2000, no pocos fieles nos preguntaban lo mismo: ¿qué significa Jubileo? Volvamos pues a la misma respuesta. La palabra Jubileo deriva de la palabra hebrea Yobel que significa trompeta. Se le llamaba “Año Sabático” al que tenía lugar cada 50 años, o sea al finalizar un período de 7 veces 7 (49) y era anunciado con toque de trompetas (Yobel) y de donde le derivó el nombre (cfr. Lv 25). Era un año de perdón: se dejaba descansar la tierra; cada propietario recobraba las posesiones que se hubiese visto obligado a vender, hipotecar o enajenar de otro modo, excepto las casas situadas dentro de ciudades amuralladas; los esclavos hebreos, incluyendo a su familiares, quedaban en libertad (cfr. Ex 21, 1-6). Empezaba con una fiesta (anunciada con el “Yobel”) de nueve días que concluía con el Día de la Expiación. Como es fácil apreciar: todo hablaba de “perdón”, perdón entre los miembros del pueblo hebreo, y perdón que se pedía a Dios. Además, mediante el Jubileo se conservaba cierto equilibrio económico, evitando el latifundismo y la acumulación de riquezas en manos de pocos. Desafortunadamente todo puede ser motivo y ocasión de abuso: había quien intentaba vender unas tierras cuando se acercaba el año del jubileo con la intención de recuperarlas muy pronto… cimiento. Para ella inicia un nuevo período de su historia (…). Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que San Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio: “En nuestro tiempo la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico, la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”. En la misma línea, el Bto. Pablo VI, así resumía el camino del Concilio: “La antigua historia del Buen Samaritano, ha sido el camino de la espiritualidad del Concilio” (cfr. n° 4 de la bula Misericordiae Vultus). Si todo jubileo es siempre jubileo del perdón y de la misericordia, es del todo obvio que lo fuera de una manera tan extraordinaria, el que pronto vamos a celebrar. ¿Y por qué se llamaba también Año Sabático? Porque el sábado era día de descanso, y el año del Jubileo, era año de descanso; descanso de la tierra, descanso para los esclavos que recuperaban la libertad, y “descanso” para quienes podían volver a lo que habían perdido. No hay que sorprenderse de que una ley y tradición tan “humanas”, pronto fueran abandonadas. En la historia de la Iglesia Católica, ha sido el Papa Bonifacio VIII quien en el año 1300, conmovido por los muy numerosos peregrinos que llegaban a Roma para recordar y celebrar el aniversario 1300 del nacimiento de Jesús, convocó el primer Año Jubilar o del perdón, enriqueciéndolo ¡Mereces una respuesta! de las indulgencias, y precisamente a favor de los peregrinos. Estableció que se celebrara cada 100 años, pero el Papa Clemente VI, en 1350 redujo ese tiempo a 50, y Pablo II en 1475 fijó el Año Jubilar para cada 25 años. Otros Papas, además de estos que son los Jubileos ordinarios, introdujeron Jubileos extraordinarios con ocasión de celebraciones o aniversario de particular importancia, y así se celebró un Jubileo extraordinario en 1854 con la ocasión de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción por el Bto. Pío IX; otro con ocasión del aniversario del edicto de Constantino (313-1913) que concedió libertad a los cristianos, etc. Correo electrónico: obispadotilaran@gmail.com Fax: 2695-5669 Nuestro Papa Francisco, recordando los 50 años de la conclusión del Concilio Vaticano II (1962-1965) nos ha convocado para un nuevo Año Jubilar, precisamente a partir del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada, porque en ese día, en 1965, se clausuró el Concilio. Escuchemos a nuestro Papa Francisco: “He escogido la fecha del 8 de diciembre - escribió en su bula Misericordiae Vultus con que convocó el Jubileo - por su gran significado en la historia reciente de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo ese aconte- Monseñor Vittorino Girardi S. Obispo de Tilarán-Liberia Son palabras y mensajes que se han hecho insistentes en el actual magisterio del Papa Francisco. Si todo jubileo es siempre jubileo del perdón y de la misericordia, es del todo obvio que lo fuera de una manera tan extraordinaria, el que pronto vamos a celebrar. No lo olvidemos: como lo escribió el sumo teólogo, Santo Tomás de Aquino: “Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto, se manifiesta su omnipotencia”. Iglesia hoy Domingo 6 de diciembre 2015 Ana Cecilia Espinoza C. aespinoza@ecocatolico.org Y usted… ¿cómo vivirá el Año de la Misericordia? El Año de la Misericordia que estamos a punto de iniciar nos invita a vivir en el amor a Dios y a los hermanos, pero ¿cómo se debe traducir ello en obras concretas en nuestras vidas? Aquí algunas opiniones. “Con mucho compromiso” “Solidaridad es el objetivo principal” “Amando se genera la vida” “Para vivir este año tan importante, hay que leerse bien la Bula del Papa, pues en ella las personas van a encontrar las claves y fundamentos para vivir la vida cristiana. Además, porque nos motiva a vivir un interés por los demás, sobre todo los pobres a través de la manifestación de las obras y acciones que podamos llevar a cabo con mucho compromiso”. “Es saber que vamos a vivir un tiempo de muchas bendiciones, en el cual la solidaridad es el objetivo primordial que como seres humanos debemos poner en práctica siempre, pues si somos solidarios vamos a encontrar la paz que necesitamos para nosotros mismos y saber que a la hora de compartir con los que más necesitan estaremos fomentando la caridad”. Eda Madriz Carvajal María Delia Jiménez “Todos los laicos comprometidos en el sacramento del matrimonio estamos unidos al vínculo de la misericordia del Padre. Nuestra prioridad es vivir como pareja, amando se genera la vida, es en este momento, cuando es más evidente el amor de Dios, y como padres tenemos la obligación de dar testimonio de esa misericordia divina, ayudando a nuestros hijos a ser buenos cristianos”. Hermana de la Caridad Santa Ana Palmares, Alajuela Idalia González González “Nuestra vida debe estar presidida por el amor de Dios” “Este es un año para caer en la cuenta de que nuestra vida debe estar presidida por el amor de Dios, porque él ya salió en nuestro encuentro invitándonos a perdonar, así como desde antes él nos amó. Debemos procurar estar en el camino para encontrarnos con Dios y aprender amar con el mismo amor como él nos ama”. Fr. José Arteaga Carmelita Descalzo Parroquia de Guadalupe “Nos pide conversión” “Este Año es una oportunidad que se nos da para creer y revisar nuestra vida personal y hacer un alto en el camino para volver a encontrarnos con ese Dios Amor que no es un Dios alejado, el siempre está cerca de sus hijos y está a la espera de cada persona para derramar su gracia, su misericordia y su perdón, nos pide conversión, nos pide tener sus mismos sentimientos, nos pide que confiemos en Él”. Flor María Alfaro Alfaro Instituto Secular Jesús Víctima “Jornada Mundial de la Juventud en POLONIA 2016”. Fecha de sorteo: 4 de marzo de 2016 Nombre: ________________________________________ Te lleva a Cracovia a la Jornada Mundial de la Juventud Llene este cupón con letra legible, recórtelo, y envíelo por correo al apartado 1064-1000 San José o bien puede hacerlo llegar a las oficinas del Eco Católico en fecha no posterior al 29 de febrero de 2016. Cédula: _______________________________________________________ (en caso de ser menor de edad, anotar la cédula del padre que autoriza) Dirección: _________________________________________________ Correo Electrónico: __________________________________ Ver reglamento en www.ecocatolico.org Participación sujeta a cumplimiento de condiciones indicadas en el reglamento del concurso. Teléfono (s): _____________________________ Iglesia en el mundo Domingo 6 de diciembre 2015 Rindió homenaje a mártires africanos KAMPALA - El Papa Francisco rindió homenaje a los mártires de Uganda, primero en el santuario anglicano y después en el católico, en un impactante gesto ecuménico acompañado por una multitud de 300 mil personas. En su homilía, el Pontífice invitó a seguir los pasos de los 45 mártires, 23 anglicanos y 22 católicos, que fueron asesinados por el rey de Buganda, hoy parte de Uganda, entre 1885 y 1887. De ese modo se da testimonio y se puede construir “una sociedad más justa, que proteja la dignidad humana y las maravillas de la creación de nuestra casa común”, indicó Francisco, en alusión a la preservación del ambiente. “Estamos hoy aquí en Munyonyo, donde el Rey Mwanga decidió eliminar a los seguidores de Cristo. No tuvo éxito en su intento, como tampoco el Rey Herodes consiguió matar a Jesús. La luz brilló en las tinieblas y las tinieblas no prevalecieron”, apuntó el jefe de la Iglesia Católica. También invitó a hablar de Cristo en cada ciudad y pueblo de Uganda y, como cada vez que viaje, pidió que rezaran por él. El entusiasmo y la emoción por ver al Papa se desbordaron completamen- Emocionado por testimonios KAMPALA - “Cuánto dolor en mi corazón por los testimonios escuchados de Emmanuel y Winnie”, afirmó el Papa Francisco, conmovido en Kampala, la capital de Uganda, por las tremendas historias de dos jovencitos africanos. te cuando hizo aparición en el primer gran encuentro en Uganda, en el santuario de Munyonyo donde se venera la memoria de los cuatro primeros mártires ugandeses asesinados. Francisco se reunió con cientos de catequistas y maestros de todo el país. En un ambiente muy festivo, les agradeció la labor que llevan a cabo. “Aun cuando la tarea parece difícil, los recursos resultan insuficientes y los obstáculos demasiado grandes, os hará bien recordar que el vuestro es un trabajo santo. Quiero subrayarlo, el vuestro es un trabajo santo”, indicó el Papa. Francisco les pidió a los presentes que sigan dando testimonio siguiendo el ejemplo de los mártires ugandeses que estuvieron dispuestos a derramar su sangre por permanecer fieles. (ANSA). Emmanuel fue secuestrado, detenido, torturado. Y la joven Winnie nació con el SIDA, pensó que no tenía derecho a vivir. El Papa les preguntó con cierta retórica si una experiencia tan negativa puede entregar algo bueno. Emmanuel Odokonyero Nansumba replicó que todo fue realmente muy duro, pero afortunadamente con un final feliz. Emmanuel es ahora un joven licenciado en Administración de Empresas, pero de niño, cuando estudiaba en la primaria, el 11 de marzo de 2003 fue secuestrado por grupos armados, con 41 compañeros, y terminó reclutado como niño soldado. Sufrió hambre, torturas, quemaduras, pero pudo escapar recién en agosto de 2013, y de los 41 compañeros sobrevivieron solamente once. Winnie es una joven de 24 años que nació con Sida, y que está graduada, pero tiene una historia de abandono, orfandad a los 7 años, además de la enfermedad. Encima, tuvo que luchar contra el sarampión y la neumonía. mrodriguez@ecocatolico.org En la bula de convocación del Jubileo Misericordiae vultus, que reseñamos en esta edición especial en páginas 6 y 7, el Papa Francisco recuerda que han sido tres los sumos pontífices que de forma más clara han prestado atención al tema de la misericordia. Habla en primer lugar del Papa Bueno, San Juan XXIII, quien al convocar al Concilio Vaticano II imprimió la impronta de la misericordia de Dios a este magno evento de Iglesia. El segundo Papa fue Pablo VI, quien al concluir el Concilio recordaba hasta qué punto el magisterio conciliar había estado a la luz de la parábola del buen samaritano, y final- “Pensé que enamorarme iba a ser aún más difícil. Algo imposible, como si no se me permitiera vivir. Pero me sobrepuse a esta desventaja psicológica”, dijo la jovencita. El Papa escuchó con mucha atención sus historias, y luego improvisó un diálogo con los jóvenes sobre el tema del sufrimiento, de la forma de abordarlo. También entremezcló sus comentarios con preguntas de los muchachos, y, finalmente, los invitó a rezar juntos un Ave María. “Les agradezco mucho que hayan escuchado. Les agradezco que quieran cambiar lo negativo en positivo, que quieran luchar contra lo malo con Jesús al lado y sobretodo les agradezco que tengan ganas de nunca dejar de rezar”, cerró el papa antes de sumergirse en rezos con la multitud de jóvenes, unos 150 mil. (ANSA) Los Papas y la Misericordia Los tres Papas de la misericordia mente San Juan Pablo II, quien en su encíclica Dives in misericordia traza la ruta del amor como el norte de la Iglesia. Este libro, del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización recoge precisamente la riqueza del magisterio de los últimos Papas sobre el mensaje central del Jubileo que iniciaremos, Dios mediante, el próximo 8 de diciembre. Eco Católico Iglesia en el mundo Domingo 6 de diciembre 2015 Último día en Africa “No al odio”, dijo al cerrar su viaje CIUDAD DEL VATICANO - El Papa Francisco hizo un nuevo llamado para que se reconozca que “todos somos hermanos”, pidió rechazar la violencia entre musulmanes y cristianos, y afirmó que “todo creyente en Dios debe ser un hombre de paz”. El Pontífice se salió del discurso en un encuentro con jóvenes y habló con ellos con espontaneidad en un acto pleno de rezos, en Kololo Gaza Aire Kampala, un aeropuerto local. Letra viva Martín Rodríguez G. Eco Católico Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización Ediciones San Pablo, Bogotá, 2015. Aproveche sólo por esta semana un descuento del 15% en todos los títulos de la editorial Sígueme. A la venta en la librería San Pablo Del Banco Crédito Agrícola, 175m Sur, San José. Teléfono: (506) 2222-2064 10% de descuento si dice que lo vio en el Eco Católico. El Pontífice mantuvo un encuentro con la comunidad musulmana en la capital de la República Centroafricana, Bangui, en la Mezquita central de Koudoukou, antes de finalizar su viaje que lo llevó también a Kenia y Uganda. “Cristianos y musulmanes somos hermanos. Tenemos que considerarnos así, comportarnos como tales. Sabemos bien que los últimos sucesos y la violencia que golpeó al país no tenía un fundamento precisamente religioso”, afirmó el Pontífice. “Quien dice que cree en Dios debe ser también un hombre o una mujer de paz”, añadió. La violencia interreligiosa en la República Centroafricana ha causado miles de muertos desde 2013. El Papa Francisco llamó a los cristianos y los musulmanes a unirse contra la violencia que se ejerce en nombre de la religión y a “decir no al odio”. El jefe de la Iglesia Católica exhortó a los cristianos, los musulmanes y los adeptos de religiones tradicionales africanas a trabajar “por el cese de cualquier acto que, independiente- mente de quien lo cometa, desfigure la cara de Dios”. Francisco reconoció que “cristianos, musulmanes y seguidores de las religiones tradicionales, vivieron juntos pacíficamente durante muchos años”. Por eso “tenemos que permanecer unidos para que cese toda acción que, venga de donde venga, desfigura el rostro de Dios y, en el fondo, tiene como objetivo la defensa a ultranza de intereses particulares, en perjuicio del bien común”, enfatizó. “Juntos decimos no a odio, violencia, venganza, en particular la en nombre de una fe o de un dios”, dijo Francisco en la mezquita. En el país africano “en estos tiempos dramáticos, los jefes religiosos cristianos y musulmanes quisieron ponerse a la altura de los desafíos del momento, desempeñaron un papel im- Joven: ¿Sientes inquietudes vocacionales? San Francisco te invita a seguir a Cristo como hermano religioso o sacerdote Escribe o llama a los Franciscanos Conventuales: nasagu@gmail.com mivocacion@ofmconv.cr Tel. 2239 05 03 portante para restablecer la armonía y la fraternidad”, agregó, expresándoles “gratitud y estima”. El país “gracias a la colaboración de todos sus hijos podrá dar impulso” a todo el continente si “las próximas consultas” dan líderes capaces de unir a la nación y no representar una facción, observó. A su vez, el imán de la mezquita, Tidiani Moussa Naibi, dijo que la visita del Papa es un “símbolo que nosotros comprendemos perfectamente. Pero quisiera afirmar de inmediato: no, las relaciones entre hermanos y hermanas cristianos y nosotros mismos son tan profundas que ninguna maniobra tendiente a quebrarlas podría tener éxito”. “Sí, lo confirmo, los cristianos y musulmanes de este país están condenados a vivir juntos y amarse”, agregó. Cuando llegó a la mezquita, Francisco pidió ser llevado frente al mihrab, el punto de mayor devoción, donde permaneció en silencio, en recogimiento, durante algunos minutos. Luego de las reuniones en la mezquita, el Papa fue a visitar a los refugiados reunidos en algunas tiendas cercanas y recorrió la escuela de Koudoukou, donde estudian juntos niños musulmanes y cristianos. Más tarde celebró misa en el estadio Barthelemy Boganda, su último compromiso público en la República Centroafricana, frente a unas 25.000 personas. Al término de la misa, el Papa dejó la República Centroafricana, tras el periplo de nueve días en este continente, y partió rumbo al aeropuerto romano de Ciampino.(ANSA). Tenemos libros a muy buen precio: - Palabra Social de los Obispos Costarricenses 1893-2006 4.000.00 colones - Sexualidad: don y responsabilidad 500.00 colones - Para una pastoral de la cultura 500.00 colones - Jesucristo portador del agua de la vida 500.00 colones