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Una aproximación lingüística del término moda. Cuando las palabras exceden su significado original Si tenemos que definir el término “moda” desde una perspectiva etimológica, diremos que se trata de una palabra de origen francés, mode, que hace referencia al uso o costumbre que tiene una comunidad determinada en un momento concreto. Este aspecto de moda es el que aparece en todas las definiciones que hemos encontrado después de consultar distintos diccionarios especializados y generales. Así, en el Diccionario de Usos del Español de María Moliner (2004), vemos que la palabra moda está relacionada con el “gusto general de la gente, o el conjunto de usos, costumbres y tendencias, circunscritas a una época determinada, en cualquier aspecto: vestido, mobiliario, literatura, arte, etc.” (Moliner, 2004:433). Lo mismo sucede en los diccionarios especializados, como es el caso del Diccionario visual de la moda de Ambrose (2008), que explican que moda es “aquello que se estila en un momento determinado. Lo que está de moda cambia con frecuencia por distintos motivos” (Ambrose, 2008:172). Por su parte, el Diccionario enciclopédico de la Vestidología, de Manuel Estany (1988), dice que “moda es todo aquello que marca una tendencia en el hábito y costumbre de las personas, especialmente en el vestir, y que define los estilos y colores más en boga, más extendidos en una comunidad” (Estany, 1988:195). Estas definiciones nos invitan a interpretar la moda como un fenómeno social, que condicionada los comportamientos de los individuos y que se ve afectada por los cambios que se produzcan en la economía, la política, las relaciones personales… Por eso, también hemos buscado el término moda en el diccionario Larrouse de Sociología, que dice que “moda se aplica en el lenguaje corriente al fervor concreto y momentáneo del que disfruta una cosa, a los cambios que afectan a la vestimenta o, incluso a la propia ropa” (VV.AA. 1995: 146-147). En este sentido, Lucrecia Escudero (2001) insiste en hablar de moda como un “dispositivo simbólico particular porque relaciona simultáneamente órdenes de significación muy diferentes” (Escudero, 2001: 19-21). Detrás de esta terminología existe un determinada práctica del adorno del cuerpo, una percepción de la subjetividad, una concepción de la temporalidad muy personal, un tejido industrial… Para Carmen Abad (2011), la moda es un fenómeno social que se produce de manera cíclica y que supone un cambio que afecta a las maneras de comportarse de un grupo. Así, nos comenta que estos cambios en el sistema de preferencias que lleva implícito el concepto de moda, nos permite establecer una “conexión entre aquella y las múltiples teorías sobre el gusto, concepto clave en el pensamiento de los siglos XVII y XVIII” (Abad, 2011: 39). En este sentido, Simmel1 (1923) nos recuerda que, desde la Sociología, interpretamos la moda como la modificación obligatoria del gusto, que está condicionada por los cambios que se producen en las estructuras sociales y que se difunden a través de los medios de comunicación de masas. Esta perspectiva nos permite hablar de moda como sinónimo de “lo moderno” y se opone a “lo tradicional”. Implica, además, un tipo de cambios que suelen afectar a cualquiera de los aspectos sociales o a su totalidad y acostumbran a producirse por la entrada en “escena” de factores que modifican las propias estructuras (Simmel, 1923:26). Desde la Semiótica, Escudero (2001) apunta que la moda se interpreta como un sistema de signos que está acompañado de una semántica de la temporalidad cotidiana y de una pragmática del cuerpo y de la gestualidad. De esta forma, la moda se convierte, en una “suerte de gramática de la normatividad social” en la que los códigos indumentarios reglan a las conductas sociales y, al mismo tiempo, están condicionados por éstas (Escudero, 2001: 21). Así, podemos interpretar el concepto moda como si se tratara de un espectáculo en el que se produce una renovación de la belleza, que también tiene un carácter cíclico, y que implica un cambio de estilo y de estilismo de la manera en la que vestimos y adornamos el cuerpo. 1 Esta cita corresponde a un artículo publicado a título póstumo por la Revista de Occidente en 1923. Simmel dejó una gran cantidad de artículos que se han ido publicando en los últimos años, ya que fue uno de los filósofos más influentes en la doctrina teórica del pensamiento moderno. Para Patrizia Calefato (2001), en el contexto de las sociedades tradicionales, vestirse, disfrazarse, tatuarse, adornarse… son actividades reguladas por una especie de sintaxis sociocultural que llamamos “vestido”. Esa sintaxis socicultural es la moda, que puede interpretarse como un sistema de signos que se manifiesta totalmente como sistema de comunicación de masas. Así, esta autora asegura que “la moda es un sistema que gobierna y produce formas de percepción y sensación corporal conectadas con la necesidad de aceptación social” (Calefato, 2001: 214-215). El sector empresarial que se dedica a la concepción, producción, distribución y comercialización de las prendas de vestir y de los complementos se denomina industria de la moda. Y entre los personajes más famosos e influyentes del mundo del espectáculo, el cine y la televisión, encontramos reconocidos diseñadores de moda, capaces de imponer un estilo determinado a escala mundial. La moda cuenta con medios de comunicación especializados y es el tema principal de las denominadas revistas femeninas de alta gama. Además, es una de las secciones importantes de las revistas del corazón y tiene un apartado de honor en la prensa de información general. Incluso las páginas de economía contemplan, entre las empresas más tratadas, a las de un sector que cotiza en bolsa y que está relacionado con las fortunas más importantes del mundo. Sin embargo, esta importancia social y económica de la moda y del sector empresarial que hay detrás de ella, es muy reciente. Si bien desde el comienzo de los tiempos la indumentaria ha sido imprescindible para el hombre, Lipovesky (1990) nos recuerda que “La moda en sentido estricto apenas sale a la luz antes de mediados del siglo XIV.” (Lipovesky, 1990: 30). Así, podemos decir que su aparición se produjo en las cortes europeas de este siglo y está asociada al crecimiento de las ciudades y a la aparición de los primeros signos del capitalismo. En este sentido, Ana María Díaz Marcos (2006), “existe una estrecha relación entre moda, mundo urbano y sociedad capitalista” (Díaz Marcos, 2006: 18). Sin embargo, este fenómeno no alcanza su trascendencia social global hasta después de la segunda Guerra Mundial. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación el mundo se hace global y la moda se expande de forma Internacional. En la Escola Superior de Disseny ESDi, tratamos estas dos afecciones del término, ya que nos interesa formar a futuros diseñadores a partir de su capacidad de analizar el comportamiento social y cultural que caracteriza a una comunidad determinada; pero también creativos capaces de innovar tanto en formatos como en materiales. Además, puesto que la moda se ha convertido en uno de los sectores económicos más importantes del capitalismo mundial y las empresas de la moda en algunas de las más ricas del planeta, el ámbito de producción, distribución y venta debe también contemplarse en esta visión nuestra de la moda como disciplina universitaria. Dra. Encarna Ruiz Molina Unitat de Transferència el Coneixement Bibliografía Abad-Zardoya, C. (2011): El sistema de la moda. De sus orígenes a la posmodernidad. En: Emblema. Revista aragonesa emblemática, nº 17, pp. 37-59. Ambros, G. (2008): Diccionario visual de la moda. Barcelona, Gustavo Gili. Calefato, P. (2002): El sentido del vestir. Valencia, Engloba. Calefato, P. (2001): El cuerpo vestido, los sentidos y la escritura: entre la moda y el cine. En: Dsignis, nº 1, pp. 213-224. Díaz Marcos, A.M. (2006): La edad de seda: representaciones de la moda en la literatura española (1728-19267). Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. Escudero, L. (2001): Lógicas en la representación de la moda. En: Dsignis, nº 1 pp. 19-27. Estany, M. (1987): Diccionario enciclopédico de la Vestidología. Barcelona, Moda de España. Lipovetsky, G. (2007): La felicidad paradógica. Ensayo sobre la sociedad del hiperconsumo. Madrid, Ed. Anagrama. Lipovetsky, G. (2006): Los tiempos hipermodernos, Barcelona, ed. Anagrama. Lipovetsky, G. (1999): El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas. Barcelona, Ed. Anagrama. Simmel, G. (2007): De la esencia de la cultura. Buenos Aires, Ediciones Prometeo. VV.AA. (1995): Diccionario terminología Larousse Sociología. Barcelona, Ed. Larousse.