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Contenido EDITORIAL Cómo celebrar los cien años de nuestra Facultad .................................... 2 How to celebrate our School 100th. anniversary Rafael Álvarez Cordero Vol. 53 N.° 6. Noviembre-Diciembre 2010 ISSN 0026-1742 Director Dr. Enrique Graue Wiechers Editor Dr. Rafael Álvarez Cordero rac@liceaga.facmed.unam.mx Comité editorial Dr. Luis Ize Lamache, Dr. Antonio Carrasco Rojas, Dr. Carlos Viesca Treviño, Dr. Ruy Pérez Tamayo, Dr. Rubén Argüero Sánchez, Dr. Manuel Antonio Díaz de León Ponce, Dr. Bruno Estañol Vidal, Dr. David González Bárcena, Dr. César Gutiérrez Samperio, Dr. Juan José Hicks Gómez, Dr. Carlos Ibarra Pérez, Dr. Pablo Kuri Morales, Dr. José Luis Ramírez Arias, Dr. Horacio Rubio Monteverde, Dr. Roberto Uribe Elías, Dr. Fabio Salamanca Gómez. Asistente del editor L.A. María del Rocío Sibaja Pastrana rsibaja2001@hotmail.com REVISTA DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNAM, Vol. 53, No. 6, Noviembre-Diciembre 2010, es una publicación bimestral, editada por la Facultad de Medicina de la UNAM, Dirección: Ciudad Universitaria, circuito interior, edificio B, tercer piso, CP 04510, México, DF. Teléfonos: 56232154, 56232508 y 56232300, ext.: 43028 y 43029. Portal web: www.revistafacmed.com. Editor responsable: Rafael Álvarez Cordero. Reservas de Derechos al uso exclusivo No. 04-2004031713505800-102, ISSN: 0026-1742. Licitud de Título No. 3669, Licitud de Contenido No. 3101, ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX, registro para correspondencia de Publicaciones Periódicas No. PP09-1026. Impresa por Grupo Integra, S. A. de C. V., Av. Insurgentes Sur 1898, piso 12, Col. Florida, C.P. 01020, Delegación Álvaro Obregón, México, D. F., éste número se terminó de imprimir el 31 de octubre de 2010 con un tiraje de 4,000 ejemplares. Los trabajos firmados son exclusiva responsabilidad de los autores. Prohibida la reproducción total o parcial de los artículos contenidos en este número sin consentimiento del editor. Grupo Integra: servicios integrales para revistas; diseño, edición, impresión, portal Web, distribución física y electrónica, actualización de BD. Tel: 9000-4411, ext. 109; correo electrónico: servicioseditoriales@gpo-integra.com Producción editorial: Diseño, maquetación y corrección de estilo: Nayeli Zaragoza y Pedro María León. Portal Web: Astrid Torres. Portada: Construyendo futuros, fotografía de Nayeli Zaragoza. Versión electrónica en: www.revistafacmed.com ARTÍCULOS ORIGINALES Original articles La queja médica en ortopedia y traumatología ....................................... 3 The medical complaint in orthopedics and traumatology María del Carmen Dubón Peniche, Adriana Nayeli Mejía Delgado El mensaje epidemiológico del habitus exterior del paciente ............. 11 The epidemiologic message of the patient external habit Juan José García García Salud mental y atención psiquiátrica en México.................................... 17 Mental health and psychiatric care in Mexico Mario Souza y Machorro, Domingo Lenin Cruz Moreno LAS ENFERMEDADES EN LA HISTORIA Disease history La lepra en el mundo ................................................................................... 24 Leprosy Rafael Álvarez Cordero NUESTROS MAESTROS Our Teachers Jesús Kumate Rodríguez ............................................................................. 27 Rafael Álvarez Cordero ARTÍCULO DE REVISIÓN Review Article Prevención y detección temprana del cáncer cérvicouterino ............. 28 en la era de la vacuna contra el virus del papiloma humano Prevention and detection of cervical cancer in the age of human papiloma virus vaccine. A review for the general practitioner Luz María Ángela Moreno Tetlacuilo, Pedro de Jesús Sobrevilla-Calvo TEMA DE REFLEXIÓN Issue for Reflection Humanismo y medicina............................................................................... 38 Humanism and medicine Ruy Pérez Tamayo CASO CLÍNICO RADIOLÓGICO Radiological clinical case Haga su diagnóstico..................................................................................... 44 Make your own diagnosis José Luis Ramírez Arias RESPONSABILIDAD PROFESIONAL Professional Responsibility Complicaciones de lipectomía. Caso de la CONAMED .......................... 45 Lipectomy. Case of CONAMED María del Carmen Dubón Peniche ARTE Y MEDICINA Art and medicine Estética de la obesidad en el arte .............................................................. 49 Aesthetic of the obesity in the art Rafael Álvarez Cordero Editorial Cómo celebrar los cien años de nuestra Facultad How to celebrate our School 100th. anniversary N uestra Facultad ha estado de manteles largos durante los últimos meses, en particular al fin de este año, porque recuerda el emotivo momento en que don Justo Sierra inauguró las labores de la UNAM, a partir del cual, primero en el viejo edificio de la Inquisición y ahora en la luminosa Ciudad Universitaria, se ha preparado a miles y miles de médicos para ejercer la profesión más hermosa, curar, aliviar o consolar a los seres humanos. Ha sido emocionante ver y comentar las ceremonias que se han realizado en la Universidad y en la Cámara de Diputados, y que algunos de nuestros maestros que han entregado su vida a la Universidad, han recibido un reconocimiento honoris causa; el de don Fernando Ortiz Monasterio –quien poco después dictó una conferencia en el auditorio Raoul Fournier–, fue en atención a que, con empeño infatigable y sorprendente creatividad, transformó para siempre la enseñanza y la práctica de la cirugía reconstructiva, que devuelve a miles de personas su calidad de vida. Pero una vez pasadas las celebraciones, las conferencias, las exposiciones, los conciertos, ¿qué harás por tu Facultad de Medicina, estimado alumno, estimado profesor? Tienes varias opciones: tal vez estés tan ocupado que tus problemas y preocupaciones diarias te hagan pensar que no importa y que no tienes por qué hacer nada ahora que nuestra Facultad celebra estos 100 años de vida. Incluso tal vez consideres que es una pérdida de tiempo, que no vale la pena celebrar, porque la vida sigue. O puedes pensar que mientras más ahondes en la historia de nuestra Facultad, más brillo tendrá, que es preciso recordar una y otra vez los méritos de nuestros maestros, su empeño y dedicación, su trabajo para lograr la excelencia en la docencia y la investigación, los obstáculos que enfrentaron y cómo los superaron. Pero aún siendo tan valiosa esta labor de remembranzas, si nos quedamos en el recuerdo de las glorias de nuestra Facultad corremos el peligro de detener su crecimiento, de interrumpir el camino ascendente, de quedar atrapados en el pasado. Creo que la mejor opción es ver hacia delante en lo personal y en lo colectivo: ¿qué puedes hacer tú para mejorar la Facultad?, ¿cómo puedes tener mejor rendimiento?, ¿qué obstáculos ves en el camino y cómo los vas a superar?, ¿qué has pensado para que nuestra Facultad llegue a tener la calidad que tienen otras del primer mundo?; y tú, maestro, ¿tienes ideas para innovar la enseñanza?, ¿puedes usar nuevas técnicas que permitan que tus alumnos salgan mejor preparados? En su conferencia magistral, Ortiz Monasterio invitó a ver siempre hacia delante, a desechar lo viejo y buscar nuevas formas de atención para los enfermos, a innovar, a abrir nuevos caminos del pensamiento y la acción; en este sentido es satisfactorio que en este año las autoridades de la Facultad, bajo la dirección del doctor Enrique Graue, modernizaron el Plan de Estudios, adaptándolo a las condiciones sanitarias, sociales y educativas de hoy. Creo que es así, pensando en el futuro sin olvidar el pasado, como podremos celebrar dignamente el primer centenario de nuestra Facultad. Por mi Raza hablará el Espíritu Rafael Álvarez Cordero 2 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Artículos originales La queja médica en ortopedia y traumatología María del Carmen Dubón Penichea y Adriana Nayeli Mejía Delgadob Resumen Introducción: La ortopedia es una de las especialidades con elevado riesgo de demandas por responsabilidad profesional, ello se debe principalmente a que los accidentes viales, industriales y en el hogar han aumentado notablemente; sin embargo, también se pueden mencionar algunas variables inherentes al personal, al paciente, equipos e insumos, unidades médicas e instituciones de salud, entre otras. Esta investigación se orientó al estudio de quejas médicas de ortopedia y traumatología, atendidas mediante proceso arbitral en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) durante el período 2002-2008. Material y métodos: El diseño del estudio fue retrospectivo, transversal y descriptivo; se analizó una muestra de 51 casos arbitrales, obtenida mediante la fórmula de poblaciones finitas, donde la población correspondió a un total de 62 casos, atendidos por CONAMED durante el período de enero 2002 a diciembre de 2008, pertenecientes a controversias en ortopedia y traumatología. Se construyó un instrumento de 20 ítems, mediante el cual se obtuvo información relativa a los casos, así como al sentido de su resolución, la cual determinó apego a la lex artis médica, o bien, mala práctica. Se indagó acerca de la edad y género del paciente, entidad federativa, nivel de atención y tipo de servicio, motivo de la inconformidad, prestaciones reclamadas, región anatómica afectada, cumplimiento de las obligaciones de me- dios de diagnóstico y tratamiento, tipo de daño ocasionado y su reparación, así como el apego del expediente clínico a los lineamientos establecidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-168-SSA1-1998, del expediente clínico. Resultados: En los 51 casos arbitrales analizados, se identificó un total de 30 mujeres (59%) y 21 hombres (41%), el grupo etario con la proporción más elevada fue el de 45 a 64 años en ambos sexos. La atención brindada en instituciones públicas representó el porcentaje más elevado con 41.18%, seguido por el medio privado con 35.29%. La atención fue proporcionada principalmente en el segundo nivel (94.12%) con una frecuencia de 48 casos, y predominó la atención de tipo quirúrgico con 76.47%. El motivo principal de inconformidad fue por irregularidades en el diagnóstico y tratamiento en 23 casos (45.1%), seguido por anomalías en el tratamiento con 17 casos (33.3%). En 20 casos (39.22%), la atención fue apegada a los principios científicos y éticos que orientan el ejercicio de la especialidad; en los 31 restantes (60.78%) existió mala práctica por negligencia. La columna lumbar fue la región anatómica más afectada con 21.57%. En los asuntos con mala práctica, se demostró daño patrimonial en 17 (54.84%), daño físico en 12 (38.71%) y no existió daño en 2 casos (6.45%). Por Arbitraje médico. CONAMED. Pasante de la Licenciatura en Enfermería. Facultad de Estudios Superiores Zaragoza. UNAM. a b Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 3 La queja médica en ortopedia y traumatología lo que se refiere a la integración del expediente clínico, 36 casos (70.59%) se ajustaron a los lineamientos establecidos por la NOM-168-SSA1-1998. Conclusiones: La actuación médica correcta no sólo comprende la aplicación del conocimiento y de la destreza del profesional, sino también el cumplimiento de los deberes impuestos por la lex artis, la adecuada aplicación de los recursos tecnológicos, así como la observancia de las normas legales aplicables. Las desviaciones en la atención médica, deben observarse en una nueva cultura, como herramienta fundamental, pues su identificación debe encaminarse a la mejora en la atención de otros pacientes. Palabras clave: Queja médica, ortopedia y traumatología, lex artis, mala práctica. The medical complaint in orthopedics and traumatology Abstract Introduction: Orthopedics is one of the specialties with a high risk of lawsuits due to professional responsibility; this is so mainly because road, industrial and home accidents have dramatically increased. Yet, some variables inherent to the personnel, patients, equipment, supplies, medical units and health institutions, among others may be the cause for this. This investigation aimed at studying the medical complaints in Orthopedics and Traumatology, submitted for arbitration process in the National Medical Arbitration Commission (CONAMED) during the period 2002-2008. Material and Methods: The study design was retrospective, transversal and descriptive, a sample of 51 arbitration cases was analyzed, obtained by the formula of finite populations, where the population corresponded to a total of 62 arbitration cases, attended by CONAMED during the period from January 2002 to December 2008, pertaining to controversies in Orthopedics and Traumatology. An instrument containing 20 items was made by means of which information regarding the cases was obtained, as well as their resolution, which determined as either attachment to medical lex artis or as malpractice. The patient’s age, gender, state, level of care and type of service, reason for dissatisfaction, alimony, anatomical region affected, compliance with the obligations of diagnostics and treatment, type of damage and repair, and the clinical file adherence to the guidelines established by the Mexican Official Norm NOM-168-SSA1-1998, for the clinical file (NOM-168-SSA1-1998) were analyzed. Results: Of the 51 arbitration cases analyzed, a total of 30 4 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM women (59%) and 21 men were found (41%), being the age group with the highest proportion the one between 45 and 64 years-old in both sexes. The attention provided at public institutions accounted for the highest percentage with 41.18%, followed by private institutions 35.29%. The care was provided mainly in the second level (94.12%) with a frequency of 48 cases, predominating the attention of surgical type with 76.47%. The main reasons for nonconformity were due to irregularities in diagnosis and treatment in 23 cases (45.1%), treatment anomalies in 17 cases (33.3%). In 20 cases (39.22%), the care provided was according to the scientific and ethical principles that guide the practice of the specialty; in the remaining 31 cases (60.78%) there was malpractice for negligence. The lumbar spine was the most affected anatomical region with 21.57%. In cases of malpractice, property damage was proved in 17 (54.84%), physical damage in 12 (38.71%) and there was no damage in 2 cases (6.45%). As for the integration of the medical record, 36 cases (70.59%) were within the guidelines established by NOM-168-SSA1-1998. Conclusions: The correct medical care is not only related to the application of knowledge and professional skills, but also the performance of the duties imposed by the lex artis, the successful implementation of technological resources, and compliance with applicable legal standards. Deviations in health care should be observed in a new culture as a fundamental tool, since its identification should aim at improving the patient’s care. Keywords: Medical complaint, orthopedics and traumatology, lex artis, malpractice. INTRODUCCIÓN La ortopedia o cirugía ortopédica, es una especialidad quirúrgica de la medicina. Su nombre se debe a Nicholas Andry de Boisregard (Lyon, París, 16581742), médico francés, quien en 1741 publicó su obra en 4 tomos llamada L’Orthopédie ou l’art de prevenir et corriger dans les enfants, les difformités du corps (La ortopedia, o el arte de prevenir y corregir las deformidades de los niños). Andry tomó las raíces griegas orthos = recto, derecho, y paidos = niño, para formar la palabra ortopedia, que originalmente se aplicaba exclusivamente para el estudio y tratamiento de los padecimientos del sistema músculo esquelético en niños, extendiéndose su uso para el adulto. Dichos M.C. Dubón Peniche y A.N. Mejía Delgado padecimientos, como en todas las especialidades de la medicina, tienen diverso origen: congénito, infeccioso, neoplásico, inflamatorio, infeccioso, degenerativo y traumático (entre otros), siendo este último uno de los más frecuentes en la época actual. En ese sentido, en ortopedia y traumatología se recibe un gran número de quejas, pues se trata de una de las especialidades más socorridas, debido principalmente a que los accidentes viales, industriales y en el hogar han aumentado notablemente; sin embargo, también se pueden mencionar variables inherentes al personal médico que pueden influir en la génesis de una queja: falta de conocimiento e inexperiencia para realizar el procedimiento (impericia); indicaciones incorrectas que casi siempre derivan de un examen semiológico mal realizado; errores de técnica por falta de planeación quirúrgica; exámenes insuficientes, improvisación, descuido, mala vigilancia en el postoperatorio, distorsión de la relación médico-paciente, entre otros, lo cual se traduce en acciones u omisiones que derivan en incumplimiento de las obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento (negligencia). Debe considerarse que el aparato locomotor es de gran sensibilidad para el paciente, pues su alteración, cualquiera que sea la gravedad, afecta su vida, por lo tanto espera una recuperación pronta y total, con una gran resistencia a la aceptación de la pérdida de su capacidad previa. Por lo anterior, el compromiso de la función, aún después de un tratamiento correcto, puede ser percibido por el paciente como un fracaso de la cirugía o de la técnica empleada. Para contrarrestar esta situación, es necesario informar debidamente acerca de los procedimientos a realizar, riesgos y complicaciones. Es necesario valorar el empleo de prótesis y elementos quirúrgicos, y apreciarse si son los idóneos para el paciente, si se utilizaron de manera correcta, si fueron reutilizados, si cumplen con la calidad requerida, etc., pues son factores que pueden causar complicaciones que generalmente se atribuyen a responsabilidad médica. Las nuevas tecnologías, muy frecuentes en la especialidad, tanto para el diagnóstico como para la intervención, exigen gran capacidad de discernimiento e independencia frente a la presión comercial de los productores de es- tos elementos, ya que pueden ocasionarse daños al paciente, consecuencia de tratamientos novedosos que no han sido debidamente probados. También hay que considerar que las quejas pueden estar relacionadas con la prestación deficiente del servicio, debido a una amplia variedad de factores de carácter institucional, por ejemplo: falta de mantenimiento del equipo o instrumental, instalaciones inadecuadas, falta de insumos, falta de personal. El análisis de las quejas permite obtener información sobre sus causas, identificar áreas de oportunidad para su abatimiento, y por ende, para mejorar la calidad de atención médica. MATERIAL Y MÉTODOS El diseño del estudio fue retrospectivo, transversal y descriptivo; se analizó una muestra de 51 casos arbitrales, obtenida mediante la fórmula de poblaciones finitas, donde la población correspondió a un total de 62 casos atendidos por CONAMED en el período de enero 2002 a diciembre de 2008, sobre controversias en ortopedia y traumatología. Se construyó un instrumento de 20 ítems, mediante el cual se obtuvo información de los casos en relación con la entidad federativa donde se brindó el servicio, edad y género del paciente, nivel de atención y tipo de servicio, motivo de la inconformidad, prestaciones reclamadas, región anatómica afectada, cumplimiento de las obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, tipo de daño ocasionado y su reparación, así como el apego del expediente clínico a los lineamientos establecidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-168-SSA1-1998, del expediente clínico. Para el análisis de los casos, se tomaron en cuenta 3 apartados esenciales: a) resumen, integrado por el expediente clínico y las constancias aportadas para el estudio de cada asunto; b) los principios científicos y éticos que orientan el ejercicio profesional, insertos en la literatura médica y las normas oficiales mexicanas, y c) la reconstrucción del caso y su valoración en términos de los parámetros establecidos por la lex artis especializada. Para la captura y análisis de la información se empleó el paquete estadístico SPSS versión 15 y Excel 2007 para la elaboración de tablas y gráficos. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 5 La queja médica en ortopedia y traumatología Tabla 1. Distribución por grupo de edad y género Mujeres Hombres Total Grupo de edad n % n % n % Menor de 1 año 1 1.97 0 0 1 1.97 De 5 a 14 1 1.97 0 0 1 1.97 De 15 a 24 0 0 5 9.77 5 9.77 De 25 a 44 7 13.76 8 15.61 15 29.37 De 45 a 64 18 35.40 7 13.67 25 49.07 65 y más 3 5.90 1 1.95 4 7.85 Total 30 59 21 41 51 100 45 a 64 años en ambos sexos, y la menor frecuencia se observó en menores de 14 años (tabla 1). Los prestadores que brindaron la atención fueron agrupados en servicios públicos, sociales y privados; el servicio público representó el porcentaje más elevado con 41.18%, seguido del privado con 35.29%. La atención fue proporcionada principalmente en el segundo nivel de atención (94.12%) con una frecuencia de 48 casos (tabla 2). La entidad federativa con mayor número de casos fue el Distrito Federal con 36, que corresponden al 70.59%, seguido por Colima, Guanajuato, Tabla 2. Distribución por nivel de atención y tipo de servicio Tipo de servicio Nivel de atención Primero Segundo n % n % n Público 0 0 21 41.18 Social 0 0 10 19.61 Privado 1 1.96 17 Total 1 1.96 48 Tabla 3. Entidad federativa n % Baja California Entidad federativa 1 1.96 Colima 2 3.92 Distrito Federal 36 70.60 Guanajuato 2 3.92 Hidalgo 1 1.96 Estado de México 2 3.92 Querétaro 1 1.96 San Luis Potosí 1 1.96 Sinaloa 2 3.92 Tabasco 1 1.96 Yucatán 2 3.92 Total 51 100 RESULTADOS En los 51 casos analizados, se identificó a un total de 30 mujeres (59%) y 21 hombres (41%); el grupo etario con la proporción más elevada fue el de 6 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Total Tercero % n % 0 0 21 41.18 2 3.92 12 23.53 33.33 0 0 18 35.29 94.12 2 3.92 51 100 Estado de México, San Luis Potosí, Sinaloa y Yucatán, con 2 casos cada uno de ellos (3.92%), lo que hace un total de 23.52%, el resto (5.89%) se distribuyó en 5 entidades (tabla 3). El principal motivo de inconformidad fue por irregularidades en el diagnóstico y tratamiento en 23 casos (45.1%), seguido por anomalías en el tratamiento con 17 (33.3%), diferimiento en la atención 10 (19.6%) y deficiencias en la integración del diagnóstico 1 (2%) (figura 1). En cuanto al tipo de atención, la mayor frecuencia se observó en el tratamiento quirúrgico con 39 casos (76.47%) y tratamiento médico en 12 (23.53%) (figura 2). Las prestaciones reclamadas fueron: indemnización en 25 casos (49.2%), reembolso de gastos en 15 (29.41%) y ambas en 11 (21.56%) (figura 3). La región anatómica afectada con mayor frecuencia fue la columna lumbar, reportándose 11 casos, que correspondieron a 21.57%; después siguieron rodilla, con 8 (15.69%); mano, con 6 (11.76%); húmero, con 4 (7.84%), y cadera, con 4 (7.84%) (tabla 4). M.C. Dubón Peniche y A.N. Mejía Delgado Figura 1. Motivo de inconformidad Figura 2. Tipo de atención 2,0% 2 23.53% 19,6% 10 23 76.47% 45,1% 12 39 33,3% 17 Irregularidades en el diagnòstico y tratamiento Tratamiento médico Anomalías en el tratamiento Tratamiento quirúrgico Diferimiento en la atención Total: 51 Deficiencias en la integración del diagnóstico Total: 51 Tabla 4. Región anatómica afectada n % Columna lumbar Región afectada 11 21.57 Rodilla 8 15.69 Mano 6 11.76 Húmero 4 7.85 Cadera 4 7.85 Radio y cúbito 3 5.88 Fémur 3 5.88 Tobillo 3 5.88 Columna cervical 2 3.92 Indemnizaciónm Pie 2 3.92 Reembolso de gastos Policontusión 2 3.92 Clavícula 1 1.96 Radio Cúbito 1 1 1.96 1.96 Total 51 100 Figura 3. Prestaciones reclamadas 21.57% 11 25 29.41% 49.02% 15 Indemnización y reembolso Total: 51 En 20 casos (39.22%), la atención fue apegada a los principios científicos y éticos que orientan el ejercicio de la especialidad; en los 31 restantes (60.78%) existió mala práctica por negligencia (figura 4). En los asuntos con mala práctica, en 30 casos (96.8%), se debió a incumplimiento de las obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, y en un caso (3.2%) las irregularidades se debieron exclusivamente al tratamiento brindado (figura 5). Además, se demostró daño patrimonial en 17 casos (54.84%), daño físico en 12 (38.71%) y no existió daño en 2 casos (6.45%) (figura 6). De los 12 casos con daño físico, se determinó incapacidad parcial permanente en 11 de ellos (91.7%), el porcentaje restante correspondió a un paciente que falleció (figura 7). Sobre el tipo de daño, en 17 casos (58.62%), se determinó reembolso de gastos; en 11 casos (37.93%) indemnización; en 1 caso (3.45%) ambos, y en los 2 restantes no existió relación causal, por ello no procedió pago alguno (figura 8). En la revisión de los expedientes clínicos conforme a la Norma Oficial Mexicana No.168, se observó que 36 casos (70.59%) se ajustaron a los lineamientos establecidos por éste, y no se cumplió en 15 (29.41%) (figura 9). Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 7 La queja médica en ortopedia y traumatología Figura 4. Apego a los principios científicos y éticos que orientan la práctica médica Figura 5. Cumplimiento obligacional 1 3.2% 30 39.22% 60.78% 20 96.8% 31 Incumplimiento de medios de diagnóstico y tratamiento Mal praxis Lex artis Incumplimiento de medios de tratamiento Total: 51 Total: 31 Figura 6. Tipo de daño Figura 7. Daño físico 6.45% 2 38.71% 12 1 17 8.3% 54.84% 11 91.7% Patrimonial Físico Sin elación causal Incapacidad parcial permanente Total: 31 Muerte Total: 12 DISCUSIÓN La ortopedia es una de las especialidades con elevado riesgo de demandas por responsabilidad profesional.1 En la revisión por especialidades médicas, de 10,484 quejas concluidas por CONAMED en el período 2002-2008, se encontró que 1,027 correspondieron al área de cirugía general, 981 a urgencias médicas, 976 a ginecología, seguidas por ortopedia con 868; ubicándose traumatología en noveno sitio con 415. En ese sentido, las quejas pertenecientes a ortopedia y traumatología formaron un total de 1,283.2 Un estudio realizado en CONAMED, de junio 8 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM de 1996 a diciembre de 2007, refiere que de las 9 especialidades con mayor frecuencia de quejas, 6 fueron quirúrgicas y en primer lugar se encontró ortopedia y traumatología3 lo cual coincide con los resultados de la investigación, ya que en la muestra analizada, la atención brindada fue principalmente de tipo quirúrgico (76.47%). Los casos estudiados permitieron efectuar el análisis de quejas en ortopedia y traumatología para identificar la forma en que se generó la controversia, las circunstancias en que se brindó el servicio y el efecto de la actuación médica. Los resultados obtenidos mostraron que en la mayoría de los casos M.C. Dubón Peniche y A.N. Mejía Delgado Figura 8. Reparación del daño Figura 9. Integración del expediente clínico 3.45% 2 11 37.93% 17 29.41% 15 58.62% Reembolso de gastos Indemnización Reembolso de gastos e indemnización 36 70.59% Cumplimiento Incumplimiento Total: 51 Total: 29 (60.78%) existió mala práctica, y se observó con elevada frecuencia que ésta se debió a incumplimiento de las obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento por parte del médico (96.8%), y fue en todos los asuntos debido a negligencia. En la mayoría de los casos se demostró daño patrimonial (54.84%), seguido por daño físico en 38.71% y no existió daño en 6.45%. Cabe precisar, que los tipos de mal praxis reconocidos en el derecho mexicano son la negligencia, la impericia y el dolo.4 La negligencia es un acto u omisión del prestador del servicio médico, que se desvía de los estándares aceptados por la lex artis. La impericia se refiere a la falta de conocimientos técnicos, básicos e indispensables, que se deben tener obligatoriamente en la profesión; es decir, la impericia es lo contrario a la pericia, la cual obligatoriamente debe ser acorde al grado profesional que se ostenta. Por su parte, el dolo o mala fe, consiste en la maquinación o artificio para engañar. Las intervenciones de atención a la salud se realizan con el propósito de beneficiar a los pacientes; sin embargo, también pueden causar daño. La combinación compleja de procesos, tecnologías e interacciones humanas que constituyen el sistema moderno para la prestación de atención médica puede adoptar beneficios importantes, pero también conlleva riesgo de que ocurran eventos adversos.5 De lo anterior se desprende que para el estudio de casos es importante identificar el contexto en el que se desenvuelve el médico, considerando su formación profesional, la capacitación, así como las características de la institución en la que se desarrolló el acto médico. También resulta relevante el valor probatorio que tiene el expediente clínico en una controversia, pues éste refleja objetivamente el curso de la enfermedad del paciente, así como las actuaciones del personal de salud durante su atención. La atención médica, se refiere al conjunto de servicios que se proporcionan al individuo, con el fin de proteger, promover y restaurar su salud, incluyen actividades preventivas, curativas y de rehabilitación, brindadas mediante servicios públicos a la población en general, servicios de seguridad social, sociales y privados.6 Es decir, la atención médica se proporciona de manera interdisciplinaria, por ello el personal de salud, debe contar con la preparación suficiente y estar debidamente capacitado a fin de evitar daños debido a deficiencias en la prestación del servicio. El daño es el pivote del deber de responder; luego entonces, la reparación del daño, deberá ser determinada atendiendo al tipo de daño sufrido (patrimonial, físico o moral), con el propósito de restablecer la situación original, cuando ello sea posible, o en el pago de daños y perjuicios, según la legislación civil en vigor. El daño físico constituye una alteración que se traduce en mengua o deterioro de la armonía Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 9 La queja médica en ortopedia y traumatología corporal, la cual es indemnizable. Al efecto, el artículo 1915 del Código Civil Federal, en su parte conducente, señala: “Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad total permanente, parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de la reparación se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo”. El daño patrimonial, consiste en el menoscabo del patrimonio de una persona7, como conjunto de valores económicos y que, por lo tanto, es susceptible de apreciación pecuniaria. Por daño moral, se entiende la afección que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que tienen de ella los demás.8 En esos términos, para el correcto ejercicio de la especialidad, se requiere poseer una sólida formación disciplinaria, técnica y humana, que permita al profesional un desempeño competente en su ámbito de acción; además, del conocimiento respecto de los procedimientos quirúrgicos, elementos de fisiología, bioquímica, geometría y mecánica, como en ninguna otra especialidad quirúrgica, pues ésta se extiende más allá del campo de las lesiones traumáticas, abarcando también el estudio de aquellas congénitas o adquiridas, en sus aspectos preventivos, terapéuticos, de rehabilitación y de investigación, que afectan al aparato locomotor, desde el niño hasta el adulto mayor. Así mismo, el éxito de los tratamientos depende en gran medida del cumplimiento y la colaboración del paciente, así como de la correcta y oportuna rehabilitación posoperatoria (cuando así corresponde). En algunos casos, los tratamientos son prolongados, y es necesario el compromiso del paciente (autocuidado a su salud), así como una comunicación efectiva, con recomendaciones claras y constatadas en el expediente clínico, donde también debe documentarse el incumplimiento de las indicaciones, las ausencias a los controles, etc.9 CONCLUSIONES Como parte de su actuar y de los bienes jurídicos con los que trata, como la salud y la vida, el médico está obligado a cumplir con sus pacientes con el es- 10 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM merado deber de cuidado, a fin de otorgar el mayor beneficio y evitar consecuencias no deseadas. La actuación médica correcta no sólo comprende la aplicación del conocimiento y de la destreza del profesional, sino también el cumplimiento de los deberes impuestos por la lex artis, la adecuada aplicación de los recursos tecnológicos, así como la observancia de las normas legales aplicables. Las desviaciones en la atención médica, deben observarse en una nueva cultura, como herramienta fundamental, pues su identificación debe encaminarse a la mejora en la atención de otros pacientes. Se deben analizar permanentemente las causas y establecerse políticas dirigidas al análisis de las desviaciones que se producen en la practica médica a fin de reducir su ocurrencia. El expediente clínico es una guía metodológica de gran utilidad para el médico, tan es así, que la propia lex artis hace patente la necesidad de su correcta elaboración. Finalmente, es importante considerar los elementos que en su momento operan a favor del médico: la correcta historia clínica, la advertencia de riesgos, el consentimiento bajo información, las recomendaciones ambulatorias, entre otros. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Sánchez-Martín M.M. Relación médico-paciente. Profesionalismo e información. Revista española de cirugía osteoarticular. 2006;41(228):157-93. Sistema de Quejas Médicas y Dictámenes (SAQMED). Sistema de Estadística Institucional, CONAMED. Fajardo-Dolci GE, Hernández-Torres F, Santacruz-Varela J, et al. Perfil epidemiológico general de las quejas médicas atendidas en la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. 1996-1997. Salud Pública Mex. 2009;51(2):119-24. Código Civil Federal, artículo 2615. Organización Mundial de la Salud. Calidad de la atención: seguridad del paciente. Washington, D.C., 55ª Asamblea Mundial de la Salud, 2002, pp. 1-2. Ley General de Salud, artículo 32. Código Civil Federal, artículo 2108. Código Civil Federal, artículo 1916. Vítolo F. Aspectos Médico Legales y manejo de riesgos en ortopedia y traumatología. Disponible en http://www.noble- arp.com/src/img_up/27032009.4.pdf. Artículos originales El mensaje epidemiológico del habitus exterior del paciente Foto: Clara Natoli Juan José García García* Resumen La inspección general del paciente, como cualquier otro apartado de la historia clínica, ofrece al médico valiosa información que puede ser definitivamente orientadora del diagnóstico. Los datos que se revisan someramente en este trabajo, y la interpretación de los mismos, tienen su origen en el estudio de grandes grupos de casos, que son motivo creciente de un análisis más sistemático utilizando conceptos y métodos epidemiológicos a fin de darles un carácter probabilístico de mayor peso. Palabras clave: Examen físico, inspección general, diagnóstico clínico, razones de probabilidad. The epidemiologic message of the patient external habit Abstract The patient’s general inspection, as any other section of the medical history, give the physician valuable information that may be definitively lead to the diagnosis. The data that are superficially reviewed in this part of the history and their interpretation are based on the study of great groups of cases, which are subjected to a more systematic analysis with epidemiological methods and concepts in order to provide them with a probabilistic nature of greater weight. Key words: Physical examination, observation, clinical diagnosis, ratio. INTRODUCCIÓN Uno de los componentes importantes que se incorporan de manera temprana en el proceso de la ela- boración del diagnóstico clínico ante cada paciente es el que se refiere a la información que el médico obtiene aun antes de que se inicie la comunicación verbal entre ambos. Esta información procede de la capacidad de observación que el médico vaya desarrollando a lo largo de su formación y de su experiencia, con respecto a la interpretación de las características externas que pueden apreciarse del paciente, así como de la misma situación o ámbito en que ocurre esta relación, ya que, desde este momento van a procesarse mentalmente a través de diversas estrategias de diagnóstico, tales como el reconocimiento de patrones, que es prácticamente un arco reflejo, y otras, más complejas, como la de carácter hipotético-deductivo. En este sentido se comentarán cada uno de los diversos aspectos que resultan relevantes para considerar en esta primera etapa, y que, como puede suponerse, se procesan en cuestión de segundos, y se van integrando a otros elementos conforme transcurre la entrevista clínica. El propósito de estas reflexiones es plantear que la interpretación de los datos recabados por parte del médico, lo tenga conciente o no, tiene su origen en la descripción de grupos de personas en los que, de manera probabilística, se ha encontrado una asociación estadística entre determinadas características biológicas, psicológicas y sociales de aquellas, y el riesgo de que presenten una patología en particuSalud pública. Facultad de Medicina. UNAM. * Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 11 El mensaje epidemiológico del habitus exterior del paciente -Capacitación y experiencia -Concentración del médico -Adecuada iluminación -Paciente colocado en la posición correcta Figura 1. Habitus exterior Requisitos básicos Inspección: El arte de mirar Edad aparente Arreglo personal Sexo Movimientos Marcha -Coloración -Tersura -Hidratación -Cicatrices -Tatuajes -Perforaciones -Emaciación -Desmedro -Adecuado -Sobrepeso -Obesidad Piel y anexos Habitus exterior -Libremente escogida -Forzada Posición -De pie -Sentado -Decúbito -Dorsal -Ventral -Lateral Facies Estado nutricional lar o distintas posibilidades que han de tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial, es decir, que la valoración aislada, pero sobre todo en conjunto de la información obtenida tiene un fundamento epidemiológico. En este contexto resultará de gran utilidad disponer de datos respecto a la frecuencia con que un determinado padecimiento se presenta en el nivel de atención en el que se labora, pues será distinta en unidades de primer nivel con respecto al panorama de un hospital general o uno de concentración de subespecialidades. Por otra parte, es importante conocer la frecuencia con la que se presentan las manifestaciones clínicas de un determinado padecimiento. Este tipo de datos puede llegar a obtenerse del sistema de información de la propia unidad médica, de artículos publicados sobre el problema, ser producto de la consulta con los expertos del área, o bien, de la experiencia personal del médico, aun con lo limitada que ésta pueda ser. HABITUS EXTERIOR Para fines de este trabajo, el habitus exterior representa el conjunto de características biológicas, psi- 12 Actitud Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Biotipo morfológico cológicas y sociales que dan lugar a la apariencia del paciente, que constituyen la primera aproximación al estudio de su condición clínica de salud a través de la inspección general y de la relación que guardan los hallazgos que de ella se derivan con información epidemiológica (figura 1). Características biológicas Edad aparente. Por grupo de edad se puede ir ubicando el perfil de morbilidad y de causas de muerte a las que se ve expuesto el paciente en esa región geográfica (o nivel de atención) en particular, por lo que resulta indispensable estar familiarizado con las estadísticas oficiales correspondientes, generales o por institución, y adaptar a las condiciones de la práctica médica privada. Sin ser categórica la aseveración, en niños se presentan prioritariamente enfermedades infecciosas; en jóvenes, accidentes y violencias, así como problemas asociados a la actividad sexual; en adultos y ancianos cobran mayor relevancia las enfermedades no transmisibles (figura 2). La edad aparente refleja el estilo de vida, así como los antecedentes patológicos del paciente. El proceso J.J. García García Fenotiacinas Metoclopramida Figura 1. Facies de máscara Efectos secundarios extrapiramidales de fármacos Intoxicación por manganeso Enfermedad de Parkinson Facies de máscara: pérdida total de la expresión facial como resultado de brandicinesia Intoxicación por monóxido de carbono de envejecimiento irá dejando huella. Así, con todo el estilo de nuestra cultura, se ha acuñado la expresión “ojalá llegues a la edad que representas”. Al atender a un individuo inconsciente, si no hay un informante, el estimar su edad puede hacer plantear algunos diagnósticos diferenciales, por ejemplo, intoxicaciones accidentales o deliberadas en niños y jóvenes respectivamente, en tanto que los trastornos metabólicos y accidentes vasculares se verán con más frecuencia en adultos y ancianos. En el paciente pediátrico es importante valorar lo observado con respecto a lo esperado en términos del crecimiento y desarrollo, por ejemplo, si el bebé sostiene la cabeza, se sienta solo o camina sin ayuda. Sexo. Junto con el dato anterior, edad aparente, permite plantearse cierto tipo de problemática en función de grupos de riesgo reconocidos, tanto por diferencias en órganos reproductores, como de roles sociales o de ciertos predominios ya identificados Tabla 1. Mortalidad nacional por causas seleccionadas, estandarizada por edad, según sexo, 2008 Hombres Mujeres Causa Defunciones Tasa Defunciones Tasa Enfermedad isqué33,633 95.1 25,943 59.0 mica del corazón Cáncer pulmonar 4,442 12.9 2,255 5.4 Cirrosis y otras afecciones cróni21,447 54.5 6,969 16.5 cas del hígado Enfermedad pulmonar obstructiva 9,148 27.1 7,381 16.9 crónica Tasa por 100,000. Fuente: http://sinais.salud.gob.mx/mortalidad/. Fecha de consulta: 31-08-10. Dermatomiositis Esclerodemia en uno u otro, como el de la enfermedad isquémica del corazón y muchas más (tabla 1). Integridad física. La falta de ésta puede hacernos pensar, por un lado, en el posible origen, como una amputación resultado de una enfermedad sistémica que afecta la microcirculación, de un accidente o incluso en la agenesia de una extremidad producto de una malformación congénita, y por otro, en los aspectos de discapacidad que puedan estar condicionando la situación, y que habrá que tomar en cuenta posteriormente en el plan de manejo. La tabla 2 muestra los principales tipos de discapacidad por grupos de edad, y muestra que casi la mitad de los casos son de tipo motor, y estos, en términos generales, se incrementan conforme aumenta la edad. Complexión o biotipo morfológico. Existen diversas clasificaciones que han pretendido asociar la figura corporal con la aparición y curso evolutivo de las enfermedades. Entre las clásicamente descritas se encuentra la que habla de pícnicos, asténicos, atléticos, displásicos y normales. Otra incluye mesomórficos, endomórficos y ectomórficos. En cada caso puede haber combinaciones. Conformación. Simetría corporal, particularmente relativa a los órganos pares. Rostro, tronco y extremidades pueden mostrar datos de asimetría debida a diferentes razones. Puede estar afectado todo un hemicuerpo como producto de una enfermedad vascular cerebral, y de acuerdo con el sitio de la lesión pueden apreciarse manifestaciones faciales de un lado y contralaterales de manera descendente. Enfermedades o lesiones osteomusculares o neurológicas pueden ser causa de asimetrías o de alteraciones del trofismo, lo que da lugar a hipotrofia, atrofia, o por el contrario, hipertrofias. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 13 El mensaje epidemiológico del habitus exterior del paciente Tabla 2. Porcentaje de población por grupos de edad según tipo de discapacidad, 2000 Grupos de edad Motriz Auditiva Lenguaje Visual Total Niños Jóvenes Adultos Adultos mayores 45.3 35.1 31.4 43.2 55.1 15.7 12.0 11.2 12.0 21.0 4.9 10.3 10.1 4.7 1.4 26.0 15.1 17.3 28.7 30.5 Mental 16.1 33.9 36.4 15.7 3.7 Nota: La suma de los tipos de discapacidad puede ser mayor a 100 debido a la población con más de una discapacidad; el porcentaje se calculó en relación al total de personas con discapacidad en cada grupo de edad. Fuente: INEGI, XII CGPV 2000. Base de datos. Figura 3. Diagnósticos a considerar ante rostros inexpresivos 85 Y MAS 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 1-4 <1 0 10 20 30 Transmisibles 40 50 60 No transmisibles 70 80 90 Lesiones Fuente: Masklike facies. En: Loeb S (Executive director). Professional guide to signs & symptoms. USA: Springhouse Corporation; 1993. p. 469-70. Los fenómenos inflamatorios graves de origen traumático o infeccioso (abscesos), así como las neoplasias, pueden modificar de manera ostensible y visible la arquitectura corporal. Posición. De pie, sentado o en decúbito. El ámbito en el que se lleva a cabo la atención, consultorio u hospital, así como la condición clínica del paciente, son factores que intervienen en la forma en que se le observa por primera vez. El paciente pediátrico se encontrará, por lo regular, en los brazos o sentado en las piernas de la madre, si aún no camina. Actitud. Se dice que cuando el paciente asume una actitud que le proporciona confort, lo ha asumido libremente, para distinguir de aquella que es forzada por la misma enfermedad. El dolor frecuente- 14 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM 100 mente condiciona que el paciente adopte una actitud de defensa o protección corporal que ofrece un alivio parcial. Un niño enfermo disminuye su actividad física y suele estar quieto. Facies. Algunas patologías determinan características particulares del rostro, como la del síndrome de Cushing, el hipertiroidismo, la parálisis del nervio facial, el retraso mental, o simplemente la expresión de dolor. A menos de que se trate de una consulta especializada o de un servicio de referencia, algunas de estas expresiones faciales sólo se verán se manera esporádica. A manera de ejemplo, en la figura 3, se plantean los principales diagnósticos a considerar en relación con la presencia de un rostro inexpresivo. Características de los tegumentos. Coloración. Fuera de los aspectos étnicos o raciales puede identificarse palidez debida, por ejemplo, a un cuadro de anemia o de hipotensión arterial aguda; rubicundez asociada a un episodio febril o una crisis hipertensiva; o las tonalidades adquiridas por la acumulación de sustancias, como en las ictericias (por ejemplo, en el recién nacido, ante la elevación de bilirrubinas debe tenerse presente el riesgo de un problema de incompatibilidad de grupo sanguíneo o de Rh), o en las intoxicaciones por metales o gases, ya sea por exposición accidental o de origen laboral. Quizá en el paciente pediátrico, la presencia de cianosis, como dato de hipoxia, sea más fácilmente observable, sobre todo asociada a datos de insuficiencia respiratoria aguda. También en este caso (la consulta pediátrica) será más frecuente –no exclusiva– la observación de las manifestaciones de las diversas fiebres eruptivas. Otros aspectos. El estado de hidratación puede verse reflejado en las características de la piel. A manera de ejemplo, observe los datos de la tabla 3 con J.J. García García Tabla 3. Datos clínicos seleccionados de deshidratación que son apreciables por inspección Hallazgo clínico LR Valor (IC del 95%) Presente Ausente Sensibilidad Especificidad Valor (IC del 95%) Valor (IC del 95%) Turgencia anormal de la piel 2.5 (1.5-4.2) 0.66 (0.39-0.82) 58 (40-75) 76 (59-93) Hundimiento de ojos 1.7 (1.1-2.5) 0.49 (0.38-0.63) 75 (62-88) 52 (22-81) Membranas mucosas secas 1.7 (1.1-2.6) 0.41 (0.21-0.79) 86 (80-92) 44 (13-74) Ausencia de lágrimas 2.3 (0.9-5.8) 0.54 (0.26-1.13) 63 (42-84) 68 (43-94) Hundimiento de fontanela 0.9 (0.6-1.3) 1.12 (0.82-1.54) 49 (37-60) 54 (22-87) IC: intervalo de confianza, LR: Likelihood ratio, razones de probabilidad o verosimilitud. Fuente: Modificado de: Steiner MJ, DeWalt DA, Byerley JS. Is this child dehydrated? JAMA. 2004;291:2746-54. respecto al comportamiento de distintos indicadores utilizados para valorar la presencia de deshidratación en el paciente pediátrico. Es importante plantear la necesidad de conocer el valor de las razones de probabilidad o verosimilitud (LR) para la combinación de datos clínicos, y no sólo para signos o síntomas aislados. Los tatuajes o perforaciones sugieren que el paciente pudo haber estado expuesto al riesgo de transmisión de hepatitis o de VIH/SIDA. Estado nutricional. De un primer vistazo, a reserva de confirmar con el empleo de los indicadores antropométricos apropiados, pueden apreciarse las condiciones extremas en uno u otro sentido, es decir, desnutrición u obesidad, de las que habrá que precisar la etiología. Los estados intermedios, en particular en los valores limítrofes no serán tan fácilmente identificados. Presencia de movimientos anormales. Aunque existe una variedad de estos, para la situación que nos ocupa, es decir, la de un primer encuentro médicopaciente, interesa destacar aquellos que pueden ser percibidos por manifestarse en forma constante, como el temblor en el hipertiroidismo, el de la enfermedad de Parkinson, los movimientos de corea o atetosis, y los tics, para distinguirlos de aquellos que ocurren como crisis, como las convulsiones tónico-clónicas. Marcha. Puede apreciarse cuando se observa el ingreso del paciente al consultorio. Si lo hace solo y sin dificultad, o por el contrario, requiere de algún aditamento (bastón, muletas, andadera) o del auxilio de un acompañante. La razón puede llegar a ser evidente a simple vista: una herida, una venda elástica o de yeso colocada, una extremidad amputada, etc. Hay ciertas patologías neurológicas que dan lugar a características peculiares al andar, que por ello mismo son sospechosas. Por ejemplo, en la hemiplejía, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, el daño cerebeloso o laberíntico. Higiene corporal. Refleja no sólo hábitos personales, sino posiblemente condiciones del cuidado recibido por familiares (padres, esposo, hijos), vecinos u otro, y de la situación social en cuanto al acceso a servicios públicos. Características psicológicas Sin pretender plantear estereotipos, puede decirse que diversos aspectos de la posición corporal, de las expresiones faciales y de la mirada se asocian con emociones, estados de humor, actitudes, carácter e inteligencia del paciente. A manera de ejemplo, se dice que éste guarda una posición defensiva si se encuentra con brazos o piernas cruzadas. Lo contrario se asocia a una disposición a colaborar. El “tamborileo” de dedos o con los pies puede ser un dato de ansiedad. El rostro, con gran similitud entre diferentes culturas, puede reflejar alegría, tristeza, ira, enfado, disgusto, sorpresa, miedo, especialmente con la musculatura orbicular. Evitar el encuentro de la mirada puede traducir inseguridad, vergüenza, malestar, en tanto que sostenerla puede intentar establecer superioridad, manifestar hostilidad o desprecio. Debe tenerse cuidado en la interpretación del lenguaje corporal y de esta comunicación no verbal, en favor de una adecuada relación con el paciente Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 15 El mensaje epidemiológico del habitus exterior del paciente Características sociales Vestido. Se dice que “el hábito no hace al monje”, sobre todo ahora en un mundo globalizado en que las prendas de vestir y calzar pueden utilizarse quizá en casi cualquier lugar, pero en ciertos casos puede reflejar indumentaria regional, y con ello la probabilidad de algunas exposiciones particulares en la zona, así como su posible condición social (joyería, uso de cosméticos) y lengua (idioma). En el interior del país debe ser claro para el médico el posible grupo étnico del cual procede el paciente a partir de este dato. De igual forma, una indumentaria laboral, puede sugerir el contacto o exposición a ciertos factores asociados a enfermedades de origen ocupacional. De las prendas de vestir u objetos que le acompañan pueden inferirse ciertas creencias, como en el caso de la observación de un “ojo de venado” atado a la muñeca de un lactante, asociado a la protección contra el “mal de ojo”. COMENTARIO FINAL Ningún dato aislado es suficiente para establecer un diagnóstico de certeza, no obstante, el reconocimiento visual de ciertos patrones externos en el paciente puede ser fuertemente orientador. La combinación de datos y la integración de información obtenida por interrogatorio y por exploración física van a guiar las posibilidades hacia la confirmación, tal vez con la necesidad de recurrir a estudios complementarios. Desde el punto de vista epidemiológico, el proceso de diagnóstico significa llevar el valor de una probabilidad preprueba (prevalencia de una enfermedad) al de una probabilidad posprueba que permita confirmar o descartar razonablemente una hipótesis. El empleo de estas herramientas fortalecerá el trabajo del médico, quien podrá sustentar su diagnóstico no en el sentido común o el “ojo clínico” desarrollado, sino en datos cada vez más objetivos que brinden una evidencia más sólida en términos probabilísticos acerca de la condición de salud del paciente. Por lo anterior, es necesario que el médico utilice con mayor frecuencia y sistematización la evidencia epidemiológica procedente de diferentes tipos de diseños de estudio, realice una lectura crítica de la misma, y aplique los resultados reporta- 16 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM dos a las condiciones particulares de sus pacientes, con base en su experiencia clínica. BIBLIOGRAFÍA Bickley LS, Szilagyi PG. Examen general. En: Bickley LS, Szilagyi PG. Bates Guía de exploración física e historia clínica. 8ª ed. México: McGraw Hill Interamericana; 2003. p. 72-5. Borrell CF, Bosch FJM. Entrevista clínica. En: Martín ZA, Cano PJF. Atención primaria. Conceptos, organización y práctica médica. Vol. I. España: Elsevier; 2003. p. 442-5. García GJJ. Significado y empleo de la razón de probabilidades en la práctica clínica. Rev Mex Pediatr. 2000;67:188-91. http://sinais.salud.gob.mx/egresoshosp/tabs/eh_morbsec_001.xls Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. 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Artículos originales Salud mental y atención psiquiátrica en Méxicoª Foto: Carool Mario Souza y Machorroa, Domingo Lenin Cruz Morenob Resumen En el marco de la salud social, se describen las características de la salud mental ofreciendo una visión panorámica sucinta acerca de su situación actual en México, según datos oficiales. Se revisan los síndromes psiquiátricos epidemiológicamente más importantes contemplados en el Plan Nacional de Salud, y a partir de la consideración de sus objetivos y metas, se describen las acciones y tareas que lo integran. Se desprenden de ello datos que en su calidad de indicadores indirectos del problema permiten inferir el grado de impacto social de la condición psiquiátrica del país. Se señalan algunas dificultades intrínsecas a la oferta-recepción de atención asistencial por parte de los usuarios de los servicios así como de las instituciones que la ofrecen y sus condiciones de ubicación, infraestructura, organización, etc., en contraste con las recomendaciones internacionales al efecto. Se hace referencia a la propuesta y desarrollo de un Modelo Nacional de Atención en Salud Mental –incluidas las adicciones– en el que ha de contemplarse la creación de nuevas estructuras de atención, fundamentadas en el respeto a los derechos de los pacientes a recibir una atención médico-psiquiátrica integral de calidad, a través de un modelo capaz de ofrecer una red de servicios eficientes con opciones adecuadas para la prevención, hospitalización y reintegración psicosocial de estos pacientes. Palabras Clave: Salud mental, atención psiquiátrica, programa de tratamiento, epidemiología psiquiátrica. Mental health and psychiatric care in Mexicoª Abstract The characteristics of mental health are described within the frame of social health, by offering a brief overview about their present situation in Mexico, according to official data. The epidemiologically most important psychiatric syndromes referred for care in the National Health Plan are reviewed. The Plan’s activities and tasks regarding its goals and objectives are described. The data obtained serve as indirect indicators of the problem and allow to infer the degree of social impact of the country’s psychiatric condition. Some difficulties inherent to the supply-receipt in the health-care system for both service users and the institutions that offer it, in terms of location, infrastructure, organization, etc., in contrast with international recommendations are pointed out. Reference to the proposal and development of a National Mental Health ª The First Poland/Mexico Scientific Conference. Schizophrenia: cognitive dysfunctions and psychiatric care. Clinical Neuropsychology Department, Collegium Medicum in Bydgoszcz. Nicolaus Copernicus University & Clinica San Rafael, Mexico City. March 10-12, 2009. a Médico especialista en psiquiatría (UNAM) y psicoanálisis (UNAMIMPAC). Maestro en psicoterapia Psicoanalítica (CIES-SEP) y Psicoterapia Médica (UNAM). Jefe de Enseñanza. Clínica San Rafael. b Médico con Maestrías en Salud Pública y en Medicina Social. Profesor de la carrera de Medicina Social de la Universidad Autónoma Metropolitana. UAM-Xochimilco. Solicitud de sobretiros: souzaym@prodigy.net.mx Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 17 Salud mental y atención psiquiátrica en México Care Model –including addictions–, in which the creation of new structures of attention is envisaged, based on respect for the patients’ right to receive an quality integral medicalpsychiatric care, through a model capable of providing an efficient network of services with appropriate choices for prevention, hospitalization and psychosocial reintegration of these patients. Keywords: Mental health, psychiatric care, treatment programs, psychiatric epidemiology. INTRODUCCIÓN La salud mental (SM) es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores de índole social, ambiental, biológica y psicológica.1 Los síndromes depresivos y ansiosos, la epilepsia, la demencia, la esquizofrenia, las adicciones y los trastornos (T) del desarrollo infantil, se han incrementado en México durante los últimos años,2 y como el proceso de salud-enfermedad-salud mental se vincula con la salud física y la pobreza, la incidencia de los trastornos mentales (TM), merma aún más los ingresos de sus portadores, por lo que se precisa de un mayor esfuerzo asistencial que reduzca la posibilidad de que estos T incapacitantes, limiten el potencial de desarrollo de los afectados y la sociedad.3 En el país se dispone de un Programa Nacional de Salud, cuyos datos del último trimestre de 2005 indicaron que en México carece de seguridad social 43.4% de la población total (46.1 de 106 millones de personas); 65.8% de la población económicamente activa (28.7 de 43.9 millones) y 43.6% de los asalariados (11.5 de 26.4 millones). Se ha documentado que el país tiene restricciones materiales en muchas de las unidades de salud, clínicas y hospitales públicos, derivadas del rezago en su infraestructura, la modernización de sus equipos clínicos y de laboratorio y la saturación de servicios que prohíjan una deficiente calidad de la atención. Respecto al uso de los servicios privados, 1 de cada 2 derechohabientes del IMSS prefiere acudir a ellos, en lugar de usar los servicios que otorga el Instituto. En el ISSSTE, 3 de cada 5 derechohabientes acuden a médicos privados.4 La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006,5 mostró una tendencia preferencial a utilizar los servicios priva- 18 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM dos, luego los de Secretaria de Salud (SSA) y por último, los de las instituciones de nacionales de seguridad social, que por cierto estas 2 últimas dependencias son las que reciben más denuncias ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a causa de las quejas sobre deficiencias en la atención que brindan. Ello contrasta con la actual visión políticoa-dministrativa, que pretende enmarcarse en la consideración de que “Todo país que presente serios problemas en la salud en sus habitantes tendrá problemas para llevar adelante un plan nacional de desarrollo de sus propios pobladores”. En México el Sistema Nacional de salud asume el reto de disminuir los impactos mortales de las enfermedades, prevenir los hábitos nocivos, investigar las características de las enfermedades y llevar a la mayoría de la población atención suficiente y adecuada, a afecto de impactar lo más amplia y favorablemente posible la calidad de vida y la autodeterminación. Ello promueve la impostergable necesidad de conocer, ubicar y resolver los errores, y reforzar los aciertos que permitan lograr la mejoría de las condiciones de vida de los enfermos mentales y sus familias. Debe considerarse el concepto moderno de “calidad de vida”, que desde la perspectiva sociocultural cambia de acuerdo con las culturas, el momento histórico y la sociedad. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) implica una serie de componentes de carácter objetivo: salud integral, alimentación, educación, trabajo, vivienda, seguridad social, vestido, uso apropiado del ocio y el respeto de los derechos humanos. La satisfacción personal, se vincula al bienestar psicológico, al funcionamiento social y emocional, al estado de salud, al desempeño funcional global de cada persona, a su satisfacción con la vida, al apoyo social real disponible y a un patrón de vida productiva en términos de satisfacción y trascendencia.3 DESCRIPCIÓN Respecto a la patología psiquiátrica de los adultos y la población infantojuvenil, durante 1994 se calculó una prevalencia de TM de 5-18% de la población general. La depresión fue el T más frecuente en uno y otro sexo (4.9% hombres y 9.7%, mujeres), por lo que se espera que 1 de cada 6 personas desarrolle eventualmente un TM que podría requerir atención especializada. Es decir, que en México, que tiene una población un poco mayor a 100 millones de personas, padecen TM casi 15 millones, esto es, una sexta parte de sus habitantes. Además, 18% de la población urbana de entre 18 y 64 años de edad sufre T del estado de ánimo. Los T depresivos y por ansiedad son los TM más frecuentes atendidos en la consulta de los 3 niveles de atención.3 Se ha documentado que 1.6% de la población adulta ha intentado suicidarse y la tasa de suicidios creció 125% entre 1970 y 1991 (de 1.13% a 2.55%). La epilepsia es prevalente en 3.7% de la población de 18 a 64 años de edad y representa 1.6% en niños de poblaciones urbanas y 2.14.1% en niños de poblaciones rurales, que aún son estigmatizados por ello, a falta de una apropiada educación en SM comunitaria.6 Esta circunstancia minimiza el hecho de que en la actualidad 80% de los pacientes diagnosticados puedan ser tratados exitosamente y desarrollarse en los ámbitos familiar, laboral y social. Lamentablemente, al no recibir la atención requerida, muchos de los TM infantiles no se identifican ni corrigen como sería deseable. Por ejemplo, 7% de la población de entre 3 y 12 años de edad se encuentra afectada y en las escuelas de educación especial de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se atienden al año 140 mil niños con T del aprendizaje; 35 mil por déficit mental; 12 mil por T de lenguaje; 8 mil por T de la audición; 3 mil por T motrices y 2 mil por T de conducta. Además, en el país ocurren anualmente diversos tipos de desastres naturales como sismos, ciclones y tormentas, que complican aún más la situación, así como algunos problemas provocados por el hombre como desplazamientos poblacionales, problemas ecológicos, etc., que afectan la SM de las comunidades que los enfrentan. Ello sin contar que las enfermedades crónico-degenerativas y el VIH/sida provocan circunstancias que propician psicopatologías diversas y producen ansiedad y depresión.7 Todo esto se adicionará a los incrementos globales calculados para el año 2010 de casi 16.5 millones de personas hipertensas, 4.5 millones de diabéticos, cerca de 700 mil casos de infartos del miocardio y Foto: Nayeli Zaragoza M. Souza y Machorro, D. Lenin Cruz Moreno más de 13 millones de obesos. Respecto a la patología adictiva, más de 3 millones de personas son adictos al alcohol, existen 13 millones de fumadores y 400 mil pacientes adictos a psicotrópicos. Además, 500 mil personas sufren esquizofrenia,8 1 millón epilepsia y 5 de cada mil niños sufren retardo mental. Por su parte, los T afectivos en la Ciudad de México incluyen 9% de la población adulta de entre 18 y 65 años con 7.8% de episodios depresivos mayores a razón de 2.5 mujeres por cada varón. La distimia, en su calidad de variante de afectación del T anímico, mantiene 1.5% con un rango similar entre los géneros (2.6%), y a la par existe un porcentaje menor en los cuadros de relación del talante con 1.3% y diferencia similar entre géneros. La prevalencia de los T por ansiedad afecta a 8.3% de la población, donde la agorafobia sin pánico (3.8%) y la fobia social (2.2%) son los diagnósticos más comunes.4 En este punto cabe destacar que tales prevalencias son más bajas que las observadas en Estados Unidos, donde existen cifras de hasta 19.5 y 25% para cualquier T afectivo y por ansiedad, respectivamente. No obstante, el panorama general brindado has- Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 19 Salud mental y atención psiquiátrica en México ta aquí resalta algunos datos que se magnifican al considerar las transformaciones demográfico-epidemiológicas del país, dado que se espera que para los próximos 12 años ocurra un aumento global de 29% de individuos afectados por alguno de los T referidos (patología adictiva y su comorbilidad y los T afectivos y ansiosos). Vista la gravedad de este problema desde una óptica social acorde a cifras oficiales, se indica que 8% de los TM son de tipo neuropsiquiátrico, 10% de los adultos mayores de 65 años de edad sufren cuadros demenciales y 15% de la población de entre 3 y 12 años presentan algún tipo de TM o de conducta, lo cual insta al desarrollo nacional de acciones firmes, permanentes y coordinadas.9 DISCUSIÓN Los TM causan pérdida de años de vida saludable (AVISA);10 según cifras oficiales, entre los 15 principales están los T psiquiátricos neurológicos, 6 de los cuales se vinculan con este tipo de T así como con patología adictiva, homicidios, violencia, accidentes producidos por vehículos automotores, enfermedad cerebrovascular, cirrosis hepática y demencias. Pero sólo la patología alcohólica y los T depresivos, representan casi 18% del total que producen pérdida de AVISA. Para la SSA, las principales causas de ello en México durante 1998 se relacionaron con TM vinculados a homicidios y violencia.9 La patología adictiva es responsable de gran carga social, ya que los T relacionados con alcohol y abuso de sustancias constituyen un serio problema de salud pública, reflejado en la afectación directa al desarrollo del capital humano y social y la génesis de altos costos económicos, no sólo a través del sistema de salud, sino también por vía de accidentes y lesiones, violencia y criminalidad, que menoscaban el bienestar de las futuras generaciones con su alta prevalencia y comorbilidad.11 Tal impacto económico se refleja además, en el ingreso personal y en la capacidad de las personas y familias para trabajar y contribuir a la productividad nacional. La utilización de los servicios de atención asistencial y de apoyo aumenta los costos de atención y productividad, amén de costos indirectos (número de personas afectadas, costos terapéuticos y de 20 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM rehabilitación, pago de servicios de diversa índole, discapacidad laboral y pérdida de ingresos que provocan grandes cargas de angustia y sufrimiento). Los efectos colaterales de la falta de tratamiento se visualizan en intentos suicidas y el suicidio consumado, afectación familiar y con los amigos, descuidos, ausencias laborales, desesperación, aislamiento, estigma producido entre los empleadores, pobre contribución al tratamiento, descuido e improductividad, pérdida de vidas humanas, necesidades insatisfechas, exclusión social, mayor necesidad de oferta de atención de SM y médica general, que reduce la productividad de atención clínica hospitalaria.2 Una característica importante de los TM es que mientras su mortalidad es baja, el comienzo de los T ocurre a menudo en edades tempranas, lo que hace que los costos directos e indirectos por su atención institucional sean altos per se.1 Ello sin contar otros costos no relacionados con la salud, dirigidos a otros servicios sociales, el sistema judicial y carcelario, el transporte y demás recursos perdidos, los relativos al valor de la productividad, a la mortalidad y el valor del tiempo de los cuidadores y familiares. El Banco Mundial calcula que los padecimientos neurológicos y psiquiátricos representan 12% del costo total de las enfermedades médicas, en tanto que representa 20% para la OMS. Tales T medidos por “años de vida ajustados por discapacidad” representan 11.5% de la carga total de las enfermedades, entre las que destaca la depresión, que por sí sola acumula 36.5% del total, y el alcoholismo con 11.3%. El análisis pormenorizado de la OMS sobre el diagnóstico situacional en la SM detectó que algunas de las causas líderes generadoras de discapacidad en el mundo son: 1) depresión mayor, 2) anemia por deficiencia de hierro, 3) caídas accidentales, 4) uso de alcohol, 5) enfermedad pulmonar obstructiva crónica, 6) trastorno bipolar, 7) anomalías congénitas, 8) osteoartritis, 9) esquizofrenia, y 10) trastorno obsesivo compulsivo.2 Pero la productividad disminuida en el trabajo ocurre incluso cuando un trabajador no toma licencia por enfermedad, pues los TM pueden causar una reducción apreciable en el nivel habitual de productividad y rendimiento, por lo que dicha patología afecta lo mismo el acceso al mercado de trabajo como su permanencia. A la pregunta de ¿cuánto cuesta la enfermedad mental?, hay que responder que las estimaciones de los costos no están disponibles aún para todos los TM, ni para todos los países. Durante 1990 se estimó que los costos de los problemas derivados de TM fueron del 2,5% del producto nacional bruto (PNB) en Estados Unidos. Se ha imputado a los TM al menos 59% de los costos económicos por pérdida de la productividad derivados de lesiones o enfermedades asociadas, seguidos por abuso de alcohol, que representa 34%. En los países miembros de la Unión Europea el costo fue estimado entre 3-4% del PNB, porcentaje del cual los costos calculados para la atención social por este concepto llegaron en promedio al 2% del PNB.12 El costo de su manejo efectivo muestra un muy bajo nivel de recursos disponibles en países en desarrollo con relación a la población afectada. El Atlas de Recursos de Salud Mental en el Mundo 2001 de la OMS señaló el grave panorama de carencias y desigualdad de la distribución de los recursos de SM y la necesidad de reforzar de forma urgente y sustancial los recursos destinados a la SM para responder a la carga actual y creciente de los TM. Los enfoques basados en la evidencia para la asignación de recursos y el desarrollo de servicios son un componente prometedor y necesario para el apoyo de las políticas nacionales de SM, en especial para países en desarrollo. El enfoque de costo-eficacia es uno los criterios analíticos del proceso de toma de decisiones para financiar la prevención y tratamiento de TM, pero es recomendable que se complemente con otros enfoques.13 Entre los elementos participantes de la problemática de la atención asistencial debe considerarse que las personas con TM están en mayor riesgo de sufrir violaciones de sus derechos humanos, y tienen también mayores probabilidades de sufrir discriminación al solicitar acceso a tratamiento o atención social e institucional. De hecho, el logro de objetivos de salud física como los relacionados con la mortalidad infantil y su comorbilidad, puede darse con un mejor manejo de la depresión posparto. Las tasas de infección por VIH/sida entre los 17 y 24 años pueden reducirse porque una mejor SM reduce el riesgo del sexo no protegido y el consu- Foto: Scott Adams M. Souza y Machorro, D. Lenin Cruz Moreno mo de sustancias, además del mejor cumplimiento del tratamiento para otras condiciones (tuberculosis, VIH/sida, hipertensión, diabetes y cáncer). Los cuidadores de pacientes se benefician también de la reducción de la carga de atención, menos días de trabajo perdidos y una menor pérdida de ingresos. Tanto patrones como trabajadores, se benefician de un mejor ambiente de trabajo, menor ausentismo y mayor productividad y los gobiernos reducen sus transferencias de costos y pagos.14 La SM deviene como una variable crucial en el éxito de los programas destinados a reducir la pobreza y asegurar un desarrollo sustentable, afectados por efecto social del TM.15 Los países clasificados por sus ingresos con los criterios del Banco Mundial, difieren ampliamente en la proporción destinada a la SM en sus presupuestos de salud. Los más pobres tienen reducidos presupuestos de salud e invierten en menor proporción en temas de SM. Pero una baja oferta de atención en SM conlleva resultados pobres, recaídas que podrían evitarse y a escasas acciones destinadas a la rehabilitación.1 Existe una brecha amplia entre la carga económicosocial de los T neuropsiquiátricos y el presupuesto destinado a la SM. Los TM y el T de la conducta constituyen 13% de la carga global de la enfermedad; sin embargo, en promedio el presupuesto destinado a la SM de los países rara vez supera el 2% de los gastos totales en salud, por lo que es un imperativo social mejorar las acciones destinadas al tratamiento de las personas con TM.16 En los últimos decenios los datos oficiales indican un curso evolutivo y dinámico con alternancia de ciclos de impulso con otros de relativo estancamiento. En términos de la cantidad, recursos y servicios especializados institucionales, el país muestra un Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 21 Salud mental y atención psiquiátrica en México patrón característico que presenta una expansión selectiva insuficientemente planificada en el sector salud y seguridad social, y por otra, una reducción en términos absolutos de los recursos en atención hospitalaria en aquellas instituciones destinadas a los no derechohabientes. La relación entre la infraestructura empleada en términos de cobertura por niveles de atención, relativa a los recursos empleados, observa que aun cuando se favorece la reducción de la permanencia de los pacientes psiquiátricos y su reincorporación a familia y a la comunidad, la disminución en el número de camas ha llegado al punto de que existe una proporción menor en 28% a la recomendada por la OMS (1 cama/10 mil habitantes), además de que las camas disponibles para internamiento especializado tienen distribución inequitativa a lo largo del territorio nacional. De modo que la Secretaría de Salud (SSA) y los institutos nacionales de salud disponen de camas para la atención de estos enfermos. Pero 7 estados (Campeche, Morelos, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, Tlaxcala y Zacatecas) carecen de servicios hospitalarios para la atender población abierta con TM. El indicador nacional promedio de camas/habitantes de 1.033 × 10 mil, que ha sido mejorado escasamente en los últimos años es una cifra que refleja la cobertura relativa e inequitativa existente entre las entidades federativas del país. De hecho, se estima que 51% del total de las camas “reales” existentes, tiene características asilares, es decir, permanecen saturadas o sin movimiento. La accesibilidad geográfica al interior de cada estado, como es de esperarse, es desigual y los servicios asistenciales se ubican en localidades de mayor desarrollo económico o en sitios alejados de los núcleos urbanos. La infraestructura-cobertura niveles de atención, relativa a los recursos empleados, observa una agudización del problema, toda vez que la cobertura de los servicios de salud para atender a este sector ha disminuido al pasar el tiempo, según datos proporcionados por el Registro Nacional de Infraestructura para la Salud. En el primer nivel de atención, los recursos reúnen más de 12 mil núcleos básicos de salud (1 médico y 2 enfermeras), que operan completos menos 22 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM de 30%, y sin servicios especializados de SM. En el segundo nivel, la Ciudad de México concentra 41% de los psiquiatras y psicólogos institucionales destinados a atención de población abierta. Únicamente 7 estados tienen suficientes especialistas en psiquiatría y 4 en psicología (1/100 mil y 1/40 mil habitantes, respectivamente). En Campeche, Chihuahua, Quintana Roo y Zacatecas la carencia de especialistas en psiquiatría es casi absoluta. Además, en las distintas entidades del país ambos tipos de profesionales se concentran en ciudades de mayor tamaño y desarrollo. El tercer nivel de atención reúne 28 hospitales de especialidad (psiquiátrica) y 4 hospitales generales con posibilidad de internamiento de personas con diversos TM. La seguridad social dispone de 4 hospitales y existen 8 en el ámbito privado.16 El funcionamiento de los servicios mencionados ha mostrado promedios de 4 días/ usuario pero los índices de uso de servicios para el manejo de T afectivos siguen siendo bajos17 a causa de distintas dificultades entre los usuarios y los servicios, como el bajo nivel de escolaridad, el monto de los ingresos de las familias, la vergüenza de aceptar que se tiene un TM. CONCLUSIÓN La actividad asistencial ha de buscar incluir la atención de personas con padecimientos mentales a través de los servicios de salud general y especializados de atención ambulatoria y hospitalaria, para prevenir, tratar las enfermedades y reintegrar a la sociedad a las personas con TM, siempre sobre la base de la utilización de criterios de atención integral y humanitaria.19 En la reestructuración del Sistema de Servicios de Psiquiatría y Salud Mental en México es un imperativo el crear nuevos y eficientes modelos de atención en SM donde la SSA en colaboración con ONG, instituciones de asistencia privada (IAP), universidades, sociedades médicas y la sociedad civil entre otras, participen en la propuesta y desarrollo de un Modelo Nacional de Atención en Salud Mental. En él ha de contemplarse la creación de nuevas estructuras de atención basadas en el respeto a recibir una atención integral médico-psiquiátrica y a los derechos de los usuarios, así como de recibir una atención médico-psiquiátrica integral.20 M. Souza y Machorro, D. Lenin Cruz Moreno Un modelo tal requiere de una red de servicios de alternativas complementarias en cuya realización los gobiernos Federal y Estatal y Municipal del país, han de aplicar recursos financieros adicionales. En congruencia con los avances en esta área a escala mundial, se debe establecer: el abandono del modelo hospitalario psiquiátrico de corte asilar; la generación en todas las estructuras de la red de servicios que promuevan un ambiente de amabilidad y eficiencia, y que se respeten cabalmente los derechos humanos de los usuarios y del personal, con base en las Normas Oficiales Mexicanas; así como favorecer la comunicación permanente sobre el funcionamiento y avances del modelo a aplicar, con el fin de resolver los problemas que se susciten y se logre un impulso a este modelo a efecto de consolidar la rehabilitación de las personas internadas en hospitales psiquiátricos. Al tratarse de usuarios con padecimientos crónicos, colaborar en su regreso a la comunidad, para que logren desenvolverse y manejarse en ella con la mayor autonomía y calidad de vida posible. La Ley General de Salud pretende crear nuevas estructuras de atención asistencial basadas en el derecho de la gente de recibir atención médica y psiquiátrica, a través de un modelo de red de servicios con complementarias de prevención, hospitalización y reintegración social de los TM. Dada la envergadura y trascendencia de la problemática implicada, puede esperarse que tal tipo de actividades realizadas en grupo requieran de actuar bajo un diseño planificado y armónico que potencialice el esfuerzo de los múltiples intereses y actores involucrados. Nos pronunciarnos hacia el logro de la consolidación y el mantenimiento perenne de una anhelada meta conveniente para la vida de los enfermos mentales y sus familias, en aras de la instauración de una sociedad más justa, sana y digna para todos. BIBLIOGRAFÍA Degenhardt L, Chiu WT, Sampson N, et al. Toward a Global View of Alcohol, Tobacco, Cannabis, and Cocaine Use: Findings from the WHO World Mental Health Surveys, 2008. PLoS Med. 5(7): e141 doi:10.1371/journal.pmed.0050141 Demyttenaere K, Bruffaerts R, Posada-Villa J. World Mental Health Survey Consortium Prevalence, severity and unmet need for treatment of mental disorders in: the World Health Organization; World Mental Health Surveys. JAMA. 2004;291(21):2581-90. González S. La salud mental en México. Director General de los Servicios de Salud Mental. [Consultado 07/02/05]. Disponible en: http://www.conadic.gob.mx/doctos/salmen.htm. Guisa CVM, Díaz Barriga SL, Souza y Machorro M. La educación médica en adicciones y sus problemas. Psiquiatría. 2004; 20(1):9-20. Instituto Nacional de Salud Pública. ENSANUT, 2006. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Octubre 2006. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Estadísticas de Intentos de Suicidio y Suicidios 2003. INEGI, Cuaderno No. 9. México, 2004. ISBN 970-13-4367-0. Disponible en: http:// www.insp.mx/ensanut/ Leifman H. 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Cost-effectiveness of interventions for reducing the burden of mental disorders: A global analysis (WHOCHOICE). GPE Discussion Paper (prepared by Chisholm D). World Health Organization, WHO: Geneva; 2003. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 23 Las enfermedades en la historia Foto expuesta en el Museo de la lepra en Bergen, Noruega La lepra en el mundo Rafael Álvarez Cordero* a lepra es una de las enfermedades que más se mencionan en la historia y sus orígenes se remontan a varios siglos antes de nuestra era; hay datos sobre la enfermedad, que característicamente produce graves lesiones, mutilaciones y deformidades, desde 400 a. C. en China y la India, y es sabido que se encontraron lesiones óseas de lepra en una momia egipcia del siglo II a. C. En la Biblia aparece en múltiples ocasiones, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y en casi todos estos relatos aparece como un castigo divino. El desconocimiento de la causa de esta enfermedad dio origen a las severísimas leyes que excluían a los leprosos de la vida social, ya que además de su aspecto repulsivo, era motivo de discriminación y repudio social, porque se suponía que era consecuencia de pecados cometidos por los antecesores del enfermo. En la Edad Media la lepra se extendió notablemente y se crearon leprosarios para confinar a los enfermos, y así en el siglo XII se llegó a contar con más de 30 mil. En América, la lepra llegó tanto a México como a Brasil poco después de la Conquista, y fue Hernán Cortés quien ordenó la construcción del primer leprosario en la capital en 1528. Los leprosarios eran literalmente cárceles en las que se confinaba para siempre a los enfermos, ya que se pensaba que la enfermedad era hereditaria y no contagiosa y la única forma de control sanitario era el aislamiento. Pero en lugar de que los enfermos acudieran a 24 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM los leprosarios –lo que significaba la reclusión de por vida–, muchos huían y evitaban ser internados, por lo que la enfermedad continuó extendiéndose en la población, hecho que persistió durante la Colonia y el principio de la vida independiente de México. Pero el panorama comenzó a cambiar en todo el mundo en 1873, con el descubrimiento de la bacteria que produce la enfermedad, gracias a las investigaciones del noruego Gerhard Henrik Armauer Hansen (1841-1912). El descubrimiento del Mycobacterium leprae tiene relevancia histórica ya que se trata de la primera identificación de una bacteria como agente causal de una enfermedad en el hombre. Un poco más tarde tuvieron lugar los conocidos hallazgos de Koch sobre el ántrax, sin embargo, a diferencia de éste, Hansen no pudo cultivar el bacilo de la lepra para confirmar experimentalmente su hipótesis; todavía hoy sigue siendo imposible, pero sus trabajos ayudaron a establecer los principios fundamentales de la inmunología, la bacteriología y también de la salud pública. Como ocurre en muchos momentos de la historia de la medicina, los hallazgos de Hansen de “algunos corpúsculos en el interior de las células lesionadas” fueron inicialmente rechazados y ridiculizados y su primera publicación no fue bien recibida. En su primer trabajo, de 1869, publicado en noruego en 1871, Hansen describió la apariencia y alteraciones del tejido linfoide de los leprosos, y usó el término infectionsstoff “sustancia infecciosa”, cuyo significa*Editor. Revista de la Facultad de Medicina. UNAM R. Álvarez Cordero El “hombre puercoespín”. Poco tiempo después de una visita a su laboratorio, un investigador alemán, Albert Neisser, publicó como suyas las observaciones, por lo que se comenzó a hablar de la “bacteria de Neisser”, conflicto que duró algún tiempo hasta que en 1884 se reconoció formalmente, en un congreso internacional la autoría de los trabajos de Hansen y se le dio el crédito correspondiente como el padre y descubridor del Mycobacterium de la Lepra. Hansen continuó investigando el resto de su vida y murió lleno de honores en 1912. Ese descubrimiento cambió el panorama sanitario de la lepra en todo el mundo y en México; así, el doctor Jesús González Ureña presentó en 1921 en el Congreso Médico Nacional Mexicano la ponencia “Manera de iniciar en México la profilaxis antileprosa”, y se convirtió en promotor de la lucha contra la lepra al lograr que se hiciera obligatoria la notificación de la enfermedad. Por iniciativa del Dr. González Ureña se realizó el Primer Censo de la Lepra en México, con el que se demostró la existencia de 1,450 enfermos distribuidos en el territorio nacional. Dichos censos se repitieron cada 5 años, lo cual llevó a las autoridades sanitarias a realizar actividades de control, aunque en la población seguían persistiendo los tabúes y el rechazo a la lepra y los leprosos. Se establecieron dispensarios y nuevos hospitales antileprosos en diversas ciudades de los estados con mayor número de enfermos; pero, como en tiempos de la Colonia, esta medida resultaba contraproducente debido a que los enfermos evitaban ser reconocidos para no ser recluidos en los leprosarios. En 1930 se promulgó el Reglamento Federal de Profilaxis de la Lepra, a lo que siguieron la emisión de disposiciones oficiales que hicieron posible organizar la lucha sobre sólidas bases científicas. Los empeños del Dr. González Ureña culminaron con el establecimiento de 21 dispensarios en las regiones más afectadas, una Junta Central de Profilaxis de la Lepra por cada entidad federativa, 437 juntas municipales, una leprosería erigida en 1939 por orden del presidente Lázaro Cárdenas en la ex Hacienda de Zoquiapan (llamada Asilo “Dr. Pedro López”) con capacidad para 500 pacientes, así como salas especiales o Lazaretos en Campeche, Guadalajara, Tampico, Culiacán, Morelia y Colima, con un promedio de 70 enfermos cada uno. A pesar de los esfuerzos de los médicos por educar a la población, los temores y tabúes respecto a la lepra continuaron –y aún continúan–, lo que se Foto: Fundación ANESVAD do no estaba claro del todo; en los nódulos superficiales vio unos cuerpos dentro de las células que parecían bacterias, no estaban presentes en todas, pero sí en la mayoría, y publicó esos hallazgos en 1973; hay que tener en cuenta que la pobreza del equipamiento de su laboratorio no le permitía trabajar con comodidad y obtener buenas preparaciones. Existen centros especializados en lepra que proporcionan atención médica y rehabilitación física en las zonas más desatendidas. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 25 La lepra en el mundo Hombre de alrededor de 24 años, infectado de lepra. puede ejemplificar por el relato muy conocido de los choferes de los autobuses de pasajeros que viajaban por la carretera cercana al leprosario de Zoquiapan, y decían a los pasajeros: “por favor cúbranse la nariz y la boca, porque vamos a pasar por Zoquiapan, no se vayan a contagiar”. Y como segundo avance real en el tratamiento de la lepra, en 1941 Guy Faget utilizó por primera vez un derivado de dapsona, con lo que se logró la curación de la lepra, tratamiento que pronto fue adoptado universalmente y se inició en México en 1946. En 1958, el Dr. Fernando Latapí Contreras presentó a la Secretaría de Salubridad y Asistencia un programa de trabajo para organizar la Lucha contra la Lepra con brigadas constituidas por un médico y una enfermera en las entidades con mayor número de aquejados por esta enfermedad; estas brigadas realizaron entre 1960 y 1984 acciones de detección entre contactos y población más expuesta, así como el control de los enfermos mediante su tratamiento con la diamino difenil sulfona (DDS 26 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM o dapsona), único medicamento antileproso disponible hasta entonces. En atención a las disposiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se unió a la Estrategia para la Eliminación de la Lepra como Problema de Salud Pública e inició en 1990 el tratamiento con una combinación de 3 fármacos (dapsona, clofazimina y rifampicina) o de 2 (dapsona y rifampicina), con duración mínima de 24 y 6 meses respectivamente, de acuerdo con el tipo de lepra. En el año 2005, en México se logró eliminar la enfermedad, es decir, la prevalencia de lepra menor a un caso por 10,000 habitantes en el total de las entidades federativas. ¿Y los leprosarios? Poco a poco fueron desapareciendo, el tratamiento ambulatorio de la lepra hizo que su presencia no fuera necesaria; en la ex Hacienda de Zoquiapan, hoy convertida en hospital, solamente permanecen unos cuantos enfermos ancianos que han vivido ahí toda su vida, trabajan, cultivan la tierra pero no desean regresar a sus lugares de origen, en parte porque la discriminación hacia la lepra aún está vigente; cabe señalar que en 2008 el Comité de Derechos Humanos de la ONU adoptó por unanimidad una resolución para eliminar el estigma y la discriminación contra las personas afectadas por la lepra, pero a pesar de esto la discriminación persiste en nuestro país, y naciones como Estados Unidos y el Reino Unido tienen regulaciones que restringen el permiso de trabajo o residencia a las personas con lepra. Cuando se habla de la discriminación cosecuencia de la ignorancia, el caso milenario de la lepra puede ser paradigmático, aunque debemos reflexionar si nuestra actitud hacia otras enfermedades emergentes, como el VIH y el sida, en pleno siglo XXI, no tiene muchas semejanzas con esa enfermedad. BIBLIOGRAFÍA Armauer Hansen GH. Bacillus lepræ. Nordiskt Medicinskt Arkiv, Stockholm, Nr. XII. Nr. 3, 1-10, 1880. Boletín de Epidemiología de la Secretaría de Salud. 2009;3(26):8-24. Progress towards the elimination of leprosy as public health problem. Wkly Epidemiol Rec. 1996;20:149-56. World Health Organization. Global Strategy for Further Reducing the Leprosy Burden and Sustaining Leprosy Control Activities. Hanoi, Vietnam, 4-7 July 1994. Nuestros maestros Jesús Kumate Rodríguez Semblanza El doctor Jesús Kumate Rodríguez es médico cirujano egresado de la Escuela Médico Militar en 1946, y doctor en ciencias en 1963. Profesor de muchas generaciones, pediatra e investigador, ha tenido numerosos cargos a nivel nacional e internacional. Fue director del Hospital Infantil de México, Secretario de Salud en 1988, y presidente del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud en 1995; ha recibido numerosas condecoraciones, preseas y doctorados honoris causa; recibió la medalla Belisario Domínguez en el 2006. Pero lo más importante es que es un hombre bueno, que trabaja cada día con entusiasmo, y cuya pasión es ser médico de niños. ¿Quién es Jesús Kumate Rodríguez? Un mexicano hijo de un japonés emigrado y de una maestra rural sinaloense, nacido en Mazatlán en 1924. Fui muy afortunado por haber recibido de mis padres afecto, ejemplos de trabajo y una vivencia familiar armoniosa, nunca los oí reñir. En las escuelas, siempre públicas, continuó mi buena suerte al tener maestros generosos y compañeros con los que he mantenido amistad por toda la vida, más de 75 años con uno de ellos. ¿Cuál es el mejor regalo que le ha dado la Medicina? El ser médico de niños. ¿Cuál es su opinión sobre el estudiante de Medicina en México? Que es muy afortunado por recibir enseñanzas sobre los progresos de la Medicina en el siglo XX, y en especial durante la segunda mitad. Disponen de medios diagnósticos y medicamentos que han conse- Rafael Álvarez Cordero Foto: RAC guido la llamada transición epidemiológica. Nunca han visto casos de viruela, parálisis flácidas por poliovirus, cifosis por tuberculosis de las vertebras. No han visto morir a niños por paludismo, sarampión, tosferina, tétanos y difteria, pueden ofrecer alivio a pacientes con trastornos mentales. Les ha tocado que haya seguridad social para 6 de cada 10 mexicanos y acciones dirigidas a una cobertura casi universal. Son cuestionantes y críticos, deseosos de aprender y conscientes de ser estudiantes vitalicios. ¿A quién o a quienes admira? A los médicos que por vocación atienden de porvida a leprosos. Porque son médicos practicantes del ideal médico de todos los tiempos. ¿Quién es su escritor favorito y si salvara uno de sus libros del fuego, cuál sería? Oscar Wilde y “La Guerra y la Paz”. ¿En qué otra época le hubiera gustado vivir? En Florencia en el siglo XV. ¿Le preocupa el futuro de la Medicina? Me preocupa que la tecnología acelere la deshumanización de la relación médico-paciente, se dan casos en que el médico no mira a los ojos a su paciente, que atiende a la información de exámenes y emite una receta de instrucciones. En lo personal, me preocupa que hayamos llegado en el DF a “Se prohíbe fumar y se permite abortar”, que se legalice el uso de drogas adictivas y que entre los propósitos del matrimonio no figure la procreación. ¿En su opinión, qué médico mexicano ha contribuido más al progreso de la Medicina? Gustavo Baz Prada e Ignacio Chávez Sánchez, al mismo nivel. ¿Qué es lo que más detesta? La deslealtad. ¿Le preocupa la muerte? Sí, por una enfermedad terminal prolongada con la que no tenga autonomía para asearme, vestirme, comer y leer. ¿Cómo quiere ser recordado? Como médico de niños en hospitales públicos. ¿Algún otro comentario? Me entristecen el deterioro ambiental, la corrupción en la vida privada y pública de los mexicanos y la ausencia de líderes con estatura de estadistas. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 27 Artículo de revisión Prevención y detección temprana del cáncer cervicouterino en la era de la vacuna contra el virus del papiloma humano Una revisión para el médico general Foto: Alvimann Luz María Ángela Moreno Tetlacuiloa, Pedro de Jesús Sobrevilla-Calvob INTRODUCCIÓN El cáncer cervicouterino (CACU) es una enfermedad de lenta evolución que se desarrolla como consecuencia de una infección persistente causada por algunos tipos oncogénicos del virus del papiloma humano (VPH) genital. El virus utiliza el epitelio escamoso para su síntesis e integración celular, y gradualmente produce lesiones epiteliales de bajo o alto grado en la unión escamocolumnar del cuello uterino (displasias), algunas de las cuales sufren transformación neoplásica y evolucionan hacía CACU en un lapso de 20 a 30 años.1 El CACU es un importante problema de salud pública en México y en países menos desarrollados, donde se registra el mayor peso de la enfermedad y es una de las principales causas de pérdida de años saludables. En el ámbito mundial produce el segundo tipo de cáncer más frecuente en las mujeres después del cáncer de mama.1-5 En México es el cáncer más frecuente en mujeres mayores de 25 años. En cuanto a la mortalidad, aunque se observa una tendencia significativamente descendente de un 30.6% en el período 1980-2004, sigue siendo un importante problema de salud pública. La mayor tasa de mortalidad se presenta en el grupo de 75 y más con una tasa de 71.5 por 100,000 mujeres, seguida del 28 28 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM grupo de 70-74 con una tasa de 46.2. Se estima que cada día ocurren 12 muertes por esta causa, por lo que su estudio es prioritario.6 Ee este trabajo se revisa lo relacionado sobre las vacunas contra el VPH, se presentan las limitaciones y pendientes por estudiar e investigar, y finalmente, se plantean las conclusiones. LAS VACUNAS CONTRA EL VPH El descubrimiento del VPH como causante del CACU ha llevado a la búsqueda de vacunas que puedan prevenir la adquisición de la enfermedad o para detener su evolución. Actualmente se trabaja intensamente en el desarrollo de 2 tipos de vacunas, profilácticas y terapéuticas; las primeras tienen como objetivo proteger contra la infección por VPH mediante la producción de anticuerpos neutralizantes en personas libres de infección, idealmente, deben tener la capacidad de prevenir infecciones y reinfecciones a través de la generación de una adecuada respuesta inmune en el sitio y en el momento aproDepartamento de Salud Pública. Facultad de Medicina. UNAM. Médico Cirujano, Especialista en Oncologia y Hematología. Hospital Ángeles del Pedregal. México, D.F. Solicitud de sobretiros luztetla@hotmail.com a b L.M.A. Moreno Tetlacuilo, P.J. Sobrevilla-Calvo piado.7 Además, su meta principal de salud pública es reducir la incidencia de CACU y de lesiones precursoras; además, las metas secundarias son reducir la incidencia de otros cánceres asociados al VPH y otras condiciones benignas también causadas por el virus.4 Las vacunas terapéuticas tienen como propósito promover la regresión de los tumores inducidos por diferentes tipos de VPH y la eliminación de enfermedad residual después del tratamiento de lesiones intraepiteliales de alto grado o de cáncer invasor; buscan la eliminación de las células infectadas que expresen constitutivamente los oncogenes E6 o E7. El mecanismo consiste en estimular la respuesta del sistema inmune contra estos 2 oncogenes, que se ha observado, son retenidos y se expresan de manera constitutiva en la mayoría de los tumores cervicales. Se han desarrollado varias de estas vacunas especialmente contra el VPH 16 y 18, algunas de ellas ya han sido probadas en ensayos clínicos (fases I y II), sin embargo, los resultados todavía no son contundentes. En cambio las vacunas profilácticas han alcanzado un alto grado de desarrollo, la investigación se ha centrado en la producción de una vacuna bivalente contra VPH 16/18, una vacuna monovalente contra VPH 16 y otra tetravalente contra VPH 16,18, 6 y 11. Ésta última previene el CACU causado por VPH 16/18 y neoplasias intraepiteliales vaginales y vulvares, así como verrugas anogenitales. La producción de vacunas profilácticas se basa en el descubrimiento de que la expresión de la proteína viral tardía L1 sola o en combinación con la proteína L2 da lugar a la formación de estructuras semejantes a los viriones infectivos denominadas “partículas semejantes a virus” (VLP por sus siglas en ingles: virus-like particles). Estas partículas forman cápsides vacías con características altamente inmunogénicas e inocuas porque no contienen ningún material genético viral, pero, sí son capaces de inducir la producción de anticuerpos neutralizantes en contra de las proteínas de la cápside del virus y de prevenir infecciones producidas por diversos tipos específicos del VPH, de este modo, las vacunas profilácticas actualmente desarrolladas han utilizado estas VLP en conjunción con una sustancia adyuvan- te.7 Una limitante de las vacunas es que cada tipo de VPH presenta un serotipo específico lo que hace necesario desarrollar vacunas específicas para cada uno de ellos. Antes de liberar las vacunas profilácticas al mercado se realizaron diversos ensayos clínicos para verificar su eficacia. Los resultados después de 18 y 27 meses de seguimiento, mostraron su efectividad para prevenir tanto la infección incidente (91.2%) como persistente (100%) causada VPH 16/18, y para la prevención de la neoplasia intraepitelial cervical asociada, la prevención de lesiones escamosas intraepiteliales de alto y bajo grado (NIC 2 o 3 y NIC 1) en un 93% y para lesiones de células escamosas atípicas de significancia indeterminada (ASCUS).8 La efectividad de la vacuna para generar respuesta inmune también fue probada, 99.7% de las mujeres se volvieron seropositivas en 100% para VPH 16, y 99.7% para VPH 18 8. Después de 4.5 años de seguimiento se mantuvo más de 98% de seropositividad contra VPH 16 y 18, se observó una eficacia significativa de la vacuna contra 96.9% de infecciones incidentes y de 100% contra lesiones neoplásicas intraepiteliales del cervix a los 47.7 meses de seguimiento.9 En cuanto a la inmunogenicidad se ha observado de manera consistente que el pico de la respuesta a la vacunación es de 100 a 200 veces superior a los títulos de anticuerpos alcanzados por la infección natural para las vacunas, tanto para VPH 16 como para VPH 18. Por otro lado, se observó que las mujeres inmunizadas con la vacuna bivalente permanecen seropositivas para VPH 16 y 18 después de 6.4 años de seguimiento.8 Respecto a la vacuna tetravalente la seropositividad permanece después de 5 años para VPH 16; en el caso del VPH 18, la respuesta inicial fue menor a la provocada por VPH 16 y los niveles de anticuerpos descendieron casi a los niveles alcanzados por la infección natural entre los 18-60 meses después de la vacunación; a los 3 años de seguimiento 75% de las personas vacunadas permanecieron seropositivas, porcentaje que descendió a 65% a los 5 años.11 En relación con la edad de la vacunación, se ha observado que las concentraciones de anticuerpos neutralizantes desarrollados después de la vacuna- Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 29 29 Cáncer cervicouterino y el virus del papiloma humano ción son mayores en las niñas de entre 10-15 años que las que se observan entre los 16-23 años.10 En el caso de la vacuna bivalente, los niveles de anticuerpos contra VPH 16/18 en las niñas de 10-14 años duplica los niveles registrados en las jóvenes de 15-25 medidos un mes después de la tercera dosis. Por ello se considera que los programas de vacunación que se enfoquen hacía adolescentes serán muy eficientes en la reducción del riesgo de desarrollar CACU. En cuanto a la eficacia, se ha demostrado que todas las vacunas profilácticas contra el VPH, tanto la bivalente contra VPH 16/18, monovalente VPH 16 y la tetravalente VPH 6/11/16/18, son altamente eficaces [100% (95%, IC 92.9-100)] para prevenir las infecciones por los tipos de VPH específicos incluidos en las vacunas, y para prevenir lesiones precancerosas de alto y bajo grado (NIC 2/3 y adenocarcinoma in situ (AIS) en el grupo apegado a protocolo, que incluye, mujeres de entre 15 y 25 años de edad, que al momento de la vacunación fueron seronegativas, negativas al ADN-VPH, que no presentaron anormalidades previas en la prueba de PAP y que recibieron 3 dosis de la vacuna.3,5,10 Además, la revisión sistemática realizada por Rambout et al que incluyó 6 estudios, con una población total de 40,323 mujeres de 15-25 años, en su mayoría blancas (55-77%), y en menor proporción mujeres de origen hispano, asiáticas y negras, encontró que todas las investigaciones mostraron un efecto protector de las vacunas, Peto odds ratio1* de 0.14 (IC 95%, igual a 0.43-0.63), sin embargo, a los 12 meses este efecto fue más eficaz para prevenir lesiones de bajo grado en el grupo apegado a protocolo [Peto odds ratio de 0.12 (IC, 95% 0.030.46)] comparado con el de intención a tratar [0.26 (IC 95%, 0.16-0.41)]. En cuanto a las lesiones de genitales externos también mostró que la vacuna tetravalente es más eficaz en el grupo apegado a protocolo [Peto odds ratio 0.13 (IC 95%, 0.22-0.43)] que en el grupo de intención a tratar [Peto odds ratio 0.30 (IC 95%, 0.22-0.43)].3 Por otro lado, en mujeres sin antecedentes de in* Peto odds ratio < 1 sugiere una menor presencia de eventos en el grupo de mujeres vacunadas en comparación con el grupo control (Rambout, 2007). 30 30 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM fección por los tipos de VPH relacionados en la vacuna, ésta demostró una alta eficacia para prevenir infecciones persistentes. Sin embargo, estos datos deben tomarse con reserva debido a que el seguimiento no ha sido suficientemente largo para evaluar entre la regresión de las lesiones y la evolución de las mismas hacía lesiones precancerosas.3 Además, los estudios fase III también han mostrado la eficacia de la vacuna para lesiones de alto grado (NIC 2/3) y AIS3,10, así como una reducción sustantiva en la incidencia de lesiones genitales externas (verrugas anogenitales y lesiones intraepiteliales vulvares o vaginales).3 Sin embargo, el tiempo de seguimiento es corto (5.5 años el más largo), por lo tanto los resultados que aporten los ensayos clínicos Fase IV que incluirán poblaciones grandes y más cercanos a la realidad serán decisivos para confirmar la eficacia de la vacuna a largo plazo.3,10 En cuanto a la protección cruzada, Harper considera que el tamaño de la muestra y los estudios realizados a la fecha representan limitaciones para evaluar la protección cruzada de manera consistente, sin embargo, es importante mencionar que dentro de estas limitaciones se ha observado que la vacuna bivalente desarrolla protección cruzada contra los tipos filogenéticamente asociados a los VPH 16/18 (31 y 45) en infecciones persistentes de 6 y 12 meses.4 Además, se ha observado que la vacuna tetravalente ha desarrollado este tipo de protección contra los grupos de tipos relacionados con VPH 16 en infecciones persistentes de 6 meses y en enfermedad NIC; pero, no protege contra enfermedades o patologías relacionadas con VPH 45. Nuevamente el tiempo de seguimiento es corto. Limitaciones Según Rambout et al, aún no hay evidencia de que las vacunas profilácticas contra el VPH 16/18 disminuyan la incidencia o la mortalidad por del CACU, sólo existen inferencias realizadas a partir de los hallazgos acerca de los desenlaces encontrados en los estudios realizados, que además, incluyen sólo a mujeres de entre 15-25 años, principalmente blancas, sanas y universitarias. Por lo tanto, se requiere verificar la eficacia de la vacuna en poblaciones más representativas de hombres y mujeres. Además, es necesario considerar L.M.A. Moreno Tetlacuilo, P.J. Sobrevilla-Calvo las posibles implicaciones de vacunar sólo contra 2 cepas oncogénicas de VPH, así como la duración de la eficacia de estas vacunas.3 Otra de las limitaciones señaladas para estos estudios es que menos de la mitad de las participantes incluidas en la aleatorización inicial concluyeron el seguimiento completo. Además de que hasta 35% de las participantes fueron excluidas de algunos de los análisis. Es por tanto, según Rambout et al, difícil preservar los beneficios de la aleatorización si se toma en consideración la magnitud de las participantes no contabilizadas.3 Se ha demostrado que las vacunas profilácticas contra VPH 16/18 presentan una alta probabilidad de prevenir la incidencia de AIS causado por VPH 16/18,10 lo que será de gran beneficio en países desarrollados, sin embargo, según Rambout, el beneficio de la vacuna en países menos desarrollados será más evidente si la disminución de las lesiones intraepiteliales cervicales se refleja en una menor incidencia de cáncer cervical invasor. 3 La vacuna tetravalente Como ya se mencionó, la FDA aprobó la licencia de la vacuna tetravalente contra VPH 6, 11, 16, 18, autorizó su venta en el mercado en Estados Unidos y ha obtenido la licencia en otros países. Esta vacuna además de prevenir el CACU y las lesiones precursoras a éste causadas por VPH 16 y 18, también previene las lesiones precursoras de cáncer vaginal y vulvar, así como, verrugas anogenitales. Los ensayos clínicos fase III mostraron una efectividad de 100% para VPH 16/18 (77.5, IC 75-100%) en mujeres que no han sido infectadas previamente por estos tipos de VPH; pero no existen evidencias de que la vacuna brinde protección cuando ya existe infección.2,5,10,11 Otro ensayo clínico que tuvo un seguimiento de 1.5 años después de la tercera dosis reportó una eficacia de 100% para prevenir verrugas genitales, neoplasias intraepiteliales vulvares, vaginales y cervicales de cualquier grado relacionadas a VPH 6,11,16 y 18 (IC 97.5%, 88% to 100%).2 También se ha observado una reducción del 89% de infecciones persistentes causadas por estos 4 tipos de VPH en mujeres que recibieron cuando menos una dosis de la vacuna.4 La FDA autorizó la licencia para su uso en mujeres de 11-26 años con base en ensayos clínicos que han mostrado que la vacuna es segura e inmunogénica en esta etapa de la vida, idealmente debe administrarse antes de la exposición a cualquiera de los tipos de VPH relacionados con la vacuna, por ello se recomienda aplicarla antes de que inicie la vida sexual activa. En general se recomienda aplicarla de rutina entre los 11-12 años, pero puede aplicarse desde los 9 años y se recomienda un esquema de actualización entre los 13-26 años a quienes no han sido vacunadas o han recibido un esquema incompleto.2,11 No ha sido autorizada para su aplicación a mujeres menores de 9 años ni mayores de 26 y tampoco en hombres.11 Sin embargo, existen algunas diferencias en las recomendaciones emitidas por diferentes organizaciones (tabla 1). Dosis y administración La vacuna contiene 20 µg de VPH 6 y 18, así como 40 µg de VPH 11 y 16. Antes de su aplicación debe agitarse bien, se aplican 5 ml vía intramuscular, preferentemente en el músculo deltoides; la segunda y la tercera dosis se administran a los 2 y 6 meses después de la primera. El intervalo mínimo entre la primera y la segunda dosis es de 4 semanas y entre la segunda y la tercera dosis es de 12 semanas. En el caso de que se administre una dosis inadecuada o en un tiempo menor al recomendado, la vacuna debe aplicarse nuevamente.11 Si se interrumpe el esquema de vacunación, no es necesario reiniciarlo; cuando esto ocurre después de la primera dosis, la segunda debe aplicarse lo antes posible y dejar pasar un intervalo de al menos 12 semanas entre la segunda y la tercera. Si sólo falta la tercera dosis, ésta debe aplicarse tan pronto como sea posible.11 Además, se ha observado que existe gran dificultad para aplicar las vacunas en el grupo de 1112 años, porque usualmente no se programa una revisión médica de rutina y es necesario desarrollar estrategias encaminadas a facilitar la vacunación en las niñas de este grupo etario, para ello diversas asociaciones médicas, tales como la ACIP, la American Medical Association, American Academy of Pediatrics, American Academy of Family Practice, Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 31 31 Cáncer cervicouterino y el virus del papiloma humano Tabla 1. Recomendaciones para la aplicación de la vacuna tetravalente Indicaciones Edad Society of Gynecologic Oncologist, Vaccine Education Resource Panela 9-26 años. Con PAP anormal o dudoso, que presenten verrugas genitales o resultados positivos para VPH de alto riesgo (HC2). La vacuna protege contra tipos de VPH todavía no adquiridos en el momento de la vacunación Embarazo Evitarlo en lo posible dentro de los 30 días posteriores a la vacunación. Puede asociarse a un ligero incremento en el riesgo de anomalías congénitas Lactancia Aceptable. Puede incrementarse el riesgo de enfermedades respiratorias en lactantes amamantados dentro de los 30 días posteriores a la vacunación materna Hipersensibilidad Valoración cuidadosa en o alergia mujeres con antecedentes de hipersensibilidad o reacción alérgica severa a levaduras American Cancer Society (ACS)b Federal Advisory Committee on Immunization Prectices (ACIP)c OMSd 1. De rutina a niñas de 11-12 años 2. Puede iniciar a los 9 años 3. De los 13 a 18 años. Esquemas de actualización 4. De los 19-26 años. No hay información a favor o en contra para su aplicación universal. Ésta debe basarse en una discusión informada médico-paciente según: antecedentes de exposición al VPH y el beneficio potencial de la vacuna. Las mujeres que no han IVSA recibirán beneficio total. Las mujeres sexualmente activas pueden elegir vacunarse según su historia sexual y advertencia de un menor beneficio - 1. Antes de IVSA 2. Entre los 9-12 años. Puede aplicarse desde los 9 años 2. Aplicación de rutina de 11-12 años 3. 13-26 años. Esquema de actualización. Ante ausencia de vacunación, o esquema incompleto 4. Beneficio completo si no han IVSA 5. Si han IVSA Tendrán menor beneficio si han sido infectadas por alguno de los 4 virus relacionados con la vacuna 6. Protección contra las infecciones no adquiridas 7. No existe licencia para su administración antes de 9 años ni después de 26. Tampoco en hombres Aplicar antes de IVSA Edad de inicio: 9 años Esquema de actualización: hasta 25 años Contraindicada. Si ocurre embarazo después de aplicar una dosis el esquema debe completarse hasta el término del embarazo - - Se puede administrar la vacuna Las alteraciones observadas entre 1.8-3.4% de los niños no se atribuyen a la vacuna - - Contraindicada en personas con antecedentes recientes de hipersensibilidad a las levaduras o cualquier componente de la vacuna Enfermedad leve. Puede administrarse Moderada o severa. Esperar - Esperar hasta que la enEnfermedad aguda moderada fermedad desaparezca o severa - IVSA: iniciar vida sexual activa; PAP: papanicolaou; VPH: virus del papiloma humano. a Society of Gynecologic Oncologists Education Resource Panel. Gynecologic Oncology. 2006;102;552-562. b Saslow. CA Cancer. J Clin. 2007;57:7-28. c Markowitz Lauri E. CDC. Morbidity and Mortality Weekly Report. 2007;56(March):RR-2. d Pollack E. Amy: Bulletin of the World Health Organization. 2007;85:57-6. 32 32 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM - L.M.A. Moreno Tetlacuilo, P.J. Sobrevilla-Calvo y la Society of Adolescent Medicine, recomiendan programar una consulta médica entre los 11 y 12 años, para revisión y aplicación de varias vacunas (entre ellas la del VPH). Duración de la inmunidad y eficacia De acuerdo con la American Cancer Society (ACS) hay poca información sobre la duración de la inmunidad inducida por la vacuna. Aún se requiere de estudios longitudinales fase III-IV de largo plazo que evalúen las infecciones producidas por los tipos específicos de VPH genital en las mujeres vacunadas, para identificar la potencial disminución de la inmunidad y evaluar si se requiere revacunar.2 Por el momento sólo existen modelos matemáticos según los cuales será necesario aplicar un refuerzo 15 años después de completar el esquema básico.12 Los datos obtenidos a través de diversos ensayos clínicos controlados y aleatorizados han mostrado que la vacuna tetravalente tiene una eficacia de 100% para prevenir lesiones persistentes y CIN 2/3 relacionadas con VPH 16 y 18 después de 4.5 años de seguimiento (en promedio) en sujetos que se adhirieron estrictamente al protocolo. También han mostrado que la vacuna tiene una eficacia de 100% (97.5%, IC 88 a 100%) para prevenir lesiones genitales externas, incluyendo, verrugas y lesiones neoplásicas vulvares y vaginales (VIN/VaIN) de cualquier grado relacionadas con VPH 6/11/16/18, esto a año y medio de seguimiento después de la aplicación de la tercera dosis.2,5,11 También se ha demostrado que la vacuna ofrece protección por al menos 5 años sin disminución de su eficacia.11 Además, se ha observado 100% de seroconversión hacía los 4 tipos de VPH incluidos en la vacuna, después de 2 años de seguimiento.5 También se ha reportado una reducción de 44% (IC 95%, 31-55) en la incidencia y la prevalencia de NIC 2/3 o AIS relacionados con VPH 16/18 en la población con intención a tratar (ITT), que incluyó mujeres sin importar los hallazgos en su DNA, ni su estatus serológico o presencia de NIC al momento de la vacunación. Además, se observó que en este grupo la vacuna, aparentemente, no tuvo ninguna influencia en la evolución de las lesiones cervicales relacionadas con VPH 16/18 ya presen- tes al momento de efectuarse la aleatorización, es decir, que no se observó un efecto curativo de la vacuna5,10 ni tampoco promueve la depuración del epitelio ya infectado con VPH 16/18. Es importante mencionar que cuando menos en uno de los estudios en que se realizó un análisis combinado de 4 estudios aleatorizados se encontró que en todos los grupos estudiados (apegado a protocolo, grupo sin restricciones e ITT) la eficacia más baja se presentó en el de mujeres latinoamericanas.10 En cuanto a la duración de los anticuerpos inducidos por la vacuna, se ha observado que éstos declinan después de la tercera dosis pero se estabilizan hacía los 24 meses, además, la titulación de anticuerpos a los 36 meses, reportó tasas de seropositividad de 94, 96, 100 y 72% para VPH 6, 11, 16 y 18, respectivamente. También se ha constatado que la revacunación produce una elevación de los títulos de anticuerpos consistentes con la existencia de una de memoria inmunológica.11 Reacciones secundarias Según su localización, las reacciones secundarias a la vacuna pueden ser de orden local (en el sitio de la inyección) o sistémico, así como leves o graves según la intensidad de la reacción. Dentro de las reacciones localizadas en el sitio de la inyección se ha reportado presencia de dolor en el 83.9% de las personas vacunadas, seguido de inflamación y eritema, la mayoría de las molestias fueron leves o moderadas.2,4 Las reacciones sistémicas más frecuentes han sido cefalea,2,4 fiebre (37.8-38.9) y náusea, su presencia fue similar en el grupo de estudio (11.4%) y el de control (9.6%). La fiebre se presentó en el 1.5% que recibió la vacuna y 1.1% del grupo que recibió el placebo.1,2 También se han reportado frecuentemente mialgias y fatiga, así como molestias gastrointestinales y prurito en aproximadamente 15% de las mujeres.3 Entre las reacciones graves relacionadas con la vacuna se han reportado broncoespasmo, gastroenteritis, cefalea con hipertensión, hemorragia vaginal y limitación del movimiento en el sitio de la inyección, su frecuencia ha sido menor al 0.1%.2,3,11 Sin embargo, todavía se requiere de más estudios para identificar las posibles reacciones secundarias. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 33 33 Cáncer cervicouterino y el virus del papiloma humano Impacto de la vacuna Tomando en consideración el período de latencia tan largo desde que inicia la infección hasta el desarrollo del CACU, todavía pasarán muchos años antes que pueda observarse una disminución en la incidencia de la enfermedad y en las tasas de mortalidad en la población vacunada. Es por esto, que ahora sólo se cuenta con las proyecciones realizadas a partir de diversos modelos matemáticos utilizados para inferir los posibles beneficios de la vacuna. Todos estos modelos concuerdan en que una vacuna específica contra el VPH disminuirá pero no eliminará el riesgo de CACU.2 Por otro lado, según los modelos de Markov, se ha calculado que si la vacunación ocurre en una cohorte completa de mujeres a los 12 años, se podría reducir el riesgo de por vida de padecer CACU entre un 20-66%, dependiendo de la eficacia de la vacuna y del tiempo que dure la protección de la misma. Además, se esperaría una disminución en la presencia de anormalidades en el PAP, así como en las lesiones neoplásicas precursoras, por ejemplo, se proyecta una disminución de 21% en la incidencia de lesiones precursoras de bajo grado en toda la vida de una cohorte de mujeres vacunadas a los 12 años.11 También se considera que el impacto de la vacuna en las tasas de CACU dependerá de varios factores, entre ellos se señalan los siguientes: 1) el grado en que se alcance la cobertura de la población en riesgo, 2) el número de tipos de VPH que se incluyan en las vacunas, 3) la duración de la protección de la vacuna y 4) la medida en que la población y la comunidad médica sigan los lineamientos de tamizaje.2 Se considera que la implementación exitosa de programas efectivos de vacunación a nivel global, representa una gran oportunidad para prevenir millones de muertes, así como la reducción del peso de la enfermedad a nivel global. Según Saslow, la instalación de programas universales de vacunación dependerá de diversos factores, entre ellos se señalan un costo accesible de la vacuna, el patrón epidemiológico de la distribución del VPH, el ambiente socio-cultural, así como la capacidad logística y el compromiso de las organizaciones de salud tanto nacionales como internacionales.2 34 34 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM ¿Las mujeres vacunadas están excentas del papanicolaou? Existe un acuerdo generalizado de que todas las mujeres vacunadas y las no vacunadas deben continuar con el esquema de detección temprana del CACU, ya sea mediante la prueba de Papanicolaou (PAP), la citología basada en medio líquido o detección del VPH como adyuvante de la citología. Esto tomando en consideración que la vacuna sólo protege contra los tipos de VPH causantes de aproximadamente el 70% de los casos de CACU y que por lo tanto pueden ser infectadas por otros tipos de VPH carcinogénicos para los que no otorga protección. Es por demás decir que quienes eran sexualmente activas al momento de ser vacunadas deben, con más razón, continuar con las pruebas de detección oportuna periódicamente según lo indicado (tabla 2). Por lo tanto, es muy importante que los médicos que administran la vacuna expliquen a las mujeres que la reciben la importancia de continuar con el PAP y otras pruebas de detección temprana.2,4,5,10-13 Es de tomar en cuenta que una relajación en las medidas ya establecidas para el control del CACU puede tener como resultado un incremento potencial en las tasas de incidencia de la enfermedad. Los programas de detección oportuna deben continuar, pues existe la posibilidad de que los beneficios de la vacuna puedan desviarse si las mujeres vacunadas adquieren un falso sentido de protección que resulte en una disminución en el cumplimiento de las recomendaciones para la detección temprana de la enfermedad. Además, será necesario mantener los programas para proteger a las mujeres que no fueron vacunadas o que ya presentaban infección por algún tipo de VPH antes de ser vacunadas. Las recomendaciones para el manejo de las pruebas positivas, de acuerdo a la Society of Gynecologic Oncologist, son: las mujeres con una citología normal y VPH DNA positivo deben someterse a 2 pruebas en los 6-12 meses siguientes y posteriormente deben ser evaluadas por colposcopia si el PAP se torna anormal (células escamosas atípicas de significado indeterminado [ASCUS] o lesiones más severas) o si la positividad para el VPH-DNA persiste positivo. Si el VPH es negativo y el PAP reporta ASCUS deben ser reevaluadas en un año. La colposcopia es L.M.A. Moreno Tetlacuilo, P.J. Sobrevilla-Calvo Tabla 2. Guías para la aplicación de las pruebas de detección oportunaa Guías Cuándo iniciar Intervalos. Prueba de Papanicolaou para < 30 años Intervalos. Prueba de Papanicolaou de 30 años en adelante Citología basada en medio liquido Detección de HC2 VPH adyuvante de la citología Cuando detener la citología ACSa ACOGb USPSTFc Aproximadamente 3 años después de lVSA con penetración vaginal. Sin rebasar los 21 años de edad Anualmente Cada 2 años para PAP en base-liquida Aproximadamente 3 años después lVSA con penetración vaginal. Sin rebasar los 21 años de edad Anualmente Tres años después de la primera relación sexual. Sin rebasar los 21 años de edad Anualmente Cada 2-3 años después de 3 citologías negativas consecutivas Cada 3 años, si existen Cada 2-3 años después de 3 citologías consecuti- 2 o 3 citologías previas normales vas negativas Anualmente antes de los 30 años Cada 2-3 años a partir de los 30 años de edad, después de 3 citologías negativas Cada 3 años a partir de los Cada 3 años si la prueba 30 años en conjunción con es negativa para VPH. la citología. Si la prueba es Citología negativa negativa para VPH. Citología negativa De 70 años en adelante, en No hay evidencias concluyentes para fijar un presencia de 3 citologias limite superior de edad consecutivas normales y para el cribado ausencia de resultados anormales en 10 años - Cada 2 años Cada 2-3 años a partir de los 30 años de edad después de 3 citologías negativas NOMd 25-64 años Anualmente y cada 3 años después de 2 pruebas negativas consecutivas anuales Anualmente Cada 3 años después de 2 tomas consecutivas anuales negativas - No hay evidencias suficientes en contra o favor para recomendar la detección de VPH - De 65 años y + en presencia de citología reciente normal y confiable - IVSA: iniciar vida sexual activa; PAP: papanicolaou; VPH: virus del papiloma humano. a American Cancer Society1. b American College of obstetrician an ginecologist. c US preventive Services Task Force. d Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-014-SSA2-1994. indicada a las mujeres con VPH positivo, con PAP que reporta ASCUS o cualquier grado de lesiones escamosas intraepiteliales independiente de los resultados del VPH-DNA.4 Limitaciones de la vacuna Algunas de las limitaciones que presentan las vacunas hasta hoy desarrolladas (tetravalente y bivalente) son: 1) no protegen contra todos los VPH carcinogénicos, 2) no tratan los casos prevalentes existentes, 3) se desconoce la duración de su protección, 4) otra limitante es el costo de la vacuna para el esquema primario de vacunación y la posible revacunación, en caso de ser necesaria, esto limitará el acceso de las mujeres sin seguridad social o con marginación social, 5) el esquema primario de 3 dosis de vacuna probablemente no se cumpla en poblaciones con difícil seguimiento, tales como poblaciones migrantes, no aseguradas o marginadas, 6) la información existente para evaluar los beneficios de la vacuna en mujeres entre 19-26 años es escasa y con seguimiento de corta duración;2 además no hay información poblacional disponible sobre mujeres con más de 2 parejas sexuales.2,3,10 Lo expuesto muestra los huecos que todavía existen en el conocimiento sobre las vacunas del VPH y que por lo tanto muestran la necesidad de seguir investigando. LO QUE QUEDA POR HACER Aún quedan muchas preguntas por resolver, especialmente con relación a la aplicación de la vacuna en la población general debido a que las condicio- Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 35 35 Cáncer cervicouterino y el virus del papiloma humano nes difieren de las que se tienen en ensayos controlados. Entre los pendientes que se han señalado se encuentran los siguientes: En cuanto a los esquemas de vacunación, falta evaluar otros alternativos que reduzcan el costo y favorezcan la ampliación de la cobertura. También será pertinente averiguar el nivel de protección que se alcanza con 2 e incluso con la administración de una dosis. Otra duda es si la administración de 2 dosis con un intervalo de 12 meses entre cada una logrará aumentar el apego con suficiente efectividad en poblaciones con características de gran movilidad, como las migrantes.2 Por otro lado, tanto la vacuna tetravalente como la bivalente no han sido probadas en poblaciones con alto grado de desnutrición (como Africa), ni con VIH u otras enfermedades infecciosas que comprometan severamente la respuesta inmune, por lo tanto se carece de información al respecto.11 Otro aspecto importante es lo referente a la probabilidad de encontrar inmunidad cruzada con otros tipos de VPH, de hecho, se ha observado reacción cruzada de la vacuna tetravalente con VPH 31 y 45. De la misma manera la vacuna bivalente ha mostrado un alto nivel de protección contra infecciones producidas por VPH 45 y un nivel moderado para VPH 31 y 13, estos 3 tipos de VPH de manera conjunta causan el 10% de los casos totales de CACU.4,11 Sin embargo aun faltan más investigaciones para evaluar este aspecto. Por otro lado es necesario implementar programas de investigación y evaluación que aporten información acerca de: 1) la inmunidad inducida por la vacuna a largo plazo, 2) la seguridad de la administración de la vacuna durante el embarazo y de manera simultánea con otras vacunas aplicadas en la adolescencia, 3) el registro y seguimiento para evaluar la cobertura, 4) encuestas a nivel poblacional para evaluar la efectividad de la vacuna en cuanto a la reducción de la enfermedad de acuerdo con desenlace esperado, 5) información poblacional sobre las modificaciones en la prevalencia específica de las lesiones tanto malignas como benignas producidas por los diferentes tipos de VPH genital, 6) información cuantitativa y cualitativa sobre la aceptación de la vacuna y su impacto en 36 36 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM el compartimiento sexual, 7) la medición del impacto en la citología y su eficiencia para detectar el comportamiento del VPH, será importante medir el valor predictivo positivo y negativo de la prueba, así como la actitud de las mujeres hacía el PAP, y de los proveedores en cuanto su recomendación a las mujeres para hacerse esta prueba.2,11 LA VACUNACIÓN EN HOMBRES Hasta el momento se desconoce la efectividad de la vacuna en el sexo masculino. Actualmente se están realizando ensayos clínicos con la vacuna tetravalente en jóvenes entre 9-15 años. Si la vacuna resulta ser eficaz en hombres, entonces ésta podría recomendarse para prevenir, papilomas anogenital en hombres, y de manera indirecta, infecciones, neoplasias y papilomatosis anogenitales en mujeres y sus parejas sexuales. CONOCIMIENTO SOBRE LA VACUNA En lo que a la prevención del CACU se refiere, Pollack considera que los encargados de convocar a la comunidad son quienes conocen la enfermedad y comprenden su peso tanto social como poblacional. Sin embargo, uno de los problemas que se presenta es el poco conocimiento que sobre el VPH y el CACU tienen tanto los hombres como las mujeres e incluso los profesionales de la salud, lo cual ha sido evidenciado por diversas investigaciones.2,14 Por otro lado, es necesario tomar en cuenta que debido a que la transmisión del VPH está muy ligado a la sexualidad, la planeación de la información debe tomar en cuenta los aspectos culturales de la población para evitar el rechazo a la vacuna, sobre todo si se toma en consideración que ésta se aplicará a las adolescentes. Por otro lado, se ha observado que cuando los padres comprenden los beneficios de la vacunación, su aprehensión para discutir la salud sexual de sus hijas o sobre la posibilidad de que ellas sean o puedan ser sexualmente activas se supera.14 Un elemento más de tomar en cuenta es que para disminuir la transmisión del VPH es necesario informar sobre el CACU a los hombres adultos y jóvenes también, pues esto tiene un impacto en la voluntad o habilidad de sus parejas para acceder L.M.A. Moreno Tetlacuilo, P.J. Sobrevilla-Calvo a los programas de prevención. Además, un programa amplio e incluyente de vacunación contra VPH tiene la oportunidad de ofrecer educación sexual y salud reproductiva de manera más amplia a nivel comunitario.14 SERVICIOS DE SALUD Actualmente existen ya algunos programas de salud reproductiva para adolescentes, su objetivo es dar consejería sobre salud sexual enfocada hacía la prevención del embarazo e ITS incluyendo VIH/ SIDA, se recomienda agregar lo referente a la prevención de la infección por VPH.14 CONCLUSIONES Indudablemente el desarrollo de las vacunas para prevenir la infección genital por VPH y consecuentemente el CACU representan un gran avance para la prevención primaria de este importante problema de salud pública. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta las limitaciones que todavía enfrenta el conocimiento sobre la vacuna debido al corto tiempo de seguimiento y a que aún se desconoce su comportamiento en población abierta, pues como se sabe, la eficiencia de la vacuna puede disminuir al aplicarse a poblaciones reales. Un aspecto que merece especial consideración es la necesidad de reforzar y mejorar la organización de los programas de tamizaje, pues la vacuna por sí sola no podrá prevenir todos los casos de CACU, por lo tanto, el PAP es indispensable para todas las mujeres, estén o no vacunadas. Es por ello una imperiosa necesidad hacer un esfuerzo especial para lograr que todas las mujeres acudan a hacerse el PAP, pues se sabe que la baja utilización de los servicios se debe en parte a la resistencia que muchas de ellas tienen para hacerse la citología. Tal resistencia tiene cierta relación con las normas socioculturales que rigen las relaciones de género, el cuerpo y la sexualidad, hasta el momento estos aspectos no han sido considerados en los programas de prevención, sin embargo es necesario hacerlo, porque estos factores también serán determinantes para la aceptación de la vacuna. Desde luego los servicios de salud también tendrán que mejorar. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Wagoner SE. Cervical Cáncer. Lancet. 2003;361:2217-25. 2. Saslow D, Philip E, Castle J, et al. American Cancer Society guideline for human pillomavirus (VPH) vaccine use to prevent cervical cancer and its precursors. CA Cancer J clin. 2007;57:7-28. 3. Rambout L, Hopkins L, Hutton Brian, et al. Profilactic vaccination against human papilomavirus infection and disease in women: a systematic review of a randomised controlled trials. CMAJ. 2007;177(5):469-79. 4. Society of Gynecologic Oncologists Education Resource Panel. 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Estado actual de las vacunas frente al virus del papiloma humano (VPH). Oncología. 2007;30(2):42-59. 14. Pollack EA, Balkin M, Edouard L, et al. Ensuring acces to HPV vaccines through integrates services: a reproductive health perspective. Bulletin of the World Health Organization. 2007;85:57-63. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 37 37 Tema de reflexión Humanismo y medicina Con frecuencia se dice que el médico debe ser un “humanista”, y no ahora, sino desde tiempo atrás, por lo menos desde mis años de estudiante, hace ya más de medio siglo. Existen varios libros sobre algunos maestros distinguidos de la Facultad de Medicina de la UNAM que desde el título los caracterizan como “humanistas”, lo que se considera no sólo como admirable sino también como ejemplar, y por lo tanto deseable para todos los profesionales de la medicina. ¿Será posible que haya todavía algunos colegas médicos que no sean “humanistas”? Si es así, ¿se debe simplemente a ignorancia, o se trata de médicos perversos que, pudiendo escoger entre el “humanismo” y su ausencia, se inclinan por esta segunda opción? Y también cabe preguntarse si existe alguna relación entre el “humanismo” y la frecuentemente señalada “deshumanización” del médico. Creo que este planteamiento sobre el humanismo y la medicina no es correcto. Se trata de la confusión de dos áreas del conocimiento que deben mantenerse independientes porque corresponden a dos esferas o planos conceptuales distintos, que son el humanismo (o lo que quiera decirse por este término) y la medicina propiamente dicha, es decir, definida en función de sus objetivos. Voy a referirme por orden a los tres puntos siguientes: 1) el significado de humanismo, 2) la medicina y sus objetivos, y 3) la interacción entre los dos términos, humanismo y medicina. 38 38 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Foto: Rotorhead Ruy Pérez Tamayo* ¿Qué es el humanismo? Cuando usamos el término en relación con la medicina, ¿exactamente qué queremos decir? El Diccionario de la Real Academia lo define como: “cultivo o conocimiento de las letras humanas. 2. Movimiento renacentista que propugna el retorno a la cultura grecolatina como medio de restaurar los valores humanos. 3. Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos”. Desde luego, creo que esto no es lo que tenemos en mente cuando hablamos del humanismo en la medicina, sino más bien lo que significa el término “humanitario”, que en el mismo Diccionario se define como: “que mira o se refiere al bien del género humano. 2. Benigno, caritativo, benéfico. 3. Que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen”. En otras palabras, no se trata de que el médico, para cumplir de manera adecuada con sus funciones profesionales, deba ser expertos en literatura clásica y contemporánea, o cultivar el grie*Profesor emérito de la UNAM, Jefe del Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de Medicina en el Hospital General de México, miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua. R. Pérez Tamayo go y el latín, o recitar al Petrarca y citar de memoria algunos cantos de la Divina Comedia, sino más bien que practique el bien, que sea benigno y caritativo, es decir, que en vez de humanista sea humanitario. Pero este último no era el punto de vista de uno de los médicos mexicanos más famosos y más justamente admirados en el siglo pasado, quien además insistió en forma reiterada sobre el tema, de modo que no hay duda sobre su postura y sus ideas: el maestro Ignacio Chávez. En ocasión del III Congreso Mundial de Cardiología, celebrado en Bruselas en septiembre de 1958, el maestro Chávez pronunció un memorable discurso titulado: Grandeza y miseria de la especialización médica. Aspiración a un nuevo humanismo. En este texto hace un rápido bosquejo de los progresos de la medicina científica y de la especialización, y después dice: …no hay peor forma de mutilación espiritual de un médico que la falta de cultura humanística. Quien carezca de ella podrá ser un gran técnico en su oficio, podrá ser un sabio en su ciencia; pero en lo demás no pasará de un bárbaro, ayuno de lo que da la comprensión humana y de lo que fija los valores del mundo moral. ¿Y en qué consiste esa cultura humanística? El maestro Chávez la describe como sigue: …la raíz del humanismo actual debe ser el conocimiento de las lenguas vivas. A través de ellas podremos asomarnos al pensamiento de razas y países que no son los nuestros y beber la información de las fuentes mismas…Siendo una aspiración eterna, la cultura no es una cosa universal y estática sino que cambia y se modela según el tiempo y el lugar. De aquí que el conocimiento de la historia sea un requisito esencial del humanismo contemporáneo, historia amplia, de los pueblos, de la civilización y de los pensamientos del hombre. A nosotros, médicos, nos interesa además y en forma decisiva, la historia de nuestra rama, que nos muestra la evolución de las doctrinas médicas… Y cuando ya se tenga todo eso, el conocimiento de las lenguas y de la historia en su mayor anchura; cuando ya se conozca la realidad social y se tenga interés por la hora en que se vive, el humanismo de nuestro tiempo quedaría triste y mate, si el hombre no puliera su espíritu con las lecturas selectas, con la frecuentación de los clásicos modernos, con el amor de la belleza –palabra, música o plástica– y con la reflexión sobre los temas eternos de la conducta –el deber, el amor, el bien– formas todas de sublimar el alma frente a la dura realidad de vivir. La marcha por esos caminos ásperos de la perfección nos lleva a un punto, el mismo a donde llegaron los humanistas clásicos, el de saber que la preocupación máxima del hombre debe ser el hombre mismo, para estudiarlo y comprenderlo, con todo lo que eso implica de interés por su vida y de respeto por su esfuerzo creador. Está bien claro que para el maestro Chávez el término “humanismo” quería decir lo que en el título de su discurso llamó un “nuevo” humanismo, es decir, una cultura basada en el conocimiento de lenguas, pero no clásicas sino vivas; de historia, pero no de otros tiempos sino contemporánea; de literatura, pero no de autores antiguos, sino de los de nuestros tiempos, y de las artes, pero no las consagradas por la tradición, sino las que corresponden a nuestra vivencia cotidiana. Es de este “nuevo humanismo” de donde el maestro Chávez pensaba que el médico pasaría automáticamente al “humanitarismo” en su profesión: El espíritu humanista imbuido en el científico le impide poner en la ciencia una fe mítica, creyéndola de valor absoluto, y le ayuda a comprender, humildemente, la relatividad de ella y a admitir que la ciencia no cubrirá nunca el campo entero de las medicina; que por grandes, por desmesurados que sean sus avances, quedará siempre un campo muy ancho para el empirismo del conocimiento, para la “casta observación” de nuestros antepasados. La postura del maestro Chávez era: en medicina, el “nuevo humanismo” aleja al médico del cientismo y lo conduce al humanitarismo. No tengo nada en contra de estos admirables Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 39 Humanismo y medicina Foto: Nayeli Zaragoza conceptos, excepto que no son exclusivos de la medicina. Que de la cultura general se derive un comportamiento más humano con nuestros congéneres es igualmente aplicable a médicos, a arquitectos, a filósofos, a matemáticos, a políticos, a futbolistas y hasta a policías. Los argumentos del Dr. Chávez me convencen de que un médico culto es un mejor médico, pero no porque sea médico, sino porque es un mejor ser humano, y porque esa circunstancia no sólo le permite sino que lo obliga a un mejor trato con otros hombres, en el tejido social en el que existe. La medicina y sus objetivos En el binomio humanismo-medicina, toca ahora definir el significado del término “medicina” y para los usos de esta plática voy a permitirme ofrecer una definición basada en sus objetivos. Como yo la concibo, la medicina sólo tiene las siguientes tres funciones: 1. Preservar la salud. 2. Curar, o aliviar, cuando no se puede curar, y siempre apoyar y acompañar al paciente. 3. Evitar las muertes prematuras e innecesarias. 40 40 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Cuando alguien pregunta: ¿para qué sirve la medicina?, podríamos contestarle con la siguiente frase: “Para que hombres y mujeres vivan jóvenes y sanos toda su vida y finalmente mueran sin sufrimientos y con dignidad, lo más tarde que sea posible”. Hasta donde yo sé, para eso sirve la medicina, y no sirve para nada más. Para cumplir con estos objetivos, la medicina científica contemporánea cuenta con un caudal de conocimientos y un arsenal científico y tecnológico que nunca antes había ni poseído, ni soñado en poseer. Pero a pesar de todo el progreso y de todas las diferentes transformaciones de la medicina a lo largo de su historia, la científica, la tecnológica, la social y la económica, su esencia misma no ha cambiado y por lo tanto sus funciones siguen siendo las mismas. La medicina probablemente se inició antes de que apareciera Homo sapiens en la faz de la Tierra, cuando uno de sus homínidos predecesores se sintió enfermo, se acercó a otro homínido, le pidió ayuda, y este aceptó dársela. Así se estableció la relación que desde entonces constituye el núcleo central de la medicina, la que permite la búsqueda y el cumplimiento de sus objetivos, la que determina la especificidad de la profesión, en vista de que no ocurre en ninguna otra forma de interacción humana: la relación médico-paciente. La complejidad de la práctica médica actual, incluyendo el desarrollo de especialidades que alejan al médico del contacto directo con los pacientes individuales, como la salud pública y la epidemiología, la investigación biomédica básica, la patología o la administración de hospitales, ha tendido a diluir el valor central para la medicina de la relación que se establece cuando el paciente se encuentra con su médico. Sin embargo, debe tenerse presente que, en última instancia, todas las encuestas epidemiológicas, los microscopios electrónicos y las asociaciones de hospitales, sirven para que el médico pueda establecer una mejor relación con su paciente, desempeñando mejor su función y cumpliendo con los objetivos de la medicina. Aquí la escala de valores se mide en el grado en que la relación médico-paciente contribuye a cumplir con las funciones de la medicina, y no hay duda de que una relación R. Pérez Tamayo médico-paciente óptima es la que mejore permite alcanzar los objetivos de la profesión médica. De la combinación de los objetivos de la medicina con la relación médico-paciente puede derivarse un código de ética médica estrictamente profesional, sin la participación de elementos ideológicos, políticos o confesionales. Estas influencias extramédicas invaden, y con frecuencia hasta reemplazan, a los argumentos médicos en la gran mayoría de los códigos de ética médica conocidos, desde el Juramento de Hipócrates hasta el último promulgado por la Asociación Médica Mundial. Esto no es de extrañar, porque los médicos son seres humanos y sus acciones están determinadas no sólo por la ética médica sino también por la ética general o normativa, y en muchos de ellos también por la ética trascendental, de acuerdo con sus diferentes creencias religiosas. Pero debemos distinguir entre la ética médica y la ética del médico. De su confusión pueden resultar situaciones desde equívocas hasta trágicas. El siguiente ejemplo servirá para aclarar la diferencia mencionada: muchos códigos de ética médica antiguos y contemporáneos condenan como faltas de ética médica el cobro excesivo por consulta o por cirugías, por servicios no proporcionados, y la antigua práctica de compartir honorarios con laboratorios o con consultantes cuyos estudios y opiniones son innecesarios, pero que se realizan por razones de lucro. No hay duda que estas son faltas de ética, pero ¿son faltas de ética médica? El delito cometido se llama robo y se considera falta de honradez, sin calificativo profesional, porque igual ocurre con licenciados, ingenieros, contadores, políticos y ladrones profesionales. La ética médica tiene que ver con la medicina, mientras que la ética del médico tiene que ver con el individuo que la practica, no porque sea médico sino porque es un ser humano. El código ético médico basado en las funciones de la medicina tendrá que girar alrededor de una relación médico-paciente óptima, porque es con la que mejor pueden cumplirse los objetivos de la profesión. Por lo tanto, debe contar cuando menos con las cuatro recomendaciones o reglas siguientes: Estudio continuo. El médico está obligado éticamen- te a mantenerse al día en los conocimientos de su especialidad, para poder ofrecerle a su paciente el mejor cuidado posible. Esto se logra cuando sigue siendo un estudiante de su profesión a lo largo de toda su vida. No hacerlo interfiere con el establecimiento de una relación médico-paciente óptima, lo que a su vez disminuye las probabilidades de cumplir con los objetivos de la medicina. El médico que deja de estudiar no sólo se convierte en un mal médico y en un médico malo, sino que además es un médico inmoral. Docencia e información. La palabra doctor proviene de la voz latina doscere, que significa “enseñar”. El hecho de que los términos “médico” y “doctor” se usen como sinónimos, no sólo en el idioma castellano sino en muchas otras lenguas, revela que la relación entre la medicina y la docencia es tan antigua como íntima. En efecto, desde antes de Hipócrates el médico instruía a su paciente y a sus familiares y amigos sobre su enfermedad, sobre su tratamiento y sobre su pronóstico. Además, en ausencia de escuelas de medicina, el médico también funcionaba como maestro de sus discípulos y ayudantes, que se acercaban a él para aprender su arte, Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 41 Foto: Nayeli Zaragoza Humanismo y medicina viéndolo actuar y escuchando sus lecciones: los 25 siglos que nos separan del Padre de la Medicina no han cambiado esta función fundamental del médico, la de instruir con sus conocimiento y su experiencia a sus paciente, a sus familiares y amigos, así como a sus colegas y colaboradores, a sus alumnos, y a todos los que se beneficien con ello. El médico que no enseña, que no explica una y otra vez, tantas como sea necesario, lo que ha aprendido estudiando y atendiendo a sus enfermos, comete una grave falta de ética médica, es un médico inmoral. administración de empresas, en que aprende de sus errores, para lo que necesita reconocerlos, examinarlos e intentar explicarlos. El análisis sistemático de la actividad clínica cotidiana sugiere una rica variedad de preguntas cuya respuesta desconocemos; la ética médica demanda que intentemos resolverlas, para mejorar la calidad de la atención que ofrecemos a nuestros enfermos y el contenido de las enseñanzas que impartimos a todos los que se beneficien de ellas. No investigar (o por lo menos no intentarlo) es una grave falta de ética médica. Investigación. El médico tiene la obligación moral de contribuir (o por lo menos de intentar hacerlo) al universo de información que nos sirve a todos los miembros de la profesión para ofrecer el mejor servicio posible al paciente. No se trata de abandonar la clínica o la sala de cirugía por el laboratorio o el microscopio electrónico, sino de cultivar el espíritu científico en la práctica de la medicina, que por otro lado es lo que distingue al médico del curandero o del charlatán. La ciencia se distingue de otras actividades humanas, como la política o la Manejo Integral. El médico debe distinguir entre la enfermedad y el padecimiento de sus pacientes. La enfermedad es la causa de su malestar, pero lo que lo trae a consulta es su padecimiento. Este último está formado por los síntomas y signos del proceso patológico, más la angustia del sujeto, su preocupación por su futuro inmediato y a largo plazo, sus problemas económicos, el miedo al dolor y a que lo tengan que operar, el destino de su familia, y sobre todo el terror a la muerte. Todo esto es lo que el paciente padece, y es de lo que el médi- 42 42 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM R. Pérez Tamayo co tiene el deber y la obligación de aliviarlo. Para manejar su enfermedad el médico cuenta hoy con una cantidad inmensa de conocimientos, una tecnología espléndida y una gran riqueza de medidas terapéuticas, lo que ha aumentado su eficiencia en forma que hace medio siglo no podíamos ni soñar. Pero para aliviar el padecimiento del enfermo, el médico de hoy cuenta con los mismos elementos con que contaba Hipócrates, que son la actitud interesada y afectuosa, el trato amable y respetuoso, la atención solícita y cuidadosa, la palabra suave y confortadora, que promueve y fortalece la esperanza y que alivia la incertidumbre y la angustia, sin paternalismo arrogante y siempre con respeto a la dignidad y a la autonomía del ser humano que deposita su confianza en el él. El médico que no atiende en forma integral al paciente y sólo lo ve como un “caso” más de cierta enfermedad, no sólo es un mal médico y un médico malo, sino que es un médico inmoral. El humanismo y la ética médica ¿Qué relación tiene el humanismo con la ética médica? ¿Tenía razón el maestro Chávez, cuando hace más de 50 años nos decía que el humanismo (entendido como conocimiento de idiomas, de historia y de las artes) debía cultivarse porque conducía al humanitarismo en la práctica de la medicina? ¿Es la escasez o ausencia de este tipo de humanismo en muchos de los médicos contemporáneos, tan ocupados salvando vidas que no tienen tiempo de aprender alemán o italiano, estudiar historia en los libros de Miguel León Portilla, viajar a Salzburgo a escuchar a Dietrich-Fisher Diskau cantar canciones de Mahler, o leer los textos filosóficos de Luis Villoro, responsable de la frecuentemente señalada “deshumanización” del médico actual? O como también se dice, ¿es la tecnología moderna la que ha alejado al médico de su paciente y lo ha “deshumanizado”? Aunque estas opiniones tienen el peso de su reiteración cotidiana, y “cuando el río suena agua lleva”, ninguna me convence del todo. Yo no creo que el humanismo (entendido como el maestro Chávez) sea el único o principal camino hacia el humanitarismo en la práctica médica, como tampoco creo que la tecnología sea culpable de la “deshumanización” de los médicos contemporáneos. La gran mayoría de los médicos que conozco (y a mi edad he conocido y conozco a muchos) no me impresiona como una multitud de desalmados, que trata a sus pacientes con frialdad y desinterés. Seguramente existen algunos colegas que cumplen con la descripción de “deshumanizados”, pero no se trata de médicos que alguna vez fueron humanitarios y lo perdieron, sino sujetos que ya era deshumanizados y que estudiaron medicina. También hay abogados, agentes de la Procuraduría y diputados “deshumanizados”, que no lo son por razones profesionales sino más bien genéticas. Creo que en nuestro tiempo no es el médico el deshumanizado sino el sistema en el cual se encuentran atrapados tanto él como sus pacientes; ambos son víctimas de la burocratización excesiva de los servicios de salud, que a su vez ha sido consecuencia de su socialización. No tengo absolutamente nada en contra de la medicina socializada; de hecho, me parece no sólo la más justa sino también la única forma de poder ofrecer servicios de salud a toda la población. Pero sí estoy en contra de la manipulación política de la medicina socializada, que la convierte en una gesticulación demagógica, en la que lo que importan ya no son los seres humanos sino los números, en la que los administradores manejan estadísticas en vez de pacientes individuales. Cuando la oferta de atención médica tiene una capacidad real diez o cien veces menor que la ejercida (y además muy publicitada por razones demagógicas) el resultado es la catástrofe que todos conocemos, es la verdadera “deshumanización” de la medicina. El trato humanitario de los pacientes forma parte de la ética médica. Los médicos lo sabemos desde hace mucho tiempo, desde antes de Hipócrates, en la medida en que cumplimos con los principios éticos de nuestra profesión lo llevamos a cabo, entre otras razones porque en algunos casos no tenemos nada mejor que ofrecer. De manera que el humanitarismo no es nada nuevo en la medicina, forma parte muy íntima de la ética del arte de curar. Lo que es nuevo y ya no tanto) es que apenas ahora nos estemos dando cuenta de ello. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 43 Caso clínico radiológico Haga su diagnóstico José Luis Ramírez Arias* a) Tórax AP y lateral b) Tórax PA y lateral c) Tórax óseo y lateral d) Tomografía lineal e) Tomografía computada 2. La afectación está localizada en: a) Corazón b) Diafragma c) Mediastino d) Pulmón e) Aorta 3. El Diagnóstico más probable es: a) Atelectasia 44 4. Para el control de este paciente usted recomendaría a) Control radiográfico diario b) Manejo con antibióticos y control en 10 días c) Quimioterapia y tomografía computada d) Terapia respiratoria y tomografía computada e) Punción diagnóstica y tomografía computada c) Lóbulo medio d) Lóbulo inferior derecho e) Lóbulo de la ácigos BIBLIOGRAFÍA Boiselle PM, Tocino I, Hooley RJ, et al. Chest radiograph interpretation of Pneumocystis carinii pneumonia, bacterial pneumonia, and pulmonary tuberculosis in HIV-positive patients: accuracy, distinguishing features, and mimics. J Thorac. Imaging. 1997;12:47-53. Respuestas: 1. El estudio de imagen que está observando es: b) Derrame pleural c) Neoplasia d) Eventración diafragmática e) Neumonía lobar aguda 1. b) Tórax PA y lateral 2. d) Pulmón 3. e) Neumonía lobar aguda 4. b) Manejo con antibióticos y control en 10 días 5. a) Lóbulo inferior izquierdo Varón de 38 años de edad con fiebre y dolor torácico. 5. El segmento afectado es: a) Lóbulo inferior izquierdo b) Língula Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM Jefe del Servicio de Radiología. Hospital Ángeles del Pedregal. * Responsabilidad profesional Complicaciones de lipectomía Es atribución de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) resolver las controversias que le sean planteadas, cuando éstas se refieran a negativa del servicio médico o irregularidades en su prestación. Caso de la CONAMED Foto: Miguel Saavedra María del Carmen Dubón Peniche* SÍNTESIS DE LA QUEJA La paciente refirió que el demandado realizó lipectomía, después de la cual la herida quirúrgica se abrió espontáneamente y la volvió a suturar. Posteriormente ingresó a quirófano para limpieza de la herida, la cual continuó abierta, por lo que aplicó grapas, pero éstas se cayeron, y le informó que cerraría por segunda intención. Por presentar absceso, fiebre y dolor, ella consultó a otro facultativo, quien identificó un cuerpo extraño (Penrose) que fue olvidado negligentemente por el demandado, por lo que fue necesaria su extracción mediante cirugía. RESUMEN CLÍNICO El 3 de octubre de 2009 la paciente consultó al demandado pues deseaba mejorar su apariencia, en la exploración física encontró abdomen globoso por panículo adiposo, peristalsis presente, sin visceromegalias. El diagnóstico fue obesidad mórbida, y el plan de tratamiento, lipectomía abdominal. La nota operatoria indica que se infiltró con solución vasoconstrictora, solución Hartmann, xylocaína simple y adrenalina; se efectuó incisión suprapúbica hasta crestas ilíacas, disección supramuscular hasta apéndice xifoides y parrilla costal, resección de piel redundante, reimplante umbilical, rafia de músculos rectos, sutura en 2 planos, aplicación de Drenovac bilateral, vendaje abdominal. Abdominoplastía sin complicaciones ni accidentes. La paciente ingresó al área de recuperación en buen estado general. El 4 de octubre fue dada de alta por mejoría; se le indicó ciprofloxacino y ketorolaco. En consulta externa, el demandado valoró a la paciente el 10 de octubre, y se reportó que la cicatriz estaba abierta por tensión, por lo que se colocaron puntos de afrontamiento. El 13 de octubre presentaba zonas abiertas, y le indicó continuar con el antibiótico y se agregó ketanserina en pomada. El 17 de octubre se retiró el Drenovac y se re*Titular de la Dirección de Sala Arbitral. CONAMED. Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 45 Complicaciones de lipectomía suturó. El día 22 se reportó herida abierta 60%, exudado y bordes necróticos, por ello se realizó limpieza quirúrgica y sutura de la herida el 24 de octubre, se indicó ceftriaxona y metronidazol por 5 días. El demandado atendió a la paciente los días 27, 28 de octubre, 3, 7 y 8 de noviembre de 2009, encontrándose la herida abierta 40%, por ello aplicó grapas de acero inoxidable, mismas que fueron retiradas el 6 de diciembre, reportándose buena evolución. El 7 de enero de 2010, la paciente manifestó que tenía enrojecimiento en abdomen, lo cual se atribuyó al uso de la faja. La paciente consultó a otro facultativo, quien indicó ultrasonido de pared abdominal, que reportó abscesos subcutáneos en pared abdominal supraumbilical y paraumbilical izquierdo, probable cuerpo extraño. Por lo anterior, fue intervenida quirúrgicamente; la nota postoperatoria del 30 de enero señala que presentaba cicatriz quirúrgica reciente, aún con sutura, induración en hemiabdomen izquierdo de 10 × 5 cm, salida de material purulento supraumbilical. Se realizó incisión transversal de 5 cm, disección de tejido celular subcutáneo hasta localizar absceso con salida de material purulento (30 ml) y se extrajo Penrose de 1 in × 20 cm de longitud; se realizó lavado mecánico; se colocó apósito y vendaje de abdomen, dándose por terminada la cirugía. La paciente egresó del hospital al día siguiente (31 de enero), afebril, con signos vitales dentro de parámetros normales, y evolución satisfactoria. 46 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM ANÁLISIS DEL CASO Para el estudio del caso se estiman necesarias las siguientes precisiones: Atendiendo a la literatura especializada, la abdominoplastía (lipectomía) es un procedimiento quirúrgico orientado fundamentalmente a corregir la flacidez de la piel abdominal y mejorar el contorno corporal. En relación a la infección de herida quirúrgica, ésta usualmente se manifiesta entre el quinto y décimo día de postoperatorio. Clínicamente puede existir fiebre, dolor en la herida, edema local, suturas de piel a tensión, y leucocitosis. A la palpación cuidadosa de la herida, pueden localizarse zonas fluctuantes con salida de material purulento a la compresión suave. El diagnóstico se confirma si el cultivo del material que drena o se punciona es positivo, si existen datos universales de inflamación (dolor, tumefacción localizada, enrojecimiento o calor), si se palpan áreas firmes o fluctuantes con crepitación e hipersensibilidad. El tratamiento básico consiste en abrir la herida, permitir el drenaje de la secreción y esperar que una vez controlado el proceso infeccioso, la herida cierre por segunda intención, pues los antibióticos por si solos no disminuyen el proceso infeccioso. Respecto a los drenajes abdominales, la literatura especializada refiere que la mayoría son profilácticos, es decir, tienen como objetivo principal evitar el desarrollo de colecciones y permitir identificación precoz de complicaciones. El Penrose, es un tubo de caucho blando y aplanado; cuando se emplea, debe sujetarse a la piel mediante punto de sutura. Su retiro debe ser progresivo, al quitarse el punto de sutura, debe colocarse imperdible de seguridad, a fin de evitar que el drenaje migre. Ahora bien, el olvido de material quirúrgico después de una operación puede ocasionar alteraciones importantes. Según la literatura médica, 80% de los cuerpos extraños olvidados en el organismo corresponden a textilomas, el resto está integrado por instrumentos metálicos y por los tubos utilizados para drenaje. La historia natural del cuerpo extraño retenido en el organismo es la expulsión espontánea a tra- M.C. Dubón Peniche vés de la zona que ofrece menor resistencia. En fases tempranas, este proceso se acompaña de contaminación bacteriana y forma absceso o herida exudativa; el organismo intenta mandar al exterior el cuerpo extraño. En estadios prolongados el cuerpo extraño produce encapsulación inflamatoria como respuesta a la reacción fibrosa ocasionada, y se comporta como pseudotumoración, la cual puede involucrar órganos o estructuras vecinas. El diagnóstico debe fundamentarse en los datos clínicos y estudios de imagenología, las radiografías simples pueden orientar el diagnóstico sólo si el cuerpo extraño contiene material radiopaco; el ultrasonido permite definir la naturaleza sólida o líquida del cuerpo extraño y su volumen. La tomografía ayuda a corroborar el diagnóstico y descarta otras patologías. El tratamiento es quirúrgico: extracción del cuerpo extraño, drenaje del contenido purulento y manejo de las alteraciones acompañantes, como pueden ser fístulas. En este caso, el demandado realizó lipectomía el 3 de octubre de 2009; la nota operatoria establece que no existieron complicaciones ni accidentes transoperatorios. El 4 de octubre la paciente fue dada de alta por mejoría; sin embargo, el médico no reportó las condiciones de su estado de salud. Es decir, el expediente clínico no contiene notas médicas de la evolución postoperatoria ni de las condiciones clínicas de la paciente al egreso del hospital. En ese sentido, no demostró que su atención postoperatoria se ajustara a lo establecido por la lex artis médica. De las notas de consulta externa, se desprende que el 10 de octubre, la paciente presentaba cicatriz abierta por tensión, por lo cual se colocaron puntos de afrontamiento. El 13 de octubre, se reportan zonas abiertas, y el día 17 presentaba puntos de aproximación abiertos, por lo que el demandado volvió a suturar y retiró el Drenovac. La nota del 22 de octubre refiere que la herida estaba abierta parcialmente (60%) con exudado y bordes necróticos. También se reporta que el 24 de octubre, se efectuó desbridación de bordes de la herida quirúrgica y sutura. Sobre esto, hay que señalar que el facultativo no demostró sus afirmaciones, no aportó pruebas para demostrar que la segunda cirugía se efectuara conforme a lo establecido por la lex artis. Abundando en esto, él debía acreditar lo que afirmó, esto es, que la segunda cirugía estaba indicada y que se efectuó sin complicaciones, pero no lo hizo. Por el contrario, se demostró que la evolución ulterior de la paciente no fue satisfactoria, en razón a que presentó complicaciones derivadas de la atención del demandado. En esos términos, se encuentran elementos de mala práctica, por negligencia, atribuibles a dicho facultativo. De las constancias médicas, se desprende que en la atención subsecuente, el demandado no identificó la causa de las complicaciones que presentaba la paciente. En efecto, si bien es cierto que en sus notas de consulta refiere buena evolución, también lo es que éstas no son concluyentes para demostrar que la evolución de la paciente no era satisfactoria, pues las mismas establecen que existían puntos abiertos, herida abierta al 40%, así como la necesidad de aplicar grapas de acero inoxidable. Más aún, la nota médica fechada el 7 de enero señala que la paciente informó que presentaba enrojecimiento en abdomen, lo cual se atribuyó al empleo de faja; sin embargo, no se efectuó ningún diagnóstico auxiliar. Esto acredita que el demandado incumplió sus obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, en razón a que se concretó a manejar el problema exudativo y persistente de la herida quirúrgica, Vol. 53, N.o 6. Noviembre-Diciembre 2010 47 Foto: Melodi Complicaciones de lipectomía sin realizar los estudios necesarios para determinar su origen. Esto es un elemento más, para tener por cierta, la mal praxis en que incurrió. Por lo anterior, la paciente consultó a otro facultativo, quien realizó ultrasonografía abdominal, que reportó absceso subcutáneo supraumbilical, así como imagen sugestiva de cuerpo extraño, por ello el 30 de enero fue intervenida quirúrgicamente. La nota postoperatoria, establece que se efectuó drenaje de absceso subcutáneo (salida de material purulento 30 ml), así como extracción de Penrose, calibre una pulgada, por 20 centímetros de longitud. Después de la citada cirugía, la paciente mejoró, y egresó del hospital el 31 de enero de 2010. APRECIACIONES FINALES Quedó demostrado que la paciente fue intervenida quirúrgicamente por otro facultativo, debido a la mala práctica del demandado, y fue necesario extraer cuerpo extraño (Penrose) y drenar el absceso que presentaba. La decisión de consultar a otro facultativo para la atención subsecuente estaba plenamente justificada, ante las omisiones observadas por el demandado. La atención ulterior brindada, se incluyó para el análisis integral del caso; sin embargo, no se efectuaron pronunciamientos al respecto, pues no fue controvertida. 48 Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM RECOMENDACIONES La retención de material quirúrgico ocasiona importante morbilidad, por ello se deben extremar las medidas de seguridad antes de terminar la cirugía. Se debe valorar detenidamente la necesidad real y el empleo del drenaje idóneo, así como su correcto manejo postoperatorio. Para valorar integralmente el acto médico, se debe identificar si se cumplieron las obligaciones de medios (diagnóstico, tratamiento, seguridad, resultados) en términos de la lex artis. La lex artis médica, se refiere al conjunto de procedimientos, técnicas y reglas generales de los profesionales, técnicos y auxiliares de las disciplinas para la salud, que siempre debe valorarse conforme a las circunstancias del caso (modo, tiempo, lugar). En las obligaciones de medios, el médico compromete observar una conducta diligente (brindar la atención), mediante la cual debe procurar el restablecimiento de la salud del paciente. BIBLIOGRAFÍA Carvajal BJ, et al. Material quirúrgico retenido tras cirugía abdominal: importancia clínica y recomendaciones preventivas. Mapfre Medicina. 2005;16(4). Chaouat M, Levan P, Lalanne B, et al. Abdominal dermolipectomies: Early postoperative complications and long-term unfavorable results. Plast Reconstr Surg. 2000;106:1614-8. Gawande AA, Studdert DM, Orav EJ, et al. Risk factors for retained instruments and sponges after surgery. N Engl J Med. 2003;348:229-35. Gibbs VC, McGrath MH, Russell TR. The prevention of retained foreign bodies after surgery. Bulletin of the American College of Surgeons. 2005;90:12-14, 56. Jeroen H, Welker P, Moshe K. Complications of abdominoplasty in 86 patients Plastic Reconstr Surg. 2001;107:1869-73. Kim J, Stevenson TR. Abdominoplasty, liposuction of the flanks and obesity; analyzing risk factors for seroma formation. Plastic Reconstr Surg. 2006;117:773-9. Lauwers PR, Van Hee RH. Intraperitoneal gossipybomas: The need to count sponges. World J Surg. 2000;24:521-7. Rajagopal KV, et al. Radiological quiz-abdomen. Ind J Radiol Imag. 2002;12:129-30. Reno D, Lobb J. Recommended practices for sponge, sharp, and instrument counts. AORN Recommended Practices Committee. En: 2000 standards, recommended practices and guidelines: with official AORN staments. Association of operating room nurses: Denver, Colorado; 2000. p. 213-219. Stawicki SP, Seamon MJ, Martin ND, et al. Retained surgical foreign bodies: A synopsis. Scientist 2008;2(2):1-6. Arte y medicina Estética de la obesidad en el arte Rafael Álvarez Cordero por su morbidez y frescura aparecen palpitantes. Están unidas tanto por las manos como por las miradas entre ellas, que irradian luz al resto de la obra. El trío está enmarcado por un árbol a la izquierda y una cornucopia dorada a la derecha, de la que brota agua, con una guirnalda de flores por encima. Al parecer, una de las figuras es reproducción de la segunda mujer de Rubens, Elena Fourment. Supervisora durmiendo, de Lucian Freud Las tres gracias Peter Paul Rubens (1636-1639) Las tres gracias de Peter Paul Rubens Rubens fue el pintor barroco más popular (15771640) y la pintura que aquí se muestra, Las Tres Gracias, es ejemplo no sólo de su calidad como pintor, sino del modelo de belleza que existía en su tiempo. Este cuadro fue pintado hacia 1638; las tres hermosas mujeres se caracterizan por la flacidez de sus carnes y la ampulosidad de sus contornos. Parecen más bien tres desenvueltas bacantes, y si nos damos cuenta, tienen un sobrepeso que excede los límites de la salud y se puede caracterizar como obesidad, con adiposidades que incluso muestran celulitis importante. Pero consideraciones médicas aparte, la composición destaca por la elegancia con que están agrupadas las tres figuras y por el gran conocimiento que demuestra en el moldeado de las carnes que Lucian Freud, nieto de Sigmund Freud, es uno de los pintores más singulares e independientes; nació en Berlín en 1922, y debido a la guerra él y su familia emigraron al Reino Unido en el año 1933, donde recibió la nacionalidad británica en 1939. Sus cuadros son muy diversos, pero el que aquí se muestra es evidencia de lo que en algún momento escribió: “Pinto gente, no por lo que quisieran ser, sino por lo que son”; se trata de una mujer obesa, reclinada en un sofá maltratado; la pose, el colorido y el tratamiento total de cuadro merecen un análisis cuidados. La modelo del cuadro, Sue Tilley (“La gorda Sue”), joven oficinista entonces de 29 años con 127 kilogramos de peso, posó para el pintor en 1995, recibiendo 20 libras esterlinas al día por posar. Este cuadro rompió todos los récords de venta cuando en el 2008 fue vendido en Christie’s de Nueva York por 33.9 millones de dólares. Supervisora durmiendo Lucian Freud (1995) Vol. 53, N.o 4. Julio-Agosto 2010 49