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Proposición con punto de acuerdo, por el que se exhorta al secretario de Salud, al comisionado nacional contra las Adicciones y al titular del Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones a adoptar e impulsar la implantación de medidas de prevención y tratamiento de la ludopatía, a cargo del diputado Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez, del Grupo Parlamentario del PRI Los suscritos, diputados Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez, Jesús Alberto Cano Vélez, Ernesto de Lucas Hopkins, Rogelio Manuel Díaz Brown Ramsburgh, José Luis Marcos León Perea, Onésimo Mariscales Delgadillo, Miguel Ernesto Pompa Corella, del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 3, fracción XVIII, 6, numeral 1, fracciones I y VIII, 62, numeral 2, 65, 79, numeral 1, fracción II, y numeral 2, 100 y 139 del Reglamento de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, someten a consideración de esta honorable soberanía proposición con puntos de acuerdo al tenor de la siguiente Exposición de Motivos La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó, desde 1992, en su clasificación internacional de enfermedades la “ludopatía” como un trastorno de la salud; no obstante que desde 1980 esta enfermedad fue reconocida por el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatras (APA) como una categoría diagnóstica con el nombre de “juego patológico”. Por otro lado, el Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral (CALCI), radicado en nuestro país, ha estimado que al menos 4 millones de mexicanos se han visto afectados directa o indirectamente por este padecimiento, consistente en una conducta de juego inadaptada, persistente y recurrente que afecta la vida personal, familiar y profesional (periódico Reforma, 14 de agosto de 2011). En este sentido, este centro estima, con base en datos de los propios casinos, que al menos 350 mil mexicanos pueden ser considerados jugadores compulsivos. Carlos del Moral, presidente del CALCI, señala que a diferencia de otras adicciones y trastornos, la ludopatía es una enfermedad silenciosa que se hace evidente hasta que el individuo pierde su trabajo o su patrimonio. Asimismo, advierte que ni la prevención ni el tratamiento de esta enfermedad son parte de las estrategias del Consejo Nacional contra las Adicciones. Efectivamente, a pesar de los datos existentes, ni el comisionado nacional contra las Adicciones ni el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones han incorporado en sus estrategias —tanto en el ámbito de la prevención, como en el de tratamiento— el combate a esta enfermedad. Asimismo, la propia fuente citada menciona que Xóchitl Duque, especialista de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, indicó que en contraste con la falta de estudios y estadísticas sobre la prevalencia de la ludopatía en México, a nivel internacional se cuenta con evidencia que señala que entre el 1 y el 3 por ciento de la población la padece. Según datos de la Secretaría de Gobernación, en nuestro país hay 244 centros de apuestas autorizados, por lo que se puede inferir que este padecimiento tiene gran incidencia. Por su parte, debemos reconocer los esfuerzos realizados en esta LXI Legislatura en esta materia; prueba de ello es la iniciativa de reforma que tiene como objetivo evitar que los recursos económicos con los que cuentan las familias se destinen a juegos o centros de apuestas al alcance de niños y jóvenes. Bajo este contexto, se propuso que los recursos que se obtienen por multas y sanciones a propietarios de máquinas tragamonedas sean destinados a los programas para jóvenes del Instituto Mexicano de la Juventud. En suma, la evidencia médica que se ha generado hasta la fecha como resultado de las investigaciones a lo largo del mundo, ubica la ludopatía o juego compulsivo como una enfermedad, un trastorno compulsivo de la conducta, que convierte a quien lo padece en una persona incapaz de resistir el impulso de jugar y que se agudiza de forma crónica y progresiva hasta convertirse en una adicción con consecuencias de alto riesgo. A pesar de todo, las políticas públicas mexicanas no han implementado una prevención social que abarque factores de riesgo ligados a la educación, el mercado laboral y la violencia intrafamiliar, entre otros, que afectan la salud física y psicológica de las personas. Por tal motivo, la promoción y consolidación de dichas políticas es fundamental. Un Estado que es reactivo y no preventivo está condenado al fracaso. Por su parte, Estados Unidos y España cuentan con una estructura de gobierno dedicada a brindar ayuda clínica con programas de salud eficientes para adictos al juego, desde llamadas de orientación a través de líneas telefónicas que ofrecen mantener en el anonimato —servicios gratuitos que operan las 24 horas del día—, hasta clínicas para disminuir gradualmente la adicción al juego, pues, según los psiquiatras, es una enfermedad incurable, donde sólo opera el control. En estas condiciones, ante casos similares, los ludópatas en México, así como sus familias, tienen que intentar resolver clínicamente el problema a través de estrategias individuales; ya que en nuestro país la Secretaría de Salud, la Comisión Nacional contra las Adicciones y el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones, o el sector privado, han generado campañas para prevenir, frenar y erradicar la adicción al juego. De allí la necesidad, dice Carlos del Moral, también creador de la organización no gubernamental Jugadores en Recuperación, de formar un grupo de autoayuda para el ludópata, el cual brinde ayuda para frenar la adicción al juego y evitar la tendencia de los jugadores a buscar en el suicidio la salida final a sus problemas. De acuerdo con testimonios del creador de esta organización, única en su tipo en México, hasta ahora han sido infructuosos sus intentos para que en nuestro país se lance una campaña masiva de prevención del juego de apuestas; por el contrario, los esfuerzos fueron contrariados por la decisión oficial que propició la apertura masiva de casas de apuesta en nuestro territorio. Derivado de lo anterior, consideramos que seguir impulsando acciones que ayuden a la prevención y tratamiento de esta poca conocida enfermedad en nuestro país es tarea primordial de esta LXI Legislatura. Por lo expuesto y fundado, acudo a este honorable pleno a efecto de solicitar su respaldo a la siguiente proposición con Puntos de Acuerdo Primero. Se exhorta al secretario de Salud, al comisionado nacional contra las Adicciones y al titular del Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones a efecto de que, en ejercicio de las atribuciones que les confiere la Ley General de Salud y el Reglamento Interior de la Secretaría de Salud, en sus artículos 8o., 11 Ter y 45 Bis, sobre la base del reconocimiento de la ludopatía como un problema de salud pública, tengan a bien establecer estrategias y destinar los recursos necesarios para su prevención y tratamiento. Segundo. Se exhorta a las autoridades señaladas en el párrafo precedente para que, en el marco de la coordinación, cooperación y concertación, previsto en la Ley General de Salud, promuevan la celebración de convenios con los órdenes de gobierno estatal y municipal, así como con las organizaciones de los sectores social, privado, académico y de la sociedad en general, a efecto de favorecer el estudio, el intercambio técnico y académico y la elaboración de proyectos preventivos y de atención a la ludopatía. Dado en Palacio Legislativo de San Lázaro, a 13 de septiembre de 2011. Diputados: Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez (rúbrica), Jesús Alberto Cano Vélez (rúbrica), Ernesto de Lucas Hopkins, Rogelio Manuel Díaz Brown Ramsburgh, José Luis Marcos León Perea (rúbrica), Onésimo Mariscales Delgadillo (rúbrica), Miguel Ernesto Pompa Corella (rúbrica).