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R E V I S T A 1 2 No 2: Pensando en la escuela – 30/04/2014 ENORMES MINUCIAS1. Virajes y Revires de una experiencia de Filosofía con niños El Sur el Sur, ¡no el Occidente, hermanos! (Pedro Casaldáliga, “Todavía estas palabras”, 1.989) Karina Luján Herrera Facundo Mónaco Virginia Trova Instituto de Formación Docente Nº 13 - Zapala Empuja este escrito una doble intención. Compartir brevemente nuestra experiencia, con la esperanza de recibir sugerencias, improperios...,y que a su vez este escrito sea un lazo con otras/os que transiten por caminos análogos, si las/os hubiera, o quienes quisieran sumarse. Somos docentes del IFD N° 13 de la ciudad de Zapala, y hace un tiempo, estamos intentando otras prácticas educativas en el contexto escolar como una de nuestras actividades de extensión. Corrían los ’90, con todo lo que ellos implican. Neoliberalismo, privatizaciones, Ley Federal… Y ahí, como mezclados, confundidos o producto de una filtración llegaron a la biblioteca de nuestro Instituto de Formación Docente, procedentes desde el Ministerio de Educación de la Nación, con su sello y su “prohibida la venta” en la tapa, dos libros que nos interesaron: “La filosofía en el aula” de Matthew Lipman y “La otra educación. Filosofía para Niños y la comunidad de indagación” de Lawrence Spliter y Ann Sharp. Interesantes, novedosos. Luego fueron llegando otros en coedición entre el C.I.Fi.N. (Centro de Investigaciones en Filosofía para Niños, dependiente de la U.B.A.) y la Editorial Manantial. Incluimos algún que otro capitulito en la bibliografía de nuestras cátedras. Hubo buena recepción. Nos animamos e hicimos con nuestros estudiantes algunos talleres siguiendo la metodología indicada en estos libros. Excelentes resultados: la filosofía en el aula, a la manera que la propone Lipman, realmente “funcionaba y convocaba”. “los chicos pueden pensar también…” (Niña de 7° grado, escuela n° 326, año 2009) 1 Tomamos “prestado” de Chesterton - resignificándolo - este sugerente título. Nos entusiasmamos y pensamos que valdría la pena que el “Programa de Filosofía para Niños”2 (PFn) se extendiera por las escuelas de Zapala. Empezamos a idear posibles capacitaciones para docentes del nivel inicial y primario. A medida que fuimos madurando la idea nos dimos cuenta que nos faltaba experiencia propia, que sólo nos manejábamos con bibliografía y fue así que nos embarcamos en organizar talleres. Comenzamos en 7mo. grado de la Escuela N° 326 de Zapala, nos entusiasmó mucho a nosotros, la escuela, los padres, los chicos y chicas. Le siguieron otros en 4to. y 2do. grado respectivamente en la Escuela N° 99, también con elogiosas evaluaciones. “Durante estos encuentros aprendía cosas que no sabía y me gusta debatir con mis compañeros. Aparte nos unimos más como compañeros. El encuentro que más me gustó fue el 4to. en donde hablamos sobre los divorcios y separaciones. Me gustó porque me pareció más interesante y más de uno se desquitó…” (Niña de 7° grado, escuela n° 326 de Zapala, año 2009) Quedamos a punto como para decidirnos a capacitar. Sólo nos faltaba algún taller en el Nivel Inicial, pero contábamos ya con abundante bibliografía, recursos y aceptable experiencia. Redundemos recordando que corrían tiempos del “pensamiento único” neoliberal y nos parecía que aquí – PFn mediante - se colaba un “talón de Aquiles”3, una “otra educación”. Era cuestión de animarse y decidirse. “pero no es verdad, están disfrazados…” (Niño de 4° grado, escuela N° 99, 2012) Pero… Una piedra en el zapato. O mejor: un virus en el rígido. En nuestro Instituto - el I.F.D. N° 13 de Zapala - nos hallábamos ocupados en cuestiones referidas a la interculturalidad y desde esas ocupaciones se invitó a dictar un seminario a la gente del C.E.A.P.E.D.I. (Centro de Estudios y Actualización en Pensamiento 2 Por las dudas, como para tener en cuenta mínimamente de qué se trata este Programa, dejemos hablar a la revista La Obra: “Filosofía para niños (FPN) es una propuesta educativa alternativa, que brinda a los niños instrumentos adecuados en el momento que comienzan a interrogarse acerca del mundo y de su inserción en él. Es un programa sistemático y progresivo, especialmente diseñado para niños y adolescentes, desde 3 hasta 17 años. A partir de temas tradicionales de la historia de la Filosofía y, mediante un conjunto de pautas metodológicas, cuidadosamente planificado y experimentado […] se propone estimular y desarrollar el pensamiento autónomo en el seno de una comunidad de indagación, en la que sus miembros sean capaces de entender el punto de vista de los demás y se esfuercen solidaria y cooperativamente por descubrir el sentido del mundo y de la sociedad en la que viven. FPN, creado en 1.969 por Matthew Lipman (EE.UU) y que se aplica, actualmente, en más de 40 países de todos los continentes, no se propone convertir a los niños en filósofos profesionales sino desarrollar y mantener viva su actitud crítica y creativa […]”. (DÍAZ Mirta y FRANCHINO Adriana, “Filosofía para niños” en “La obra - Revista de educación” N° 889 “La educación del pensamiento”, Año 74, Julio de 1.995. Pág. 14) 3 Seguimos tomando prestado, esta vez a María Teresa Sirvient. Cfr. SIRVIENT María Teresa, “El valor de educar en la sociedad actual y el ‘talón de Aquiles’ del pensamiento único” en Revista “Voces” de Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe, Uruguay, Año V N° 10, noviembre de 2.001. Político, Decolonialidad e Interculturalidad) de la UNCo. Hicimos el Seminario y, para decirlo llanamente, entramos en crisis: la “otra educación” del PFn se nos empezó a transparentar como “más de lo mismo”. Vayamos al grano: las mentadas Comunidades de Indagación - núcleo duro del PFn - hoy nosotros las seguimos consideramos en cierto sentido “otra educación”, pero evaluamos que ese “ser otra” sigue enmarcado en el “eurocentrismo”4 y por ello no desarticula - para negar - lo que Enrique Dussel denomina el “mito de la modernidad” con su componente sacrificial5. Apreciamos que una “educación otra” (invertimos adrede los términos a la manera que lo hacen los zapatistas) tiene la necesidad ético-política de romper con el eurocentrismo. La crisis movilizó otras búsquedas. Dimos así con los textos y la capacitación del argentino residente en Brasil Walter Kohan. En Brasil el PFn está muy difundido y Kohan es un referente. La cosa prometía… Brasil, con su enorme pluriverso… De hecho Kohan ha revisado críticamente el Programa de Lipman y ha virado hacia “Filosofía con niños”6, coordina y monitorea talleres con maestras/os de ambos países. Algunos amables intercambios vía Facebook y la invitación a un taller en San Juan, su provincia natal, nos entusiasmaron. Duró poco: auspicio y promoción oficial, costosos materiales satinados nos incomodaron (parece que la filosofía con niños no molesta en la provincia megaminera, al contrario); un taller centrado en la pregunta socrática, de la que no nos permitieron movernos; cuando sacamos a relucir algunas de nuestras dudas fueron evaluadas como fuera de época (algo así como setentistas). En fin: “más, más de lo mismo”. Brevemente reconozcamos que, en realidad, el PFn y la propuesta de Kohan, en un sentido son “otra educación”, al menos frente a la típica enseñanza escolar unidireccional (la relación de aprendizaje es casi exclusivamente maestro-alumno) con un currículum prescripto que ha de transmitirse independientemente de los intereses, necesidades y deseos de los estudiantes sin mayor importancia en los procesos de pensamiento, etc. La propuesta de Kohan tiene como propósito salir de esta “Adultocracia”. El PFn promueve el diálogo entre los participantes insistiendo en el cuidado y revisión de los procesos del mismo y, pese a ser un “programa”, no deja de considerar los intereses de los niños y proponer darles importancia. Además, frecuentemente, la propuesta escolar permanece más ligada a la “respuesta” (transmisión de contenidos curriculares) que a promover y cultivar la pregunta, más propensa a valorar sólo la palabra del docente que a habilitar y tomar con seriedad la palabra propia de los estudiantes y la construcción colectiva de conocimientos, cuyos contenidos mayormente se restringen a los productos de la ciencia (en una versión diluida y con carácter de “verdad”) excluyendo otros modos de pensar y otros saberes. Una escuela en la que casi exclusivamente hubiera “respuestas” y un asimétrico y unidireccional uso de la palabra evidentemente empobrecería la educación y, en este sentido, el PFn viene a promover otras trayectorias escolares. “esta propuesta es muy interesante y para docentes arriesgados. Parada en donde estoy yo, soy una persona muy estructurada. [Y lee] “dice que deja su lugar de conocimiento para hacer de mediador” yo me siento muy estructurada, yo en mis 20 años de docencia. Yo necesito que me digan algo”. (Isabel. Docente de escuela Nº 99, año 3.013) 4 Ver LANDER Edgardo (Comp.), “La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas”, CLACSO, Bs. As. 2.005. También: CASTRO-GÓMEZ Santiago y GROSFOGUEL Ramón (Editores), “El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global”, Ed. Siglo del hombre, Bogotá 2.007. 5 Cfr. DUSSEL Enrique, “1.492. El encubrimiento del Otro: hacia el origen del ‘mito de la modernidad’”, Ed. Plural, La Paz 1994 6 Ver WAKSMAN Vera y KOHAN Walter, “Filosofía con niños. Aportes para el trabajo en clase”, Ed. Novedades Educativas, Bs. AS. - México 2000 No obstante, y acá deja de ser “otra”, en el fondo, tiene la misma finalidad que el dispositivo escolar. Perfecciona esa “máquina de enseñar” que es la escuela. Enseña a “pensar bien” y los caminos al “buen pensar”, transmite una cierta disposición social al diálogo racional y la argumentación, instala los temas tradicionales de la filosofía. Aristóteles, Kant, Piaget, Kolberg y Habermas son los representantes de LA HUMANIDAD. Allí está LA filosofía, la tarea de LA educación, LA meta a la que hay que conducir a los niños. Humanidad (“objetivamente”): varón/blanco/letrado/propietario/heterosexual. Bueno. Para seguir nuestro relato. Pese a la total falta de certezas y a la soledad solamente acompañada por el CEAPEDI (que no es poco, pero está allá arriba, en el lejano mundo universitario), nos animamos a proponerle a las maestras de la escuela N° 99 un “Taller de coformación en filosofía con niños en clave decolonial”. Ahí quedamos. No estamos muy seguros de habernos corrido más allá de las palabras. Para este año 2.014 - estamos pensando en dar continuidad a los talleres de Filosofía con niñ@s en la escuela N° 99, donde están las docentes que participaron del taller de coformación, junto con algunos estudiantes del IFD 13 que cursan Residencia I, a partir de una construcción conjunta. Ya veremos. “estamos acostumbrados, sobre todo en cursos, deben dar respuestas, hay que seguir pensando que no hay una respuesta, que vamos a seguir buscando” (Susana. Docente de la escuela N° 99, año 2013) Bueno, ahora sí, arremanguémonos para ser breves y justificar. Pudiera pensarse que con la mención del “eurocentrismo” nos hemos comenzado a alejar de lo concreto y cotidiano de la experiencia que veníamos narrando. Nos parece que no es así. En la microfísica de las relaciones de la comunidad de indagación será donde puede operar el eurocentrismo y no sólo como un mero reflejo de relaciones meso y/o macropolíticas. Pero, no nos adelantemos. ¿Por qué la afirmación de que el PFn sigue enmarcado dentro del “eurocentrismo”? ¿Por qué este “eurocentrismo” impediría que sea una “educación otra”? y ¿qué gravedad conlleva ello? La pretendida simetría de las relaciones entre los participantes de la comunidad de indagación supone unos sujetos abstractos (dado que desconocemos su procedencia, su historia familiar, su tradición cultural…) como también lo es la comunidad misma de indagación, puesto que da lo mismo que se sitúe en Estados Unidos o Australia que en Latinoamérica o Asia o Europa, en una escuela privada que en una escuela pública, urbana o rural, etc. Pareciera que basta con conformar un círculo con un grupo de niños en un lugar cualquiera y proceder con una cuidada metodología para que se produzca la simetría de un diálogo filosófico (eminentemente racional7, además) entre iguales8. Ahora, si localizamos nuestra comunidad de indagación en Zapala, por ejemplo, entonces los sujetos se corporizan. Pronto emergen sus rostros y adquieren la fisonomía de la “otra cara de la modernidad”9. Entre ellos, como entre quienes coordinen el taller, puede reconocerse al indígena que engrosa la periferia urbana y con 7 El primer objetivo del CIFiN es: “que el niño desarrolle y ejercite su capacidad de razonar (extraer inferencias de distinto tipo, clasificar y categorizar, trabajar con la coherencia y la contradicción, formular preguntas, identificar supuestos, formular relaciones causa-efecto, conocer y evitar -o saber utilizar- la vaguedad en el lenguaje, distinguir ambigüedades, reconocer la interdependencia entre medios y fines, definir términos, identificar y utilizar criterios, ejemplificar, construir hipótesis, contextualizar; anticipar, predecir y estimar las consecuencias, generalizar, descubrir falacias no formales, normalizar frases del lenguaje cotidiano, etc.);” C.I.Fi.N. Argentina “Objetivos” en http://www.izar.net/fpn-argentina/esp_filo3.htm 8 En tal sentido pudiéramos aventurar que hay una suerte de “mito de la comunidad de indagación” análogo al “mito de la modernidad”. Puede ser una analogía muy fecunda, pero nos exigiría desarrollos que exceden este artículo. 9 Cfr. DUSSEL E, Op. Cit. “Epílogo”. Nota: conservaremos en negrita los sectores que señala el autor. parientes en alguna comunidad cercana o migrante del norte del país, cuando no inmigrante de países como Chile, Bolivia, Paraguay o Perú (cargando así el doble desprecio de “indio” y “extranjero”); otros rostros (o los mismos) marcados con los fenotipos del negro afrotransportado, hoy también con la novedad de inmigrantes jamaiquinos, senegaleses…; la cabeza negra del mestizo con su historia de 500 años recientemente cumplidos; los descendientes de criollos, muchos de ellos en esta zona emigrados desde Chile (despectivamente los “chilotes”) o de las provincias norteñas; habrá descendientes de inmigrantes europeos - excedentes europeos - corridos por el hambre y las guerras, quienes no fueron las “razas industriosas y superiores” que esperaban los patriotas alienados sino el pueblo pobre desplazado; algún que otro hijo de profesional, las más de las veces descendientes de la inmigración europea antes mencionada, reproduciendo y cargando, quizá, con el discurso meritocrático de la movilidad social de sus abuelos y padres (cuando no con un discurso directamente darwinista); estará el hijo del campesino (indio o mestizo, criollo o inmigrante o una mezcla de todos ellos), criancero de un miserable piño de chivos, muy probablemente dependiente de “los beneficios” de algún plan social o plan de vivienda que lo desplazó de su tierra para dar lugar a una explotación hidrocarburífera o minera; habrá hijos de obreros, cuyos padres sacrifican la vida y la tierra por un salario; se encontrarán hijos de empleados públicos, empleados de un Estado dependiente y mezquino que hace tiempo no es de bienestar; también los marginales tienen hijos, encarnando quizá la expresión más injusta del capitalismo periférico… “¿por qué piensan que las guerras son para ganar terrenos? Partic. 2: porque quieren tener algo que tienen las tierras. Partic. 1: quieren tener más tierras. Coord: ¿y qué tienen las tierras? Partic. 2: tienen petróleo … (Participantes de 4° grado, escuela n° 99, año 2012) Los rostros mencionados son “otros” respecto del sujeto abstracto de la comunidad de indagación. No solamente “otros” por concretos, sino también porque no son el niño blanco, varón, urbano (civilizado), cuyo razonamiento va evolucionando hacia formas adultas y occidentales de pensar (lógicas), el cual subyace como supuesto tras el sujeto simétrico que dialoga en la comunidad de indagación. Esos rostros concretos son los que en nombre de la “falacia desarrollista moderna”10 hay que emancipar11 de su atraso. Rostros “culpables”12 de su falta de evolución, lo cual habilita y exculpa que la tarea “emancipadora modernizante” tenga sus “costos” (sufrimientos, sacrificios, exclusiones…). Coord: “¿Los varones lloran?” Niña: “Sí, aunque no se los ve mucho llorar. Les da vergüenza llorar.” (Niña de 2° grado, escuela N° 99, año 2012) “Libertad”, “liberación”, “emancipación”… términos caros para la Modernidad que entran recurrentemente en nuestro discurso y en el del PFn. Pueden ser - y lo son - muy confusos. No es nuestra intención ni está en las posibilidades de este artículo hacer delimitaciones y distinciones precisas, aunque sí demorarnos al menos en una consideración: Stella Accorinti (escritora, docente de la UBA y presidenta del CIFiN) 10 Ídem. Pág. 69. La “falacia desarrollista” sería: La civilización moderna europea se autodefine como más desarrollada y superior. Esa superioridad es la que moralmente la obliga a desarrollar a los más primitivos. El camino a seguir es necesariamente el seguido por Europa, puesto que es el fin de la humanidad. 11 Sinónimo de “sacar de la barbarie”, del atavismo que implica cualquiera de los rostros mencionados. 12 Las víctimas del sistema frecuentemente son cargadas con la culpa de una supuesta falta de capacidad, pereza para desarrollarse, resistencia al progreso, vicios y enfermedades… que es la que les impide modernizarse. reúne en un serio artículo sobre filosofía para niños a Matthew Lipman y Paulo Freire como “dos pensadores comprometidos con las prácticas de la libertad”13. A nuestro juicio resulta ser una “mezcla inmiscible” y peligrosa, porque “muestra ocultando” y “entusiasma desalentando”. Es que “libertad” y “Freire” a muchos nos entusiasman y señalan el camino de la pedagogía del oprimido. Pero lo que una tal reunión nos oculta es lo “moderno” del programa de Lipman que, conscientemente o no, desalienta la desarticulación del “mito de la modernidad” antes mencionado y promueve la libertad individualista y conservadora (conservadora de un orden injusto) del neoliberalismo, ignorando la presencia y la diversidad de los rostros de los oprimidos así como su tarea histórica, todo lo cual está muy alejado de “nuestro” Freire. Una “educación otra”, entonces, para ser tal, tendría que superar la modernidad partiendo desde el reconocimiento de esos otros rostros. Habrá de ser Trans-moderna. Dirá Dussel: “De manera que no se trata de un proyecto pre-moderno, como afirmación folklórica del pasado; ni un proyecto anti-moderno de grupos conservadores, de derecha, de grupos nazis o fascistas o populistas; ni un proyecto post-moderno como negación de la Modernidad como crítica de toda razón, para caer en un irracionalismo nihilista. Debe ser un proyecto ‘trans-moderno’ (y sería entonces una ‘Trans-Modernidad’) por subsunción real del carácter emancipador racional de la Modernidad y de su Alteridad negada (‘el Otro’ de la Modernidad), por negación de su carácter mítico (que justifica la inocencia de la modernidad sobre sus víctimas y por ello se torna contradictoriamente irracional). […] Su real superación […] es subsunción de su carácter emancipador racional europeo trascendido como proyecto mundial de liberación de su Alteridad negada: la ‘Trans-Modernidad’ (como nuevo proyecto de liberación político, económico, ecológico, erótico, pedagógico, religioso, etcétera)”14 Pasemos ahora a una tímida propuesta: en lugar de “Comunidades de Indagación” unos “Círculos culturales de debate”15. La comunidad de indagación para una “educación otra” podría “metamorfosearse”, es decir resignificar cualitativamente sus componentes para que las alteridades reales, oprimidas, entren en diálogo liberador. Las condiciones de posibilidad de ese diálogo comienzan por el reconocimiento de quiénes son (o están siendo para utilizar un término menos esencialista) los que integran ese círculo y cómo llegaron a ese lugar social (una suerte de “genealogía”, es decir, el análisis de por qué somos lo que somos hoy). El círculo tendría que asumir su no neutralidad, su carácter desembozadamente político que lo sitúa, para ser liberador, en el lugar de las víctimas16 en su tarea pedagógica liberadora. En estos círculos se continuará promoviendo el debate racional en un sentido amplio, así como también el análisis de la racionalidad instrumental (puesto que al exclusivizarse se puede transformar en una “tecnología del arte liberal”, es decir, un dispositivo que hace posible el gobierno de los sujetos desde el disciplinamiento de sus modos de pensar)17. La racionalidad instrumental ha de ser también liberada reubicándola como instrumento para construcción de consensos y la determinación de factibilidades, todas ellas al servicio de la vida18. 13 ACCORINTI Stella, “Matthew Lipman y Paulo Freire: conceptos para la libertad” en Utopía y Praxis Latinoamericana Vol.7, N° 18, Maracaibo, Venezuela 2002. Págs. 35-56. 14 Ídem. Pág. 178. 15 Seguimos pidiendo prestado, esta vez a Paulo Freire. Cfr. FREIRE Paulo, “La educación como práctica de la libertad”, Ed. Siglo XXI, Bs. As. 1995 16 Lugar desde el que una política de la liberación plantea que ha de revisarse todo sistema. Cfr. DUSSEL Enrique, “20 tesis de política”, Ed. Siglo XXI, México, 2006. Pág. 61 17 El lugar de la razón tendría que ser, como expresa Dussel invirtiendo hábilmente la expresión hegeliana, el de una “astucia de la vida”. DUSSEL Enrique, “Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión”, Ed. Trotta, Madrid 2006. Pág. 167. 18 Una ética de la liberación se fundamenta, según Dussel, en tres principios jerárquicamente ordenados: la vida (la materialidad de la vida); el consenso de los involucrados (la validez intersubjetiva); la factibilidad ética. Cfr. Ídem. Págs. 91280. ¿Permanecer en la institución escolar? Sí. Nos quedamos desde la idea de grieta. El edificio escolar se viene agrietando. El “todo o nada” en este momento obtura. Intentamos agrietar el dispositivo moderno escolar desde dentro. Nos sentimos en una época de transición en que la escuela “ya no sirve”, pero aún no hemos “inventado lo nuevo”.- “un pueblito puede cambiar al mundo, no solo las ciudades pueden, sino también los más chicos.. y no que de los más grandes a los más chicos...” (Niña de 7° grado, escuela n° 326 de Zapala, año 2009) BIBLIOGRAFÍA CITADA: ACCORINTI Stella, “Matthew Lipman y Paulo Freire: conceptos para la libertad” en Utopía y Praxis Latinoamericana Vol.7, N° 18, Maracaibo, Venezuela 2002. Págs. 35-56. CASTRO-GÓMEZ Santiago y GROSFOGUEL Ramón (Editores), “El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global”, Ed. Siglo del hombre, Bogotá 2.007. C.I.Fi.N. Argentina (Centro de Investigación en Filosofía para niños) en http://www.izar.net/fpnargentina/esp_filo3.htm DÍAZ Mirta y FRANCHINO Adriana, “Filosofía para niños” en “La obra - Revista de educación” N° 889 “La educación del pensamiento”, Año 74, Julio de 1.995. DUSSEL Enrique, “1.492. El encubrimiento del Otro: hacia el origen del ‘mito de la modernidad’”, Ed. Plural, La Paz 1994 DUSSEL Enrique, “20 tesis de política”, Ed. Siglo XXI, México, 2006 DUSSEL Enrique, “Ética de la liberación en la edad de la globalización y de la exclusión”, Ed. Trotta, Madrid 2006. ENORMES MINUCIAS, Registro de talleres, IFD N° 13, Zapala 2009 - 2013. Sin edición (ni falta que hace). FREIRE Paulo, “La educación como práctica de la libertad”, Ed. Siglo XXI, Bs. As. 1995 LANDER Edgardo (Comp.), “La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas”, CLACSO, Bs. As. 2.005 LIPMAN Matthew, SHARP Ann y OSCANYAN Frederick, “La filosofía en el aula”, Ed. De la Torre, Madrid, 1998. SIRVIENT María Teresa, “El valor de educar en la sociedad actual y el ‘talón de Aquiles’ del pensamiento único” en Revista “Voces” de Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe, Uruguay, Año V N° 10, noviembre de 2.001. SPLITTER Laurence y SHARP Ann, “La otra educación: filosofía para niños y la comunidad de indagación”, Ed. Manantial, Bs. As. 1996 WAKSMAN Vera y KOHAN Walter, “Filosofía con niños. Aportes para el trabajo en clase”, Ed. Novedades Educativas, Bs. As. 2000. Zapala, abril de 2.014