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II. CARACTERIZACIÓN GEOGRÁFICA La Patagonia es una región ubicada al sur del Río Colorado, se extiende desde los 39º S hasta los 55º S, incluye la cordillera de los Andes y las mesetas, planicies y serranías comprendidas entre los Andes al oeste y el Océano Atlántico al este. El paisaje mesetiforme es interrumpido por algunas serranías extra-andinas (Sierra de Tecka o Sierras Centrales o Sierras de San Bernardo). El clima de esta amplia región es semiárido frío. Las precipitaciones son máximas en la zona andina, donde llegan a superar los 2.000 mm. anuales. En la parte central de la Patagonia extra-andina la precipitación anual alcanza los 125 mm. en el centro-este y los 500 mm. en la parte occidental y se concentra en los meses más fríos del año (abril a septiembre). Los fuertes vientos del oeste constituyen uno de los rasgos climáticos característicos de la región. La disminución de las precipitaciones desde el oeste hacia el este determina el siguiente gradiente de tipos de vegetación: bosque, estepa graminosa, estepa arbustiva-graminosa, estepa arbustiva y erial. Desde el punto de vista fitogeográfico se distinguen en la Patagonia tres provincias: 1) La Subantártica, con bosques dominados por especies del género nothofagus. 2) La del Monte, constituida por estepas arbustivas de Larrea sp. 3) La Patagonia propiamente dicha, con estepas herbáceas, arbustivas y semidesiertos. Problemas ambientales Deterioro de los suelos Si bien la síntesis de la problemática ambiental indica mejor situación general para la Patagonia, debe mencionarse que a un nivel más local que el departamental, existen diversos tipos de problemas de degradación del medio natural, entre los que destacamos la erosión de los suelos, que es muy importante. Amplios sectores de la meseta patagónica poseen suelos con serias limitantes para la producción comercial agrícola y aún para la ganadera. En vastos sectores del Chubut se observan situaciones graves de erosión eólica e hídrica. La sobrecarga animal, en muchos casos, agudizó el problema, pues al destruirse la escasa cobertura vegetal se llegó a la pérdida de los suelos de pobre formación en áreas de fuertes vientos. Al respecto comenta Alonso que: …”es posible reconocer la existencia de verdaderos corredores eólicos, por INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOGRÁFICAS DE LA PATAGONIA BELGRANO Y 9 DE JULIO – TRELEW – CHUBUT E mail: igeopat@tw.unp.edu.ar (02965) 421-807 - 8 ejemplo en el Lago Tar, en la Cuenca inferior del Río Senguer, en la Península Valdés y en otros sectores”… (Alonso, 1983). Otros problemas de degradación se visualizan en áreas de riego, como por ejemplo en el Valle Inferior del Río Chubut, área muy comprometida, donde por malas prácticas de riego y deficiencias en el drenaje, se produjeron problemas de salinización y alcalinización. Otro de los problemas analizados es el correspondiente a la sismicidad. Al respecto puede comentarse que, si bien podrían ocasionar problemas en el área de la cordillera y precordillera, no lo harían en este sector de los Andes con tanta frecuencia como en el centro y norte del país. La meseta chubutense A causa de la inmensidad de los espacios, la meseta patagónica termina por parecer monótona, interrumpida con frecuencia por chimeneas basálticas, serranías, cañadones, grandes bajos, gigantescos lechos fluviales, irrupciones porfídicas más o menos desnudas y afloramiento de basalto. Fitogeográficamente corresponde al monte hacia el norte y a la estepa por el sudeste. El paisaje desolado está dominado por las mesetas sobre las cuales se levantan algunas montañas de escasa altura (Patagónides) y alternan bajos (depresiones), cubetas cerradas, mesas basálticas y valles fluviales profundos, muchas veces secos. Las mesetas son planicies de diversas altitudes que descienden en escalones desde el piedemonte de la cordillera (2000 a 1500 m. s.n.m.) hasta el Atlántico. Terminan, generalmente en acantilados, a veces de 100 m. de altura, recortados en golfos de erosión y en salientes o puntas debidas a núcleos de rocas antiguas. Constituyen un paisaje tabular, reforzados por grandes mantos basálticos sobrepuestos a superficies planas dando verdaderas mesas, disectado por los cursos de agua. Una gran extensión lleva encima una cubierta de glacis retransportada compuesta de rodados, gravas, arenas libres o cementadas, conocidas como rodados patagónicos o rodados tehuelchues. Los Patagónides, mezcla de montañas plegadas en sedimentos mesozoicos y planicies de bloques antiguos, constituyen un hecho singular en el ámbito de las mesetas, cuya monotonía quiebran. Son de modestas alturas, 1.000 a 1.600 m. s.n.m.. Desde el punto de vista climático, domina el aire heterogéneo del Pacífico, sensiblemente modificado por la montaña. Es frío y seco, en general, y no existe el verano térmico. El porcentaje de nubes es bajo, los cielos claros y el foehn de altura es frecuente. En el centro de la meseta, Colonia Sarmiento, es buen ejemplo de clima. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOGRÁFICAS DE LA PATAGONIA BELGRANO Y 9 DE JULIO – TRELEW – CHUBUT E mail: igeopat@tw.unp.edu.ar (02965) 421-807 - 9 La temperatura media es sólo de 11º, la máxima absoluta de 38º y la mínima absoluta de 20º bajo cero. Las precipitaciones son muy escasas en todos los meses del año y con vientos del oeste casi permanentes. Bajo tales condiciones climáticas no se forman cursos de agua. Pero cruzan las mesetas ríos alóctonos, que por sus dimensiones, volumen de agua y belleza, se constituyen en motivo de asombro. Se alimentan de las cuencas montañosas y están regulados por lagos de diversos tamaños, algunos de los cuales atraviesan las anchas mesetas sin recibir casi aportes fluviales. Sus valles anchos y profundos están parcialmente ocupados por lechos ordinarios estrechos, por los cuales fluyen aguas claras decantadas en los lagos. A los cambios geomorfológicos y climáticos van unidos los edáficos y fitogeográficos. Las plantas se encuentran adaptadas a condiciones muy severas. Se trata de arbustos enanos con aparatos subterráneos, ramas cortadas y apretadas, con espinas o con hojas pequeñas, coriáceas o espinosas, casi siempre revestidas de resina o pelos lanosos. En conjunto forman matas homogéneas más o menos densas, que alcanzan según las especies, alturas desde 2 a 3 cm. hasta cerca de un metro. Es el dominio de la estepa. Las asociaciones vegetales vinculadas a los suelos y la topografía más conocidas son las siguientes: 1) arbustivas, asociadas a los suelos pedregosos y arenosos. En las cimas y crestas de los cerros esta vegetación herbácea es rala (estepa semidesértica); en los barrancos (cañadones) secos, mejor defendidos del viento y con más humedad, las hierbas se entremezclan con arbustos, presentando un aspecto semejante al monte. Los valles, donde pequeñas cursos de agua forman pantanos, están cubiertos por inmensas praderas de gramíneas y ciperáceas (vegas) o poligonáceas (lengua de vaca, Rumex crispus). A veces se observan charcos y lagunas con plantas acuáticas. En suelos bajos y salados crece una vegetación halófila, de plantas carnosas generalmente con hojas crasas o muy reducidas. Las formaciones antecordilleranas no son relieves homogéneos, sus características morfológicas varían desde la meseta a las serranías. En realidad, desde el punto de vista fisiográfico, son una continuación occidental de las mesetas patagónicas, más o menos afectadas por la orogenia andina y por procesos de vulcanismo, de lavas básicas en general y también andesitas (Sierras Catan Lil). En general, se trata de sedimentos marinos y continentales del cretácico que han sido plegados y fracturados por el movimiento andino. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOGRÁFICAS DE LA PATAGONIA BELGRANO Y 9 DE JULIO – TRELEW – CHUBUT E mail: igeopat@tw.unp.edu.ar (02965) 421-807 - 10