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EN ESTENUMERO ... RedacMn: CADIME Escuela Andaluza de Salud Publica. 1 • Utilización de Medicamentos Tratamiento de la fiebre en los niños ~fn~9~~r~61i'3~.GF:~~N~ariÍJ4 La aparición defiebre en los niños es 11110 de los motivos más comunes de consulta médica . Es importante conocer qué tratamiento aplicar, cuándo y a qué dosis. 2 • Farmaconotas Paracetamol: profilaxis en vacunación de niños Aunque algunas vacunas infantiles pueden originarfiebre como efecto adverso, la administración preventiva de un antipirético, como el paracetamol, no siempre está justificada. ID Utilización de Medicamentos Tratamiento de la fiebre en los niños e La fiebre es una elevación de la temperatura corporal (por encima de 37" C) que puede tener una etiología diversa, aunque las causas más comunes en niños son las infecciones virales agudas, principalmente de vías respiratorias superiores. Existe controversia en cuanto a la instauración de un tratamiento antipirético. si bien la mayoría de los autores lo recomiendan cuando la temperatura supere los 39" C para aliviar el malestar, la irritabilidad, la anorexia y minimizar la aparición de convulsiones. Las medidas físicas para disminuir la fiebre no son siempre aconsejables; y en cuanto a los tratamientosfarmacológicos hay que establecer el de elección y sus alternativas, en función de la seguridad y el comportamiento[armacocinético de los antipiréticos en pacientes pediátricos. La fiebre es una elevación de la temperatura corporal que está mediada por un aumento del punto de referencia hipotalámico que regula el calor. En los niños, es una de las razones más comunes por la que los padres acuden a la consulta médica (1-3) El centro termoregulador hipotalámico mantiene la temperatura corporal equilibrando las señales procedentes de receptores nerviosos periféricos del frío y del calor. La producción de calor (aumento del metabolismo celular, actividad muscular, escalofríos) y la conservación de calor (vasoconstricción) mantienen un equilibrio con las pérdidas de calor (sudoración, vasodilatación y pérdidas obligadas por radiación, convección, conducción y evaporación), La temperatura corpora l puede estar disminuida varios grados, por perradas cortos de tiempo, sin lesión celular grave, mientras que una elevación marcada y prolongada conduce a la muerte celular (1-4) . Muchos agentes (bacterias, virus, complejos inmunes, citoquinas, etc.) pueden estimular la producción de pirógenos endógenos, que al parecer son los mediadores de la respuesta febril; aunque no se conoce exactamente el mecanismo por el cua l elevan la temperatura . Clínicamente se considera f iebre cualqu ier temperatura por encima del valor normal. La media normal correspon de a una temperatura medida oral de 3rC (variación de 36-38°C). Las temperaturas rectales son aproximadamen- te 0.5°C más altas, y las axilares 10 .5 °C más bajas, que las orales. Adicionalmente la temperatura corporal presenta fluctuaciones de unos 0.5 °C (más frecuentes en niños que en adultos), siendo más elevada al inicio de la tarde (37.5°C) y más baja al amanecer (36.5°C) (1-3,5). Es importante determinar el ori gen de la fiebre, siempre que sea posible, ya que es preferible tratar la causa antes que el síntoma. Las causas más comunes de fiebre en niños son las infecciones virales agudas, principalmente de vías respiratorias superiores (1 ,2,5); siendo menos comunes otras causas como infeccio nes bacterianas, deshidratac ión, enfermedades malignas, lesiones del sistema nervioso central, inmunizaciones, radiación y medicamentos . En los niños menores de 3 meses la fiebre puede tener una causa más grave debido a la inmadurez de su sistema inmunitario (1) , debiéndose en un 70% de los casos a una infección bacteriana, que en un 10 -15% de los niños es grave, y en un 5% de los pacientes cursa con bacteriemia (3). N ECESIDAD DEL TRATAMI ENTO Existe cierta controversia sobre la conveniencia de realizar im tratamiento antipirético. Como argumentos en contra se cita que la fiebre es un signo clínico importante para el diagnóstico y pronóstico, y que la administración de antipiréticos puede retrasar la instauración de la terapia adecuada y la evaluación de la correspondiente respuesta terapéutica (1,3 ). Aunque algunos autores consideran la fiebre beneficiosa para el huésped, por disminuir la intensidad o la duración de ciertas infecciones (1,2); según otros, la respuesta a la infección no se ve afectada por la fiebre; y la producción de calor que la acompaña aumenta el consumo de oxígeno, la producción de dióxido de carbono y el gasto cardíaco, pudiendo exacerbar otras enfermedades ya existentes (insuficienc ia card iaca y pulmonar) (1,3) . Además se ha observado que la administración de antipiréticos en niños ni prolonga la enfermedad ni agrava su curso (2,5). EDAD Por el contrario, temperaturas superiores a los 0-3 meses 42 °C disminuyen las 4·11 meses defensas del paciente (1). La mayoría de los libros de texto recomiendan tratamiento antipirético en niños cuando la temperatura excede los 39-39 .5°C; aunque, por lo general, la fiebre por debajo de los 41 °C es bien tolerada y relativamente inof ensiva en la mayoría de los pacientes. 6 7Jo/.7er A NDAl Las razones aducidas son aliviar el malestar, la irritabilidad y la anorexia, así como evitar las potenciales secuelas producidas por la fiebre (golpe de calor , daño cerebral) , y minimizar la aparición de convulsiones ( 1,2,4,5). Las convulsiones febriles, que afectan al 4% de los niños de 6 meses a 5 años, so n tónico-clónicas general izadas, duran menos de 15 minutos, y suelen ocurrir por encima de los 39°C de fiebre. Su aparición parece más ligada a la rapidez con que aumenta la temperatura que a su valor absoluto; y aunque en la mayoría de los casos no se detectan secuelas, existen riesgos asociados tales como recurrencia (en 1/3 de los afectados), lesiones durante la convulsión y desarrollo de epilepsia (1,4, 5). Si bien no se ha demostrado la util idad de los antipiréticos como profila xis de las convulsiones febriles (1,6), la mayoría de los médicos son partidarios de administrarlos, en niños con historia previa de convulsiones febriles o epilepsia, ante los primeros signos de f iebre y durante las 48 horas siguientes (1). No se conoce el índice de recurrencia en ausencia de medidas antipiréticas (4). Por último, el tratam iento antipirético también estaría indicado en pacientes de alto DOSIS DE ÁCIDO ACETll SAlICluco EDAD PESO (Kg) 0-23 meses 2,7 - 10,5 10,6 -15,9 16,0 - 21,4 21,5-26,8 26,9 - 32,3 32,4 - 43,2 2- 3 años 4- 5 años 6- 8 años 9·10 años 11 años 12-14 años DOSIS"'mg 160 240 320 400 480 640 riesgo con enfermedades cardiopul manares crónicas, trastornos metabólicos, y enfermedades neurológicas (3). Entre las medidas físicas utilizadas para disminuir la fiebre, se aconseja retirar la ropa de abrigo, mantener un ambiente fresco (2 1-22°C) y proporcionar una hidratación adecuada. Se estima que por cada grado por encima de los 37 .2°C hay un incremento de pérdida de agua de 7 m/lKg de peso, por cada 24 horas . Sin embargo no se recomiendan otras medidas, destinadas a mejorar la evaporación, como la aplicación tóp ica con esponjas empapadas en agua t ibia, baños de agua fría y uso de ventiladores . La aplicación de esponjas húmedas baja la temperatura 0 .5°C cada 30 minutos, y al cabo de 2 .5 horas reduce la temperatura 1.5°C en el 65% de los pacientes, pero la temperatura vuelve a los niveles anteriores después de 30 minutos de la int errupción de la aplicación. Además sólo alivia el malestar en un 33% de lo s casos y en ocasiones .p ro d uce escalof ríos. El agua f ría y el alcohol también producen escalofríos y una fuerte vasoconstrición, y el organismo reacciona manteniendo la temperatu ra más alta (1-4,6) . TRATAM IENTO FARMACOlOGICO DE LA FIEBRE Existen numerosos medicamentos antipiréticos, aunque no todos son adecuados para uso pediátrico . Tradicionalmente se han empleado el ácido acetílsalicílico, el paracetamol (o acetaminofeno) y más recientemente el ibuprofeno en suspensión oral (1). ACIDO ACETILSALlCILlCO (AAS). Durante más de 70 años se ha empleado para reducir la fiebre en niños, sin ;"43,3 embargo actualmente su util ización ha disminuido al ponerse de manifiesTabla 1. Tomada y modificada de 7 y 8. to la existencia de una asoc iación entre el uso de AAS en niños con una (*) No exceder de 5 dosisen 24 horas. enfermedad viral (en particular gripe o (* *) No se recomienda en menoresde 12 meses; varicela) y la aparición del síndrome a criterio médico puede administrarse a razón de 10 mgtkg. de Reye, que aún siendo de muy baja incidencia es un cuadro grave, caracterizado por encefalopatía e infiltración DOSIS DE PARACETAMOL grasa de las vísceras (1,2). La forma farmacéutiPESO (Kg) DOSIS[" (mg) N° GOTAS ORALES ca más empleada de este (4 mg{gota) o mi (100 mg{ml) medicamento son los com2,7· 5,0 10 gotas 6 0,4 mi 40 primidos, ya que por admi5,1 - 7,7 80 20 gotas 6 0,8 mi nistración rectal se absorbe 7,8 - 10,5 120 12·23 meses 30 gotas 6 1,2 mi menos y muy lentamente. 2-3 años 10,6·15,9 160 40 gotas O 1,6 mi El AAS empieza a disminuir la temperatura corporal 4-5 años 16,0 - 21,4 240 60 gotas Ó 2,4 mi alrededor de una hora des6-8 años 21,5·26,8 320 80 gotas O 3,2 mi pués de su administración 9-10 años 400 26,9 - 32.3 100 gotas O4 mi oral, alcanzando la máxima 11 años 32,4 - 43.2 480 120 gotas Ó 4,8 mi eficacia antipirética al cabo 12·14 años <! 43,3 640 160 gotas 6 6,4 mi de las tres horas. La temperatura com ienza a subir Tabla 2. Tomada y modificada de 1, 8 Y 70. de nuevo a las cuatro (*) La dosis(oral o rectal) se puede repetir 4 ·5 veces al dia, sin exceder un total horas, que es el intervalo de S dosis cada 24 horas. aceptado entre una dosis y 1995; 11 (2) - la siguient e. Aunque se venía dosifi cando a razón de 10-15 mg/Kg de peso; actu almente se esti ma qu e la dosis ópt ima para la anti piresis en niños es de 10 mg/Kg de peso (ver Tabla 1). Hay que ten er prec aución con la administración de dosis repetidas en neonatos, ya que la metabolización y la eliminación es más lenta , pudiendo orig inar mayor t oxicid ad, por lo que se desaconseja administr ar AAS a menores de un año. La dosificación en menor es de dos años es dif Icil ya que no existe una form ulación líquida adecuada (1 ,7-9). Entre lo s i nco n venien t es del AAS, como antipirético, está su perfil toxicológic o, ya que puede provocar alteraciones gastrointestinal es, de la función plaquetaria y reaccion es de hipersensibilidad . Puede producirse intoxicación por sobredosis, deshidratación o disminución de la eliminación ( 1). PARACETAMOl. Su utili zación como antipirético en niños ha aumentado casi en la misma proporci ón en que ha disminuido el empleo de AA S. El efe cto antipiréti co, al igu al qu e para el AA S, parece deber se a su capacidad de disminuir la sín tesis cerebral de prostag landina s; pero a d iferencia de este último no es un inhibidor eficaz a nivel periférico, por lo que no posee prop iedades ant iinflamatorias (1). La co ncent ració n pla smáti ca máxima de paracetamol se alcanza a lo s 30 -60 minuto s d espué s de la administración de for mas líquidas orales. La absorción de los suposito rios depende de la base util izada, pero por lo general es menor que la obtenid a con formulacione s orales, aunque son de gran utilidad en casos de vómito s. La vida media de eliminación en niños es de 1.8 a 4 hora s, y de 2.8 a 4.7 horas en recién nacidos (1,4). En términos de eficacia, no existen diferencias sign ifi cativas en t re paracetamol y AAS, si bien la dura ción de la acción del para cetamol parece ser más corta que la del AA S en pacientes con más de 39 .9°C. La dosis de paracetamol también es similar : 10 mg/Kg de peso cada cuatro horas ó 20 mg/Kg cada seis horas (1, 2, 8) . Otro s autore s recomi endan 10-15 mglKgcomo dosis de choque y cuando se ha omit ido una dosis por la noche, seg uid as de do sis de 7-12 mg/ Kg cada cuatro horas (9). Para menores de 1 año, se aconseja segui r un esquema de dosific ación de 10 mg/Kg de peso/ dosis; y para menores de 4-6 años se recomienda la ad min istra ción de go tas orale s, que perm ite ajusta r la dosis según el peso y la edad (ver Tabla 11) (10). El paracetamol po see meno s efectos adversos que el AAS, y debido a su seguridad puede emplearse en niños muy pequeño s ( 1,9, 1 1). DOSIS DE IBUPROFENO EDAD PESO (Kg) ÓOSIS'" mg(mi)"" S 10,5 50 (2,5) 3-7 años 15,9 - 24,0 100 (5,0) 8-12 años 26,8 - 43.3 200 (l0,0) <: 2 años Tabla 3. Tomada y modificada de 7 yO. (' ) La dos is se adrrunistrará cada 6 - 8 ho ras (4 ·3 veces al día), sin exceder los 40 mglkg al día. (, ' ) Jarabe de 100 mglSml. Raramente produce reaccio nes de hipersen sibi lidad y anormalida des hematológica s. En cuanto a la hepatotoxicidad, que es el efecto adverso más grave del paracetamol, su incidencia en niños es mucho menor que en adultos (2): tanto porque tienen más glutation, que actúa como protector hepático, como por la diferente metabolización en los niños, que da lugar a metabolitos conjugados con sulfato, menos tóxicos que 105 conjugados con glucurón ido que se forman en adulto s. No obstante, la sobredosis de paracetamo l en niños puede producir hepatotoxic idad grave (1,3,9). IBUPROFENO. Aunque su eficacia antipiré tica en niño s es co nocida desde hace más de 20 años, la suspensión para uso pediátrico no estuvo disponible hasta los 80. Al igual que el AAS, t ambién t iene propiedades antiinflamatorias (1,2). En términos de eficacia, se han comparado los efectos antipiréticos del ibuprofeno (5 mg/Kg y 10 mglKg) con los del paracetamol (10 mglKg), siendo las dosis más elevadas de ibuprof eno las que reducen la temperatura en mayor grado y durante más tiempo (1,11-13 ). La eficacia antipirética del paracetamol y del ibuprofeno dependen de la dosis, y se consideran equivalentes 15 mg/Kg cada 6 horas de paracetamol a 10 mg/Kg cada 6 horas de ibuprofeno, si bien se necesitan estud ios adicion ales que justif iquen la uti liz ac ión a estas do sis (1,2,1 1- 14). En cualquier caso ambos medicamentos son igualmente eficaces para el tr atamiento de la fiebre, y el mayor gr ado y d ur ación de la acción obten ida con ibu prof eno no supone necesariamente una ventaja clínica (1,15). Las dosis recomendadas de ibuprofeno actualmente son : de 5 mg/Kg para fiebre inferior a 39.1°(, y de 10 mg/K g para f iebre qu e supera los 39.1°( cada 6-8 horas, dependiendo de la edad del ni ño, aun q ue no se aconseja uti lizarlo en menores de un año o en niño s que pesen menos de 7 Kg (ver Tabla 111) (1,1 1,12). En niños que pesen menos de 30 Kg, se ha recomendado no sobrepasar la dosis de 600 mg al día, salvo prescripción facultativa (10). Los efectos adversos del ibuprofeno a las dosis antip iréticas utilizadas en niños son poco frecuentes, leves y principalmente gastroint estinales (diarrea, vómito s, dolor abdo minal, rash, agitación , nerviosismo e irritab ilidad) (1,3,1 1). Sin embargo cuando se utili za en otras indicaciones se han descrit o reacciones de hipersens ib ilid ad, ulceraciones gastrointestinales, alteraciones renales, plaquetarias, hepát icas, y meningitis asépt ica. En cuanto a la sobredosificación, se ha observado que los menor es de 5 años son más susceptibles a desarrollar apnea, coma y convulsiones. La ingestió n de más de 400 mg/Kg de ibupro feno puede originar toxicidad grave (1-3,12). El ibup rof eno como antipiréti co pediátrico se considera una alternativa al parac etam ol, má s seg ura que el AA S (1,11,13).No ob stante y al igual qu e para todo s lo s analgési cos no esteroideos no debe admini strarse a pacientes con historia previa de ulcera pépti ca, hipersensibilidad al AAS, y asma (11). Tampoco se aconseja su uso en pacientes con deshidratación o con volum en plasmático disminuido, ya que el ibuprofeno puede reducir el flujo sanguíneo renal (13). ASOOACIONES DE ANTIPIRÉTICOS El uso conjunto de ant ipiréticos y medi das f ísicas es má s ef icaz q ue cualqu iera de los dos mét odos por separa d o ( 1), aunq ue parece q ue estas últim as con tri buyen en mu y escasa proporción a la reducción de la fiebre (4), y no siempre son aconsejables (6). La administración concom itante de AAS y paracetamol no influye en cuanto al gr ado o proporc ión de redu cción de la temperatura, pero produ ce un ef ecto ant ipirético más prolongado (1). Aunqu e no se han rea lizado estudios clínicos al respecto, parece u na prá cti ca fre cuente alternar la administración de AAS y paracetamol cad a 2-4 hora s, lo que puede dar lugar a problemas de to xicidad por acumulación y por camb ios en la metabolización . Por tanto no parece una conducta just ificada, salvo en el caso de que el niño no respond a a dosis aprop iadas de agentes antipiréticos solos (1). (ONCLUSION El tr atamiento de la fiebre tiene como obje tivo aliviar el malestar del niño y prevenir la deshidratación. No existe evidencia de que la utilización de antipiréticos influya en la recurrencia de las convulsiones febriles, aunque se acon seja adm inis t rarlo s en niño s con historia previa de convulsiones febriles o epilepsia, ante los primeros signos de fiebre y durante las 48 horas siguientes. Las medidas físicas pueden resultar eficaces, aunque contribuyen en ;;,,/ 7..'f" AtlDA L 1995; 11 (2) 7 escasa proporoon en la reducción de la fiebre, y no t odas son igualmente aconsejables. Se recomienda retir ar la ropa de abrigo, mantener un amb iente fresco e hidratar abundantemente al niño. Actual mente el paracet amol es el antip irét ico de elección , debido a su segurid ad . El ibuprofen o resulta una alte rnati va valio sa en aquellos niños que no responden , o que desarro llan reaccio nes de idiosincrasia o hipe rsensibi lidad al para cetamol, a pesar de la posible aparición de reacciones adversas graves. El AAS co nst ituye el ant ipir ético de ter cera elección, por la posibil idad, de que pueda apare cer síndro me de Reye, de muy baja incidencia pero grave e irrecuperable O e e, t Es bien conocido que algunas de las inmunizaci o nes incluid as en el calendario vacunal pued en cau sar fiebre como efe cto adverso . Aun que la utilización rutina ria prevent iva de paracetamol no siemp re está justificada, se puede admini strar paracetamol oral para el tratamiento sintomático de las reacciones adversas leves o moderadas (fiebre , dolor en el sitio de la inyección, etc.) (Drug Ther Bull 1990; 28:73-4 ). El componente antigénico de la tos ferina es el principal responsable de la reacción febril por la inmunización DTP (difteria + tétanos + tos fer ina o pertussis), que se manifi esta a las 3-6 horas de la vacunación, en el 50% de los vacunados, y aumenta la tempe rat ura en un 6% de los vacunados por encima de los 39°( . La aparición de fi ebre superior a los 40 .5°(, durante las 48 horas siguientes a la adm inistración de DTP, se considera co mo u na precauc ión a tene r en cuenta para las siguiente s dosis, pero CONSEJO DE REDACCION REDACTOR J!f! : José M ' Reealde Mannque. REDACCION : An tonio Matas Hoces. Redacci6n CADIME : Vic to ri a l im énez Esp inela. Maria del M ar t.áinez Sánchez. Antoruo Matas Hoces, María Teresa Nieto Rodr iguez. Jo sé Ma ria Recalde Man riQue SECRn. 8 casoM adrid: El Consejo, 1993. 8- Benit z WE er al. The Pediatr ic Orug Handbook . 2nd ed. Chicago : Year Book Medical Pub, 1988. 9- Orugs for Children. 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Por ello, se recomienda administrar paracetamol (15 mg/Kg) en el momento de la imnunización, y después cada 4 horas hasta pasadas 24 horas, especialmente en niños que han sufrido convulsiones en los 3 días siguientes a la dosis previa, o que presentan antecedentes personales o fam iliares de convu lsiones. Si la fiebre no cede al cabo de 24 horas habrá que invest igar la posibilidad de que se d eba a otras causas (meningit is, ot it is) (American Society Hosp ital Pharma ci sts (eds). AHFS . Drug Information 94 . Bethe sda ; 1994 :2177-9). Tras la inmunizació n con la vacuna SARUPA (sarampión + rubeola + CONSEJO DE REOA(CI ON : Mariano Aguayo Cane la. Vict o r Sa li var Galiana . Juan Ram ón Castillo Ferrando . Javier Galiana M art inez . Pab lo Gar cia l. óp ez, Raf ae l Angel Gíl Rivas, Mar ia Isa bel Luc ena Gon zález, M iguel Mar qués de Torres, Fran c isco M artínez Rom ero , Ant onio Peinado Alvarez, Julio Romero González, Manuel de la Rosa Fraile, José Sánchez Mor cillo. Dls!~o GRAFlCO : Pablo Galleqo Córdob a. IMPRESION: Co pa rtg ra f Grana-da . li,,! lel' A NDAl 1995 ; 11 (2) parotiditis) puede aparecer fiebre de caracter moderado , al parecer producida principalmente por el antígeno del sarampión . Sólo en un 5-15% de los vacunados supera los 39.4°( , se presenta a los 5-12 días de la vacunación y suele persistir durante 2-5 días. El riesgo de que los niños con historia familiar o per sona l de co nvulsiones febriles sufran una recurrencia tras la administración de la vacuna del sarampión es muy bajo . De todas formas, los padres deben observar estrechamente la apar ic i ón de fieb re du rante los 5-1 2 días después de la inmunización, y si ésta se manifiesta in iciar el t rata miento ap ropiado . La profilax is con ant ipirét icos, antes de la aparición de la fiebre y durante otro s 5-7 días adicionales, puede reducir el riesgo de convulsiones febriles, pero probablemente result e inef icaz si se ad ministra después de que aparezca la f iebre (A merican Soc iety Hospital Pharmacists (e ds) . AHFS . Drug Inf o rm at io n 94 . Bethesda ; 1994 : 22 13-4; 2217; 2235) O