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Autoridades presentes, señoras y señores Agradezco especialmente la deferencia de haberme invitado a decir unas palabras, en representación de la empresa SIRVE y su equipo de profesionales, en este lanzamiento público del emblemático Edificio Geocentro Agustinas. Lo primero es agradecer muy sinceramente a Inmobiliaria Aconcagua por habernos confiado el desarrollo del sistema de protección sísmica de este proyecto de gran altura, nada menos que en el centro de Santiago. Me puedo equivocar, pero además de ser el primer proyecto habitacional que se inaugura en Chile con esta tecnología, es también el primer edificio de muros en el mundo protegido con un sistema de masas sintonizadas. Y lo más estimulante es que fue desarrollado con conocimiento y capacidades productivas íntegramente en Chile. Antes de dar paso a algunos comentarios más técnicos sobre la solución de protección sísmica y lo que implica esta innovación, no puedo sino también reconocer que el edificio que inauguramos hoy es el resultado de un trabajo mancomunado de un destacado grupo de arquitectos (Gonzalo Martínez de Urquidi y Raúl Ojeda),de diversos especialistas, entre ellos los ingenieros calculistas responsables del proyecto (Rafael Gatica y José Jiménez), la empresa constructora, y por supuesto a la inmobiliaria. Ellos son quienes merecen el más importante de los reconocimientos. Sin embargo, he sido invitado para comentarles brevemente sobre la innovación que en conjunto con el equipo del proyecto llevamos adelante. El sistema de masas sintonizadas que posee este edificio, es una materialización a una escala muy importante de uno de los avances más relevantes que la dinámica logró durante el siglo 20. La idea fue descubierta por un investigador alemán en 1909 y estableció que si uno sintonizaba la frecuencia de una masa adicional ubicada estratégicamente en un punto de la estructura, con la frecuencia del edificio (es decir, los dejaba en condición de resonancia), bajo un movimiento armónico aplicado sobre el edificio, era posible detener su movimiento traspasándolo a la masa sintonizada. Sin embargo, si el movimiento de la masa no se amortiguara o disipara, por supuesto esta energía vibratoria se devolvería a la estructura. La relevancia de este amortiguamiento le valió el nombre de amortiguador de masas sintonizado, o AMS. 1 Por supuesto, y como en toda innovación, “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y esto se usó por años en equipos más bien pequeños y ejes rotatorios con éxito, pero no se aplicó en edificios o estructuras masivas hasta hace relativamente poco tiempo. Como antecedente, y dada su naturaleza un poco más armónica, las primeras aplicaciones en edificios se justificaron como forma de prevenir las vibraciones de viento, y no de sismo en grandes estructuras. La utilización del concepto en este edificio representó importantes desafíos tecnológicos que no habían sido resueltos anteriormente ni en la práctica, ni en la literatura científica o técnica disponible, y claramente constituyen una innovación al estado del arte en el tema de protección sísmica con AMS. Las ventajas del sistema propuesto permiten el control en dos direcciones (bidireccional) de este edificio de muros, el cual por su naturaleza es mucho más rígido que las estructuras donde usualmente se habían colocado los AMS. El sistema también posibilita controlar la rotación del edificio, aspecto muy relevante en el comportamiento sísmico de las estructuras. Todo esto se logra con una combinación precisa de un sistema elástico, constituido por un diseño autocentrante de aisladores sísmicos elastoméricos colocados en serie para poder alcanzar las deformaciones requeridas, y deslizadores friccionales responsables del amortiguamiento del AMS. Lo más notable de esta solución es que con menos de un 2% de la masa del edificio por sobre el nivel de calle, ubicada estratégicamente en el techo del edificio, este sistema permite reducir aproximadamente un 30% las deformaciones de entrepiso de la estructura, que son las responsables del daño sísmico. Adicionalmente disminuye los desplazamientos y los esfuerzos sobre la estructura. Frente a un sismo severo, esta capacidad entrega al edificio un atributo de seguridad adicional muy relevante para la estructura y sus contenidos, junto con un mayor confort a sus habitantes. Pero todo esto no se trata sólo de cifras como el billón de dólares anuales que le significan a Chile los terremotos, o de adelantos en ingeniería, o de tecnología. Al final del día, cuando después de sufrir un terremoto el afectado es uno, un familiar, un amigo, comprendemos de qué se trata el verdadero sentido de la innovación con base tecnológica y que va mucho más allá del glamour propio de un mero adelanto del 2 estado del arte. Este avance se centra en la vida de las personas y en ser capaces de movilizarlas a un estado superior de bienestar. Y en Chile, donde los terremotos están en el ADN de nuestro territorio y de nuestra identidad más profunda como país, innovar tecnológicamente en seguridad sísmica no es una excentricidad o un entusiasmo pasajero producto del impacto del último terremoto. Al menos así lo hemos creído todo el grupo de profesionales con los que desde hace 15 años venimos trabajando desde la Universidad con estudiantes y profesionales en el desarrollo de estas tecnologías, y desde hace 8 años con un equipo tremendamente comprometido de jóvenes ingenieros en la empresa SIRVE. El último terremoto que azotó a nuestro país el 27 de febrero de 2010 dejó al descubierto una vez más la incómoda verdad de que en caso de un terremoto extraordinariamente severo, las actuales normas de diseño sísmico sólo nos protegen del colapso de un edificio, pero no contra daños mayores ni contra una serie de otros aspectos muy relevantes para la vida de las personas como son la continuidad operativa de la estructura y sus servicios básicos. Chile puede y debe ser líder mundial en la protección sísmica de estructuras porque se encuentra sobre el laboratorio natural más activo del mundo en que las diversas tecnologías pueden ser probadas y validadas para el progreso de nuestras sociedades. Durante el último terremoto, los edificios chilenos, salvo pocas excepciones, se comportaron extraordinariamente bien en términos estructurales, sobre todo teniendo en cuenta la extensión, intensidad y duración del terremoto. Del total de estructuras habitacionales de más de 3 pisos expuestas al terremoto, menos del 1% sufrió daños severos. Se estima que alrededor de 80 edificios experimentó daño estructural severo e incluso colapso estructural parcial o total. La verdad es que recurrir a la fatalidad de la naturaleza ya no sirve como una explicación frente una sociedad cada vez más exigente, cada vez más informada, y cada vez con mayor prioridad en el sentido que le ofrece la innovación. Por lo anterior, me atrevo a decir, que más temprano que tarde la innovación en protección sísmica dominará el diseño sismo-resistente de estructuras y experimentará un fenómeno similar a lo que ha sido el desarrollo de los sistemas de seguridad en la industria 3 automovilística, con la incorporación por ejemplo de los airbags y luego el ABS. Dado el nivel de desarrollo que esperemos alcance Chile, es impensable que estos sistemas de protección sísmica no se incorporen en nuestra vida diaria en el ámbito residencial, oficinas, hospitales, escuelas, industria, minería, y muchas otras líneas vitales. Quisiera terminar resaltando a un primo hermano esencial de la innovación, que es la acción de emprender con dicha innovación. Lo que vemos hoy en este hermoso edificio Geocentro Agustinas, es un resultado del emprendimiento de una empresa que se ha atrevido, manejando los naturales riesgos que significa hacer algo nuevo y distinto, y considerar en su ADN institucional la innovación de base tecnológica como un norte estratégico. Muy sinceramente felicito a Inmobiliaria Aconcagua, no solo por su nuevo hijo o hija que tenemos en frente, sino por sumarse con fuerza a un conjunto de emprendedores individuales y empresas de Chile que luchan día a día por romper las más espantosas inercias y dificultades para mover a Chile hacia el desarrollo. Porque nada más erróneo que pensar que innovar y emprender es fácil. Agradezco profundamente a esta inmobiliaria por habernos dado la oportunidad de ser parte de este importante paso en el desarrollo innovador de la industria de la construcción en Chile. Muchas gracias. 4