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Declaración de Río de Janeiro Los representantes de las instituciones nacionales de cáncer y los miembros del Comité Regional del 2do. Congreso Internacional de Control del Cáncer, realizado en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, los días 25 a 28 de noviembre de 2007, afirman la necesidad de sumar esfuerzos regionales para trabajar en conjunto y fortalecer la prevención y el control integral del cáncer. También producir mayor impacto positivo en las intervenciones sanitarias, disminuyendo los indicadores de morbilidad y mortalidad. El cáncer es un problema de salud pública, capaz de afectar a todas las personas. Es la primera causa de muerte en los países desarrollados y es la segunda en la región de América Latina y el Caribe. Así, el 12.5% de todas las muertes en la región son causadas por cáncer, representando un número mayor que las provocadas por la suma de casos de HIV / SIDA, tuberculosis y malaria, cada año. El cáncer está profundamente asociado a la situación socio-económica y cultural de la población, que determina, en muchos casos factores de riesgo que impactan con mayor fuerza los grupos más vulnerables de la sociedad. Además, los enfermos con menor nivel socio-económico tienen consistentemente tasas de supervivencia menores. Entre los cánceres asociados a la pobreza, se destaca el cervicouterino. La dimensión adquirida en carga de enfermedad y atención sanitaria de las enfermedades crónicas y en particular del cáncer, requiere que los gobiernos reconozcan las iniciativas de prevención y control integral del cáncer como una prioridad de política pública sanitaria. En especial, tomando en cuenta que la transición demográfica producirá un importante incremento en dicha enfermedad. En consecuencia, los gobiernos deben desarrollar Planes Nacionales de Control de Cáncer, en el marco de los derechos sociales y económicos y, en particular, el derecho a la salud. En atención a las directrices del 1er. Congreso Internacional de Control del Cáncer - realizado en Vancouver, Canadá, en 2005 –, que apuntan a la formación de una comunidad global de prácticas, nos proponemos organizar un proceso de trabajo regional, con acciones bien definidas, en el marco de una Alianza de América Latina y el Caribe para el Control Integral del Cáncer. A través de la cual, se asegure la sinergia y potencia a las intervenciones integrales de prevención y atención sobre los individuos, grupos de población; especialmente donde se concentran las necesidades de salud. Para cumplir con el objetivo central de la Alianza, se requiere establecer nuevas formas de trabajo conjunto entre los países, para compartir programas de interés común, que incluyan proyectos, estudios, investigaciones y experiencias nacionales, estimulando la gestión basada en la información, estrategias de capacitación, una respuesta rápida de los proyectos dirigidos a los desafíos de nuevos conocimientos y a la tecnología necesaria en el control del cáncer. La Alianza de América Latina y el Caribe para el Control Integral del Cáncer deberá desarrollarse en estrecha relación con la Organización Mundial de Salud (OMS), la Organización Panamericana de Salud (OPS) y las principales agencias nacionales e internacionales para el control del cáncer. Incluyendo el acceso a recursos políticos y financieros que aseguren sus acciones. Por tanto, los signatarios de esta Declaración se comprometen a movilizar sus pares y gobiernos para la adhesión a la Alianza de América Latina y el Caribe para el Control Integral del Cáncer y, con carácter prioritario, al plan de trabajo de la Red Iberoamericana de Control del Tabaquismo y a la adopción de un plan de acción para el control del cáncer cervicouterino. Río de Janeiro, 28 de noviembre de 2007.