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Clase 2., Tema 6 Dimensión moral del acto médico I) ACTO MEDICO • Palabras clave o Enfermo, médico, salud, enfermedad, persona, necesidad, profesional, responsabilidad • Cuestiones o Concepto de acto médico o Propiedades o causas propias del acto médico o Dimensiones técnica y moral del acto médico o Calidades o circunstancioas del acto médico • Síntesis El Acto Médico tiene una doble dimensión: técnica y moral. La ciencia médica (Patología y Clínica) nos informa sobre lo que es técnicamente correcto e incorrecto mientras que la Etica nos ayuda a discernir la bondad de nuestros actos. En su dimensión moral el Acto Médico es un acto Relacional, Profesional, Racional y Unico en el que podemos distinguir cuatro "Causas Propias": Material, Formal, Eficiente y Final. Cuando nos sentimos enfermos solicitamos la ayuda del médico. Llamamos Acto Médico a la intervención con la que el médico intenta aliviar nuestro sufrimiento y nos hace retornar del estado de enfermedad al estado de salud. El Acto Médico incluye en realidad diferentes acciones. La comunicación clínica, el examen físico, la información diagnóstica, la indicación terapéutica, la escucha del paciente... son intervenciones diferentes que comparten las mismas propiedades o Causas Propias según la terminología aristotélica. 1. Propiedades o Causas Propias del Acto médico En todo acto cuya realización conlleve un cambio de estado, Aristóteles distinguía cuatro causas propias: Material, Formal, Eficiente y Final. La Causa Material es el paciente que acude al médico solicitando su ayuda y se entrega a él; sus fundamentos son la confianza y el respeto que el paciente debe al médico. La causa formal es el parámetro de normalidad o salud hacia el que debe reconducir al paciente el acto médico; su estimación, muchas veces difícil, se va a establecer entre los deseos del paciente (al cien por cien sería una conciencia autónoma máxima) y su respeto al conocimiento del médico (al cien por cien, conciencia paternalista). La causa eficiente sería la actuación del médico, absoluta en función de su autoridad (paternalismo), o respetuosa con el paciente aceptando sus valores y decisiones y oyendo al resto de los estamentos sanitarios implicados. Por último la causa final será siempre la defensa contra la enfermedad y su prevención a los que están obligados tanto el enfermo como el médico. 2. Dimensiones técnica y moral del Acto Médico El Acto médico tiene una doble dimensión: técnica y moral. Como Técnica debe de ser “correcta” (asistir, curar, aliviar, consolar) y en su calidad Moral. debe ser “buena” (p e, respetar la confidencialidad). La primera interesa a la Ciencia Médica (Patología y Clínica) y por ella estimamos lo CORRECTO (diagnóstico), lo INDICADO O CONTRAINDICADO (trasfundir sangre en incompatibles Rh), lo 1 OPORTUNO (determinados hábitos dietéticos), lo NECESARIO (Reanimar a un paciente). La dimensión moral interesa a la Etica mediante la cual estimamos si nuestros actos son BUENOS, MALOS o INDIFERENTES en sí mismos (experiencias nazis con los presos de la 2ª guerra mundial) o en sus consecuencias (conectar o retirar un respirador a un paciente crítico). 3. Calidades o Circunstancias del Acto Médico Al contemplar el Acto Médico en su dimensión moral es necesario tener en cuenta las calidades y circunstancias morales que determinan su abordaje ético. • El Acto Médico es un acto relacional. En el acto médico establecemos una relación con otra persona con la que adquirimos vínculos morales y responsabilidad. Esta relación se conoce como Relación Asistencial y sus rasgos principales son: 1. Es una relación humana y “personal” (entre personas) 2. Es una relación “de necesidades” en la que una de las dos partes, el enfermo, aparece como necesitada y acude a la otra, el médico, que teóricamente puede ayudarle 3. Es una relación “asimétrica” en la que el paciente es el débil, el pobre e impotente y el médico el que dispone de los recursos, el fuerte y poderoso. • El Acto Médico es un acto profesional y en tal sentido dotado de una doble responsabilidad: Un deber jurídico determinado por la ética civil o mínima y un deber ético o de máximos que siempre aspira a la excelencia • El Acto Médico es un acto racional: Históricamente, la sociedad otorgó a los médicos los privilegios de autoridad, impunidad, seguridad y reconocimiento. Sin embargo la medicina no es una ciencia exacta. Todos los juicio médicos (técnicos o morales) están condicionados por la incertidumbre. Por eso en todo acto médico es necesario deliberar sobre lo correcto o lo incorrecto, lo bueno o lo malo, sometiendo nuestra actuación a un método de decisión racional. • El Acto Médico es un acto único que ocurre en unas circunstancias particulares de tiempo, espacio, personas etc.. Cada acto médico tiene su propio protagonismo. La segunda visita a un paciente es diferente de la primera. Todas tienen su plenitud moral. Por eso la Etica Medica es una Etica de Situación que debemos aplicar al lado de nuestros pacientes pero en un tiempo y en unas circunstancias personales siempre diferentes. II) • • • DEBERES DEL ACTO MÉDICO Palabras clave Cuestiones • El Informe Belmont y su importancia en la bioética actual • Teoría de los deberes de David Rosss. ¿Qué son deberes “prima facie”? • Principios de Beauchamp y Childress y su aplicación en la ética clínica • Otros deberes fundamentales Síntesis Siguiendo la teoría de los deberes de D Ross, Beauchamp y Childress proponen cuatro deberes prima facie a las que llaman “principios” obligados y asumibles por todo el mundo sanitario: No Maleficencia (yo no puedo hacerle mal a otro), Beneficencia (tengo el deber de socorrer en ciertas 2 circunstancias y en especial cuando me lo solicitan), Autonomía (hay que respetar la libertad y la conciencia de las personas) y Justicia (hay que tratar a todos por igual, con equidad). Son igualmente deberes primarios implícitos a la profesión médica: el deber de reconocimiento de la dignidad humana; el deber de tratar a todos por igual; el deber de socorro; el deber del conocimiento y el deber de secreto y de confidencialidad 1. El Informe Belmont y su importancia en la bioética actual Un documento trascendental en la bioética actual ha sido el Belmont Report, elaborado en 1978 en los EEUU por la Comisión Nacional para la Protección de Personas Objeto de Experimentación Biomédica y que recoge los tres deberes que fundamentan moralmente toda investigación con humanos.: El deber de hacer el bien, el deber de respetar la voluntad de la persona que es objeto de investigación y del deber de ser justos. 2. Teoría de los deberes de David Rosss A mediados del siglo pasado David Ross propuso una distinción entre obligaciones o deberes “prima facie” y deberes "reales o efectivos” Un deber prima facie ha de cumplirse siempre salvo cuando entre en conflicto con un deber de similar o mayor magnitud. En múltiples ocasiones, un mismo acto puede tener diferentes consecuencias morales; no decirle la verdad a un paciente con la sana intención de no desesperanzarlo puede entrañar el mal moral de la mentira. La obligación real en una situación concreta debe buscar el equilibrio supremo del bien sobre el mal y para ello ha de ponderar los diferentes deberes prima facie implicados (justicia, felicidad, beneficencia etc..) aportando buenas razones para el juicio. 3. Teoría de los Principios de Beauchamp y Childress Siguiendo esta teoría de D Ross, Beauchamp y Childress recogen los tres deberes del Informe Belmont (Beneficencia, Autonomía y Justicia) y le añaden un cuarto de No Maleficencia estableciendo así cuatro obligaciones prima facie que ellos llaman Principios que son asumibles por todo el mundo sanitario y que ellos consideran primarioa y esenciales: No Maleficencia (yo no puedo hacerle mal a otro), Beneficencia (tengo el deber de socorrer en ciertas circunstancias y en especial cuando me lo solicitan), Autonomía (hay que respetar la libertad y la conciencia de las personas) y Justicia (hay que tratar a todos por igual, con equidad). Los autores justifican estos cuatro principios como prima facie argumentando criterios consecuentalistas (sus consecuencias son buenas y las consecuencias contrarias serían malas) y criterios deontologistas (estos principios son realmente objetivos, reales, racionales y asumibles por todos). Su principal utilidad es la ayuda en la decisión cuando surgen conflictos éticos en el quehacer clínico. Son principios no subjetivos sino intersubjetivos u objetivos en cierto modo y obligan siempre por encima de otros deberes de inferior consideración o de índole meramente subjetiva. En caso de conflicto entre ellos mismos dejan de considerarse deberes prima facie y han de ser tenidos en cuenta como deberes efectivos o actuales con lo que permiten se puedan realizar excepciones de su cumplimiento 4. Otros deberes fundamentales Otros deberes implícitos al Acto Médico y que serán desarrollados más ampliamente en otro lugar serían el el deber de reconocimiento de la dignidad human y el deber de tratar a todos por igual, relacionados con la ética personalista, y los relacionados con la ética profesional: el deber de socorro, el deber del conocimiento y el deber de secreto y de confidencialidad 3 . III) • • • CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD MORAL DEL MÉDICO Palabras clave: Conciencia, responsabilidad privada, ley, responsabilidad pública o social, nivel jurídico o de mínimos del acto médico, deber ético o de máximos Cuestiones • Conciencia y responsabilidad privada del acto médico • Responsabilidad pública o jurídica del acto médico • ¿Con quien nos compromete el acto médico conforme a nuestra responsabilidad social? • Niveles morales del acto médico Síntesis Además de la responsabilidad privada que cuida nuestra conciencia y nos previene “ a priori” sobre nuestros actos, los médicos tenemos una responsabilidad pública establecida por las leyes que implica a las consecuencias de nuestra conducta “ a posteriori” y por la que debemos de dar cuenta de nuestros actos a los demás. Ambas responsabilidades delimitan los niveles morales del acto médico: El nivel jurídico y el nivel ético. 1. Responsabilidad pública y privada del Acto Médico Los médicos podemos vernos requeridos para acciones que nuestra conciencia no estima como buenas y en esos casos debemos mantener racionalmente nuestra integridad moral y el dictado de nuestra conciencia. La conciencia que es el tribunal supremo y el primer celador de nuestra responsabilidad moral es exclusivamente personal o privada; afecta al sentido y a la praxis de nuestra actividad profesional iluminando y determinando “a priori” nuestra conducta. Pero además de nuestra responsabilidad privada que nos exige rendirnos cuentas a nosotros mismos, los médicos tenemos una responsabilidad pública, jurídica o social, que implica a las consecuencias de nuestra conducta “ a posteriori” y por la que debemos de dar cuenta de nuestros actos a los demás. En la profesión médica esta responsabilidad social o pública nos compromete en primer lugar con el enfermo que, en frase de Pellegrino, confía en que el médico siempre busca su bien, pero también con su familia y allegados, con la institución sanitaria o la administración en la que prestamos servicio, con nuestros compañeros evitando situaciones de intrusismo o competencia desleal y por último con toda la sociedad. El garante y celador de esta responsabilidad pública de los médicos va a ser el estado y sus normas (las leyes y reglamentos) fundamentadas por un lado en la ley natural y, substancialmente en las sociedades democráticas, en la conciencia personal de sus miembros que, a fin de salvaguardar la convivencia y avanzar en la historia, acuerdan racional y dialógicamente, un reglamento, unas normas inspiradas en una ética común, civil y obligatoria que todos debemos de asumir. 2. Niveles morales del Acto Médico El deber de mínimos constituye el primer nivel de nuestra responsabilidad y marca el deber jurídico que tenemos cada uno con el resto de la sociedad, al que estamos todos obligados y que debe expresarse como ley. El segundo nivel moral del Acto Médico afecta exclusivamente a las obligaciones morales que tenemos con nosotros mismos según nuestra conciencia. Es el nivel ético y establece el máximo moral que suscribe toda persona que aspira a la excelencia profesional. El deber ético o de máximos es exclusivamente individual, no generalizable, pues afecta al sentido de la perfección y felicidad de cada uno. 4 IV) • • LA VIRTUD MÉDICA Palabras clave: Etica de la virtud, etica de los principios, verdad, compasión, fidelidad al paciente, prudencia, integridad y honradez profesional, deseo de conocimiento, generosidad, altruísmo Cuestiones • Qué es la ética de la virtud y su evolución a lo largo de la historia de la medicina • ¿Sigue teniendo vigencia la ética de la virtud? • Fundamentos de la ética de la virtud en el ejercicio de la medicina • Virtudes requeridas para cualquier acto médico Históricamente la condición moral del médico la establecía una Etica de la Virtud. El médico era el “Vir bonus et medicus peritus” al que se acude en la necesidad y en el que se puede confiar por su ciencia y sobre todo por su amistad. Este concepto de la virtud médica con sus atributos de autoridad, honestidad y confianza ha constituído el argumento moral principal de nuestra profesión a lo largo de los siglos siendo el paternalismo, entendido en su acepción más positiva, su principal expresión. Los nuevos modelos de asistencia sanitaria del siglo pasado, más diversificada, más tecnificada y socializada pero sobre todo centrada en el paciente reconocido como sujeto de libertad y principal decisor de su salud y de su vida, quebraron la confianza médico-paciente y dieron lugar a un nuevo concepto ético basado una Etica de los Principios o de los Deberes con amplia aceptación universal. Sin embargo la ética de la virtud fundamentada en la verdad, la compasión, la fidelidad al paciente, la prudencia, la integridad y la honradez profesional, el deseo de conocimiento, la generosidad y el altruísmo sigue siendo sustancial con el ejercicio de la medicina. Cualquier acto médico requiere por parte del profesional que lo realiza: conocimiento científico suficiente, habilidad técnica, una actitud amable y compasiva, motivación positiva y generosa y fidelidad responsable. SINTESIS FINAL Como síntesis final de este capítulo sobre las virtudes y los deberes propios de nuestra profesión concluiremos afirmando que cualquier acto médico requiere por parte del profesional que lo realiza: conocimiento científico suficiente, habilidad técnica, una actitud amable y compasiva, motivación positiva y generosa y fidelidad responsable a los deberes universalmente aceptados de: - No Maleficencia : Todos tenemos el deber universal de no hacer daño Beneficencia : Como profesionales estamos obligados a buscar el Bien del paciente minimizando sus riesgos. Respeto : Tenemos el deber de informar a nuestros pacientes y respetar sus opiniones y elecciones, sin obstruir sus acciones, a menos que de ello se deriven más serios perjuicios Justicia : Todos los seres humanos deben ser tratados con igual consideración y respeto y deben distribuirse igualitariamente los riesgos y beneficios 5 Material de apoyo, Clase 2 Conciencia y responsabilidad moral del médico La conciencia es el juicio de la propia razón y como tal no es algo instintivo ni emotivo, como podríamos entender si nos limitamos a interpretarla como un silencioso compañero de viaje que en ocasiones se hace notar. La educación de nuestra responsabilidad comienza pues en la propia conciencia, en el cuidado de nuestro patrimonio de valores y su justo uso. Y esto es importante siempre, y más en nuestra sociedad liberal en la que el individuo privadamente, define y decide el concepto propio de bien y de mal con el que debe dar cuenta de sus actos Etica de la virtud La ética médica clásica es en buena parte el resultado de la confluencia histórica de diferentes aportaciones: la medicina y la filosofía griegas, la mentalidad judeocristiana y el derecho romano. En esta ética, la condición moral del médico viene determinada principalmente y en primer lugar por su virtud, el médico es el “Vir bonus et medicus peritus” al que se acude en la necesidad y en el que se puede confiar por su ciencia y sobre todo por su amistad como muy elocuentemente expresa el texto de Séneca” “ ¿ Por qué al médico y al preceptor les soy deudor de algo más? ¿Por qué no cumplo con ellos con el simple salario?. Porque el médico y el preceptor se convierten en amigos nuestros y no nos obligan por el oficio que venden, sino por su benigna y familiar y buena voluntad. Así, al médico que no pasa de tocarme la mano y me pone entre aquellos a quienes apresuradamente visita, prescribiéndoles sin el menor afecto lo que deben hacer y lo que deben evitar, nada le debo, porque no ve en mí al amigo, sino al cliente...¿Por qué, pues, debemos mucho a estos hombres? No porque lo que nos vendieron valga más de lo que les pagamos, sino porque hicieron algo por nosotros mismos. Aquel dió más de lo necesario en un médico: temió por mí, no por el prestigio de su arte; no se contentó con indicarme los remedios, sino que me los administró; se sentó entre los más solícitos para conmigo y acudió en los momentos de peligro; ningún quehacer le fue oneroso, ninguno enojoso; le conmovían mis gemidos; entre la multitud de los que como enfermos le requerían, fui para él primerísima ocupación; atendió a los otros en cuanto mi salud lo permitió. Para con ése estoy obligado, no tanto porque es médico, como porque es amigo” ( Séneca “De beneficis. VI, 16) Bibliografía 1. T L Beauchamp., L B Mc Cullough: Etica Médica, Ed Labor, 1987 2. D Gracia: “Etica y Responsabilidad profesional” En “La Responsabilidad de los Médicos y Centros Hospitalarios frente a los Usuarios de la sanidad Pública y Privada”., Ed Fundación Ciencias de la Salud, Madrid, 1994 3. A Cortina: Etica Mínima., Tecnos, Madrid 1992 4. Séneca: “De Beneficis” 5. F Torralba : Filosofía de la Medicina., Inst Borja de Bioética y Fundación MAPFRE Medicina, 2001 6