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30-A Editorial Lunes 21 de julio del 2008 Jaque Mate Indicador Político CARLOS RAMÍREZ Envíenos su opinión a:cramirez@indicadorpolitico.com.mx El PRI ya se ‘lopezobradorizó’ + Pemex: No abrir hoyos negros S i alguna virtud tuvo la iniciativa de reforma energética del presidente Calderón aun con su tibieza fue la de abrir la cloaca priista de Pemex. Y si algún objetivo persigue la iniciativa energética del PRI es precisamente la de evitar que se abran los hoyos negros de las corruptelas en Petróleos. En el fondo, la verdadera disputa sobre la herencia del presidente Lázaro Cárdenas no radica es saber si se permiten posibilidades a la empresa privada en algunas actividades petroleras, sino en llegar a la conclusión que la corrupción priista en Pemex ha sido la única traición a la memoria del expropiador del petróleo. En este contexto, la ruptura del PRI con el acuerdo pactado con el PAN para impulsar una reforma energética que los priistas ya habían aprobado en lo oscurito tiene que responder a una pregunta: ¿Recularon los priistas porque vieron que la reforma iba a abrir la cloaca de Pemex o porque llevaron al presidente Calderón a una celada y dejarlo colgado de la brocha? En un juego perverso de sobra conocido, los priistas se lopezobradorizaron: Ya dejaron claro que no quieren la reforma de Pemex, sino ciertas modificaciones de maquillaje que impidan revisar los años en los que el PRI convirtió a la paraestatal en un pozo de corrupción. Si se miden los saldos, los ocho años del PAN en el Gobierno han llevado cuando menos a un director de Pemex ante la justicia. En cambio, en 50 años, los priistas corrompieron la paraestatal y convirtieron los recursos petroleros en la cartera presidencial y en una red de complicidades. Al romper el acuerdo y anunciar una iniciativa de partido, el PRI ha demostrado que no quiere las negociaciones ni la transición, sino que está jugando con la ingenuidad y las necesidades del PAN para abonar su camino priista de regreso a la Presidencia de la República. El PRI estaba llamado a ser la bisagra de la democracia, pero sus principales cabezas de grupo han tomado la decisión de ser el candado de la transición. La punta de lanza de la marcha atrás del PRI fue el senador Manlio Fabio Beltrones, quien hasta hace poco era considerado el vicepresidente de la República. Pero las tentaciones presidenciales para el 2012 y su vinculación estrecha con el todopoderoso capo priista Carlos Salinas de Gortari lo llevaron a asumir su propio camino hacia la candidatura presidencial. Las últimas encuestas han provocado brincos de gusto en los priistas. La tendencia que coloca al PRI como primera fuerza en la votación legislativa en las elecciones del 2009 ha llevado al PRI a romper todos sus acuerdos. Sin embargo, hay datos interesantes: El PAN mantiene su misma votación del 2006, el PRD ha perdido casi dos tercios y el PRI ha recibido de regreso los votos que se fueron a López Obrador. Pero como en el 2009, el PRD no le va a dejar el camino al PAN y al PRI, entonces López Obrador se convertirá en el jefe de la campaña legislativa y recuperará votos de priistas. Y el voto PRI-PRD va a dividirse en beneficio del PAN. Pero las encuestas podrían estar reflejando el estado de ánimo de la sociedad. En el PRI hay mucho gusto por algunas pintas aparecidas en calles y autos que dice: “Que se vayan los pen... y que regresen los corruptos”. Si en verdad es un estado de ánimo social, entonces los ciudadanos se merecen el regreso del PRI y su estela de corrupción, represión y pobreza. Habría, de nuevo, corrupción, pero gobierno funcional. México se habría apartado del camino de la transición a la española para aterrizar en una transición a la rusa. Y ya hasta tienen identificado al Putin mexicano. El único que podía encauzar el País hacia la transición era el PRI. Así lo dejó entrever el senador Beltrones cuando lanzó su iniciativa de reforma electoral. Pero cuando comenzaron a verse los resultados y la forma tramposa en que el PRI fue pervirtiendo las discusiones para evitar el desmantelamiento del Estado priista, en ese momento el PRI enseñó su verdadero rostro: El de la restauración del pasado por el cual votó la ciudadanía el 2 de julio del 2000 y al cual traicionó Fox por sus limitaciones política e intelectuales y el papel avieso de su esposa y sus ambiciones de enriquecimiento familiar ilícito. De ahí que el desafío de Calderón no era sólo enfrentar la insurrección anarquista de López Obrador y el PRD, sino también reencauzar la transición que habían desviado Fox y su esposa. Y al arrancar su gobierno, Calderón tuvo a la vista su tercera tarea: Pactar una verdadera transición con el PRI o fijar los términos de una verdadera transición impulsada desde el Ejecutivo. La iniciativa energética del PRI solamente va a blindar a Pemex para evitar que gobiernos panistas o perredistas quieran usarla en su beneficio. Ahora Calderón deberá de darse cuenta que cometió el error de confiar en la palabra de los priistas y que el centro de la polémica en Pemex no es la empresa privada, sino el sindicato petrolero como eje de la corrupción que ha beneficiado al PRI. Y eso debería saberlo el senador Beltrones, quien en 1989 era subsecretario de Gobernación y ayudó al secretario Fernando Gutiérrez Barrios a diseñar el operativo contra ‘La Quina’ por corrupto y por representar los intereses contrarios al Gobierno de la República. Correo: cramirez@indicadorpolitico.com.mx Blog e Indicador Político TV en www.grupotransicion.com.mx El autor es periodista y analista político. POR SERGIO SARMIENTO En Internet: www.sergiosarmiento.com “Hay algunos crímenes tan espantosos que no puede haber un castigo más apropiado para ellos que la pena de muerte” Charlene Hall Ensenada.- No tengo duda de que los derechos consulares de Joe Medellín fueron violados. Estados Unidos y México, los dos, son signatarios de la Convención de Viena de Relaciones Consulares de 1963, la cual determina que los ciudadanos de un país, al ser detenidos por un crimen en otro país, deben ser informados de su derecho a ponerse en contacto con su consulado. Nadie le dijo a Medellín, quien nació en Nuevo Laredo, Tamaulipas, aunque vivió en los Estados Unidos desde niño, que tenía derecho a pedir el apoyo del Consulado mexicano cuando fue detenido en Houston por homicidio en 1993. Por eso la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, ha solicitado al Gobierno de los Estados Unidos que ordene la suspensión de la ejecución de Medellín programada para el próximo 5 de agosto en Texas. También por eso el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, que no es precisamente un crítico de la pena de muerte, ha solicitado a los tribunales estadounidenses que acaten la petición de la Corte Internacional de Justicia. Si Washington acepta que se violen los derechos consulares de ciudadanos de otros países en territorio estadounidense, también los derechos consulares de los estadounidenses podrían ser violados en otros países; en otras palabras, los ciudadanos estadounidenses podrían ser procesados sin que se les dé oportunidad de buscar el apoyo de sus cónsules. No hay duda de que los derechos consulares de Joe Medellín fueron violados cuando se le arrestó sin informarle que tenía el derecho de acudir al cónsul mexicano. Poco importa que se le hayan respetado todos los derechos que le correspondían como detenido en los Estados Unidos, los cuales muchas veces son inexistentes en México. A Joe Medellín, efectivamente, se le comunicaron sus derechos como acusado. Se le proporcionó también un abogado defensor en el juicio, a pesar de que técnicamente había sido un extranjero ilegal desde su arribo en los Estados Unidos cuando era niño. No fueron violados, en cambio, los derechos consulares de Jennifer Ertman, de 14 años de edad, y de Elizabeth Peña, de 16. Es verdad que estas niñas, alumnas de la Waltrip High School de Houston, fueron repetidamente violadas, golpeadas y torturadas por Joe Medellín y otros cómplices la noche del 24 de junio de 1993. Pero eso no le importa a la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro País. Sólo le competen las violaciones a los derechos consulares. Las violaciones a unas niñas sin derechos no son de su incumbencia. Además, sólo una de ellas era de ascendencia mexicana. Esa noche de verano de 1994, seis jóvenes, entre los que se encontraba Me- Derechos de Joe dellín, habían estado bebiendo cerveza y participando en un rito de iniciación de un nuevo miembro de su pandilla, los Black and Whites. Las dos niñas que se cruzaron en su camino se convirtieron en ideales víctimas para probar su hombría. Por eso las secuestraron y las golpearon de manera tan salvaje. Por eso las violaron repetidas veces durante más de una hora y se vanagloriaron de arrancarles “sangre virgen”. Cuando ya no tuvieron el vigor sexual para violarlas más, empezaron a ahorcar a Jennifer con su propio cinturón. Pero, como declararía el propio Medellín, “la pu... no se moría...”. El cinturón con el que trataban de ahogar a Jennifer -del cual jalaba un joven de cada lado- se rompió. Por eso tuvieron que ahorcarla con sus propias agujetas. Después saltaron encima de ella y le rompieron las costillas. Querían asegurarse que realmente esta niña de 14 años estuviera muerta. La otra niña, Elizabeth, severamente golpeada, les suplicó que la dejaran ir. Les prometió que se dejaría violar en el futuro si la dejaban con vida. Pero ellos la mataron también con sus agujetas. Afortunadamente, nadie violó sus derechos consulares ni los de Jennifer. La Secretaría de Relaciones Exteriores ha usado dinero de los contribuyentes nacionales para defender a Medellín y a otros mexicanos condenados a muerte en los Estados Unidos. Después de todo, sus derechos consulares, bajo la Convención de Viena de 1963, fueron violados. La Corte Internacional de Justicia ha avalado la posición mexicana. Al no haberle informado a Medellín que tenía derecho de llamar al cónsul mexicano, se violaron sus derechos. No se le debería por lo tanto ejecutar el 5 de agosto. Podría incluso dejársele en libertad, porque el proceso estaba viciado de origen. ¿Y Elizabeth Peña y Jennifer Hartman? ¿A quién le importan? Seguramente ellas mismas provocaron lo que les hicieron. Además, nadie violó sus derechos consulares. ANTIMEXICANO “El Gobierno mexicano pudo haber escogido algún caso mejor para promover su oposición a la aplicación de la pena de muerte a mexicanos en Estados Unidos -me dice un diplomático estadounidense-. Pero el caso de Medellín es quizá el peor de todos”. Lo que es más lamentable es que la defensa de Medellín, confeso en un caso que conmocionó a Texas y a toda la Unión Americana, enfatiza la idea que el Gobierno mexicano busca la impunidad para los mexicanos que cometen crímenes en Estados Unidos. Si eres estadounidense, tienes que pagar por tu crimen, me dicen; si eres mexicano, te defiende el Gobierno mexicano. Con esta política, el Gobierno mexicano fortalece el sentimiento antimexicano que ya es tan común en los Estados Unidos. En Internet: www.sergiosarmiento.com El autor es periodista y analista político, y comentarista de televisión.