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El Ferrocarril en la construcción del territorio costero Laura Adinolfi Lic. en Ciencias Antropológicas, FHCE. Montevideo. laurafi1712@gmail.com Carina Erchini Magíster, FHCE. Museo Nacional de Antropología, MEC. Montevideo. carinaerchini@gmail.com Recibido: 20/12/2011 – Aprobado: 27/02/2012 RESUMEN La construcción de la línea ferroviaria del Este a fines del siglo XIX en el Uruguay, permitió el acceso en forma rápida y cómoda a los principales balnearios de la costa atlántico-platense. La génesis de esta línea, demuestra la forma en que este medio de transporte estuvo sujeto a las circunstancias de los grupos sociales que lo impulsaron y lo utilizaron, generándose diferentes procesos de construcción, apropiación y resignificación del territorio costero. Clausurada la línea a fines del siglo XX, nos propusimos como objetivo general identificar y analizar la situación actual de los remanentes materiales y los imaginarios de los habitantes actuales de las construcciones ferroviarias que perduran en el territorio. Palabras clave: Ferrocarril - costa – territorio - balneario. The railroad construction in the coastal territory Abstract The construction of the east railroad at the beggining of the 19th Century in Uruguay, allowed the access to the main seaside resorts of the Plata-Atlantic coast in a quick and comfortable way. The genesis of this line, proves how this type of transportation was subject to the circumstances of the social groups which boosted it and used it, thus generating different process stages of construction, appropriation and redefinition of the coastal territory. Once closed the line at the end of the 20th century, we set as a general goal to identify and analize the current situation of the remainder material and the imageries of the current habitants of the rail road construction that remain in the territory. Key words: Railroad – coast – territory – seaside. 173 Anuario de Antropología Social y Cultural en Uruguay, Vol. 10, 2012 Introducción El presente trabajo se enmarca en una línea de investigación que implica comprender al territorio como memoria y particularmente abordar el territorio costero. Específicamente el área abordada corresponde a la costa atlántico-platense en la Republica Oriental del Uruguay. Los objetivos trazados para el presente trabajo, apuntan a identificar los procesos de construcción, apropiación y resignificación del territorio costero a fines del siglo XIX a partir de la introducción del ferrocarril y su posterior clausura hacia finales del siglo XX. Aspectos teóricos – metodológicos 174 Si bien durante mucho tiempo se considero al espacio desde el punto de vista cartesiano, como la extensión y soporte material sobre el cual se desarrollan las prácticas y procesos sociales; o como escenario donde se desarrolla el grupo cultural; desde hace varias décadas, el espacio, para las ciencias sociales y particularmente para la antropología social y la arqueología, posee una dimensión cultural. Es un espacio con significado, un espacio connotado socialmente (Tilley, 1994; Criado, 1991; Piazzini, 2006, solo por nombrar algunos). Este espacio es denominado por algunos investigadores como territorio (Silva, 1992; Terradas, 2001) y por otros como paisaje (Criado, 1991), coincidiendo ambos conceptos en que se trata de un espacio construido socialmente, síntesis de las características físicas ambientales, de la capacidad tecnológica de transformación del grupo que lo habita y de las cosmovisiones en juego. A los efectos de este trabajo, utilizamos el concepto de territorio de Alicia Barabás, quién siguiendo a Raffestin (1980) entiende al territorio como “… el espacio culturalmente construido, valorizado y apropiado simbólica e instrumentalmente por la sociedad.” (Barabás, 2002:9). Entendemos por apropiación, el proceso por el cual un espacio deviene un lugar propio (Vidal y Pol, 2005) dándose a través de dos niveles: la acción / transformación y la identificación simbólica. Es preciso señalar, el carácter dinámico del territorio, no solo en sus características físicas, en tanto naturaleza en permanente movimiento, sino también, en cuanto al universo simbólico de la comunidad que participa de su construcción, existiendo tantos territorios como grupos relacionados a ese espacio. Las formas en que estos grupos se relacionan con el espacio y por las cuales éste deviene en territorio, dejan sus marcas, vestigios, señales, que pueden ser reconocidas y reinterpretadas en virtud del universo de significados compartidos, que se transmiten generando continuidad y constituyéndose en memoria. A su vez, la transmisión de memoria permite aprender también, como señala Candau (2002), determinadas formas de estar en el mundo. Con base en lo expuesto, nos planteamos por objetivo general analizar cómo la introducción del ferrocarril y su desaparición (a poco más de un siglo de su instalación), intervino en la conformación del territorio costero. Para ello, desde metodologías y técnicas propias de la arqueología y de la antropología social, nos propusimos realizar un relevamiento de los diferentes nodos de la línea del ferrocarril y registrar las narrativas sobre ese territorio. Asimismo hemos realizado un relevamiento bibliográfico, de archivo (crónicas, prensa, loteos y documentales) y análisis de fotografías áreas. L. Adinolfi y C. Erchini – El Ferrocarril en la construccion del territorio costero (173-179) Estos relevamientos se centraron en los puntos (nodos) del recorrido del ferrocarril (conocido popularmente como “Ferrocarril del Este”). Estos nodos, desde el punto de vista material están integrados por instalaciones específicas del ferrocarril, que permiten el intercambio de bienes, personas e información. El registro se realizó a través de fichas de relevamiento creándose una base de datos. Asimismo, se realizó una tipología de los nodos jerarquizándose los mismos a través de la presencia/ausencia de instalaciones propias del ferrocarril como estaciones, paradas, tanques de agua, casa del jefe, alojamiento para el telegrafista, talleres, casa de los ingenieros, casas de obreros, galpones, etc. y de los centros poblados que existen en estrecha relación con los nodos. Estos centros poblados o núcleos productivos o sitios puntuales, pueden existir desde antes de la instalación del ferrocarril y ser la causa de instalación de un nodo en ese lugar; o por el contrario; la instalación de un nodo, puede ser causa de los inicios de un poblado o de una actividad productiva. Por otra parte, la forma de acceso a los universos de sentido compartidos y transmitidos a través del tiempo, que nos permiten identificar estos espacios como territorios, fue el registro de narrativas, entendidas como relatos sobre el pasado con base en la memoria colectiva. De esta manera nos propusimos registrar en estos relatos, las continuidades y las rupturas relacionadas con la instalación y posterior clausura del ferrocarril. Así como identificar las resignificaciones atribuidas a estos territorios y las formas de apropiación que se constituyen en guías de la acción respecto al mismo. Desarrollo histórico del Ferrocarril del Este El primer recorrido del ferrocarril en el Uruguay se inaugura en 1869 y corresponde al tramo Bella Vista -Las Piedras. El país suma así un engranaje más, en su inserción en el sistema capitalista, permitiendo el traslado de personas y el transporte ágil y seguro de miles de mercaderías que ingresaban al puerto de Montevideo y que posteriormente eran trasladados a los más apartados lugares de nuestro país; así como también facilitó el envío de la producción nacional hacia el puerto para su exportación. Según investigaciones realizadas por Martínez Díaz (1977), el auge constructivo de la red ferroviaria se concentra en nuestro país entre 1889 y 1893 construyéndose casi mil kilómetros de vías, llegando a principios del siglo XX con aproximadamente unos dos mil kilómetros en actividad. Uno de los principales agentes impulsores de este proceso fue el Estado, que a través de importantes concesiones posibilitó que diferentes empresas extranjeras importaran desde sus países de origen todos los implementos necesarios para la instalación del ferrocarril: rieles, vigas, etc. y hasta el personal técnico para administrar y controlar el buen funcionamiento de las empresas. En este sentido, en 1884 el Parlamento aprueba la Ley del Trazado General de los Ferro Carriles con el objetivo de ordenar territorialmente el alcance de las diferentes líneas. Dentro de las 6 líneas establecidas por la Ley, una de ellas es el ”Ferrocarril Uruguayo del Este de Montevideo a la Laguna Merín, pasando por Pando, Maldonado, San Carlos y Rocha, con un ramal a Minas entre Pando y Maldonado, siempre que el Ferrocarril del Nord-Este no lo llevase a efecto” (Alonso Criado, 1885:255). Según la Memoria Anual de 1871 de la República Oriental del Uruguay, el proyecto de una línea hacia el Este data de 1870, año en que se le otorga a Adolfo Vaillant la concesión del “Ferrocarril a vapor a Pando, Minas, Maldonado, San Carlos y Rocha”. 175 Anuario de Antropología Social y Cultural en Uruguay, Vol. 10, 2012 176 Si bien esta propuesta no se concreta en su totalidad de forma inmediata, pequeños tramos de vías férreas que se iban construyendo fueron consolidando el proyecto original. La compleja génesis de esta línea, que permitirá el acceso a los balnearios del Este, se desarrolla en diferentes etapas e involucra a varias empresas. Comienza con la instalación de la línea Montevideo – Manga en 1878, pasando por estaciones como la del Cordón, de la Unión, etc. En 1879, se prolonga el recorrido hasta Toledo y en 1882 hasta Pando. Desde Pando, la empresa North Eastern Uruguay Railway (Ferrocarril del Nordeste) construye el ramal a Minas, al que estaba habilitada por la Ley de 1884, trayecto que es inaugurado en 1889. El mismo año de su inauguración, esta línea a Minas y la línea construida con anterioridad hasta Pando por la Uruguay East Coast Railway (Ferrocarril Uruguayo del Este), pasan a manos de The Central Uruguay Railway Company Limited (Ferrocarril Central del Uruguay), compañía que entre otras cosas, tenía el control del ingreso a Montevideo y del contacto con el Puerto, cabeza del sistema radial del ferrocarril en nuestro país. Hacia 1895, tal cual estaba esbozado en la Ley de Trazado General de los Ferro carriles, el Ferrocarril Uruguayo del Este continúa extendiendo sus vías con destino a los departamentos de Maldonado y Rocha. De esta manera, en el kilómetro 44 sobre el ramal a Minas, se instala la Estación Empalme Olmos en donde, se inicia el tendido de la línea, que siguiendo aproximadamente la franja costera llegaría a los mencionados departamentos. De esta forma, al inaugurarse la línea que recorrería la zona costera, la entonces Estación Empalme Olmos, adquirió gran relevancia debido a su estratégica ubicación como conexión entre la línea a Minas y la línea al Este. Esta estación, no solo articuló diferentes empresas, sino que también articuló diferentes trayectos administrando todo el tráfico del Este. En 1909, el Ferrocarril Uruguayo del Este construye sus talleres en un predio contiguo a esta estación. En los talleres se realizaba todo el mantenimiento del material rodante de la empresa, requiriendo la presencia de numerosos oficios, contando con herreros, fundidores, caldereros, mecánicos, pintores, carpinteros, torneros, soldadores y hojalateros. Se conforma así un pueblo ferroviario en donde las viviendas de los empleados y obreros tienen su frente a la Estación y a los Talleres, mientras que la denominada “Casa del Ingeniero” se encuentra en un punto sobreelevado, controlando visualmente todo el complejo industrial. Según observa Orestes Araujo en 1900, la línea del Ferrocarril Uruguayo del Este, contaba sólo con 5 estaciones: Estación Empalme Olmos, en donde se inicia el recorrido; Estación Las Toscas (actualmente Estación Atlántida); Estación Mosquitos (hoy Estación La Floresta); Estación Piedras de Afilar (que mantiene su nombre) y Estación La Sierra, final del trayecto en el departamento de Maldonado. Estos primeros cincuenta kilómetros desde Empalme Olmos a La Sierra, que construye el Ferrocarril Uruguayo del Este, no son casuales, ya que esta era la distancia mínima establecida por Ley para poder hacer efectiva la garantía del Estado. Estas primeras estaciones instaladas a una distancia promedio de 3 kilómetros de la costa, posibilitaron el acceso y el desarrollo de los dos balnearios más importantes del departamento de Canelones. Los “Campamentos de Baños de Santa Rosa”, que entre 1881 y 1888 estableció Albino Olmos en la playa comprendida por la ensenada entre la barra del Arroyo Pando y Puntas Piedras en la costa de Canelones (Zinola, 1966), son los inicios de la posterior ciudad de Atlántida fundada hacia 1911. Uno de los factores que facilitó la llegada de L. Adinolfi y C. Erchini – El Ferrocarril en la construccion del territorio costero (173-179) los veraneantes al balneario, fue precisamente la existencia previa de la Estación Las Toscas, hoy denominada Estación Atlántida. Por su lado, la Estación Mosquitos, hoy denominada La Floresta, posibilitó el acceso al balneario homónimo, también fundado en 1911. En 1910, el Ferrocarril Uruguayo del Este llega a la ciudad de Maldonado. De esta línea se van a desprender dos importantes ramales. Uno de trocha angosta en 1914, desde la Estación Pan de Azúcar hasta Piriápolis, trayecto construido por Francisco Piria, que en su mayor parte ya funcionaba con anterioridad entre las canteras de Pan de Azúcar y el puerto de Piriápolis. Piriápolis había sido fundada en 1893 y se caracterizó por la planificación urbana y una acentuada promoción turística temprana. El otro ramal de trocha normal recién se construye en 1930, y se desprende desde la Estación de Maldonado hasta Punta del Este. Punta del Este, antiguo asiento de industrias (corambres, cerámicas, etc.) presenta durante el siglo XIX, la instalación de muy pocos habitantes y es en 1889, cuando se efectúa la primera mensura y distribución de solares1 conformando el pueblo balneario, cuyo auge se da hacia la 1910 y 1920 entre otras cosas, por la presencia de la Estación de Maldonado. En 1920, con la creación de la “Administración de los Ferrocarriles y Tranvías del Estado”, el gobierno se hace cargo de las líneas férreas Uruguayo del Este y Rocha - La Paloma, continuando así el proceso de estatización iniciado en 1915. Ya en propiedad del Estado, el Ferrocarril Uruguayo del Este continúa su expansión hacia la ciudad de Rocha y en 1928 se inaugura la línea San Carlos a Rocha, uniéndose a la ya existente Rocha al Puerto de La Paloma. Rocha, última estación del Ferrocarril del Este, facilitó el acceso a toda la costa atlántica, la cual, si bien no presentaba grandes balnearios, pequeños poblados de pescadores fueron utilizándose como centros de descanso. Destacamos La Paloma, que además de ser un importante puerto, desde 1874 contaba con un faro. Concluye así el proyecto del Ferrocarril Uruguayo del Este luego de un largo proceso de casi 50 años. La génesis de esta línea expresa claramente, la forma en que este medio de transporte estuvo sujeto a las circunstancias de los grupos sociales, que con la utilización y resignificación del territorio costero, reclamaron nuevas condiciones para su uso y disfrute. Se generó entonces, una nueva forma de acceso a nuestros principales balnearios esteños fomentando un mayor movimiento de turistas, ya que al independizar el viaje de las condiciones climáticas y de la geografía, acortó el tiempo de recorrido en forma drástica: de un viaje que desde Montevideo podía llevar varios días, ahora era realizado en pocas horas. Esta resignificación del territorio costero a fines del siglo XIX, y fundamentalmente a principios del siglo XX, fue valorando la costa como lugar de esparcimiento y bienestar; producto directo de una intencionalidad gestada a fines del siglo XIX, en donde el impulso de nacionalismo, tendió a una identidad nacional homogénea reflejada en “lo europeo” y de espaldas a las identidades latinoamericanas. Con el Higienismo como soporte teórico, el mar es “descubierto” como fuente de salud y concomitante1. En la propaganda del remate de los primeros solares se utilizaban consignas como las siguientes: “Recomendados en los últimos días por los médicos mas afamados de la República Oriental y de la Argentina, a los enfermos del estómago, a los anémicos y, en general a los que padecen afecciones adquiridas en el trabajo”. (Revista Maldonado,1957) 177 Anuario de Antropología Social y Cultural en Uruguay, Vol. 10, 2012 mente como lugar de recreación en tanto ambiente natural, sano, limpio, y alejado de toda contaminación urbana; lo que sumado a la especulación inmobiliaria impulsa los primeros balnearios del Uruguay. Situación actual de la Línea del Este 178 En 1988, se produce la supresión total del servicio de transporte de pasajeros de los ferrocarriles en el Uruguay, por lo que numerosos centros poblados del interior que crecieron en estrecho vínculo con este medio de transporte, fueron perdiendo sus fuentes de ingresos y quedando aislados de las nuevas vías de comunicación que delineaba el creciente transporte carretero. A pesar de la clausura, la Línea del Este, perdura a través del conjunto de bienes materiales e inmateriales que se han transmitido de una generación a otra. De esta manera, nos encontramos por una parte, con el conjunto de bienes materiales compuesto por estaciones, casas de obreros y empleados, galpones, pasos de nivel, vías y otras construcciones relativas al funcionamiento del ferrocarril en diversos estados de conservación. Algunas de estas estaciones han sido desmanteladas como el caso de las Estaciones Jorge Sosa Dias y Punta del Este; otras se han derrumbado con el paso de los años como la Estación Luis G. Lasala; y otras con mejor suerte albergan Centros Públicos de Asistencia Social como Estación La Floresta. En cuanto a las narrativas Estaciones como Empalme Olmos, que conformaron pueblos ferroviarios en donde los modo de vida integraron en una misma unidad la esfera domestica y la laboral, nutrió una fuerte identidad local referida al ferrocarril que se mantiene hasta el presente. Por su lado, en Estaciones como Sosa Dias, aislada de las principales vías de comunicación después de la supresión del ferrocarril, se identifica en sus habitantes, la coexistencia de distintos territorios dependiendo de la posibilidad del transporte de cada uno de ellos. Tal como señala Halwbachs (1992), el espacio en tanto territorio, es uno de los marcos básico de la memoria colectiva, ya que aunque una construcción se destruya siempre podrá decirse “aquí estuvo”. En este sentido, emergen un conjunto de relatos que apelando al recuerdo y poniendo en movimiento cosmovisiones, relaciona los puntos nodales del ferrocarril con vivencias que transforman el tiempo del ferrocarril en un tiempo idílico expresado en la frase varias veces repetida “como la época del ferrocarril no hay”. Figura 1. Trazado del Ferrocarril del Este (Uruguay). L. Adinolfi y C. Erchini – El Ferrocarril en la construccion del territorio costero (173-179) Bibliografía A.F.E. Administración de Ferrocarriles del Estado. http://www.afe.com.uy/ (Acceso agosto 2009) Alonso Criado, Matías, 1885, Colección Legislativa de la República Oriental del Uruguay 1884. Tomo IX, segunda parte, Montevideo, Editor Manuel A. Criado. Araújo, Orestes, 1900. 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