Download concepción y curación de la enfermedad en la cultura inca
Document related concepts
Transcript
LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ CONCEPCIÓN Y CURACIÓN DE LA ENFERMEDAD EN LA CULTURA INCA … Carolina Barbero Barroso (Colaboradora habitual) (cbarbero92@gmail.com) 19 de septiembre de 2014, Madrid R ESUMEN Magia o medicina. Mucho se ha especulado debido a la poca información que tenemos actualmente acerca de la enfermedad y los procedimientos curativos en la cultura inca. En el presente artículo trataremos de dar respuesta de forma breve a los diversos interrogantes que nos surgen cuando intentamos profundizar en este tema: ¿Cuál es el origen de la enfermedad para los incas? ¿Cómo lo interpretaban? ¿Cuál era su diagnóstico y el tratamiento empleado? Para comprender mejor su explicación a la enfermedad es necesario hacer unas aclaraciones sobre la religión y creencias de los incas puesto que son una pieza clave en toda cultura que marca pautas y comportamientos de la misma. SUMARIO. Inca, medicina indígena, enfermedad, salud, religión, creencias, culto, mundo mítico, dualidad andina, trepanación craneana, alma. 1 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ BREVE APROXIMACIÓN AL PENSAMIENTO RELIGIOSO INCA. “Purgábanse de ordinario cuando se sentían apesgados y cargados, y era en salud más que no en enfermedad. Tomaban (sin otras yerbas que tienen para purgarse) unas raíces blancas (…). Pasada una hora o poco más, se sienten tan desconyuntados que no se pueden tener.” Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios Reales de los Incas (1609). Para comprender la medicina inca es necesario conocer la religión y el pensamiento mágico indígena, establecer las características de su psicología y deducir de todo ello que era para ellos la vida, la muerte y la enfermedad. Estos hombres forjaron sus doctrinas sobre estos conceptos, basándose en su religión. Definir el concepto religión es tan difícil como definir cualquiera de los campos de la vida humana. Quizá lo sea más, por el valor absoluto que se le da y por las manipulaciones de diverso tipo a que se presta. La dificultad no está sólo en señalar dónde comienza y dónde termina lo religioso, sino en el empleo de términos cuyo significado está muy ligado a la tradición religiosa donde nacen. El mayor problema lo encontramos en el uso de términos en sentido unívoco1. Es frecuente, debido al etnocentrismo que se da en toda cultura – y sobre todo en la occidental por el papel que Occidente ha desempeñado en la Historia– que se apliquen de modo único términos occidentales a otras realidades culturales, o que se den por supuestos en otras culturas ciertos hechos que se dan en la nuestra. La religión es un sistema cultural que se puede resumir en tres puntos clave. En primer lugar, la religión es para el creyente, una perspectiva, es decir, una manera de ver la vida y construir el mundo por medio de la cual ésa persona considera que vive la verdadera realidad. En segundo lugar, tal perspectiva opera por el sistema simbólico de cada religión, formado por símbolos, creencias, ritos, organización, ética etc., puesto que todo ello contribuye a interiorizar la perspectiva religiosa del fiel; de este modo está seguro de ella y no puede ver la vida de otra manera. En tercer lugar, los creyentes aceptan su perspectiva religiosa por la autoridad de un dios o dioses, aunque el origen de ella varíe según el tipo de 1 2 MARZAL, Manuel. Tierra encantada: tratado de antropología religiosa en América Latina. Madrid: Trotta, 2002. 23. Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ religión2. La religión, además, satisface necesidades variadas: económicas, psicológicas, políticas o sociológicas. El origen de las religiones indígenas se puede establecer de manera general mediante los siguientes puntos3: 1) El hombre se forma muy pronto en el concepto y la creencia en el alma humana por percibir dos series de hechos: por una parte, el sueño, el éxtasis, la enfermedad y la muerte, donde el ama parece abandonar el cuerpo, y por otra, los sueños y visiones, donde el alma parece actuar sin cuerpo. A tal creencia le siguen las de la supervivencia del alma, el cuidado de los muertos y la transmigración de las almas (aunque la creencia en un premio o castigo ultra terreno sea muy posterior). 2) El hombre imagina que todos los seres tienen su propia alma, de modo que todo es similar y está emparentado con el ser humano. 3) El culto a los muertos, que carecían de cuerpo, llevó al hombre a aceptar la existencia de espíritus puros; luego aceptó que éstos podían entrar en el cuerpo vivo (posesión) o en un niño recién nacido (transmigración) y causar enfermedades o incluso la muerte; y penetrar en objetos (fetichismo). 4) La creencia en espíritus encarnados en seres de la naturaleza condujo a la creencia en diversas entidades tutelares. La base intelectual del sistema religioso inca se basaba en el culto al Sol; asimismo tenía un valor religioso la memoria del rey Inca. Las crónicas españolas nos permiten reconocer con bastante base empírica el sistema administrativo formal en el que se integraba la religión y las relaciones sociales de la población con ella: ritos en su orden calendárico, culto a los dioses, ideas sobre el pasado o los mitos. El mito constituye otra parte esencial de la religión y las creencias indígenas, ya que tiene funciones sociales dentro de la estructura de una cultura. En el caso de los incas, el mito de Manco Capac4 y Mama 2 Íbid., 27. 3 Íbid., 67. 4 Este mito fue dado a conocer por el Inca Gracilaso de la Vega en sus Comentarios Reales (1609). Según el cual, en las regiones cercanas al lago Titicaca los hombres vivían como salvajes sin religión, ni leyes, ni una religión común. El dios Inti, ante aquello, se apiadó de estos habitantes y envió a una parjea de hermanos llamados Manco Capac y Mama Ocllo en busca de una nueva tierra en la que fundar una ciudad en honor al dios. 3 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ Ocllo. Una de las fuentes para el estudio de la religión inca nos la da Polo de Ondegardo en sus crónicas, en las que reúne descripciones sobre el culto estatal, los ritos, las fiestas y los sacrificios etc. Por otra parte, la concepción dualista del mundo andino está muy presente en la religión inca y en su visión del mundo. «La cosmovisión de los incas se basaba en la existencia de una dualidad gracias a la cual existía un medio natural y una realidad no tangible dominio de los espíritus y de los antepasados. El mundo andino se regía por la idea de la dualidad, principio generador y organizador del cosmos y la realidad. La dualidad andina se entiende como la oposición, la parte contraria pero a la vez complementaria del individuo. A partir de ella es que surgen la tripartición y cuatripartición en el aspecto político, religioso, geográfico, etc. El pensamiento dualista se presenta como un rasgo tan fundamental en la cultura de los pueblos andinos que ordena todos los niveles y aspectos más variados de representación de la realidad: desde su cosmovisión, concepción de la enfermedad, hasta la organización social, pasando por el poder político-económico»5. Toda realidad es pensada y manejada en términos binarios; hasta tal punto que la unidad, realidades únicas o solitarias, son concebidas como deficitarias de su complemento o pareja. Esta metafísica dualista en el mundo andino corresponde a una concepción muy particular de la realidad, dentro de la cual todo elemento (personas, fenómenos y cosas) se encuentra asociado a otro, a su pareja, con la que mantiene una estrecha relación de complementariedad y/o de oposición de ideas. En todas las concepciones originarias americanas, pero en especial en la andina, se honran por igual la luz y la oscuridad, el día y la noche, el cielo y el inframundo, lo femenino y lo masculino. El mundo entero, tanto natural como social, se concibe y organiza siguiendo las pautas de la división en mitades, cuartos y sus sucesivas subdivisiones. Por eso la dualidad o el dualismo es uno de los principios en los que se asienta la cosmovisión de las culturas indígenas de los Andes 6. Según esta concepción nada nace como un ser único ni está aislado en el mundo. Todo lo que existe, ya sea un objeto real o conceptual, tiene imprescindiblemente su par, su opuesto complementario, su compañero. El mundo en su totalidad es concebido como una constante dinámica de opuestos complementarios que mantiene encendida la chispa de la vida y asegura su supervivencia. Cuando las relaciones de los humanos con los dioses y 5 SÁNCHEZ-PARGA, José. Antropo-lógicas andinas. Quito: Abya-Yala.,1997. 16. 6 LLAMAZARES, Ana María. “Metáforas de la dualidad en los Andes: cosmovisión, arte, brillo y chamanismo, en Las imágenes precolombinas: reflejo de saberes. (Sevilla: Actas del simposio ARQ24, 2006), 5 4 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ espíritus se veían perturbadas se sucedían situaciones definibles como enfermedades. La importancia de este “otro mundo” radica no sólo en la posibilidad de producir y curar enfermedades, sino también en superar estados de crisis físicas, emocionales o espirituales provenientes de este mundo mítico. ORIGEN, INTERPRETACIÓN Y EXPLICACIÓN DE LA ENFERMEDAD. La medicina que practican las sociedades indígenas es la llamada “medicina mágica”, donde hechicería, chamanismo y brujería ser mezclan. Esta medicina será el resultado de la suma de diversos aspectos de la cultura inca tales como la religión, el arte, las leyes, las supersticiones, etc. El caso inca es más complicado que otras religiones andinas ya que la complejidad alcanzada gracias a su condición de imperio también se veía reflejada en la medicina y las creencias religiosas. Nuestros conocimientos sobre la medicina incaica en la época anterior a la conquista son escasos debido a que carecían de tradición escrita autóctona. Lo que se sabe se ha reconstruido sobre todo a partir de lo que relataron los cronistas, los cuales constituyen la fuente de información más precisa y detallada de las prácticas médicas y los especialistas rituales que las llevaban a cabo. También podemos rastrear en el tiempo diversas enfermedades gracias al estudio de los restos óseos hallados (esqueletos o huesos aislados) y los testimonios arqueológicos (instrumental médico, objetos asociados a prácticas médicas y religiosas, etc.). Por otra parte, podemos deducir de las observaciones en grupos actuales, que aún conservan remedios, conocimientos y procedimientos ancestrales que sobreviven en la medicina popular de un modo más o menos parecido al que debió darse en época pre-colonial. Gracias a todo esto podemos deducir que la medicina inca prehispánica presentó las características fundamentales de la llamada medicina indígena, a base de magia, empirismo, conocimiento profundo del alma y del cuerpo y prácticas quirúrgicas de necesidad inmediata. Tanto la enfermedad como la muerte constituían para ellos hechos que necesitaban una explicación divina o sobrenatural. La mentalidad de los incas era de naturaleza mítica, pues considera espiritualizada toda la naturaleza y el cosmos visible y sensible, sin que para ellos exista separación entre los hechos naturales y los extranaturales, pues estos últimos se continúan, se completan, 5 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ confunden y conviven con los naturales7. La religión y la magia presentan una vinculación tan estrecha que es difícil establecer dónde termina una y comienza la otra. Pero para los incas, la función primordial de la práctica de la magia fue la medicina. La salud física, mental y moral la lograba el runa (“ser humano” en quechua) andino equilibrando sus actos, para lo cual procuraba desenvolverse armoniosamente en su entorno. En consecuencia, dentro de ese criterio, las enfermedades, según sus concepciones y mentalidades, sólo se generaban: primero, por actos de brujería o hechicería, motivados por rivalidades locales o conflictos intrafamiliares. Y segundo, como castigo infringido por una divinidad o ser sobrenatural debido a un difunto olvidado, un sortilegio maléfico o un acto no favorable a los espíritus o a alguna entidad tutelar. A las primeras se las consideraba curables gracias a la habilidad del hampicamayoc (curandero/médico), pero a las causadas por la voluntad de las divinidades se las consideraba difíciles de curar. Las primeras, por tanto, ponían de manifiesto las discordias entre los individuos y/o familias, mientras las otras buscaban la paz social. Para los incas la enfermedad era determinada por una fuerza oculta que había extraído del organismo el alma, o una parte de ella, es decir, la enfermedad era considerada por ellos como el producto de un agente invisible e intangible concebido de diversas maneras. Por ello su sistema de curación tenía dos objetivos principales: en primer lugar alejar la causa del mal recurriendo a procedimientos mágicos, y, en segundo lugar, combatir los síntomas por medio de ofrendas y remedios. El panteón médico se centraba en la potencia divina de Pachacamac y Viracocha, y otras entidades. Los espíritus malignos eran acusados de ser portadores de enfermedades. La advocación de las fuerzas divinas para curar se realizaban en los lugares sagrados llamados huacas. Con este término se designaba a todo aquello que los incas consideraban sagrado como divinidades, ídolos, templos, momias, tumbas, lugares, etc. Además, existían enfermedades comunes que estaban sujetas al clima8 siendo habituales en las zonas frías los catarros, las afecciones pulmonares y reumatismos; y en los parajes cálidos la enfermedad más común es la fiebre intermitente que se convierte en 7 PARDAL, Ramón. Medicina aborigen americana. Buenos Aires: Nova, 1988. 150 8 6 FERNÁNDEZ, Fiz Antonio. Antropología, cultura y medicina indígena en América. Buenos Aires: Conjunta, 1977. 316 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ epidemia al poco tiempo gracias al clima caluroso que facilita su propagación. A este tipo de afecciones se les atribuía una causa sobrenatural derivada de la pérdida de calor. La unidad dialéctica fundamental consistía en la polaridad frío-calor y en el registro de sus cambios. Todo se clasificaba según su calor o su frío. El hombre participaba de esas dos propiedades y algunos órganos eran más calientes que otros. Esta división dual respecto a la integridad corporal del hombre, de la enfermedad, de los alimentos y de los medicamentos aún se proyecta hasta nuestros días. Para combatirlo era necesario aplicar remedios calientes y realizar diversos rituales y actos para subir la temperatura tanto del individuo en cuestión como de la habitación en la que se encontrase. De tal forma que los medicamentos poseían sus propiedades térmicas y eran utilizados en función de las características de las enfermedades siguiendo esta polaridad fundamental. Las enfermedades podían dividirse en dos grandes grupos: Enfermedades producidas por acción de espíritus, huacas y causas sobrenaturales. Podían actuar los espíritus por sí solos, sin necesidad de un especialista que llevase a cabo la acción. Al afectar a la persona, se producían enfermedades variadas como la captura de la sombra (alma humana)9 del individuo, que se traduce en problemas físicos y psíquicos. Enfermedades producidas por los hombres. Producidas por operaciones mágicas realizadas por un individuo que pretendía ejercer daño sobre otro con el fin de provocar desórdenes orgánicos y psíquicos, enfermedades permanentes o mala suerte (pérdidas económicas, familiares etc.). Las patologías incas eran amplias, desde fiebres a reumatismo, pasando por la viruela en época colonial. También estuvieron afectados de muchas enfermedades en el aparato respiratorio, enfermedades de la piel, en el aparato urinario, diversas hemorragias internas y en el aparato digestivo. Evidencias de ello han quedado constatadas en los huesos de los cuerpos encontrados. Todos estos síntomas y males eran interpretados como un castigo debido a una ofensa a una entidad tutelar al espíritu de un antepasado. El castigo se realizaba mediante la extracción del alma o de una parte de ella lo que derivaba en una enfermedad. 9 En el mundo andino en general se suele atribuir a las personas varias almas diferentes . Pueden tener entre dos y siete, siendo dos más común. 7 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD. “De la yerba o planta que los españoles llaman tabaco y los indios sayri, usaron mucho para muchas cosas. Tomaban los polvos por las narices para descargar la cabeza. De las virtudes de esta planta han experimentado muchos en España.” Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios Reales (1609). El tratamiento, al igual que el diagnóstico, debía ser de la misma naturaleza que la enfermedad, es decir, de carácter mágico. Las entidades negativas antes mencionadas actuarían como un cuerpo extraño que “robaría” el alma o parte de ella al individuo, y por tanto, la enfermedad era tratada asociando la magia a la extracción de succión y sobamiento. Para tratar los males del enfermo crearon todo un cuerpo de medicamentos, remedios y prácticas que fueron suministrados por la flora. Uno de los cronistas más importantes para el estudio de los incas es el Inca Garcilaso de la Vega, que dice en sus Comentarios que “los indios eran en el tiempo de los Incas grandes herboristas, de muchas yerbas conocían sus virtudes y transmitían su saber, por tradición, a sus hijos”10. Para llevar a cabo la curación, el especialista ritual empleaba diversas plantas autóctonas para propiciar el contacto con el mundo sobrenatural. El curandero era capaz, además de la búsqueda y preparación de las plantas necesarias, su uso y aplicación mágica, es decir, es capaz de manipular mágicamente las virtudes de diversas yerbas. Además, el lugar donde crecía la planta determinaba en parte sus capacidades y virtudes, y el curandero estaba obligado a conocerlo. Por tanto, las plantas eran terapéuticamente eficaces por su propio poder y por el lugar en el que crecían. Las virtudes también estaban relacionadas con la fase lunar en la que eran recolectadas, especialmente las alucinógenas. La recogida de las yerbas se basaba en una tradición adquirida, por tanto, era el especialista ritual el que sabía dónde y cuándo era el mejor momento para ello. Su poder mágico actuaba como catalizador de los podres de planta y los concentraba en el paciente. 10 GARCILASO DE LA VEGA, Inca (Carlos Arníbar ed.). Comentarios Reales de los Incas. Lima-MéxicoMadrid: Fondo de Cultura Económica, 1991 (1609), 2 vols. 136. 8 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ Por otra parte, eran de uso muy frecuente los alucinógenos11 como planta medicinal, los cuales requieren un tratamiento especial debido a sus usos y resultados. Los alucinógenos tenían escasas propiedades curativas y no eran empleados para la curación como tal, sino que eran el vehículo que tenía el especialista ritual para acceder al mundo mítico, para espantar a las entidades negativas que provocaban la enfermedad. El uso de este tipo de sustancias no era totalmente necesario, pero era una importante ayuda para el ejercicio de la curación de enfermedades. Siempre se elegían plantas cuyo efecto fuese alucinógeno ya que las diversas reacciones químicas que producen en el cuerpo humano generan una amplia capacidad creativa para establecer ese contacto con el ámbito mítico. También eran aplicados a los pacientes como medio desinflamante o analgésico para frenar sus dolores en algunas ocasiones. Eran empleados para combatir la fatiga, disminuir la sensibilidad, alejar a los espíritus peligrosos etc. La coca, la chicha y otras sustancias fueron empleadas constantemente por los indígenas en sus ceremonias y ritos para procurarse un mundo de fantasía y ensueño y como remedio para ciertos males. La chicha era utilizada como ofrenda a las huacas y como anestésico en operaciones de cirugía. Además, pudieron hacer pequeñas intervenciones quirúrgicas, curar fracturas y luxaciones y suturar heridas, a base de diversas plantas y herramientas como cuchillos y agujas. Si hay una práctica que destaca en los trabajos sobre cirugía en la América prehispánica ésa es sin duda alguna la trepanación craneana, que por su complejidad técnica y su delicadeza muchas veces ha valido a los pueblos que la practicaron el calificativo de “alta cultura”. «Es necesario recurrir a la iconografía para ampliar nuestro conocimiento sobre instrumental quirúrgico, siendo así como el tumi (Figura 1), a pesar de la controversia en torno a su verdadera utilidad, se ha convertido en pieza clave. Con una forma de media 11 POLIA MECONI, Mario. Las lagunas de los encantos. Medicina tradicional andina en el Perú Septentrional. Perú: Central Peruana de Servicios, 1988. 48. 9 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ Figura 1. Tumi (cultura lambayeque) luna enmangada en forma de T, el tumi resulta más similar a un hacha que a un cuchillo. Fabricados en bronce, se trata de elementos de gran dureza y a los que podía aplicarse un filo extremadamente cortante12». Los curanderos incaicos los utilizaban para esta práctica y con ellos realizaban incisiones de diversos tamaños y formas: cuadrangulares, poligonales, circulares, ovaladas etc. Las muestras arqueológicas revelan que muchos de los individuos tratados con esta práctica sucumbieron al instante o poco después de realizar la trepanación, pero en otros queda constatada la supervivencia de la persona durante meses e incluso años. Algunos autores, como Ramón Pardal (1988) o Fiz Antonio Fernández (1977), coinciden en atribuir a esta práctica funciones terapéuticas motivadas por cuatro lesiones: fracturas en el cráneo, heridas en el hueso, osteoporosis y lesiones sin cicatrizar. Además, su propósito también fue el de eliminar fragmentos de huesos o armas, que quedaban incrustadas en el cráneo tras accidentes o enfrentamientos bélicos. Para mitigar los dolores de este proceso utilizaron plantas como la coca y bebidas como la chicha. Ambas fueron empleadas como analgésico o como una especie de “anestesia incipiente”. La antropología actual no cuenta con los medios para llegar a establecer ratios fiables de cráneos trepanados. «Hay que tener en cuenta que la trepanación no fue una práctica tan usual al tiempo de la conquista como pudiera haberlo sido en el pasado. Se había circunscrito a las inmediaciones de Cuzco y el área centro-oriental del actual departamento de Lima, y, a consecuencia de lo anterior, por implicar un elevado grado de ritualismo y quizás porque se 12 GIL GARCÍA, Francisco. “Entre la medicina y la magia. Apuntes sobre cirugía entre los pueblos prehispánicos de la América prehispánica”, en Salud e Interculturalidad en América Latina. Prácticas Quirúrgicas y pueblos originarios, ed. Gerardo Ferández Júarez (Quito: Abya-Yala, 2009), 80. 10 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ practicara medio en secreto, los cronistas no llegaron a tener noticias fiables y directas de ella13». Por otro lado, cabe mencionar el llamado “principio de participación terapéutica14” que consiste en la influencia de que diversos objetos ejercerían sobre otro, por la única razón de semejarse en la forma. De este modo, una planta que tenga la forma de un órgano en concreto servirá para curar sus enfermedades porque participa de su forma. Lo mismo ocurrirá con parte de animales que se caractericen por su agudeza de visión, oído o por su fortaleza, ya que serán empleadas por la terapéutica. CONCLUSIÓN. La relevancia de la medicina y sus prácticas religiosas, dentro de la cultura inca, constituyen un importante hecho cultural y social que debe ser estudiado. Las concepciones religiosas, cultos y rituales son una pieza clave en toda cultura que marca pautas y comportamientos de la misma, y por ello, se ha considerado importante y necesario tratar estos aspectos. Como hemos visto, la concepción de la enfermedad entre los incas forma parte de un complejo entramado cultural y social. Sus métodos, ideas y creencias son únicos y especiales y están totalmente influidos por su visión del mundo y del más allá. Sería necesario realizar un trabajo más amplio – a pesar de que la información de la que disponemos para el estudio de la enfermedad en los Andes es poca y se encuentra disgregada – para poder abarcar todos los aspectos del estudio de la medicina inca. Por tanto, lo que aquí se ha pretendido realizar es un breve apunte para perfilar y aclarar los aspectos más básicos. En primer lugar, la enfermedad en los Andes está condicionada por el modo de vida y sus creencias, es decir, el origen de toda enfermedad se encuentra en mundo mítico y no sucede por casualidad. En segundo lugar, la interpretación dada a un suceso de este tipo es, evidentemente, sobrenatural, ya que es causada por algún problema con una entidad espiritual. Por último, las dolencias eran tratadas mediante rituales y formas de contacto con los dioses y espíritus, para la cual se ayudaban de una amplia gama de plantas autóctonas que propiciaba el contacto con la realidad sobrenatural. 13 Íbid., 77. 14 Op. Cit. PARDAL, Ramón. 44. 11 Carolina Barbero Barroso LA HISTORIA HTTP: V I VA : PÁGINA DE HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. //HISTORIACONMAYUSCULAS.WORDPRESS.COM/ B IBLIOGRAF ÍA . FERNÁNDEZ, Fiz Antonio. Antropología, cultura y medicina indígena en América. Buenos Aires: Conjunta, 1977 GARCILASO DE LA VEGA, Inca. Comentarios Reales de los Incas (Carlos Araníbar ed.). Lima-México-Madrid: Fondo de Cultura Económica,1991 (1609) GIL GARCÍA, Francisco. “Entre la medicina y la magina. Apuntes sobre cirugía entre los pueblos de la América prehispánica”, en Salud e interculturalidad en América Latina. Prácticas Quirúrgicas y pueblos originarios. (Fernández Juárez, Gerardo), pp. 6986. Quito: Abya-Yala, 2009. LLAMAZARES, Ana María.. “Metáforas de la dualidad en los Andes: cosmovisión, arte, brillo y chamanismo”, en Las imágenes precolombinas: reflejo de saberes. Sevilla: Actas del simposio ARQ24, 2006. MARZAL, Manuel. Tierra encantada: tratado de antropología religiosa en América Latina. Madrid: Trotta, 2002. PARDAL, Ramón. Medicina Aborigen Americana. Buenos Aires: Nova, 1988. POLIA MECONI, Mario. Las lagunas de los encantos. Medicina tradicional andina del Perú septentrional. Perú: Central Peruana de Servicios, 1988. SÁNCHEZ-PARGA, José. Antropo-lógicas andinas. Quito: Abya-Yala, 1997. 12 Carolina Barbero Barroso