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Semántica para bachillerato Inicio/Semántica/Semántica para bachillerato Fuente: Apuntes Marea Verde Partiendo de la diferenciación de los distintos niveles de la lengua, esta entrada, adaptada para segundo de bachillerato, pone las bases del estudio de la palabra desde el punto de vista del significado. Los niveles de la lengua Los mensajes lingüísticos se producen combinando las unidades que nos brinda le lengua, en cuatro niveles: fónico, morfo-sintáctico, léxico-semántico y pragmático. El nivel fónico estudia los sonidos de la lengua. El nivel morfo–sintáctico estudia las palabras, desde el punto de vista de su forma (Morfología) y de su función (sintaxis). Existe otro nivel de estudio de la palabra, que es el léxico–semántico. El léxico está formado por el conjunto de palabras de una lengua: su vocabulario. Desde el punto de vista léxico, la palabra se divide en lexemas y morfemas. Llamamos “procedimientos para la formación de palabras” a la diferente combinación de los lexemas y de los morfemas. La semántica es la ciencia que estudia el significado. Estudiar la palabra desde este punto de vista implica establecer su significado y las relaciones significativas. NIVELES DE LA LENGUA Fonológico y fónico Morfo-sintáctico UNIDADES Y OBJETO DE ESTUDIO Los fonemas y los sonidos. Morfología: estudia la forma de las palabras (los lexemas y morfemas). Sintaxis: estudia la función de las palabras (la oración simple y compuesta). Léxico-semántico Lexicología: estudia el vocabulario (procedimientos para formar palabras nuevas y aumentar el caudal léxico). Semántica: estudia el significado de las palabras. Pragmático El texto La Semántica Saussure consideraba que el signo lingüístico es una entidad psíquica de dos caras, significante y significado. La semántica es una parte de la lingüística que estudia el significado de las palabras. Concepto de significado Recuerda, de cursos anteriores, los conceptos de significante y significado (los dos componentes del signo lingüístico). Llamamos significado a la imagen mental que nos produce el objeto; a la capacidad de representar un concepto en la mente. El significante es la representación de ese objeto (visual, auditiva etc.). El referente, que es el objeto real al que se refiere el signo. También conviene repasar que existen dos tipos de significado: el significado léxico y el significado gramatical. Cuando una palabra remite a una entidad real o imaginada, decimos que tiene significado léxico. Esto ocurre con los sustantivos, adjetivos, verbos y algunos adverbios. Pero, otras palabas, únicamente tienen como misión marcar relaciones entre las palabras. Decimos que tienen significado gramatical. Esto ocurre con las preposiciones, determinantes, pronombre y algunos adverbios. En la lengua, existen otras unidades cuyo significado es gramatical. Se trata, como sabes, de los morfemas (que estudiaremos más adelante). Debes recordar, además, otros conceptos importantes: Denotación es el conjunto de rasgos de significado, que tiene una palabra y que proceden de percepciones intelectuales o conceptuales, es decir, coinciden con la realidad. Por ejemplo, los rasgos de [animal], [vacuno], [domesticable], forman el significado denotativo de “vaca”. Connotación es el conjunto de rasgos significativos asociados, en el discurso, a una determinada palabra, es decir, se trata de valores semánticos sugeridos o asociados. Así, la palabra “vaca” se asocia con gordo, o “toro” con nobleza o bravura. Los cambios semánticos Hay muchos motivos por los que las palabras cambian su significado. Desaparece el objeto: por ejemplo, si deja de existir un objeto, la palabra para designarlo cambia. Esto ocurrió con “pluma”. En el siglo XVII la palabra “pluma” no tenía el mismo significado que en la actualidad. El contexto: si una palabra aparece siempre al lado de otra “café cortado”, finalmente, una de ellas adopta el significado de ambas. Si decimos hoy “un cortado”, todo el mundo entiende lo que significa (café cortado). Los prejuicios individuales o sociales: muchas veces no queremos emplear determinadas palabras, ya que nos suenan mal o nos parecen despectivas. Esto ocurre con los tacos, principalmente y con otros términos. Así decimos “anciano” y no “viejo”. La psicología humana no deja de inventar palabras, por ejemplo “mazo”, para designar “mucho”. Principales cambios semánticos La metáfora: se trata de un cambio semántico por semejanza. Definimos metáfora del siguiente modo: una metáfora es una identificación entre dos términos. Gracias a una base común de comparación. Designamos con el nombre de “término real (TR) a aquel que existe en la realidad y término imagen (TI) a aquel con el cual lo identificamos, es decir, con el que establecemos una relación de semejanza. Recordemos que podemos hacer esta identificación gracias a una base común de comparación. Existen varios tipos de metáforas. Observa el cuadro. o TR de TI: “Su boca de fresa” (Rubén Darío), donde el TR es boca y el TI es fresa y la base común de comparación es el color rojo. o TI de TR: “Las perlas de tu boca”, donde perlas es el TI y boca es el TR. Ambos términos podemos identificarlos en virtud a una base común de comparación: el color blanco. o TR es TI: “Álamos que seréis mañana liras/ del viento perfumado en primavera” (Antonio machado). En este poema, Machado identifica los álamos (TR) con liras (TI), ya que el viento al mover las hojas hace que éstos suenen. o TI es TR: “Por el olivar venían “bronce y sueño, los gitanos” (Federico García Lorca), donde bronce y sueño es el TI y los gitanos es el TR. Ambos términos pueden identificarse gracias al color oscuro de la piel (base común de comparación). o TR, TI: “Amapola marchita / negro crespón del campo” (Antonio Machado). Machado identifica la amapola marchita (TR) con un crespón negro (TI), en virtud del color negro. La metonimia: es un cambio semántico por contigüidad, es decir, dos palabras se emplean juntas y una de ellas pasa a tener el significado de las dos. Hay varios tipos de metonimias, tal como puedes ver en el cuadro: o Designar una parte por el todo: “Tiene cien cabezas de ganado” (no tiene solo la cabeza, sino el animal entero). o Designar el continente por el contenido: “Me he tomado una caña” (en vez de una caña de cerveza). o Designar el lugar por el objeto: “Ponme un jerez” (en vez de un vino de Jerez). o Designar la obra por el artista: “Ha observado con detenimiento ese Velázquez” (en vez de ese cuadro de Velázquez) El tabú y el eufemismo: cuando no queremos emplear una palabra, tabú, sustituimos esta por otra palabra o sintagma. Y así decimos “empleada de hogar” (en vez de “criada” o “conflicto laboral” en vez de “huelga”. Un eufemismo tiene vida breve, porque muy pronto vuelve a connotarse negativamente. Esa es la razón por las que muchas palabras tabú tienen gran número de sinónimos. La etimología popular: los hablantes cambian el significado de una palabra, ya que sus significantes se parecen y así dicen vagamundos en vez de vagabundos. Las relaciones significativas También debemos tener en cuenta que las palabras se relacionan unas con otras. No solamente relacionan su significado con su significante, sino también los significados entre sí o los significantes entre sí. Por ello es importante conocer las relaciones significativas: Sinonimia: es la relación semántica que se establece entre varios significantes que tienen el mismo significado: morir y fallecer. A pesar de que solo haya un significado (entre los sinónimos), debemos advertir que existen multitud de matices que impiden que la sinonimia sea completa. Estos matices dependen de muchos factores: el nivel de la lengua en el que se use la palabra, la afectividad…Estos matices impiden que ambos sinónimos sean intercambiables. Por ejemplo can y perro son sinónimos; sin embargo no diríamos: Me levanto temprano para sacar de paseo a mi can. Polisemia: es la relación semántica que se establece entre un solo significante que poseen varios significados. Por ejemplo, banco de peces, banco como mueble en el que sentarse, banco de guardar dinero. La polisemia es un recurso de economía lingüística, ya que permite expresar gran cantidad de significados con pocas palabras. Lo contrario de polisemia es monosemia, es decir un significante posee un solo significado. Homonimia: es la relación entre dos o más significantes, que han venido a coincidir por casualidad (por supuesto tienen significados diferentes). Esto ocurre con aya (niñera), haya (árbol y verbo haber) y halla (verbo hallar). Llamamos homófonos a aquellas palabras que suenan igual (vaca- animal- y bacaportaequipajes-) y homógrafos a aquellas palabras que se escriben igual: vino (de beber o de venir). Aunque polisemia y homonimia son relaciones significativas próximas, no debemos confundirlas. Conocer el origen de la palabra es la única manera de poder distinguir, sin equivocarse, si dos o más palabras se relacionan por polisemia o por homonimia. Hiperonimia: un hiperónimo es una palabra cuyo incluye a otras. Por ejemplo, flor es un hiperónimo de margarita, clavel, azucena, hortensia … A su vez, se denominan hipónimos a esas palabras cuyo significado está incluido en otra mayor. Así observamos que el hiperónimo engloba al hipónimo (y puede emplearse en vez de él), pero no al revés. Diremos, pues, ¡Qué bien huele esta rosa!, pero todavía no se ha abierto del todo, esta flor! Pero, si cambiamos los términos, el resultado es un enunciado ambiguo. Antonimia: Dos palabras cuyos significados son contrarios se denominan antónimos. Existen diversos tipos de antónimos: o Antónimos, propiamente dichos: son dos términos opuestos que no admiten gradación: masculino / femenino. o Antónimos complementarios: Admiten una gradación entre los términos contrarios: caliente, templado, frío. o Antónimos recíprocos: Términos que se implican mutuamente: Comprar / vender. El campo semántico El concepto de campo semántico proviene de considerar como una estructura el significado de la palabra. Por esta razón, el significado de una palabra se descompone en rasgos mínimos, llamados “rasgos de significado” (o “semas”). Si descomponemos el significado de una palabra en sus rasgos de significado, veremos que muchos de estos rasgos son comunes a muchas palabras y otros, por el contrario, son diferenciadores. Por lo tanto, podemos definir campo semántico como aquel el conjunto de palabras que tienen, a menos, un rasgo de significado común. Todo campo semántico tiene un título o hiperónimo. He aquí el ejemplo de Pottier: Campo semántico de los asientos. Silla Sillón Sofá Taburete asiento con brazos con respaldo + – + + + + + + + + – – Pº más de 1 persona – – + –