Download Teoría de las Relaciones Internacionales
Document related concepts
Transcript
Teoría de las Relaciones Internacionales Tanto la teoría de la dependencia como la de la autonomía y el realismo periférico, son teorías nacidas en América Latina cuyo fin principal es explicar la situación de desarrollo principalmente en el ámbito político y económico de este continente frente al resto del mundo. La teoría de la dependencia rechaza las concepciones de un sistema internacional anárquico, y por el contrario parte de la jerarquización como principio organizador del mismo; en donde el posicionamiento de los Estados se ve limitado por su función dentro de “la estructura económica internacional de producción y distribución”1, ya sea productor de bienes industrializados o bien de bienes primarios, acentuando esto las relaciones de dependencia de los países periféricos productores de materias primas con respecto a los países céntricos productores de bienes industrializados. Esta teoría también supone, y tal y como lo asegura Andre Gunderfrank, la ausencia de soberanía y autonomía de los Estados. Ahora bien, a la luz de esta teoría, la autonomía de los Estados se ve minada por múltiples factores; el primero de estos es la dependencia (subordinación) de la economía nacional a “pautas de consumo creadas (…) que obligan a determinadas formas de organización y control de la producción”2, mediante las cuales se generan nuevas formas de ordenamiento en las economías de estos países. Dentro de este punto, vale la pena resaltar que los precios de los bienes producidos por los países periféricos son generalmente muchos menores que los producidos por los países céntricos, y estos precios están dados por factores como el mercado y no dependen de los deseos de los países productores. Como segundo punto, para entender la falta de autonomía, es importante señalar que los países dependientes obedecen a presiones dadas dentro del sistema internacional para poder tomar decisiones en cuanto a inversión; es decir, se restringe la eficacia de los grupos locales3. Esta inversión extranjera, es un factor que profundiza la dependencia ya que al basar la industrialización de los países en el capital extranjero, “éste se adueña del sector más avanzado de la economía y cierra, cada vez más fuertemente, sus cadenas sobre dichas economías, haciéndolas más dependientes”4. A estos grupos externos se suman o alían las élites nacionales, las cuales dan vía libre al desarrollo por medio de la imposición de sus intereses, es decir, suponen la subordinación al exterior y reorientación económica social en función de los intereses nacionales, que no son otros que los de estas élites5. Esta situación de desarrollo necesita una expresión política que posibilite la acción económica de los distintos grupos que abarca, en consecuencia, los grupos dominantes buscan consolidar su dominio bajo la reorganización del régimen político, frenando la reivindicación de las 1 Cardoso Fernando Enrique, Faletto Enzo, Dependencia y desarrollo en América Latina, Ensayo de interpretación sociológica .Análisis integrado del desarrollo. Madrid. Siglo veintiuno editores, 1969, p 23. 2 Ídem. p 149. 3 Ídem. P 150. 4 Dos Santos Theotonio, El nuevo carácter de la dependencia. Lima. Instituto de estudios peruanos, 1968 p 11. 5 Cardoso Fernando Enrique, Faletto Enzo, Dependencia y desarrollo en América Latina, Ensayo de interpretación sociológica .Análisis integrado del desarrollo. Madrid. Siglo veintiuno editores, 1969, p 29. masas6 lo que vuelve aún más excluyente este sistema. Es decir, el Estado se configura como “la expresión política de la burguesía urbano industrial (…) a través de grupos de presión o de ocupación de puestos en el aparato estatal”7, y estos grupos pasan a ser tal y como dominados por la corporación8. Por su parte, aunque al igual que la teoría de la dependencia para la teoría de la autonomía los países dependen de decisiones y factores que le son externos9, se diferencia de la dependencia, porque considera que si hay un punto intermedio entre Estados céntricos y periféricos (es decir no todos los Estados céntricos son autónomos y todos los periféricos dependientes como señala la dependencia), pudiendo encontrarse según Jaguaribe una estratificación internacional, donde la primacía general está dada para las potencias (que aseguran su inexpugnabilidad del territorio con la capacidad nuclear), la primacía regional (caracterizada por la inexpugnabilidad del territorio propio donde la capacidad militar es garante), la autonomía (donde se dispone de un alto grado de autodeterminación y dividida en autonomía regional y sectorial); y por último el nivel de dependencia (que como se señaló anteriormente dependen de decisiones y factores que le son externos, y donde se ubican la mayoría de países). Paralelo a esta estratificación y siguiendo con la idea que de que la autonomía no es rígida, Puig habla de que hay 4 estadios de autonomización en los que un Estado puede transcurrir hasta llegar a la autonomía (donde se llega cuando hay recursos suficientes y élites comprometidas con la autonomía10); estos son: dependencia para-colonial, dependencia nacional, autonomía heterodoxa y autonomía secesionista. Por otra parte, hay tres clases de Estados de acuerdo a su funcionalidad, los repartidores supremos que imponen las reglas, los repartidores inferiores que aplican las reglas de juego y por último los recipiendarios, que son aquellos que acatan las reglas de juego. En cuanto a la consolidación del Estado, la autonomía asegura que en los países dependientes se presenta una incapacidad nacional, donde el Estado es incapaz de manejar los subsistemas culturales y políticos, dejando estos en manos de las transnacionales; además de que los centros decisorios de éste son manejados por las élites (que a su vez ocupan escalones superiores en las transnacionales11). Una de las diferencias que encontramos entre la autonomía y la teoría de la dependencia es que, tal y como señalan Puig y Jaguaribe, el acceso a la autonomía si se puede lograr, y se hace a través de algo que la mayoría de países no tienen, esto es a través de viabilidad nacional (que no es otra cosa que la disponibilidad de recursos humanos y naturaleza, condicionados entre otros por las exigencias tecnológicas de la época12) y la viabilidad internacional, que según Jaguaribe es la capacidad de neutralizar el riesgo de coacción 6 Ídem. p 151. Ídem. p 155. 8 Dos Santos Theotonio, El nuevo carácter de la dependencia. Lima. Instituto de estudios peruanos, 1968 p 14. 9 Jaguaribe Helio, El nuevo escenario internacional, Autonomía periférica y hegemonía del centro. México. Fondo de Cultura económica. 1985, p 28. 10 Puig Juan Carlos, Doctrinas internacionales y autonomía latinoamericana, Esbozo de una nueva teoría. Instituto de altos estudios de América Latina. p 154. 11 Jaguaribe Helio, El nuevo escenario internacional, Autonomía periférica y hegemonía del centro. México. Fondo de Cultura económica. 1985, p 35. 12 Ídem. p 30, 31. 7 proveniente de terceros países. Por otra parte, una similitud entre dependencia y autonomía es que el sistema internacional es jerárquico, aunque el significado de jerarquía sea diferente para las dos teorías. Finalmente, la última teoría es la teoría del Realismo Periférico. Para esta teoría, al igual que la autonomía, hay varios grados o clases de Estados dentro del Sistema Internacional; éstos son: los que manda, los que obedecen y los contestatarios. Escudé da por hecho que los países periféricos son dependientes, y que la forma de lograr la autonomía es mediante una acción Estado-céntrica (es decir, con una orientación que privilegie la generación de poder económico sobre la de poder político militar13). En el realismo periférico, la dependencia puede entenderse como la vulnerabilidad que tiene un país periférico al no “cumplir” con las normas establecidas por la potencia, ya que ésta tiene la capacidad de “vincular asuntos económicos cruciales con comportamientos políticos deseables, en sus relaciones con los Estados relativamente débiles”14 de tal forma que las potencias tienen las condiciones de exigir a los Estados más débiles concesiones políticas. Pero si esto es usado en la vía contraria, es decir, el Estado periférico logra vincular asuntos económicos cruciales con comportamientos políticos deseables en sus relaciones con los Estados poderosos, y suma a esto actitudes como abstenerse de confrontaciones con potencias (respeta las reglas de juego establecidas por estas), abstenerse de políticas exteriores idealistas y promover el desarrollo económico; muy seguramente ese Estado se consolidará hacia un futuro y tendrá más probabilidades de prosperar, por lo tanto tendrá un mejor bienestar para su población (búsqueda de riqueza, mercantilismo). Por otro lado encontramos algunas similitudes entre esta teoría y la autonomía y la dependencia, una de ellas es el análisis que se hace entre la estructura política y la económica; también la jerarquización que aseguran las tres teorías, existe dentro del sistema internacional (jerarquía es un concepto que describe mejor la estructura del sistema interestatal que anarquía15 según Escudé). Una similitud encontrada entre la teoría periférica y la de la de la autonomía, es que las dos caracterizan al sistema en diferentes grados de autonomía. Finalmente, una gran diferencia de la teoría realista periférica con la dependencia es que esta última ve en la especialización la manera de profundizar los lazos de dependencia, mientras que para la realista periférica un Estado es más débil y pobre si no se especializa16. Otra diferencia es que la autonomía tiene un énfasis en el poder a diferencia del realismo periférico, que enfatiza la importancia en el desarrollo económico. 13 Escudé Carlos, El realismo de los estados débiles, La insuficiencia del realismo clásico y estructural. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano, 1995. p 171. 14 Escudé Carlos, El realismo de los estados débiles, La insuficiencia del realismo clásico y estructural. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano, 1995. p 98. 15 Ídem. p 104. 16 Ídem. p 109.