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“¿CÓMO ESTÁ TU CORAZÓN?” TEXTO Mateo 13:1-23 Introducción El corazón es un órgano increíble… - Late 70 veces por minuto - El de la mujer late 78 veces por minuto - Late 100,000 veces por día. - Cada día usa la energía que se requiere para manejar un camión 32 kms. - Cada minuto bombea 6 litros de sangre. - Durante la vida, el corazón bombeará 1.5 millones de barriles de sangre. - Es equivalente a dejar el caño abierto en la cocina por 45 años. Nuestra vida depende de él. Por eso, hay que cuidar el corazón. Es igual en la vida espiritual. Todos los problemas del mundo se deben a la mala condición del corazón humano. ¿Cómo está nuestro corazón? Un día el Señor Jesús habló de este tema. Lo hizo usando una parábola; una historia con una lección espiritual. La parábola habla de cuatro clases de tierra; cada clase de tierra describe la condición del corazón humano. 1. EL CORAZÓN DURO (v.4, 19) Una parte de la semilla cayó junto al camino. Era tierra dura, pisoteada. La semilla quedó en la superficie de la tierra, y las aves vinieron y se la comieron. Esta tierra representa el corazón duro. Dicha persona escucha la Palabra de Dios, pero no la entiende. El problema no es la Palabra de Dios, sino su corazón. No la entiende, porque su corazón está endurecido contra Dios. Porque no la entiende, se aburre. La Palabra no pasa del oído. Muy pronto la olvida, y su vida sigue como antes. ¿Qué se puede hacer? Pedir a Dios que nos conceda un corazón blando, capaz de entender la Palabra de Dios. 2. EL CORAZÓN SUPERFICIAL (v.5-6, 20-21) El sembrador sigue caminando y esparciendo la semilla. Ahora parte cae en tierra que no está dura, pero que no tiene mucha profundidad; más bien, la roca está bajo la superficie. Es la clase de tierra que se calienta rápido; por eso la semilla germina. Pero, por la roca la planta no puede echar raíces; así que pronto se seca y muere. ILUSTRACIÓN: El gras en nuestro patio. Esta tierra representa el corazón superficial. Cuando una persona es así, responde fácilmente a cualquier mensaje. Se emociona rápidamente, pero la emoción no dura. Cuando vienen las dificultades, la persona se desanima tan fácilmente como se animó. Pronto deja de leer la Biblia, ya no viene a la iglesia, y se enfría totalmente. ¿Qué se puede hacer? Pedir a Dios que nos conceda un corazón más serio; más responsable; más reflexivo. 3. EL CORAZÓN OCUPADO (v.7, 22) La tercera clase de tierra es profunda, pero tiene muchos espinos. La semilla cae, y germina. Pero otras plantas (la mala hierba) también germinan y crecen. Al final, esas otras plantas ahogan la planta y ella muere. Hay muchas personas así. Escuchan el evangelio. Hasta cierto punto lo entienden. Pero tienen muchas otras cosas en su vida que le distraen (estudios, amistades, negocios, dinero, vicios, etc.). Al final, esas cosas terminan matando la poca vida espiritual que aparentaban tener. ILUSTRACIÓN: Joven que tenía un buen negocio… ¿Qué se puede hacer? Tiene que pedir a Dios que le ayude a evaluar bien las cosas que tiene en su vida, y deshacerse de ellas. Por lo menos no permitir que ellas ahoguen su vida espiritual. ILUSTRACIÓN: Papá y su bicicleta. Es triste – tanta semilla malgastada. 4. EL CORAZÓN BUENO (v.8, 23) Felizmente, parte de la semilla cayó en buen tierra – suave, profunda, limpia…lista para recibir la semilla. Esa tierra produjo fruto – 30%, 60% y 100%. Lo que importa no es tanto cuánto produjo, sino que produjo. Esta tierra representa un corazón bueno, preparado por Dios. Escucha la Palabra de Dios. La entiende, la piensa, reflexiona; se da tiempo para pensar en el costo de ser un creyente, y de seguir a Dios. Toma en cuenta las implicancias de ser un hijo de Dios. Y luego acepta la salvación que Dios ofrece en Cristo. Esa persona crece y crece en su vida espiritual. Tiene problemas, pero no se deja vencer por ellos. Aprende a dejar otras cosas para dedicarse a la vida cristiana. Y sigue creciendo y creciendo. Pronto empieza a servir al Señor en la iglesia, y asume alguna responsabilidad. Trae mucha alegría a los demás. Conclusión ¿Qué clase de corazón tienes? ¿Quieres tener un corazón bueno? Tenemos que pedirle a Dios; sólo Él la puede producir. Pero si le pedimos honestamente, nos dará dicho corazón.