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Lancheros L., Gamba M., González H., Sánchez R. Caracterización de la evolución del estado nutricional de pacientes con cáncer de mama en tratamiento quimioterapéutico Lilia Lancheros 1, Magda Gamba1 , Helena González1, Ricardo Sánchez2 1 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, D.C., Colombia, Departamento de Nutrición y Dietética Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, D.C., Colombia, Facultad de Medicina 2 Instituto Nacional de Cancerología, E.S.E., Bogotá, D.C., Colombia, Grupo de Investigación Clínica 2 Resumen Introducción: el cáncer de mama es común en las mujeres y es tratado regularmente con quimioterapia. Se ha afirmado que este tratamiento afecta el estado nutricional porque produce sintomatología gastrointestinal y modifica el consumo de alimentos. Objetivos: caracterizar las alteraciones nutricionales en mujeres con cáncer de mama tratadas con adriamicina y ciclofosfamida (AC). Materiales y métodos: se realizó un estudio longitudinal prospectivo con veinticinco pacientes durante tres ciclos continuos de quimioterapia. El consumo de alimentos y los indicadores antropométricos de estado nutricional se midieron antes del tratamiento y al iniciar cada ciclo y los síntomas gastrointestinales se evaluaron semanalmente. Resultados: durante la quimioterapia se disminuyó el consumo de carnes, postres y productos de panadería, se redujeron el tamaño de la porción y la frecuencia del consumo de queso, frutas y arroz. El 40% de las mujeres se encontraron eutróficas y otro 40% en sobrepeso, antes de y durante el tratamiento. Los síntomas gastrointestinales más frecuentes fueron xerostomía (61%) y náuseas (55%). El 56% de las pacientes presentaron cambios en el olfato y el 47% en el gusto. Los alimentos más rechazados fueron carne de res, pescado, leche y yogurt. Se encontró asociación estadísticamente significativa entre las alteraciones del olfato y el gusto y la aversión a los alimentos, pero no entre aversiones y disminución del consumo de alimentos. Conclusiones: el tratamiento a corto plazo con adriamicina y ciclofosfamida no produjo modificación en el peso corporal durante la quimioterapia y, a pesar de los efectos gastrointestinales, el consumo de alimentos no se afectó de manera importante. Palabras clave: neoplasmas de la mama, quimioterapia, estado nutricional, consumo de alimentos. Correspondencia: Magda Rocío Gamba, Carrera 112A No. 21A-18, Bogotá, D.C., Colombia Teléfono: 3340093 magcio@yahoo.com ricardosanchezpedraza@yahoo.com Recibido: 27/01/04; aceptado 14/05/04 11 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Caracterización de la evolución del estado nutricional de pacientes con cáncer de seno Characterization of the evolution of the nutritional condition of patients with breast cancer on chemotherapy Abstract Introduction: breast cancer is common in women, and it is usually treated with chemotherapy. It has been asserted that this treatment affects nutritional condition because it produces a gastrointestinal symptomatology and modifies food consumption. Objetive: characterize the nutritional condition in women with breast cancer treated with Adriamycin and Cyclophosphamide (AC). Materials and methods: this study used a prospective, longitudinal design with 25 patients during three continuous cycles of chemotherapy. Food intake and anthropometric indicators of nutritional status were measured before the treatment and at the beginning of each cycle, and gastrointestinal effects were evaluated weekly. Results: during chemotherapy the consumption of meats, desserts, and bakery products diminished, and piece size and consumption of cheese, fruits, and rice decreased. 40% of women had a normal weight and 40% were overweight before and during treatment. The most frequent gastrointestinal effects were xerostomia (61%) and nausea (55%). 56% of patients presented changes in smell and 47% in taste. The rejected foods were beef, fish, milk, and yogurt. There was a statistically significant association between alterations in smell and taste and food aversion but there was no association between aversions and decreased food intake. Conclusions: the short-term treatment with Adryamicin and Cyclophosphamide did not produce changes in body weight during chemotherapy and, despite gastrointestinal effects, food intake was not affected in a significant way. Key words: Breast neoplasms, drug therapy, nutritional status, food consumption. Introducción El cáncer de mama es el más común en las mujeres y representa el 21% de los casos nuevos de cáncer. En términos globales, es el segundo cáncer más frecuente y se espera que para el año 2010 ocurran de 1,35 a 1,45 millones de casos nuevos; las máximas tasas de incidencia se registran en países desarrollados e industrializados como Estados Unidos y los países europeos, con excepción del Japón; la incidencia en el norte de África, América del Sur y Asia oriental, suroriental y occidental es moderada (1). En Colombia, el cáncer de mama se posiciona en el primer lugar de incidencia y tercer lugar de mortalidad entre todos los casos de cáncer (2). Cada mes, las células de los senos reciben la señal, por medio de los estrógenos y la progesterona, de iniciar el crecimiento celular; esta señal los prepara para el embarazo y en último término para la lactancia. En este proceso, los senos aumentan ligeramente de tamaño, pero si el embarazo no tiene lugar, las células reciben una segunda señal para dejar de multiplicarse, y por tanto el tamaño se reduce. Este ciclo se produce desde la menarquia hasta la menopausia, por tanto, existiendo la probabilidad de que en algún momento se presente un error o una mutación del ADN, debido al crecimiento rápido, permanente y repetitivo (4). Al igual que en otros cánceres, el de mama comienza con una sola célula. Esta célula generalmente se encuentra en los lóbulos y ductos, dado que allí tiene lugar la división celular en cierto momento del ciclo menstrual. Los cánceres de mama son lesiones histológicamente heterogéneas; la mayoría de los carcinomas de mama son adenocarcinomas y se clasifican, a partir de su apariencia microscópica, como ductales o lobulillares los 12 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Lancheros L., Gamba M., González H., Sánchez R. cuales a su vez pueden clasificarse como in situ o infiltrantes (invasivos). Los carcinomas in situ no invaden el parénquima o el estroma de la mama y tienen un bajo potencial para generar metástasis (5). La quimioterapia desempeña un papel importante en el tratamiento de tumores clínicamente localizados como el de seno (6). Se sabe que la combinación de agentes (poliquimioterapia) es considerablemente más efectiva que su uso aislado y por lo tanto en casi todos los programas terapéuticos se utilizan fármacos en distintas combinaciones (7). El tratamiento estándar de la enfermedad precoz depende del tamaño del tumor primario, la afectación ganglionar, la menopausia, la presencia de receptores hormonales en el tejido tumoral y otras características del tumor. Los estudios indican el uso preferente de las combinaciones AC (adrianamicina + ciclofosfamida) en mujeres con alto riesgo de recurrencia y CMF (ciclofosfamida + metrotexate + 5-fluorouracilo) en las que tiene menor riesgo (7). La acción de los agentes antineoplásicos no está limitada al tejido maligno: afecta también las células normales. En consecuencia, se observan efectos tóxicos importantes sobre los órganos y se afectan de manera adversa la ingesta alimentaría y el estado nutricional. Por esto, el consumo de alimentos puede verse inhibido por la aparición de mucositis, queilosis, glositis, estomatitis y esofagitis, anorexia, náuseas y vómito, todos ellos desencadenados por los diferentes agentes quimioterapéuticos (8 ,9). Los factores de riesgo en cuanto a toxicidad gastrointestinal están relacionados con los fármacos empleados y sus combinaciones, las dosis, la edad, el sexo, el consumo previo de bebidas alcohólicas y los antecedentes de tratamiento quimioterapéutico. Dentro de los efectos tóxicos más frecuentes se encuentran la mucositis oral, la náusea y el vómito y la diarrea (5). Existen estudios que han evaluado la presentación de náusea durante la semana siguiente a la infusión de quimioterapia con AC, encontrándose que esto sucede entre el 64% y el 80% de los casos (10 ,11). La presentación de náusea depende del tratamiento antiemético; en algunas investigaciones se ha encontrado que, en pacientes que recibieron setrones, la frecuencia de presentación fue del 50% al 60% (12 ,13), mientras que con la utilización de antieméticos como benzodiazepina, fenotiazina y metoclopramida fue del 38% (10); en este estudio, el 54,6% de las pacientes presentaron náuseas, aun con el uso de ondasetrón. La xerostomía es un síntoma que se describe frecuentemente como una complicación de la quimioterapia; se ha encontrado presente en el 78% de pacientes con cáncer avanzado (14). La prevalencia de mucositis oral en pacientes con quimioterapia que reciben adriamicina oscila entre 30%-35% (15). La adriamicina afecta el tracto gastrointestinal superior y produce alteraciones de variada intensidad en la mucosa (16); estas alteraciones se presentan usualmente 5-8 días después de la administración de la quimioterapia, perdurando de 7 a 14 días (17). En relación con la disgeusia, un estudio de casos y controles con 58 pacientes encontró que el 72% de los que recibieron al menos tres ciclos de quimioterapia, con o sin cisplatino, desarrollaron este síntoma (18). Otros estudios en pacientes con cáncer han evaluado los cambios en la percepción del sabor; en términos generales se han identificado las siguientes alteraciones en los umbrales: aumento para los sabores dulce, salado y ácido (18-20), disminución para los sabores amargo y ácido (19,21) y aumento del umbral para el sabor amargo (20). La ganancia de peso es común en mujeres que reciben quimioterapia adyuvante para cáncer de seno (22); la magnitud es variable y parece relacionarse con los agentes quimioterapéuticos, las dosis usadas, la duración del tratamiento y el estado menopaúsico; generalmente, las pacientes premenopáusicas ganan más peso (> 10 kg) (23 ). Se han identificado diferentes mecanismos potencialmente responsables de este efecto, dentro de los cuales se incluyen la hiperfagia y la disminución de la actividad física. En relación con el primer mecanismo, no existen indicios de que la quimioterapia adyuvante estimule la hiperfagia; en cambio, se ha detectado disminución de la actividad física en el 96% de las pacientes que reciben este tratamiento, por lo cual se considera que el cambio de hábito en la actividad física puede ser uno de los factores determinantes de la ganancia de peso (22). La relación entre ganancia de peso y quimioterapia o terapia hormonal se ha documentado a partir de diversas investigaciones (24). Varios estudios han identificado que la ganancia significativa de peso ocurre en un 50% a un 96% de las pacientes en estadios tempranos (I y II) que han recibido quimioterapia adyuvante (25 -29) y que el aumento de peso oscila generalmente entre 2,5 kg y 7 kg. El incremento de peso se ha relacionado con factores como los regímenes de poliquimioterapia (30,31), el uso de agentes orales (27,32) y los tratamientos de larga duración (33). La mayoría de los estudios refieren aumento de peso con 13 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Caracterización de la evolución del estado nutricional de pacientes con cáncer de seno los esquemas CMF (ciclofosfamida + metotrexate + fluoracilo) o CAF (ciclofosfamida + adriamicina + fluoracilo). Muy pocas investigaciones han descrito cambios de peso con el esquema AC. Un estudio prospectivo comparó dos grupos de pacientes, uno tratado con AC y otro con CMF, y encontró que las menores ganancias de peso se observaron en las pacientes del grupo AC (33). En relación con el cambio de hábitos dietéticos en este tipo de pacientes, un estudio retrospectivo encontró que la mayoría de las pacientes que sobrevivieron al cáncer de seno adquirieron comportamientos saludables como baja ingesta dietaria de grasa y alto consumo de frutas y vegetales (34-36). Similares resultados se hallaron en otro estudio retrospectivo realizado con 163 mujeres finlandesas, en el cual el 31,9% redujeron el consumo de grasa, carnes rojas y azúcares e incrementaron el de frutas y vegetales (37). En otros estudios se encontró disminución del consumo de carne roja, queso, postres y dulces y aumento del de vegetales, frutas y granos enteros (38,39). 18 y 65 años, diagnóstico de cáncer de seno y requerimiento de tratamiento quimioterapéutico con combinación de agentes antineoplásicos AC. Como criterios de no selección se establecieron: presencia de impedimentos para completar alguno de los instrumentos requeridos en la recolección de datos, necesidad de modificar la combinación de agentes antineoplásicos durante el tratamiento quimioterapéutico o administración de un tratamiento antineoplásico adicional a la quimioterapia. Como se anotó anteriormente, la presentación y la intensidad de los síntomas gastrointestinales y otros efectos de la quimioterapia varían dependiendo de los agentes antineoplásicos usados; por este motivo, se planteó la presente investigación con el objeto de caracterizar, durante la quimioterapia, las principales modificaciones en el consumo de alimentos, los síntomas gastrointestinales más frecuentes y los cambios del estado nutricional en mujeres que reciben tratamiento con el esquema AC. Para la recolección de los datos se diseñó un instrumento evaluado por un grupo de expertos y sometido a una prueba piloto con pacientes ajenas a la muestra; este instrumento contiene cuatro secciones que incluyen datos generales del entrevistado, consumo de alimentos, datos antropométricos y un cuestionario de identificación de síntomas gastrointestinales. Una vez seleccionadas las pacientes, y antes de iniciar el tratamiento de quimioterapia, se les aplicó el instrumento mencionado y seguidamente se realizó la valoración antropométrica; posteriormente, dicho instrumento se aplicó durante los tres ciclos de quimioterapia. Para la determinación de la muestra se tomó como base un indicador del estado nutricional; se eligió la variable índice de masa corporal, por ser la que más se ve afectada en este tipo de pacientes (23). Para estimar el tamaño de la muestra se estableció una medida de efecto de cambio en la media del porcentaje del IMC de 5 (10%-15%), un valor de su desviación estándar de 5 y un poder del 80%. Con estos parámetros se estimó una muestra de 20 pacientes considerando una reposición por pérdida del 10%. Materiales y métodos Esta investigación fue prospectiva, de cohorte longitudinal y de carácter descriptivo-analítico. Se realizó seguimiento antropométrico (peso, índice de masa corporal [IMC], antropometría del brazo), de consumo de alimentos y de efectos gastrointestinales del tratamiento cada 21 días durante 12 semanas (3 ciclos consecutivos de quimioterapia) a pacientes tratadas con el esquema quimioterapéutico AC (adriamicina + ciclofosfamida) y recibiendo antieméticos (ondansetrón). Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá) y el Comité de Investigaciones de la Clínica San Pedro Claver de Bogotá. Para el estudio se seleccionó una muestra no probabilística en la cual se incluyeron pacientes de la Clínica San Pedro Claver con los siguientes criterios: edades entre 14 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 El consumo se midió a través de un cuestionario semicuantitativo de frecuencia de consumo de alimentos que se construyó tomando como base el instrumento elaborado por Willett y colaboradores (40 ) y adaptándolo para evaluar la alimentación durante el tratamiento quimioterapéutico. Se evaluaron modificaciones en el consumo, en el tamaño de la porción y en la frecuencia del consumo; esta información se complementó con una sección que permitía identificar los alimentos rechazados y la causa de la aversión. Para disminuir el error en la apreciación del tamaño de las porciones, durante la aplicación de la encuesta se utilizaron módulos de alimentos que representaron la porción estándar (mediana), a partir de la cual se definieron los tamaños pequeño y grande. En la sección de seguimiento antropométrico se registraron los siguientes indicadores e índices del estado Lancheros L., Gamba M., González H., Sánchez R. nutricional: peso, talla, circunferencia del brazo, pliegue cutáneo de tríceps, circunferencia muscular del brazo e índice de masa corporal. Cada una de las mediciones se tomó de acuerdo con las técnicas establecidas (41,42). El peso se tomó en una balanza electrónica Tanita®, modelo 2000; para la toma de la antropometría del brazo se utilizó cinta métrica estrecha, flexible y no elástica y un adipómetro Slimguide®, y se seleccionó el miembro que no estuviese afectado por procedimientos quirúrgicos en el seno del mismo hemisferio, ya que en estos casos las pacientes pueden desarrollar linfedemas, por lo cual las mediciones estarían alteradas. La comparación de medidas de tendencia central en los casos de variables cuantitativas se efectuó con las pruebas T de Student, o suma de rangos de Wilcoxon o Kruskal-Wallis, dependiendo de la presencia o ausencia de normalidad en la distribución de las variables. Para todos los casos de prueba de hipótesis se utilizó un valor de significación del 5%. Resultados En el presente estudio participaron 25 mujeres entre los 31 y los 65 años, con una edad promedio de 52 años; el 20% de las pacientes tenían menos de 40 años, edad en la cual la probabilidad de que una mujer presente cáncer de mama es de 0,46% (5) (tabla 1). La identificación de síntomas gastrointestinales se llevó a cabo a través de una encuesta diseñada para ser autodiligenciada por las pacientes los días 8, 15 y 21 de cada uno de los ciclos. Esta encuesta se componía de un listado de posibles síntomas que se medían dicotómicamente (presentes o ausentes). Modificaciones en la ingesta de alimentos y desarrollo de aversiones Para el procesamiento de los datos recolectados se construyó una base de datos en el programa SPSS 11.5®. El componente analítico evaluó pruebas de asociación de variables categóricas utilizando el estadístico χ2 o la prueba exacta de Fisher en los casos de tablas con más de 20% de celdas con valores esperados menores de 5. Antes de la quimioterapia, más del 75% de las pacientes consumían alimentos de todos los grupos, el 73% consumían lácteos, el 65% carnes y menos de la mitad (48%), postres y dulces; la porción consumida en la mayoría de los casos era la mediana. En cuanto a la frecuencia de consumo, la leche, las frutas, el arroz Características % Edad (en años)* 30 a 40 20 41 a 50 28 51 a 60 24 61 a 70 28 Estadio de la enfermedad IIA 28 IIB 16 IIIA 28 IIIB 4 IV 24 Estado menopáusico Premenopausia 36 Posmenopausia 64 Tipo de quimioterapia Neoadyuvante 56 Adyuvante 44 * La mediana de la edad de todas las pacientes fue de 52 años. Tabla 1. Características clínicas de un grupo de mujeres con cáncer de mama en tratamiento quimioterapéutico 15 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Caracterización de la evolución del estado nutricional de pacientes con cáncer de seno y el pan se consumían diariamente; otros alimentos, como las carnes de res y pollo, el queso, el huevo, las leguminosas, las verduras, las galletas, las tostadas y los tubérculos, raíces y plátanos eran usualmente consumidos de 3 a 5 veces por semana. La mayoría de las participantes consumían ocasionalmente kumis, yogurt, vísceras, carne de cerdo, embutidos, conservas de pescado, productos de panadería y postres y dulces. Durante el tratamiento con quimioterapia se observó que el 24% de las pacientes eliminó el consumo de carnes, especialmente del pescado, el 14% los derivados de cereal (principalmente, los productos de panadería), el 9% los postres y el 8% los lácteos (especialmente, el yogurt). Respecto al tamaño de la porción, se encontró que las pacientes que consumían porciones grandes de queso, huevo, leguminosas, frutas y cereales y derivados y redujeron la cantidad ingerida a porciones medianas o pequeñas; solamente se aumentó la cantidad de postres y de verduras durante la quimioterapia. La frecuencia de consumo mejoró para el kumis, los postres y los dulces, pasando de ocasional a 3-5 veces por semana, y disminuyó para el pollo (de 3-5 veces por semana a ocasional), el arroz y el pan (del consumo diario a 3-5 veces por semana). Grupo de alimentos Carnes Lácteos Otros alimentos Verduras y hortalizas Frutas Cereales y derivados de cereal Azúcares, postres y dulces Huevo Grasas Leguminosas Tubérculos, raíces y plátanos Principal(es) alimento(s) rechazado(s) Res Pescado Leche Yogurt Hogao Agua Refrescos Todas las verduras Brócoli Naranja Fresa Melón Papaya Arroz Pan Gelatina Postres Margarina Alimentos fritos Garbanzos Papa En el curso del seguimiento las pacientes mostraron tendencia a modificar temporalmente el consumo de ciertos alimentos; los cambios se realizaron gradualmente durante los dos primeros ciclos de quimioterapia y en el último las participantes regresaron al consumo habitual; redujeron transitoriamente el consumo de cerdo, vísceras, conservas de pescado, yuca y plátano, y redujeron la frecuencia de consumo de los dos últimos alimentos y aumentaron la del de frutas y verduras. Las aversiones adquiridas a alimentos, o LFA (por su sigla en inglés: learned food aversions), se desarrollan como resultado de la asociación del consumo con síntomas no placenteros como náusea, vómito, etc. (43). Durante el transcurso del estudio, el 48% de las pacientes manifestaron aversión a alimentos o preparaciones; en todos los grupos de alimentos se desarrolló aversión a por lo menos uno de ellos (tabla 2). A pesar de este efecto, sólo se encontró una asociación significativa entre la disminución del consumo de los lácteos y el desarrollo de aversión a los mismos (p = 0,045), indicando este resultado que, a pesar del rechazo expresado a algunos alimentos, éstos se continúan consumiendo. No. promedio de pacientes que presentaron aversión Principal(es) causa(s) sentida(s) Alteraciones del sabor Nausea y/o vómito Alteraciones del olor Nausea y vómito Alteraciones del sabor Alteraciones del olor Nausea y/o vómito Alteraciones del sabor Nausea y/o vómito Consumo excesivo y monótono Nausea y/o vómito 12 48% 6 24% 7 28% 4 16% 4 16% 4 16% Alteraciones del sabor 4 2 2 16% 8% 8% 1 1 4% 4% Nausea y/o vómito Alteraciones del sabor Alteraciones del sabor Alteraciones del olor Alteraciones del olor Alteraciones del olor Tabla 2. Aversiones a alimentos en un grupo de mujeres con cáncer de mama en tratamiento quimioterapéutico según grupo de alimentos 16 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Lancheros L., Gamba M., González H., Sánchez R. Presentación de síntomas gastrointestinales durante el tratamiento quimioterapéutico Los síntomas que se evaluaron en este estudio fueron náuseas, emesis, estreñimiento, diarrea, sialorrea, xerostomía, mucositis, disgeusia y alteraciones en el sentido del olfato. El 54,6% de las pacientes presentaron náuseas y el 35% emesis; la mayoría de las mujeres vomitaron con una frecuencia de 2 a 3 veces por semana y una intensidad de 2 a 5 episodios al día. La xerostomía se presentó en el 61,3% de las participantes y la mucositis oral en el 37,3% de las mujeres, siendo los tipos más comunes las úlceras dolorosas sin inflamación y las dolorosas con inflamación que no impidieron el consumo de alimentos sólidos. En el 47% de las pacientes se presentó disgeusia, siendo la principal alteración la disminución del umbral para el sabor amargo; también fueron frecuentes el aumento del umbral para el sabor dulce y la disminución del umbral para el sabor ácido, y fue similar el número de pacientes que manifestaron aumento o disminución del umbral para el sabor salado (26,3% y 22,6%, respectivamente). El 56% de las pacientes refirieron cambios en la sensación del olfato, y éste influyó más en la disminución (58%) que en el aumento (42%) del consumo de alimentos. Durante la quimioterapia, el estreñimiento, la sialorrea y la diarrea se presentaron en menos del 20% de las participantes. En la tabla 3 se observan la evolución durante el tratamiento y el comportamiento semanal entre ciclos de cada uno de los efectos gastrointestinales inducidos por la quimioterapia. Caracterización y evolución del estado nutricional durante la quimioterapia Aunque la ganancia de peso es común en las pacientes con cáncer de seno, en este estudio no se encontró una ganancia significativa de peso; en promedio, el 21,2% de las participantes ganaron cerca del 2% de su peso corporal (1,1 kg), el 38,4% de las pacientes perdieron entre el 1,5% y el 5% (0,8 kg a 2,9 kg) y el 40.4% restante mantuvo su peso durante la quimioterapia. Tampoco se encontró diferencia entre peso corporal y estado menopáusico ni se halló diferencia en las medias del cambio de peso en mujeres pre o posmenopáusicas (t(23) = –1,01, p = 0,32). El IMC promedio fue de 25,2 kg/m2. Antes de la quimioterapia el 40% de las pacientes se encontraban eutróficas, 40% en sobrepeso, 16% en obesidad y 4% en desnutrición; este estado se mantuvo hasta después del primer ciclo de quimioterapia. En el segundo ciclo, el 8% de las pacientes en sobrepeso pasaron a la normalidad y, en el tercero, nuevamente un 4% ganó peso, regresando a su estado nutricional inicial (sobrepeso). Evolución durante la quimioterapia Comportamiento semanal entre ciclos Síntoma Primer ciclo Segundo ciclo Tercer ciclo Síntoma Primera semana Segunda semana Tercera semana Xerostomía 60% 52% 61,3% Xerostomía 69,3% 58,6% 45,3% Cambios en el olfato 56% 48% 48% Cambios en el olfato 74,6% 45,3% 32% Náuseas 46,6% 54,6% 52% Náuseas 84% 41,3% 28% Cambio sabores 46,6% 44% 46,6% Cambio sabores 60% 44% 34,6% Emesis 32% 30,6% 34,6% Emesis 65% 20% 12% Mucositis oral 28% 26,6% 37,33% Mucositis oral 41,3% 32% 18,67% Diarrea 21,3% 6,6% 6,6% Diarrea 20% 5,3% 9,3% Sialorrea 9,3% 20% 20% Sialorrea 20% 14,6% 14,6% Estreñimiento 4% 8% 8% Estreñimiento 8% 8% 4% Tabla 3. Presentación de síntomas gastrointestinales durante la quimioterapia en un grupo de mujeres con cáncer de mama 17 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Caracterización de la evolución del estado nutricional de pacientes con cáncer de seno En esta investigación no se observaron variaciones importantes en pliegue de tríceps, circunferencia del brazo y circunferencia muscular del brazo. Es importante aclarar que las mediciones antropométricas se tomaron como parámetros de comparación entre las mismas pacientes más que para identificar composición corporal, dado que no fue posible unificar la toma de medidas en el brazo no dominante por la razón ya expuesta. Tolerancia al tratamiento quimioterapéutico En este estudio no se encontró diferencia entre el estado nutricional inicial en relación con la tolerancia a la quimioterapia (prueba de Kruskal-Wallis, p > 0,05). Discusión El consumo de alimentos en mujeres con cáncer de seno se describe en pocos estudios, y la mayoría de ellos se refieren a modificaciones dietarias después del diagnóstico, pero no durante los ciclos de quimioterapia. En esta investigación se encontraron resultados similares y se identificó, durante el tratamiento, disminución del consumo de lácteos, carnes, azúcar, sal, postres, grasas y derivados de cereal. A diferencia de otros reportes, nuestro estudio no mostró un incremento sostenido del consumo de verduras y frutas: al contrario, el consumo aumentó durante el primer ciclo de quimioterapia, pero fue disminuyendo gradualmente en los siguientes ciclos hasta retornar a lo habitual. La modificación del consumo se presenta, en la mayoría de los casos, después de conocido el diagnóstico de cáncer de seno, con el objeto de mejorar el estado de salud y de obtener una mejor respuesta al tratamiento. Para lograr este objetivo, las pacientes realizan cambios bruscos en la ingesta de los alimentos que ellas creen que pueden ser protectores o nocivos; estos cambios abruptos no facilitan la adaptación y por lo tanto es posible que ellas regresen al consumo habitual. Por ello, se recomienda realizar paulatinamente las modificaciones, debido a que el tratamiento no sólo puede causar cambios significativos en los planes de vida y en las actividades diarias sino que también puede dificultar la adaptación a los cambios de dieta (39). En el presente estudio las pacientes refirieron que el consumo de frutas y verduras se tornó monótono y excesivo, debido a que aumentaron simultáneamente la cantidad y la frecuencia de consumo durante las primeras semanas del tratamiento. 18 REVISTA COLOMBIANA DE CANCEROLOGÍA 2004; 8(2):11-22 Respecto al desarrollo de aversiones, la mayoría de las pacientes rechazaron el grupo de las carnes y el de los lácteos. Las carnes de res y pescado se rechazaron debido a que las pacientes las asociaron con la presentación de náuseas y/o vómito y por el olor desagradable; el desarrollo de aversión a la carne de res se encuentra documentado y se sabe que puede estar asociado a alteraciones en el sabor cuando el umbral para lo amargo se encuentra disminuido (44 ), cuando el olor se torna desagradable (45 ) o por asociación con los síntomas gastrointestinales inducidos por la quimioterapia. En el caso de los lácteos (leche y yogurt), las principales razones referidas para rechazarlos fueron el sabor desagradable y la presentación de náuseas y/o vómito con su consumo; en nuestro estudio, la aversión encontrada pudo presentarse porque durante la infusión de la quimioterapia se suministraba a las pacientes un refrigerio que generalmente consistía en yogurt y galletas, por lo cual ellas pudieron haber asociado su consumo con los síntomas gastrointestinales producidos por el tratamiento. Éste ha sido un resultado particular de nuestro estudio, ya que la bibliografía no reporta que sea común el rechazo a los lácteos (46-48). Es posible que los alimentos rechazados (excepto el yogurt) hayan sido consumidos poco antes de la quimioterapia, ya que un hallazgo común en los estudios es el desarrollo de aversiones a alimentos consumidos antes del tratamiento (43,46); esta conducta posiblemente explica el hecho de que las pacientes consuman más alimentos antes de las infusiones que después de ellas (46). Igualmente, otras investigaciones han observado que, a pesar de que un alimento se rechace, su consumo no necesariamente disminuye (49). Los síntomas gastrointestinales se presentaron especialmente durante la primera semana de cada ciclo de quimioterapia; los más frecuentes fueron xerostomía, cambios en el sentido del olfato y náusea; algunos estudios han evaluado el impacto de estos síntomas sobre la calidad de vida de los pacientes y han encontrado que son los que más la afectan (50-52). El análisis de síntomas como náusea y vómito debe evaluarse con precaución, dado que en este estudio no se analizó simultáneamente el esquema antiemético utilizado. Los resultados de este estudio son semejantes a otros en los cuales se encontró disminución del umbral para el sabor amargo y el sabor ácido (19,21) y aumento del umbral para el sabor dulce (19,20). Estos cambios pueden deberse a las alteraciones de la mucosa oral y es posible que ocasionen disminución de la ingesta y Lancheros L., Gamba M., González H., Sánchez R. pérdida de peso y favorezcan el desarrollo de aversiones. Debe tenerse en cuenta que la prevalencia de mucositis en este estudio fue del 37,3%. Al igual que en esta investigación, otros estudios tampoco han encontrado un aumento considerable de peso durante el tratamiento con esquemas como el utilizado en esta investigación (22,35). Reconocemos que la generalizabilidad de este hallazgo es cuestionable, considerando que en nuestro medio no se emplean los mismos esquemas clásicos de tratamiento. En comparación con el esquema CMF, el régimen AC usa menos agentes antineoplásicos, tiene una menor duración y se administra por vía intravenosa, lo cual le confiere menor riesgo de ganancia de peso (53). Sin embargo, en los estudios ya mencionados se encontró un incremento de peso de 3,8 kg y 4,7 kg después de un año de seguimiento. Lo anterior podría estar indicando que es posible que la ganancia de peso en pacientes tratadas con AC se presente a largo plazo. Los estudios sobre cambios de peso generalmente han identificado que las pacientes con cáncer de seno que inician tratamiento quimioterapéutico tienen, en promedio, un IMC de 24,4 kg/m2 (54 ), resultado similar al de esta investigación. Durante el estudio no se presentaron variaciones importantes en el diagnóstico nutricional, posiblemente porque el tiempo de observación fue relativamente corto (3 meses). Es importante destacar que este estudio cumplió con el propósito de caracterizar los cambios más relevantes del consumo, el estado nutricional y la presentación de síntomas gastrointestinales durante la quimioterapia. Sin embargo, por el tiempo de observación, limitado a tres ciclos, y la inclusión de un solo esquema de tratamiento (por la razón expuesta en la metodología), no se pudieron observar modificaciones que son más evidentes a mediano (seis meses) y largo plazo (un año), como son los cambios de peso, composición corporal y estado nutricional. Otros factores que pueden afectar la caracterización que hemos efectuado, como el estado socioeconómico, deben analizarse en estudios posteriores. El autodiligenciamiento de encuestas es un método válido en este tipo de investigaciones; sin embargo, en nuestra población no existe una cultura de participación activa en esta clase de intervenciones, razón por la cual esta metodología demanda mucho tiempo para el seguimiento al grupo de estudio y para controlar los sesgos y evitar la pérdida de información. A partir de este estudio es recomendable realizar consejería nutricional individual a las pacientes con cáncer de seno sobre el manejo de factores (presentación de síntomas gastrointestinales, cambios en el peso corporal) que afectan el estado nutricional durante el tratamiento, ya que no todas las pacientes responden de igual forma a la quimioterapia. Esta medida facilitará la elaboración de recomendaciones sencillas, prácticas y aplicables que mejoren la calidad de vida de las mujeres que presentan esta enfermedad. Referencias 1. Radice D, Redaelli A. Breast cancer management: quality of life and cost considerations. Pharmacoeconomics 2003; 21(6): 383-396. 2. J. Ferlay, F. Bray, P. Pisani and D.M. Parkin. GLOBOCAN 2000: Cancer Incidence, Mortality and Prevalence Worldwide, Version 1.0. IARC CancerBase No. 5. Lyon, IARC Press, 2001. 5. R Weiss G. Oncología Clínica. 1 ed. México D.F: Editorial el Manual Moderno;1997. 6. Skeel R. Quimioterapia del Cáncer. 5 ed. Madrid: Marbán Libros; 2000. 7. Gris J, Carrillo F. Apoyo Nutricio en Cáncer. 1 ed. México: Editorial Interamericana Mc Graw-Hill; 1995. 3. Friedewald V. Cáncer de Seno. Bogotá: Norma; 1997. 8. Katleen M. Nutrición y Dietoterapia Krausse. 9 ed. México: Editorial McGraw-Hill; 1998. 4. Díaz E, Conde-García J. Oncología Clínica Básica. Madrid: Aran Ediciones; 2000. 9. 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