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prevenir la osteoporosis, enfermedad común en las personas mayores. Lo que no puede faltar en la mesa de una persona mayor Dieta sugerida para adultos mayores “Primero, la alimentación en esta etapa de la vida debe adecuarse a las condiciones orgánicas o funcionales de cada individuo. En verdad necesita ser muy rica en elementos vitales (vitaminas, minerales y fibras) y muy pobre en productos refinados. Las personas mayores generalmente ya saben cuáles son los alimentos que les perjudican y cuáles les hacen bien. Por tanto, respetar la individualidad de cada uno es el punto fundamental a la hora de elaborar una dieta”, concluye la endocrinóloga. 20 Vida Nutrilite septiembre 2007 Ya que el metabolismo de las personas mayores funciona un poco más lento, es necesario fraccionar los alimentos. De esa manera, explica la endocrinóloga, “el ideal son seis pequeños refrigerios al día, distribuidos de la siguiente manera: desayuno, refrigerio, almuerzo, refrigerio, comida y cena”. Además, es muy importante saber qué alimentos son imprescindibles y cuáles deben ser eliminados de la alimentación de una persona mayor. De acuerdo con Yolanda Schrank, en la madurez no pueden faltar en la mesa los mismos alimentos importantes para la juventud, pero es importante resaltar la importancia de una dieta rica en calcio, especialmente para las mujeres, ya que ellas tienen un riesgo mayor de sufrir osteoporosis. Sin embargo, como en este grupo de edad algunas enfermedades tienen mayor incidencia –por ejemplo la dislipidemia (aumento de colesterol), la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (como la angina de pecho y la hipertensión)–, algunos alimentos deben usarse restringidamente, especialmente en individuos que sufren estas enfermedades. Deben retirarse del menú de una persona mayor las grasas saturadas, que son la causa principal del aumento de los niveles del colesterol malo (LDL); otro enemigo de la salud para los adultos mayores son las grasas trans, presentes principalmente en los alimentos industrializados, como helados, bocadillos, galletas y pasteles. Se recomienda que la ingesta diaria de grasas trans no pase los 2 g. Los dulces, por ejemplo, deben ser evitados a cualquier edad, ya que presentan un bajo valor nutricional, “en las personas mayores, su consumo debe ser aún más restringido, ya que en este grupo de edad la intolerancia a la glucosa (dificultad para metabolizar los azúcares), así como la diabetes presenta alta prevalencia”, resalta la endocrinóloga. También la sal debe evitarse, sobre todo en los individuos hipertensos y con problemas renales. “Considerando que el 60% de los individuos por encima de los 65 años padece hipertensión y que la incidencia aumenta con la edad, concluimos que la sal debe ser evitada en la mayor parte de la población de edad madura”, añade Yolanda Schrank. La pérdida del apetito es muy común en los adultos mayores Generalmente, las personas mayores tienen poco apetito. “Esto pasa porque con el envejecimiento ocurren algunas alteraciones, como pérdidas sensoriales –disminución del olfato o del paladar–, reducción de las secreciones salivales, gástricas y pancreáticas, así como la disminución del metabolismo. Estas alteraciones pueden conducir a la disminución del apetito, con la consecuente disminución en la ingesta alimenticia, que puede comprometer la nutrición del organismo”, explica la endocrinóloga. Otro factor responsable de la disminución del apetito en las personas mayores es la depresión, ya que es muy común en personas de esta edad y que contribuye aún más con la alteración del apetito. Para evitar este problema, la familia del adulto mayor o él mismo deben buscar soluciones, como variar los platillos y preferir los condimentos naturales como el orégano,