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Ciencias Agronómicas Artículo de Visión R E V I S TA D E I N V E S T I G A C I O N E S D E L A FA C U LTA D D E C I E N C I A S A G RA R I A S - U N R Nuevos consumos en el sistema agroalimentario y su incidencia en la formación de Profesionales de la Agronomía. Mónica De Nicola Cátedra de Extensión Rural Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Rosario. CC. Nº 14 (S2125ZAA). Zavalla. Santa Fe. Argentina monideni@ciudad.com.ar La escuela francesa (Malassis Scholl,1979), define al sistema alimentario como “un conjunto de actividades económicas interdependientes y sus actores que trabajan conjuntamente en dirección a la satisfacción final de las necesidades alimentarías de una población determinada en un espacio y tiempo definido, tomando en cuenta la calidad e inocuidad de los mismos para cumplir satisfactoriamente con la función social alimentaciónnutrición”. Estas actividades interdependientes incluyen la producción primaria, transformación de la producción primaria, conservación y distribución de alimentos, preparación de los mismos, consumo y manejo de los residuos. La complejidad del sistema está dada entre otros factores, porque los elementos y la estructura del mismo pueden cambiar en el tiempo y en el espacio. De la misma forma la evolución de la sociedad y de la economía produce sucesiones de modelos de consumo alimentario, que en forma permanente dinamizan y modifican al sistema. La ventaja de considerar al sistema alimentario desde esta definición, es la oportunidad de analizar su complejidad, uniendo a la producción de alimentos con el consumo. Según Fonte, un sistema es definido en relación a un sistema de producción dominante y a un modelo de consumo, los que son coherentes entre ellos. En la actualidad conviven el modelo de producción y consumo tradicional (agricultura urbana y otras producciones familiares escasamente mercantilizadas), el modelo agroindustrial de alimentos propio de la sociedad moderna (commoditties) y el modelo de la saciedad propio de la postmodernidad (specialittie). En el modelo de producción y consumo tradicional, las actividades económicas y los actores del sistema son limitados en número. Es un modelo simple basado en el auto-consumo. La unidad de producción primaria y la familia están altamente entrelazadas, y el intercambio de los productos primarios (sin o con escaso procesamiento) se limita a intercambios locales. La variación del consumo se diferencia por el nivel de ingreso de los consumidores (alto o bajo poder adquisitivo) y las dietas de las personas se caracterizan por ser alimentos de bajo valor energético, principalmente hortalizas (cereales y tuberculos). La cercanía entre los productores y consumidores otorga la confianza acerca del proceso de producción y su calidad. Esta agricultura está limitada al territorio y vinculada a los ciclos naturales de las estaciones. En el modelo agroindustrial, a partir de los 70 se ha dado un proceso de standardización de los procesos de la producción agroalimentaria y de las pautas de consumo masivo, que han fomentado una mundialización con la consiguiente desterritorialización de los sistemas de producción alimentaría. Las estrategias de producción y transformación de productos estandarizados del modelo agroindustrial, se organizan a partir de sistemas de producción altamente industrializados dependientes de insumos químicos de fuera de la unidad de producción, que en la última década han estado caracterizados por el uso creciente de la biotecnología. La agricultura ya no produce un producto final y pierde su vínculo con el consumidor final. El productor se convierte en proveedor de bienes intermedios a la industria transformadora agro-alimentaria. Y esta cada vez más exige condiciones que debe cumplir la producción primaria para que su producto sea aceptado. La agricultura se integra y subordina con la agroindustria proveedora de insumos y transformadora de alimentos, quienes tienen los papeles más dinámicos. Los actores claves de este modelo han sido las transnacionales del sector agroalimentario y sus distribuidores, un ejemplo clásico de este modelo global es Mac Donalds. En términos de consumo, prevalece el consumo de masas, basado en productos estandarizados sin identidad. El consumo se torna más remoto, los productos vienen de todo el mundo desde diferentes zonas sin consideraciones de lugar (desterritorialización) y estación (desestacionalización). Distancia y durabilidad se tornan características esenciales de estos productos para poder persistir en el tiempo y viajar en el espacio, determinando un nuevo concepto de calidad. Las explotaciones se tornan altamente especializadas en producción de cereales y soja para la industria y la producción animal a la par que se separa de la vegetal, empieza a comprar alimentos industrializados para su alimentación. El mercado adquiere un rol fundamental. La standarización, industrialización y recomposición de los alimentos propio del modelo agroindustrial, lleva a la perdida de su historia y su identidad y se transforma al alimento en “un objeto no identificado como lo suficientemente seguro ó bueno para comer”. Ciencias Agronómicas - Revista XVII - Año 11 - 2011 / 005 - 006 -05- Nuevos consumos en el sistema agroalimentario y su incidencia en la formación de Profesionales de la Agronomía. En el modelo de la saciedad, emerge un consumo propio de una diferenciación horizontal al interior de un mismo grupo social, más relacionado con estilos de vida que con ingresos. Estos modelos de consumo pueden referir a grupos sociales enteros (una nación, una comunidad) y en otros casos a algunos miembros de estos grupos (familias), influenciados por estilos de vida (el tipo de consumos se convierte en una declaración de gusto, moda, posición social); intereses por la alimentación saludable para estar en forma y saludable; concientización con respecto al deterioro del ambiente por el modelo productivista (alimentos orgánicos); rescate de la identidad cultural de los alimentos; articulación de determinados alimentos con la posibilidad de generar desarrollo rural en las regiones que han quedado al margen de la globalización, entre otros. Este nuevo modelo abre nuevos mercados y obliga al mismo tiempo a modificar las formas de manejo de la producción primaria y su relación con el medio ambiente, en una forma diferencial al caso del modelo agroindustrial. De la mano de estos diferentes consumos, los sistemas agroalimentarios locales alternativos al modelo globalizado, basados en técnicas de producción no estandarizadas, así como en la lógica de la calidad, imprimen nuevas posibilidades a productores que siguieron manteniendo métodos de producción tradicionales, como también a quienes se quieren incorporar a éstos. Se desarrollan sistemas de producción diferenciados, ya sea a través del producto y/o el proceso, orientados a un consumidor motivado por el deseo de personalizar su consumo. La relación entre la producción primaria y la agroindustria se mantiene, pero cada vez más esta agroindustria exigirá a la producción primaria el cumplimiento de normas de calidad y, en muchos casos, actuará como control de la misma. Calidad que en el marco del modelo de la saciedad no solo exigirá condiciones de inocuidad (sanitaria, fechas de vencimiento) sino que sumará condiciones diferenciales “cuidado del medio ambiente en la producción”, “de no uso de productos de síntesis química”, entre otros. En este complejo escenario, el productor agrario y, de su mano la producción primaria, se convierte en un elemento más de una compleja estructura, que funciona como una “línea de producción”. Este nuevo modelo puede llevar al productor a modificar su producción, a la par que le garantiza un mercado. Los alimentos en este modelo requieren una identidad, razón por la cual la trazabilidad del mismo se torna un requisito de cumplimiento obligatorio para poder acceder a los mercados internacionales. La trazabilidad garantiza que, a pesar de que los productos viajen desde mercados lejanos, no pierden su referencia a un lugar de origen, sistema de producción, etc. Y que ante situaciones de riesgo, puedan ser rescatados de los mercados las partidas contaminadas. En esta coexistencia de distintos modelos agroalimentarios, identificamos la preeminencia del consumo de masas, basado en productos estandarizados (commoditties), pero reconocemos que, simultáneamente, surge una diferenciación horizontal en el consumo entre grupos sociales guiados por motivos subjetivos, ideológicos, hedonísticos (specialitties) y que persisten sectores de consumo del modelo tradicional. Esta convivencia a nivel de la demanda de alimentos, plantea a los países no desarrollados productores de los mismos, una reorganización de sus sistemas de producción primaria agrícolas. La Facultad de Ciencias Agrarias, como formadora de futuros profesionales en la producción primaria de alimentos, debería repensar en este nuevo escenario, si: 1.¿estamos formando profesionales que han incorporado la función social de la alimentación-nutrición para distintos consumos? 2 ¿para qué modelos estamos preparando a los profesionales: para dar respuesta a un modelo tradicional (agricultura urbana o familiar poco mercantilizada), agroindustrial (commodittie) y/o de la saciedad (specialittie)? 3 Del conjunto de actividades interdependientes del sistema agroalimentario (producción primaria, transformación de la producción primaria, conservación y distribución de alimentos, preparación de alimentos, consumo y manejo de los residuos): ¿cuáles consideramos en el análisis de los sistemas de producción primaria? ¿pensamos en una producción primaria altamente articulada a las condiciones que fija la agroindustria, ya sea un modelo agroindustrial o un modelo de la saciedad? ¿formamos profesionales que, al momento de diseñar estrategias de producción primaria, analizan estos requisitos para definir cómo llevarlas a cabo? 4 ¿Cuáles de estos nuevos actores analizamos a lo largo de la carrera? ¿consideramos que ha pasado con los viejos actores? ¿hemos pensado en las posibilidades que estos nuevos modelos agroalimentarios brindan a productores que no han tenido sostenibilidad social y económica en el modelo agroindustrial? 5 ¿De qué manera hemos incorporado en el análisis de la producción primaria los requisitos básicos de inocuidad (requisitos sanitarios, cumplimiento de Buenas Prácticas agrícolas y de manufatura), de trazabilidad para poder detectar su identidad, de requisitos diferenciales (producciones orgánicas, identidad geográfica, denominaciones de origen, entre otras)? Nuestro desafío será, entonces, poder encontrar nuevas respuestas para este conjunto de nuevas preguntas de modo de apuntar a currículas cada vez más flexibles y articuladas con el dinamismo de la producción de alimentos. Bibliografía 1. 2. -06- DE NICOLA, M y PANELO, M. “Coexistencia de sistemas de producción orgánicos y convencionales”. Jornadas de PIEA 2007. FONTE , MARIA (2000). “Food systems, consumption models and risk perception in late modern society”. Congreso Mundial de Sociología Rural, Rio de Janeiro. 3. MALASIS, L. (1979) “Economía Agroalimentaria” Volumen 1, Economic de la consommation” Ciencias Agronómicas - Revista XVII - Año 11 - 2011 / 005 - 006