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PARLEM AMB…Laia Sans/ Fotos Miquel Coll De carácter voluntario “El trabajo del voluntariado repercute a nivel global” Aunque desde ámbitos diferentes, Albert Ibáñez y Pau Vidal trabajan para un objetivo común: ayudar a que entre todos, consigamos hacer de éste un mundo un poco mejor. El AVUI i la Obra Social de “La Caixa” han creado una nueva herramienta para las entidades no lucrativas: Gente Solidaria. Semanalmente, el diario publica una sección en que se dan a conocer las necesidades de voluntariado de las entidades no lucrativas a la población en general y se intentará conseguir una colaboración desinteresada por parte de ésta. Para empezar, entrevistamos a Pau y Albert, dos jóvenes vinculados, aunque de maneras diferentes, con el mundo del voluntariado. El primero coordina el Observatorio del Tercer Sector, un centro de investigación sin ánimo de lucro e independiente especializado en el estudio de las organizaciones no lucrativas. Albert, por su parte, es miembro de la Obra Social de la Fundación la Caixa y ha sido voluntario del Casal d’Infants del Raval dando apoyo en clases de informática para niños inmigrantes y sus familias. Los dos aportan su grano de arena para enriquecer el trabajo de las entidades que trabajan desde diferentes ámbitos para mejorar la sociedad. Con ellos hemos reflexionado sobre diferentes aspectos del mundo del voluntariado. ¿Qué os hizo entrar en el mundo del voluntariado y del Tercer Sector? Pau Vidal: De joven participé en algunas actividades de voluntariado en el barrio de Horta, después estuve algunos años alejado y cuando acabé la universidad retomé el acercamiento a este mundo, pero desde una vertiente más de estudio, de investigación y poco a poco comencé a tener una dedicación profesional que se ha acabado consolidando en el Observatorio del Tercer Sector. Albert Ibáñez: Comencé también de joven, en el Casal d’Infants del Raval. Yo era del barrio, un vecino me pidió si los podía ayudar, y durante un tiempo estuve enseñando a los niños a jugar al ajedrez, como una actividad didáctica. Después, por circunstancias de la vida, lo dejé, y hace poco he vuelto. Sigo viviendo en el barrio, he visto su transformación, y el hecho de ver día a día la realidad de los colectivos que viven y trabajan en la Fundación “la Caixa” me han concienciado de nuevo de la necesidad de ayudar en los trabajos sociales. ¿Qué es lo más satisfactorio y lo que se aprende haciendo de voluntario? A.I: Para mi es una realización personal. Salgo del Casal con una sensación muy agradable, de satisfacción por haber ayudado a los niños y a sus familias en una cosa muy sencilla pero muy necesaria para ellos como es poder ir a un locutorio y saber cómo enviar un correo electrónico para comunicarse con sus familiares. Y sobretodo ver su agradecimiento en la mirada. También he aprendido a ponerme en su lugar y reflexionar sobre qué haría yo en su situación, a compartir, a pensar un poco más las cosas antes de decirlas, de hacerlas o de quejarme, y a valorar más lo que tengo. ¿Cómo es el voluntariado en Cataluña? P.V.: Contamos con una situación privilegiada, que tiene unas raíces lejanas. En cualquier pueblo pequeño o mediano puedes encontrar un gran número de entidades en las que participan voluntarios. Ateneos, castellers, clubs de deporte, grupos excursionistas, esplais, etc... que tienen una larga historia detrás que ha marcado la tradición de voluntariado de nuestro país. ¿Cómo ha evolucionado? P.V.: La sociedad ha ido cambiando, y el voluntariado también. El de aspecto más social ha tomado un protagonismo relevante y arraigado a necesidades como las de apoyo a inmigrantes, a mujeres, a determinadas enfermedades, de reivindicación de derechos civiles,... Este tipo de voluntariado ha ido complementando el voluntariado que ya existía. Por otra parte, también ha cambiado su perfil social. Hay más entidades y más personas interesadas en diferentes ámbitos. Antes se hacía de voluntario en la misma entidad durante toda la vida, y ahora una misma persona hace más de un voluntariado, dependiendo de los intereses de cada etapa de la vida. ¿La sociedad está concienciada de la importancia del voluntariado? A.I.: Creo que sí, por una parte porque los medios de comunicación están poniendo de manifiesto que hay unos problemas y unas necesidades sociales, como los de la inmigración o el de la gente mayor y que tenemos que ayudar, porque forman parte de nuestro futuro. Y por otra, las entidades se están involucrando cada vez más para hacer llegar a la gente esta necesidad. Es importante que la difusión de los medios de comunicación sea buena, y también que las entidades expliquen bien su trabajo para motivar a la gente para con el voluntariado. Hemos de implicarnos todos, no esperar a que todo lo solventen los demás, porque actualmente hay muchos frentes abiertos. “Tenemos que implicarnos todos, no esperar a que los problemas de la sociedad los solventen los demás.” ¿El interés por los trabajos de voluntariado se ha visto favorecido por los cambios de valores sociales, en los que parece que vuelven a primar la vida y la realización personal? P.V.: Estamos en un momento de cambio en el que la distribución de los tiempos personales está redefiniéndose hacia a qué prioridades se dirigen. Pero el voluntariado implica la capacidad de compromiso y dedicarle tiempo. En este sentido los cambios de valores actúan a favor, en cuanto a la coincidencia de los valores personales con las causas sociales con las que trabajan las entidades, que cada vez son más amplias y pueden interesar a más gente. Pero por otra parte, la cultura actual también tiene un cierto componente individualista que hace que el compromiso no sea tan constante. Sin embargo, pienso que estamos en un momento bueno, porque las entidades también están haciendo un esfuerzo muy importante para adaptarse a este nuevo tipo de voluntariado. Hoy en día el reto no es sólo conseguir la conciliación de la vida laboral y la familiar, sino también incluir la vida asociativa y de voluntariado. A.I.: Yo creo que ha influido, pero también se produce este interés porque hay alguien que te hace abrir los ojos y concienciarte de la necesidad de hacer algo con esta sensación que quizás tenías dormida, de querer dedicar parte de tu tiempo a los demás. ¿Se aprovecha lo suficiente su potencial? P.V.: Este es uno de los retos de futuro, hacer “visible” el valor social que aporta el voluntariado. A veces no es percibido. El joven que está haciendo voluntariado, al mismo tiempo se está formando, enriqueciéndose, desarrollando unes competencias que son las mimas que se están buscando, por ejemplo, en el mundo empresarial, como el trabajo en equipo, la responsabilidad... O el voluntariado de la gente mayor, que además de aportar su tiempo y conocimientos, hace que ésta se mantenga más activa, lo que revertirá en su calidad de vida y en la sociedad. Hay una serie de valores añadidos que comporta el trabajo del voluntariado que repercuten tanto a nivel personal como global. Una sociedad donde hay voluntariado es una sociedad con capital social, que establece vínculos entre sus ciudadanos, donde hay confianza, donde es más fácil vivir, relacionarse, y incluso, hacer negocios. ¿Cuáles son los otros retos de futuro del voluntariado? P.V.: Hay muchos, uno referente a las propias entidades, es cómo mejorar la colaboración entre ellas, como organizarse. En este sentido está haciendo un muy buen trabajo la Federació Catalana de Voluntariat Social, que ya está trabajando en ello. Otro es la adaptación de las actividades a los nuevos perfiles de voluntariado. Y también el de estructurar y organizar estas entidades para canalizar de una manera eficiente las inquietudes de las personas que se acercan para ser voluntarios. Establecer relaciones más intensas con la administración y los poderes económicos también forma parte de este futuro? P.V.: Sin duda. Nos dirigimos hacia a una sociedad de la “corresponsabilidad”. Tenemos unos actores sociales relevantes como la administración pública, el mundo empresarial, las universidades y las entidades del Tercer Sector. Lo que tiene que encontrar cada ámbito es como colaborar con los otros actores y reflexionar sobre cuál ha de ser el rol de cada uno. Se ha de encontrar la fórmula para que entre todos afrontemos las necesidades de nuestra sociedad. A.I.: Es muy importante que exista un acuerdo entre todos los actores, para que no vaya cada cual a la suya. Ahora se está viendo que las funciones que tienen son complementarias. “Uno de los retos de futuro es hacer visible el valor social que nos aporta el trabajo del voluntariado.”