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ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DEL SISTEMA DE DISCURSOS Autor: Fernando Conde Gutiérrez del Álamo // Resumen: Daniel Alonso Martínez 1. La pluralidad de líneas de la investigación cualitativa Bajo la denominación de “investigación cualitativa” se engloban métodos de trabajo, prácticas y técnicas de investigación diversas, así como el análisis de dicho material se puede afrontar de múltiples maneras y las modalidades de clasificación de las distintas aproximaciones cualitativas presenta formas variopintas. La tradición anglosajona tiene dos vertientes: una breve y sintética como puede ser la de Lincoln y Guba (2000) con cinco paradigmas centrados en la tradicional división de las ciencias sociales; u otra más dispersa como la de Patton (2002) con alrededor de 20 categorías que mezclan la sociología con otras disciplinas. En el marco europeo, principalmente las tradiciones francesa y alemana, se ha seguido una línea diferente que ha tratado de combinar las diferentes orientaciones de la sociología crítica (desde el giro lingüístico hasta el giro hermenéutico). En este capítulo se traza una perspectiva histórica del desarrollo de estas distintas metodologías, y se hace hincapié en la pertinencia del pluralismo metodológico orientado a las necesidades concretas de cada investigación. 1.1 Una perspectiva histórica Denzin y Lincoln sugieren la existencia de 6 fases en la historia de la investigación cualitativa: a) el periodo tradicional hasta la II WW que combinaba etnografía y positivismo; b) modernismo, caracterizado por el rigor científico; c) 70-86 asociada a la explosión de múltiples perspectivas teóricas; d) crisis de la representación, en la que destacan la reflexividad y los estudios culturales; e) triple crisis de representación, legitimación y praxis; y f) etapa “postexperimental”definida por la utilización de nuevas líneas de desarrollo. En los últimos años se ha desarrollado una “metodolatría” parecida a la segunda etapa modernista que ha llevado a algunos a primar el debate metodológico sobre la reflexión teórica acerca del objeto de la investigación. 1.2 El caso de España En el caso español, Valles y Baer (2005) proponen una aproximación de la historia de la investigación cualitativa en la que destacan los siguientes períodos: a) “raíces en la reforma social y la literatura” a finales del s. XIX; b) “raíces filosóficas alemanas” de 1913 a 1939; c) “paréntesis de la posguerra civil y el exilio” de 1940 a 1959; d) “raíces sociológicas actuales” de la década de los 50 a 1975; e) “auge de la Investigación Social Cualitativa (ISC)” de 1974 a 1993; y f) “especialización y sistematización de la ISC” de 1994 a día de hoy. Especial importancia tiene la quinta etapa, en la que surge la “Escuela Cualitativista de Madrid” que concibe la investigación social en general de un modo abierto y al mismo tiempo pragmático, al servicio de los objetivos y de acuerdo a las características del objeto de la misma de tal forma que el investigador no sólo es capaz de manejar distintas teorías para construir una línea de investigación unitaria, sino que incide e interviene en lo investigado al mismo tiempo que es transformado por ello en el transcurso del proceso de investigación. Lejos del eclecticismo o del “todo vale”, esta escuela plantea recuperar lo mejor de todas las tradiciones sin olvidar una serie de referentes fuertes, entre los que se encuentran el materialismo histórico, el psicoanálisis, la semiótica y la genealogía de la moral. Otras líneas de investigación importantes para el autor han sido: la “sociología crítica” alemana representada por Adorno; Carlo Ginzburg y el “paradigma indiciario”; Mijail Bajtin y la lingüística rusa; Donald Winnicott y el “espacio transicional”; y por último la hermenéutica de Paul Ricoeur. 2. La diversidad de corrientes de análisis del discurso En cuanto al análisis del discurso encontramos una diversidad metodológica similar, existen tantas formas de clasificación como distintas perspectivas teóricas. La presente obra se acerca a dos corrientes denominadas “sociología crítica” y “análisis crítico del discurso”. Diferenciamos tres niveles básicos de aproximación al análisis del discurso: a) el nivel “informacional-cuantitativo” en el que prima la dimensión denotativa; b) el nivel “estructural-textual” que concibe el texto como el resultado de unas estructural formales invariantes; c) el nivel “social-hermenéutico” vinculado con la dimensión pragmática del lenguaje y el análisis de los usos sociales. Esta clasificación permite integrar como niveles a muchas otras propuestas metodológicas siempre que lo exija el objetivo de la investigación y lo permita el objeto. Paradójicamente, casi todas las líneas teóricas acaban trabajando con unos métodos y técnicas similares, que se podrían sistematizar en las siguientes propuestas básicas: la “unidad de análisis” como punto de partida (relacionado con el trabajo de “anotaciones”); y una aproximación más contextual a la hora de analizar el corpus de textos. Estas dos líneas conforman un conjunto de técnicas de trabajo definidas de la siguiente forma: a) Análisis de contenido: la “palabra” constituye la “unidad de análisis”. En el análisis clásico se pretendía una descripción objetiva, sistemática y cuantitativa de los mensajes excluyendo cualquier posible dimensión pragmática. Desarrollos posteriores han flexibilizado esta dinámica y ahora la “unidad de análisis” puede ser cualquier tipo de “segmento textual claramente discernible”. b) Análisis temático: pretende delimitar unos contenidos representativos del texto que a la vez sean relevantes para la investigación. En esta línea lo normal es la segmentación del corpus de textos en temas más o menos homogéneos, de forma que es idóneo para sintetizar los asuntos tratados en los textos. c) Análisis por categorías: las “categorías” serían una producción textual que se presenta bajo la forma de una breve expresión y que permite denominar un fenómeno perceptible a través de una lectura conceptual del material de investigación. Existe cierta confusión en la utilización del término “categoría” de forma que se puede interpretar de varias formas: la “rúbrica” trataría de recoger los contenidos más expresos que aparecen en el texto, de una forma superficial; el “tema” recogería los contenidos desde una posible interpretación de su significación; la “categoría” sería una forma de clasificar y agrupar un conjunto de contenidos que se refieran al mismo fenómeno, lo que supone realizar una abstracción importante. El análisis de contenido trabajaría con “rúbricas”, el análisis temático con “temas” y el análisis por categorías con “categorías” d) Análisis estructural: supondría realizar un “análisis del discurso” propiamente dicho, de modo que nos encontraríamos ante una aproximación “internalista” a los textos que conllevaría dos procesos: una segmentación del texto en unidades de análisis; y una reconstrucción de la “estructura” que confiere significado a esas unidades. e) Análisis crítico del discurso: considera que la fuerza del análisis crítico viene dado por las relaciones de poder que ocupan los productores de discursos, ya que el lenguaje carece de poder propio. Por ello, esta técnica se decanta por una aproximación más contextual y “externalista” al texto, y enfatiza la búsqueda de “categorías lingüísticas”. Se sugieren seis pasos en esta clase de análisis: análisis de las macroestructuras semánticas; análisis de los significados locales; análisis de las estructuras formales “sutiles”; análisis de las formas o formatos del discurso local y global; análisis de las realizaciones lingüísticas específicas; y análisis del contexto. El análisis sociológico del sistema de discursos se diferenciaría de las líneas anteriores en dos dimensiones principales: la “unidad de análisis” sería el corpus de textos al completo más allá de cualquier tipo de segmentación; la importancia del contexto sobre el texto, lo que acercaría esta postura al análisis crítico del discurso, con la salvedad de que el análisis sociológico confiere un poder propio a los discursos dado por la fuerza simbólica intrínseca de los mismos. Foucault define dos tipos de discursos: los que permanecen y los que desaparecen en el momento mismo de su enunciación (como las conversaciones). El análisis sociológico se basa en el segundo tipo de discursos, lo cual implica un diferente grado de formalización respecto a aquellas disciplinas que se centran en el análisis de discursos del primer tipo. Esto suele provocar que el trabajo de análisis cualitativo forme una especie de “caja negra” que no suele describirse, constituyendo esta práctica como el “lado oscuro” de la investigación. 3. Los textos, los discursos y los sistemas de discursos 3.1 Los textos y los discursos El término “texto” En esta obra se entiende “texto” como la literal transcripción de una reunión de grupo, es decir, la transcripción de un “texto oral”. Este texto puede estar formado por una amalgama de discursos distintos fijados por la escritura. El término “discurso” En esta obra se entiende “discurso” como una construcción teórica que realizan los investigadores a partir del análisis de los textos producidos en la investigación, la cual tendrá en cuenta quién utiliza el lenguaje, cómo lo utiliza, por qué, cuándo, para qué y para quién. Por esto, mientras el “texto” siempre será un material empírico, el sistema de discursos será una construcción, un resultado. En esta obra se entiende que un discurso presenta las siguientes características: a) es una perspectiva de aproximación a la realidad social que mantiene cierta coherencia interna y conlleva el desarrollo de una “mirada” específica; b) la coherencia y consistencia del discurso viene dado por cada particular forma narrativa que adopte; c) se expresa en una serie de argumentos verbales articulados; d) sus materiales constitutivos emergen de la interacción social de los sujetos; e) sus elementos constitutivos son pronunciados por los sujetos con alguna intencionalidad. Todas estas características deben ser abordadas de forma flexible y hay que tener en cuenta que no se toman en consideración otros factores de análisis (como los gestos, forma de vestir, etc.) por lo que será necesario incorporarlos siempre que lo requiera la investigación. Por último, debe señalarse que siempre existirá cierto grado de arbitrariedad por parte de los investigadores a la hora de sentar los presupuestos de la investigación (como por ejemplo es arbitrario dividir las tendencias políticas en izquierdas y derechas) y por eso nunca debe considerarse que un análisis de este tipo sea indiscutible o “completo”. 3.2 El sistema de los discursos El sentido de hablar de un análisis del sistema de discursos radica en que, desde la perspectiva que aborda esta obra no tiene sentido analizar discursos aislados, sino que han de estar articulados. Esta aproximación implica una serie de supuestos metodológicos. Los discursos son producciones y prácticas sociales, no individuales Como señalaba Lévi-Strauss, cuando un sujeto habla está atravesado por el decir, el hablar y el hacer de la propia sociedad. En esta línea, Bajtín decía que la palabra no es una cosa, sino el médium constantemente móvil de la relación dialógica. Por este motivo es importante para el análisis sociológico del sistema de discursos el analizar la producción de grupo, no la individual, los discursos grupales que hayan podido expresarse a lo largo de la dinámica, evitando considerar las variaciones personales fuera de su concepción como situación social. Incluso en el caso del análisis individualizado, no avanzamos desde el interés por esa persona concreta, sino por el “tipo social” que representa en el momento de la investigación. Los discursos se producen y se actualizan en el ámbito de la interacción social, de las conversaciones mantenidas en el seno de los grupos de discusión Cada vez que se realiza un grupo de discusión con un objetivo determinado se crea una nueva situación de discurso en la que el grupo mediante su habla particular modula, actualiza, innova en el seno de lo que podríamos llamar campo discursivo potencial en cada grupo social de referencia (no se producirán los mismos resultados, por ejemplo, en un grupo que trate el tema de la sexualidad siendo éste mixto o separando a hombres y mujeres). Los discursos se producen desde el conjunto de ligaduras, desde los nudos de relaciones sociales desde los que los sujetos hablan, en función del diseño de los grupos de discusión En el desarrollo de una conversación los asistentes, tras una fase de tanteo inicial, van encontrando puntos comunes y se van configurando como tal grupo en función del “lugar social” que el mismo comparte y representa. Este “lugar social” se puede configurar de las maneras más variopintas y en estas dinámicas suele suceder que los asistentes se reconozcan como “representantes” del grupo al que consideran que pertenecen. De ahí la importancia de que se cumplan dos condiciones: primero, que los asistentes no se conozcan, de modo que su decir se relacione desde el lugar social que comparten; y segundo, una vez definida cierta homogeneidad básica, es conveniente introducir cierta heterogeneidad que enriquezca el debate. Más allá de la variabilidad de los matices personales, existe un número reducido de discursos sociales que pueden estar representados en la investigación con un diseño de grupo adecuado. Los discursos sociales forman un sistema Los discursos sociales no se producen de forma aislada ni existen de forma individualizada, siempre se desarrollan en relación a otro discurso al que aluden, ya sea como aproximación o como diferenciación. En la tarea de análisis es importante tener claro que lo que se construye es un sistema (de qué tipo y cuáles son sus singularidades y puntos comunes entre los discursos que lo forman). Los discursos sociales conforman un sistema estructurado, ordenado y jerarquizado El sistema de los discursos sociales responde generalmente a cierta jerarquía social y simbólica. Aunque esto suele darse, no siempre es así, por lo que es importante recordar que los discursos sociales tienen fuerza por sí mismos más allá de su posición social, no siempre un determinado orden y los discursos de la jerarquía han de coincidir (por ejemplo, que la clase obrera ocupe un lugar social bajo no implica que tenga un discurso débil). La circulación de los discursos sociales responde a una compleja red de relaciones y conflictos sociales, ideológicos, simbólicos, lejos de cualquier tipo de unilateralismo Es habitual que los discursos sociales producidos en grupos más acomodados se transmitan e influyan más decisivamente sobre los discursos sociales producidos desde sectores más subordinados. Una de las claves del análisis sociológico de los discursos es la de ahondar en la forma concreta en que cada grupo social responde a esta dinámica. Existe un diverso grado de cristalización y de circulación social de los distintos discursos sociales Los discursos sociales también se diferencian entre sí por su “grado de cristalización”, es decir, su grado de materialización expresiva más o menos codificada. A medida que los discursos estén más cristalizados, su presencia en los textos investigados será mayor, mientras que estados tempranos de cristalización será difícil encontrar traza de ellos. 4. Algunas reflexiones sobre el trabajo de análisis sociológico del sistema de discursos Este capítulo tratará las cuestiones sobre: la importancia de lo “obvio” y de lo “raro” en el trabajo de lectura; la relación entre lo “latente” y lo “manifiesto” en un texto; lo “subjetivo” y lo “objetivo” en el trabajo de análisis; las relaciones entre lo “empírico” y lo “teórico” en el desarrollo de la investigación; las relaciones entre “análisis” e “interpretación”. 4.1 La importancia de lo “obvio” y de lo “raro” en el trabajo de lectura La atención a lo obvio cumple dos funciones importantes: vigilar los prejuicios apriorísticos del investigador; y desvelar lo “naturalizado” por la sociedad. Por otra parte, investigar lo raro puede servir a otros dos fines: mantener alerta la curiosidad del investigador; y ayudar al estudio de fenómenos emergentes. 4.2 La relación entre lo manifiesto y lo latente en un texto La idea de que existen varios niveles de lectura en un texto, uno más manifiesto y otro más latente, ha provocado una doble deriva en el análisis cualitativo: la tradición “positivista” acentuaría el plano del análisis de los contenidos aparentes, dejando de lado la interpretación (lo que provoca un análisis pobre y reductor); mientras que la tradición crítica daría más importancia a lo latente, dejando de lado lo evidente (lo que lleva a orientar la mirada fuera del texto en la búsqueda de un “algo oculto”). Manteniendo la idea de que existen varios planos en los textos que pueden dar lugar a distintos tipos de aproximaciones, conviene señalar que es un equívoco buscar fuera del propio texto. Lo “latente” suele ser lo “inobservado”, distinción bastante ilustrativa de la actitud que debemos adoptar a la hora de analizar textos. Se establece así una equiparación entre “manifiesto” y “referencial” y entre “latente” y “pragmático”. Para captar el sentido simbólico primero hemos de apreciar el sentido literal. 4.3 Lo subjetivo y lo objetivo del análisis y de la interpretación de los textos No existe un análisis consensuado entre todos los científicos, con lo cual la responsabilidad al respecto de “qué camino tomar” depende del investigador, acrecentando las críticas al método por su absoluta subjetividad. No obstante, esta subjetividad está mediada por: a) la propia materialidad y objetividad del texto; b) el tipo de “pensamiento ampliado” que se pone en marcha en la actividad de análisis y que se comentará más adelante en la presente obra; c) el consenso sobre la plausibilidad del análisis e interpretación desplegados, que debería llevarnos a hablar más bien de una “intersubjetividad regulada”. 4.4 Lo empírico y lo teórico En el seno de las tradiciones de investigación sociológica adoptadas por este texto, se alude a dos cuestiones esenciales: la importancia de la “praxis”, unidad estrecha entre teoría y práctica, en la que ambas dimensiones cobran sentido dentro del análisis; y el carácter pragmático y ad hoc de las posibles construcciones teóricas producidas en una investigación (las construcciones teóricas han ido pegadas a la resolución de problemáticas, de forma que son modelos teórico-concretos más que teórico-formales abstractos). En el seno del proceso de “microdecisiones” que constituye una investigación, se entretejen en la práctica tres niveles: el nivel “micro”, referido a la construcción de hipótesis a partir de resultados directamente producidos en la investigación; el nivel “medio”, plano de elaboración teórica que produce una generalización del nivel “micro” en el seno de las hipótesis más generales que han servido de base para la investigación; y el nivel “macro”, que sería el nivel de las hipótesis sociológicas más generales. Estas categorías responden a las etapas de “selección-detección de los datos”, “selección de las teorías” y “evaluación de las condiciones de la doble aplicabilidad de los datos a la teoría y viceversa” en la teoría de Ibáñez. En la práctica, la propia experiencia de análisis provoca la aparición de hipótesis que van confirmando las líneas hipotéticas generales y hacen que los investigadores se vayan decantando por unas opciones respecto a otras. Ejemplo. La investigación cualitativa previa al referéndum sobre la pertenencia de España a la OTAN [No resumido]