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Javier Domínguez Hernández Carlos Arturo .Fernández Uribe E:frénGiraldo Quintero Daniel Jerónimo Tobón Giraldo (editores) .Quién le teme a la belleza? i Esta publicación contó con el apoyo de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia UNrvERSIDAD DE ANTIOQUIA 18 OLaCarreta Editores E.U. 2 I o 3 FACULTAD DE ARTES lNS11TUTO DE Fll.OSOFÍA Medellín, 2010 3 ¿Quién le teme ala belleza?! Javier Dornínguez Editor César A HurtadoO. Universidad ~ de Antioquia. Medellín Facultad Hernández . La Carreta de Artes, Contenido '" [et al.]. _ Editores, Instituto de Filosofía, 2010. 320 p. : il. Incluye (La carreta del arte) Introducción 0., (Arte) César 2. Filosofía del arte 3. Crítica A, éd. Il. de arte 4. Estética artístic A1265819 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango ISBN: 978-958-8427-47-8 © 2010 Universidad de Antioquia, © 2010 Javier DomínguezHernández, Efrén Giraldo Quintero, Editores E.u. Facultad de Artes e Instituto de Filosofía Carlos Arturo Fernández Uribe Daniel Jerónimo Tobón Giraldo , © 2010 La Carreta Editores E.U. Editor: César A Hurtado Orozco www.lacarretaeditores.com Evmail. l¡:¡carreta@miune.net Teléfono: 2500684. Medellín, Colombia, Carátula: Ilustración: septiembre diseño de Alvaro Maíz, y estética 13 13 17 27 31 36 El secreto de la belleza. Comentarios de Heidegger a las, cartas sobre la educación estética del hombre de Schiller 45 María del Rosario Acosta De la belleza a la prosa del mundo. La transfiguración bello en el colapso de las vanguardias de lo 59 Contexto El pintor de la vida moderna Conclusión, La belleza como declaración de Carlos Uribe, / Printed arte 87 Carlos Anuro Fernández Uribe Vélez Impreso y hecho en Colombia por Impresos Marticolor. vida humana, La hermosura de lo horrible. Una lectura de El pintor de .la vida moderna, de Baudelaire , de 2010 instalación y Víctor del Río La Carreta edición: Belleza Javier Domínguez Hernández Del arte en el horizonte de «las artes y los oficios» al «arte bello» : , .', La inestable relación de arte y belleza en el siglo XIX Las vanguardias y la belleza Belleza y embellecimiento Belleza, vida y arte Serie. 701.17 cd 21ed. Primera 9 bibliografía, 1. Estética Hurtado 14 x 21,5 cm. - j 1994, dimensión variable. and made in Colombia convencional del valor estético .. 111 Iknilto Barilli Tres categorías contra lo bello ¿Es posible una palinodia? Nota bibliográfica 'Le>..bello y lo inteligible Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidas las lecturas universitarias, la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler público. 88 91 109 111 116 120 ~ 121 Jorge VVagensberg' Belleza y costo, un matrimonio de convivencia ~ 137 Ana Cristina Vélez 5 ,. 1. La belleza en el contexto de la Naturaleza 11: La belleza en el contexto social.. Conclusiones , Referencias bibliográficas ~ La mediocridad 137 140 149 150 ; ~ de la belleza 151 Luis Camnitzer Declaraciones históricas y figuras de autor en la negación .. de la belleza en el arte contemporáneo colombiano ; Autores-artistas y ficciones , Referencias Bibliográficas Prácticas de la provocación. pluralidad del gusto 241 265 266 Los desafíos del arte frente a la 269 Margarita Calle Las encrucijadas de la belleza 169 Félix Ángel Botero: la belleza de la indiferencia l.ucas Ospina Parte 1: La violencia antes de la violencia. Botero antes de Botero Violencia pictórica Catadores de tragedias Abu Ghraib Mentir con la verdad Parte II: Notas sobre el montaje de la exposición La violencia según Botero en el Museo de Arte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Bogotá, noviembre, 2009) Un giro autocrítico en la crítica de arte. Un cambio político-estético en la noción de belleza 185 Belleza emanada Una presencia negativa. Belleza y figura de autor en las declaraciones del artista contemporáneo colombiano Efrén Giraldo Una figura autoral de la ficción ; Figuras de autor en el arte contemporáneo colombiano 6 14 j 270 273 276 279 Edith Arbeláez Ja/'amillo 185 186 190 193 195 197 Diane Arbus: Belleza Emanada Saiga Yuji: La Ruina Como Belleza Emanada Ilustraciones . El retorno a la tonalidad en la música de la postmodernidad 282 294 298 .. 301 Johann FW Hasler El cine: La prosa del mundo o la novela social de nuestros días 309 Pedro Adrián Zuluaga 205 Ricardo Malag6n La noción de belleza en la década del cincuenta: una concepción 'estético- política' del «Arte» La noci6n de belleza en la década del sesenta: una concepción 'político-estética' del «Arte» Conclusiones : Referencias Bibliográficas La conquista de lo plural Alternancias y disoluciones: el lugar espectador frente a las mediaciones tecno-estéticas El horizonte reflexivo del arte contemporáneo 207 l.El cine «visible» y no reconciliado 2.iEs posible una imagen bella después de Auschwitz? 3.Bazin y el cine como ontología 4.Rohmer, el teórico en acción 5.iEl triunfo de la simulación y el artificio? 309 310 313 316 318 215 228 224 231 . 231 238 7 ," .'" !I . gunsu/gunsu-html/06.html Figura 21. Saiga Yuji. Tomada de: http://www.ne.jp/asahi/saiga/yuji/gallary/ gunsu/gunsu-html!06.html . Figura 22. Saiga Yuji. Tomada de: http://www.ne.jp/asahi/saiga/yuji/gallary/ gunsu/gunsu-html!06.html . Figura 23. Saiga Yuji. Tomada de: http://www.ne.jp/asahi/saiga/yuji/gallary/ gunsu/gunsu-html!06.html El retorno a la tonalidad en la música de la pos tmodernidad Johann FW Hasler Universidad de Antioquia, r " -( Medellín Recuerdo vívidamente una clase de historia de la música en el pregrado en música de la Univ~rsidad Nacional en la década de los 90, en la cual, para explicamos la radical diferencia entre la música del siglo XIX y del xx, la profesora Ellie Anne Duque sugirió una analogía muy interesante con las artes visuales: la música, nos dijo, es notoriamente inadecuada para ser representativa; aparte del retumbar de los truenos, el rugir de las olas, el silbido del viento y los cantos de los pájaros, no hay mucho que la música pueda imitar o representar del mundo, a diferenCia de las artes visuales clásicas cuyos temas principales giraron durante muchos siglos, con notorias excepciones, exclusivamente alrededor de la representación del mundo visible. Por ello, reflexionaba la profesora, la música es un arte intrínsecamente abstracto, noción que ha sido desarrollada en profundidad por: quienes han descrito y comentado el interesante fenómeno de la percepción de la música de arte occidental como «música absoluta», es decir como un arte sin conexiones conceptuales o simbólicas más allá de las que se refieren a sus propias estructuras y lógicas internas, y por ello fácilmente definible como un arte intrínsecamente -y no únicamente estilísticamente- abstracto'. Si ello es así, y la música académica occidental siempre ha sido un arte abstracto, la pregunta que surge al analizar el cambio radical de las artes entre los siglos XIX y siglo XX es: ¿cómo resultó la música afectada por el paso de las otras artes, más tendientes a la representación, a la abstracción a principios del siglo xx? Y si la música ha sido siempre un arte abstracto, ¿cómo se abstrae aún más, para seguirle el paso a la abstracción de las artes visuales durante el siglo XX? Pues resulta 1. A este respecto véase sobre todo Carl Dahlhaus, La idea de la música absoluta, (traducción de Ramón Bárce Benit), Barcelona, Idea Books, 1999. 300 301 .,1 ¡i ,r :11 .1 I 1) indudable, y salta a la vista (o más precisamente expresado, «al oído») que la música del período expresionista es radicalmente diferente a la del postromanticismo y que, ciertamente, nos suena como música más «abstracta», tal vez más intelectual, con mayor bagaje filosófico a priori y con planteamientos estéticos radicalmente diferentes que en los siglos anteriores. Pero, ¿cómo es esto posible, considerando que la música ya es de por sí abstracta, sea renacentista, barroca, clásica, romántica o moderna? La respuesta que sugería la profesora Duque -y con ello empezaba su curso de música del siglo xx- es que lo que define que la música nos suene abstracta o no, en términos perceptuales, es que su centro tonal sea o no fácilmente perceptible, o que la noción de un centro tonal exista en absoluto como estructura subyacente y a priori a la obra musical. La música moderna, que nos suena más «abstracta» que la de tiempos anteriores, nos suena así porque evita o decide eliminar el centro tonal, y por ello se llama precisamente «arenal», en tanto que a la música de siglos anteriores la llamamos «renal», o del período de «práctica común» porque, de manera análoga a lo que sucedía en las artes visuales, era práctica común trabajar de eso modo (dentro del sistema tonal) , comparable en la analogía de la profesora Duque a trabajar en las artes visuales bajo el presupuesto de que se van a representar figuras o situaciones con paralelos o referentes al 'mundo real' de nuestra experiencia cotidiana'. La música tonal o de práctica común se fue convirtiendo precisamente en la manera más común y aceptada de hacer música entre finales del renacimiento y el barroco temprano porque se consideraba intrínsecamente bella, dado que, echando mano de Platón y todos sus seguidores ideológicos, quedaba claro que lo bello tenía que ser inevitablemente racional y además sencillo (reducido a los principios básicos) en términos matemáticos y geométricos'. 2. Como ya se mencionó, aún en el pasado encontramos notorias excepciones en la pintura a esta norma de representar el mundo real, por ejemplo en Bosch, Grünewald o Arclmboldo, pero nos referimos aquí a la práctica más común en de las artes visuales representativas. 3. Confróntese a este respecto la increíble terquedad que rigió la cosmología durante siglos, que obligaba a que todos los movimientos celestes tenían que explicarse -siguiendo a Aristóteles- en términos de movimiento circular perfecto, homogéneo y constante aún cuando todas las observaciones demostraban que ocurrían múltiples anomalías a esta exigencia Platónico-Aristotélica a priori. Se idearon múltiples y complejos sistemas que daban cuenta de estas anomalías a 302 Los diversos estudios científicos sobre acústica y las propuestas de afinación que pulularon en esta época" fueron aceptados en la medida en que se plegaban a estos a priori Platónico-Aristotélicos, y sus implicaciones para la práctica musical expresados en infinidad de tratados que difundían, de manera musicalmente realizable para los músicos prácticos (compositores, acompañantes e instrumentistas de teclado) las normas geométrico-matemáticas de la música que los estudios previos habían deducido científicamente. El más conocido de estos tratados es sin duda el Tratado de Armonía del compositor y violinista Jean Phillipe Rameau (1683-1764), aparecido en 1722, que desde entonces y hasta nuestros días ha sido el libro base de la teoría de la música tonal o de' 'práctica común'. El argumento principal de este libro y otros que le son contemporáneos es cientificista: básicamente expresa que dado que los estudiosos de la acústica han demostrado que el sonido se puede explicar científicamente de manera geométricamente simétrica, en números enteros y proporciones perfectas; las normas de armonía de práctica tonal que Rameau recopila, propone y terminará dictaminando' son la manera correcta de hacer música precisamente porque la música se comporta así de manera natural: Es bello porque la Naturaleza se comporta así, y la Naturaleza es bella, ordenada y perfecta, y nosotros como artistas debemos procurar que nuestra música igualmente sea 'natural' a través de entender las leyes naturales de la física que aparentemente la rigen", y lograr que nuestro arte, de este modo, imite a la Naturaleza. Dado que la teoría tonal imita a laN~ú~raleza,' resulta pues intrínsecamente bella y de- través de círculos den:tro'de círculos girando alrededor de otros círculos, para que la observación concordara con las exigencias filosóficas y racionales por entonces aceptadas. Carlos Dorce, Ptolomeo, el astrónomo de los círculos, de la serie La matemática en sus personojes, Madrid, Nivela Ediciones, 2006. 4. J. Javier Goldáranz Gaínza, Afinación y temperamento en la música occidental, Madrid, Alianza, 1992. 5. Thomas Christensen, Ed. The Cambridge Hiswry of Westem Music Theory, Cambridge, Cambridge University Press, 2002. 6. Vale la pena aclarar que esrudios científicos posteriores demuestran que el sonido no se comporta de manera tan ordenada, predecible y lineal. Pero ello no cambió la preferencia estética de Occidente por la música tonal, ni en el pasado, ni actualmente. Esto se debe a que puede que el sonido no se comporte de manera tan sencilla, pero nuestra percepción es limitada y prefiere las relaciones simples, sobre todo cuando en este arte del tiempo, las relaciones entre los sonidos tienen que percibirse 'en 'fracciones 'de segundo, antes de que desaparezcan. 303 seable como práctica común. De nuevo la influencia de Aristóteles, . ya bien entrado el barroco musical. . .. Resumiendo, entendemos entonces que si bien toda música sin texto, drama o programa extramusicaF es intrínsecamente abstracta (debido a su autorreferencialidad altamente formal) 8, la música tonal del período de práctica común nos suena muchísimo menos abstracta que la música atonal o post-tonal? precisamente porque está basada en un sistema de relaciones y jerarquías entre las notas que fue de práctica común durante más de tres siglos, en tanto que las músicas que no se pliegan al sistema tonal proponen o generan sus propios sistemas de jerarquizar los sonidos, sistemas que por lo general buscan rechazar y destronar al sistema tonal de práctica común. Es exactamente en este sentido que la música que buscaba ser moderna a principios del siglo xx decidió divorciarse de la práctica común, de la tonalidad, y generar sus propios sistemas alternativos de manejo de las relaciones entre las alturas de la escala, dando así nacimiento a los sistemas dodecafónicos y seriales que fueron tan influyentes en la música de artes entre las décadas del 20 y del 6010. La música post-tonal, o 'nueva música', especialmente de corte serial o sistemáticamente atonal, se transformó de este modo en un baluarte de la estética moderna abstraccionista y altamente formalista, que buscaba hacer del arte casi una ciencia exacta por su preci7. Es precisamente a este 'programa' extramusical, usualmente poético o literario, al que hace referencia la llamada 'música prograrnática'. 8. Altamente formal en el sentido de que el tema de la música 'pura' o 'absoluta', es decir, sobre lo que ella trata, es su propia estructura formal interna, y rara vez trata de algo más adicionalmente a ella. Es por ello que tenemos piezas que se llaman, por ejemplo, 'sonata en mi mayor', lo cual nos está diciendo que la pieza es una forma sonata - y que por lo tanto podemos esperar un cierto número fijo y predecible de secciones en ciertas relaciones tonales entre sí, y con ciertos juegos de contraste entre estas secciones - y que mi mayor es la tonalidad de inicio de todas estas peripecias tonales que ya están implícitas a priori en la forma sonata, planteada como modelo tonal-rnorfológico. 9. Sobre las diversas nociones y términos utilizados por la teoría musical tras la práctica común véanse Rudolf Retti, Tonalidad, Awnalidad, Pantonalidad: estudio de algunas tendencias manifestadas en la música del siglo XX, Ediciones Ríalp, 1965; y sobre todo Joel Lester; Enfoques Analíticos De La Música Del Siglo XX, Madrid, Akal,2005. 10. George Perle, Composición SeJial y Awnalidad, Barcelona, Idea Books, 1999, versión española de Twelve-Tone Tonality, Berkeley, University of California Press,1977. 304 sión de diseño y procedimiento!'. Esta posición, como es sabido, fue blanco de fuertes criticas a partir de los años 60; con el advenimiento de los movimientos post-estructuralistas y postmodernos". Me comentaba una profesora de filosofía de la Universidad de Antioquia en una breve charla informal" que le parecía que los teóricos postmodernos son «de lo más godos» 14, razón suficiente a su parecer para rechazar sus ideas y planteamientos, y para dejarle un mal sabor en la boca alrededor de todo lo que se etiquete como 'postmoderno'". Este incómodo conservatismo del que con frecuencia se acusa a la postmodernidad se pudiera tal vez achacar a la pérdida de fe en el proyecto humanista y racionalista de la modernidad temprana y la ilustración, y en todas las nociones que de ellos se desprenden, como por ejemplo la dudosa y problemática idea del progreso, que como es bien sabido poca cabida tiene en asuntos de 'arte, y casi ninguna relevancia en el arte contemporáneo. Esta idea tradicional de progreso racionalista casi exige, en la música que se jacta de ser moderna, jamás retroceder a técnicas y estéticas que ya se han aplicado en el pasado, como me dijo con suprema claridad la compositora bogotana Catalina Peralta cuando fue mi profesora de composición -rambién en la. década del 90 del siglo pasado- al tiempo que descalificaba mis intentos de composición historicista, considerándolos aceptables tal vez para música al servicio 11. Alistaír Williams, New Music and the Claims ofModemity, Ashgate, 1997. . Aldershot, Hants., 12. Fundamental en este tipo de discusiones en el campo de la música es el trabajo de Lawrence Kramer, Classical Music and Postmodern Knowledge, Berkeley, University of California Press, 1995. De utilidad resulta también el trabajo de Julio López, La Música De La Postmodemidad: Ensayo De Hermenéutica Cultural, Barcelona, Anthropos, 1988. Para un contexto más general véase Gianni Vattimo, End of Modemicy: Nihilism and Hermeneucics in Postmodem Cuuuse, Baltimore, MD., John Hopkins U ni versity Press, 1991. 13. El hecho de no citar aquí su nombre no es una concesión a la discreción que exigiría su comentario tan poco cualificado, sino simplemente porque tan informal fue la charla y tan breve el encuentro, que no llegamos siquiera a informamos el uno al otro de nuestros respectivos nombres. . 14. En Colombia, se utiliza la palabra 'godo' para referirse a actitudes o personas ultra-conservadoras o reaccionarias. l, 15. A este tipo de controversias y tensiones entre las posiciones modernísras y postmodernistas hace referencia precisamente el trabajo de Barry Smart, Modern Conditions, Postmodcem Controversies, Londres, Routledge, 1992. 305 e de otro tipo de producciones -el cine o televisión, recuerdo que sugiriÓ.,-pero ciertamente no valiosa como música de arte, por el hecho de desafiar la idea de progreso, tan central al pensamiento modernista y a las estéticas que se pliegan a él, y las cuales ella valoraba altamente por entonces 16. Sobre este punto se queja el musicólogo británico Joscelyn Godwin, no sin cierto sentido del humor: Esto suscita la vieja cuestión de la validez de lo histórico frente al tiempo presente, algo muy real para los músicos. De acuerdo a una opinión académica generalizada, tanto una postura filosófica como un estilo musical son solo válidos en sus respectivos contextos históricos. [... ] En nuestro campo de la musicología, cantaras barrocas de escaso valor son evaluadas, transcritas, publicadas y representadas. Sin embargo, si alguien hoy compusiera una cantata barroca similar -o incluso aunque fuera buena-, sería motivo de mofa, y nadie querría escucharla simplemente porque no es su momento". Pero esta noción de progreso es una de las tantas ideas preconcebidas que la estética musical postmoderna ataca e intenta destronar de su posición hegemónica, y como muestra de ello desde los años sesenta la música académica de concierto (también llamada 'música de arte') ha realizado excursiones 'de retorno' a estéticas y lenguajes del pasado, que desde el punto de vista teleológico y progresista del modernismo pudieran considerarse como superadas. El minimalismo es una de las tendencias que casi desde sus inicios ha retornado a la tonalidad". De hecho, una de las primeras obras . minimalistas, In [en do] de Terry Riley (compuesta en 1964), se titula así precisamente porque se trata de una reiteración constante, durante alrededor de cuarenta y cinco minutos, del acorde de do mayor, que lentamente va creciendo desde su nota base (el do) hasta el acorde con séptima, pasando paulatinamente por la agregación de la tercera y luego de la quinta. Esta pieza no solo plantea la posibilidad de realizar una obra extensa con un único acorde (un acercamiento claramente minimalista), sino que además, desde su título e 16. Este es uno de los varios problemasde la modernidadque trata Robert B. Pippin en su Modemism as a Philosophical Problem: On the Dissatisiaaiciv: ofEuropean High CultLLre, Carnbridge,MA: BasilBlackwell,1991. 17. ]oscelyn Godwin, La Cadena Áurea De Orfeo - El Resurgimiento De La Música Especulativa, Madrid, Siruela, 2009, p. 149. . 18. Edward Stríckland, Minimalism: Origins, Bloomington, IN, Indiana Universirv Press, 1993. 306 ...• mismo, propone una respuesta contestataria a la atonalidad, que se había convertido, a mediados del siglo xx, casi en un dogma estéticC(} que ningún compositor 'serio' podía dejar de respetar, mucho menos ignorar o rechazar". Para agregarle insulto a la ofensa, Riley escogió la tonalidad de do, la más simple de todas las tonalidades mayores, que en opinión del seria lista Alban Berg era tan vulgar, que este decidió representar el pago que su personaje Wozzeck le hace a una prostituta con la enunciación de tan vulgar acorde: pareciera que en la época de la hegemonía de la atonalidad sistemática el burdel era justamente el lugar al que se había relegado el do mayor, hasta que Riley lo rescató con su obra, que comienza justamente con una reiteración rítmica insistente e incisiva de la nota do y poco después de la tercera do-mi que le otorga el modo mayor a esta tonalidad. Siguiendo este ejemplo, otros compositores minimalistas posteriores fueron también regresando paulatinamente a la tonalidad de una manera abierta y desinhibida. Steve Reich (nacido en 1937) nos cuenta al respecto de sus primeros pasos en este estilo: Ocurrió algo interesante cuando era su estudiante [de Luciano Berio] en [School of Music]: escribí alguna música dodecafónica porque me sentí prácticamente obligado a hacerla. Era la mentalidad reinante del final de los cíncuentas e inicios de los sesentas. Tuve que enfrentarme al problema de hacerla sonar de alguna manera que yo pudiera lIamarla música. La música para mí siempre ha tenido un centro tonal. Yo no entendía en mi corazón o incluso en mi mente, lo que era la música atonal. Aún en estos días tengo muy poco gusto por la música de Arnold Schonberg o Alban Berg. Puedo apreciar algunas de las piezasde Webern, pero este es un rincón muy especial de mi gusto musical. Prefiero mucho más la música de Igor Stravinsky y Bela Bartok [sic], y [ohann S. Bach, y Charlie Parker. Este es el centro de mi gusto musical. Sin embargo, tuve que escribir estas piezas.Lo que hice entonces, con la serie de doce sonidos fue no transponerla, no invertirla, no presentarla retrogradada, sino simplemente repetida una y otra vez, mientras que trabajaba con lossubgrupos rítmicos. Berio le echó un vistazo a una de estas piezas y me dijo, 'Si usted J ulliard 19. Benjamín Piekut, Academic Serialism as Institutionalized CommonPractice? [Revistaen línea], the web magazine from the America Music Centre, 2004. http://www.newmusicbox.org/page.nmbx?id=58tpOO. Acceso el 21 de enero de 2006. 307 '- ~ r quiere escribir música tonal, ¿por qué no escribe música tonal?' Pensé un momento y dije, 'Usted tiene mucha razón, eso es lo que estoy haciendo?", Pero no solo los compositores minimalistas norteamericanos (representantes del también llamado 'minimalismo repetitivo') han retornado a la tonalidad: en Europa, especialmente al norte y al oriente, varios compositores con inclinaciones religiosas han regresado a un estilo neo-medieval que también ha sido llamado 'minimalismo sacro', 'minimalismo místico' o 'minimalisrno espiritual', por su énfasis en los temas religiosos, y en una música que incita a la interiorización contemplativa más que a la audición estructural y analítica. Entre estos compositores destacan Arvo Part (n. í935), [ohn Taverner (n. 1944), Henryk Górecki (n. 1933), Sofía Gubaidulina (n. 1931), Vladimir Godár (n. 1956) y Hans Otte (1926-2007). Varias de las obras de estos compositores son neo-toneles en extremo, pudiéndose considerar no únicamente neo-tonales, sino francamente historizantes, y no resulta extraño que oyentes con buena preparación musical en reconocimiento de estilos lleguen a confundir a estos compositores con sus modelos de los siglos XII! al XV, a los cuales con frecuencia se asemejan de manera sorprendente. Otro caso muy interesante en esta vertiente postmoderna de retorno a la belleza y simplicidad de la tonalidad es el del compositor soviético Alfred Schnittke (1934-1998), a quien se le suele definir como 'poliestilístico', por su creativa superposición de diversos estilos históricos y actuales, C1 veces en la misma pieza de música, a pocos segundos unos de otros. Este poliestilísmo convierte a toda la música histórica en actual, al no dividir o catalogar ciertas músicas como 'anteriores' o 'primigenias' en contraposición a músicas más 'desarrolladas' o 'progresistas', en el sentido teleológico. La intención estética principal de esta música parece ser justamente la belleza de la música misma, independientemente de su estilo o de su sonoridad moderna o historizante, y en este sentido podemos hablar claramente de un retorno a la belleza en buena parte de la música de finales del siglo xx. o '." .•.••... ·1 20. Citado de «Steve Reich -Entrevista Por [im Akín,» Universitas Humanistica 38, (traducción de Guillerrno Gaviria), 1993, pp. 114-116. Publicado originalmente como «New Directions in Composition - Steve Reich» [irn Akin, Keyboard Magazine, volumen S, número 6, junio de 1987. . f 308 ~ , ..•••. , .•.•. - , ••....•::. •• ,i...••.•